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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Hola a todos/as

¡Cielos! No tengo palabras para explicarles lo feliz que me habéis hecho con los comentarios de la ocasión pasada, al parecer los bebés de Sanji les ha traído más estragos a vosotros que a él mismo xD oki no :’v así como lo de Mihi. Se los agradezco de corazón, enserio, les mando un beso enorme y muchos abrazos. Por cierto, siempre respondo los reviews xD considero una cortesía infaltable para aquellos que se toman su tiempo de escribirme. Los créditos para los que comentáis será el siguiente, en el décimo ;)

 

Hoy… les traigo el desenlace de los problemas, ataques y rabietas de algunos personajes xD había calculado arreglar esto lo antes posible y aquí os traigo el resultado :’v

Por cierto, hubo un error temporal que ya corregí en el episodio pasado, no sé si algunos se habrán percatado xd pero gracias a un compañero que me avisó, pude darme cuenta, pido disculpas, a veces aun revisando, se suelen pasar algunas cosas :'c si notaran algo raro, podéis avisarme <3

¡Que comience el juego!... perdón, tenía a mi hermano viendo Saw 7 desde su iPad, no pude evitarlo :v

 

Foto de guía similar del interior de la casa de Zoro: AQUÍ

 

¡Muchas gracias por estar aquí! Sin más preámbulos, os dejo leer en paz, nos vemos abajo <3

Capítulo 8:

Cosas que no debían ser descubiertas (Parte 2)

 

*****.*****

 

Sellawk se miraba el pinchazo ya seco en su dedo índice mientras hacía un puchero resentido; hacía apenas unos minutos habían salido de la sala donde les tomaron muestras y por el momento, esperaban sentados los resultados. De vez en cuando miraba de reojo a Mihawk, quien sólo permanecía cruzando sus dedos sobre sus piernas, pensativo y mirando al frente.

 

-        Oiga, para que sepa, esto se lo diré a mi papi – se aventuró a decir al fin, para hacer reaccionar al mayor

-        Díselo, me encantaría ver cómo reacciona – sentenció sepulcral

 

La menor entrecerró los ojos bastante extrañada.

 

-        ¿Por qué ha hecho esto?

-        Para tener un documento que testifique que indudablemente eres mi hija

-        ¿¡Qué clase de idea ilógica le ha llevado a la conclusión de que usted y yo podríamos siquiera ser parientes!?

 

“No necesito esto para saber que eres mi hija… mía y de Shanks…” susurró en su mente el mayor mirando a los ojos de la pelirroja. “Pero si Shanks se atreviera a negármelo…” se recostó sobre la sillita “O peor… si mi familia se negara a aceptar a mi hija como una Dracule” sentenció en sus pensamientos. Sí, necesitaba esa prueba, era su carta de triunfo definitivo.

 

-        No me ha contestado, ¿acaso cree que no soy hija de mi papi? – la chica se tomó uno de los mechones y se los restregó a Mihawk – ¡Mire! ¡Cabello notablemente heredado de mi papi!

-        ¿Alguna vez Shanks te ha contado de tu madre? Si es que la tienes… claro

 

Los dorados ojos medianos de Sellawk se abrieron de par en par, su pelirrojo padre jamás le había contado nada de su madre; y cada vez que preguntaba, Shanks siempre se las arreglaba para persuadir la respuesta.

 

-        Mi papi no habla de ella, pero… pero es obvio que la tengo

-        Ya veo

 

Mihawk sabía que comunicarle esa noticia no le concernía a él.

 

-        Señor Dracule, los resultados – salió la doctora de la salita una vez terminó la examinación – aquí están – una vez entregado el sobre blanco, observó al par y se despidió con un ademán silencioso para meterse en su consultorio

 

En realidad, esos resultados eran rápidos si eran particulares, como Mihawk, quien había pagado un buen precio por que sus resultados fueran atendidos de inmediato.

El azabache abrió el sobre con cuidado, la pelirroja se acercó con cuidado hasta él y ambos se miraron por unos segundos; Mihawk sacó el papel de los resultados y los leyó junto a la chica. Lo que le sacó una leve sonrisa fue llegar al final de este:

“CONCLUSIÓN:

El perfil de ADN ha sido analizado en nombre de Dracule Mihawk y Akagami Sellawk. Basados en evidencia científica, es concluyente, para todos los propósitos prácticos, que hay un 99.99999998% de probabilidad de que Dracule Mihawk comparte un vínculo genético ascendente consanguíneo de primer grado con Akagami Sellawk.

El solicitante, Dracule Mihawk, es padre biológico del analizado (a), Akagami Sellawk.

Resultado final: Positivo”

Se quedó sosteniendo la hoja de papel por unos minutos; ninguno de los dos dijo nada hasta que la dama decidió hablar.

 

-        Tú les pagaste para que pusieran eso ¿no? – inquirió en voz baja

-        No, no caería tan bajo

-        Pero – miró el suelo confundida – mi papi… mi papi es… es Shanks…

-        Mírame a los ojos Sellawk

 

El mayor la tomó de los hombros y la incitó a mirarse.

 

-        Dime qué es lo que vez

-        Tus ojos, amarillos y tenebrosos – dijo la menor con un sollozo

-        Yo solo veo en ti el reflejo de estos ojos que tengo, Sellawk, no sólo eso… eres mi hija, no hay duda

 

Mihawk la abrazó con una casi neutra expresión, su agarre era ligero, no sabía cómo reaccionar o qué hacer en una situación como esta, las manos le temblaban con ansiedad y nostalgia. La dama sollozaba intentando contenerse, hasta que se animó a abrazar a su progenitor.

Ninguno de los dos dijo nada después de eso, ambos tenían muchas preguntas que hacer a una misma persona.

 

 

 

*****.*****

 

-        Que les vaya bien – despedía Makino al par de chicos que salían de su casa

 

Por unos eternos minutos, Luffy no sabía de qué hablarle sin sentirse abochornado, Law había dicho “Somos novios…” hacía una hora y eso no era algo que se tomaba a la ligera.

 

-        Así que antes vivías en esa casa

-        Sí

-        Además tu…

-        Torao – interrumpió el menor de ambos – ¿por qué lo dijiste?

-        ¿Decir qué? – Law sabía perfectamente lo que Luffy quería aclarar, pero el temor de enfrentar ese rechazo lo incitaba a rehuir

-        ¡Tú sabes lo que dijiste!

-        Dije muchas cosas el día de hoy – miró al cielo en ademán de intentar recordar

-        Lo que le dijiste a Shanks

-        ¿Te molestó?

 

Luffy analizó la pregunta y se lo tomó muy a pecho… ¿en realidad estaba molesto o… avergonzado?

 

-        Pues… no me pediste permiso

-        ¿Permiso para…?

-        ¡Para que seamos novios!

 

Ambos se miraron sonrojados, el menor un poco más, y los segundos entre ambos parecían eternos.

 

-        ¿Debo pedirte permiso? – le susurró el mayor con una mueca burlesca en la cara

-        Se supone – hizo un puchero

 

Law sólo lo tomó de la polera y lo atrajo hacia él para besarlo, el menor casi ni puso resistencia, por un momento, lo único que impedía que sus temperaturas corporales subiesen eran las frías brisas del clima.

 

-        Te besé, y no tuve que pedirte permiso

-        Lo hiciste de sorpresa

-        Y si te hubiera pedido permiso… ¿me hubieras dejado?

-        Cual… ¿el beso o lo otro?

-        Ambos

 

El chico de sombrero de paja lo miró por unos instantes, Law le parecía muy atractivo y le gustaba bastante, debía admitir, ¿estaba bien empezar un noviazgo en este preciso momento?

Bueno, no era como si él se lo pensara mucho, dio una ligera analizada a su padre y abuelo, sonrió ampliamente y sin importarle si les daría otro infarto descomunal, se alistó para tomar impulso y finalmente abalanzarse sobre el oji gris, colgándose de su cuello y enroscando sus piernas en las caderas de este.

 

-        Supongo que eso es un sí

-        Shishishi ¡Claro!

 

Oficialmente, Luffy y Law eran pareja. Había que admitir que el ojeroso este asunto no lo tenía ni pensado en toda su vida, sin embargo, había algo con ese chico que lo incitaba a aventurarse a probar todo lo que aún no había probado, en compañía de él, por supuesto.

Caminaron un poco abochornados por el momento, hasta que el oji gris se animó a tomar la cintura del menor sobre la ropa, fueron por un par de helados, cosa rara porque hacía algo de frío, y luego rumbo justo hacia uno de los centros comerciales más cercanos del lugar.

 

-        Torao, ¿me llevarás a mi casa?

-        Si tú lo deseas

-        Es que…

-        ¿Mn?

 

Luffy no quería volver a su casa, seguro estaría Garp volviendo a insistirle para ir al hospital y esterilizarse. Sólo en esas circunstancias, Luffy se sentía incómodo al estar en su casa.

 

-        ¿Por qué no me llevas a la tuya? Ahí podremos dormir juntos

 

Law súper malinterpretó la inocente frase de su ahora novio, pero era ilógico que el menor pensara en sexo con sólo horas de la iniciada relación, pero si el chico quería… pues había que complacer ¿no?

El mayor se dio una cachetada interna para despejar su mente, definitivamente Doflamingo le había contagiado lo pervertido. Hablando de él, seguro estaría en su casa y no le dejaría hacer nada, ni siquiera llevar al chico a su habitación pues su padre adoptivo era experto en malpensar las cosas.

 

-        Luffy-ya – se acercó a su mencionado – será mejor que por hoy vayas a tu casa

-        Pero…

 

Le dio un beso suave y le acarició los cabellos.

 

-        Te llevaré a mi casa lo más pronto que se pueda

-        ¿Lo prometes?

-        Lo prometo

 

Se tomaron de las manos y como quién no se da cuenta, entre conversas y caminatas suaves llegaron a la casa del menor que, al ser recién entrada la noche, mantenía las luces prendidas. Se despidieron con un dulce beso antes de que el oji gris diera marcha hacia su casa.

Ace los observaba totalmente incrédulo desde la ventada del segundo piso, estaba en una de las habitaciones que solían darles cuando llegaban de vsita por todo el día; tenía ganas de protestar porque alguien besaba a su primito-hermanito, sin embargo, cayó en cuenta de que… ¡Alguien besaba a Luffy! ¡Y ese alguien no era Sabo!

Se batallaba entre rezar o reír, pero el golpe de la sorpresa aún lo mantenía en estado de shock, de pronto, su tío Dragon tocó a su puerta y cuando recibió la afirmativa, se asomó.

 

-        Ace, ya vamos a servir la cena, Luffy acaba de entrar a la casa

-        ¿Mi padre ya llegó? – preguntó por Roger

-        No, ese ingrato, dice que se quedó atascado en el tráfico

-        Ya veo…

-        Bueno te esperamos abajo

-        Tío…

-        Dime

-        ¿Invitaste a Sabo?

-        Claro, sé que Luffy y tú se llevan de maravilla con él, estaba trabajando hasta hace poco, seguro ya vendrá

-        Ok, en un momento bajo

 

Quería verlo, seguro había terminado su relación con Luffy, para su grandísimo alivio y ahora estaba libre. Qué excelentes noticias tenía ese día.

 

 

 

*****.*****

 

Law suspiró por enésima vez mirando la gran puerta de madera labrada de su casa. “Rayos…” susurró en su mente, hasta que escuchó un par de vidrios romperse dentro “¿Qué dem…?” Su frase interna fue bruscamente interrumpida cuando algo golpeó fuertemente la puerta, nuevamente desde dentro.

¿Qué clase de guerra se estaba librando ahí?

De improviso, su tío Rosinante salió huyendo del lugar, como si fuera fugitivo, por la ventana del lado, rompiéndola y rodando como un armadillo, pero no pudo avanzar mucho ya que se tropezó con… quién demonios tendría idea de con qué, ese hombre se tropezaba hasta con su alma.

Law corrió hacia el jardín donde hacía tirado su tío y lo sacudió.

 

-        Law, maldita sea, a la hora que llegas

-        Cora-san ¿qué diablos está pasando?

-        Ni siquiera yo lo sé, ese maniático de tu profesor llegó hace una media hora y empezó el escándalo

-        ¿Qué?

 

El ojeroso recordó lo que Sir Crocodile le había dicho en la casa donde revisaban a Luffy, pero jamás esperó que fuera tan tomado a pecho eso de asesinar a Doflamingo.

 

-        Sólo no entres a la casa, no es seguro, mantente aquí

-        ¿Dónde está el señor Doflamingo?

-        Allá, me pidió ayuda, que como buen hermano intenté dársela pero así no se puede, tu profesor está hecho una furia

 

Si fueran esas modelos de alta costura o esas viejas directoras que a veces venían a hacerle problema a su padre adoptivo, se hubiera sentado hasta con un café en la mano a esperar de lo más relajado. Pero ese era su profesor, era un maldito catedrático que sin dificultad podía retrasar su titulación hasta mil años después ¡Era un jodido catedrático! Sí, el señor Doflamingo la había regado no sólo consigo mismo, que muy poco le importaba a Law, sino también con este último, y eso sí que le importaba al oji gris.

 

-        Al demonio, he de entrar

-        ¿¡Qué!? ¿Viste cómo tuve que hacer para huir de ahí?

-        Sí, pero si no me titulo este diciembre… el señor Doflamingo se las verá bien mal

 

A pasos seguros, fue hacia la puerta y la abrió con una de sus llaves, nada más entrar tuvo que agacharse para evitar que uno de los tantos floreros que tenía se reventara en su cabeza. Observó con ojos analíticos la situación, si en vez de su casa eso fuera un matorral, se asemejaría a un campo de guerra. En una de las esquinas estaba Doflamingo atrincherado detrás del sillón, que yacía tumbado, mientras cubría su cabeza con una de las ollas de la cocina; desde el segundo piso, Sir Crocodile le tiraba un sinfín de cosas que seguro había recolectado de la casa, junto con varios cuchillos.

 

-        ¡Hijo de puta! ¡Me has arruinado la vida! – exclamaba desde ahí el afectado

-        Croco-chaaan~ cariñito, cálmate por favor

 

¿Doflamingo tan mansito? ¡Cielos Santo! Si algo había aprendido Law ese día, era que el de “abajo” de la relación a veces es el que domina.

 

-        ¡Yo mismo te compraba los putos condones! ¡Maldita sea! ¡SÓLO TENÍAS QUE PONÉRTELOS INFELIZ!

 

Law no sabía si reír o permanecer sin decir nada, se sentó de a pocos en el piso, al parecer esa discusión era un poco interesante.

 

-        ¡Me los ponía amor mío! ¡LO JURO!

-        ¡ENTONCES CÓMO MIERDA PASÓ!

-        Lo hacíamos tan duro que siempre se rompían los condones, no pensé que te molestaría, además, siempre – esquivó un sartenazo – siempre caías rendido y yo te limpiaba… cariño no tengo enfermedades, mi semen siempre fue limpio

 

Eso definitivamente era algo que Law tenía en las cosas que jamás le hubiera gustado enterarse, con un tic en el ojo, se preguntó cómo mierda era posible que un condón se rompiera en el acto. Es que con esta familia que le había tocado… preferiría seguir mendigando en las calles.

 

-        ¿¡TÚ QUE MIERDA HACES AQUÍ!? – sentenció Sir Crocodile entes de agarrar uno de los maceteros cercanos y lanzárselo al menor

-        Vivo en esta casa – dijo sin inmutarse – por favor, esto es un desastre, agradecería que…

 

Al parecer, de una pirueta nada fácil, Crocodile se deslizó por la escalera del segundo piso, siendo interceptado por el oji gris.

 

-        Aléjate, a quien tengo que matar es a otro

-        Si le dejo ir a por él… ¿no me perjudicará con mis estudios?

-        Ganas no me faltan – le dijo – con tal de joder al idiota que tienes como padre

 

Law entrecerró los ojos, rayos, Crocodile a veces se las cobraba con todo lo que podía a su alcance.

 

-        Entonces me temo que será un dos versus uno

-        Mocoso tramposo

-        O yo mismo le ayudo a atrapar a mi padre y usted me deja en paz

-        Hecho

 

Doflamingo que apenas escuchaba, se aventuró a asomar su cabeza y un dardo, lanzado por el mismo ojeroso, casi le atraviesa la nuca.

 

-        ¡ERES UN HIJO TRAIDOR!

-        Mi carrera vale más

 

No faltó mucho antes de que entre dos pudieran dar captura a Doflamingo, quien hábil se escabulló de una manera magistral hacia la puerta trasera; pero como se dice, todos tienen una debilidad y el extravagante hombre no era la excepción. Terminó siendo arrastrado por ambos hasta que Law mismo lo ató a la mesa.

 

-        Croco-chan no era mi intención – lloriqueaba intentando apaciguar la ira de su pareja

-        Comienza a rezar maldito – Crocodile sacó un cuchillo de la alacena una vez rebuscó, y lo lamió en frente del rubio, quien no dudó en pensar que estaba enfermo al excitarse con algo así

-        ¡Tú ganas! ¡Me haré cargo del crío que llevas! Croco-chaaaaaaaaaan

 

El azabache lo golpeó directo en el orgullo de todo hombre, haciendo lloriquear al rubio suplicante.

Law se sintió sobrante y sin más se retiró, apenas entendía de qué diablos iba el asunto y sólo quería largarse a dormir, no sin antes ir al jardín de afuera y arrastrar a su tío Rosinante que se había quedado dormido de tanto esperar.

 

 

 

*****.*****

 

Ace paseaba de un extremo a otro de su plato el pedazo de carne que tenía servido, ya hacía bastante que su tío Dragon le había dicho que Sabo llegaría, hasta Roger, su padre, había llegado y ahora la mesa era un festín entre risotadas y anécdotas que por primera vez, eran indiferentes para el pecoso.

Tal vez ese rubio ingrato sea lo suficientemente cobarde como para no querer darle la cara… era cierto, Sabo ya no quería hablar con él por lo ocurrido; pero si era cierto eso de que Luffy estaba con ese chico sospechoso de tatuajes… no había motivos para que estuvieran distanciados ¿o sí?

Alguien tocó el timbre y con ello, su corazón se aceleró con nervios. Y no se equivocó, era Sabo, pero la ilusión se le borró de la cara cuando ni bien Dragon abrió la puerta, ya que el rubio se presionaba el hombro izquierdo y se recostó sobre el mayor.

 

-        Sabo… ¿Qué pasó?

-        Agradecería que por favor me dejaran sentarme

 

Estaba sangrando, y aunque Sabo insistía que no era nada, la casa fue una revolución total. Ace permanecía analizándolo desde su asiento en el comedor, tímido y sin saber qué hacer o decir. Sabía que Sabo era investigador y detective, algo así no era nada extraordinario para su tío y el chico de seguro.

La madre de Luffy, una mujer muy parecida a su hijo pero con largos y lacios cabellos azabaches le trajo unas cuantas vendas y le animaba para que aguantara el dolor. Era una mujer muy alegre, todo su egocentrismo se lo había heredado a su hijo, y Luffy le hacía honor a ello.

 

-        Sabo, dinos ¿cómo es que llegaste así?

-        ¿En la agencia no te atendieron las heridas?

-        ¿Cómo te hiciste esas heridas?

-        Calma… calma… – resoplaba Sabo

 

El chico aceptó el vaso de agua que le ofrecieron.

 

-        Era el caso de Ceasar Clown – miró a Dragon – quisieron asesinarlo mientras intentábamos interrogarlo, sólo estábamos Koala y yo junto a unos cuantos colegas más… los neutralizamos pero una bala me rozó el hombro – se acarició la zona afectada – cosa de nada

-        ¿¡Y no te curaron antes de venir!?

-        Si hehehe – se rascó la cabeza – pero en el bus un niño se me trepó y se volvió a abrir la herida, así que decidí llegar así como estaba

-        Mocoso insensato

 

Luffy se sentó a su lado y empezó a preguntarle cómo había sido esa emocionante balacera hasta que su abuelo Garp le tiró un capote por imprudente. El rubio y Ace se miraron de reojo por unos momentos, hasta que decidieron romper el contacto.

El resto de la velada fue conversas y discusiones estúpidas entre Luffy, Garp y la madre de Luffy que a veces solían tomarse muy a pecho las cosas. Sabo solo reía y Ace simplemente permanecía con el celular jugando Angry Birds.

Una vez todo hubo acabado, mandaron a todos a sus habitaciones, ese día los Ace y su padre se quedarían a dormir, cosa común en ellos, a veces se sentían muy solos ellos nada más en una casa tan grande como la que tenían.

Sabo caminaba por los pasillos del tercer piso hasta que una voz lo detuvo.

 

-        ¿Hasta cuándo vas a seguir sin hablarme? – era Ace, recostado sobre la pared con los brazos cruzados y una pierna en cruz

-        Hola Ace, supongo que… ya no tiene sentido estar así

-        ¿Recién lo notas?

-        Por favor, Ace, no fue mucho tiempo

-        ¡Fue una maldita eternidad!

 

El rubio se sonrojó ante lo afirmado por el pecoso, ese chico no se guardaba cuando quería decir algo.

 

-        ¿Por qué aceptaste ese estúpido trabajo de investigador?

-        ¿Ah?

-        ¡Por qué lo hiciste!... mírate… casi me matas del susto

-        La farmacia de Makino era cómoda, pero mi sueño había sido esto, si no te gusta, te jodes

-        Así que con esas ¿no?

-        Es mi vida y hago lo que me plazca

 

El azabache corrió hasta él y sin importarle mucho la herida del rubio, enroscó su brazo en el cuello de este último e intentó acorralarlo. Era un inicio de pelea muy infantil, y aunque Sabo era el más razonable de ambos, a veces se dejaba llevar por el niño interior que tenía. Y esa vez se dejó llevar, apretujaba sus dientes para aguantar el dolor y también empujó al pecoso como podía. Jesucristo, era la 1 am y ellos no tenían ni pizca de consideración por los que ya estaban dormidos.

 

-        ¡Qué pasa ahí carajo!

 

Ambos se quedaron en piedra al escuchar a Garp acercándose, de improviso, se metieron a la primera habitación que encontraron y se acurrucaron calladitos esperando que el viejo Garp se fuera.

Fueron unos eternos cinco minutos hasta que al fin el abuelo se dignó a alejarse. En ese tiempo, Ace se había acercado a Sabo más de lo que podía ser considerado normal.

 

-        Ace… estás muy cerca – dijo Sabo respirando con dificultad, el perfume de su acompañante estaba inundando sus fosas nasales

-        Shhh… que parece que el abuelo sigue rondando

 

Sí como no, ese cuento ya era demasiado viejo, así que con un empujón, Sabo apartó a su acompañante. Estaban en la habitación de huéspedes del rubio, quien tragó saliva, es decir, antes no había problema con que o Ace o Luffy estuvieran en su habitación, pero ahora al menos con el pecoso y a sabiendas de todo lo que sentía este, ya no se sentía tan seguro.

 

-        Sabo… en verdad no te gusto ¿no?

 

Eso lo dejó Knock Out por un momento.

 

-        ¿Por qué preguntas eso?

-        Pensé que si tú y Luffy terminaban… todo podía funcionar para nosotros

-        Ace, no se trata de “rompo con él para estar contigo” – farfulló – yo no estoy jugando a “vamos a tener un noviazgo que es divertido”

-        Pero lo de Luffy

-        ¡Sé lo que pasó! Te juro que no lo hicimos con mala intención, por eso no duró

-        Entonces yo no soy el tipo de hombre que tomarías enserio ¿verdad?

-        No he dicho eso

 

Ambos botaron aire, algo nerviosos.

 

-        Respóndeme algo Sabo

-        Dime

-        ¿Te gusto?

 

El rubio abrió los ojos un poco consternado.

 

-        Sí, me gustas Ace

-        Pero como qué… como… como te gustaría cualquier actor de cine o como te gustaría el chico que quisieras

-        Como un chico al que le entregaría mi corazón

 

El pecoso no sabía si alegrarse o romperse la cabeza porque estaba muy confundido, no entendía al rubio.

 

-        Eso que has dicho…

-        ¡Antes me gustabas Ace! Y mucho… pero comenzaste a salir con esas chicas… y luego irte a esas fiestas… salías en esas revistas donde chismeaban de ti y te emparejaban con algunas modelos… ¿¡Qué querías que pensara!?

-        Eso no…

-        Y me juré a mí mismo que jamás te volvería a ver como otra cosa que no fuera mi hermano y mejor amigo, luego vienes y me besas y me confundes… Ace, por intentar acomodar mi vida he hecho muchas cosas extrañas; estoy en el punto de no saber si te gusto porque empecé a salir con Luffy o te gusto porque… te gusto

-        Me gustas porque eres Sabo, por ser tú, desde hace años

-        ¿Y por qué nunca lo dijiste?

-        Tú tampoco lo dijiste

 

Momento álgido en el que ninguno de los dos sabía con exactitud qué mierda hacer, era una confesión tan extraña  que ninguna de las películas antes vista les había instruido sobre qué seguía luego.

Con un poco de timidez, el azabache se aventuró a dar un acercamiento, Sabo se quedó inmóvil en su sitio esperando a que su compañero venga, recordó las lecciones de Koala cuando le decía cómo besar a su crush. Sí, a veces escuchaba este tipo de consejos de la chica porque tenía un blog de “amor primerizo”, donde había salido él como el voluntario que la ayudaba en escenificar situaciones y eso.

Su primer contacto fue torpe, pero sonrieron al instante y esta vez el que tomó la iniciativa fue Sabo, sin embargo, Ace era más experto; y sin escrúpulos lo envolvió en una danza suave y paciente de tímidas lenguas que se reconocían por primera vez. Era el primer beso dulce que Ace daba a alguien, y era mucho mejor que todos los que hubiera dado antes.

 

-        Santo cielo… - ambos chicos se despegaron cuando vieron a la mamá de Luffy que hacía apenas unos momentos había entrado para ver si Sabo necesitaba algo

-        ¡Señora Monkey! No es lo que parece lo juro – sentenció Sabo, si Dragon o Roger se enteraban de repente tomaban reprimendas

-        Tía por favor, creo que ya somos lo bastante grandecitos como para saber qué hacemos

-        Shihihihihihi ¡No se preocupen muchachos! – la mujer les sonrió con una amplia mueca que aliviaría hasta un desahuciado

-        ¿¡Heee!?

-        No soy quien para prohibirles o acusarles, no soy tan aguafiestas como los hombres que viven en esta casa, a excepción de mi Luffy y ustedes claro – empezó a silbar como si la cosa no le importara – hagan lo que tengan que hacer y… – se acercó a ellos graciosamente – usen condón – les susurró antes de dar un portazo

 

Era una mujer extrovertida y alegre que sin dudar dejó las caras de los jóvenes más rojas que un tomate.

 

 

*****.*****

 

 

-        Sanji… mejor tomábamos el autobús…

 

Ningún intento de Shanks por calmar a su rubio amigo daba resultado, este sólo se limitaba a caminar furiosamente en dirección a la casa de su peli verde novio. El pelirrojo se limitaba a silbar profusamente nervioso, ya había visto las rabietas de muchos chicos en estado y la verdad la que más miedo le daba era la de su compañero.

 

-        Oye… Sanji

-        Shanks, ya te lo dije, tengo que patearle la cara a ese marimo por preñarme sin autorización o moriré de ansiedad

 

En ese momento intentó imaginarse la reacción de Mihawk si se hubiera enterado que iba a ser padre, porque la suya misma fue bastante menos escandalosa. ¿Acaso era el único que se lo tomó un poco más calmado? Bueno, sus circunstancias habían sido diferentes.

Y en un rato que para ambos fue algo eterno, llegaron a la dichosa casa. A Shanks no le daba buena espina todo esto, porque al parecer había una reunión allí dentro y Sanji tenía cara de importarle bien poco si su show tenía público o no.

 

-        ¿Y si lo postergas para mañana?

-        Nada, es hoy, mi hijo quiere que su padre reciba su merecido

-        ¿Cómo sabes eso?

-        Nos comunicamos telepáticamente

 

El pelirrojo rodó los ojos antes de ver su reloj de mano, eran poco más de las 10 pm, y de la casa de Makino habían salido casi a las 7 pm; entonces se preguntó si era bueno que un hombre embarazado caminara tanto. La piel se le puso chinita cuando Sanji tocó el timbre de la casa que decía pertenecer a un tal Roronoa Zoro; el sobrino de Mihwak, el gerente.

Insistentemente, el rubio toco y tocó el timbre como desquiciado hasta que una elegante mujer le abrió la puerta, era una chica de gafas y cabello azul oscuro que los examinó.

 

-        ¿Se les ofrece algo?

-        ¿Está Roronoa Zoro? – inquirió Sanji intentando ser cortés con la chica

-        Sí pero… está ocupado

-        ¿¡Qué!?

 

Shanks entendió enseguida, ella era Tashigi, una de las sobrinas de Koshiro el antiguo gerente, es decir, dentro había una reunión familiar, lo que alarmó al pelirrojo y con un fallido intento trató de tomar del brazo al rubio, digo fallido porque este último se escabulló dentro hábil sin dañar a la chica.

El panorama dentro de la casa era agradable, una típica reunión familiar organizada por Roronoa Zoro. El patriarca, el bisabuelo Roronoa Touya, había tenido tres hijos, un varón y dos mujeres, las mujeres hicieron parte de la familia a los Dracule y los Kozuki, así que desde hace dos generaciones los unían lazos cercanos.

Zoro conversaba con algunos de sus tíos mientras tenía una copa en mano, al igual que todos, excepto los que comían un bocadillo; el peli verde daba lo mejor de sí en tener a sus invitados de buen humor, así, en el brindis final, podría dar la gran noticia.

 

-        ¡ESTÚPIDO MARIMO DE MIERDA!

 

Toda la atención fue dirigida hacia el chico rubio que nadie conocía, excepto dos personas, Zoro y Mihawk, este último había llegado hacía poco luego de dejar a su hija en el edificio donde vivía Shanks; quien dicho sea de paso, se asomó tímidamente detrás de Sanji, así, los ojos mieles taladraron desde lo lejos al pelirrojo.

 

-        ¿Sanji? Qué haces… - Zoro lo miró con desconcierto

-        ¿¡QUIÉN CARAJO TE DIO PERMISO A TI PARA QUE ME METAS TU COSA!?

-        ¿De qué hablas? Pero si tú y…

-        ¡ME PREÑASTE IMBÉCIL! ¡ME EMBARAZASTE!

-        ¿¡Qué estás diciendo!?

 

La familia empezó a murmurar, la esposa del señor Koshiro se abrazó a este, llevando una mano a su boca un poco asustada.

Con un grito de guerra, un histérico Sanji corrió y con sus ágiles piernas dio un buen salto y sin darle paso a Zoro a reaccionar, las enroscó en el cuello del moreno, nublándole la vista, empezó a jalarle los verdes cabellos y tirar manotazos como si de un niño se tratara.

 

-        ¡Estúpido! ¡Estúpido! ¿¡Cómo pudiste!?

 

Los grititos de los familiares al observar cómo ese rubio se había subido sobre el anfitrión acompañados de algunos “ayúdenlo” o “¿Quién es ese loco?”... los niños de la casa observaban animados mientras le hacían porras al primo Zoro. Este último, sin poder ver nada y tratando reclamar sin entendérsele muy bien, intentaba mantener el equilibrio mientras su pareja le golpeaba sin descanso, balbuceando y gritando miles de cosas.

 

-        ¿¡Tienes idea de lo que esto significa!? ¿¡HEEE!?

 

Zoro cayó sobre el sillón y este no tardó en volcarse, como Sanji estaba sentado en los hombros de Zoro y sujeto a su cabello, se puso de pie elegantemente, sacudió su camisa y de los cabellos arrastró a Zoro.

La madre del peli verde quiso intervenir pero fue detenida por Shanks – creo que esto es asunto de ellos – le susurró sonriente

 

-        Argh… rayos Sanji… si no me dices que pasa

-        Ya te dije que pasa ¡TENGO A TÚ HIJO DENTRO, IMBÉCIL!

-        Pero…

 

Una patada lo tiro un par de metros sobre la mesa, algunos de los tíos intentaron acercarse pero Zoro les hizo un ademán para que no lo hicieran, este, intentando contenerse porque se trataba de Sanji, se puso de pie; solo para esquivar un jarrón que el rubio le lanzaba, seguido de más hasta que con sus puños tuvo que romper un par para correr hacia él. Los murmurios de la familia se escuchaban alterados.

 

-        Sanji, escúchame

-        ¡NO!

-        Maldita sea

 

El peli verde se cubrió antes de que un cenicero le impactara y con fuerza, se abalanzó sobre la cintura de este y lo alzó sobre su hombro.

 

-        ¡SUÉLTAME! ¡NO ME TOQUES!

 

Zoro soportó las patadas y manotazos de Sanji y se lo llevó rápidamente donde pudieran estar solos. Shanks por su lado apretujaba sus dedos un tanto incómodo, se había quedado con la familia que parecía que se lo quería comer vivo, se limitó a sonreírles nervioso.

El moreno bajó a su pareja de sus hombros y antes de que este pudiera atestarle una patada, sostuvo su pierna, hicieron fuerza por un rato hasta que Zoro, con poca paciencia, tiró con fuerza y lo estampó contra la pared del lugar, habían llegado a la cocina.

 

-        Sanji, demonios, comportándote así no lograremos nada

-        ¡CÁLLATE! Tú no sabes ¡TÚ NO SABES LO QUE ESTOY POR PASAR!

 

Zoro sostuvo sus manos y las acorraló a ambos lados.

 

-        ¡DEMONIOS SANJI! ¡TRANQUILÍZATE!

-        No puedo… - vio suspirar al rubio antes de que sus lágrimas empezaron a hacer acto de presencia

 

El peli verde besó su frente y sus labios para darle confianza, nunca lo había visto así.

 

-        Necesito que me expliques… qué hice

-        No te lo he dicho antes… – intentó sorber aire para calmar su sollozo – pero tengo una… una herencia especial – miró al suelo – soy fértil

 

Al ver la mirada confusa de Zoro, decidió proseguir.

 

-        Que puedo quedar en estado maldición – estaba avergonzado, furioso y triste

-        Los hombres no pueden…

-        ¡Pero yo sí!

-        Es… es…

-        ¿Espantoso? ¿Horrendo? ¿Una abominación? – Zoro abrió los ojos impresionado por lo que su novio decía – no te contengas… mi familia ya me lo ha dicho muchas veces – desvió la mirada

-        Cejas de caracol, eres un tonto

 

Sanji tembló cuando los fuertes brazos de Zoro lo apretujaron e inconscientemente se acurrucó sobre el pecho de este, tomo una gran bocanada de aire y sollozó un poco; una vez se hubo calmado, el peli verde lo separó y con sus manos, sostuvo las pálidas mejillas del rubio y le sostuvo la mirada.

 

-        A ver si entendí, Sanji… ¿estás de encargo?

 

El rubio asintió.

 

-        Y… ese bebé… ¿es de ambos?

 

Nuevamente recibió una afirmativa con la cabeza. Aunque en la cabeza del peli verde no dejaba de repetirse “voy a ser papá, voy a ser papá, voy a ser papá, voy a ser papá…” una y otra vez, respiró para articular algo coherente.

 

-        ¿Por eso estabas histérico? ¿Pensaste que no te aceptaría?

-        Y que no querrías cuidar del bebé

-        ¡Tonterías!

 

Una carcajada sonora se escuchó por toda la cocina.

 

-        ¿¡De qué te ríes!?

-        De que a veces puedes ser muy exagerado, cejillas

-        Idiota

 

El sonrojo de Sanji se propagó hasta sus orejas, negando levemente.

 

-        Estoy asustado – admitió

-        Estoy contigo – se miraron fijamente – vente a vivir aquí

-        ¿Qué?

-        Sanji ¿No vez lo que me estás diciendo? ¡Vamos a tener un hijo!

-        ¿¡Y te lo tomas con tanta calma!?

 

En realidad Zoro estaba consternado también, pero al ver a Sanji más alterado que cualquiera, tuvo que tragarse su frustración y todas las emociones recientes de la noticia, junto con las miles de interrogantes que abrumaban su cerebro sólo para no sobrecargar al rubio. Otro día, con mucha más calma, seguro aclararía todas sus dudas. Se limitó a abrazarlo fuertemente y besar su frente; afuera en la sala estaba su familia y habría de dar ciertas explicaciones.

 

 

 

*****.*****

 

Shanks se había cansado de esperar al rubio y sin soportar las miradas acusatorias de la familia del peli verde, se reverenció dispuesto a ir donde seguro se encontrara Sanji; pero un agarre muy fuerte en su brazo derecho lo arrastró con violencia fuera del lugar, dejando nuevamente murmurios de las personas que se quedaban en la casa.

 

-        ¿¡Mihawk!? ¿Qué crees que estás haciendo?

 

No recibió respuesta, el de mirada dorada lo llevó hacia su auto y lo empujó dentro, en el asiento del copiloto y lo cerró con seguro, se movió ágilmente hasta colocarse él en su asiento de conductor y con el sistema cerrar las puertas.

 

-        ¡Mihawk!

 

Arrancó con prisa sin prestarle mucha atención al pelirrojo, quien empezaba a exasperarse por la extraña actitud del azabache.

 

-        ¿Quién te crees tú para secuestrarme? ¡Mihawk hazme caso!

 

A esas horas las pistas ya estaban despejadas, así que llegar al edificio donde vivía Shanks no fue cuestión de más de 20 minutos. Aparcaron justo frente.

 

-        ¿Cómo sabes dónde vivo? ¿Me has seguido?

-        A tu primera pregunta, estaba trayéndote a casa, a tu tercera… Sellawk me enseñó donde vivían

 

El pelirrojo abrió sus ojos avellana intrigado.

 

-        Y a tu primera – hizo una pausa para mirarlo directamente a los ojos – ¿quién me creo ser? – negó levemente y aumentó la intensidad de su mirada – Shanks… ya lo sé todo

 

Shanks no sabía qué interpretar cuando el azabache le dijo ello, pero desde el comienzo nada le estaba dando buena espina.

-        Las cosas claras, Taka no me – musitó apretando sus puños

-        Me refiero, que sé que soy el padre de tu hija, Shanks

-        ¡Es una locura! ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo?

 

Le entregó el sobre con los resultados. Shanks ya ni sabía si eso era una pesadilla, se estaba empezando a hiperventilar.

 

-        ¡No te atrevas a negarlo! ¡Aquí está la prueba inminente de que esa chica…! – señaló a lo alto del edificio, donde de seguro estaba la pelirroja – ¡También es mi hija!

-        Pero… cómo… ¿Sellawk lo sabe?

 

Mihawk asintió con una pétrea expresión.

 

-        Mihawk escucha… no sé cómo demonios llegaste a esto pero… sólo… no te metas en donde no te llaman

-        ¿Osas decir eso después de haberme ocultado mi paternidad por once años?

-        ¡Tú tuviste la culpa!

-        La culpa la tuvimos los dos, ella no se hizo sola

 

Las mejillas del pelirrojo se encendieron y sin pensarlo dos veces, presionó el botón que atracaba su puerta para liberarse, empujó con sus fuerzas y salió rodando del auto.

 

-        ¡Shanks! ¡Vuelve aquí!

 

El azabache salió detrás de él, en una carrera por llegar primero al departamento donde yacía su hija. Gracias al shock, el pelirrojo no tenía otra cosa en mente que ver a su hija y explicarle lo sucedido, estaba seguro que lo odiaría, que de hecho ya lo odiaba. Asimismo, no quería enfrentar esos preciosos ojos amarillos del mayor, que lo llamaba por todo el edificio y lo que duraba de su carrera.

Hasta que finalmente, casi al mismo tiempo, llegaron agitados al piso y frente a la puerta donde Shanks y su hija vivían; Mihawk lo miró expectante, el pelirrojo había sacado sus llaves pero le temblaba demasiado la mano como para abrirla, así que se las quitó y con una pausada respiración, abrió la puerta.

 

 

*****.*****

 

 

 

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Notas finales:

 

Una vez me preguntaron… ¿cómo se vería un chico esperando?... pues, AQUÍ y AQUÍ hay un par de imágenes (no de One Piece), de hecho hay varios, sólo que ello depende de la autora, mis muchachos no llegan más rellenitos porque pienso que es más lógico sacar los bebés y ponerlos en incubadoras ._. ya que el espacio es más reducido, si me entendéis, aunque los chicos de las fotos no se ven mal XD

Ya buscaré mpreg de alguna de las parejas, aunque siendo sincera, eso sí sería una odisea T-T

Imágenes MISHAZOSANLAWLUSABACEDOFFYCROC

La siguiente semana tardaré, supongo que será el viernes de la otra semana (No mañana he! xD) el décimo episodio, hay un asunto complicado con mi salud y la universidad que espero saldar lo antes posible :’v

¡Sobre la encuesta de Sabo y Ace! … humm qué complicado xD ni modo, hay votos para todo lado, así que… ya veré qué se me ocurre >:D

Zoro: Oye ¿me podrías decir dónde estoy?

Autora: ¡Zoro-san! *O* un placer que leas esta historia

Zoro: ¿Ah? *observa el contenido* ¡Pero qué…!

Sanji: ¡Marimo! ¿Dónde mierda estabas? ¡Te llevo buscando toda la maldita tarde! ¿¡Otra vez te perdiste!?

Zoro: ¡Cejas de caracol! Mira las atrocidades que esta loca escribe sobre nosotros

Sanji: ¿Eh? *se sonroja* Vámonos y no incomodes a Kate-chan

Zoro: ¿¡Tú sabias de esto!? ¡Contéstame cejas de diana!

Sanji: Si con esto mis mellorines son felices, me sacrificaré

Zoro: ¡Estás loco! *es arrastrado por Sanji* ¡Suéltame! ¡No puedes permitir esto!

Sanji: ¡Como si tú no lo disfrutaras! *sonrojado*

Zoro: C-Cállate *se sonroja mientras cruza sus brazos*

Shanks: Ay estos chicos de ahora tienen una extraña manera de confesarse Dahahaha -u-

Zoro y Sanji: ¡Cállate!

Autora:  *---*

 

Bueno, me despido mis estimados, espero que tengan una buena semana en la escuela, instituto, universidad, academia, trabajo, etc.

Si tenéis alguna duda, queja, sugerencia, comentario, critica, saludito, carita, etc, no dudéis en dejarla ;)

Se me cuidan y nos vemos el viernes de la otra semana ¿capishi? …. Nah, se escribe capisci =w=

¡Hasta el siguiente!

 

 

 

Jueves 16 febrero 2017


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