Capítulo 2: Tu humanidad.
Asustado dio un salto para atrás, ese ojo era como el de su sueño. Miro al hombre que le miraba detenidamente.
—Hola soy WALL-A.S. —le respondió un tanto desconfiado— ¿Por qué estás aquí? —pregunto mirando su cuerpo, era tan real como el de un humano excepto por su ojo, era lo único que le delataría que era un robot.
El cabello castaño y su forma de vestir le recordaron al robot de limpieza que provoco que lo apagaran, el joven le miraba como si lo analizara.
— ¡Eres un sistema como yo! — feliz corrió para poder tomar al robot, pero este retrocedió instintivamente y un tanto confundido, ¡que atrevimiento el del joven! Mira que querer tocarlo como si se conocieran de años, impropio.
— ¿Dónde estamos? — pregunto AUTO mirando el lugar, lo poco que se alcanzaba a ver, parece que esta mugriento, quizá esta en un año diferente y todos lo humanos estén muerto— ¿Estamos en la Tierra? — pregunto mirando al de ojos azules, era delicado, su cara fue echa angelicalmente, su porte de curioso lo asqueaba al recordar al tonto robot.
— Si, esta es la Tierra— menciono con alegría, el hombre seguí con tal seriedad que WALL-A.S. Comenzaba a pensar que posiblemente no sea un robot amistoso y por esa razón lo dejaron en la nave.
— Imagino que los humanos han muerto— concluyo lógicamente AUTO, camino un poco para sentir sus piernas, estirar y poner su mente a funcionar.
— Los humanos siguen vivos, son muy buenos, no tan listos como nosotros— sonrió, curiosamente a lado del hombre de cabellos blancos como la leche, sonreír era un placer tan exquisito como su curiosidad.
— ¿La Tierra prospero? — pregunto curioso y analizando la situación, no tiene más motivos por los cuales quedarse en la nave, fue echo para estar en esa nave y conducirla, pero ya no estaba en funcionamiento ¿Que aria?
— ¿Por qué estás en la nave si todos salieron? — AUTO se despejo momentáneamente mirando al joven, lo pensó por un momento.
— Porque fui un robot malo— conscientemente contesto, esos años de inconciencia le traían sueños, todos en una soledad que lo marchitaba, era tan triste no poder estar en la presencia de alguien, siempre estuvo con alguien y eso lo hizo reflexionar un poco, hizo mal y lo sabía inconscientemente, más su sistema lo obligo a hacer todo eso. No, respuesta equivocada, él lo quiso hacer, su cuerpo sentía un entumecimiento profundo, los años en la misma posición le traían consecuencias como la de entumecerse, estiro un poco más su cuerpo subiendo sus manos en un intento de aflojarse, tenía que hacer una revisión en su cuerpo para verificar que siguiera completo y en buen estado.
La curiosidad mato al gato, un dicho tan viejo como su padre, algo que WALL-A.S. le ponía poco – por no decir nada- de importancia. Fijo sus ojos en el rostro contrario, sus gestos como si pensara y le doliera algo, su cara cambiaba a cada tanto, con gestos tan humanos, esa ligera arruga en su frente, esas bolsas en sus ojos, y esa curva casi negable en sus mejillas, tan humano.
Su cuerpo no era tan diferente, la piel no era de hule ni nada parecido, tenía rasgos en su cuerpo como en su mano que se notaba una pequeña cicatriz, su cuerpo era perfecto como su rostro, un hombre por demás encantador, había visto eso en hombres humanos que eran guapos, las mujeres los perseguían como si fueran joyas costosas, AUTO tenía esa belleza, miro sus piernas y entre ellas notando un bulto, será que fue creado tal y cual humano, solo unos cuanto de nueva generación (contándolo a él) tenían un cuerpo como humano tal cual a su género.
Un brillo pasajero paso por sus ojos iluminando su rosto en la curiosidad misma, se acercó cautelosamente a AUTO que no se daba cuenta de nada porque estaba ocupado pensando en cosas sin importancia, solo sintió aire en sus piernas y luego unas manos sobre su vientre bajo.
Él joven bajo los pantalones grises del hombre parado en frente y miro esas piernas blancas y pálidas, pasando a miro el miembro muy bien proporcionado, como pensó el robot estaba echo como un hombre real.
AUTO abrió su ojo tanto como pudo en una sorpresa enorme, su rostro se enardeció al grado de quemar, su cara se enrojeció que un jitomate se vería descolorido a lado del robot, retrocedió en un acto de susto, tropezando con sus pantalones que estaban en sus tobillos, un ruido estrepitoso sonó al haber caído de sentón, sus nalgas dolieron, pero no lo noto mucho ya que el indecoroso de WALL-A.S. Estaba sobre el con sus piernas a los costados de sus caderas, parecía curioso.
Le miro asombrado, su cara cambio de color a un rojo tan intenso, llevo su mano a la mejilla de AUTO, su sistema le indicaba que estaba cálida, podía cambiar su temperatura, que humano era, impresionado WALL-A.S. Arrastro sus glúteos por las caderas de AUTO para poder estar más cerca de la cara del mismo, quería ver todo a detalle.
Gimió delicadamente, su miembro estaba por despertar, ese niño era demasiado lindo como ingenuo, mira que restregar su trasero en su miembro era tan descarado como excitante, tomo las manos del niño que comenzaban a recorrer su pecho, lo tomo con fuerza asiendo que el joven se percatara de algo que jamás había visto. Eso era... Algo como una mirada ¿Pervertida y excitada? Sus gestos cambiaron de vergüenza a algo más.
Tomo sus muñecas fuerte y lo levante enderezándolo para poder sentarse y no estar a costado, sintió sus dulces almohadas juveniles restregarse sin decoro por su miembro a medio despertar, jalo a WALL-A.S. Más a su cuerpo -si eso se podía- fundiéndolo en su calor que se extendía por todo su cuerpo, levanto al joven apenas unos centímetros para poder tenerlo al alcance de sus labios. Miro con lujo de detalle los labios, pequeños pétalos de flores en un rosa bajito, eran delgados, finos como ese cuerpo que poseía y que increíblemente lo recorría con lujurias y los pensamientos obscenos ante su belleza y descaro.
Lo beso, un beso tan delicado y torpe, WALL-A.S. Solo vio esa unión tan torpe... Pero eso que sentía en su pecho era algo nuevo, apego más el beso en algo como una guerra de saliva y labios queriendo más, apego a AUTO enredando sus manos en los cabellos blancos del hombre, sentía eso en su pecho un poco más desbordante, recorría su cuerpo con manos traviesas, llegando en su vientre mientras que su lengua probando sus labios en un lengüetazo tan torpe como delicado.
AUTO enredo sus brazos a las caderas de WALL-A.S. Y recorriendo con una mano la espalda fina del joven, su figura varonil y perfecta en sus manos, a la disposición, lo recorría con ansias y desesperación, quería tocar la piel, saber y sentir que era tener a alguien así, abrió más sus labios en un beso de desesperación, movía la boca en el contacto de profundo éxtasis.
—WALL-A.S. — escucho su nombre tan lejano— ¿Hijo? — gritaron de nuevo, sus oídos conectaron con su mente que se apagó en la sensación nueva y placentera, esa voz lejana era su padre— WALL-A.S. — gritaron de nueva cuenta con desesperación, tomo los cabellos blancos y tiro de ellos tan fuerte para despegar al hombre que le devoraba, se levantó torpemente de AUTO pero este enredó sus brazos en la cintura del joven, quería más contacto, lo quería entre sus brazos y debajo de su cuerpo.
— Me tengo que ir— y sin decir más corrió directo a la salida — regresare mañana— grito para salir de la vista del caliente y mal empalado de AUTO.
Solo un poco más del contacto y se derretiría, nunca hizo uso completo de su programa "SEDELH" (sistema emocional del humano), en ocasiones pensó que era una pérdida de tiempo, pero ahora... Ese joven le dejo algo en su pecho y entrepierna inexplicable, solo un poco más del frio cuerpo en sus manos para poder seguir su día.