Capítulo 3: Estar completo.
MO se mantenía firme en la posición, lo miro de nueva cuenta pensando que si no fuera por esos ojos azules y piel pálida el niño WALL –como gustaba llamarlo- sería el mismo WALL-E, corrió el niño a sus brazos buscando ese merecido mimo que a MO le encantaba dar, sin pensar más lo apretó con su fuerza medida y cariño.
—Tío MO, te extrañe—comento en el abrazo que mantenían firme—oye tío MO ¿si te preguntara algo me responderías con la verdad? —pregunto un tanto enigmático.
—Claro mi niño WALL—respondió tan confiado, pensando que sería una pregunta de sistemas, como casi siempre ante sus preguntas.
— ¿Quién es AUTO? —pregunto feliz.
—He… bueno mi niño—soltó a WALL-A.S. mirándolo y pensando— ¿Dónde escuchaste ese nombre? —pregunto sin dejarlo de ver, algo raro tenia y lo iba a averiguar.
—Bueno… como tú sabes… yo tengo recuerdos de mi padre y en uno estaba el nombre de AUTO—sonrió tan inocentemente como se podría, esa sonrisa nunca falla con su tío MO.
—No, no me aras decir nada WALL-A.S. —sentencio su tío retirándose a su trabajo.
—Pero tío, dime algo—no termino cuando su tío ya estaba muy lejos casi corriendo de las preguntas de su sobrino.
…En la nave…
Miro por centésima vez la puerta del conducto de basura por la cual desapareció el joven castaño, recordando sus ojos y sus labios que le quitaron el descanso y la mente seria, esos labios sobre los suyos son como si viviera todo en un segundo, el segundo más rápido y a la vez lento ese que le dejo mareado y necesitado de algo que no descifraba en toda la noche y mañana, miro de cuenta nueva la salida esperando que alguien entrara, pero solo se veía la oscuridad desierta.
Estiro sus extremidades en un intento vago de poder sentir su cuerpo funcionar y camino unos pasos, tenía que caminar más para acostumbrase de lo que el tiempo en reposo le quito, bajo por el elevador que reparo en un rato.
Caminaba sin un rumbo fijo, todo estaba en un mal estado, las cosas ya no servían, no tenía indicios de que alguna vez ese lugar estuvo rebosado de vida y tecnología, todos los colores llamativos de buen ver desaparecieron dejándolo en un gris y negro, todo perdía significado cuando se obtenía algo nuevo, camino a donde estaba la piscina buscando a su viejo amigo tirado y desecho, sus cuerpo inservible y en tan mal estado por su caída, recordó con odio ese día, frunció el ceño y resoplo como toro.
—Eres tan humano—resonó el eco de las dulces palabra de WALL-A.S. mirando al robot, parecía enojado.
—Hola—saludo cortante, seguía enojado y el joven lo calmaba como también hacia enojar por el inmenso parecido que tenían.
—Hola—saludo en su tono normal y corrió a abrazar a AUTO, quería sentir eso que ayer no termino de experimentar, se arrojó a los brazos del robot que lo recibió un poco confundido, sin esperar más junto sus labios con los del hombre que se quedó un momento perplejo, ¿de hoy en adelante el joven seria así con él? No sonaba nada mal esa idea.
La fundición de dos cuerpos completamente distintos se funden en el engranaje perfecto, AUTO abre sus labios más absorbiendo la boca del joven castaño, absorbe su sabor con placer, saboreando la chispa que recorre su paladar en el serpenteo de sensaciones que caen en el vientre bajo creando una erección casi instantánea, dejándolo sin motivos de seguir pensando en otra cosa que no sean los labios ajenos y el cuerpo de la tentación en persona.
El cuerpo se mesclo en una combinación de deseo profundo y obsesivo, AUTO sentí un complemento que antes no sintió, un complemento que encajaba bien que era el destino de amoldar con WALL-A.S.
Quiere sentir lo que jamás sintió, quiere saborear el dulce néctar de lo prohibido y quiere olvidar un recuerdo profundo, sin miramientos extendió sus brazos largos y alcanzo los glúteos ajenos y los estrujo, pellizco las carnes y sobo con clemencia y paciencia, descubriendo y buscando algo sensible.
—Ha—respingo bajo WALL-A.S. al percibir unos dedos en su entrada que picaban y sobaban.
Soñar despierto, un sueño de placer, AUTO tomo el overol de WALL-A.S. y de un tirón lo abrió mostrando sus piernas blancas y juveniles, quería ver todo, saber que es la verdadera belleza, la felicidad de la unión y el estar completo, sin esperar más arranco la camisa a rayas dejándolo con unos bóxeres negros.
—Haaagh…— jadeo AUTO con el golpe de sensaciones desconocida, beso con más ardor, sintió como su piel sudaba y su mente pensaba en una cosa “WALL.A.S.”
—AUTO… yo… no—detuvo al mayor con su palma empujándolo, un esfuerzo vano y tan débil que no funciono.
Recostando suavemente en el piso frio y mugriento dejo al joven, recostándose encima de él, mirando como si eso fuera lo más importante que podía hacer, toco con fragilidad, ¿cómo unas manos de fierro puro podían tocar tan delicadamente? De la misma manera de la cual un joven podía sentir siendo el frio metal que pensaba ser.
Deseo todo, quería probar el elixir del más joven, bajo su prenda íntima dejándolo en total desnudes… el miembro del joven estaba erecto y goteando viscosamente, el olor lleno el fino olfato del mayor que aspiro como si eso fuera a apaciguar su miembro.
Un dedo curioso llego a la cavidad y embistió sin previo aviso, el erecto y adolorido del miembro de AUTO palpitaba y erguía en un intento de ser liberado.
Con la mente llena de WALL-A.S. saco su miembro venoso y lo inserto sin previo aviso en el culo del joven que se arqueo sin saber muy bien que eran esas sensaciones que lo hacían vibrar, un ronroneo escapo de su boca. Tomo la mano pálida del contrario aferrándose al momento, se unieron en un esplendor que salía de sus pechos, pero ninguno de los dos noto, se sentían completos, unidos por un destino, se sentían llenos y regocijado de felicidad.
Embistió certeramente, retrocedió lentamente y empujo de cuenta nueva trayendo una armonía y un compás que siguieron en más de una ocasión.
…
Todo era oscuro, posiblemente todo haya sido un sueño, quizá una visión del futuro o un recuerdo del pasado, pero le sonreían, una blanca sonrisa que le decían palabras que no podía escuchar ni distinguir solo un triste –Adiós-
…
Despertó con un peso de más en su cuerpo, echado como peso muerto, pero en un tranquilo compas de saber que seguía despierto y junto a aquel que le complementa, sonrió casi negándolo, casi triste, casi feliz. Estiro un poco su cuerpo tratando de moverlo para que se despertara.
—Hola—saludo con un tono de voz pícaro.
—Hola… lo quiero despierto y dentro de mí—demando el castaño dejando a AUTO con los ojos como platos y una cara de sorpresa.
—… Tu… eres… ¡insaciable! —quito al joven en un delicado empujón y saliendo del interior del castaño que se quejó en un gruñido y palabras en idiomas inentendibles.
AUTO solo sonrió ante la forma del joven y lo miro un poco, avergonzándose al instante, se había unido a un niño, a un macho, raro, niño que apenas conocía un ¡NIÑO!, mimado y curioso. Se zangoloteo la cabeza borrando un poco su remordimiento, aspiro un poco de polvo y aire como si lo necesitara y se acomodó el cabello que quedo enmarañado.
—¡AUTO¡ — WALL-A.S. abrazo al mayor por la espalda y se acomodó en su cuello—quiero quedarme contigo—confeso con su característica sonrisa—pero me tengo que ir—lamento muy triste—pero regresare mañana y todos los días—abrazo más fuerte al robot y beso su mejilla para empezar a ponerse la ropa.
AUTO se limitó a mirarlo de reojo, sentía como su rayo se movía impaciente, no quería que se fuera, no soportaría un día sin aquel niño a su lado, en sus brazos, en su interior… serró sus ojos y pensó que solo tal vez, y no era seguro, pero ese niño era su complemento.