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No es de sangre por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

Yaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaas

 

Estoy contento de por fin subir este cap...

Me moriré un poquito el día de hoy...

Espero les guste.

Recuerden, solo es ficción. Nada de esto esta bien en la vida real.

No lo olviden

 

¡A leer!

Los brazos que lo apresaban no querían soltarlo, aunque él lo empujase, el calor que se empezaba a formar en su vientre tras el contacto, era algo que no podía explicar. No debía sentirse tan abrumado por tan solo un abrazo del pequeño Killua, pero ahí estaba Illumi, en una situación que no sabía manejar – por primera vez – no tenia alguna medida correcta para huir del menor y pensar…

¿Qué es lo que siento?

Killua en cambio había aprovechado que su hermano estaba otra vez con él, las ultimas veces lo había notado distante como si no quisiera darle la cara, él lo notaba al hablarle, Illumi solo volteaba, no le miraba a los ojos como antes, eso lo ponía molesto, habían pasado un cumpleaños aburrido por las actitudes del mayor. Así que, no quería perder la oportunidad y hacer lo que gustase, sí, abrazar a su hermano le era reconfortante. Lo tenia solo para él en la cocina, cuando se había cortado el dedo por andar jugando, Illumi lo atendió y él aprovecho en acurrucarse en su pecho, sentía tanta calidez, su corazón no paraba de latir, la vergüenza lo inundaba, pero no le importaba, tenia la necesidad de más contacto físico, sentía inmensas ganas de envolverse un poco más, aunque sintiera que su corazón explotaría, solo podía desear en ser acariciado, correspondido igualmente.

Pero Illumi no reaccionaba, solo lo miraba y fingía que no pasaba nada. Killua al ver que el silencio entre los dos se hacia más grande, lo apretó otra vez, alzando su rostro para ver la expresión contraria, ah, su hermano mayor le provocaba una sensación gratificante cuando lo tenia tan cerca…

-          Illumi ¿Por qué nunca me abrazas? – lo soltó al decir esta línea, su voz sonaba tan seria que no pareciese que gritase tan chillonamente durante el resto del día.

 

-          ¿Eh? Eso no esta bien, no puedo hacer algo que no te hayas merecido – tenia que escapar de la situación, constantemente estaba siendo atacado con muestras de afecto cada día que lo acompañaba. Tal vez si le ofrecía una tarea imposible o complicada, Killua dejase de querer tantos abrazos.

 

 

-          ¿Ahg? ¿Qué estas diciendo? Dijiste que los hermanos se quieren, y tú y yo lo somos ¿No puedes simplemente hacerme lo mismo que en la televisión?

 

Por un momento se imaginó haciendo cosas obscenas con el menor, pero lo peor es que le había gustado tanto que le dio miedo por primera vez tener a Killua cerca. En primer lugar, no estaba bien lo que le proponía, tenía que explicárselo y, en segundo lugar, no estaba bien que el reaccionara a esos estímulos como si estuviese enamorado de él.

 

Bajó la mirada para ver su taza de café – Ah… Killua… - se preguntó ¿O es que acaso si estaré enamorado de él? ¡No imposible!

-          Eso no esta bien Killua, eso solo lo hacen los adultos y…

 

-          Ah, entonces el problema es que no soy un adulto.

-          ¡No, no estás entendiendo! No – Illumi tuvo que detenerse, Gotoh se había acercado a ellos al escuchar que su amo mayor gritaba.

 

-          ¿No, que? – Killua parecía no entender por qué no podía recibir afecto de su hermano ¡Él ya había dicho que se querían! ¡Acaso estaría mal pedir lo que desea su corazón!

 

-          Olvídalo…

 

Definitivamente no lo olvidaría.

 

 

 

 

Había pasado ya tiempo desde esa última conversación. El acercamiento que Illumi había tenido con Killua se había esfumado por completo, casi habían vuelto al inicio, poca comunicación, muchos más deberes de lo normal, alejados… Illumi no dejaría que pasara nada inapropiado, pero no estaba hallando tranquilidad. Las semanas habían transcurrido, lo que consideraba como un desliz en su imaginación, en realidad era algo que no podía dejar de soñar. Después de la propuesta del niño, su mente lo había llevado a miles de posibilidades para tocarlo. Pero se regañaba al mismo instante en que se dejaba llevar. Se sentía demasiado mal como para seguir fingiendo, así que solo llegaba a visitarlo, dando ordenes como siempre, manteniendo todo su silencio…

Se cuestionaba porque entre las millones de personas existentes, tenía que sentir un desvío hacia Killua ¿Sería por que es el único que le expresa su amor como nadie más nunca lo ha hecho? Le parecía una posibilidad, pero no era suficiente, no era justificación para pensar cosas pervertidas con el niño. ¡Tan solo era un niño! Se reclamaba cada que cerraba los ojos, pero irremediablemente no podía quitarse su imagen día y noche.

¿Cómo le explicaría a su padre que ya no desea seguir viendo a Killua?

Tenia que inventar una excusa para alejarse por completo, le resultaba mal, se sentía pésimo de existir, por momentos quería echarle la culpa al albino por ser tan insistente, no le estaba haciendo bien seguir yendo cada semana y recibir tanto contacto… Esperaría que su padre comprendiese cualquier excusa que le dé.

Ojalá cualquier excusa esté bien.

 

 

-          No hay nadie que pueda ocupar tu lugar, si Killua pierde contacto contigo yo no podría reemplazarte – le había dicho Silva después de que Illumi le justificara su incompetencia en la cúpula, pero no había servido.

 

-          Pero padre, no estoy dando un buen desempeño, hay muchas actividades pendientes – tomó un poco de aire, todavía podía luchar un poco más – Desde que Ging regresó, los trabajos asignados requieren mayor seguimiento, no podemos dejar todo en manos de un equipo que no conocemos y mantienen su identidad secreta. No confío en los zodiacos como tú sí padre.

 

Esperaba a que su palabra tuviese el peso necesario como para hacerlo dudar.

 

-          Mm, notas algo raro en Ging, ¿cierto? Yo también lo he notado, pero no creo que se algo referente a su equipo de trabajo, las ordenes las doy yo directamente. No pueden expandir su mercado sin mi consentimiento, además, si estas tan preocupado por no desatender tus obligaciones. ¿Por qué no mejor traigo tu trabajo a casa?

Los planes se estaban yendo en su contra.

-          No… yo no…

 

-          Si Killua viviese con nosotros no necesitarías tanto tiempo viajando para ir a verle, podrías supervisarlo desde aquí. Sabes que cuento contigo – hijo – puso énfasis en esta palabra para darle ánimos – Sabes que no nací para cumplir un rol de padre, tu lo sabes perfectamente, cumplí con instruirte a ti, eres mi mayor logro – le dijo como última línea, tomándolo del hombro para recargar su peso, Illumi lo miraba a los ojos, los ojos de su padre tan bellos, solo le recordaban a Killua, no podía negarse después de esas palabras, no podía decir no y ofender la voluntad de su padre otra vez, no. Debía matarse y evitar fallarle por andar deseando profanar a su hermano.

 

-          Esta bien padre. Seguiré tus órdenes.

 

Los planes que había tenido de alejarse por completo de su hermanito se habían echado a perder. Desde la muerte de Kikyo, Silva andaba con mucho mejor humor, no había excusa ya para que Killua siguiera alejado de todos ellos, la propuesta había sido de inmediata, Gotoh había recibido la orden de la mudanza y fue encargado de todo. Illumi al parecer había enfermado del estrés que vivía, no podía salir de su habitación y con apenas unos días de enclaustro recibió la noticia de que Killua ya estaría en su casa.

Milluki aun de luto a pesar de haber pasado meses de la muerte su madre, sentía un gran pesar de que el mocoso estuviese cerca suyo, encerrado en sus computadoras, no daba la cara como debería de ser, su padre lo permitía, no podía objetar, su abuelo estaba de acuerdo también, y solo le quedaba observar todo mediante cámaras hasta el día que llegó Killua, fue obligado a salir de su cueva para hacer notar su increíble aumento de peso producto de la inactividad física.

En cambio, los otros dos hermanos menores tenían altas expectativas para ver a su hermano mayor, Kalluto nunca lo había conocido, era el primero en estar presente en el salón, su curiosidad y la de Alluka estaba por toda el área, cómplices los dos planeaban formar un equipo para fastidiar a Milluki como siempre.

Killua había llegado en compañía de Gotoh, todos los presentes los recibieron con pocos ánimos, Silva su propio padre a penas había dado unas cuantas palabras y se había retirado – se preguntaba ¿Por qué estoy aquí? El albino buscaba la mirada de Illumi, no le gustaba estar con tantos extraños, a pesar de que le repitieran su lugar, no se consideraba nada, nunca podría considerarse parte de una familia la cual nunca estuvo. Hasta que su abuelo le habló.

-          Hola pequeño Killua – el niño volteó nervioso al escuchar su nombre.

 

-           Has crecido bastante en estos años – sonriendo y con sus manos hacia atrás, Zeno intentaba recomponer la lengua de su nieto que al parecer no daría signos de soltarse.

 

 

-          Sí, Hola.

 

-          Oh, vamos no temas, estás aquí por petición de Illumi ¿sabías? Puedes tener todo el tiempo que quieras para adaptarte, nadie te molestara hasta entonces – dijo esta línea mirando a sus menores nietos que estaban impacientes por robarse a Killua para ellos, entre niños se entenderían.

 

 

-          ¿Illumi me quiso aquí? – una sonrisa ilusionada se formó en sus labios, que lucían rosados por el calor que sentía, sentía un poco de vergüenza por pensar en su hermano.

Illumi se acercó a él, derrotado, había querido huir, pero su mismo padre había traído su pecado a casa.

-          Sí Killua, te quiero cerca de mi…

 

 

Todos vieron como Killua abrazaba a Illumi y decía muy en alto - ¡Muéstrame la casa completa, llévame a mi cuarto, necesito tomar un baño!

Todos miraron como Illumi sonrió, y el resto de hermanos y abuelo juzgaron como si fuese de terror, nadie era tan afectuoso en ese hogar, nadie repartía abrazos, y todos sabían que Illumi era el que menos entre todos haría algo como eso. Pero ahí estaba sonriéndole al menor para evitar ponerlo triste con su inexpresión. La multitud se esparció, los más viejos sabían que Killua no era como ellos y lo dejaron ser.

-          Que lastima… - murmuró el abuelo – Illumi se ha convertido en su niñera…

 

Pero lo que pensara el resto no le importaba a Killua, estaba tan feliz de saber que viviría con su hermano, no le importaba si estaba lejos de su otro hogar, Gotoh estaba con él, además, su sueño se estaba haciendo realidad, ver a su hermano todos los días… Había usado cada estrella fugaz que pasaba por el cielo para pedirlo, cada eclipse, cada cábala, estaba tan contento que no le importaba demostrar ante los demás lo mucho que quería a Illumi.

En cambio, Illumi estaba muy nervioso, sería mucho más difícil para él mantenerlo al margen si lo tuviese que ver a diario, pero no había marcha atrás, su hermanito se había separado de él y comenzaba a seguirlo. Sus habitaciones estaban cerca, sabía que ese era su destino, ya había llegado, lo que una vez deseo jamás sucediera, había sucedido.

Lo peor era combatir con esos sentimientos que había florecido, a pesar de haberse alejado no había día en que no desease tener a Killua solo para él. Le asustaba sobremanera existir y ser la peor escoria por desear al niño que llevaba su misma sangre. Vivía con el miedo de que sus pensamientos fuesen leídos, cada que entrenaba a sus menores, cada que lo supervisaba y lo veía vulnerable, tan meloso, solo podía salir y fumar en los jardines, respirar el toxico humo le decía que cada vez estaba más cerca de la muerte si alguien se enterase tan solo uno de sus sucios pensamientos.

Los días pasaron muy rápido, Killua no desaprovechaba en tener contacto con él, lo seguía, juntarse con sus otros hermanos, al parecer – con mucho más conocimiento que él – estaban cambiando su actitud, había copiado la rutina familiar, el trabajo, el estudio, no sabía aun que hacían al salir todos los días, pero el igual los esperaba y para no mantenerse aburrido se adentraba al cuarto de su hermano favorito. Echándose a dormir sin preocuparse de nada, deseando dormir con su hermano, aunque sea una vez… Y haciendo esta actividad constante no había esperado que su hermano llegase y lo despertara.

-          Hey Killua, debes dormir en tu habitación, esta es mi cama ¡Levántate! – dijo Illumi al verlo ladeado abrazando una almohada.

-          Déjame dormir un poco más… por favor… - había contestado mientras lo jalaba y lo recostaba a su lado – quédate a dormir conmigo, ya es bastante tarde…

Illumi estaba en una situación donde podría salir perdiendo, Killua dormía y él lo observaba tan de cerca semi recostado a su lado, pudo notar que el inicio de la pubertad estaba llegando, lo había visto y estudiado a sus 10 años y ahora con casi 12, la voz chillona sonaba más grave, ya no le llegaba tan abajo del pecho, ahora no tenia necesidad de agacharse para hablar en frente de él, lo observaba, su melena blanca y su piel sonrosada, caliente por haber estado durmiendo le hizo suspirar…

-          Estoy enamorado de él… - se auto confesó al no poder escapar más con excusas vagas, falsas excusas mentales para fingir que no sentía nada. Sentía todo y quería todo del albino, pero no podía si quiera desear algo así, el niño lo ponía como nadie nunca lo había hecho, ni una mujer hermosa, ni un hombre, ni nadie a su alrededor podría compararse con su hermanito, tan lleno de infinita ternura…

Antes de retirarse con este pensamiento, lo tapó, su hermano a penas y llevaba una camisa abierta y unos pantalones cortos en pleno invierno.

Todo estaba mal en él, solo le quedaba ocultarlo, era bien cierto que su trabajo había mejorado mucho, el físico de su hermanito que era sometido a entrenamiento estaba mucho mejor, su intelecto, su capacidad para tomar decisiones estrategas, sabía que estaba yendo por un buen camino. Así mismo, él también lograba un mejor trabajo con los demás negociantes, acompañando a su padre, ya no tenia excusas para no hacer las cosas bien, su amistad con los otros socios había mejorado. Todo en su vida había cambiado.

Pero nadie notaria lo mucho que sufría por dentro. Su mente estaba sucumbida en el peor pecado que podría desear.

Como cualquier adulto tenía necesidades físicas que satisfacer, pero estaba tan preso del estrés por su vida que jamás le prestaba atención a esta parte de su cuerpo. Hasta esa noche cuando habiéndose confesado, habiéndole susurrado a su hermano dormido – Te quiero tanto… - había sentido que no le estaba sirviendo de nada sufrir por su error, debería afrontarlo, someterlo y hacerse cargo del problema entre sus piernas.

El haber permanecido tan cerca de Killua le había provocado una dolorosa erección, lo había olido, inhalando el perfume de su sudor combinado de dulces, pasando sus labios por sus mejillas para depositarle un casto beso, nunca se hubiera atrevido a tanto si el muchacho anduviera despierto, pero por primera vez dejándose llevar por la imagen ajena habían sido más sus impulsos que la razón.

Retirándose a otra habitación se maldecía por dentro – Estoy tan mal de la cabeza… - y una vez más en su encierro había desnudado su cuerpo para tomar un baño caliente y atender su erección.

 

Ah Killua, eres mi perdición…

 

 

  

 

 

 

Notas finales:

Un capitulo corto, lo sé.

No pude editarlo, lo siento mil veces.

Pero espero les haya gustado.

 

Ya empieza lo chido o.o

 

-Heart


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