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No es de sangre por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

Yaaaaaas! 

Por fin otro capitulo, por fin puedo mostrarles más de esta parejita uff sí.

 

Mmm Mas bien querido agradecer todos los comentarios que he leido, recien los he respondido después de más de un año, yo creí que ya lo habia hecho, realmente lo siento, espero puedan disculpar mi forma tan despistada de ser.

 

Sin dar más vueltas al asunto.

¡A leer!

Capítulo 14:  Manipulación


Illumi vestía sus telas más elegantes, casi nunca se preocupaba por su aspecto o en detalles, pero ese era un día diferente Ë’Ë’ Killua cumplía 12 años Ë“Ë“ La razón para estar listo era inmensa, después de haber pasado meses meditando sobre sus sentimientos se había rendido a la idea. Estaba enamorado, pero no estaba tan loco como para hacer algo indebido, no importase la cantidad de oportunidades que tuviera, o la cantidad de veces que Killua se subía en él, o cuando estaba tan cerca como para besarlo, o cuando lo veía salir de la ducha, no. Estaba consciente de su posición, con todo el problema que había tenido durante todo ese año, lo que menos quería era llenarse con más y más conflictos en su mente. Killua era necesario en su vida para despejarse de todo lo malo que le ocurriese, no podía ser al revés.


Aquel día había sido esperado por él, en su hogar, el resto de convivientes no recordarían que era el cumpleaños de Killua, pero Silva e Illumi sí. A lo que el padre solo había dicho:


Ë’Ë’ Llévalo a pasar un buen rato Ë“Ë“ Preocupado por tanto trabajo, no necesitaba estar presente en una salida infantil. Desde que Kuroro se había fugado el trabajo era inmenso y nisiquiera sin dormir podía ocuparse de tanta labor.


Pero para Illumi era la oportunidad perfecta para descubrir un poco más por que le atraía tanto un niño como él. Quería verlo de más cerca, desde que había estado todos esos meses a su lado se había limitado a mantenerlo al margen para evitar recrear sucios pensamientos. Pero necesitaba una respuesta, había llegado a la conclusión de que entre más tiempo pase con él menor más rápido le pasaría sus deseos de tenerlo.


¡Cuán equivocado estaba!


La salida que habían tenido había sido la mejor para Killua, desde que había comenzado a vivir con su familia había adquirido nuevas conductas, ya no le interesaban los programas de televisión ordinarios, prefería jugar con los equipos de Milluki, ya no hablaba con aplicaciones de celular, no se reía de lo común, ahora sus gustos se estaban mesclando con el resto de hermanos, y aquello lo motivó para hacer algo diferente. Había estado estudiando las estrellas, el mundo fuera del planeta… sí, eso deseaba hacer, conocer más.


Quería más sucesos nuevos en su vida, tenia a su hermano para él, lo quería tanto que no podía estar más feliz de estar a solas y abrazarlo mientras veían constelaciones en el mirador de la ciudad, cerca de la playa, donde el viento golpeaba más fuerte y el olor a mariscos era más profundo.


-          Hey Illumi – Killua tamboreaba con sus dedos pegados al balcón del mirador, estaba nervioso – ¿Podríamos hacer durar más este día? – había dicho mirando el despejado cielo azul, apretando a la vez sus puños, esperando respuesta.


Illumi que miraba por el telescopio se detuvo para mirarlo un momento dudoso de lo que había escuchado ¿Un día más largo? Lo estaba mirando a la luz de la luna, el pelo blanco de su hermano bailaba con el viento, sus ojos azules querían decirle algo, no supo por qué, pero deseo salir corriendo, algo andaba mal.


Killua se había acercado a él, empinándose con los ojos cerrados, tomándolo con las dos manos en los hombros… Su boca inexperta hecha un piquito le había dado un tierno beso, rápido, inesperado… El mayor desconcertado había tenido una visión en aquel momento.


¡Su padre le arrancaría la cabeza!


Killua lo miraba con expectativas, deseando escuchar algo lindo, pero no fue así.


-          No puedes hacer eso Killua… ¡No puedes volver a hacer algo como eso! – los nervios del mayor estaban ganando la batalla, por más que quisiese sentir otra vez ese calor en sus labios no podía, no debía dejarse llevar por más que Killua tuviera la mirada cristalina… llena de lágrimas apunto de brotar…


Espera no, no me hagas esto”


 


-          P-Por qué… Acaso no puedo desear… Yo… Solo quiero darte mi cariño, tú ya habías dicho que estaba b-bien… - Killua se tapaba la cara de vergüenza, su hermano era todo para él, desde que lo conoció, su vida era mejor porque él existía, quería besarlo, abrazarlo, quería acompañarlo siempre, deseaba ser solo de Illumi, pero en su mente no comprendía por qué debía detenerse a mostrar todos sus sentimientos ¡Eran verdaderos!


Illumi lo tomó de los hombros, deseando que se calmara, que no llorara, su corazón se estrujaba, prefería mil veces que su padre lo mate antes de ser el motivo por el cual llorase su hermanito.


 


“¿En qué estás pensando?”


-          Oye Killua, no llores, esta bien ¿entiendes? Esta bien, puedes demostrarme todo lo que quieras.


“¿Qué estoy diciendo?”


-          Puedes darme otro beso si deseas…


 


“Solo uno más…”


 


Killua sonrió con aun su rostro mojado, Illumi se había agachado lo suficiente para limpiarle las lágrimas, había cerrado sus ojitos de nuevo, victorioso, ¡Ah! ¡Era todo un manipulador! pensaba Illumi, con tan solo un poco de sufrimiento había obtenido lo que quería.


Illumi lo vio acercase de a pocos con su boquita ligeramente abierta. Dudó por un momento, pero si no lo hacia quizá el llanto de su hermano no pararía, o quizá quería creer eso, tal vez era su excusa mental para hacer de sus porquerías…


“Que importa ya, estoy muerto igual”


Killua lo besó. Y él sonrió.


 


El albino frunció el ceño, molesto ¿Ahora que pasaba?


-          No lo estamos haciendo bien, no se ve como una escena de película, vamos a intentarlo de nuevo ¿sí?


Ni siquiera pudo contestar pero Killua ya se había lanzado a sus brazos otra vez, Illumi reaccionó por instinto más que por razón.


Sí… aquello era lo que deseaba, sentir a su hermano más profundamente, un beso como el que había soñado por fin se daba, las manos de su mayor lo abrazaban y le hacía disfrutar como solo un sueño podría hacerlo. El menor había soltado un sonidito para dar entender que estaba feliz, solo había separado su rostro para tomar aire, agitado, totalmente ruborizado, solo podía ver los labios de su hermano mayor húmedos, y la respiración agitada en sus mejillas... Quería más, cada vez era más y más grande su necesidad de Illumi.


 


Para el azabache era una perdida total, su mente mareada le indicaba que si seguía tendría un colapso, había estado imaginando tener a Killua tantas veces que por un momento creyó estar soñando otra vez, se sentía bien, pero no podía sucumbir ante otra proposición así, Killua podía ser muy persuasivo a la hora de adquirir lo que fuese, siempre lo había notado, pero era totalmente injusto para él que estaba rendido ya. También pensaba en que si alguien se enteraba de ese momento se moriría, literalmente debía pensar en morir después de aquello, todo era incorrecto, excitantemente incorrecto.


-          Uno más por favor…


 


-          No Killua, esta bien por ahora. Ahora… solo debemos ir a casa y debes prometer que esto quedara entre nosotros.


 


-          ¿Cómo un secreto de hermanos?


 


-          Como un secreto de hermanos… - asintió.


 


“Oh Killua, me estás matando por dentro


 


La vida juntos había mejorado, desde que lo tenía tan cerca no podía dejar de imaginárselo besándolo, llevándoselo para él, riéndose un poco más… Aunque sus pensamientos lo estaban volviendo loco no se los recriminaba tanto como antes, pensaba que el echo de no tener pareja lo estaba llevando a la locura de desear a su hermano. Sabía que le gustaba, era más que obvia su reacción ante cualquier estimulo - Si tan solo no fuésemos hermanos… - se decía raras veces cuando el albino le guiñaba la mirada y lo llamaba con ese tono gatuno que tanto le gustaba.


-          Si tan solo no fueses un niño… - otra frase más que rondaba en su cabeza, cuando lo veía agitado golpeando el esqueleto de madera de entrenamiento. – Si tan solo… no estuviera tan loco por ti…


¡Pero como no estarlo!


Cada día era su martirio, verlo dormir cada tarde, verlo semidesnudo en la piscina familiar, llamándole como si quisiera provocarlo… Por momentos creía que Killua sabia lo que hacia con él, por momentos, solo por momentos dudaba de esa inocente cara y faceta tímida… ¿Acaso se estaba confundiendo?  ¿Se estaba volviendo tan loco por el menor que distorsionaba la realidad?


-          Hey Illumi – Killua lo llamaba para volverlo a la realidad – Puedes alzarme la camisa, tengo las manos sucias – la sonrisa del pequeño era tan radiante como siempre que por un momento el mayor se sintió estúpido por creer que un día esa sonrisa seria más que fraternal.


-          Quédate quieto entonces…


Killua lo miraba sonrojado, a veces solo hacia cosas para llama la atención de su hermano, lo quería cerca, más que antes, lo necesitaba todo el tiempo, su corazón no podía darle otro motivo para correr tanto, sus manos querían tocar el rostro de Illumi en cada oportunidad, quería escuchar su nombre tantas veces como fuera posible. Quería más besos, más abrazos, el mayor nunca sospecharía que era deseado por el otro, jamás se imaginaria que Killua lo deseaba celosamente, desde que lo vio llegar a su casa, desde que lo cuidó…


La camiseta del albino estaba afuera de su cuerpo ya…


¡Ah! Como podría no mirarlo, Illumi había pasado su mano por la delicada piel solo un momento y eso había bastado para ponerlo nervioso.


-          Debes seguir golpeando el esqueleto, ten cuidado con los golpes bajos, no te confíes – le dijo Illumi para cambiar de tema.


-          Sí – Killua seguiría obedeciéndole con todo, cada vez estaba más seguro que podía conseguir todo lo que quisiese de Illumi, estaba armándose de valor para pedir otro beso como el que obtuvo en su cumpleaños, eran la mejor recompensa que pudiera desear – ¿Sí… logro derribar el esqueleto me darás algo a cambio? – el albino miraba a su hermano por lo bajo de su flequillo rebelde, había obtenido la atención que quería por que el mayor se había acercado para ayudarlo con el calentamiento antes de la práctica.


-          No creo que lo logres, pero si lo haces puedes pedir algo a cambio – Illumi se preguntaba qué clase de juego nuevo seria aquel, ¿Acaso su hermano estaba deseando algún regalo? ¿Un permiso? Tenia curiosidad, así que puso una regla fácil.


-          Derríbalo y puedes pedir lo que quieras.


-          ¿Lo que quiera?


Killua sonreía y después de haber flexionado sus músculos, contra el suelo, había alzado su pierna más hábil golpeando así el esqueleto de madera que le regresaba cada golpe, esquivando los brazos de este, se defendía con el antebrazo, concentrado, tres golpes más en el centro y uno en sus costillas le había hecho perder el aire, pero reincorporándose seguía usando sus puños limpios para desestabilizar la base del armazón. El reflejo del equipo de madera le dio otro golpe en el rostro, por un momento Illumi se movió alarmado intentando detenerlo, pero Killua repetía una y otra vez la estrategia, si tenía que soportar un poco de dolor para estar con Illumi estaba bien. Así que con muchos más ánimos había terminado por romper la madera tallada del esqueleto, dejándolo inservible, orgulloso de su hazaña miraba a su hermano que le sonreía.


Para entonces Zeno se había acercado a ellos de entre las sombras del pasillo, cruzó el jardín y aplaudió a Killua con gracia.


-          Muy bien chico, si sigues así pronto podrás luchar contra una persona de verdad. ¿Quisieras que este viejo te enseñe un par de trucos?


Killua asintió, a la vez que se tocaba el rostro, sentía dolor, el golpe que había obtenido empezaba a formar un ligero morado en su mejilla.


-          Tengo que echarte desinflamante Killua, tu rostro no puede quedar así.


 


Zeno le dijo que la próxima se lo deje en sus manos, e Illumi impaciente lo había robado para su habitación, jalándolo, su hermanito a penas y llevaba un short por la casa y sudaba fuertemente. La sola idea de verlo golpeado le disgustaba, sabia que si dejaba que su abuelo le diera un par de lecciones quedaría mucho peor, no iba a permitirlo.


En cambio, Killua estaba contento, había derribado el equipo de entrenamiento, lo había roto con sus manos que, ahora yacían dolidas y adormecidas de tanto usarlas. Estaba feliz de volver a estar en el cuarto de Illumi, no había tenido que entrar de hurtadillas, estaba ahí con el permiso del mayor el cual lo obligó a meterse a la ducha y lo había encerrado.


“Ya no soy tan pequeño”


Pensaba mientras se echaba shampoo en la cabeza, le gustaba vivir con sus demás hermanos, aunque no compartiese tanto con su otro hermano mayor, le gustaba estar ahí, podía conversar con Alluka, o ver a Kalluto entrenar y luego comer a su lado y de Gotoh, no estaba mal, siempre había deseado una familia, y aunque su familia era rara, era todo lo que tenía. Pero en especial Illumi era quien más felicidad le daba, no podía olvidar su primer beso, sabía que después tantos meses tenia el poder de manejar la situación, y este día tampoco se escaparía de sus manos.


Solo le molestaba que Illumi lo siguiera tratando como un niño pequeño. Ya había pasado dos años desde que lo conoció otra vez “Ya tengo 12 años” se decía, ya no puedo ser igual que antes… Pero le era tan difícil no comportarse infantilmente cuando Illumi lo llamaba, quería jugar con él y hacerle saber que era su mundo. ¡Era tan difícil crecer con alguien que le robaba los suspiros!


-          No demores mucho, tengo que atender tu rostro… Ya sal de ahí.


-          ¡Ya!


 


Tenia el deseo de demostrarle que podía hacer más, que no era tan pequeño ya, que podía ir a su lado, aunque no supiera a donde va cada mañana en su auto. Solo quería estar con él…


 


-          Illumi, ¿Cuándo papá me dirá que hacen durante las mañanas?


-          Cuando él lo vea conveniente para ti.


-          Ya no soy tan pequeño, papá dice que tú eres mi instructor ¿Por qué no me dices la verdad?


Illumi lo miró por un momento y aguantó la risa, su hermanito hacia un gran puchero con sus labios apretados, cruzaba sus brazos como si estuviera molesto, fingiendo estarlo…


-          Todavía eres un niño Killua


-          ¡Pronto seré un adolescente!


-          Un niño, pero más grande, nada más.


Killua tenia la toalla enlazada en sus caderas, con la piel aun húmeda su hermano se rehusaba a dirigirle la mirada como el quisiese, solo volteaba a verlo por ratitos para darle su espacio, sabia que lo respetaba, pero, ese mismo respeto lo ponía furioso.


¿No eran hermanos? ¿Tan mal estaba verse directamente?


-          Deberías vestirte ya, o no podré acercarme a ti – la risa en el mayor se había detenido en ese momento.


 


Illumi ya estaba poniéndose nervioso otra vez, miraba su reloj de pulsera contando los segundos que Killua demoraba en ponerse decentemente. ¿Acaso estaba jugando otra vez? Estaba impaciente, no quería imaginar que estaba con el cuerpo desnudo de su hermano tan cerca, pero cada vez que Killua demoraba en contestar lo mataba. Recordaba que Killua le había robado un beso, sabia que su hermanito estaba loco, confundido, y esa poca esperanza de amor fraternal estaban llevándolo a imaginar escenarios donde lo tuviera para él.


-          Si crees que soy tan pequeño, entonces ayúdame a vestir – había dicho Killua mientras lanzaba la toalla por los aires para que Illumi lo notara, aunque no lo viese.


-          ¡Deja de jugar, cámbiate ya!


-          Esta bien, esta bien, pero estoy apunto de pedir mi recompensa por haber roto el equipo de madera.


Illumi tragó saliva, se había sentado en el borde de la cama y miraba las esquinas vacías de su minimalista habitación. Killua a veces era como un niño pequeño, lloraba, reía, jugaba, y había otras tantas veces que su voz era tan dominante, se preguntaba si solo le pasaba a él. ¿Acaso Killua tenia otra personalidad que él desconocía?


-          ¡Listo!


El mayor volteó y pensando en que vería a su hermanito con ropa lo encontró solo en un boxer cubriéndole la intimidad, quiso hablar pero por un momento su mirada se perdió  en esos músculos delgados, tonificados, a penas y un poco desarrollados por haberse ejercitado, todavía tenía los rasgos infantiles más notorios, el ombligo tenía solo un poco de firmeza, aún flácido y suavecito como un pan, se detuvo solo para memorizar el cuerpo de su menor… ¡Como podía apartar la mirada! Killua podía ser muy provocativo cuando se lo proponía.


“Tienes que ser directo con lo que quieres, si deseas algo solo hazlo”


Las palabras de Alluka retumbaban en su cabeza, quería otro beso de su hermano, un beso más largo, el primero había sido muy chiquito, muy poquito para él… Así que con valor se había subido a la cama, avanzando de forma gatuna hacia el borde donde se encontraba el adulto. Lo miraba como suplicando que no le vaya a regañar.


-          Deberías vestirte Killua, no esta bien que andes así.


-          ¿No somos hermanos acaso? ¿Verme así está mal?


-          ¿Acaso te pondrías así para Milluki?


Killua torció la cara, molesto, le disgustaba que Illumi sea tan cortante.


-          ¿Acaso Milluki me ha cuidado como tù? ¿Acaso él me acompañó durante estos años? ¿Acaso él es mejor que tú? Tú eres el mejor hermano Illumi, solo quiero estar contigo. ¿Está mal eso?


Otra vez, otra maldita vez Killua podía destruir su mundo, esa barrera impuesta cada vez era más débil ante tan bonitas palabas, tan halagadoras, tan especiales, le hacían creer que solo había nacido para escucharlo, de una vida llena de miseria, llena de maltrato, aquella era su salida, su luz. Por un momento se odió al desearlo, estaba mal por donde lo viese, pero le era inevitable. Estaba enamorado y ese momento solo le hacía remarcar más sus sentimientos.


-          No está mal, solo que no entiendes… Hay cosas que los hermanos no pueden hacer –   Killua no parecía cambiar de expresión, quería decirle que estaban mal ciertas acciones, pero como podía hacerlo sin herirlo con sus palabras.


-          Ahora me toca a mi pedir mi premio – había dicho el albino a la vez que se acercaba a su hermano, el cual había retrocedido un poco, la cama ya no tenía más espacio, Killua ocupaba todo en su posición, Illumi apenas sosteniéndose con su cuerpo se hallaba arrinconado en el borde, viendo como su hermanito casi desnudo se subía encima de sus piernas, abrazándolo, pudo notarlo temblar ¿Era su imaginación? ¿Acaso él era responsable de ese estremecer?


Sí que lo era, cada segundo donde su hermano lo tocaba era su culpa, era su maldita culpa por no salir corriendo, por no llamarle la atención como debía haber hecho cualquier hermano mayor, pero le era tan difícil gritarle cuando acaba de recibir tantas dulces palabras. En cambio, Killua veía que el otro no ponía resistencia, estaba complacido de saberse observado, de sentir el calor debajo de su cuerpo, su hermano era su pasatiempo favorito. Solo deseaba una cosa más de él…


-          Mi beso Illumi, tienes que darme un beso, yo rompí el esqueleto de madera por ti…


Illumi solo pudo mirar como era atacado por los labios de Killua, totalmente suaves, dulces, las manos frías ajenas lo tomaban del rostro con miedo a que lo separasen, lo sabía, sabía que ese beso estaba mal, todo estaba mal, pero no podía reaccionar, solo había podido abrazarlo tocando con sus manos la piel desnuda. Killua estaba muy frio, más que de costumbre, así que deseo calentarlo, y sabia que la inexperiencia de su hermanito era lo que llevaría el ritmo de ese beso.


-          Illumi… - La voz del menor sonaba muy bajito, con algo de miedo le susurró – ¿Puedes besarme más? Por favor…


Esas palabras otra vez ¿Cómo podía detenerse? El ósculo tan inocente que tenían había pasado a uno mucho más invasivo, jadeante, Illumi estaba cansado de poner resistencia a lo que tanto Killua pedía, quería huir, pero el otro le perseguía, quería olvidarlo y el otro lo ataba con su magia. No podía retroceder, si moría por andar besando a su hermano estaba bien, seria una hermosa muerte después de todo.


-          Solo un poco más Killua… no puedes obtener siempre lo que quieres…


Había dicho a penas y tomando un poco de aire, mirando fijamente a su niño sonrojado mirándolo completamente encima suyo con la piel a su disposición. La escena lo estaba excitando, debía detenerse, no quería que el otro viera su debilidad, pero ya era muy tarde para eso.


Killua aprendió aquel día que podía con su hermano cuanto quisiese, solo debía pedirlo, solo para él… Él era su debilidad, lo sabía, y no podía estar mas contento de obtener lo que deseaba.


“A Illumi era lo que deseaba”


 



 


Lo había dejado ya después de curarle las heridas del rostro, una crema desinflamante y listo, el anochecer indicaba que Illumi debía encerrarse a trabajar con su padre asuntos importantes.


Killua no podía ser más feliz…


 


“Te amo Illumi, tú eres todo para mi”


 


Solo que no podía saber la magnitud de sus actos, aquella noche el mayor no podría descansar en paz, no con la imagen del albino jadeando en sus piernas, no podía perdonarse haber sido un degenerado que ha sexualizado a su propio hermano, ya estaba destinado a morir, solo eso le daba un poco de paz en esa tormenta de amor, saber que la muerte se llevaría consigo el pecado lo mantenía cuerdo. Porque sí, su padre lo mataría si se enterase de tal comportamiento.


-          Necesito que vengas a mi despacho Illumi – su padre lo llamaba molesto, y notó que malas noticias llegarían.


A menos que el secreto durase una eternidad, pero era imposible”


 


 


 


Realmente imposible.


 

Notas finales:

POR QUE NO TE DAS CUENTA QUE TE AMA ILLUMI AH!

 

Ash, es que me desespero con mis propios escritos xd

 

 

Gracias por leerme!

 

-Heart


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