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No es de sangre por Heartshaoi

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Notas del capitulo:

Por ahora los capitulos no son largos, pero a partir del numero 5 serán más entretenidos.

A los que estan leyendo, les mando saludos. 

Y, a los que leeran esto más adelante también.

 

 Los que leen mi otra publicación les digo que seran los lunes dia de actualización. Siento no poder subir los capitulos con mas frecuencia,  estudio y por ahora no tengo mucho tiempo.

¡Igual gracias por leerme!

 

 

 

 

 

 

¡A leer!

 

Capítulo 3: ¿Quién sabe?

Meses después juraría que fue una pesadilla su vida desde ese momento. Al verlo conversar con Gotoh le pareció extraño, como si fuese un intruso en su casa. Recordaba que era su hermano, sin embargo, estaba tan diferente a la última vez que creyó que era una persona distinta. Pudo reconocer su voz como un animal que ve a su dueño años después de haberse perdido. Según su crianza sus mayores debían ser respetados y admirados por su posición, y, aunque no lo apreciaba , tenía una gran curiosidad por saber cómo era Illumi. 

Killua lo vio llegar y lo saludó, no obtuvo respuesta. Pensó que tal vez no había hablado lo suficientemente fuerte y lo volvió a repetir. Esta vez fue Gotoh quien le aconsejó guardar silencio, para ver como Illumi se acomodaba en el comedor. 
 
Parado en una esquina veía como su rostro en una sola expresión continuaba sin cambiar, de todas las personas que había conocido hasta sus 10 años, jamás había visto a alguien tan misterioso como su hermano. Pensó que tal vez había sucedido un acontecimiento importante y por eso lo habían mandado para ver cómo estaban las cosas con él.
Pensó que después de tiempo su padre mandaba señales de vida por su parte enviando a su hermano mayor. ¡Que chiste! Ni si quiera lo visitó en su cumpleaños.
 
Intentó hablarle, pero como una barrera magnética su boca fue callada con tan solo su mirada, después de tiempo la sensación de estar siendo presionado por una autoridad volvia a él. No pudo evitar recordar a su madre y la forma en que fue tratado. Buscó ocultarse detrás de Gotoh, no era capaz de verlo directamente sin sentir escalofríos. No había experimentado nada malo con él, pero podía sentir como era rechazado por su presencia.
 
Decidió marcharse del lugar para evitar problemas, dedujo que tal vez no era conveniente relacionarse demasiado con su hermano, además, nunca lo había hecho, solo recordaba las veces que le ordenaba cosas y ya. No tenía recuerdos precisamente de afecto o algo parecido, así que sin ningún ligamento de por medio intentó salir de la escena.
 

 
Solo vio como Gotoh se iba a su cuarto por orden de Illumi, y muy tensó corrió a su habitación. Pudo ver como era perseguido por el moreno, mientras el corria con sus pequeñas piernas, el otro solo tenia que caminar a paso lento. Le recordó a esa película llamada “El Aro” que le asustó mucho hace algunos años atrás, y ahora, tenía a su hermano persiguiéndolo con el mismo aire de la protagonista.


No podía hablar, nisiquiera se atrevia a preguntarle algo, desde el momento en que su saludo fue rechazado supo que no obtendría nada bueno. 
 
Killua no entendia que era sentirse presa de intimidación, era alguien normal que no soportaba tener un mal trato, era feliz a su forma con Gotoh, viviendo a diario con el pesar de ser un hijo rechazado. Desde muy pequeño supo que no debía estar cerca de los demás, entonces aquella información en su subconciente se presentaba, para hacerle recordar que no debería estar cerca de Illumi.
 
En su cama envuelto después de haber cerrado la puerta como alma que lleva el diablo, se quedó muy asustado, y no era precisamente por tener una figura “desconocida” rondando su pequeña casa. Si no más bien por la extrañeza de ver a un familiar cerca de él después de muchos años. No lo comprendería hasta que creciera, pensaba que Illumi era algo así como “mágico” “demoniaco”, ya que siempre lo vio con sus ropas negras y apariencia oscura. 

...


Su mente le provocaba imaginar escenas donde era olvidado, abandonado, y no deseado en el mundo.  Tener a Illumi cerca solo contradecía lo que por años había acumulado dentro de él. Si no lo querían y lo llevaron lejos de casa ¿Por qué ahora envían a su hermano? 
Solo podía comprender que todo aquello era para atormentarlo, hasta que el sonido de la puerta lo distrajo de sus pensamientos poco realistas.
 
Se paró asustado decidiendo si debía o no abrir la puerta, ¿será Gotoh? No tenia opción, así que con firmeza tomó la perilla y lo que encontró después de asomarse por el umbral lo dejó en una sola pieza.
 
- Killua – sama, esto es para usted.
 
Gotoh llevaba en sus manos un pastel grande, y sonriendo muy alegre lo invitó a pasar al comedor. No pudo evitar saltar de alegría, en su cumpleaños no había podido comer una y estaba triste por no poder compartirlo con nadie. 
 
Corriendo muy cambiado de animo se lavo las manos  y la cara. Cuando llegó a  la cocina vio a Illumi sentado tomando café,  se quedó observándolo sin poder comprender la tensión del ambiente. La llegada de Gotoh fue lo único que lo calmó, después de recibir la mitad de la torta para él solo se dio cuenta de que el invitado lo miraba con extrañeza. El mayordomo se dio la molestia de explicarle  a Illumi que el niño necesitaba comer al menos 6 comidas diarias porque necesitaba muchas energías para su desempeño mental.
 
-Oh… - emitió con sarcasmo al verlo tragarse de un solo bocado todo lo que había en el plato.
 
- Gracias Gotoh -san. – dijo llevando su plato al lavadero.
 
- No me agradezca a mi Killua -sama. Fue Illumi -sama quien trajo la torta.


“¿Qué?”
 
Se quedó mudo otra vez. Observaba la  espalda de su mayor y veía su largo cabello adornarle el marco. No lo recordaba así, y tampoco sabia como reaccionar ante ese gesto.


-Gracias- dijo buscando su mirada, pero no obtuvo nada. Solo vio como se paraba y se iba dando unas ultimas indicaciones a Gotoh en un idioma que no conocía. Se había dado cuenta desde sus 6 años que hablaban en claves entre familia como si ocultaran algo de él.


Al quedarse solo  otra vez con Gotoh empezó con las interrogaciones al pobre hombre que intentaba calmarlo.
 
-¿Qué quería aquí? ¿le a sucedido algo a papá? ¿vendrá a verme? ¿seguro que el trajo el pastel? ¿Por qué hablan en claves?
 
- Pido que se calme Killua -sama. El joven Illumi vino a visitarlo el día de hoy y, sí, su padre está bien, me dijo que le manda saludos.  Y si está en lo correcto, Illumi -sama trajo el pastel por su cumpleaños , pero hablamos en claves por que hay cosas que aun no puede saber.


Tenia suficiente con esa respuesta. Ya mas adelante buscaría encontrar más información.
 
Por ahora  se estaba  formando una nieva imagen de Illumi en él. No creyó que alguien de su familia se presentaría para saber de su existencia y apreciaba el hecho del detalle. Aunque eso no quitaba la extraña sensación que tenia de sentirse amenazado. Podía sentirlo como un animal salvaje que aquella mirada ocultaba malas intenciones, pero en su mente de niño inocente no entendía su habilidad para calificar a las personas y entonces buscando aferrarse a lo positivo empezó a  creer que su hermano si era bueno después de todo.
 

 
Esa noche recordó la  vez en que Illumi lo protegió de esa mujer que se hace llamar su madre.
 
Supo que era diferente a lo que creía y decidido a ganarse un poco su confianza deseó que regresara otro día para hablar con él.
Lo único que quería el albino era ser aceptado por su familia o por alguien de verdad. Quería dejar de sentirse poco importante y la muestra de “afecto” de aquel día lo dejó con un buen sabor en la boca. Tal vez sea muy pronto para el que pueda comprender su situación,  pero era un niño que deseaba soñar y llenar un poco más ese vacío familiar.
 

 
Llegó a casa muy malhumorado. Cuando vio a Milluki no pudo evitar empujarlo por las escaleras, su abuelo no le llamó la atención porque sabia muy bien como se encontraba, es más., era el quien desde un principio supo que nada bueno saldría al haber enviado a Illumi tras Killua. 
 
Milluki furioso intentó acusarlo con su madre pero, fue ignorado por esta cuando vio que Illumi traia noticias del albino. Al ver su rostro contrariado y poco amigable entendió que esa tarea no había sido nada fácil para él, entonces supo que para Illumi ya era un castigo estar así.


El hijo mayor ya solo en la oficina de su padre comenzó a hacer un informe detallado de la salud física y mental de su hermano. Según lo que le comentó Gotoh, tiene un apetito anormal y una gran fuerza física.  De un archivo sacó las notas del colegio al que estaba asistiendo y comprendió según los apuntes y comentarios de los profesores que era un niño excepcional y que necesitaba estar en un espacio mas avanzando para poder usar todo su potencial.
 
Le era molesto ya haber ido a verlo. No soportó que le sonreiría la primera vez, se sintió asqueado y frustrado. No creyó que después de todo ese tiempo su rencor pudo haber perdido ante la obediencia. Fue con intenciones de hacerle daño, y no fue así. Ni siquiera pudo interrogarlo y todo lo tuvo que sacar de Gotoh. Illumi no pudo hacer nada para desestresarse y otra noche más se quedó con ganas de eliminar esa horrible sensación dentro de él.
 

 
Una vez a la semana iba a verlo. En todas las ocasiones Killua lo saludaba y él lo ignoraba., las primera veces el niño se sintió confundido y luego comprendió que seguiría igual siempre. Por ocasiones lo veía leer en el jardín esperando a que Gotoh terminase de preparar la comida y lo espiaba a lo lejos observando cada uno de sus movimientos. El niño se preguntaba a qué venia todos los domingos y qué exactamente quería lograr. Justo el fin de semana del mes de marzo después de dos meses haciendo lo mismo Killua decidió esperarlo en el jardín por que estaba cansado de no encontrar nada diferente. Estuvo muy ansioso toda la semana esperando aquello cuando por fin Illumi se presentó a la misma hora de siempre.
 
Supo que lo observó y no pudo evitar tensionarse ante la frívola mirada del mayor. Lo imitó y se sentó al frente suyo y no dijo nada porque estaba envuelto en su presencia.
Gotoh observaba todo. Veía la curiosidad de Killua por tener a alguien nuevo en casa. Supo desde el primer día que Illumi no tenia un afecto por Killua y eso le preocupaba. Temía que algún día el albino se encariñe con alguien que lo rechazará. Y lo peor de todo es que eso ya estaba sucediendo.
 
Solo bastaba tenerlo ahí para conocerlo un poco mas. No le importaba si no le contestaba los saludos, o si lo mirará como una escoria. El en su mente comprendía que era la forma de ser de su hermano, además había pasado por peores cosas y eso no era nada.  Solo era un curioso intentando ganarse la amistad de alguien que lo rechazaba a leguas. No lo veía como su hermano si no como un tutor el cual admiraba por ser una persona diferente, intentaba meter en su cabecita que era su hermano pero le era imposible ¿los hermanos de quieren no? 

 
Según su perspectiva los hermanos se cuidan y se tratan bien, o al menos eso veía en la calle. Entonces ¿Qué relación tiene el con Illumi? Ninguna. Solo lo recuerda como un ejemplo a seguir en su antigua casa, recuerda cuando era felicitado por Silva por cosas qué el desconoce.
 
Era admirable, no había malicia en su juicio. Para Killua Illumi era el único cercano que lo visitaba a pesar del rechazo en el que vivió. Y eso era motivo suficiente para que crea en su “bondad”
 
En su falsa bondad…
 

 
Cada mes se sentía más grande. En cada momento compartido más preguntas se formaba con respecto a ese cambio tan repentino. Nunca había pronunciado su nombre “I – llu -mi”” se le hacía complicado decir aquello sin no sentirse nervioso. Killua había comenzado a leer a escondidas los libros que Illumi leía solo para saber que tan interesante era su vida. Se lleno de curiosidad cuando descubrió que aquellos fueron de estrategias y de psicología, algunos eran crónicas y documentos registrados de la segunda guerra mundial.
 
Cuando comenzó no pudo detenerse, Gotoh le pedía muchas veces que no dejará sus quehaceres por leer algo que no comprendía, pero Killua entendía todo a la perfección. Ciertas palabras complicadas y desconocidas eran buscadas para darle sentido a las oraciones. Amó desde el primer momento al sentirse igual que Illumi al estudiar la misma información. 
 
Leyó 3 libros en una semana, aun no era lo suficientemente rápido como Illumi para leer al menos uno en un día, su memoria fotográfica ayudaba a recordar todo al detalle e intentando probar su conocimiento le pidió Gotoh que le hiciera una examen.
 
...
 
- ¡Gotoh- san juguemos ajedrez!
 
No se resistía a las peticiones del niño aunque lo lamentara horas después no podía negarse. Jugaba muy bien y solía hacerle jugadas difíciles para confundirlo y aburrirlo, sin embargo Killua después de haber estudiado tantas formas de ganar no podia perder. Solo bastó 2 partidas para que el mayordomo se rindiera ante su profesionalismo. 
Lo felicitó dándole un chocolate, su chocolate favorito, el señor Chocorobot. Aquel día después de haber amanecido esperando cualquier cosa menos a su hermano este se apareció irrepentinamente para arruinar su guerra de ajedrez.
 
Con una mirada bastó para que Gotoh se fuera del lugar y los dejara solos. Killua tragó saliva preocupado. Se suponía que solo los domingos aparecía y en ese momento no pudo saludarlo como antes lo hacía.
 
Illumi fue enviado por Silva para darle un mensaje al albino. Pocas ganas tenía de estar ahí un día jueves.  Cansado de sentirse observado por esos ojos azules le tendió la mano a la vez que le daba un sobre amarillo.
 
Lo tomó sin dudarlo sin despegar su vista de los hipnóticos ojos ajenos. Se sintió amenazado cuando el otro se dio la vuelta, no entendía de donde salían esas sensaciones y reflejos de defensa. Como si estuviese esperando algo más se quedó parado en medio de la sala plantando su mirada en su gran espalda.
 
- Hola.
 
Pudo decir a penas con una ligera linea de voz. Se sintió tan ignorado cuando el otro lo dejó con la palabra en la boca que no pudo evitar sentirse inferior. Aquellas acciones bajaban su autoestima, cada vez, otra vez Illumi lo dejaba sin decirle nada, con la unica diferencia que esta vez le trajo un sobre.
 
Cuando su hermano se fue corrió a su cuarto para ver a solas lo que ahí había. Ansioso de encontrar algo que de señales de vida de su padre arrancó el papel envoltorio.
Una carta.
 
La leyó grabándose cada palabra en su mente buscando mensajes inexistentes. Esee papel dejó de ser tan importante cuando uno mucho más pequeño apareció en el fondo del sobre. Lo miró extrañado, estaba doblado en 4 partes como ocultando algo; y magníficamente eso era cierto.
 
“Lee el primer libro del ultimo estante”
 
Illumi sabía que el niño leía a escondidas de él, pero Gotoh se encargaba de informarlo de todos los movimientos del menor. Cuando le dijo que Killua podia comprender libros de estrategias le pareció interesante, el creía sobre todas las cosas que el conocimiento no se debía guardar si no, compartir. Y así lo hizo, le dejo una nota en medio del encargo de su padre solo para hacerle saber acerca de su pensamiento.
Killua corrió a la cocina esperando hablar con Gotoh a solas y así fue. Le enseñó la tarjetita y comprobó que esa letra era de Illumi. Era la primera vez que se comunicaba con él, aunque era de una forma escrita igual la contaba como una señal.


La primera señal…
 

 
Le pareció irrelevante ir solo por eso. Silva aprovechaba su estadía en casa para mandarlo a vigilar a Killua. Tenia suficiente con una vez a la semana ¿acaso ha de ir siempre? Ni pensarlo.
 
Hacia lo imposible para no arrancarle los ojos con los que le miraba, eran azules igual a los de su padre, no podía negar que eran bellos y aun así no quería comprender que eran inocentes.
 
Otro día más terminaba para él constante lloriqueo de Kikyo. aunque su casa no sea la mas estable prefería estar ahí que cerca de Killua. Poco faltaba para las reuniones de comienzo de año, recordaba perfectamente que Silva le había dicho que lo llevaría como su representante y segundo al mando. Podía soportarlo todo si era tratado así como alguien importante dentro de la familia. No permitirse ser menos que Killua ¡jamás! Él iria con su padre a donde fuese que lo llevase, a donde fuese…
 
Las semanas habían transcurrido, por momentos veía a Alluka usar faldas y peinarse como una chica. Según lo que le dijo Zeno ese seria su “arma” su belleza femenina.
Le dio pena al ver como usaban a su hermano como objeto de pruebas para situaciones desagradables, aun así creía que eso era mejor que estar en la nada como cierta persona.
Aunque él no lo creía y negaba rotundamente Killua se había metido en su cabeza haciendo que compare a todos con él. Quería hacer enloquecer  al niño con su silencio pero él era el único que se ponía mal de la cabeza con cada ocasión. ¿Cuánto tiempo podrá resistir?
 
No lo sabe, y Killua tampoco…
 
 

Notas finales:

¿Quien sabe?

Después de leer y llegar a las notas finales me doy cuenta de que falta tanto...

Tanto para que esta historia si quiera comienze a tener sentido.

 

 

-Heart


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