–¿Misha? ¿Cass? –La voz preguntó desde el otro lado y el menor gimoteó, esa voz era demasiada conocía para él.
–Es Jensen. –Dijo el ojiazul intentando alcanzar su camisa a toda costa, siendo detenido por las manos del menor.
–Shh, iré, será peor que no responder. –Se alzó arreglando un poco su ropa y fue a abrir la puerta, notando a Jensen con una brillante sonrisa.
–Hey si estabas acá, estoy aburrido ¿Vamos a salir por la ci…?–No terminó su pregunta cuando notó el cabello revuelto del menor, sus labios brillante y un extraño aroma. Su mirada bajó hasta notar la erección del mas alto y gimió casi indignado. –¡No es cierto! –Le apuntó y empujó un poco para pasar, mirando a Misha semi-desnudo sobre la cama. –¿Cómo pudiste? –Exclamó mirando molesto a Jared, el cual rió un poco.
–No es lo que crees. –Alcanzó a soltar Misha desde la cama, mientras comenzaba a levantarse, pero cayó sentado cuando Jared jaló al molesto rubio en sus brazos, dando un beso igual de pasional que el que habían tenido antes.
Podía ver pasar todo frente a sus ojos, pero parecía irreal, las manos del mas alto sobre las nalgas del otro, gimoteos leves mientras sus bocas chocaban en besos casi furiosos, necesitados de un poco mas.
–Que…Mierda…–Jadeó ligeramente mas excitado al ver a ambos hombres literalmente comerse la boca.
Jensen ladeó el rostro, mirando a Misha incrédulamente, al tiempo que Jared le besaba el cuello, sacando suspiros y ruidos obscenos de sus labios. Las inquietas manos del mas bajo comenzaron a quitar la camiseta del menor.
–Jay…Cariño…Tenemos miradas. –Intentó recordar la presencia ajena y el hombre en su cuello asintió, dando una ultima mordida.
–U-Ustedes…–Misha era un lio de todo en ese segundo, no sabía que era real o que no, tal vez el licor tenía algo, tal vez era un sueño, golpeó su frente con sus nucas y se quejó; Dolía, era real, Jensen y Jared se habían estado besando frente a él…
–Bueno, Misha…–Admitió Jared caminando peligrosamente hacía él. –¿Cómo decirte? –Preguntó besando la mejilla del ojiazul, el cual parecía de hielo. –Queremos influenciarte, comerte…Hacerte nuestro. –Besó su cuello nuevamente, besando el lóbulo de la oreja.
–Te haremos sentir bien, te lo aseguramos. –El rubio se acercó , tomando asiento al otro lado de Misha, besando el costado del cuello, bajando un poco por el vientre para luego arrodillarse a la orilla de la cama, mirando a Jared con ojitos de cachorro. –¿Puedo?
–Puedes, bebé. –Este aceptó, mientras se sentaba tras el ojiazul, dejando este sentado entre sus piernas, quitando lentamente el broche del cinturón y luego bajando la cremallera. –Misha…Jensen hace el mejor sexo oral del mundo. –Las manos de Jensen terminaron de bajar la ropa, exponiendo la semi-erección.
El mayor aun estaba demasiado nublado de placer, las gruesas manos de Jared sobre su pecho, acariciando sus tetillas, retorciendo y los labios en su nuca, dando dulces besos. Jadeó, el rubio le separó un poco mas de piernas, dejando su sexo expuesto.
–Ahora probaré tu gracia, ángel. –Susurró como si se tratara de Dean, soplando del sexo con su aliento tibio, sosteniendo la base con su diestra y lamiendo por bajo el eje hasta la punta, descubriendo el glande y dando una lenta lamida, produciendo jadeos de los labios del mayor.
–Jen…No juegues. –Pidió Jared, alcanzando con su mano el cabello del nombrado, tirando hacía abajo con fuerza, Jensen abrió la boca con obediencia, metiendo la mitad del sexo a su boca, succionando, lamiendo cada detalle, rodeando con su lengua y apretando mas sus labios en torno al grosor.
Su cabeza fue guiada en un ritmo lento, de arriba abajo, una y otra vez, notando el cuerpo tembloroso de Misha contra su pecho. Lentamente fue recargando la nuca en su hombro y le hizo mirarle, besando sus labios con deseo, mordiendo estos, dejando mas gruesos de lo que ya eran. Un larga corrida de gemidos escapó de su boca y apretó las rodillas del mas alto, inhalando con fuerza.
El rubio fue sacando de a poco el miembro de su boca, el cual quedo unido por un fino hilo de saliva a su labio inferior, los ojos azules de Misha parecían cristales llenos de lujuria y una expresión molesta se apoderó luego de ellos al notar como Jensen parecía no querer seguir con su juego y así fue, se levantó, quitándose toda la ropa, dejando caer prenda por prenda hasta mostrar por completo su cuerpo y su miembro brillando en liquido preseminal.
Jared recorrió el cuerpo de Misha con ambas manos y le tomó ambas piernas, haciendo que quedaran las rodillas del mayor por fuera de las propias, dejando completamente expuesto a su compañero, el cual jadeó por la flexibilidad exigida del momento.
–Tranquilo. –La voz gruesa del castaño resonó en el odio de su ahora “victima” y besó el cuello, lamiendo, succionando un poco mas, mirando como Jensen volvía a quedar de rodillas, esta vez tomando el aceite para masajes, pues era lo primero que vio. Extendió un poco de este por sus dedos, masajeando sobre la entrada del mayor, notando como este apenas apretaba los labios, recobrando lentamente la razón, mas el rubio no dejó que aquello pasara por completo y volvió a meter el miembro en su boca, en un ritmo constante, una y otra vez, succionando de arriba abajo y empujando uno de sus falanges, adentrando por completo de este al cuerpo del mayor.
Misha gimoteaba, mordía su labio, rasguñaba el cuerpo de Jared, intentando concentrar su cuerpo en alguna idea y no verse a si mismo como un punto erógeno, su piel estaba cubierta por sudor, perlando su frente y pecho, la sensación caliente y humeda de la boca en su miembro y mientras los minutos pasaban, Jensen agregaba otro dedo, hasta ser extendido por tres de estos. No podía mas, su respiración acelerada casi al limite, su rostro sonrojado y oleadas de calor se hicieron presentes, estallando en un gemido crudo, depositando todo su semen dentro de la boca ajena. Miró hacía abajo, aun sin creerlo, los labios del rubio rojizos, entreabiertos, manchados por su semen.
Jared tendió con cuidado al mayor en la cama, notando a Jensen deseoso y no tardo en unirse a ellos.
–Jen ¿Qué tal la influencia de Misha? –Preguntó en total doble sentido.
–Uhm, dulce. –Aseguró gateado a la cama. –¿Puedo hacerlo? –Preguntó mostrando el aceite de masaje, acariciando su propio sexo, duro y goteante.
–Para…–La voz del ojiazul parecía mas ronca de lo usual, pero su miembro aún estaba medio erecto. –Ustedes…–Se quejó, intentando ordenar ideas.
–No, Jen, ponte en la cama con las piernas al pecho… –Jensen le miró sin creerse aquello y Jared rodó los ojos. –Has molestado mucho a Misha, deberías darle un premio o por lo menos algo que él disfrute. –Le reprendió y de alguna forma este asintió, realizando lo que le había sido pedido.
El castaño tomo el aceite y untó un poco entre las nalgas del rubio, aprovechando de meter una almohada en su espalda baja y sacando un gemido pequeño ante lo frio del producto. Los ojos de Jensen brillaron, extendiendo un poco mas sus piernas para el mayor.
–Manos a la obra. –Jared tiró de una mano al mayor, haciendo que quedara casi sobre Jensen, este gimoteó, separando las piernas, frotando su trasero ligeramente contra el miembro.
Misha suspiró, no había vuelta atrás, su cuerpo era solo sensaciones y su sexo estaba tan caliente que sentía que se derretiría. Empujó por la estrecha cavidad, penetrando el caliente anillo de nervios y no dudo, empujó con fuerza y de una vez, en cierto modo, en venganza de todo esto. Los ojos del rubio se abrieron en sorpresa, sacando unas pequeñas lagrimas ante el ardor de ser extendido de golpe, si bien no era virgen, un poco de juego previo nunca estaba mal.
Jared aprovecho el momento en que ambos estaban quietos sobre la cama, gustando el intimo momento, dándose besos húmedos, para quitarse el resto de la ropa, si ver a Jensen gemir ante un orgasmo provocado por él era sexy, verlo siendo follado por otro hombre, bastaba para sentir que se correría ahí mismo.
–¿Se divierten sin mí? –Preguntó posicionándose tras Misha, separando un poco sus piernas y empujando su glande contra la humeda entrada del mayor, empujando lentamente, notando un jadeo de entre dolor y placer escapar de su boca y al estar por completo dentro, también notando un quejido a la par de ambos, ante el choque de las tres caderas.
–Ahhm…Jay…–La voz del rubio resonó en el cuarto, seguramente ante el peso de los dos cuerpos sobre sí, mas eso no detuvo al mayor de los tres, el cual movió lentamente su cadera, intentando acostumbrarse al miembro dentro de su cuerpo.
–Shh, Misha, esta bien. –Dijo Jared en su espalda, mordisqueando el hombro, sosteniendo de las caderas y marcando un leve ritmo que empujaba la cadera hacía la de Jensen.
Los gemidos no tardaron en presentarse en los tres hombres y el sonido de las pieles chocando junto al respaldo de la calle raspar la pared, el sudor perlaba los cuerpos en la cama y el ambiente parecía un set en el verano.
Jared aumentó los movimientos para escuchar a sus amantes mas altos y la reacción fue inmediata, la cual no duró mucho, pues los gemidos fueron cubiertas por un beso posesivo por parte de Misha, mordiendo fuerte los labios del rubio hasta romper un poco de este, notando unas pequeñas gotas de sangre hacerse presente.
El rubio gimió con fuerza, su cuerpo ya no daba mas, los empujes de ambos hombres, la mano de Jared que se había colado a atender su miembro, la fricción del miembro de Misha contra su próstata, gimió, casi llorando, a punto del orgasmo, estaba por llegar cuando curvó su espalda y Jared apretó un poco mas el miembro, evitando que este eyaculara.
–Jay…Jay…Por fav-favor…L-Lo necesito. –Gimoteó rasguñando los pectorales del hombre frente a sí, mostrando sus ojos llorosos de placer, su entrada palpitando, envolviendo mucho mas el miembro dentro de su cuerpo hacía quemarle. –¡Mishaa! –Gimió con fuerza cuando este bajó a su cuello, besando con fuerza, como si se hubiese unido a la tortura que estaba tejiendo Jared y cuando este soltó su mano, gritó aun mas fuerte, curvando espada en la cama, notando la humedad caliente en su vientre, manchando también el de su compañero.
Ambos gimieron casi al mismo tiempo y el castaño se salió de a poco del interior de Misha, dejándose caer en la cama, agitado, notando como el mayor se desplomaba sobre el rubio, sin dejar de dar pequeños besos en su cuello, como si de alguna manera le mimara.
Tras un pequeño periodo de tiempo, escuchó un ruidito, medio quejido de Jensen, el cual se removió un poco cuando Misha salió de su cuerpo y se tendió a la orilla de la cama, dejando al rubio en medio, aún agitado por el orgasmo.
–No saben…Cuando…Realmente los odio, chicos. –Se quejó el moreno, aun así su voz sonaba casi cariñosa, como un regaño mezclado con una broma.
Las respiraciones se fueron normalizando, hasta quedar por completo calmados y el castaño se sentó en la cama, escuchando un pequeño ronquido de parte de Jensen, acarició su cabello, el pobre parecía haber corrido una maratón completa, sus mejillas rojas, rasguños y mordidas.
Le acarició levemente la mejilla y un gruñido escapó de la boca ajena, girándose hacía el lado de Misha y abrazando a este sobre los hombros como si de un oso se tratase, enganchando también una pierna a la cadera.
–¿Cuenta decir lo siento? –Preguntó el castaño, abrazando por la espalda a Jensen y besando su hombro.
–Mañana hablamos, ahora necesito dormir. –Se quejó el ojiazul, abrazando de igual modo a Jensen, besando su frente y para sorpresa de Jared, alcanzando los propios labios en un beso. –Buena noche, idiota.