En los pasillos del palacio de las noches, Ulquiorra se dirigía a la habitación donde se encontraba Inoue, trataba de olvidar lo sucedido en la sala de reuniones, pero cada vez que trataba de olvidarlo, no podía, quería algo más de la sexta espada. Entró a la habitación de la prisionera y como siempre le dejaba de comer, cuando termino su labor, se fue a su habitación, de un portazo cerró la puerta. Ulquiorra estaba confundido, no paraba de caminar en círculos, se dirigió a su escritorio y de allí se sentó, en su escritorio tenia montones de libros sobre los la vida humana y sobre todo de las emociones, entré otros.
En otra parte del castillo de las noches, una espada disfrutaba su victoria, mientras caminaba hacia su habitación, Grimmjow quería recordar ese momento tan excitante pero en ese preciso momento vio algo que le interesó mucho. Allí estaba ulquiorra afuera de la habitación de la humana.
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Grimmjow estaba fijamente mirando a Ulquiorra, cuándo se dio cuenta de algo.
-diablos, enserio me lo podría follar a hora mismo, creo que estoy salpicando de baba que asco.-
Después de ver a Ulquiorra lujuriosamente, Grimmjow se fue a hueco mundo a matar algunos hollow y también practicando sus técnicas de combate. Al terminar de fue a su habitación para darse una ducha.
-Porque a mí me tienen que pasar estas cosa tan raras. Además por ese maldito de Ulquiorra, creo que ya se me paro.-
Dentro de la regadera Grimmjow se estaba lavando todo su cuerpo pero de la nada le vino un pensamiento muy extraño pero muy excitante, la pose de Ulquiorra cuando lo beso. Grimmjow no pudo aguantar más, y se empezó a masturbase, imaginándose en el baño a Ulquiorra totalmente desnudo, tocando su piel tan blanca y frágil, ver esos ojos de color de jade y la tentación de escuchar esa voz decir su nombre con un toque de lujuria, sus movimientos se volvieron más bruscos pero le encantaba, no espero mucho para “correrse” en ese preciso momento Grimmjow se recargo de espaladas en la pared de la regadera, sintiendo como el agua caliente tocaba su cuerpo y todo su cuerpo lleno de un calor interno de deseo, todo para él se volvió borroso pero también fue una experiencia única.
- Maldición, creo que ese maldito enano engreído me está empezando a gustar.
Entre jadeos y maldiciones, Grimmjow salió rápido del baño, luego se fue cambiar y después ir a la habitación de Ulquiorra.
<<Ulquiorra, es la hora de que salgamos a jugar, hehehe pero en tú habitación y luego a tú cama. >>
Cuándo Ulquiorra termino de leer, se dirigió a su cama donde se recostó. <<Porqué, los humanos tienen esos pensamientos y emociones, no logró captar mucho de lo que leí, tal vez sea una enfermedad. Pero, cuándo Grimmjow me besó, sentí algo extraño en mi pecho pero también con el deseo de más. >>
Ulquiorra no lograba descifrar estos extraños sucesos que tenían, cerró los ojos y siguió pensando en Grimmjow. De repente sintió algo muy pesado sobre su pecho, trato de abrir sus ojos y lo que vio lo impacto, era Grimmjow quien estaba sobre él pero estaba desnudo. Ulquiorra le dirigió una mirada muy seria.
- Quítate sexta, no quiero verte.
- Que acaso tienes miedo jajajaja
- Claro que no además, ¿cómo pudiste entrar a mi habitación?
Sin respuesta del otro espada.
- Te estoy exigiendo una respuesta Grimmjow.
En ese momento ulquiorra se percató que Grimmjow le dio un beso, pero este beso era más violento, Grimmjow le había mordió el labio superior haciendo que saliera sangre, sin importar la sangre que emanaba ulquiorra, el siguió besándolo. Sus bocas estaban llenas de salida y sangre, Ulquiorra quería que para, pero sintió algo muy extraño en su cuello. Grimmjow le había mordió, pero no una mordida inocente si no una mordida, como si Grimmjow se lo estuviera devorando. Ulquiorra sintió un gran derrame de sangre. << Estúpido Grimmjow… me está consumiendo, no puedo permitir eso. Parece que me va devorar y no me dejara con vida, ¿Qué es lo que está pensando? >> Grimmjow siguió mordiendo cada centímetro del cuerpo de Ulquiorra, clavando sus afilados dientes haciendo que la piel blanca de Ulquiorra se manchara con un color tan hermoso.
- Grimmjow detente, basta me estas lastimando. Ahh.. no quiero ser parte de ti… no quiero esto... aléjate...
Grimmjow se acercó más a ulquiorra, luego le susurro a su oído. - quiero ser el primero quien te devore mi pequeño enano.
Ulquiorra se sonrojo al oír su voz mientras sentía cada mordida de Grimmjow, el seguía gimiendo más fuerte como si sus pulmones se quedaran sin aire, por instinto llevo sus manos sobre la espalda de Grimmjow. Pero cada vez las mordidas fueron más fuertes haciendo que Ulquiorra llorara.
-! Ya ¡Basta, ya no más, detente me estas lastimando. Ulquiorra se despertó y vio que todo era un sueño, un amargo y desagradable sueño, presencio unas pequeñas gotas de sudor en su frente, se fue al baño para poder refrescarse y luego se recostó de nuevo a su cama. Estaba mirando el techo ya no quería dormir.
- ya no quiero saber nada de ese sueño. Solo quisiera descansar.
Pocos minutos después, se escuchó un gran estruendo en su habitación, alguien había lanzado un cero a su habitación, ocasionando un agujero en la entrada de la puerta, mientras el humo se desvanecía, no se podía distinguir quien era él que lanzo ése cero, Ulquiorra escucho los pasos que se dirigía así él, seguí acostado en su cama, pero cuándo vi quién era su mirada se volvía más fría. Grimmjow estaba parado enfrente de ulquiorra observándolo, mientras que Ulquiorra se levanta para poderlo ver a la cara.
- ¿Que crees que está haciendo Sexta?, no puedes lanzar ceros donde te convenga.
Grimmjow noble dijo nada, solamente sonrió de una manera sínica.
- Acaso eres sordo Sexta, te acabó de decir...
Ulquiorra no puedo terminar de hablar, cuándo Grimmjow lo sujeto de las muñecas y lo recostó de nuevo a su cama para tenerlo debajo de él.
- Jeargejack, suéltame te lo estoy ordenando.
Sin ninguna respuesta.
- Grimmjow, ya vete de mi habitación.
-Oblígame, si puedes.
Grimmjow siguió besando y mordisqueando el cuello de Ulquiorra, hasta llegar a su boca donde lo beso de una manera muy salvaje, metiendo su lengua y sentir el calor que había dentro, dominar la lengua de la cuarta espada, tenerlo a su merced para poderle hacer el amor. Ulquiorra resistía, pero cada vez que Grimmjow dominaba su lengua, él caía del placer, no paso mucho tiempo para que las manos de Grimmjow llegaran hasta los hakama de Ulquiorra.
- No, no que vas hacer. Jeargejack?
- mhh.... Ya relájate, carajo. No ves que me estoy controlando. Yo por si fuera ya te abriría las piernas y te la meto de una vez a tú ano.
- ¡Qué! - sobresaltado por tal confesión.-No te atrevas a hacerlo, o te matare con un cero Sexta.
-Hahah, a ver si puedes lograrlo, ulqui heheh, deja quitarte eso.