Castiel esperaba, recargado sobre el carrito de compras a que Dean escogiera el cereal con fibra que Sam le había exigido que comprara.
“Solo toma uno Dean” Le pidió Cas, con toda la paciencia de un hombre enamorado.
“¿Cuál crees que sepa menos a cartón?” Preguntó, seriamente preocupado. Cas soltó una pequeña risa, acercándose a estudiar las cajas de cereales. Estaba por recomendarle uno con pasas, cuando sintió un ligero jalón a la tela de sus pantalones. Al bajar la vista, se encontró con unos pequeños ojos café, observándole con atención.
“Hola” El moreno le sonrió con cariño, le gustaban los niños después de todo. Había algo en su inocencia que hacía que Cas se quedara prendado de ellos.
“¿Qué tenemos aquí? Hola Campeón ¿Dónde está tu mami?” Dean se había arrodillado frente a él, sonriéndole ampliamente al pequeño, quien no parecía incomodo cerca de ellos. No era la primera vez que veía a Dean interactuar con niños, sabía que le gustaban, que se llevaba bien con ellos y les gustaba. Cas no los culpaba, a él también le gustaba mucho Dean.
“¡Alfie! Dios mío, no vuelvas a asustarme así.” Ambos alzaron la vista del pequeño, para encontrarse con los ojos aliviados de la madre del pequeño. “Lo lamento, es un niño muy curioso y solo me distraje un segundo”.
“No hay problema” Afirmó Cas.
“Asegúrate de no perder de vista a tu mamá chico” Le dijo Dean, revolviendo su pelo con camaderia. Ambos se despidieron de Alfie, quien se fue tranquilamente con su madre.
Cas pensó en la segunda pregunta, era, después de todo el momento adecuado. Pero después de lo que había sucedido anoche, no quería alterar a Dean de nuevo.
“Estúpido Sam y su manía de comer cartón” Gruñó Dean, volviendo al tema de los cereales de inmediato.
“Es fibra Dean, no Cartón” Le escucho murmurar un lo que sea, sabe a cartón, pero decidió ignorarlo por el momento. “¿Te gustan los niños Dean?” Fingió leer el reverso de una de las cajas.
“Están bien supongo” ¿Qué? ¿Solo eso?
“Pareces llevarte bien con ellos”
“Creo.” El rubio hizo una mueca y tiro al carrito la caja que Castiel fingía leer. ¿Por qué tenía que estar enamorado del Winchester al que no le gustaba cooperar? El Winchester en cuestión, tomo el carrito y siguió su recorrido por los pasillos del supermercado. “Es decir, me llevo bien con Ben”
Cas apretó los labios un poco, conocía a Ben, el hijo de la ex novia de Dean, Lisa. Eran agradables y si era sincero le caian muy bien. El único problema era precisamente que Dean era su exnovio. Bueno, no era un problema. Eran puros y llanos celos. Pero lo negaría hasta la muerte.
“¿No te gustaría tener lo que Lisa tiene?”
“Oh, nene, eso ya lo tuve”. Le guiñó un ojo, obviamente refiriéndose al tiempo en que estuvieron juntos.
Castiel se quedó boquiabierto una milésima de segundo antes de fulminarlo con la mirada. Oh, no, no le daría la satisfacción de verlo celoso. No. Es más, ni siquiera estaba celoso. Que no. Apresuró sus pasos y se adelantó. Que hiciera sus compras solo, el esperaría en el auto.
“¡Oh vamos Cas no te enojes!” Le escuchó trotar detrás de él. “Sabes que estoy bromeando nene, anda”
“Cállate assbutt” Cas le hubiera sacado la lengua si no fuera algo infantil y él era un hombre adulto, gracias.
Dean no se molestó en contestar, rio suavemente y tomo a Cas por la cadera, atrayéndolo hacia sí y pegándolo a su cuerpo. “¿Estas celoso?” Preguntó con una sonrisa ladina, esa que Cas sabe, usa siempre que sabe que va a salirse con la suya, porque Cas es tan débil con el, no puede negarle nada, mucho menos cuando le sonríe así. “Admítelo”
Castiel se mantuvo estoico, haciendo su mejor esfuerzo para no caer en su juego, al menos no tan rápido. “No” Le respondió tercamente.
“Apuesto a que si ¿Pero sabes qué?” Cas le clavo la mirada, una ceja arqueada. “¿Qué?” “Me gusta más lo tuyo” Le dijo en un susurro ronco, cargado de deseo, mientras inclinaba el rostro para besar el cuello del moreno.
“¡Dean!” Cas se alejó de el un poco, los ojos muy abiertos y las mejillas sonrojadas. “Estamos en público” Le recordó. “¿Y? Que vean.” Le dijo con una gran sonrisa. Y demonios, Castiel deseaba tanto estar a solas para… “Vamos a casa… Mi casa… lo que sea”
Tomo de nuevo el carrito con compras, dirigiéndose rápidamente a la salida, Dean siguiéndolo de cerca, con una gran sonrisa en el rostro.