Su figura alta y delgada llamaba la atención, mientras se movía paso a paso bajo sus pantalones ajustados. Al ser modelo de alta costura, conocía perfectamente su cuerpo y su estilo, optando por algo fresco. Jiyong había comprado una casa para sus padres cuando empezó a ganar dinero a los dieciséis años, lo que fue una casa de verano en la isla Jeju, se convirtió en la vivienda permanente de los Kwon. Era ahí donde se dirigía, para visitarlos.
Sus padres y abuela, lo recibieron cariñosamente con los brazos abiertos. Fue una sorpresa para Jiyong encontrar a su mejor amiga de infancia. Hyorin una conocida en el mundo de la moda, era una exitosa maquilladora que al igual que Jiyong había alcanzado sus sueños.
“Mi bebe esta tan delgado. A puesto a que deja de comer por ponerse esa ropa.”
“¡Mamá por favor!”. Jiyong se quejó algo avergonzado.
“¿Qué?, sigues siendo mi bebe.”
“Claro que no, tiene veintiocho años, es un adulto y se ve muy bien.” Su abuela se acercó para darle un abrazo.
“Abuela, es bueno verte.” Jiyong la abrazo con dulzura mientras besaba su mejilla.
“Mira lo hermoso que te has puesto.”
Jiyong le regalo una sonrisa avergonzado por el halago. “Tal vez, lo herede ti, abuela.”
“Debiste avisarnos hijo, hubiéramos ido a recogerte al aeropuerto.”
“Te lo agradezco papá, pero quería darles una sorpresa.”
“Y vaya que lo lograste” Hyorin sentada frente a él, hablo.
“Lo mismo digo, es bueno verte. Ya me estaba aburriendo de las video llamadas.” Ambos amigos rieron en complicidad.
Jiyong, Hyorin y el resto de la familia pasaron la tarde juntos. Recordando viejos tiempos y hablando sobre el trabajo y las experiencias que habian adquirido. Bien entrada la noche y después de disfrutar de la cena, Hyorin se retiró. Jiyong abrazo a su amiga con la promesa de verla pronto.
“Por favor madre, ya hemos hablado de esto.”
“Cariño, solo vas a conocerlo, no te estoy pidiendo otra cosa.”
“Mama, detente.”
“Pero hijo…”
“He dicho que no, y no insistas.”
“Jiyong, hijo, espera…”
Jiyong cerró la puerta de su habitación, dejando a su madre con la palabra en la boca.
“Debería haber sabido que seguiría insistiendo.” Refunfuño Jiyong, recostado en las sabanas de la cama.
Jiyong era hijo único y provenía de padres alfa. Contra todo pronóstico creció fuerte e independiente. De esa forma fue criado. Pero eso no impedía que dejare de ser un omega después de todo.
“¡¡¡No siempre vas a modelar, si sigues con esa actitud acabaras solo y desprotegido!!!”, le dijo un día su madre, cuando el tenia veintidós años. Jiyong se sintió ofendido.
“¡Ojala pudieras estar en mis zapatos madre!”, su voz salió tan fuerte que temblaba de rabia, con los ojos inyectados de lágrimas. Su abuela que había vista la discusión fue la única que lo comprendía, porque al igual que él, era omega.
“No le hagas caso.”
“Pero ella dijo…” Sus manos en puños solo mostraban cual frustrado estaba.
“El amor aparecerá, sin importar el tiempo que pase.”
“Abuela…”, Jiyong no creía en el destino, pero su abuela era prueba de su existencia.
Era cerca del medio día, los rayos del sol entraban fuertemente por la ventana, Jiyong se preguntó porque su madre no estaba revoloteando por la puerta de su habitación. Quizá estaba enojada por la discusión de anoche.
“Buenos días.” Jiyong tomo asiento en la encimera de la cocina.
“Buenos días”, respondió su madre concentrada en la estufa.
“Ayer dije muchas cosas, lo siento mama, yo…”
“Está bien hijo. Solo estoy preocupada por ti, no quiero que te quedes solo, tu padre y yo no estaremos siempre.”
Jiyong miro a su madre y percibió la angustia en sus ojos. “Mamá, mamá, te amo, no debes preocuparte, estoy bien.”
“Lo se cariño, pero quiero lo mejor para ti”. La madre de Jiyong realmente estaba preocupada, Jiyong no había mostrado interés por nadie y los alfas o betas que se sentían atraídos por él, terminaban alejados por el fuerte temperamento de su hijo.
“Tú, papá y la abuela son lo más importante en mi vida y no lo cambiaría por nada. Si volviera a nacer, sería el mismo omega, criado por dos maravillosos padres alfa que me enseñaron a valerme por mí mismo”. Jiyong beso las manos de su madre.
La madre de Jiyong abrazo a su hijo mientras las lágrimas caían de sus ojos. Eran lágrimas de orgullo y de tristeza al mismo tiempo. Jiyong era un omega maravilloso pero también muy testarudo.
Después de un momento madre e hijo se sentaron a comer en calma. La madre de Jiyong no volvió a tocar el tema, pero por alguna razón Jiyong quería saber más.
“Seguirás con tus planes.”
“Si, tu padre y yo invitamos algunas personas.”
“Genial.”
Jiyong volvió a su comida y su madre lo observo. “¿Hay algo que quieras preguntarme?”
“N-no.” Jiyong abrió los ojos, como si hubiera sido descubierto en una mentira.
“Bueno.” Sonrió su madre, muy segura de lo que había visto.
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“Parece que hiciste buenos amigos.”
“Si, todos son muy amables.”
“Me alegra escuchar eso mamá.”
Seunghyun compartía el desayuno con su madre.
“Pero dejemos de hablar de mí y cuéntame de ti.”
Seunghyun sonrió amablemente, “No hay mucho que contar madre, a menos que sea de trabajo.”
“Entonces cuéntame. Nunca me aburriría de escuchar a mi hijo”. Seunghyun asintió y comenzó hablar.
Seunghyun fue criado en una familia a la que llaman mixta. Generalmente eran poco usuales pero había algunas de ellas. Su padre un alfa, su madre una omega y su hermana mayor una beta, conformaban esta maravillosa familia. Tanto a Seunghyun como a su hermana se les inculco la tolerancia y el respeto por los demás, sin importar que estos sean omegas, betas o alfas. Hecho que lo llevo a estudiar leyes y a graduarse con honores de la universidad. Para Seunghyun como alfa, le fue fácil conseguir trabajo, comenzó como asistente, pero realmente el ambiente no era agradable, a diario veía que omegas y betas pasaban por tramites rigurosos y largos, debido a la intolerancia de algunos colegas, eran otros tiempos, pero aún existía la idea de que el alfa siempre sería superior al resto.
“Toda esta mierda, no sé porque los hacen llenar tantos papeles si finalmente van a rechazar sus casos.”
“Seunghyun, tranquilízate. Te pueden escuchar.”
“Pues que me escuchen.”
“Seunghyun…”
Así, Seunghyun renuncio y abrió su propia oficina que poco a poco se convirtió en un exitoso buffet de abogados donde la equidad y la igual era el lema.
“Es increíble como la intolerancia puede llegar a destruir a una persona”. La madre de Seunghyun comentaba acerca del último caso que tomo su hijo, mientras tomaba su café.
“Buenos Días.”
“Hyeyoon querida, entra. Mira a mi hermoso nieto, que guapo se ha puesto.”
“Dentro de poco le hará competencia a mi hermanito.” Hyeyoon sonrió en dirección a su hermano.
“No tengo problema con la competencia.” Seunghyun abrazo a su hermana.
“Es bueno verte Seunghyun, la última vez que nos vimos fue para el funeral de nuestro padre.”
La madre de Seunghyun secó algunas de las lágrimas que cayeron por su rostro.
“Lo siento mamá, no debí decir eso.”
“No querida, no tienes por qué disculparte. Soy yo la que debe asimilar que tu padre ya no está con nosotros.”
El padre de Seunghyun murió en un accidente de auto dos años atrás, un momento trágico para toda la familia.
“Lo siento, sé que no tengo excusas por haberlas dejado solas. Pero necesitaba tiempo.”
La madre de Seunghyun abrazo a sus dos hijos y a su pequeño nieto. Dándoles fuerza y confort.
“Bien, dejemos las lágrimas, a su padre no le gustaría ver algo como esto.” Todos estuvieron de acuerdo. Si hay algo que había que recordar del señor Choi, era su gran y hermosa sonrisa.
Todos volvieron a la mesa.
“Vi en la televisión que ganaste el caso de la señora Park.”
“Si, con ayuda de un testigo y los datos del forense pudimos hacerlo.”
“Estoy tan orgullosa de ti. Quiero decir, de mis dos hijos.”
“Solo hice justicia mamá. Nadie merece morir de esa manera y menos por dinero.”
Hyeyoon estuvo de acuerdo, “Yo también estoy orgullosa de ti.”
“Gracias.” Las orejas de Seunghyun tomaron un color rojizo, algo que indicada que estaba avergonzando. Su hermana Hyeyoon lo noto y decidió cambiar de tema.
“Dime mamá, iras la fiesta que está organizando la familia Kwon.”
“Si, de eso estaba hablando hace un momento con tu hermano.”
“He oído que son muy buenos anfitriones con sus invitados.”
“Si, la señora y el señor Kwon, son muy agradables.”
“Supongo entonces que Seunghyun te acompañara.” Hyeyoon miro a su hermano.
“Si mamá quiere, por mi está bien.”
Hyeyoon y su madre se miraron. Era obvio que el interés no era precisamente socializar, sino el buscar pareja para Seunghyun. Tanto su madre como su hermana estuvieron de acuerdo, en que la asistencia de Seunghyun sería fundamental para atraer la atención de alguien. Para Seunghyun era difícil pasar desapercibido, después de todo, su bonito y elegante rostro era difícil de olvidar. Además era inteligente, con principios y de corazón noble, un buen partido. El problema es que Seunghyun no estaba enterado de nada.
“Supe que el hijo de los Kwon también llego de viaje.”
“Es un muchacho muy atractivo. Lo he visto en revistas.”
Hyeoun y su madre estuvieron de acuerdo. Seunghyun por su parte no parecía entender a donde iba el asunto, así que solo guardo silencio.
“Espero que tu hermano y yo podamos conocerlo.”
“¿Hyeyoon tu no vendrás con nosotros?” Seunghyun pregunto.”
“Me encantaría pero tengo que llevar a Yeonjun al pediatra.”
“No te preocupes querida. Tu hermano será un buen acompañante para mí.”
“Eso espero, si me disculpan tengo una llamada.” Seunghyun se retiró un momento para hablar.
“Estaremos haciendo bien hija mía. No quiero que tu hermano se moleste.”
“Él no lo hará. Seunghyun ni siquiera se ha dado cuenta. Además será bueno que se relacione con alguien que sea de su interés.
“Eso espero.”
Tanto madre como hija miraron a Seunghyun hablando amenamente por teléfono desde el jardín.