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Amor Alterno por Thamal

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Shin Makoku - Mundo aternativo N° 25
 
 
 
 


 


— Papá Yuuri. ¿Crees que a Papi Wolfram le gustan estas flores?


 


— Por supuesto Greta. Wolfram estará feliz ya que las elegiste especialmente para el.


 


¿Cuantos años habían pasado ya? Cinco años y aun seguía sufriendo noche tras noche la muerte de quien mas amaba. Pero se mantenía fuerte, y solo por esa pequeña que ahora le acompañaba rumbo al cementerio.


 


Su pequeña hija asintió sonriendo y ambos continuaron caminando en silencio. Para todos en el reino la muerte del consorte real había sido uno de los peores eventos que podían haber sucedido en el país, era una perdida inaceptable pero debían de hacerlo y seguir mirando hacía delante aunque las lagrimas nublaran las vista. Había sido duro, aun no se recuperaban por completo a pesar de los largos años que habían pasado desde su muerte pero sabían de sobra que Wolfram no estaría a gusto si se pasaban la vida llorando por el, por eso mismo todos intentaban sonreír y continuar viviendo sin el.


 


Para Yuuri tener que vivir sin el era como vivir en el infierno, no había día en donde no dejara se extrañarle, en donde le necesitara y deseara poder vivir nuevamente a su lado. Tras mas de dos años casados y amándose, tener que separarse con la muerte era el peor dolor que alguien pudiera imaginar, un dolor con el cual debía de vivir.


 


El sol brillaba en lo alto del cielo, los pájaros revoloteaban por el cielo anunciado su tan típico grito de: Mal augurio. Era un día normal en Shin Makoku, un día que todos recordaban con la muerte del consorte real. Como bien había dicho, cinco años habían pasado desde aquel día en donde su esposo perdió la vida en batalla, y ahora, como todos los años Yuuri se encontraba junto a su hija parados frente aquel gran mármol que tenia grabado el nombre del orgulloso Mazoku de fuego. Cinco años desde su muerte y cada vez que se encontraba frente aquella piedra las lagrimas brotaban de sus ojos recordando como la vida del ser que amaba se terminaba entre sus brazos.


 


Lo recordaba con claridad y solo deseaba olvidadlo, deseaba borrar ese maldito día en donde el amor de su vida le había sido arrebatado pero aunque lo deseara nunca pasaría. Debía vivir con ello y seguir amando al recuerdo de su amado demonio de fuego. Amándole y manteniendo la esperanza que en la próxima vida podrían estar juntos nuevamente. Eso es lo que mas deseaba el monarca, tener nuevamente entre sus brazos a quien tanto amaba y aunque debiera de esperar lo haría.


 


Pero había alguien no podía seguir esperando, sus planes habían sido estropeados y no podía soportarlo. Necesitaba al descendiente del rey para cumplir con su cometido y así regresar a la vida. Aquel rubio de ojos azules estaba furioso, dando vueltas por el templo y pensando alguna manera de que su plan saliera a flote pero no había nada que hacer, su joven descendiente estaba muerto y aunque hizo lo imposible para regresarlo a la vida sus poderes ya no eran tan grande para conseguir aquellos. Con el paso de los años se iba debilitando y ahora tan solo parecía una ilusión, necesitaba hacer algo antes de terminar desapareciendo por completo y perder el amor que la vida nuevamente le había otorgado.


 


— Shinou... ¿No hay nada que podamos hacer? — Pregunto el joven Soukoku conocido como el Gran Sabio: Murata Ken. —Todos estos años... ¿Por que esperaste tanto para decirlo?


 


— Mi Gran Sabio... no quería preocuparte. Tenía la esperanza de que un nuevo descendiente naciera, ese era mi plan pero con la muerte de Wolfram... Ya no hay nada que pueda hacer. No puedo continuar en este mundo sin un cuerpo que mantenga mi alma. Este es mi final... Mi amado Sabio...


 


No. No podía terminar las cosas hacía. ¿Cuantos años habían pasado? ¿Cuanto se había sacrificado para que nuevamente estuvieran juntos? No podía dejar que las cosas terminaran así, no podía perder nuevamente al ser que amaba.


 


— ¡Tiene que haber algo Shinou! Algo que podamos hacer. Tenemos que traer al joven Bielefeld de regreso, de alguna manera tenemos que hacerlo para que puedas vivir... Tenemos que revivir-! — Y allí fue cuando lo recordó. Aquel loco invento que hacía unos días atrás había destruido media parte del castillo Pacto De Sangre. Quizás no podían revivir al joven Bielefeld pero si podían traer otro, era un plan descabellado pero haría cualquier cosa por continuar al lado del rey que amaba.


 


Tan solo hacía una semana atrás la bella mujer de cabellos rojos y conocida como: Lady Veneno había inventado un nuevo artefacto que según ella les permitiría viajar a los distintos universos que habían, pero como era costumbre algo había salido mal y medía parte del castillo había volado por los aires dejando al pobre general, y esposo de la mujer casi al borde de la muerte. Murata, quien se encontraba en esos momentos de visita en el castillo había sido testigo de como el general regañaba a su esposa por volar medio castillo. Y allí quedo ese accidente, como un prototipo de algo que seguramente la inventora no volvería a usar bajo las amenazas de su esposo.


 


— No podemos hacer eso... No podemos robarnos y traernos así como si nada a un Wolfram de otro universo. — Decía el rey original que no estaba en total desacuerdo con la idea que su estratega le había sugerido. Pero aun así no podía hacerlo, no podía separar a esas dos almas viviendo en otro universo paralelo al suyo. No podía hacerlo pero... El era un rey egoísta, y como tal en esos momentos no había nada que deseara mas que la vida. Quería vivir y continuar al lado de su amado Soukoku, y para ello necesitaba al hijo de Wolfram y Yuuri.


 


— ¿Pero si hay otro universo en donde Shibuya haya muerto? O ¿Donde no sea necesario que ellos tengan un hijo para que tu puedas vivir?... Si... Si, hay algún Wolfram que esta sufriendo por Shibuya, ¿No podemos traerlo y que estén juntos?


 


Quizás... y solo quizás si había un universo paralelo en donde al igual que este ese par no estuviera juntos. Quizás en ese universo Wolfram no era necesario y podían traerlo a donde se encontraban. Quizás así podía regresar a la vida y vivir junto a quien amaba.


 


Sobraban las palabras. Aunque fuera algo que no debiera hacer lo haría de igual manera, después de todo había muchas cosas que no debería de estar haciendo y aun así las hacía. El era el gran Shinou, primer rey de Shin Makoku considerado como una deidad y por lo tanto podía hacer lo que quisiera. Así fue como con ayuda de la pequeña sacerdotisa lograron que su plan saliera a flote, y al llegar la noche el joven monarca sería mandado a otro universo.


 


— Mi Gran Sabio... volveremos a estar juntos cueste lo que cueste. — Murmuro antes de desaparecer y dirigirse al castillo Pacto De Sangre. Con sus ultimas fuerzas el rey original se ocuparía de activar aquella maquina que la inventora había creado. Sabían que Yuuri no aceptaría su plan, por ello mismo debía llamar su atención y no había otra manera que tomar la apariencia de su descendiente.


 


Así fue como el monarca abrió sus oscuros ojos de par a par al ver frente suyo a su amado, no sabía como era posible aquello pero no iba a preguntar nada, solo quería abrazarlo y no soltarlo nunca. Pero este salio corriendo de la habitación real. Shinou que mantenía la apariencia de Wolfram guió a un confundido Yuuri hasta aquella sala de experimentos que aun reguardaba la maquina fallida de la pelirroja.


 


— ¡Wolfram! — Grito el monarca entrando a la sala y observando a su rubio cerca de una cúpula de cristal. En esos momentos su mente no se encontraba en condiciones para pensar, no estaba reaccionando a nada mas que al rubio que le llamaba pidiendo que se acercara a el. Lo hizo sin dudarlo, corrió hacía el y lo atrapo en sus brazos perdiendo la noción por un momento.


 


Una fuerte luz le hizo perder la vista por un momento, el sonido de una explosión se hizo presente y poco a poco fue reaccionando observando todo a su alrededor. Ladrillos, papeles y parte mecánicas volaban a su alrededor cuando lo vio y nuevamente le abrazo impidiendo que su amado saliera volando como había logrado ver que Gwendal lo hizo y termino chocando contra una de las paredes.


 


— ¿Wolfram? — No podía creerlo, estaba ahí, su amado demonio estaba entre sus brazos mirándole igual o mas sorprendido que el. Era sus ojos, sus bellos ojos color esmeralda que le miraban fijamente. Era su Wolfram.


 


— ¿Yuu... Yuuri? — Su voz. ¡Su voz! Era la voz de Wolfram, no había duda, era el. — ¡¿Quien demonios eres?! — De un momento a otro se alejo, el rubio había retrocedido y sacado su espada apuntándole como si de un criminal se tratase. No comprendía la situación del todo pero no tardo en darse cuenta. Detrás de su rubio se encontraba el, Shibuya Yuuri de unos años atrás mirando con cierta expresión de asombro en su rostro. Y no era el único. El general que se había recuperado también le estaba apuntando con la espada, en pocos segundos llegaron los demás. Gunter y Conrad, todos le apuntaban con sus espadas mirándole con sorpresa menos la mujer que tenia a sus espalda, esta solo le mostraba una amplia sonrisa de satisfacción.


 


— ¡Funciono! Mi experimento funciono. — Exclamo victoriosa la mujer quien se acercaba al reciente llegado Maou. — ¡Majestad! Tiene que contarme todo sobre su universo, no le dejare marchar esta que lo haga. ¡Ustedes! Bajen sus armas y preparen una fiesta, hay que festejar que mi experimento funciono a la perfección. El Existen-Los-Universos-Alternos-Kun! Nos ha traído al mismísimo Maou de otro universo.


 


Continuo la mujer mientras todos en la habitación iban guardando sus armas por orden del general. Nuevamente su amiga de la infancia y ahora esposa había destruido el castillo, y no solo eso, ahora había traído de al parecer otro universo al Maou de Shin Makoku. Definitivamente debían de hacer algo para que esa mujer dejara de invertir cosas extrañas.


 


— Majestad, oh majestad. Para mi Gunter es un honor poder presenciar este momento, tener dos majestades en un completo honor. — Hablo el consejero con su habitual tono de dramatismo en su voz.


 


— ¿Existen los universos alternos? Así que tu eres yo, ¿Verdad? — Pregunto el moreno de menor edad. — Debemos hacer que regrese pronto o todos se preocuparan. Anissina, ¿Crees que puedes arreglar pronto la maquina.


 


— No puedo hacer eso. — Contesto la pelirroja quien se gano la atenta mirada de todos los presentes. — No hasta que su majestad Yuuri2 me responda unas preguntas.


 


— Esta bien Anissina, responderé a tus preguntas pero por favor te encargo arreglar la maquina. No puedo desaparecer y dejar mis obligaciones en el castillo. — Comento el pelinegro de mayor edad captando de inmediato la atención del general. ¿Acaso no podía quedarse con ese Yuuri2? Se notaba mas responsable que el otro.


 


— Así sera majestad. En dos semanas tendré listo la maquina para su regreso.


 


Dos semanas. ¿Como iba a pasar dos semana en ese universo alterno en donde su amado Wolfram estaba vivo? ¡Aun mas importante! ¿Como es que había terminado metido en esto? Aquel Wolfram que había visto solo fue una ilusión o... ¡Shinou! Otra de sus travesuras seguramente.


 


— Bueno bueno. ¿Que tal si vamos al comedor? Mi esposa nos esta esperando para la cena. — Hablo el moreno de menor edad a lo que el otro no pudo evitar sorprender.


 


¿Esposa? ¿Que era eso de que tenia esposa? ¿No se suponía debía de casarse con Wolfram? Ese universo comenzaba a no gustarle y mas al ver como su amado rubio mantenía una rostro lleno de tristeza.


 


Durante la cena Anissina se ocupo de explicar todo a los demás presentes. Greta estaba algo sorprendida pero feliz de poder ver a un Yuuri mas adulto, Cherry se encontraba se viaje pero seguramente regresaría cuanto antes cuando la pequeña princesa le contara de lo que pasaba en el castillo. Por parte de Gunter, este estaba mas que feliz y no deja de admirar al Maou mas adulto que ahora les acompañaba, Conrad estaba con su típica sonrisa y poniéndose a disposición de su ahijado adulto por si le necesitaba. Gwendal estaba encantado con Yuuri2 como le llamaban, no solamente su cuerpo y facciones eran mas adultas, su personalidad era mas madura, responsable y encantadora. Con el simple hecho de querer regresar a su universo rápidamente para no dejar sus obligaciones como gobernante ya se había ganado el cariño del general que pensaba en secreto como cambiar a este Yuuri2 por el que ellos tenían. La esposo del moreno se encontraba algo sorprendida pero encantada de ver en lo que su esposo se convertiría en un par de años, la inventora no dejaba de hacer preguntas que eran contestadas con total amabilidad por el pelinegro de mayor edad y Wolfram, el no se encontraba en la mesa junto a ellos.


 


Al finalizar la velada una habitación le fue entregada al reciente llegado, guiado por su padrino Yuuri se encontraba con ciento de preguntas en su mente cosa que no paso desapercibido por el castaño. — Majestad, ¿Le preocupa algo en particular?


 


— Conrad... Por no estoy... No. ¿Por que el Yuuri de este universo no esta casado con Wolfram? — Pregunto ganando una mirada de asombro del castaño. — No debería decirte esto, supongo que lo mejor es no decir demasiado de mi universo pero... Wolfram y yo nos casamos hace unos años, no entiendo porque aquí todo es tan diferente con ellos. Gwendal y Anissina están casados, en mi universo también lo están pero aquí... Wolfram no esta casado conmigo, bueno con Yuuri.


 


— Nuestro Yuuri... hace tiempo se enamoro de la reina. El compromiso fue roto por decisión de mi hermano y quedando libre Yuuri decidió casarse con quien amaba. Así es como pasaron las cosas aquí... pero me alegra saber que en algún otro lugar, mi hermano puede ser feliz al lado de quien ama.


 


— Lo era... — Lo era. Wolfram era feliz a su lado, no había día en donde no sonriera y viviera feliz junto a todos en el castillo. Pero esos día terminaron con su muerte. — Mi Wolf era la persona mas feliz del reino. — Finalizo el pelinegro obteniendo una sonrisa del castaño. Y al legar a la habitación se despidieron, Conrad siguió su camino mientras Yuuri se debatía en si entrar a la habitación o salir corriendo y hacer lo que su corazón le pedía a grito.


 


Después de todo seguía siendo el mismo enclenque de siempre, aquel que siempre terminaba regañado por el demonio de fuego. Y, Como todo buen enclenque que era salio corriendo por los pasillos, su corazón pedía a gritos verlo y tener otra vez en sus brazos, ¿Por que no hacer? ¿Por que contenerse cuando el Yuuri de este universo ya era feliz con alguien mas?


 


Detuvo sus pasos frente a la puerta que le separaba de su amado, aquella habitación en la que Wolfram dormía antes de comprometerse era el único lugar en donde podía estar. Y allí estaba, sentado como de costumbre en su cama con un libro entre sus manos.


 


Al abrir la puerta y entrar sus miradas no pudieron evitar conectarse, cerro la puerta tras de el y a paso lento se acerco hacía el rubio. Nuevamente podía sentir el nerviosismo, ese sentimiento que había olvidado al estar frente a su amado ahora lo estaba sintiendo de nuevo.


 


— Wolf. — Le llamo y el ex príncipe Mazoku cerro su libro y se levanto.


 


— Majestad. ¿Que se le ofrece a estas horas? — Pregunto el demonio de fuego sin entender el porque aquel Yuuri2 ahora se encontraba en su habitación. — Si necesita algo puede pedirle a mi herm-!! — Y fue acallado. Aquellos ojos esmeralda se abrieron de par a par reflejando la sorpresa de los actos ajenos. Yuuri había unido sus labios con los suyos, le estaba besando de una manera tan dulce pero pasional que no le costo demasiado reaccionar y alejarse. — ¡¿Qu-Que cree que hace?! — Grito retrocediendo y sintiendo como sus mejillas se tornaban de un tono carmesí. — No puede venir a estas horas y... Y...


 


El pelinegro comenzó a acercarse, el rubio seguía retrocediendo hasta que la parte trasera de sus rodillas chocaron contra el borde de la cama y le hicieron caer sobre esta. La expresión que reflejaba el monarca no era otra mas que de felicidad, se notaba en su rostro una sonrisa llena de amor que el rubio nos sabía como reaccionar a ello.


 


— Es un idiota. El Yuuri de este universo no sabe lo que esta perdiendo, pero es demasiado tarde... No dejare que te vuelva a lastimar.


 


Hablo el monarca que poco a poco se iba colocando encima del rubio. Pero sus intenciones no iban mas haya de un simple abrazo y eso fue lo que paso. Le abrazo con fuerza y escondió su rostro en el pecho de su amado demonio de fuego, y así se mantuvo por el resto de la noche hasta que el sueño le venció.


Wolfram por su parte se había quedado quieto, no pestañeaba ni hablaba... El simplemente, y aun sabiendo que no debía de hacerlo se quedo ahí disfrutando de aquel calor que el cuerpo contrario le brindaba. Le abrazo con sus brazos algo tembloroso y cerro sus ojos dejando que la noche avanzara y diera paso a un nuevo día en el reino.
Notas finales:

¿Que les pareció? QwQ Pronto se vienen mas cosas interesante en esta historia. La verdad disfruto escribiendo esto y tengo muchas ideas para mas Capitulos.

Si les gusta agradecería sus Reviews con sus comentarios, sujerencias y demas. <3 Sin mas que decir nos leemos en la proxima.

Pai Pai.


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