Me desperté con la alarma de mi teléfono y me fui a la ducha, me cambie de ropa y baje a desayunar, mi padre estaba preparando su café mientras tenía el portátil en la mesa, de seguro haciendo algún informe o algo así.
-Buenos días Amber-
-Buen día papá- Mi padre me extendió pan tostado recién hecho el cual tomé y me puse a preparar mi café matutino.
- ¿Angie vendrá? - Asentí.
-Es lo más probable, después de todo dijo que quería asegurarse de que no hiciera nada imprudente- en eso sonó el timbre – Hablando de la reina de roma- fui a abrir la puerta y para mi sorpresa no era Angie sino la vecina.
-Amber querida, buenos días, ayer vi a tu padre y pensé en pasar a saludarlo- Asentí… uuuh esto se pondrá bueno.
-Seguro… adelante- Le abrí la puerta y la deje pasar al interior de la casa.
-Queridooo cuantas lunas ¿cómo haz estado? - Mi padre se veía incomodo en el abrazo que la vecina estaba dándole tan efusivamente y habría disfrutado mucho ver a mi padre tratando de responder a las mil preguntas que le hacia la vecina, pero mi celular sonó con un mensaje de Angie diciendo que estaba fuera.
- ¿Angie… te parece si tomamos el desayudo fuera…? -no quiero a Angie con cara irritada al ver a la vecina, Angie alzo una ceja.
-Amber… dime que pasa- Angie se veía agotada.
-La vecina está en la casa…- Angie me corto.
-Un desayuno exterior se oye como un buen plan- Asentí.
-Dame un minuto- Tome mis cosas y puse mi café en un termo para que no se enfriara- Bien vamos al parque y de paso pasemos a un negocio que conozco cerca de la zona.
Fuimos al negocio le compre un pastel a Angie y me compre un sándwich de jamón y queso para mí, fuimos al parque que quedaba cerca del colegio y nos pusimos a comer ahí.
-Te vez agotada- Angie asintió.
-Mis padres anoche no dejaron de acosarme con preguntas sobre nosotras- Me reí.
-Sera decepcionante cuando te enamores de alguien que no sea yo- Suspire.
-No estoy interesada en ninguno de los que se ha confesado, son todos unos idiotas que solo me buscan por mi belleza exterior y porque soy “popular”- Asentí.
-Es lo bueno de ser yo, no tengo que preocuparme por admiradores o confesiones románticas problemáticas- Angie me miraba.
-Tu eres un caso aparte ya que repeles a la gente, te metes en líos y luego acabamos en el hospital- Me atore con lo último.
-No lo digas así, de verdad cualquiera que te escuchara pensaría que yo me voy a pelear con el mundo entero- Angie rio.
-Bueno te creo capaz- Suspire.
-No se pelear aun… y aunque supiera… solo pelearía para defenderte- Angie sonrió.
-Lo sé- Angie se acurruco contra mí- solo se cuidadosa, me importas demasiado- sonreí.
-Estoy segura de que si algún fan tuyo nos ve se pondrá celoso- Angie se reía.
-Que sepa que me importa poco lo que opinen, yo tomo mis propias decisiones y tal como le dije a Susana te elegiré a ti antes que a cualquiera de ellos- ¿Es normal que me sienta orgullosa?
-Pero recuerda que tu padre quiere que alguien ponga un anillo en ti antes de fin de año- Angie se sonrojo.
-Por favor olvida eso…- Me reí de buena gana.
-Me pregunto quién será el afortunado…- Angie me miraba con una ceja alzada.
-Si… yo también me lo pregunto- Angie parecía querer decir algo, pero decidió no decir nada.
Acabamos de desayunar entre risas y seguimos nuestro rumbo al colegio, al llegar no vi a la presidenta por ninguna parte lo cual me sugería que tal vez no estaba y eso me alegraba un poco la mañana, pero claro no tengo la certeza aun y solo lo sabre si voy al salón y no la veo.
Angie no dijo nada, pero notaba mi ansiedad y yo me apresure a llegar al salón, apenas entre mi sonrisa se hizo evidente ya que ella no estaba aquí.
-Angie hoy tendremos un día tranquilo- Angie lucia sorprendida.
-Es la primera vez que Susana falta a clases, no es común en ella-
-Bueno antes no había sido golpeada por mi abuelo, recuerda que recibió un golpe en el plexo solar y aunque no me halla agradado del todo que mi abuelo lo hiciera ya que es un golpe peligroso, nos acaba de brindar un día de paz- Angie aun no salía de su shock.
-Por cierto, me dijiste que había otros miembros del concejo con los que debía hablar para el tema de del bingo y el torneo- Angie me miraba con una sonrisa.
- ¿De verdad quieres jugar bingo? - Asentí.
-Mi abuela dice que es divertido… y yo nunca he jugado antes- suelo jugar videojuegos en solitario.
-Entonces será un placer estar en tu primera vez- sonreí.
-Angie por favor espera hasta que te cases-
- ¡DIEGO! - Tanto Angie como yo nos sorprendimos de su repentina llegada.
-Hola chicas- Diego sonrió.
-Notaste que la presi no vino- Diego miro el puesto vacío.
-Raro seria que estuviera, investigue un poco lo que me enseñaste ayer, también revise el video que grabe y me sorprende que no haya quedado inconsciente, los golpes que tu abuelo le dio fueron golpes que pueden herir gravemente a una persona- Diego se veía serio.
-Mi abuelo se contuvo bastante-
-Espero que no la haya mandado al hospital o tendríamos serios problemas- Angie se veía preocupada.
-No creo, es como dijo Amber, el señor Garrido se contuvo bastante, con quien no tuvo piedad fue con el Maestro ya que, si bien al inicio los ataques eran ataques para someter al rival, de un momento a otro tu abuelo cambio su estilo de pelea a uno más agresivo y apuntaba a puntos vitales, tu abuelo no estaba jugando, si el maestro se hubiera descuidado solo un poco realmente podría haber muerto o resultar más herido de lo resulto- Asentí.
-Ahí se demostró que era un profesional y a diferencia de alguien que hoy no está, él supo rendirse y mi abuelo demostró una vez más el por qué sobrevivió en su trabajo-
-Me hubiera gustado ver a tu abuelo en su juventud- Enarque una ceja.
-Mi abuelo solo tiene 68 años Diego- Tanto Angie como Diego me miraron con sorpresa en sus rostros.
- ¿El abuelo es tan joven? - Se me hace extraño que Angie llame a mi abuelo, abuelo…
-Si, bueno tuvo a mi padre bastante joven después de todo- Angie me miraba.
- ¿Qué edad tiene tu padre actualmente? -
-43 años, me tuvo con 27- Angie asintió.
-Claro que era joven-
-Diego eso quiere decir que tu abuelo tuvo a tu padre a los 25, vaya…- Asenti.
-No es algo tan fantástico- Diego medito.
-Bueno ayer conocí a tu padre y además de buen cocinero se veía bastante joven- Asentí.
-Lleva una vida muy activa, viaja a muchos lugares así que ese es el resultado- Diego asintió.
-Es todo lo contrario a ti- Medite.
-En parte solamente, ya que compartimos la pasión por los libros- Angie medito.
-He coincido pocas veces con tu padre, pero si debo decir que se parecen en algo seria en la sonrisa- ¿la sonrisa?
-Si, cuando ayer tu padre me sonrió me recordaba mucho a ti y claro el gen del despiste que heredaron tú y tu padre del abuelo- Diego se veía confuso.
- ¿Gen del despiste? - Diego se veía confuso.
-Veras, ¿notas como Amber no nota ciertas cosas u olvida otras de manera muy sencilla? - Diego asintió, bueno eso es lo que las mujeres Garrido llaman el Gen del despiste Garrido… y es hereditario- No creo que sea tan malo
-Te compadezco Angie- Que no es para tanto.
-Chicos siento que exageran mucho- Diego enarco una ceja.
-Si exagero entonces dime cinco nombres de las personas de este salón sin contar a ninguno de nosotros tres- me pillo.
-Bien no se ninguno- Suspire.
-Entonces dime ¿cuántos chicos le coquetearon a Angie ayer? - y yo que se.
-Ni idea, solo sé que cuando Angie se me acercaba había muchas miradas asesinas dirigidas a mí-Diego se veía exasperado.
- ¿Sabes si quiera cuantos profesores tenemos en total y cuantos son hombres y mujeres? - Medite.
-No recuerdo…-
-Olvídalo Diego no tiene caso… - Angie me miraba- Amber no recordara cosas por las que no tenga interés, sin embargo, es capaz de recordar como mantener una casa, pagar cuentas, administrar dinero y estudiar para sacar buenas notas…
-Es capaz de hacer mas cosas de las que tu y yo podríamos y aun así, no ser capaz de recordar a personas o nombres…-
-Lo sé, pero ya dejé de sorprenderme por esas cosas- Angie se veía normal.
-Me pregunto si Amber tendría el conocimiento para levantar una empresa- Quien sabe no lo he intentado.
-Solo se algo de economía básica, no es como si mi abuelo hubiera tenido una empresa… aunque he leído libros sobre inversiones y economía, pero no creo tener tanta capacidad para lo que significa economía empresarial…-
Hiba a seguir explicando, pero el profesor llego interrumpiendo nuestra conversación.
La clase fue tan tranquila que incluso la disfrute, no tener la molesta presencia de una mirada asesina sobre ti es agradable.
Finalizo el primer periodo y quería ir a ver a los demás miembros del concejo para lo del torneo y lo del bingo.
-Angie si no te importa ¿me llevas a las inscripciones? – Angie asintió.
-Seguro, ¿Diego vienes? - Diego negó.
-Iré a buscar un libro, las veré luego chicas, Amber que la presidenta no este no significa que te dejaran de odiar, así que procura no meterte en líos- Asentí, se que en general no soy bien recibida en el concejo así que no es algo nuevo.
Angie me guio a una de las salas de la escuela donde al entrar notamos a cuatro personas revisando unas cajas y leyendo documentos, cuando vieron a Angie sonrieron, pero al verme a mí, sus sonrisas se volvieron una mueca de desagrado.
- ¿Angie, podemos saber a que se debe tu visita? - La chica me está evitando adrede.
-Amber quiere inscribirse al torneo matemático que se realizara en el festival- En ese momento todas las miradas se centraron en mí.
-Y también al bingo- Angie me miraba interrogante.
-Bueno que mas da, rellena este formulario con las actividades a las que deseas entrar y procura estar al menos 5 minutos antes del inicio de la actividad, el bingo no se incluye ya que es una actividad de cierre y tienes que pagar la entrada al momento en el que ingresas- Asentí.
-Tienes alguna lista donde ver las actividades estuve con licencia hasta ayer así que no pude enterarme demasiado- La chica suspiro.
-Ten, aquí están todos los torneos que se llevaran a cabo y los horarios en que se llevaran a cabo- Empecé a leer la hoja.
Había solo 10 torneos, Matemáticas claramente destacaba en mi mente, luego los otros eran cosas deportivas, de baile, había uno de videojuegos, pero era de uno que no juego y era por equipos así que no, luego había más que eran por equipo, realmente no me interesa, soy mala en ese tipo de cosas.
-Supongo que será el torneo de Matemáticas- anote el torneo en la ficha junto a mis datos- ¿Tú te inscribirás en alguno? – Angie miro la lista.
-Podrías hacerlo Angie, estoy segura que Susana se alegrará de tenerte en deportes incluso en baile- Ahora que lo pienso Angie es buena bailando.
-No creo además no estoy en mi mejor condición para bailar, sin mencionar que necesito una pareja- Eso es cierto.
-Por que no preguntas a Diego o algún conocido que tengas, me consta que bailas bien- Angie se sonrojo y las chicas me miraban curiosas.
-Podría intentar- Asentí.
-¿En caso de que no halle una pareja puedo inscribirme con ella?- La chica me miraba confusa.
-No está contra las reglas, pero se asume que la pareja debe ser de un hombre y una mujer- Angie salto.
-Y aunque pudieras tienes restricción médica, no te dejaría participar ni, aunque fueras la última persona disponible- Suspire.
-No seas así, solo quiero que puedas divertirte- Las chicas parecían muy interesadas en nosotras ahora.
-Podemos divertirnos sin necesidad de arriesgar tu salud-
-No tendrás que hacerlo, en caso de que no encuentres pareja de aquí a mañana te buscaremos una- Asentí.
-Te lo agradezco- Agradecí a la chica que me miraba extraño.
-Bien mañana te vendré a confirmar sobre mi participación, gracias Mabel- La chica le asintió a Angie.
-Seguro, cuídate Angie- Las chicas se despidieron de Angie ignorándome totalmente mientras nos íbamos.
Una vez fuera de la sala Angie me miro.
- ¿Puedo saber que fue todo eso? - ¿el que?
-Perdona, pero no sé a qué te refieres-
-Tu discurso de quiero que Angie se divierta- Ah eso.
-No se simplemente dije mi opinión-
-Amber…no me engañas- Angie se cruzó de brazos.
-Aah bien, es solo… que no quiero ser la razón por la cual no puedas hacer cosas que te gusten, estuviste cuidando de mi desde la caída, no viniste a clases, casi no hablabas con ninguna de tus amigas por estar conmigo y no quiero que siempre te pierdas de cosas por mi causa- Cuando acabe Angie se veía muy roja y por alguna razón me sentí avergonzada.
-Gracias por considerarme tanto- Asentí.
Regresamos al salón sin decir ni una sola palabra, Diego al vernos suspiro y me pregunto que había hecho y yo le pregunte porque creía que era mi culpa y el solo suspiro y negó.
Como aun quedaba tiempo antes de que llegara el profesor Angie fue secuestrada por algunas personas, no opuso resistencia y yo solo le dije adiós con la mano… ser popular es duro.