Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amante inocente por Haruka Eastwood

[Reviews - 131]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Amante inocente

Capítulo 11: Renuncio a ti

Había sido un viaje de lo más agotador, maldiciendo el hecho de que sus mejores socios vivieran en Sunagakure. Odiaba ir, odiaba el calor, la arena y aquel infernal clima árido, que mermaba la belleza de todo, por lo que soltó un suspiro de alivio en cuanto divisó su casa, era la una de la tarde y todo lo que quería era darse una larga ducha, tirarse sobre la cama y dormir hasta el día siguiente.

Bajó del auto y caminó a paso lento hasta la entrada, al abrir se topó con un sobre amarillo tamaño media carta, el cual tenía engrapado otro sobre, este era normal y de color blanco, sin embargo no tenía remitente, sólo su nombre en una orilla, escrito con perfecta caligrafía. Extrañado, cerró la puerta, gritó el nombre de su retoño y como no obtuvo respuesta, pensó que lo más seguro es que haya salido por algo de comer. Fue al mini bar de la sala, se sirvió un poco de coñac y abrió el sobre que tenía su nombre, encontrándose una tarjeta roja.

 

Sr. Uzumaki Minato

Me he tomado el atrevimiento de enviarle esta carta para pedirle que mantenga al margen a su hijo. No sé si esté enterado de su comportamiento inmoral e indecente, asumo que si, también he de decirle que mi hijo es un chico noble con un gran futuro por delante, futuro que no quiero ver mancillado por la presencia de malas e indeseadas compañías. Usted entienda.

Confío en que tome cartas en el asunto.

F. U.

 

Sin pensarlo dos veces, arrugó el maldito papel sintiendo la ira burbujear en su sangre. ¿Cómo se atrevía aquel desgraciado a decir que el comportamiento de niño era inmoral? Si bien, no pasaba mucho tiempo con él, sabía que Naruto era alguien noble, decente y reservado que día a día se esforzaba en ser el mejor en todo, recibiendolo con una sonrisa que no merecía. De la nada, sintió su sangre helarse al recordar al bastardo Shimura, seguramente era su patético intento de venganza por la paliza.

Sin embargo su molestia no mermó ni un poco, aunque la curiosidad fue más grande y terminó abriendo el otro sobre, lo había tomado al revés aun así pudo ver que se trataba de un paquete de fotografías, extrañado, le dio la vuelta y sus ojos se abrieron de la impresión, pasando una a una rápidamente sin poder creer lo que veía. Todas eran fotos de Naruto, su niño. Quiso creer que eran falsas, incluso una broma pero eran auténticas, en ellas se mostraba al blondo con varones que iban de los quince a veinte años.

En algunas lo besaban, en otras lo abrazaban y en las más sorprendentes, se mostraba a su retoño en una cabaña en el bosque, o cerca de cascadas, en esa última, la foto fue tomada cuando salió desnudo del lago, sonriendo para la camara. Era claro que el varón de turno lo llevaba de viaje, porque se mostraba posando —unas veces solo otras acompañado— cerca del mar, en puentes o monumentos. Para ese momento, Minato era un mar de confusiones, minutos atrás habría puesto las manos al fuego por su hijo mientras aseguraba que él jamás cometería actos tan vulgares o inmorales como aquellos.

Hasta ahora había contado seis varones diferentes, y cuando llegó a las últimas fotografías, pensó que su niño no lo era, sino que lo vio como una vulgar ramera. En esas imagenes, Naruto estaba en una habitación, completamente desnudo entre las sábanas haciendo poses vulgares y bastante sugerentes que le revolvieron el estómago, lo peor fue verlo besándose con Sai en ese mismo cuarto. Comprendió que todo lo que le hizo aquel varón, se lo ganó a pulso, es más, se lo merecia.

Tal vez en ese momento no pensaba con claridad. La imagen de su hijo fue mancillada de la peor forma posible y cuando lo vio entrar por la puerta, esbozando una sonrisa al verlo, no medito lo que haría, simplemente actuó. Se levantó de donde estaba y le propinó una bofetada tan fuerte que el menudo cuerpo de Naruto cayó al suelo estrellándose contra la mesa de centro que estaba en la sala. Aquellos ojitos azules se llenaron de pánico e incertidumbre al verlo acercarse mientras se quitaba el cinturón.

—Papá… espera… espera, no he hecho nada —sollozó cubriéndose con las manos—. No he hecho nada ttebayo… por favor… por favor no me pegues.

—Solamente has actuado como una ramera —escupió con desprecio—, como una vil puta a la que no quiero volver a ver en mi vida —arrojó las fotos frente a Naruto, ninguno necesito decir más, Minato simplemente lo tomó del cabello y le azotó la espalda con el cinturón volviendolo a arrojar, pero esta vez contra la puerta—. ¡Lárgate de aquí!

●●●

—Sasu, cariño, no es necesario todo esto —Mikoto lo observó desde el alfeizar de la puerta, conteniendo el sollozo.

Entendía muy bien porqué deseaba irse, sabía que tarde o temprano pasaría algo así pero se negó a creer que fuera tan pronto, aunque no es como si dejara de verlo eternamente. El día de ayer, cuando llegó después de sus clases avanzadas habló con ella, diciendo que es algo planeado desde hace mucho tiempo, que iba a estar bien y no debía preocuparse por nada, aunque omitió el hecho de que ya tenía un lugar fijo donde vivir y un trabajo estable que le daba más que suficiente para mantenerse.

—Señora hermosa —susurró en cuanto terminó de empacar sus cosas, yendo hasta ella para abrazarla—, la única razón por lo que no hice esto antes fue por ti. Y creeme cuando te digo que voy a estar bien, sabes que no te mentiría con algo así.

—Lo sé, pero ni siquiera me has dicho donde viviras o como. Soy tu madre, es normal que me preocupe, eres mi hijo —reprimio el sollozo—, siempre seras mi niño, Sasu.

—Y usted siempre sera una señora hermosa a la que amaré incondicionalmente.

—Veo que ni así me dirás mamá.

—Te dire mamí si dejas de llorar —desvió el rostro con un pequeño sonrojo que se acrecentó al escuchar su suave risa.

—No me decías así desde que cumpliste cuatro años.

—Sabes el por qué —susurró y besó su frente—. Me ire mañana en la tarde, hoy quiero estar contigo, diría que también con él, pero desde ayer no lo veo.

—Tu padre ha estado un poco extraño últimamente, feliz y pensativo —meditó al caminar junto a Sasuke para llegar a la cocina y mientras él colocaba su maleta al lado de la puerta, empezó a preparar un poco de té—. Pero dijo que volvería a eso de las dos.

—Falta una hora —sacó unas tazas y platos—. Te quiero contar algo.

—¿Qué cosa? —Mikoto levantó el rostro con mucha curiosidad, sonriendo enternecida ante la expresión de Sasuke.

—Conocí a alguien… él es increíble…

Durante las siguientes dos horas, Mikoto en compañía de té, galletas y varios pastelillos —que Sasuke comió sin protestar por estar sumergido en sus recuerdos—, escuchó a su hijo hablar maravillas de un encantador y hermoso doncel rubio, cuyos ojos eran más hermosos que el mar o el cielo. Amable, dulce, risueño y cientos de cosas más, incluso le dijo que cocinaba muy bien, aunque recalcó con nerviosismo que no más que ella. Al final y sin pretenderlo, Sasuke le dijo sobre el departamento y su trabajo, lo último ya se lo imaginaba, aunque al parecer él ni se dio cuenta de eso.

—Estas muy enamorado —sonrió con dulzura.

—Mucho…

Sus palabras se perdieron ante el ruido de la puerta. Fugaku llegó hasta la cocina, miró a ambos con su usual semblante serio y les indico que fueran a la sala, ni Mikoto ni Sasuke dijeron nada, obedecieron sin rechistar, observando atentamente a Fugaku en cuanto se sentarón frente a él y es que no todos los días se veía sonreír a aquel hombre con tanta naturalidad, mucho menos mencionar lo orgulloso que estaba de Sasuke y en que podría hacer grandes cosas en un futuro.

—Siempre he sabido que estas destinado a la grandeza, una mucho más grande que la de Itachi, y es que ambos son genios, pero tu hijo… tu eres un prodigio —volvió a sonreír mientras colocaba un sobre blanco sobre la mesa de centro—. El viernes pase a tu universidad, todos los maestros están encantados con tu desempeño y el director te a ofrecido la oportunidad de estudiar en el extranjero. Me tome la libertad de decidir por ti, esto no es algo que se piensa, tomas la oportunidad y ya —arrimó el sobre hacia Sasuke—. La universidad de Kumogakure es una de las mejores, o si no es que la mejor de las cinco naciones y están dispuestos a recibirte cuanto antes.

—¿Qué…? —balbuceó intentando procesar todo.

—Ya he hecho los tramites para tu traslado y arreglado tu hospedaje. Tengo un viejo amigo que aceptó recibirte en su casa —tomó un boleto de tren, poniendolo sobre la mesa, al lado del folder—, te iras el día miércoles a las dos de la tarde, asumo que a más tardar estarás llegando a Kumogakure el sábado al mediodía, tendrás el tiempo justo para instalarte ya que el lunes comienzas haya.

Confundido, tomó el boleto de tren, miró a su padre, a su madre y volvió a centrar su vista en Fugaku. Tenía razón, la universidad de Kumogakure era la mejor de las cinco naciones en cuanto a leyes y política, incluso se decía que el tercer presidente de Konoha (uno de los mejores de la historia) estudio haya, y que sus egresados estaban destinados a grandes puestos de poder, sin mencionar que no cualquiera entraba. Eran los privilegiados quienes podían ir. A él le dieron la posibilidad y que Dios lo perdone, pero sabía muy bien que oportunidades como esa no se daban dos veces en la vida.

—No iré —dijo con firmeza, colocando el boleto sobre la mesa.

—¿Por qué? —espetó, y el ambiente se empezó a tornar sofocante—. Y no salgas con la tonteria de que es por alguien.

—¿Y si así fuera?

—No seas idiota, nadie vale tanto la pena como para renunciar a un futuro brillante —sujetó con fuerza el puente de su nariz, intentando mantener la calma—. Vas a ir, es una orden y no discutire mas, Sasuke, porque más adelante te darás cuenta que fue lo mejor.

—Él vale la pena.

—Ningún hijo de prostituta vale la pena.

—¡Eso fue todo! —gritó golpeando la mesa con ambas manos, poniéndose de pie—. No permitiré que insultes a Naruto y él vale incluso más. Y si me quieres correr por no obedecer tu orden, hazlo, después de todo pienso irme.

—No estas entendiendo —espetó.

—Eres tu el que no entiende, toda mi vida giró en torno a ti y tus decisiones, espere años para escuchar un reconocimiento tuyo —se irguió apretando los puños—, pero ya es demasiado tarde. Reconozco que ir a la universidad de Kumogakure es el sueño de muchos, no el mío, desde siempre quise ser fotógrafo e Itachi escritor, pero por tus caprichos, él es contador, y yo entre a la carrera de leyes.

—Todo lo que he echo fue para brindarles un buen futuro, que pudieran valerse por sí mismos sin tener que depender de alguien —de su saco tomó un sobre amarillo doblado a la mitad que le arrojó a Sasuke—. Ve lo que hay dentro y desengañate tu solo. Si quieres irte: vete, pero te advierto una cosa, Sasuke, aquí no vuelves a poner ni un pie, y tu mujer, mas vale que te vayas olvidando del hecho de que tuviste otro hijo.

—¿Qué es esto? —cuestionó con voz gélida, sujetando el sobre en alto.

—El hijo de un amigo comento con su padre el tipo de compañía que frecuentabas, y él me lo hizo saber —le dio la espalda—, basta con ofrecer un par de billetes a las personas correctas para enterarte que el tal Naruto es hijo de una prostituta de nombre Sakura, quien al parecer desea seguir los pasos de su madre, pese a vivir con su padre, un hombre aparentemente recto y de principios, cuyo error fue engendrar un hijo con esa clase de mujer.

—Mientes.

—Piensa lo que quieras.

—Sasu… —murmuró Mikoto en cuanto Fugaku se encerró en su despacho.

—Lo lamento señora hermosa, y perdón si te asuste —le dio un beso en la frente llendo hasta la puerta para coger su maleta—. En el primer cajón de mi armario esta la dirección de mi departamento y trabajo —se giró regalandole una amplia sonrisa—. Estaré bien, pero es hora de marcharme.

Sin esperar respuesta, salió de allí tomando el primer taxi que vio. En media hora llegaría a su nuevo hogar por lo que suspiró agobiado y miró el sobre que aun mantenía sujeto fuertemente sin la intención de abrirlo, aunque la curiosidad fue mayor, confiando en que su padre mentía o en todo caso, si realmente Naruto era hijo de una prostituta a él le tenía sin cuidado, aunque eso explicaría el porque nunca hablaba de sus padres, claro que lo que encontró fue algo peor. Se trataba de unas notas que leyó rápidamente y un paquete de fotos que prefirió dejar para después.

La información era clara. Especificaba que Naruto era hijo de una mujer llamada Sakura Haruno que hasta hace poco ofrecía servicios de índole sexual en una casona del distrito XII, y al parecer Naruto acudía constantemente a visitarla, al menos así era hasta que desapareció meses atrás. También aseguraba que él ofrecía servicios a sus propios compañeros de curso y varios corroboraron la información. Eso era demasiado, no podía creer que su padre llegara a hacer tales cosas para humillar a Naruto.

Todo eso era falso, al menos la parte que ponía a su doncel como un ofrecido ante los varones de su escuela, sin embargo, en cuanto tomó el paquete de fotos se dio cuenta que tal vez era él quien no conocía al verdadero Naruto, quien fue uno más de la amplia lista de hombres que le ofrecieron un buen polvo. Las fotos jamás mentían, fueron siete varones entre los cuales se encontraba Sai, incluso reconoció a otros tres, los había visto por los pasillos de la U, eran chicos dos o tres años mayores que él.

En esos momentos, pensó en pedirle al chofer que diera media vuelta y lo dejara en casa de Naruto, sin embargo desistió de la idea. Se conocía demasiado bien, en cuanto lo viera todo se iria a la mierda porque podría decir cosas que jamás sintió o pensó. Incluso, meditó volver a casa y suplicar perdón a Fugaku reconociendo que la cago. Irse a Kumogakure ya no sonaba tan mal, el cambio le haría bien, se alejaría de todo lo que le hacía daño, dejaría atrás a Naruto, su amor por él y todas aquellas promesas vacías.

De un momento a otro las fuerzas lo abandonaron, deseó llorar, gritar y repetirse que había sido un completo idiota por no verlo desde el principio. Estaba tan cegado por su amor a Naruto que no reconocio las indirectas de Sai o Neji cuando se topó de frente con ellos, o las miradas indiscretas de los otros tres, las cuales iban de compasión a gracia. Ellos lo sabían, tal vez les divirtio verlo perdidamente enamorado de un doncel que terminaria por desecharlo en cuanto se cansara de jugar con él.

—Joven —la voz curiosa del chofer lo sacó de su ensoñación, teniendo que levantar la vista para verlo—. Hemos llegado pero, ¿se siente bien?

—Si.

Chasqueó la lengua y en un movimiento ágil limpio con el antebrazo una traicionera lágrima, extendiendo un billete al chofer para salir de allí. Lo único que le apetecía era entrar a casa, encerrarse en la habitación e intentar dormir, pero con el lio que traía en mente, tendría una bendita suerte si lograba conciliar el sueño. Necesitaba hablar con alguien, desahogarse y creer que no todo estaba perdido, aunque al llegar a su piso y sacar las llaves de su bolsillo dudó si debía seguir adelante.

En ese momento (y lo que le restara de su patetica vida) no quería saber nada de Naruto pero su departamento parecía que se empeñaba en torturarlo. Al abrir la puerta el inconfundible olor a canela inundo sus fosas nasales, y si se esforzaba un poquito era capaz de percibir un toque dulce en el ambiente, tan similar al chocolate fundido y la miel. ¡Todo era una puta mierda! Lo peor fue notar los zapatos de aquel doncel en la entrada junto al ruido de la regadera. Y justo cuando se dejó caer en el suelo completamente desganado, el cielo pareció compartir su pena, porque empezó una fuerte tormenta.

Suspiró, frotó su rostro con ambas manos y se puso de pie. Prendio la luz de la estancia sin hacer ruido mientras caminaba hacía la mesa, colocando las fotografía de modo que fuera lo primero que Naruto viera al salir de la ducha. No necesitaba explicaciones, era un hecho, tan solo dejaría en claro porque su relación —si es que una vez la hubo—, termino. Tal vez fueron diez minutos que se le hicieron eternos, debatiendo mentalmente consigo mismo si lo que sentía era coraje, frustración o impotencia.

Entonces Naruto salio del baño, quedándose pasmado al verlo sentado en la mesa con los codos apoyados sobre esta y sus manos entrelazadas frente a sus ojos. No lo esperaba y tampoco espero ver aquellas fotografías extendidas sobre la lisa superficie

—Sasu… ke —su dulce voz se desvaneció y él no pudo ni mirarlo a la cara, simplemente se concentró en el temblor de sus manos—. Oh Dios… déjame explicarte —titubeó—, no es lo que piensas.

—No hay nada que explicar, Uzumaki —tajó al mismo tiempo que un trueno retumbó en el cielo con fuerza quedando el edificio a oscuras—. Tampoco importa lo que piense, todo está más que claro. Es obvio que no signifique nada, lo entiendo aunque no me explico qué haces aquí. Si venias a jugar o a seguir burlándote te falló —sus palabras, afiladas y letales intimidaron al doncel que retrocedió por instinto cuando Sasuke se levanto de la mesa—. Te llamare un taxi mientras recoges tus cosas.

—Significas todo para mi —sollozó con fuerza, viendo que se dirigía a la salida—. Me importa lo que pienses porque te amo ttebayo, te amo y jamás jugué contigo ni me burle. ¡Sería incapaz!

—¡Deja de mentir!

—No lo hago, solo… solo escuchame. ¡Dame una oportunidad!

—¡Maldita sea, Naruto! ¡¡Me mentiste!! —lo encaró, apretando el pomo de la puerta con excesiva fuerza—. ¿Por qué diablos me mentiste?

—¡Por qué te hubieras ido como todos! —sollozó entre gritos—. Me hubieras dejado sin importar lo que dijera.

—¡¿Es que no lo entiendes?! Te amo, carajo, te amo... —a grandes zancadas llegó a la mesa y arrojó las fotos al suelo—, ¡Creí haberte demostrado que te amaba, que no te dejaría! ¡¡Creí demostrar lo que significas para mi!! Me enamore de ti... y yo... —tomó su cabello con fuerza—. Me hiciste amarte...

—Sasuke...

—Me duele que no confiaras en mi, que me mintieras... que creyeras que iba a renunciar por algo como eso. ¡Aun sabiendo que no era como tus demas acostones!

—¡¡No fuiste ni serás solo un acostón!! ¡Yo también me enamore y tenía miedo! —se abrazó con fuerza, refrenando a duras penas el llanto—. Estaba y estoy aterrado ttebayo. Me enamore de ti como jamás creí hacerlo, entonces comprendí que te perdería...

—Y no se te ocurrió que después sería peor si me enteraba —rio con amargura.

—No me hagas esto.

—Yo no he hecho nada, has sido tu.

—Me equivoque, tropece con la misma piedra no una, muchas veces —tragó saliva y su labio tembló—. Entiendo que te de asco, yo mismo me doy asco y si ya no quieres verme me ire, pero al menos escuchame una última vez.

—¡Joder! —con excesiva fuerza, Sasuke pateó la mesa, tirando una silla en el proceso —. No me das asco —eliminó la distancia que los separaba, estrechando a Naruto entre sus brazos—, sin embargo tengo ganas de salir por esa puerta y no volver a verte nunca más. Pero sé que me arrepentiré, me arrepentire porque aún te amo… aunque no sé si quiero amarte… duele hacerlo… duele mucho… Naruto.

 

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Estaba super inpaciente por subir este capítulo, sé que dije que lo haría el domingo, pero soy rebelde (? Nah, la verdad es que voy a desaparecer el fin de semana y no iba a poder 7u7r

 

Espero que hayan disfrutado las actualizaciones constantes nwn fue una forma de compensaros por mis retrazos, aunque el siguiente capítulo tardara milenios en salir. Inspiración-chan me abandono al igual que mi tiempo libre D= en fin, espero no tardar xD

 

Gracias por leer y juro que comentar es gratis 7u7r en ocasiones ya no sé si esto les gusta o de verdad la regue, así que sus rw me ayudan a saber si voy por el buen camino o debo renunciar a esto de escribir y ser solo lectora jajaja 

 

Me despido y les mando un abrazo ♥ 

 

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).