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Amante inocente por Haruka Eastwood

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Notas del capitulo:

Se recomienda escuchar esto al momento de leer (?  https://m.youtube.com/watch?list=RDGMEMQ1dJ7wXfLlqCjwV0xfSNbAVMxD8nOstAEbA&params=OALAAQE%253D&v=xD8nOstAEbA

 

Capítulo dedicado a girlutena nwn

Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Amante inocente

Capítulo 12: Solo quedate

Apretó los puños, contuvo el sollozo y entendió que lo mejor era dejarlo marchar. No tenía caso detenerlo aunque seguia doliendo, sin embargo, limpió sus lágrimas y caminó hasta la oficina de Fugaku, abriendo sin siquiera tocar. Su esposo permanecía recargado completamente en el respaldo de su silla, con los ojos cerrados.

—¿Por qué lo hiciste? —reprochó.

—¿Qué cosa?

—Todo.

—Porque es mi hijo y porque lo amo —abrió los ojos para contemplar la menuda figura de Mikoto en el alfeizar de la puerta—. Y al igual que tu, siempre quise lo mejor para ellos. Es el deber de un padre guiar a sus hijos para que sean buenas personas, independientes, nobles, humildes y cada vez mejor.

—Guiar y aconsejar, Fugaku —caminó hasta quedar frente al escritorio, sintiendo sus mejillas húmedas—, no controlar ni imponerte.

—Tu no entiendes, mujer.

—¿Qué es lo que no entiendo?

—Que está arruinando su vida —se incorporó, apoyando los codos en el escritorio—. Ese niño, ese tal Naruto no es adecuado para él.

—Tu hijo lo ama, eso debería bastarte.

—Bastaría si fuera un apoyo, una motivación para seguir adelante, pero desde que esta a su lado se ha desviado del camino —suspiró frustrado—. El lunes hable con Hiashi Hyūga, Neji le comentó que Sasuke dejó las clases avanzadas y no tenía con quien competir, también hizo mención de las malas compañías de Sasuke.

—Entonces investigaste y diste con Naruto.

—Al principio me tope con un doncel cuya madre es desconocida, de buenas notas y dedicado a su casa. Su padre es el jefe de Itachi, y por lo que él me ha contado, es un hombre recto y trabajador.

—¿A donde quieres llegar, Fugaku?  

—Neji no habla por hablar. La madre de Naruto es una prostituta de nombre Sakura que desapareció hace meses, el investigador también descubrió los rumores que circulaban sobre ese doncel en el colegio. Se a acostado con la mitad de los varones de allí y por una suma de dinero, algunos no solo dieron información, también le entregaron fotos —se levantó y caminó hasta Mikoto, estrechando el frágil cuerpo entre sus brazos—. Ese niño acabará por destruir y lastimar a Sasuke en más de una forma, simplemente quería evitar todo eso mandandolo a estudiar al extranjero y la oportunidad de traslado llegó en el momento justo. Aun si no me hace caso, ya he puesto al corriente de la situación al padre del chico.

●●●

En cuanto sintió que sus brazos le dejaron, estuvo a punto de caer de rodillas sintiendo el peso de sus acciones demasiado grande para poder llevarlo a cuestas. Después de tantos años, deseo rendirse, tirar la toalla y decir basta. Sin embargo no podía, ya no era él contra el mundo. Instintivamente se llevó las manos al vientre, contuvo el sollozo y miró la silueta de Sasuke fundirse en la oscuridad del lugar, sin saber cómo detenerlo, cómo lograr que lo escuchara al menos una última vez.

—Sasuke, espera, por favor espera.

—¿Para qué, Naruto? —preguntó con suavidad, como si en cualquier momento su voz fuera a romperse, aun así, Naruto sabia que lloraba.

—No quiero perderte, te amo, en verdad te amo ttebayo —dio un paso titubeante hacía él, no había otra oportunidad, si no lo detenía, se iria para siempre, no solo de allí, sino también de su vida dejándolo completamente solo—. Creeme cuando te digo que te amo, Sasuke, realmente te amo —se aferró a él, llorando con desconsuelo—, no quiero perderte, no puedo perderte. No lo soportaría… te necesito ttebayo, sé que debes estar molesto...

—Estoy furioso contigo —lo encaró en el momento justo en que un trueno partió el cielo, iluminando brevemente la sala, permitiendole a Sasuke ver el rostro de Naruto—. ¿Qué fue lo que te paso?

Su mano acaricio la mejilla del doncel, sacándole un pequeño quejido de dolor, sin embargo, las lágrimas de Naruto no cesaron, su cuerpo tembló y como si finalmente terminará de comprender todo. Lloró con fuerza aferrándose a Sasuke como si su vida dependiera de ello, suplicando que no se fuera, que no lo dejara porque era todo lo que le quedaba. Y no mentía, jamás le mentiría a él. Entre sollozos, balbuceó que su padre lo golpeó, y llegó a su límite de lo que podía soportar, sumergiéndose en la oscuridad: basta, extensa y agobiante, siendo atrapado por los fuertes brazos de Sasuke.

En ese momento, la luz regresó permitiéndole contemplar el magullado rostro de Naruto. Tenía la mejilla izquierda levemente inflamada, el labio partido y una pequeña herida sobre la ceja, instintivamente comenzó a revisar su cuerpo, topándose con varias marcas en su espalda que estaba tomando un tono violáceo. Aquel enfado que sintiera momentos antes se esfumo en su totalidad, ante él estaba un Naruto inconsciente, frágil y vulnerable que lo necesitaba más que nunca y al que no podía dejar.

Con miedo de lastimarlo, lo levantó suavemente llevándolo a la habitación, acostandolo de lado en la cama para que no le molestaran los golpes de la espalda, y que sabía por experiencia, fueron hechos con un cinturón, aunque la pregunta era ¿por qué? Al menos eso explicaba qué hacía ahí su lindo doncel, aunque tal vez ya no fuera suyo, sin embargo se recosto a su lado cubriendolos a ambos con una cobija comenzando a acariciar su rostro delicadamente, antes de depositar un último beso en sus labios.

“Realmente es el último” se dijo con pesar, cayendo a los brazos de Morfeo. Cuando despertó, Naruto seguía a su lado sin dar señales de despertar pronto. Su mano acarició suavemente el fino cabello rubio, jugueteando un mechoncito entre sus dedos antes de soltarlo y trazar un recorrido por la ceja, nariz y boca de Naruto, dibujando cada facción, como si quisiera grabarla en su tacto y en su alma. Cuando logró separarse, limpio sus lágrimas que comenzaban a empapar sus mejillas, respiró profundamente y caminó hasta el armario de donde sacó un grueso abrigo negro y una bufanda. Lo cierto es que no podía seguir ahí.

●●●

Al abrir los ojos tuvo que parpadear varias veces para poder ubicar en donde se encontraba. Aquel techo, aquella cama, no había ninguna duda, sin embargo la realidad le azotó de repente teniendo que sentarse en la cama volteando hacia todos lados, pero lo unico que vio fue el cuarto vacío y extremadamente frío. “No por favor no, él no”, rogó su subconsciente. No podía perderlo, a él no. Las lágrimas volvieron a salir y esta vez no podía ni quería detenerlas, se levantó rápidamente de la cama cayendo al suelo por culpa de un fuerte mareo, aun así, debía detenerlo.

—¡Sasuke! —gritó sintiéndose impotente, al no poder ni levantarse, su cuerpo no le respondía o simplemente estaba demasiado cansado para hacerlo—. ¡Sasuke! —volvió a gritar y al igual que antes, no obtuvo respuesta.

El reloj de la pequeña comoda marcaba la una de la mañana, entonces lo comprendió, Sasuke se fue, también lo había dejado como su madre, padre e incluso Sakura, no le quedaba nada, ahora estaba él contra el mundo, sin saber que hacer mientras dentro de su vientre se formaba una pequeña vida de la cual él no sabría. ¿Su culpa? Sí, le respondió su subconsciente, todo había sido su culpa, le mintió, lo engaño y eso era justo lo que se merecia. Pero su lado egoísta no quería y no podía aceptarlo.

Le tomó varios intentos ponerse de pie y caminar sin sentir que el suelo iba a desaparecer, al salir del cuarto estaba todo como lo había dejado, sin rastro de Sasuke. A duras penas llegó a la entrada, se colocó los zapatos y salio del departamento encontrando los pasillos vacíos. ¡Era estúpido pensar que estaria alli esperandolo o meditando! Refrenó su sollozo y el impulso de hacerse un ovillo en un rincón, mientras dejaba que el llanto lo dominara. Apretó los labios con fuerza y se dirigio al elevador, en cuanto estuvo en la planta baja salio siendo recibido por el frío intenso de la noche.

Sus cuerpo tembló y sintió que su mundo se colapsaba bajo el impacto de todas sus mentiras, solo quiso ser feliz, quiso amar y lo logró, pero fue a bases de engaños a base de mentiras que terminaron por destrozar todo. Lo amaba, realmente lo amaba y haría lo que fuera por volver a verlo y ser estrechado entre sus brazos, sintiendo su calor, sus besos y su voz susurrar frases cursis que le aceleraban el corazón hasta doler...

Doler, se dijo, dolia demasiado, su pecho, su alma, su todo. No podía detenerlo, el final había llegado. ¿Era realmente malo? ¿Amar intensamente era malo? ¿Desear con el alma que aquella persona especial permanezca contigo era tan malo? “Lo es cuando le mientes”, se respondió a sí mismo en un eco siniestro, cruel y realista. Finalmente cedió a sus impulsos y quedo de rodillas, llorando como jamás lo había hecho mientras el ruido de la tormenta opacaba sus gritos y el agua helada lo abrazaba en una fría y tétrica caricia, cubriendo su cuerpo en segundos, calando hasta los huesos.

No tenía idea de cuanto tiempo estuvo ahí, bajo la lluvia llorando, pero cuando regreso al departamento de Sasuke se quedo en medio de la estancia con la mirada baja. Dejando que las pequeñas gotitas de agua cayeran al suelo, mojandolo todo. Ya nada importaba, se sentó ahí mismo viendo fijamente aquellas fotografías. Recordaba nítidamente cada momento, cada varón, cada beso robado envuelto en chantajes, mentiras y extorsiones que actuaron como placebo de su soledad y quiso engañarse pintando una amplia sonrisa en cada ocasion. ¡Que estúpido había sido!

Enjugó sus lágrimas, se levantó y regresó a la habitación para cambiarse de ropa, al salir, comenzó a recoger una a una de aquellas imágenes como si armara una historia, una que guardaba un gran secreto detras, probablemente triste, puede que irónico o demasiado estúpido como él. Sus manos temblaban, sentía su cuerpo entumecido, de sus ojos salían lágrimas pero por un momento la paz volvió porque dejo de sentir, dejo de doler, de pensar, de autocompadecerse por algo que él mismo había provocado con su miedo y sus absurdas decisiones.

—Crei que no regresarías —musitó ido y en un tono demasiado bajo y rasposo a causa del anterior llanto. Limpió sus lágrimas con la mano, terminando de recoger las fotografías sin atreverse a mirarlo.

—No pensaba hacerlo.

—Sakura no es mi madre —dijo de pronto, poniéndose de pie yendo hasta el sofá, sujetando con fuerza y frustración aquellas imágenes. Era momento de aclarar todo y si después de aquello Sasuke decidia irse, no lo detendría—. Mi madre se llamaba Kushina Uzumaki, falleció el día que naci, sus restos descansan en el cementerio "Mi ángel" ubicado en las afueras de Konoha. Sakura solo fue mi niñera, y si, era prostituta.

—Creí que...

—Durante muchos años —le interrumpió— mi padre: Minato Uzumaki, me odio por ser el causante de la muerte de mamá —vio de soslayo a Sasuke, haciéndole una sutil invitación a sentarse con él—. Sakura me contó que cuando tenía quince años trabajaba en una casona donde se prostituía, pero se canso de los maltratos y abusos de la dueña, así que huyó, ese mismo día conoció a mi padre, quien le ofreció trabajo. Ella acepto y lo siguió hasta la casa creyendo que queria sexo, grande fue su sorpresa cuando papá la llevo hasta mi cuarto, diciéndole que de ahora en adelante tendría que cuidarme, en ese entonces tenía unas semanas de nacido.

—¿Por qué contrató una prostituta? —frunció el ceño mientras se sentaba al lado de Naruto con actitud reticente.

—No lo sé, tal vez porque me odiaba y no le interesaba que podía pasarme ttebayo.

—Pero si ella salio de esa vida cuando tu padre la contrato...

—¿Por qué se seguía vendiendo con los hombres? —cuestionó y Sasuke asintió, cada vez entendía menos—. Papá le pagaba, eso era obvio pero Sakura enfermo meses después de estar cuidandome y su tratamiento era carisimo, no se atrevió a pedirle más dinero a papá ya que se daba cuenta que ganaba lo justo para mantenerme a mi junto a los gastos de la casa y darle algo de dinero. Entonces la única forma en que podía conseguirlo rápidamente era acostándose con varones ocasionalmente, tal y como lo hacía antes. Aunque cuando tenía cuatro años, dejó de vivir con nosotros o bueno, conmigo...

—Y regreso completamente a su antigua vida.

—Algo así, seguía cuidandome pero tenía más tiempo para ella, su enfermedad seguía y bueno, eso es parte de su historia —suspiró—, te imaginaras que la educación que recibí no fue la convencional, ella se esforzaba mucho pero no tenía estudios. Y bien o mal cada que me llevaba a la escuela la gente que sabia a que se dedicaba comenzó a juzgarla y les decía a sus hijos que se alejaran de mi. Ahora sé, que como nunca veían a mi padre la tomaron como una madre soltera que se vendía para mantenerme.

—¿Creían que era tu madre aunque no viviera contigo?

—Si, papá trabajaba mucho y solo me veian con ella —apretó los labios—. Era un niño torpe que no entendía porque sus compañeros lo ofendian, alejaban o despreciaban, algunos llegaban a los golpes e intimidaciones —su voz tembló y Sasuke estuvo a punto de abrazarlo pero se arrepintió en el último momento—. Los años pasaron y jamás me atreví a decir nada, si lo hacía llamarian a papá y a Sakura, a él lo hubiera molestado y dado muchos problemas, a ella... veía el esfuerzo que hacia por cuidarme y no quería molestarla, despues entendi que si le decía algo, la haria sentir mal y se culparia.

—Naru —finalmente cedió a sus impulsos y lo estrechó entre sus brazos—, no llores… por favor no llores. Tu no tenías la culpa de nada.

—La tengo, todo esto es mi culpa —afirmó antes de continuar—. Al cumplir diez años, papá la despidió diciendo que tenía la suficiente edad para valerme por mí mismo, que ya no requería de nadie para cuidarme —sollozó, y se acurrucó contra el cálido pecho de Sasuke—. Durante los dos años siguientes, chicos de grados superiores me “molestaban”… acosar es el término. Algunos, o la mayoria, me insultaban diciendo que sí los complacía sexualmente me pagarían, llegaron al punto de rodearme y lanzarme dinero mientras exclamaban que a cambio podía desnudarme. Entonces apareció él.

—¿Él? —frunció el ceño, separándose de Naruto para verlo a los ojos.

—Shikamaru Nara —susurró alejándose un poco más de Sasuke—. Tenía doce y el dieciocho, estudiaba el último año de la carrera de leyes pese a su edad. Nos conocimos cuando unos varones me acorralaron en un callejón, diciendo que al ser hijo de una prostituta debía ser igual que ella y saber cómo complacerlos. Hasta ese entonces nadie me había defendido, pero él lo hizo y nos hicimos más cercanos, extrañamente no me volvieron a molestar y me termine enamorando.

—Creo saber que paso después —tajó molesto.

—Desapareció dos días después de que lo hicimos —sonrió con amargura—. No volví a saber nada de él... solo me utilizo. Los siguientes chicos con los que estuve fue peor, el segundo dijo que me queria pero no deseaba estar con las sobras de otro varón, y descaradamente me dio las gracias por darle un buen polvo —apretó los puños hasta hacerse daño—. El tercero apostó que podía acostarse conmigo en menos de tres meses, cuando lo consiguió, sonrio y me dio las gracias porque le habia hecho ganar mucho dinero —limpió una lágrima que resbaló hasta su barbilla y señalo las hojas de la mesa—. Así inicio mi fama de puta que se acostó con más de la mitad de los varones de la escuela.

—Lo lamento... no es necesario que sigas.

—No importa ttebayo —subió las piernas al sofá, abrazandolas con fuerza—. Después de aquello no pude más, prácticamente corrí con Sakura, me arroje a sus brazos y le conte lo que paso, aunque a medias. Me dijo que él varón que me quisiera lo haría por como soy no por cuantos he tenido entre…

—¡Ya entendí! —desvió el rostro avergonzado—. No es necesario que termines de decir esa frase, dobe.

—Perdón —sus labios dibujaron una sutil sonrisa—. Sakura da consejos… “casquivanos”, de hecho son muy… vulgares. Me dijo, y cito literalmente —levantó un dedo para darle énfasis a sus palabras—. Si quieren follar… —repentinamente, su boca fue cubierta por la mano de un abochornado Sasuke.

—¡No es necesario que lo digas literalmente, dobe! —gritó con una mezcla de molestia y vergüenza que se reflejaba en sus mejillas sonrojadas.

—De acuerdo —susurró sin entender muy bien la reacción de Sasuke—. Básicamente dijo que me aprovechara y les pidiera cosas, así que cuando me acosaban o intentaban chantajearme con comunicarle a toda la escuela o a mi padre sobre mi vida privada, terminaba por aceptar para que no dijeran nada aunque al final obtenía ropa, zapatos, incluso viajes… puede que si fuera como ellos afirman.

—No lo eres.

—Esto que te acabo de decir… es algo así como una explicación ttebayo —frotó sus ojos con las manos hechas puño—. Sí, tal vez me comporte como una ramera, tal vez te de asco, lo entiendo y te juro que si pudiera cambiarlo lo haría, pero tenía miedo, cedí muchas veces porque quería que mi papá no se enterara de nada con la esperanza de que algún día me mirara de otra forma que no fuera odio. Cedi porque me sentia solo, cedi porque por primera vez senti un amor diferente, pero era falsamente cálido…

—Naru… —se acercó al pequeño doncel abrazandolo con fuerza— shhh no llores. No me gusta verte llorar y no me das asco —escondió su rostro en el cuello de Naruto, aspirando su dulce aroma—. Creo que eres alguien muy fuerte y valiente que ha sabido seguir adelante a pesar de todo.

—Y yo creo que estas borracho, teme —susurró con un nudo en la garganta, percibiendo el aliento alcohólico de Sasuke.

—Para nada, y te entiendo. No puedo enojarme después de saber esto, tampoco quiero ni voy  a dejarte, eres muy dobe.

Había tomado un par de tragos, nada que lo afectara tanto como para olvidar lo que le dijo a Naruto o pretender que aquella conversación no pasó. Estaba en sus cinco sentidos y por raro que sonara, comprendía todo, entendía los motivos que habían llevado al pequeño doncel a estar con tantos varones y no lo culpaba porque tal vez él hubiera hecho lo mismo. De cierta forma, comprendía ese anhelo por ser reconocido y notado por su padre, el lo había vivido, sin embargo Fugaku era estricto pero jamás le pego sin merecerlo, y dentro de su retorcida mente, solo buscaba lo mejor para él.

—Mentiroso. ¡Y no me digas dobe, teme!

Ya no quería llorar más, deseaba que aquel momento nostálgico desapareciera, aún así las lágrimas seguían mojando su rostro, solo que por motivos diferentes, cálidos y especiales que dibujaron una sutil sonrisa en sus labios. Seguida del suspiro resignado de Sasuke y una ronca risa que le provocó mariposas en el estómago.

—Joder, y luego me culpas a mi por matar el momento —se levantó con fingido enfado, tomó el tobillo de Naruto y lo jalo de tal forma que el pequeño doncel quedo recostado en el sillón, posicionándose sobre él—. Eres un completo dobe y un usuratonkachi, pero ahora eres todo mio, y te aguantas porque no pienso dejarte. No me importa lo que pasó, sino lo que pasara de ahora en adelante. Y planeo hacerte el amor hasta que esa cabecita tuya entienda que me perteneces. Tampoco me importa si te embarazas, es más, estaría perfecto —soltó lo último a modo de broma.

—Eso no es necesario ttebayo —dijo entre risas—, ya lo esto… ¿y?

 

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Ese Naru, no tiee remedio. Si les gusto se agradecen rw 7u7r 

Gracias por leer ♥

Haruka Eastwood


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