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Amante inocente por Haruka Eastwood

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Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Amante inocente

Capítulo 15: No puedo perderte

Lo que más odiaba Sasuke era verlo llorar por su culpa, y odiaba aún más no poder hacer nada por el amor de su vida más que abrazarlo fuertemente e intentar ofrecerle un consuelo que no tendría nunca, pese a que se esforzaba por darle aunque sea unas pocas palabras de aliento y resignación, tan burdas, tan banales y tan malditamente falsas que parecían carcomerlo por dentro, sintiéndose egoísta. ¡Un maldito bastardo que solo lo hacía sufrir! Y que seguirá lastimándolo lo quiera o no, porque era necesario.

Lo cierto es que amaba demasiado a Naruto, con intensidad, con pasión y con una gran tristeza ante la simple posibilidad de perderlo, de no poder verlo nuevamente y sonreírle con aquella complicidad de viejos amantes que nacieron para estar juntos. En segundos su mundo se derrumbó e iba de lo malo a lo peor, porque ya no se trataba de tenerlo lejos de él por un asunto de su pasado, uno demasiado fuerte y que pensaba dejar en el olvido por el bien de ambos, sino que esto era mucho peor y el tiempo no se detenía por nada ni por nadie, mucho menos aminoraría su marcha pese a sus constantes súplicas desesperadas, llenas de miedo y ansiedad.

Ya ni siquiera sabía si era lo correcto o si debía continuar con aquella decisión. Todo su mundo se resquebrajaba en mil pedazos al ver a su amado doncel llorar con aquel sentimiento apabullante que le oprimía el corazón hasta sofocarlo. Porque todo lo que le había dicho a Naruto era un intento desesperado de autoconvencerse de su decisión, sin embargo elegir entre la vida de su primer hijo y la del ser amado era imposible, no podía y no quería… los amaba a los dos, los quería a los dos pero era uno u otro. Y muy dentro de sí, era consciente que Naruto lo sabía.

Claro que lo sabía, Kakashi había sido claro con él, pero jamás imaginó que el peor escenario que le planteo fuera el que estaba consumiéndolo en ese momento con decadencia. Incluso pensó en sus padres, en lo que sufrió Minato cuando perdió a Kushina por su culpa y pese a que Sasuke no era como su padre tenía miedo, le aterraba la idea de que su hijo viviera aunque sea un poco lo que él, que se sumergiera en el miedo y la soledad que acarrearon sus decisiones egoístas.

Pero odiaba aún más creer que ni siquiera tendría la oportunidad de conocerlo, de mimarlo y de abrazarlo cada noche mientras apaciguaba su llanto con dulces palabras y tiernas canciones de cuna que entonaría dulcemente por él o ella. Y sin pretenderlo, cerró los ojos e intentó no arrepentirse de lo que deseaba al pensar en que él solo tenía catorce años y que también deseaba vivir, aferrarse a esa vida que le dio la espalda pero al mismo tiempo le ofreció todo lo que había buscado en una sola persona. Todo era injusto, pero ya había elegido.

En esos momentos de eterna angustia se conformaba con poder lograr ver a su bebé aunque sea una sola vez. Bastaba con ser capaz de sostenerlo cuando naciera así fueran unos minutos que no le haría justicia a todo lo que planeaba decirle. Deseaba con él alma traerlo al mundo y repetirle día a día cuánto lo amaba, arroparlo en las noches frías y contarle cuentos y anécdotas, pero no podría ni aunque quisiera, así que sería egoísta con Sasuke aunque le doliera en el alma, porque confiaba ciegamente en que él lo amaría aun si ya no estaba en este mundo.

—No me hagas esto ttebayo —suplicó con un nudo en la garganta.

—No quiero hacerlo, pero tampoco quiero perderte. Te amo demasiado —hablo bajito, pegando su frente con la del doncel—. Te amo tanto que no soportaría abandonarte de esta forma y si hay una posibilidad de tenerte a mi lado la tomare sin dudarlo y me aferrare a ella, aun si me odias… aun si yo me odio.

—Sasuke… es nuestro hijo… tuyo y mío. Somos sus padres, se supone que debemos cuidarlo, protegerlo y amarlo por sobre todo… no dejarlo, porqué también merece conocer el mundo y a sus padres que lo aman incondicionalmente —silenciosas lágrimas resbalaron por sus mejillas, mientras intentaba refrenar el intenso llanto que no parecía aminorar—, ¿No quieres a nuestro bebé?

—Los amo… —abrazó fuertemente a Naruto, sintiendo como se aferraba a su ropa y escondía el rostro en la curvatura de su cuello y hombro—, pero si debo decidir entre él y tú, no dudaré en decir que te elijo a ti…

—Elígelo a él, por favor, elígelo a él…

—No puedo.

—¿Por qué nos haces esto?

—Porque tal vez soy muy egoísta y porque no soy capaz de verte morir.

—Y yo no quiero saber que nuestro hijo murió por mi culpa cuando había aunque sea una oportunidad de que naciera ttebayo.

Un mar de confusiones y sentimientos encontrados lo aplastó con fuerza hasta reducirlo a nada. Apretó los puños hasta hacerse daño, como si el dolor físico mitigara el de su alma aunque sea solo un poco. Porque sí… Sasuke era tan egoísta que básicamente planeo intercambiar la vida de su futuro bebé por la de Naruto, por ello mismo no se extrañó cuando el doncel le apartó de su cuerpo negándose a mirarlo, sintiéndose impotente y desesperado al no poder ni proteger la vida del pequeño que crecía en su interior.

Frustrado, se mordió el labio inferior con fuerza mientras intentaba contener el llanto junto a los espasmos que surcaban todo su cuerpo, a la par que tomaba una mano de Sasuke entre las suyas sin poder dejar de temblar, llevándola vacilante hasta su vientre, en donde le obligó a tocarlo, dejando que sintiera aquella extraña calidez única que venía de aquella parte de su cuerpo.

—Naruto…

—Él desea vivir, Sasuke.

—Basta.

—Tiene derecho a vivir…

—Por favor basta.

—No le niegues eso y elígelo a él, permítele conocerte y amalo.

—No puedo… entiéndelo.

Naruto miró fijamente a Sasuke intentando no ceder a aquella dolorosa decisión, y frustrado se mordió el labio inferior, maldiciéndose al ver aquella expresión dolida y tan vacía en el rostro del varón. Internamente, sabía que si estuviera en su lugar haría exactamente lo mismo sin pensarlo siquiera.

—Merece vivir —susurró desesperado, en un último intento.

—¡Tú también! —apretó los labios, antes de aprisionar el cuerpo del pequeño rubio entre sus brazos, sintiendo las lágrimas empapar sus mejillas—. Tú también tienes derecho a vivir. Yo no… no quiero elegir, pero debo hacerlo.

—No lo hagas tteba.

—Naru, tu sabes que…

—Shhh —suavemente rozó sus labios con los de Sasuke, sintiendo aquella desesperación aplastante provenir de su novio—. Estaremos bien, ambos estaremos bien, porque te tenemos a ti… porque estamos juntos…

—No puedes saberlo.

—Déjame creer que estaremos bien y así será.

—Tengo miedo.

—Yo estoy aterrado ttebayo.

Cedió entre lágrimas y temores, cedió porque dentro de sí, quería creer que en Naruto y su bebé estarían bien, y cedió porque lo necesitaba para poder seguir adelante.

●●●

—¡No lo sé!

—¡¿Cómo mierda no vas a saber, Minato?!

Itachi estrelló el puño en la pared, muy cerca del rostro de Minato mientras lo miraba con la furia contenida intentando mantener la calma pese a que deseaba golpearlo con todas sus fuerzas, dejándolo inconsciente. Simplemente no entendía como fue capaz de dejar de lado a Naruto, aquel pequeño doncel al que proclamo como la persona más importante de su vida y el último recuerdo de su esposa Kushina.

—No lo sé porque no me importa lo que pase con esa maldita ramera.

Aquello fue el límite de lo que Itachi estaba dispuesto a tolerar. Ya no le importó nada, tan solo reforzó el agarre que ejercía sobre el cuello de la camisa de ese maldito rubio y sin medir su fuerza le dio un puñetazo en la cara rompiéndole el labio en el proceso. Él no conocía a Naruto, pero estaba seguro que todo tenía una jodida explicación que estaba a punto de descubrir, aunque no le sorprendía que la mayor parte de culpa la tuviera Minato y sus descuidos.

—Eres un bastardo.

—Y mi hijo es una puta —rio con ironía—, tal parece que si eres cuidado por una prostituta te conviertes en una. ¿No te parece curioso?

—¿Qué diablos estas diciendo?

—Justamente eso —se soltó bruscamente de Itachi, limpiándose la boca con la manga de la camisa—. Sakura era una prostituta.

—¿Cómo pudiste? —Dio un par de pasos hacia atrás, mirando con incredulidad al varón—. ¡¿Cómo pudiste dejar que una prostituta cuidara de Naruto?!

—¡Porque lo odiaba! —gritó con furia, sintiendo como sus ojos se cristalizaban—. ¡Porque ese niño me quito lo único que amaba en este mundo… me quito lo que más me importaba…! Ella era mi razón para seguir adelante, Itachi… lo era todo para mí.

—Y Naruto era un bebé.

—Lo sé —pateó la pared, agarrando con frustración su caballo, peinándolo rudamente con los dedos hacia atrás—. ¡Él no tenía la culpa de nada, pero cada que lo veía no podía dejar de pensar en que prefería mil veces en que él hubiera muerto en lugar de Kushina —se mordió el labio inferior dejándose caer en el suelo, recargándose en la pared, mientras cubría su rostro con ambas manos—. En ese entonces no me importaba lo que pasara con él, se me hizo fácil contratar a Sakura, quien huyó del burdel donde trabajaba, era una chiquilla asustada del mundo, y dentro de mi sabía que no le haría nada.

—En estos momentos solo quiero golpearte.

—Me lo merezco —levantó el rostro, permitiendo que Itachi lo viera—. Adelante.

—No vales la pena.

—Lo sé… —su voz se quebró siendo incapaz de mantenerle la mirada a Itachi—. Sé que Naruto siempre estuvo solo, sé que yo lo orille a toda esa mierda y cuando por fin estaba arreglando las cosas descubro que…

—Que eres un maldito bastardo incapaz de escuchar razones —murmuró sentándose al lado de Minato—. ¿Dónde está?

—¿Y qué hubieras hecho tú? —espetó apretando los puños con fuerza.

—Para empezar, jamás hubiera dejado a mi hijo al cuidado de una puta, ya tuve una mierda de padre, así que no pretendo comportarme incluso peor de lo que él me trato.

—¿Me odias por lo que le hice a Naruto?

—No —respondió rápidamente—. Estoy… muy decepcionado. Ahora responde mi maldita pregunta.

—No lo sé, probablemente con alguno de sus múltiples amantes —soltó con acidez, y pese a que intentaba procesar todo para convencerse de que Naruto no tenía del todo la culpa le era muy difícil intentar volver a verlo como su pequeño y dulce niño.

—Eres demasiado estúpido —imitó el tono mordaz de Minato, sosteniendo en alto las fotos que recogió de la sala—. Sus ojos —murmuró mientras le entregaba las fotos al mismo tiempo que se levantaba, tomando un marco de la mesita de noche, en donde aparecían padre e hijo—. Parece que está muerto en vida, pero aquí… por el simple hecho de posar a tu lado parece que irradia felicidad. No sé exactamente lo que ocurrió, solo puedo estar seguro de que él realmente no deseaba todo eso.

—¿Estas intentando decirme que obligaron a mi hijo a acostarse con todos estos malditos varones?

—Eso es algo que solo Naruto podrá decirte, pero por sus mirada, pareciera que si —suspiró con cansancio—. Y la carta… aquella nota fue escrita por mi padre…

—¡¿Qué?!

—Lo que oíste —se recargó en el marco de la puerta, sobándose el puente de la nariz con el índice y el pulgar—. Mi padre siempre ha sido un bastardo que minimizo a mi hermano, al punto de rebajarlo, humillarlo y compararlo conmigo pese a que él es mejor que yo en todos los sentidos —sonrió con tristeza—. Sasuke no solo es un genio, es un prodigio capaz de hacer todo lo que se proponga.

—Así que es él.

—Sí —miró fijamente a Minato, intentando mantenerse centrado—. Supongo que Fugaku sabía que Sasuke tenía un romance, así que mando a investigar a su pareja.

—Demasiado conveniente. ¿No crees?

—Siempre hemos sido títeres de mi padre, Minato. Para él somos herramientas… trofeos de los cuales vanagloriarse.

—Tú no eres un trofeo.

—Y tu hijo no es lo que crees.

—No importa lo que crea —salió de la habitación yendo hasta la sala, siendo seguido por Itachi, quien le observaba curioso mientras recogía los fragmentos de fotos, comenzando a limpiar el desastre que había hecho—. Ya le he hecho demasiado daño.

—Sigue siendo un niño que te necesita —caminó hasta la puerta, dando por terminado el tema, sabiendo que lo mejor sería alejarse de Minato e ir a buscar al pequeño rubio.

—¿A dónde vas?

—A hacer lo que no has hecho en todos estos años.

Salió rápidamente de ahí, caminando hacia su auto, teniendo la certeza de saber dónde se encontraba Naruto. Era claro que sin aquella mujer de nombre Sakura, el único lugar que le quedaba era el departamento de su hermano en el centro de Konoha, aunque dudaba que Sasuke lo haya llevado, y en caso de estar en lo correcto, aún existía la posibilidad de que Fugaku también haya puesto a su torpe hermano en contra de aquel lindo doncel, y de ser ese el caso no tenía ni idea de donde más buscarlo.

—Espera por favor.

—¿Qué es lo que pretendes, Minato? —espetó mientras se subía al auto.

—Si es necesario… rogar por su perdón.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Hola!! Espero que os haya gustado el capítulo, y si es así no se olviden de dejar su lindo rw, recuerden que son gratis y alimentan mi kokoro (? 

Mil gracias por leer <3

Haruka Eastwood


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