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Amante inocente por Haruka Eastwood

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Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Amante inocente

Capítulo 16: Amante etéreo

Con suavidad lo recostó en la cama, cubriéndolo con las mantas antes de depositar un dulce besó en su frente, comenzando a juguetear con sus suaves cabellos rubios a la par que acariciaba los parpados del doncel con su nariz, percibiendo su inconfundible aroma dulce y aquella calidez envolvente, cerrando los ojos al desear que el tiempo se detenga y conserve aquel efímero momento de paz.

—Te amo mucho, mi precioso Kitsune —susurró con la voz temblorosa.

No sabía cuánto tiempo había permanecido en aquella posición, pero cuando se incorporó, no pudo evitar admirar cada fina facción de Naruto, intentando comprender como es que si parecía estar en perfecto estado estuviera a nada de perderlo —según las frías palabras de aquel médico—, por un supuesto capricho.

Cinco meses como máximo, fue lo que le dijeron que viviría Naruto si continuaba con aquel arriesgado embarazo, y eso si tenía suerte, de lo contrario sería menos tiempo. En aquel momento quiso reír de la frustración e impotencia, sujetar a aquel doctorcillo de cuarto y golpearlo hasta cansarse, obligándolo a decir que se equivocaba. Joder, ¿Por qué todo se tenía que complicar de esta forma? ¿Por qué simplemente no podía ser feliz al lado de la persona que más amaba? ¡¿Por qué, maldita sea?! Y de nuevo ahí estaban, aquellas lágrimas que caían silenciosas sobre el rostro dormido de Naruto.

Besó su mejilla y por primera vez en el día, esbozó una sonrisa, haciéndole una promesa silenciosa… “Porqué si tu mueres, yo moriré contigo… Naruto”. Era un hecho, uno drástico y demasiado cliché en aquel momento pero malditamente cierto, porque sin aquel pequeño doncel todo acabaría. Tal vez era una decisión cobarde pero no le importaba y como si quisiera sellar su promesa, besó superficialmente a Naruto.

En cuanto pudo ponerse de pie, salió del cuarto y se dejó caer en el sofá. Estaba más cansado que nunca, sintiendo como un enorme peso se alojaba sobre sus hombros con la intención de aplastarlo. Era demasiado, necesitaba desahogarse con alguien, gritar y maldecir al menos una vez para poder seguir adelante, entonces el suave golpeteo sobre la puerta lo sacó de su ensoñación.

Y sin ganas de nada, se levantó arrastrando los pies hasta la puerta mientras se frotaba los ojos con insistencia. Moría de sueño pero era un hecho que al menos por ahora no era capaz de dormir, y su malhumor lo delato al abrir la puerta con la clara intención de correr a quien sea que estuviera molestando, sin embargo, desistió de la idea en cuanto diviso a Itachi con un gesto de preocupación.

—Sasuke, que bueno que te encuentro —susurró soltando un suspiro de alivio—. ¿Cómo estás?

—Si vienes de ver a mamá deberías saberlo.

—No he hablado con ella desde hace una semana.

—Entonces…

Itachi no le dejo continuar, y con un movimiento tenso dio un paso atrás, dejando que Sasuke viera al atractivo hombre que le acompañaba. Por unos momentos su desconcierto fue demasiado evidente, entonces centró su vista el aquel extraño varón y pese a que era la primera vez que lo veía, sabía exactamente de quien se trataba, estaba más que claro al ver su cabello rubio, piel trigueña y aquellos ojos azules.

—Él es Minato Uzumaki…

—¿Qué mierda hace aquí, Itachi? —espetó encarando al rubio con una mirada letal e intimidante, mientras apretaba los puños y se contenía para no saltarle encima y golpearlo hasta cansarse.

—Estamos buscando a Naruto y quiero hablar contigo.

—No sé cómo rayos se conocen ni me importa —miró de soslayo a su hermano antes de volver a centrar su atención en Minato—, pero será mejor que se largue de mi casa antes de que lo mate.

—No me iré hasta ver Naruto.

Apretó la mandíbula con demasiada fuerza mientras sentía como las uñas se le clavaban en la palma de la mano hasta hacerle daño, pero no le importó. Aquel tipo estaba loco si pensaba que lo iba a dejar ver a Naruto después de lo que le hizo, por su culpa su doncel había vivido un infierno, y si se estaba conteniendo era por respeto a Naruto, quien debía dormir.

—Y yo no lo volveré a repetir —lo empujo con una mano haciéndolo retroceder un paso que no inmutó al hombre—. Largo de mi casa.

—Naru es mi hijo, necesito hablar con él, y si decide que me vaya me iré.

En un movimiento rápido, Sasuke lo tomó del cuello de su camisa empotrándolo contra la pared del pasillo con tanta fuerza que Minato soltó un quejido intentando no quedarse sin aire. Itachi le había comentado que su hermano era un chico tranquilo y bastante centrado quien al parecer mantenía una “relación secreta” con su niño, para evitar problemas con Fugaku y él.

Pero aquel joven que le miraba furibundo no tenía nada que ver con la descripción que le habían dado, por lo que le miró atentamente sorprendiéndose al encontrar un profundo odio y resentimiento hacia su persona, reflejado en aquella intensa y letal mirada ébano, siendo esa la primera vez que se encontraban, por lo que supuso que Naruto le contó algo —lo cual no le extrañaría después de cómo lo ha tratado—, era eso o simplemente vio a Naruto después de la golpiza que le dio por las fotos.

—No permitiré que un bastardo como usted se acerque a la persona que más me importa en este maldito mundo —lo soltó con brusquedad, mirándolo con desdén—. Suficiente ha tenido con soportar todo lo que le ha hecho.

—Es mi hijo y tengo derecho a verlo —espetó de lo misma forma intimidante, dando un paso hacía enfrente, quedando cara a cara con Sasuke.

—Y Naruto es mi pareja —lo volvió a aventar contra la pared, tomándolo del cuello, clavando sus uñas en la suave piel—. Él no necesita volver a ver a un hombre que solo ha sabido maltratarlo y depreciarlo. Usted ni siquiera merece ser llamado padre, tan solo es un maldito bastardo que preferiría no volver a ver nunca.

—Tu no entiendes —se soltó del agarre—. Necesito verlo.

Su paciencia había llegado a su límite, simplemente no podía permanecer frente a ese hombre y no hacer nada. Aquel maldito se había atrevido a golpear a Naruto cuando este más lo necesitaba, cuando era más vulnerable y cargaba con la vida del bebé de ambos. Minato solo era una persona despreciable que durante años se encargó de maltratar humillar y dejar de lado a alguien tan noble y perfecto como su pequeño doncel. Tan solo no alcanzaba a comprender como se había atrevido siquiera a abandonarlo.

Y sin pensarlo le soltó un puñetazo tan fuerte que lo derribó, pero aun no era suficiente, por lo que caminó a grandes zancadas hasta un aturdido Minato que intentaba incorporarse, estrellándolo contra el suelo y subiéndose a horcajadas sobre él más que dispuesto a seguir golpeándolo. Intentando descargar toda su rabia y frustración con él, ignorando los intentos desesperados de Itachi por detenerse, y es que pese a que era el hermano menor, siempre ha tenido mucha más fuerza, por lo que basto con apartar a Itachi, arremetiendo una vez más contra Minato quien no podía librarse debido a la posición.

—¡Sasuke! —finalmente se detuvo.

Su cuerpo se paralizo completamente observando el rostro ensangrentado de Minato, que jadeaba y tosía sangre, aun así, aprovechó aquel pequeño instante para quitarse al Uchiha de encima, incorporándose lo más rápido que le era posible con un rostro tan confundido y asombrado como el de Sasuke, al ver en el alfeizar de la puerta a su pequeño Naruto con lágrimas en los ojos.

—Naru… yo… —susurró Sasuke por lo bajo, mientras intentaba acercarse lentamente al pequeño doncel como si este fuera un animalillo asustado.

Sorprendentemente, Naruto ignoró olímpicamente a Sasuke y corrió hacía Minato, posando sus pequeñas y cálidas manitas sobre el magullado rostro de su padre, viéndolo con una extraña mezcla de miedo y preocupación. Logrando que el varón se inclinara un poco más hacía él para poder ver mejor sus heridas, mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas. Era un hecho que aquel hombre le había hecho mucho más daño del que podía soportar pero seguía siendo su padre… su familia.

—H-Hay que curarte eso ttebayo —bajó la mirada aun con el miedo plasmado en aquellos grandes ojos azules, soltándolo de repente para dar un paso atrás, rodeando su cintura con ambos brazos de forma sumisa—. L-Lo lamento… yo no… perdón.

—No eres tú el que debe disculparse —bramó Sasuke, mientras le abrazaba por detrás de forma protectora, alejándolo aún más de Minato.

—N-Naru —titubeó mientras daba un paso al frente, poniéndose de cuclillas para poder ver el rostro de su niño, tomando delicadamente sus manitas entre las suyas, importándole muy poco que aun siguiera resguardado entre los brazos de Sasuke—. Soy yo quien debe disculparse, no tu… tu jamás has tenido que hacerlo… yo… yo he cometido tantos errores, demasiados. Te he hecho tanto daño que no merezco tu perdón… no merezco a un hijo tan maravilloso como tú. Incluso ahora, y sí me dices que me odias no me importa porque lo merezco… solo quiero decirte que te amo… que eres lo mejor que me pudo haber pasado en la vida y que tu madre estaría muy orgullosa de ti, ella era una mujer tan fuerte y valiente como tu… ambos son perfectos…

—P-Papá…

—No importa si no me crees —una silenciosa lágrima rodo por su mejilla, reafirmando el suave agarre sobre las manos de Naruto—. Si yo estuviera en tu lugar no lo haría… porque te he dicho tantas veces que voy a cambiar y veme… soy un asco de padre, alguien que no pudo apreciar el gran regalo que tu madre me dejo… y me arrepiento, me arrepiento de no haber estado contigo cuando más lo necesitabas, de no ser lo que esperabas. Pero parece ser que ya es muy tarde para asegurarte que esta vez es diferente, porque lo será, yo… —bajó la cabeza aún más, llevando las manos de Naruto hasta su frente—, solo quiero que sepas que si algún día me necesitas no dudes de que estaré ahí para ti, incondicionalmente —se puso de pie, viendo directamente a Sasuke—. Sé que lo cuidaras.

Pasó al lado de Itachi quien le dedicó una mirada nostálgica y confusa. Era verdad que deseaba el perdón de Naruto, pero no podía obligarlo a aceptarlo en su vida, no cuando lo había tratado de aquella forma tan despreciable, aunque alejarse no era lo mejor, sin embargo tampoco pretendía interferir entre él y Sasuke, después de todo bastó una sola mirada para darse cuenta de que ese chiquillo haría lo que fuera por su hijo, y a él solo le quedaba apartarse, permanecer entre las sombras y velar en silencio por el bienestar de su hijo, comprendiendo de que ya era muy tarde para enmendar todos los errores que cometió por su estupidez.

—No te vayas ttebayo, por favor no te vayas —susurró bajito, pero lo suficientemente alto para que los tres varones lo escucharan claramente, mirándolo sorprendido—. No te odio… nunca te he odiado —se soltó de Sasuke, caminando titubeante hasta Minato—, yo… yo sé que no eres un mal padre…

—Lo soy, cariño —susurró dándose la vuelta para estrechar entre sus brazos el menudo y tembloroso cuerpo del doncel—, siempre lo he sido.

—No es cierto —negó escondiendo el rostro en el pecho de su padre, intentando refrenar el llanto mientras lo rodeaba fuertemente con sus brazos—. Sakura-chan me contó que cuando era bebé me cargabas y me cantabas hasta que me dormía… y cuando enfermaba te quedabas conmigo toda la noche. En mi cumpleaños, entrabas a mi cuarto y cantabas las mañanitas mientras me decías que me querías, que era especial y que te perdonara tteba. Tú no eres un mal padre.

—Naru…

Su voz se quebró, apretando un poco más el cuerpo del pequeño doncel, sabiendo que no merecía todo aquello, sin embargo esta vez estaba decidido a no volver a cometer los mismos errores, a redimirse con acciones y cuidar de su pequeño como debió ser desde que nació.

—Si le vuelves a hacer daño, la próxima vez no me contendré —susurró frio y letal, de tal forma que solo Minato pudiera escucharlo.

La advertencia de Sasuke no le sorprendió en lo más mínimo. Claro que esta vez no haría nada que pudiera dañar a su niño, al contrario, se aseguraría de que siempre estuviera bien, por lo que ignorando a Sasuke se concentró en Naruto quien sollozaba bajito entre sus brazos, removiéndole suavemente el cabello de la frente, aunque se detuvo en cuanto noto la alta temperatura de su cuerpo.

—Tienes mucha fiebre —comentó mientras le levantaba el rostro delicadamente, viendo sus ojos con detenimiento, los cuales carecían de aquel brillo tan característico en él, pero lo que terminó por alertarlo fue la extrema palidez y los pequeños espasmos de su cuerpo que nada tenían que ver con el reciente llanto.

—Estaré bien ttebayo —soltó nervioso apartándose de su padre, mirando de Soslayo a Sasuke, quien no dudo en acercarse y estrecharlo entre sus brazos—. Solo es un poco de gripa… nada grave.

—Mientes tan mal como tu madre —acarició sus cabellos llamando su atención, mirando fijamente a Sasuke por respuestas que estaba seguro no le daría.

—Será mejor que entremos —Itachi posó su mano sobre el hombro de su hermano—, claro que solo si estás de acuerdo.

—Tsk, hagan lo que quieran —farfulló mientras se adentraba al departamento seguido de los otros dos, dejando a Naru en la sala.

Aun con un deje de molestia fue a la cocina a preparar un poco de té, al regresar con cuatro tasas que colocó sobre la mesa a un lado de su botiquín —el cual seguramente les dio el pequeño rubio—, miró fijamente a su hermano que curaba delicadamente las heridas de Minato con ayuda de su Naru, aunque lo verdaderamente extraño eran aquellas miradas de entera preocupación que Itachi le dirigía al bastardo ese.

—No sabía que fueran tan cercanos —soltó de improvisto, desconcertado por el repentino e intenso sonrojo de los otros varones.

—Teme —le reprendió cariñosamente Naruto, acercándose a él y hablando lo más bajito que podía, pero gracias al extremo silencio, su voz era más que clara para todos—, eso es porque son pareja —comentó sin malicia y una amplia sonrisa.

Repentinamente Itachi tuvo un violento ataque de tos, Minato se sonrojo bajando la cabeza con evidente bochorno mientras Sasuke miraba atónito a su pequeño rubio sin saber cómo reaccionar. Claramente era una locura, demasiado absurda y aberrante, aun así intentó no alterarse, respiró profundamente y se sobo el puente de la nariz con el dedo índice y pulgar, soltando un suspiro cansado.

—No seas dobe —susurró tan bajo como Naruto, dándole un ligero golpecito en la frente con dos de sus dedos—, te recuerdo que mi hermano es varón.

—¿Enserio? —ironizó, infló las mejillas y se cruzó de brazos cerrando los ojos.

Sinceramente le traía sin cuidado que ambos fueran varones, después de todo no le sorprendían esa clase de relaciones, sobre todo al conocer a Kakashi e Iruka. Aunque estaba más que claro que el hermano de Sasuke pese a tener facciones varoniles, tenía una extraña delicadeza que le hizo dudar por unos segundos, al menos hasta que recordó que Sasuke le hablo sobre él. Y cuando regresaba con el botiquín, había visto claramente como su padre le acariciaba la mejilla dulcemente a Itachi y este suspiraba con cansancio, se mordía el labio y observaba a todos lados antes de inclinarse y darle un rápido beso en los labios a Minato.

—Él es mi jefe —se apresuró a decir un acalorado Itachi.

—Trabaja para mí —murmuró al mismo tiempo que su amante, recomponiéndose de la sorpresa inicial, para mirar fijamente a Naruto—. Lo importante es saber si ya fuiste al médico por lo de tu fiebre.

—P-Papá… yo…

—Naruto esta embarazado —soltó repentinamente Sasuke, dejando perplejos a todos.

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Continuará

Notas finales:

Empiezo a creer que a Sasuke le gusta ver arder el mundo xD

En fin, solo espero que el capi les haya gustado, si es así se agradecen comentarios, hacen feliz a Haruka XD sin más me despido y os deseo un lindo día :3

Haruka Eastwood


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