Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amante inocente por Haruka Eastwood

[Reviews - 131]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Para su desgracia, sigo viva y sigo actualizando XD


Ojalá y les guste el capítulo :3

Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...
Clasificación: Mayores de 16 años.
Género: AU. Romance. Drama.
Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~
Amante inocente

Capítulo 19: Esperanza marchita

En la oscuridad de su habitación, comenzó a pensar en si todo aquello que sentía no era un mal chiste. Nada parecía tener lógica, sabía que debía recordar a alguien… tenía memoria eidética, pero todo eran datos inútiles porque aun así olvido a la persona más importante que conocía. Lo estaba perdiendo. Los sueños continuaban pero ya no existía aquella bonita sonrisa de dientes blanquísimos. Ahora era una mueca que reflejaba miedo, angustia y soledad.

Las lágrimas empapaban aquel rostro cuyos rasgos apenas podía discernir entre la bruma mental que siempre lo rodeaba, y por más que deseaba acercarse para darle consuelo no podía. Había intentado de todo pero el resultado siempre era igual y sus sueños empeoraban a cada segundo, primero sonreía mágicamente como solo él sabía hacerlo, después todo era lágrimas, dolor e impotencia.

—Shikamaru.

La voz de Sasori lo obligó a salir de sus pensamientos, teniendo que parpadear varias veces para poder esclarecer su vista, notando que su serio amigo pelirrojo seguía de pie en el alfeizar de la puerta con una mueca de preocupación dibujada en su rostro. No lo entendía, sí, había estado un poco distraído, solo eso.

—Quita esa cara, no he muerto, eso sería problemático.

—Has estado actuando extraño, ¿recordaste algo?

—No —pasó sus dedos entre las rebeldes hebras de cabello, intentando peinarse—. No creo poder recordar algo más.

—Estabas llorando.

—¿Qué?

—Cuando llegue —explicó—. Llorabas… y es aterrador verte así.

—Tsk, mejor dime porque irrumpes en mi casa, no solo eso, sino que también entraste a mi habitación.

—Sabes que mi auto tuvo unas fallas —sonrió con malicia—, y necesito que me lleves a la estación de tren. Debo enviar unos paquetes y… me lo debes.

—Como sea —de mala gana se levantó del sofá, tomó su saco y volvió a ver con molestia a Sasori, arrepintiéndose de entregarle una copia de las llaves de su casa—. ¿Por qué hoy que es mi día libre?

—Por eso, además será rápido y puedo invitarte una copa.

—Son las tres de la tarde.

—¿Y? Entre más temprano empecemos, más rápido acabamos.

—Eres demasiado molesto —bostezo mientras se subía al auto.

Era un domingo bastante tranquilo, así que en menos de media hora llegaron a la estación. Sasori simplemente se bajó del auto y se reunió con unos varones a los que les entregó varios paquetes, empezando a discutir por temas que ni le importaban, lo peor de todo es que debía esperarlo. Estaba a nada de acomodar mejor su asiento y cerrar los ojos cuando lo vio, y sintió que todo lo demás dejo de existir.

Podía jurar que se trataba del mismo doncel de sus sueños, con aquel sedoso cabello rubio sujeto en una apretada trenza, solo que ahora era más largo, sus ojos seguían siendo de un azul mágico y sin comparación, aunque la única diferencia era la sonrisa deslumbrante que lo enamoro de una ilusión. Aquel pequeño no sonreía, más bien parecía que se forzaba a disimular la mueca de dolor mientras caminaba.

Viéndolo bien, no tuvo ninguna duda de que se trataba de la persona que debía recordar, sin embargo no tenía idea de donde estaba su enorme sonrisa que llegó a ver en sueños, su mirada alegre o aquella aura llena de vida. En su lugar, había unas enormes ojeras bajo sus ojos, su piel estaba pálida e incluso desde donde estaba notaba lo delgado que lucía. Estaba demacrado, enfermo y daba la impresión de que caería desmallado en cualquier momento.

Entonces dejo de pensar, salió del auto a tropezones y corrió hasta el pequeño, mientras en su cabeza se arremolinaban cientos de imágenes a las que no podía darles sentido y que estaban a nada de sumergirlo en la locura, pero un solo nombre venía a su mente una y otra vez, un nombre que escapo de sus labios llamando la atención del doncel, cuyos ojos se abrieron de par en par, antes de avanzar con incredulidad hacía el, soltando la pequeña bolsa de mano que momentos antes sostenía.

—¡Naruto! —Repitió en cuanto lo estrecho fuertemente entre sus brazos, mareado y desorientado, solo pudo aferrarse más a ese frágil doncel del cual sabia poco más que su nombre, sin embargo era suficiente, suficiente para llorar en silencio contra su hombro temiendo volver a olvidarlo y perderlo—. Naruto… Naruto… eres tu… perdóname, perdóname por todo, yo… yo te había olvidado.

Apretó los labios y contuvo el gemido de dolor cuando su cabeza punzo como si quisiera explotar, aun así logró controlarse para no caer. Era un hecho que no había recuperado por completo sus recuerdos, pero al menos sabía quién era el doncel al que estrechaba con fuerza y lo que significó en su vida.

—Shikamaru —murmuró entre sollozos—.¿Eres…?

—Soy yo… soy yo mi hermoso sol…

—¿Cómo…?

Aturdido, se separó de Shikamaru y dio un par de pasos tambaleante para alejarse de él, mientras llevaba sus manos hasta la boca, refrenando a duras penas el llanto. Aquel varón había significado su mundo y su todo, y se había sentido traicionado y usado cuando se fue de su vida sin decir adiós.

Lo había buscado por meses, yendo hasta su casa día tras día, sentándose contra la puerta de entrada, mientras mantenía la absurda ilusión de verlo llegar, solo para estrecharlo en el calor de sus brazos que tanta falta le hacían, consolarlo y decirle que todo estaría bien porque él estaba ahí, aunque era consciente de su dulce mentira.

Y entonces, comprendió que Shikamaru no volvería a su lado, mucho menos a esa casa en donde pasó horas conversando y riendo mientras se olvidaba del mundo por al menos unas pocas horas que eran suficientes para no amargar su existencia y sumergirlo en el dolor de una vida llena de rechazo.

Le costó aceptar que se fue sin decirle adiós. Se merecía una explicación, pero bajo e dolor de la perdida y la constante ira que burbujeaba en su interior por el rechazo y abandono, estaba la creciente preocupación, el miedo visceral ante la idea de perderlo más allá del plano físico, y entonces rogo porque se hubiera marchado de Konoha y no de este mundo. Rogo porque Shikamaru fuera un patán que lo boto, con tal de no ahogarse ante lo desconocido y la incertidumbre de saberlo perdido.

Prefirió enojarse con él, gritar y llorar, diciéndose que se fue por su culpa, que lo harto con sus miedos infantiles y finalmente, algo dentro de él murió con su partida, dándose cuenta de lo dependiente que se había vuelto de aquel varón a quien le abrió su corazón sin dudarlo, contándole sus miedos, sus secretos y buscando un consuelo que lo mantenía en una burbuja color de rosa, siempre y cuando estaba cerca.

Cuando lo aceptó, aquella burbuja se rompió y todo a su alrededor se volvió gris, los abusos en la escuela continuaron, el odio de su padre lo sintió como una bofetada constante a su maltrecho espíritu que estuvo a nada de quebrarse… no, se dijo con calma. Realmente se quebró, se hundió en su propia mierda y dejo de ser él, se volvió una sombra, un títere que actuaba por puro instinto y que se sumergió en lo prohibido, se convirtió en un juguete que buscó calor en cualquiera con la absurda esperanza de sentirse aunque sea un poco vivo cuando comenzaba a morir desde dentro.

—Tuve un accidente —respondió en medio de un jadeó de dolor, sintiendo que su cabeza explotaría—, conducía demasiado rápido…

Su cuerpo se tensó, vio la expresión de Shikamaru y fue consciente de que no estaba bien, que tal vez caería inconsciente en cualquier momento, por lo que tomo su pequeña mochila que había dejado caer al suelo y caminó con él hasta el parque que estaba a cinco minutos de la estación de tren. Sasuke se volvería loco buscándolo, le había dicho que no se moviera mientras se ocupaba del equipaje y otras cosas a las que no le tomo importancia. Solo había querido despejarse.

—Siéntate, te traeré algo de beber ttebayo —tajó deteniéndose junto a una banca, ubicada bajo la sombra de un frondoso árbol, que sin pretenderlo, los aislaba momentáneamente del mundo—. Tal vez necesites un doctor.

—Estoy bien —su voz era ronca, pero su expresión confundida hizo dudar a Naruto—. Por favor siéntate.

Apretó los labios con demasiada fuerza y sin soltarse del suave agarre que Shikamaru mantenía sobre sus muñecas, se sentó a su lado, cómodo con la nostálgica sensación de tenerlo tan cerca nuevamente, pero obligándose a mantenerse callado, forzando a su torpe cerebro trabajar a marchas forzadas para que pudiera comprender plenamente todo lo que estaba pasando.

—Te fuiste sin decir nada… —incapaz de callar por más tiempo, su voz salió baja, apenas un murmullo que fue capaz de escuchar, impreso de demasiado dolor, un dolor que hubiese doblegado a cualquier otro—. Te busque y cuando le dije a la policía que desapareciste se rieron de mi ttebayo. Nadie quiso decirme nada y parecía que a nadie le importaba y me forcé a creer que me abandonaste, que te hartaste de mi… quise creer que me odiabas lo suficiente como para irte un día sin decir nada…

—Jamás quise dejarte, jamás me hartaría de ti… jamás —sus brazos rodearon el pequeño cuerpo de Naruto, como un manto cálido que lo resguardo del mundo, y lo hicieron sentirse como aquel niño vulnerable y frágil que años atrás corría a Shikamaru por un poco de consuelo ante un mundo que le dio la espalda—. Eres lo mejor de mi vida, y aun si no lo recuerdo, sé que eres lo único valioso de ella, eres todo lo que me queda.

—Shikamaru —un susurró seguido de un sollozo amortiguado por el pecho del varón, aun así él entendió y lo apretó aún más fuerte contra su cuerpo.

—Nunca te dejaría —hablo contra el cabello de Naruto, cerrando los ojos para inhalar su dulce aroma, forzándose a soportar la avalancha de recuerdos—. Ahora recuerdo poco… pero sé que mi padre estaba muy grave, me llamarón desde un hospital de Kumogakure gracias a una identificación que encontraron entre sus cosas. No lo pensé, tome el auto y conduje tan rápido como pude… entonces tuve un accidente, el carro quedo destrozado y yo apenas estaba vivo. Desperté en el hospital, no sabía nada de mi o de mi vida, no tenía idea de mi nombre mi edad… todo se había ido. Todo…

—¿Cómo es qué…?

—¿Qué recordé? —susurró contra su cuello, su aliento cálido una caricia familiar—. No lo hice, al menos no hasta ahora. Mi nombre edad y dirección estaban en mi identificación, pero pasaron meses antes de que pudiera salir del hospital, cuando lo hice tenía un amigo. Él me acompaño a mi hogar, descubrí que había estudiado derecho, que mi madre falleció hace muchos años y volví a llorar la muerte de mi padre, a pesar de que no lo recordaba… creí que lo había perdido todo y regrese aquí…

—Lo lamento… lo lamento mucho ttebayo.

—Shh tranquilo, no llores —besó su mejilla—. Aun cuando perdí mis recuerdos y una vida, siempre tenía un sueño, con los años se volvía más nítido pero no lo suficiente, en el, aparecía un hermoso doncel rubio que me enamoraba con sus sonrisas —se separó lo suficiente para ver sus hermosos ojos inundados en lágrimas, y juntó su frente con la contraria—. Fue lo único que me anclo a este mundo por mucho tiempo, aun si pensaba que era una ilusión. Su suave risa fue un bálsamo para mí pero poco a poco esas sonrisas iban desapareciendo y no sabía qué hacer, me estaba volviendo loco, pero hoy, cuando te vi, supe que eras tú. No te mentiré diciendo que lo recuerdo todo, sé que fuiste mi mundo y lo sigues siendo, también sé que te amo como jamás amare a alguien más y con eso me basta…

—Yo… —sollozó incapaz de decirle que ya no lo amaba, que lo había superado y que su corazón pertenecía a alguien más, a alguien maravilloso con quien tendría un bebé. Y se odio porque era incapaz de lastimar más a Shikamaru, porque a pesar de todo, le quería demasiado…

—Te amo tanto… —susurró contra sus labios, dispuesto a besarlo cuando se apartó con violencia de él.

—¡¿Qué diablos pensabas hacerle a mi esposo?!

La voz de Sasuke fue un fiero e intimidante gruñido que lo asusto tanto que fue incapaz de decir algo, simplemente vio como apartaba a Shikamaru de él, empotrándolo contra el tronco del árbol con pura fuerza bruta que lo dejo sin aliento.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Hola!! Lamento la tardanza, pero he tenido muchos problemas y siendo sincera, no sé cuando volvere a actualizar, yo espero que pronto D= en fin, por el momento espero y les haya gustado el capítulo que fue hecho con amor (? y se agradecen comentarios 7u7r hacen feliz a mi kokoro

Me despido y les deseo un lindo día :3

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).