Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Amante inocente por Haruka Eastwood

[Reviews - 131]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! Quiero dedicarle este capítulo a girlutena, naruf y Karolita por tan lindos rw que siempre me dejan ♥ ojalá y les guste nwn

Título: Amante inocente

Resumen: Él y solo él, era la persona que tanto había buscado...

Categoría: Naruto

Clasificación: Mayores de 16 años.

Género: AU. Romance. Drama.

Advertencias: Lemon. Mpreg.

Autor: Haruka Eastwood

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Amante inocente

Capítulo 6: Carta de un enamorado

Con el nerviosismo propio de cualquier adolescente enamorado, Naruto alargó un suspiro, se frotó las manos contra su rostro en repetidos movimientos torpes, llenos de anticipación y una emoción que inútilmente se esforzaba por ocultar. Acomodó aún más los pliegues de la gruesa bufanda naranja, y hundió el rostro en ellos con un suspiro de alivio al entrar en calor. Apenas era la primera semana de Diciembre, sin embargo el clima helado no se hacía esperar, logrando que tiritara levemente sin dejar de ver hacia todos lados con la impaciencia pintada en su lindo rostro.

En su situación, no sabía si era lo mejor o no, pero desde su cumpleaños había adquirido la “extraña” costumbre de quedarse en la biblioteca hasta las cuatro de la tarde, leyendo cuanto libro tuviera en frente con tal de poder esperar a Sasuke, quien siempre lo recibia con una sutil sonrisa ladina, dibujada en sus sensuales labios y un inocente beso en la frente que le erizaba cada vellito del cuerpo. Solo eso bastaba para hacer latir su corazón de forma precipitada y alborotar sus tontas hormonas adolescentes.

Sasuke era único, no sabía en qué sentido ni le importaba, tan solo amaba caminar con él hasta su casa, entablar una charla tranquila, mirarlo de soslayo y fantasear con algo tan "bobo” como el simple hecho de tomarse de la mano igual que un par de enamorados. Anhelaba ser estrechado entre sus fuertes brazos, sentir su abrasador calor traspasar su piel en oleadas interminables; aquel calor puramente masculino y tan sofocante que terminaba por envolverlo con finas caricias de seda y terciopelo.

Su cuerpo se estremeció ante su simple anhelo, obligándose a pensar en otra cosa ¡Lo que sea estaba bien! Entonces meditó la absurda situación y creyó que era curioso el trayecto de él para poder verse, ya que Sasuke al ser de Universidad salía por el lado norte mientras que él salía del lado sur. ¡Y eso que ambos asistían a la misma institución! De la nada, sus labios se apretaron en un puchero tierno y las mariposas de su estómago comenzaron una guerra sin tregua conforme caminaba hacia la entrada, entonces su mirada se topó con unos intrigantes ojos ébano que lo observaban con una alegría cegadora.

—Sasuke... —susurró con la emoción impresa en esa única palabra, teniendo que refrenar las inmensas ganas de lanzarse a sus fuertes brazos y enterrar la cara en su pecho—. Lo lamento, ¿tienes mucho tiempo esperándome?

—Eso debería preguntarlo yo, pequeño~ —Dios, cómo amaba el profundo tono de su voz: aterciopelado e intenso como todo él, provocando sin el menor esfuerzo un estremecimiento atroz que recorría cada parte de su cuerpo hasta teñir sus mejillas de un intenso tono granate—, Naru... como compensación, ¿me aceptarías una invitación a la cafetería?

—N-No, no es necesario ttebayo.

—Solo será una taza de chocolate caliente —su pálida mano se acercó hasta la mejilla de Naruto, acariciándola con la intimidad propia de un amante enamorado—, aunque podríamos pedir una rebanada de pastel y...

Sin poder evitarlo, su mirada se dirigió a los labios de Sasuke: suaves, turgentes y tan sensuales como solo puede serlo la boca de un hombre, al mismo tiempo que aspiraba el intenso y masculino perfume que le envolvía en su totalidad mientras un fuego líquido recorría su torrente sanguíneo hasta derretirlo de dentro hacia afuera, para dejarlo a merced de aquel guapísimo varón frente a él.

—Me encantaría —consiguió murmurar, dándose cuenta que Sasuke se había acercado tanto a él que podía sentir su intenso calor aislandolo del mundo entero, junto a su aliento mentolado que comenzaba a mezclarse con el suyo.

—Naru... ¿puedo besarte?

—¿Eh?

Cuando finalmente su embotado cerebro fue capaz de procesar lo que Sasuke había dicho, sintió los labios contrarios presionando contra los suyos en una caricia tierna y tan suave que lo estremeció de pies a cabeza, sujetándose a él con firmeza, terminando por enrollar los brazos alrededor de su cuello, permitiéndole intensificar el contacto. Sasuke rodeó la pequeña cintura de Naruto con sus brazos, maravillandose de la expresión avergonzada del doncel que poco a poco comenzó a corresponder con torpeza y sutileza su férreo contacto, preguntandose si ese habría sido el primer beso de su adoración rubia.

Todo parecía indicar que si. El pequeño doncel temblaba entre sus brazos y cuando finalmente se separó de él, contempló sus ojos llorosos y sus mejillas fuertemente sonrojadas, dándole una apariencia tierna y tan malditamente erótica que deseo volver asaltar esos rosados labios hasta fundirse con él en un acto mucho más pasional y tan íntimo que se estaba volviendo una necesidad incontenible. Al final, necesitó hasta la última pizca de su fuerza de voluntad para soltarlo, evitando sumergirse en una vorágine de piel y calor que amenazaba con consumirlo en un fuego intenso hasta reducirlo a cenizas.

—Eres precioso —susurró contra sus labios en un tono ronco, impreso de puro deseo.

Sasuke era un hombre atractivo y “encantador” que atraía la atención de féminas y donceles sin el más mínimo esfuerzo, también era el mismo hombre que acababa de besarlo como si no hubiera un mañana, abrazándolo en una muda declaración de que él era suyo. Sin previo aviso, sus emociones estaban logrando que sus pensamientos rebotaran en cien direcciones distintas hasta colisionar intentando no ceder a él, no claudicar ante Sasuke y sus sonrisas que parecían sinceras. No debía enamorarse, no de nuevo.

—Suéltame —lo hizo retroceder un paso, mirándolo con los ojos empapados en lágrimas—. No vuelvas a tocarme ttebayo.

Tenerlo tan cerca era una abrasiva contra su sensible piel, al ser un hombre tan impositivo y tan grande, se sintió rodeado con su sola presencia, abrumador de un modo que lo asustó y deseó huir mientras algo dentro de él se fragmentaba en mil pedazos, consumiendo los fragmentos en un fuego letal. Finalmente comprendió que Sasuke le gustaba más que nadie en esta vida, que Sasuke logra detener su mundo sin esfuerzo alguno y que por Sasuke cometería locura tras locura porque... porque amaba a Sasuke.

Se había enamorado de un modo tan visceral y tan primitivo, que si Sasuke lo dejaba, estaba seguro que eso terminaría por destruirlo, erradicaría lo poco que quedaba de él, y no planeaba correr el riesgo pese a que una vocecilla en su interior le gritaba con desespero que el varón frente a él sería incapaz de lastimarlo. Para su desgracia, había confiado más veces de las que debería obteniendo el mismo resultado, siempre eran lágrimas, angustia y una mínima parte de él moría cada que entregaba su corazón lleno de nobles sueños.

—Naruto…

El desconcierto momentáneo del varón fue casi palpable, costandole varios segundos poder reaccionar, observando incrédulo como Naruto se marchaba de allí con las mejillas empapadas de lágrimas y una expresión de desconsuelo tan grande que su pecho dolió. Ni siquiera pensó en lo que iba a decirle, simplemente le dio alcance, estrechando entre sus brazos el menudo cuerpo que no dejaba de temblar.

—Suéltame —pidió con un nudo en la garganta.

—No. Jamás te soltare y jamás me disculpare por haberte besado —lo volteó quedando de frente al doncel—, ni por el beso de antes ni el de ahora.

Cuando los labios de Sasuke descendieron sobre los suyos con una decadencia abrumadora, su mente quedo en blanco, dejándose llevar por las mil y un emociones impresas en aquel único contacto lleno de miedo, ansiedad y una férrea determinación que terminó con su idea de alejarse de él de tajo. Sintiendo su inmenso calor envolverlo de forma protectora al tiempo que ahuecaba una mano grande sobre su mejilla, acariciandole con el pulgar tiernamente, mientras la otra la usaba para sujetarle la nuca posesiva y territorialmente, acercándose a su cuerpo como si quisiera fundirse con él.

Aquello era... Naruto no tenía palabras para describir esa aplastante avalancha de descarnadas y primitivas sensaciones que lo atravesaban por completo y de forma continua, fundiéndose sin premura en ese lugar íntimo entre sus muslos que se obligó a contraer para contener el hambre voraz que ansiaba subir a la superficie con renovadas fuerzas, envuelta de una necesidad que tenía nombre y apellido. Todo porque aquellos turgentes labios masculinos estaban saboreando los suyos con traviesa ternura aderezada con unos mordisquitos inocentes que lo llevarían a más si seguía así.

—B-Basta… —Gimió contra su boca y entonces la lengua de Sasuke lamió la suya.

“Dios” gritó su mente. Sus antiguas parejas lo habían besado, claro que lo habían hecho, pero jamás llegó a imaginar que un contacto labial le produciría aquellas sensaciones sin nombre que le hacían encoger los dedos de los pies de forma dolorosa. Sencillamente, un beso de ningún modo fue tan mágico, tan sensual y tan inexperto hasta decir basta, era evidente que Sasuke nunca había besado, lo supo al sentir su torpeza, su vacilación, su choque de dientes contra los suyos, carecía de aquellos movimientos ágiles y sutileza para hacer bailar su lengua con la contraria, aun así podía decir que Sasuke le había dado el mejor beso de su vida, un beso lleno de amor, honestidad y entrega que le hizo flaquear. No merecía a un hombre así. Sasuke no merecía estar con un doncel que no tenía nada que ofrecerle.

—Eres demasiado necio y testarudo —arguyó juntando su frente con la de Naruto—, y un completo dobe que no escucha razones.

—¡Y tú eres un teme!

—Me gustas —tajó, viendo directamente las preciosas gemas de azul adamantino—, en verdad me gustas y voy a estar contigo.

—N-No he dicho que si…

—Si dices que no, tendre que volver a besarte hasta hacerte cambiar de opinión —sus labios dibujaron una sonrisa traviesa al ver la mueca del menor. Era cierto, no pensaba renunciar a él, no después de conocerlo y si era necesario... —, y soy capaz de perseguirte hasta que aceptes estar conmigo, así que… ¿qué dices?

Naruto apretó los puños y apartó la mirada, su subconsciente le gritaba que aceptara pero su razón le decía con malicia que cuando lo suyo con Sasuke avanzara hasta un punto sin retorno, el varón lo despreciaría de la misma forma que los demás, que su orgullo sería tan grande que no se permitiría estar con un doncel que ya fue “usado y desechado” por otro varón. Entonces recordó las palabras de Sakura y su molestia al decirle que los hombres le daban una estúpida importancia a la virginidad, dejando de lado los sentimientos.

—Yo…

—Ven, hay un lugar que he querido mostrarte.

Durante los siguientes treinta minutos, caminaron en un incomodo silencio hasta llegar a un pequeño lago al norte de Konoha, que al ser bañado por los cálidos rayos del atardecer le otorgaba un aspecto mágico al agua semicongelada que se movía en una perezosa danza que cautivo al doncel, e ignorando la opresión de su pecho al creer que Naruto lo rechazaría, Sasuke tomó sus manos con mucho cuidado, depositando un beso en el dorso de cada una. Eran pequeñas, delicadas, y guardaban una proporción perfecta con su metro cincuenta y cinco de estatura, deseando poder sostenerlas siempre.

—Es precioso ttebayo.

—No tanto como tu.

—Sasuke… yo no…

—Te quiero tanto —murmuró, acunando la mejilla del doncel, acariciandola con el pulgar. Y es que era verdad, Naruto era mucho más hermoso que aquel paisaje.

—No quiero que me odies.

—No tendría jamás un motivo para odiarte… mi Naru.

Esta vez no fue Sasuke quien inició el beso, sino Naruto en un último acto de valentía de su corazón esperanzado, dejándose llevar por sus emociones, creyendo firmemente que él era diferente y que por primera vez, estaba tomando la decisión correcta.

—Yo también te quiero… Sasuke.

●●●

Hace más de diez minutos había dejado a Naruto frente a la puerta de su casa, sin embargo su estúpido corazón seguía latiendo a un ritmo frenético. Respiró varias veces en un intento fallido por calmarse mientras entraba a su casa, observando la menuda figura de su madre sentada al lado de la ventana mientras tejía lo que parecía ser un suéter.

—Cariño, qué bueno que llegaste, empezaba a preocuparme —con movimientos elegantes, Mikoto se levantó yendo a abrazar a su hijo, depositando un tierno beso en su mejilla—. Lo bueno es que ya estás aquí.

—Lo lamento —susurró besando la frente de su madre—, como es él último día de clases me quede un poco más.

—Oh, es que creí que llegarías más temprano para que me ayudaras a preparar tu maleta.

—¿Qué maleta?

—Es una sorpresa de tu padre —sonrió ampliamente antes de bajar la voz, acercándose más a Sasuke con una expresión de complicidad—. Me comentó que te vio leyendo varios folletos del internado Chidori, y como tus notas han sido más que excelentes, arregló todo para que vayas. Solo será un mes, cariño. ¿No es genial?

—¿Internado? —balbuceó escéptico, era verdad que había estado leyendo esos tontos folletos porque el inútil de Suigetsu se los dio, alegando que deseaba ir, pero era demasiado caro para ser solo un mes, y que deberían cambiar la propaganda de internado por la de campamento de estudios avanzados—. Yo… no sé qué decir.

—Tu padre estaba muy emocionado —suspiró—, lo malo es que no estarás aquí para Navidad, y te voy a extrañar mucho.

—Mis maletas… yo no las he hecho —murmuró sin poder creer que tuviera tan mala suerte, si mal no recordaba el jodido internado era del 8 de Diciembre al 10 de Enero, apreciaba el gesto de su padre y estaba seguro que de poder, ya lo habría rechazado, sobre todo porque había hecho planes con Naruto—, y…

—No te preocupes por eso, cariño, ya las prepare. Tu padre me dijo que mañana tendrías que estar alla a las seis de la mañana por lo que él te llevará —lo abrazó fuertemente—, y como no te veré en mucho tiempo, he preparado tu comida favorita.

—Sasuke —la imponente voz de Fugaku lo sacó de su letargo, obligándose a voltear para verlo entrar con su clásica expresión seria—. Espero que aproveches como es debido este mes en el internado… —dio media vuelta dispuesto a marcharse—, consideralo un regalo por tus últimas notas, que deberás mantener o superar.

—Gracias… —las palabras murieron en su boca al verlo marchar.

Estaba feliz, realmente lo estaba al ver que no le era indiferente a Fugaku, sin embargo una inmensa tristeza empaña esa alegría al pensar en su doncel…

●●●

Ni siquiera le dio tiempo a la alarma para sonar, estaba tan emocionado que prácticamente se levantó de la cama de un salto sin saber qué hacer, dio varias vueltas por el cuarto hasta que se decantó por comer algo. Eran las siete de la mañana y Sasuke y él habían quedado de verse hasta las doce, frustrado, se sirvió un poco de leche en cuanto llegó a la cocina mientras meditaba que prepararse. La verdad es que no tenía hambre pero debía ocuparse en algo o su mente empezaría a divagar.

Media hora más tarde finalmente había decidido que quería panecillos pero le faltaban algunas cosas, por lo que subió a cambiarse y justo cuando llegó a la entrada, notó un sobre blanco. No recordaba haberlo visto el día anterior y el cartero jamás pasaba tan temprano, mucho menos arrojaba los sobres bajo la puerta. Cuando lo tomó, su estómago se contrajo al leer una única palabra escrita con perfecta caligrafía: Naruto.

Inexplicablemente sus manos temblaban cuando la abrió, percibiendo la sutil fragancia de Sasuke impresa en el papel de lo que parecía ser una carta, y con los nervios a flor de piel, desdobló cuidadosamente las hojas, empezando a leer…

 

 

 

Mi adorable Kitsune,

 

Estoy abrumado y muy triste al pensar que tengo que conformarme con escribirte en vez de besar tus dulces labios, probablemente si me vieras te reirías de mí, no soy de los que dicen las cosas, pero tampoco de los que expresan su alma en palabras, pero por ti he de intentar ser poeta en esta noche fría, y tal vez te saque una sonrisa mientras intentas imaginarme diciendo todo lo que aquí leerás.

Muy a mi pesar he tenido que escribir esta carta, cuyas palabras no expresan mi sentir. El día de hoy descubrí que me acecha un mal muy grande, uno imposible de curar pero lo que más me aterra no es mi funesto problema, si no faltar a nuestra promesa, sobre todo, tu reacción ante semejante noticia que voy a darte, pero primero quiero dejar claro lo que significas en mi vida para que no tengas duda alguna sobre mi querer. Me gustaría tener el don de hacer rimas, porque a mi parecer hay poesía en mi cabeza y en mi corazón desde que estoy enamorado de ti. Tú eres un poema, una especie de balada dulce, simple, alegre y cálida cuya naturaleza es el canto.

Sencillamente eres mi amor, me tienes en tu poder y sin saber cómo ni cuándo te convertiste en mi corazón, en mi luz y en mi alegría. Me he estado preguntando si tal felicidad no es un sueño sublime, tan fugaz como el mismo aire que respiro. Me parece que lo que siento no es terrenal porque roza lo divino y a riesgo de parecer blasfemo lo admito, pero sé que me has de guardar el secreto, al fin de cuentas es tuyo. Mi Naru, por más que lo pienso, no hay otra palabra para esto aparte de ‘alegría’ ¿Es porque el discurso humano no tiene el poder de expresar tanta felicidad? Temo que de repente despierte de este sueño divino para caer en mi realidad mundana.

¿Sabes? En ocasiones, al igual que tú, yo también tengo miedo, actualmente me da pavor perderte así como tú temes, que yo no te quiera tanto como tú lo deseas pero te demostrare con el tiempo: que te amo dulcemente y con afecto, que yo soy incapaz de cualquier cosa que pueda lastimarte. Mi Kitsune, yo te quiero sin reserva porque entre más te conozco, más te quiero de todas las formas posibles. Ahora sé que tu último beso siempre es el más dulce; la última sonrisa, la más brillante; el último movimiento el más elegante y es una maravilla que esos labios de pétalo de rosa tuyos sirvan para la locura de besar.

Mi corazón y mi persona se rinden ante ti suplicándote que sigas favoreciéndome con tu amor, así que me siento profundamente enamorado al saber que me amas. Estoy loco por ti: no puedo unir dos ideas sin que tú te interpongas entre ellas. Ya no puedo pensar en nada diferente a ti. A pesar de mí, mi imaginación me lleva a pensar en ti. Te agarro, te beso, te acaricio y mil de las más amorosas caricias se apoderan de mí. En cuanto a mi corazón, ahí estarás muy presente. Tengo una deliciosa sensación de ti allí. Pero mi Dios, ¿qué será de mí ahora que me has privado de la razón? Me siento tonto y feliz tan pronto pienso en ti. Giro en un sueño delicioso en el que en un instante se viven mil años. ¡Qué situación tan horrible!  Estoy abrumado por el amor, sintiendo amor en cada poro, viviendo solo por amor Naru, no lo sabías. Levanté está carta frente a mí y hablo como si estuvieras aquí. Te veo, como te vi hace poco: hermoso, asombrosamente hermoso.

No puedo evitar amarte más de lo que es bueno para mí, sin embargo tengo que decirte que no estaré aquí, debo irme. Un internado… ¡un internado me privara de ti! Sé que será el mes más largo de mi vida y lo que más me cuesta es no poder decírtelo de frente para besarte una última vez. Te aseguro que solo me sentiré feliz hasta verte otra vez el diez de Enero, hasta entonces puedo soñar contigo, mis pensamientos y mis miradas serán para ti y la próxima vez que te vea te estrechare entre mis brazos, te daré un millón de besos y te cubriré de amor, de caricias y de éxtasis.

 

Siempre tuyo.

Siempre mio.

Con amor, de tu Sasuke.

~ * o0O0o ♦ o0O0o * ~

Continuará

Notas finales:

Y entonces, cuando crei que no podía escribir nada más cursi que el fic de Deseo... amar, aparece este capítulo xD buuueno, desde mi perspectiva lo fue, ¿ustedes que piensan? 

En cuanto a la carta, no toda es mia, algunas partes son fragmentos de cartas romanticas famosas 7u7r 

Ojalá les haya gustado, si es así no se olviden de dejar su sexy rw que me anima mucho 😄😉

 

Haruka Eastwood


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).