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Siete tipos de amor... por RotMond

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Notas del capitulo:

¡Hola! Tengo el respaldo de este fic en Fanficker's.

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Recordemos quienes son los personajes de este capítulo:

kuchiki Ginrei es el abuelo de Byakuya

Ishida Soken es el abuelo de Ishida (Uryuu).

Nota: si bien me sirvo de un poco de la historia original para crear este capítulo, algunas cosas no cuadran por completo…

Sabemos que Ginrei y Soken no pudieron coexistir, los Shinigamis son mucho más longevos que los Quincy. En este capítulo dejé este detalle a un lado y sus tiempos de vida fueron parecidos al de un humano.   

 

Mundo Humano                                                                                        

El sol se ocultó por las nubes que se acumulaban en el cielo, la luz desapareció y la lluvia comenzó a caer, creando una atmósfera lúgubre que empeoró el estado de ánimo de Ishida Uryuu, quien se encontraba en las calles con un par de bolsas en las manos. Miró el pavimento y consideró correr a su hogar, pero dio vuelta y dejó caer sus cosas para dispararle una flecha a un hollow que se encontraba acechándolo. Frunció el ceño, guardó su arco y levantó las bolsas para volver a encaminarse, a lo lejos observó más hollows pero también notó al Shinigami sustituto, Kurosaki Ichigo; éste notó su presencia y lo saludó enérgicamente con la mano, y aunque Uryuu deseaba salir de ahí lo antes posible, le devolvió el saludo.

Habían pasado un par de semanas desde que Uryuu le salvara la vida a Ichigo disparando incontables flechas para que el reiatsu del shinigami no destruyera su propio cuerpo; no obstante, Uryuu había sido responsable de que eso pasara, puesto que cometió la imprudencia de atraer hollows con tal de demostrar su superioridad frente a los shinigamis, un error que no ha reconocido.

Después de aquél día su nivel de odio por los shinigamis comenzó a disminuir, pero no supo si se debía a la cercanía que comenzó a generar con Ichigo, o porque tuvo la oportunidad de hablar con un shinigami del Seireitei, Kuchiki Rukia. Ella le comentó acerca de la historia de la Sociedad de almas, los shinigamis, y entre los dos armaron la historia de la guerra entre shinigamis y quincys: los shinigamis tenían razón en mantener el balance de almas entre el mundo humano, la sociedad de almas y hueco mundo, ¿pero era necesario el exterminio de quincys?

“No. Fue una decisión radical que no fue respaldada por todos los shinigamis, la mayoría sólo deseaba que los quincys dejaran de destruir hollows, puesto que esa alma no se transforma y altera el equilibrio entre los tres mundos”, le respondió Rukia, quien le entregó un pequeño pliego con varios apellidos de familias quincy, incluyendo el suyo.

“Tu abuelo llegó a un acuerdo con la cabeza de la familia Kuchiki de aquel entonces, Kuchiki Ginrei, en donde se comprometía a dejar sus habilidades de lado con tal de tener la oportunidad de proteger su apellido”. Le explicó Rukia mientras se levantaba para marcharse, dejando a Uryuu con el documento en la mano y varias preguntas que podrían quedarse sin respuesta.

Al final del ciclo escolar decidió ponerle fin al asunto. Su padre jamás le diría nada, por lo que recurrió al baúl que le heredó su abuelo, le quitó el polvo y lo llevó a su sala para inspeccionar su contenido.

“Las almas son entidades caprichosas, algunas pueden transformarse y trascender al otro mundo sin problemas, pero existen excepciones, como aquellas marcadas por el dolor de la partida, una muerte violenta o asuntos pendientes con sus seres queridos. Ellos terminarán atrapados en el mundo humano hasta que un shinigami los envíe a donde pertenecen, si es que llegan a tiempo, porque las almas suelen ser cazadas por hollows, criaturas monstruosas y hambrientas que atacan y arrancan la cadena que cuelga del pecho de estas almas, por lo que los terminan convirtiendo en uno de ellos…”

Esas fueron las primeras enseñanzas que recibió Uryuu de su abuelo, Ishida Soken. Recuerda muy bien haber derramado lágrimas la primera vez que le tocó presenciar a un hollow atacando un alma humana, pero a pesar de ser un quincy como su abuelo, aún era débil, por lo que no pudo hacer nada mientras la pobre alma era devorada y transformada en un monstruo. Él corrió con su padre y le suplicó que hiciera algo, pero él le contestó que no era redituable y que Uryuu no debía pensar en perder el tiempo de ese modo.

 

<<Ryuuken, ¿por eso no querías que usara mis habilidades quincy?>> pensaba Uryuu sujetando el pliego que le había dado Rukia, y de pronto todo tuvo sentido, pues el acuerdo que había hecho su abuelo estaba relacionado con la prohibición de su padre. Se estiró para ojear un par de libros, y al no encontrar nada interesante en ellos, se decidió por una pequeña libreta gris cerca de sus manos. Al abrirla se encontró con una fotografía muy antigua, lo que era evidente por el color sepia, la textura rugosa y los bordes carcomidos de la misma, pero le llamó la atención la indumentaria de las personas que aparecían ahí…

Un shinigami portaba un haori blanco que denotaba su cargo como capitán, su edad oscilaría entre los 35 y 40 años, tenía cabello negro y la frialdad de su mirada contrastaba con la gentileza que alcanzaba a escapar del acero de sus ojos; el shinigami se encontraba junto a un joven un poco mayor que Uryuu, tenía el cabello rizado y castaño, su mirada jovial se destacaba por sus lentes redondos, vestía la indumentaria Quincy pero también portaba una capa marrón…

<<¿Abuelo? ¿Eres tú?>> pensó Uryuu, sujetando la foto cerca de su rostro para inspeccionarla bien. Era su abuelo, pero mucho más joven. <<¿Qué hacías en la sociedad de almas, cómo pudiste entrar?>> se preguntó Uryuu, pero llegó a la conclusión de que estaban en el mundo humano debido al bosque que había de fondo. <<¿Qué hacía un capitán en este mundo?>>, pensó Uryuu, había querido encontrar respuestas pero generó aún más preguntas. Apartó la fotografía y ojeó la libreta que había sacado, era un diario que su abuelo había mantenido en secreto, era de los tiempos de guerra…

 

~~~

 

24 de octubre de 1942

Es bastante irónico que nuestro conflicto coincida con la segunda gran guerra, una triste casualidad. Empecé este diario para registrar el conflicto entre shinigamis y quincys, pero la historia se escribirá en otros libros así que me limitaré a plasmar mi fracaso... traté de disuadir a los demás quincys para que dejaran de destruir a los hollows, proponiendo armar una asociación con los shinigamis para combatir juntos, pero me ignoraron rotundamente.

13 de noviembre de 1942

Mis compañeros ignoraron mis advertencias y continuaron con sus actividades hasta que fueron atacados por los shinigamis, al principio se presentaron ataques aislados, pero en cuanto los quincys se agruparon ellos hicieron lo mismo, iniciando una ofensiva a gran escala.

31 de diciembre de 1942

No ha pasado mucho tiempo desde que inició la guerra, tenemos técnicas avanzadas de combate que algunos quincy manejan con maestría, no obstante, la mayoría no quiso aprenderlas y se conformó con el uso del arco. Grave error. Estamos en desventaja, los shinigamis están acabando con cada grupo que enfrenta y muy pronto seremos pocos, temo que nuestra estirpe corra peligro, somos mucho menos numerosos de lo que había pensado.

14 de enero de 1943

Algunos quincys armaron un grupo de élite y son comandados por alguien conocido como… prefiero no decirlo, me han amenazado por mis ideas de paz y he logrado escapar de ellos por muy poco. Ellos desaparecieron sin dejar rastro, creo que se han ocultado en uno de los tres mundos, pero algo es seguro: no están en el mundo humano.

29 de febrero de 1943

Mi suerte ha terminado, traté de apartarme del conflicto pero cuando fui a buscar a mi padre y hermano quedé atrapado en medio del fuego, bueno, eran ataques basados en artes demoníacas. Los perdí de vista, traté de buscarlos pero al final me topé con… no puedo, no… ¿por qué tenía que sobrevivir yo, y ellos no? Sentí un fuerte ardor en la cabeza, no recuerdo más de aquel día.

1 de marzo de 1943

Desperté en una celda vacía, aún tenía mi libreta pero el sello estaba roto, alguien la leyó. Los shinigamis me brindaron atención médica, aunque se mostraban renuentes a entablar conversación conmigo. En algún momento les pedí hablar con alguien para tratar de detener el conflicto, ninguno estaba interesado en mis palabras pero un joven shinigami prometió ayudarme.

5 de marzo de 1942

Me sorprendió recibir la visita del capitán que comandaba la ofensiva contra los quincys, quien se presentó como Kuchiki Ginrei y me preguntó si lo odiaba por matar a mi gente; respondí que no podría enfadarme con la mano izquierda de la mente que ordenó la ofensiva. No respondió.

7 de marzo de 1943

He conversado con el capitán y no he podido evitar sentir algo de empatía, después de todo, el creía que el conflicto pudo haberse evitado, y al igual que yo, fue ignorado por sus semejantes; admito que me generó gran admiración por su intelecto y capacidad de resiliencia. Con la esperanza de saber que conversaba con un hombre razonable, le supliqué que me ayudara a detener la guerra porque seguía convencido que este conflicto era un malentendido, además, los shinigamis serían responsables de aniquilar una raza que no había tenido conflictos con ellos en el pasado.

8 de marzo de 1943

El capitán Ginrei acaba de liberarme, después de descansar y asearme apropiadamente fui convocado a su despacho. Trataré de transcribir nuestra conversación, ya que las palabras de este caballero me parecen dignas de ser leídas una y otra vez:

—Ishida Soken —me sentí nervioso cuando pronunció mi nombre—, de alguna forma he sido responsable por la magnitud de esta guerra, y me disculpo por eso. No obstante, no había forma de arreglarlo de manera pacífica, no mientras el orgullo perdure en tu gente.

—Capitán… —mi voz se quebró en ese momento. <<¿Por qué estoy tan nervioso?>> llegué a pensar en algún momento, el capitán mantenía su férrea mirada sobre mí, esperando mi respuesta; la oscuridad de mi celda no me dejaba verlo con claridad, pero ahora podía diferenciar nuestra diferencia de altura y edad, pero recobré la compostura lo suficiente como para responder—: agradezco sus disculpas, pero el orgullo de mi gente no justifica una masacre, ¿debo recordarle las muertes que ha provocado el fuego cruzado? ¿Y qué culpa podrían tener las familias que no deseaban participar en esta guerra? Ustedes dieron por hecho que todos los quincy se negaban a dejar de usar sus habilidades contra los hollow, pero no es así.

—No nos dieron tiempo para dialogar —respondió con firmeza.

—No es una excusa válida —me aclaré la garganta, Ginrei me ofreció una copa de vino pero el temblor de mis manos me hizo derramarla sobre la mesa. Mi piel se tiñó de rojo, lo que me hizo recordar la sangre de mi propia familia en mis manos; me cubrí el rostro para ocultar mis sollozos.

—Tienes razón —lo escuché decir mientras apoyaba una mano en mi hombro—. Por el honor de mi familia te daré la oportunidad de exponer el caso con el capitán comandante.

11 de marzo de 1943

Aunque no pude hablar con el capitán comandante en persona, el capitán Ginrei se reunió con él y me informó de los resultados: la orden original era eliminar a todos los quincy, pero se podría hacer un acuerdo con aquellos que no quisieran pelear. “Si renuncian a ejercer sus poderes los shinigamis los dejarán en paz”.

Shinigamis. Quincys.

No somos iguales pero tampoco tan diferentes, buscamos lo mejor para nuestra gente y deberíamos dejar de pelear entre nosotros, ya bastantes problemas tenemos como para odiarnos entre nosotros.

14 de marzo de 1943

La guerra se suspendió justo cuando se emitió el acuerdo y el capitán Ginrei se ofreció a ayudarme a contactar a los quincy que no desearan pelear; ellos se confundieron al verme junto a un Shinigami, e incluso algunos me llamaron cobarde, traidor o hipócrita, lo cual me hirió bastante y decidí no responder.

Ginrei se mantuvo conmigo todo ese tiempo, argumentando que necesitaba una escolta para evitar ser atacado en el camino. Todo parecía ser más fácil con él,  el rencor con el que mi gente me miraba se transformaba en miedo cuando se cruzaban con su mirada, misma que puedo describir utilizando las palabras de sus propios subordinados: “Se asemeja a la majestuosidad de un huracán, con impresionantes tormentas grises que guían el camino de su escuadrón, transmitiendo confianza y poderío”.

El capitán Ginrei me comentó que la guerra volvería a comenzar un poco después de firmar el acuerdo, yo me esforcé en encontrar a las familias que no desearan pelear con tal de salvar la mayor cantidad de vidas posible.

21 de marzo de 1943

El dolor por la muerte de mi propia familia y la impotencia por no haberlo evitado me acechaban continuamente; no obstante, las palabras que él me ofrecía me servían de consuelo y evitaron que cayera en la desesperación.

Es extraño, pero hace unos días comencé a sentirme feliz estando con él, admiré sus acciones en la Sociedad de almas, las palabras que le dirigía a su escuadrón y su impecable porte como capitán; sin embargo, Ginrei pareció notar un cambio en mi trato con él, y con ello, su trato amable e incluso cariñoso se tornaba frío y autoritario, no sé lo que pasa.

3 de abril de 1943

Terminó mi misión, logré apartar del conflicto a numerosas familias quincy y la guerra se reanudó… es egoísta de mi parte pero casi no puedo escribir, mi corazón late con prisa porque justo hoy, antes de escribir estas líneas, me tomé el atrevimiento de llamar al capitán Ginrei sólo por su nombre, fue algo completamente accidental y me disculpé de inmediato, pero él sonrió.     

Y su sonrisa rompió algo en mi interior, creo saber lo que me pasa pero es mejor ocultarlo, después de todo, sólo un profundo aprecio podría hacer que mi corazón latiera con tanta fuerza.

15 de abril de 1943

La guerra terminó antes de lo esperado, pero las cifras no son nada optimistas, hay demasiados muertos. Los shinigamis se declararon vencedores, y los únicos quincy que quedaron con vida son aquellos que se encuentran en el acuerdo que les hice firmar. Algunos trataron de matarme y todos fallaron en el intento, pues se enfrentaron a la espada de Ginrei justo antes de que lograran acercarse a mí; al final logré convencerlos de dejarme en paz y Ginrei les perdonó la vida, no sin antes mirarme fijamente para asegurarse de que estaba haciendo lo correcto.

24 de abril de 1943

Los shinigamis se irán a la sociedad de almas esta noche, lo cual significa que no volveré a ver al capitán Ginrei. El escuadrón ofreció un almuerzo de despedida, e inclusive invitaron a las familias quincy que firmaron el acuerdo, yo no pensaba ir pero el capitán me convenció. Justo antes de partir todos los presentes se tomaron una fotografía, y poco después el capitán me pidió que me tomara una con él, lo cual significaba un gran honor. He aquí lo que sucedió antes de su partida, y prefiero escribirlo para poder recordar ese momento:

—Capitán, ¿quería hablar conmigo? —Estábamos en su despacho, una inmensa tienda de campaña improvisada y completamente vacía, puesto que habían empacado desde la mañana.

—Sí, quería preguntarte algo acerca de las familias, ¿cómo sabes que no volverán a atentar en tu contra? —El capitán se encontraba de espaldas, pero al girar me encontré con su semblante, el cual lucía exactamente igual que siempre, serio y autoritario, aunque me pareció notar… ¿preocupación?

—No, la mayoría se irá del país y no tuve problemas con los que se quedarán a vivir en el mismo poblado.

—Lo entiendo —dijo, y un par de pasos fueron suficientes para que quedara justo enfrente de mí.

—Su gente los dejará en paz, ¿cierto? —Me atreví a preguntar, por alguna razón me encontraba nervioso.

—Te aseguro que nadie romperá el acuerdo. —Le creí, pero debía asegurarme.

—¿Lo promete? —pregunté, Ginrei me tomó del rostro, mirándome por un largo tiempo.

—Te doy mi palabra. —Sonreí por aquella afirmación tan solemne y sincera.

—Capitán, quería agradecerle por escucharme cuando nadie más lo hizo y apoyarme cuando todo el mundo me dio la espalda, incluso fue más allá del deber y me salvó la vida. Tiene mi eterno respeto y admiración. —El capitán pareció un poco sorprendido por aquella declaración, pero no dijo nada. Su mano permanecía sujetándome del rostro y ninguno daba señal de querer separarse, incluso me atrevo a decir que se acercó a mí... pero me soltó en cuanto escuchó pasos aproximándose a la tienda, salí de mi letargo para observar al joven shinigami que conocí cuando estaba en la celda, él me había conseguido la audiencia con el capitán Ginrei.

—Capitán, lo están esperando en el portal —exclamó mientras hacía una reverencia.

—Iré enseguida, gracias Soujun. —El joven me hizo una reverencia y salió de la tienda—. Parece que conoces a mi hijo —dijo Ginrei, afirmé con la cabeza y noté que Kuchiki Soujun es al menos cinco años menor que yo.

—Sí… cuide bien de su familia —respondí, arrastrando las palabras con esfuerzo por culpa del nudo en la garganta que tenía por recordar a mi padre y hermano.

—Sé que piensas en tu familia, pero en algún momento podrás heredar tu apellido y empezarás de nuevo. Cargaste con una gran responsabilidad al apartar del conflicto a los quincy que no deseaban pelear, y eso es digno de admirarse. —Ginrei me tranquilizó con sus palabras, era exactamente lo que quería escuchar, pude sonreír débilmente y le agradecí profundamente.

Cuando fui a despedirlo al portal, la tristeza se manifiestó en sus ojos y no sé lo que habrán expresado los míos, él inclinó levemente la cabeza y desapareció junto con su escuadrón.

 

~~~

 

Uryuu sujetaba la fotografía entre sus dedos, recordando la paz que tanto anhelaba su abuelo, y en el fondo sabía que si siguiera con vida le habría pedido que no molestara al shinigami sustituto, e incluso que se llevara bien con él.

<<Ginrei… mi abuelo decía que fue un gran hombre, ahora veo que también sentía mucho aprecio por él>> pensó Uryuu, y al mirar la fotografía, de alguna manera sintió tristeza por su abuelo. Escuchó ruido en las calles, se asomó a la ventana y se encontró con Ichigo sobre un tejado, enseguida lo vio saltar para perseguir a un hollow y desaparecer en un callejón, Uryuu suspiró y cerró la ventana, decidido a tener un poco más de paciencia con Ichigo. Se aproximó al baúl para guardar la fotografía junto con todos los recuerdos que tuvo su abuelo con Ginrei.

 

Ellos no volvieron a encontrarse, pero al menos tendrían el cariño que se formó por la mutua admiración y un recuerdo en sus corazones.

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Notas finales:

Muy bien, de antemano me disculpo si esperaban una pareja distinta, como Zangetsu x Sen o Starrk x Soujun, me gustan pero no se me ocurre nada para ellos.

En cambio, en cuanto me sugirieron esta pareja me llegó una idea y el capítulo practicamente se escribió solo.

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Por la diferencia de edades podrían pensar un poco en el tema "Sugar Daddy"... y la verdad sí, jaja, pero ellos únicamente sintieron un inmenso aprecio el uno por el otro, pero eran de distintas sociedades... (aajajajaajaj, ok ya me calmo).

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¡Gracias por leer!

Actualmente estoy escribiendo en otro fandom y estoy con el fic M.D blogpero después regresaré a BLEACH.

¡Nos vemos! 


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