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EVANESCENTE por Osaki

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Notas del capitulo:

Nuevamente, música.

Bjork y la canción "Come to Me", que junto a "Garden" y "Le me in" de Monoral fueron gran inspiración para éste fic. No se olviden de la canción del capítulo anterior, bellísima.

 

A leer...

 

 Viernes.

 

 

―¿Y entonces qué? ¿Ya por fin? ―se oían las carcajadas de Ken.

―Ken eres un puerco ―recriminó Tetsu― ¿cómo puedes decir eso? Hyde es tu amigo.

―Seguro que él también lo espera o ¿no? Sakura.

―Creo que yo lo espero más que él. Demasiado coqueteo para decirme no voy a disfrutar el banquete ―compartió las risas por igual

―Serán idiotas los dos.

―Tsch…  Pero Tetsu, es él quien me invitó a la cabaña.

―Sólo no te pases.

―Cuidaré de su niña bonita suegrita ―bromeó.

―Ni un rasguño, o yo mismo te guardo las baquetas en un lugar en el que me recuerdes por siempre la próxima vez. Vete de una vez a hacer la maleta y no llegues tarde, los quiero el lunes a las nueve en punto para la reunión con el productor.

―Entendido, buen fin de semana ―celebró saliendo de allí casi al instante.

 

 

Viernes, 10:47 am.

 

Un fin de semana solos.

Iba a cumplirse el primer año de aniversario juntos.

Dos años como amigos, uno como mejores amigos y uno como novios. El tiempo pasa rápido y cuando menos te das cuenta estás de pie frente a algo que parecía demasiado lejano e imposible de alcanzar. Como Sakura no era del tipo de chico que hace detalles, y de hecho le costaba hacerlos, Hyde tomó la iniciativa rentando una cabaña para pasar un fin de semana juntos, uno que necesitaban, estar a la luz de los reflectores siempre, les impedía tener muestras de afecto y ya habían sido descubiertos abrazándose en un aeropuerto, cosa que no debía ocurrir otra vez por obvias razones.

Aquel día Hyde no iría a trabajar, en cambio se ocuparía de los últimos detalles para el viaje, tenían pendiente el vídeo promocional de una canción del último disco que lanzarían; con base en una previa grabación los chicos se encargarían de los arreglos en cuanto a lo instrumental. Sakura saldría antes de mediodía para alcanzar a su pareja, recoger las maletas y salir ése mismo día, así tenían dos días para ellos solos. Todo era perfecto

El esmero durante la grabación les dio como resultado un final anticipado, eran apenas las diez y cuarto del día y terminaron, discutieron algunos detalles que resolvieron, y poco a poco desviaron la conversación hasta dar con los planes de Sakura y Hyde. Enfatizando la importancia del tiempo para ambos, el baterista dejó la sala de grabaciones rumbo a su hogar, el que compartía con su pequeño amante. Llegando a la planta baja decidió aprovechar para buscar una botella de vino en un local cerca del edificio en el que trabajaban, sería un estupendo regalo para cuando estuvieran en la cabaña. Llevaba la botella consigo, de vuelta al edificio para recoger su motocicleta e irse cuando se encontró con uno de esos amigos que había prometido dejar.

―Sakura, ¿dónde te habías perdido?

―Trabajo, ya sabes.

―Oye… traigo un poco, ¿quieres?

―No, voy a dejarlo.

―No puedes hacer eso ―se rió― ¿Es en serio?

―Lo prometí.

―Sakura ―volvió a reír incrédulo―. Vale, como despedida, yo invito, ¿mh?

―Bien pero vamos a otro lugar.

 

 

 

 

 

¿Hyde?

―¿Y Sakura? ―respondió confundido al ver a Ken recogiendo sus cosas.

Tetsu se apareció por detrás con dos vasos de café. ―Salió hace unos minutos, ya debe estar por llegar a su departamento, ¿qué haces aquí Doiha?

―¿Qué? Ah, venía a darle una sorpresa para que almorcemos antes de salir ―se quejó pateando el piso.

―Y bueno ni hola ni adiós para tus amigos ―recriminó Tetsuya a lo que Ken comenzó a reír dándole la razón con un gesto.

—Creo que mami necesita un abrazo y yo también —propuso en broma el guitarrista.

―Nee, Tet-chan, voy a extrañar tu súper Mukimpo —sollozó Hyde fingiendo secar lágrimas falsas en sus ojos y se echó a reír con ganas al igual que su amigo, luego corrió para abrazar a Tetsu y llamar entre brincos a Ken para que se uniera, éste último dejó su cigarrillo y se unió a la misión de aplastar al líder y dejarlo rojo de vergüenza.

—¡Bueno ya, ya, que sólo son dos días! —Tetsu vencido por su emotividad escondida. Ambos de sus amigos le soltaron y Ken pareció ver algo.

—Enano, creo que estás de suerte, Sakura se dejó las llaves  aquí. Debe andar cerca —señaló las llaves de Sakura sobre la batería.

—Pero abajo me dijeron que se había ido, eso cuando yo iba por el café.

—Seguro se olvidó que la trajo, pero vale, me llevaré la moto y si se acuerda que se asuste —habló Hyde con malicia— por irse antes y no adivinar que vendría.

—Eso es injusto Doiha.

—Ay Tetsu, igual puedes decirle que me la llevé, siempre quise conducir su motocicleta, él me perdonará haha, a ver si lo alcanzo. ¡Adiós! —tomó las llaves y se despidió corriendo.

 

Llovía, pero aquello no le impidió seguir…

Usó el casco de Sakura y colocó las llaves para arrancar el motor. Sin percatarse de nada en absoluto que no fuera el rugido de la motocicleta, arrancó, tomó un atajo para llegar antes que Sakura, sólo debía cruzar el camino que rodeaba el centro y pasaba por detrás de una colina, lejos de las avenidas principales y detrás de las zonas residenciales , suficientemente libre para conducir a cuanta velocidad quisiera.

Es extraño cómo bastan unos minutos para que suceda algo.

Es extraño cómo los pequeños detalles nos distraen de la realidad. Nos confunden.

Le siguió pensando que era Sakura.

Arrancó el vehículo dispuesto a seguirlo, ni siquiera tenía claro lo que haría al alcanzarlo, sólo quería amedrentarlo para alejarlo de Hyde.

Justo cuando iban por el camino detrás de la colina, donde nadie podía verlos, le pareció un excelente momento para acelerar un poco más y dar cortos empujones por detrás a la moto, incitándole a detenerse, pero el conductor de adelante echó un vistazo atrás y aceleró aún más, ignorando al del auto, ¿acaso lo estaba retando?

―Sakura, maldito imbécil…

 

 

¡Se me hace tarde! ¡Joder, me voy!

―Sakura, vamos, uno más, es tu despedida ―insinuó socarronamente.

―Déjalo, ni siquiera debí haber venido. Tomaré un taxi, adiós.

―Volverás ―se burló.

 

 

 

 

Viernes, 02:25 pm.

―¿Sakura?

―Oh, mierda ¿Tetsu? ―contestó precipitadamente el teléfono al primer pittido― ¿Qué pasó? Oye, ¿Hyde no está contigo? Llevo horas llamándole, tiene el celular apagado, joder, ya tengo las maletas listas, no habrá…

―Sakura, Sakura… ―le detuvo, unos segundos de silencio, se oían murmullos.

―Mierda, Tetsu, me cuentas después del viaje, lo que sea, ahora sólo quiero encontrar a Hyde ―bramó al aparato.

―Llovió mucho Sakura… Hyde, había venido a buscarte unos minutos después de que salieras… como… como dejaste las llaves las recogió y dijo que te alcanzaría, quería almorzar contigo antes de salir.

―¿Sigue allí? ¿Se enojó?

―Escúchame bien ―silencio en la línea y el sonido de la respiración del otro contra la bocina―. Al parecer tomó un atajo… Iba él y un vehículo más. Un camión pasó a toda velocidad, el suelo era resbaloso, cuando dobló la curva no tomó en cuenta lo estrecho del camino y mucho menos que el vehículo y la moto iban al mismo nivel... Trataron de esquivarse y el auto empujó la motocicleta, se embarrancaron, Sakura… 

―No ―colgó.

Llamaron a la puerta, unos oficiales con la descripción de la motocicleta de Sakura, había ocurrido un accidente.

 

Fue llevado de emergencia al hospital, allí lo esperaban su manager, Ken, Tetsu y unos policías. Corrían enfermeras por los pasillos. El conductor del vehículo estaba internado por heridas graves mientras que el conductor del camión sólo tenía heridas leves y trozos de vidrio incrustados, después de curarlo lo llevarían para tomar las respectivas declaraciones, mientras que quien iba en la moto estaba en cuidados intensivos.

―Dicen que al caer sus piernas fueron bastante golpeadas, rodó por la colina… el auto volcó por encima y la motocicleta se enganchó con el pantalón… Posiblemente las pierda.

Horas de desesperación.

¡Necesita una transfusión de sangre! ¡Entró en estado de coma!

Cada minuto era más irritante aguantar las pisadas, el sonido de las maquinas e instrumentos siendo trasladados por la sala de urgencias y el pasillo de espera.

 

 

Anochecía cuando Tetsu y el manager llevaron café para Ken y Sakura, ninguno se había retirado del lugar, esperaban noticias prontas, ver la camilla de Hyde salir, verle a él.

Sakura no había soltado una sola lágrima ni dicho alguna cosa mientras esperaba silente oír algo más que una enfermera corriendo, esperaba sentado con la mirada en un lugar lejos, quizá con él, con su pequeño, imaginándose en medio del viaje a la cabaña; él conducía y Hyde se entretenía comiendo algunas botanas, ambos planeaban lo que harían al llegar, para empezar encender la chimenea, lo acordaron desde que Hyde lo mencionó, luego se cambiarían, se abrigarían y prepararían chocolate, azarían unas salchichas porque Sakura no quería comer dulce para la cena, entonces acordarían lo que harían la noche siguiente, porque claro, habían muchas cosas para disfrutar, un muñeco de nieve por la mañana, “el cuidará la cabaña mientras nosotros vamos a esquiar”, dijo Hyde, Sakura estaba de acuerdo, esa noche planearían cómo hacerlo y qué ponerle para que sea un muñeco bonito y rockero, quizá un panda rockero, un panda rockero albino, mucho mejor, desayunarían algo local y se irían a esquiar. Sakura lo llevaría a divertirse como nunca para despejarlo, sin embargo procuraría no agotarle mucho, sólo lo suficiente, almorzarían fuera otra vez, y cenarían en la cabaña, entonces Sakura sacaría una botella de vino… lo llevaría a los futones que dejaría armados junto a la chimenea y entonces lo abrazaría, se besarían, porque a Hyde le gustaban esas cosas melosas aunque no lo admitía, harían el amor por primera vez y al día siguiente despertarían tarde, saldrían tomados de la mano porque entonces… entonces ambos serían uno y lo debían disfrutar.

 

Al fin alguien salió del quirófano. Era el doctor, despertándolo de sus sueños.

―¿Algún familiar?

―No doctor, sus padres viven en Osaka, pero nosotros nos hacemos cargo ―intervino Tetsu antes de que el manager dijese alguna palabra.

―Necesito hablar con un familiar.

―Doctor, soy el representante, puede comunicarnos cualquier cosa a nosotros, sin más demoras. Creo… que puede entender nuestra situación.

Un suspiro largo de parte del profesional, removió las manos en los bolsillos y se frotó las mismas como si quisiera aparecer algo en ellas.

―El paciente entró con varias lesiones en todo el cuerpo, se comprometieron ambas piernas, hubo un severo trauma craneal, sangrado interno. Hicimos todo lo que pudimos, el paciente tenía demasiados daños y… Lo siento.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

―Lo siento tanto… tanto ―imploraba en llanto cubriendo al castañito entre sus brazos―. Si no me hubiese ido, si me hubiese quedado… ―declaraba con la voz ahogada― Tan sólo cinco minutos… yo hubiese estado contigo.

 

Un vaho gris y oscuro cubría pesadamente la ciudad, bajo la espesa y plúmbea bóveda de aquel cielo, en aquella luz indecisa, las calles parecían angostas, los edificios siempre imponentes y majestuosos, parecían insignificantes. El paisaje y yermo y desolado que yace en el silencio oprimente que precede a la tormenta asemeja el estado de su corazón.

Sakura, como de costumbre se acuesta en la cama, desde hace tiempo que se satisface de escabullirse a l soledad de la habitación, mientras trata de entretener su penas con recuerdos, observa de improviso la puerta que ha dejado abierta, afuera el silencio deviene cada vez más intenso, él sigue observando a intervalos la ventana y la puerta, en la calle se elevan los murmullos del agua que chapotea, de pronto se expande un rumor sordo y silencio… se aproxima un zumbido y resuena por la ciudad hasta convertirse en un ligero temblor, luz y el sonido de un aparatoso rayo.

Está acostado y su cabeza descansa en el regazo de su amante, las manos delgadas de su chico menudito le acarician el cabello, él ya no le teme a los rayos, él procura que Sakura esté tranquilo, él ahora lo cuida. Ambos se aman y ése es su mundo, sencillo, exclusivo de los dos, donde nadie puede interrumpir, pero no basta, pronto el llanto que antes jamás se hubiese permitido se apodera de Sakura y lo deshace en gotas saladas que empapan el regazo de Hyde.

―Te amo.

―Sakura… ―su voz se oía como si temiera interrumpir los bramidos de la tormenta.

―Te amo demasiado, Hyde. Te amo ―continuó él.

―Sakura… vámonos de aquí.

 

No fue necesario decir nada más.

 

A pesar de las inclemencias de la lluvia, la tormenta, subió al auto y encendió éste apoderándose prontamente del camino, el cielo obscurece aún más.

―Sakura tengo frío…

Sakura está sumido en un extraño éxtasis, los puños cerrados, enterrándose en el volante, precipitándose en el camino, respondiendo al furor de la tormenta con el rugir del motor. Está ahora en ése camino, el mismo que devorara sin piedad alguna las almas.

―Sakura, estoy asustado…

―Tranquilo, esta vez estamos juntos.

―Sakura no me dejes solo.

―Nunca más. Yo no puedo…  ―ahora él temblaba ante el repentino recuerdo y la desoladora realidad de la que huían― Tú no me dejes nunca.

―Confía en mí, ¿quieres estar conmigo, verdad?

 

Acarició con lánguidos dedos los brazos de su amante; Sakura sonrió, Hyde continuó hasta llegar a sus manos, dándole abrigo, deteniendo el temblor en ellas, cubriéndole de una paz inmensa.

―Sabes que… te amo. Sakura, te amo.

Esta vez ambos estaban juntos, nada más podría salir mal. Los rayos se siguen sin cesar, los persiguen por detrás, pero ellos ya están lejos, la tormenta quedó atrás nadie los puede alcanzar. El poderoso soplo inexorable del viento ahora es un tranquilo viento que mece las hojas. Esa noche sin luna, sin estrellas, es cambiada por un magnifico cielo estrellado y al borde del cielo asoma un amanecer triunfante para los dos.

Así de poderoso es su amor, han vencido a las tempestades.

Esta vez toda es diferente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El pitido de espera del teléfono.

¿Diga? ―contestó.

―¿Señor Ogawa?

―Sí, ¿pasa algo?

―Necesitamos que venga al hospital.

―¿Qué sucede…?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Amanece nuevamente, esta vez el cielo brilla intensamente, irradia un sol fresco, majestuoso.

Varios peritos se reúnen para inspeccionar el lugar del accidente.

Hay trozos de cristales esparcidos por el lugar, un árbol inclinado a causa de un vehículo clavado en él. Recogen los fragmentos del desastre. El impacto ha destruido gran parte de la evidencia, pero no hay mucho que investigar, ellos saben lo que sucedió.

―¿Causa de muerte?

―Traumatismo encefálico.

No.

“Lesión severa en el corazón, y obstrucción de la racionalidad.”

―Posible suicidio, se hallaba sólo en el vehículo y había consumido bebidas alcohólicas.

“No. Fue por él.”

―¿De quién se trata?

―Hombre, caucásico, cabello negro, complexión delgada, aproximadamente veinte a veinticinco años…

Es aquel sujeto del que la prensa hablaba, aquel que no lloraba la muerte de su compañero y supuesto mejor  amigo, pero los familiares y personas cercanas a él sabían que lloraba a solas por su amante. Incluso los peritos encargados del caso lo sabían, lo habían visto: de rodillas en el lugar del accidente, clavado de pie frente al quirófano, endeble, pero de aspecto insufrible cuando le tomaron declaraciones por su motocicleta, estallando en rabia no contra el conductor del camión, sino contra el conductor del vehículo, aquel que trataba de intimidar a quien creía conducía la motocicleta.

Se había equivocado, Sakura repetía sardónico. Se equivocó, descuidó el camino tratando de arrinconar a Sakura y que se detuviera a un lado del camino, pero no, no era Sakura al que orillaba, no porque el otro había acelerado más en lugar de detenerse y en plena carrera mientras Kiyoharu tomaba lugar avanzando con el auto hasta quedar junto a la motocicleta no se percató del enorme vehículo que venía en sentido contrario.

Kiyoharu creía que era Sakura y quería darle una lección.

 

 

Hubo un accidente, necesitamos que reconozca el cuerpo.

Tetsu soltó el teléfono.

―Otra vez…

 

 

 

Notas finales:

No sé si pude describir lo había en mi mente con presición, pero de cualquier manera creo que a veces es bueno dejar ciertos vacío sque permiten al lector completarlos y hacerse parte de la historia.

 

Nuevamente gracias por leer.

 

Espero sus comentarios.

¡¡Gracias por acompañarme al final de esta historia!!

Bye bye~


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