Su relación con Key no había terminado mal a pesar de lo sucedido. Apenas tuvo la oportunidad de verlo, el pelinegro le ofreció una sincera disculpa y le deseó lo mejor con Aomine.
Kise decidió no decir nada respecto al moreno ya que quizá si Key pensaba que se encontraba saliendo junto a Daiki se rendiría más fácilmente. No le deseaba a nadie el amar a alguien que amaba a otro, era muy doloroso.
Aceptó sus disculpas y ofreció las suyas de igual forma, tras todo eso no fueron otra cosa más que buenos amigos, eso alegraba a Kise sinceramente.
-Kise ¿irás a trabajar hoy?
-No Ukaicchi, hoy no tengo trabajo felizmente, iré directo a mi casa
-Ya veo, suerte con los trabajos que Akai-sensei dejó
-Sí, aunque necesitaré más que eso
Salió de la Universidad y se dirigió a su casa. Quería terminar lo más rápido que pudiese sus proyectos pendientes para después descansar lo más que pudiese.
Le tomó en total cuatro horas, bañarse, almorzar y terminar el proyecto, fue bueno el haberlo avanzado días anteriores.
Vio que el reloj de pared de su sala indicaba las 8:25 pm y decidió ir hacia el combini que quedaba a cinco minutos de su edificio para comprar la cena, ya que lamentablemente sus provisiones se habían acabado.
Se colocó su chaqueta negra y tomó sus llaves de la mesa de centro. Estaba por salir cuando su móvil sonó irrumpiendo el silencio. Lo sacó de su bolsillo y tras ver quién lo llamaba, su corazón comenzó a latir más rápido de lo usual.
-Hola
-¿Kise? ¿Estás ocupado ahora?
-No ¿Por qué lo preguntas?
-Te llamaba para salir a beber ¿Qué dices?
Lo pensó unos instantes y pese a todo lo que ya había planeado hacer contestó lo que sus malditos sentimientos querían que dijera.
-Me parece genial ¿dónde nos vemos?
- Estoy cerca a tu departamento, por la cafetería
-¿En serio? Estaré allí en cinco minutos
-Ok, te espero
-Vale
...
...
Llegó lo más rápido que pudo al lugar y tras verlo una sonrisa instantánea se formó en su rostro.
-No demoraste mucho, vamos de una vez
-Sí
Caminaron unos diez minutos mientras conversaban hasta que llegaron a un bar. Tras entrar y sentarse en la barra pidieron ambos un trago.
-Es muy extraño que me invitases, Aominecchi ¿se te acabaron los amigos?- comentó divertido Kise
-Claro que no ¿Qué tú no eres también mi amigo?
-Nos conocemos desde hace mucho, pero nunca fuimos muy cercanos
-Quizá tengas razón, pero desde la última reunión con los demás, siento que eres tú la persona que más puede comprenderme, incluso más que Satsuki- el moreno le sonrió y revolvió sus cabellos
¿Era acaso un sueño? Nunca creyó que tales palabras fueran dirigidas hacia él por parte de Daiki. Estaba sumamente feliz y sentía el pecho dolerle de una forma peligrosa.
"Su tacto es tan cálido"
-Me siento feliz de escuchar eso- dio un sorbo a su bebida- pasar por lo mismo ayuda
-Es verdad jaja
Temas desde recuerdos divertidos de secundaria hasta viajes y quejas por la Universidad se hicieron presentes. Una hora muy agradable uno al lado del otro simplemente disfrutando de una amena charla. Kise sentía que estaba realizando uno de sus mayores sueños y no podía estar más feliz; siempre quiso poder estar de esa forma con el peliazul, que este confiase en él y lo considerase un amigo cercano.
Llevaban ya varias copas bebidas cuando sintió que el moreno desviaba la mirada cada minuto hasta una parte específica del bar. Siguió la dirección que los ojos de Aomine observaban y sonrió triste al saber la razón de su comportamiento.
"Un sueño debe terminar tarde o temprano, pero hasta cenicienta tiene más suerte que yo- miró su reloj de mano- aún no son las doce"
Terminó la copa de vino que tenía en una de sus manos y la dejó sobre la barra ya vacía.
-Es hora de irme, Aominecchi
-¿Por qué? Aún es temprano, Kise
Se paró del asiento y se agachó para susurrar al oído del moreno.
-Pasa una buena noche- sacó un tarjeta del bolsillo de su chaqueta, era curioso que siempre se olvidase de botarlas de estos, para luego entregársela- es un buen lugar, suerte campeón
Se irguió y tras sonreírle se dirigió a la puerta del lugar, no sin antes observar de reojo a la hermosa pelirroja que se había estado echando miradas con Aomine.
Fue lo más rápido que pudo hasta su departamento y al llegar lo primero que hizo fue ir hacia la nevera y sacar toda la cerveza que pudo.
"Bueno, ahora solo seremos tú y yo"- pensó observando una lata para luego beberla desesperadamente
...
...
Pasaron varios meses. El cuarto año de Universidad para el rubio ya había dado inicio y estaba feliz al saber que muy pronto se graduaría en gestión empresarial. Su sueño era el tener una empresa de modelaje y planeaba cumplirlo a como diera lugar.
En todo ese tiempo su vida había seguido siendo casi la misma, a excepción de una cosa. Ahora era algo así como "el mejor amigo" de Aomine Daiki.
Salían muy a menudo juntos, tanto a beber como de compras cuando el moreno pedía su ayuda para elegir artículos para su casa. Estar tan cerca de él era un arma de doble filo pero aun así había decidido aceptarla con la piel expuesta.
Los primeros meses tuvo que soportar al moreno hablarle del peliceleste, de su dolor, del amor que le tenía y el cómo se metía con cuanta mujer se le cruzase para olvidarlo.
Esos días había sido lo más duros para él pero lo bueno fue que a medida que pasaba el tiempo Aomine ya no mencionaba a Kuroko y eso lo agradecía internamente.
Él también se quejó en ocasiones del idiota al que amaba pero claro que sin dar muchas pistas, no se arriesgaría a que Daiki dedujese que hablaba de él.
Por su parte al moreno le pasaba algo parecido. Nunca pensó que él y Kise pudieran convertirse en tan buenos amigos, pero le alegraba que fuera de esa forma. Sin quererlo el rubio siempre se las ingeniaba para sacarle una sonrisa o hacerlo avergonzar en varias ocasiones.
Había descubierto lo divertido e interesante que era el modelo, había podido confiarle sus más profundas tristezas... no podía tener un mejor amigo que él.
Aomine estudiaba también el cuarto año de Universidad en la carrera de negocios, nunca pensó que terminaría estudiando algo así pero a medida que pasaron los años le fue agarrando el gusto y ahora solo esperaba graduarse y conseguir un buen empleo.
Desde que Momoi se había mudado a Rusia la tuvo bastante difícil ya que no contaba con alguien a quién contarle todo lo que le aquejaba, pero desde que Kise se había inmiscuido en su vida, no tuvo que guardarse todo de nuevo. Le gustaba platicar mucho con él y al igual cómo el rubio escuchaba sus problemas, el hacía lo mismo con los del modelo.
-Hola, Dai-chan
-Hola, Satsuki, me alegra oírte
-A mí también, hace mucho que no te llamaba ¿Cómo están los chicos?
-Por lo que sé todos bien, aunque el tonto de Kise dice que morirá si su jefe le programa más sesiones de fotos
-Pobre, Kise-kun, le deseo mucha suerte... y dime ¿Cómo te ha ido últimamente? ¿Vas bien en la Universidad?
-En la Universidad voy bien, cómo sabes, este es ya por fin mi último año.
-¿Y en lo personal?
-Nada nuevo. Ayer fui con Kise a ver la película de la que te hablé por chat el otro día, si hubieras visto sus reacciones Satsuki, jaja- rio divertido- se puso a llorar apenas a cinco minutos del comienzo del filme
-Eres malo al llevarlo a ver algo de terror cuando sabes bien que le da mucho miedo
-Pero fue divertido, molestarlo siempre lo es
-mmm... ¿sabes una cosa Dai-chan?
-Dime
-Desde hace ya un tiempo, siempre que te llamo no haces otra cosa que hablarme de Kise-kun, eso es algo que me alegra mucho
-Eso no es verdad, no siempre hablo de Kise- el moreno se sorprendió por lo dicho por Momoi
-Parece que ni tú mismo te das cuenta- se escuchó un suspiro por parte de la pelirrosada- Hace unos meses, cada vez que hablábamos, de la primera persona que escuchaba era de Tetsu-kun, eso me deprimía mucho ¿sabes? Porque me dolía saber que luego de nueve años aún no lograbas olvidarlo y seguías sufriendo
-Pero yo aún amo a Tetsu, Satsuki, además no entiendo que tiene que ver él con que según tú yo hable mucho de Kise
-Dai-chan- Momoi río unos segundos- espero que la próxima vez que te llame puedas encontrar la respuesta
-¿Eh?
-Tengo que ir a trabajar, hablamos luego, cuídate mucho y salúdame a todos, en especial a Kise-kun
-Está bien, cuídate de igual forma, adiós
Tras colgar y quedar pensativo unos segundos por lo que le había dicho su amiga, Aomine se dirigió a la sala de su departamento, vería un poco de televisión antes de dormir.
...
...
Era viernes y tras salir de la Universidad se dirigió lo más rápido que pudo hacia el centro. Había quedado con su amigo en una de las cafeterías que ambos solían frecuentar cuando eran estudiantes de preparatoria.
-¡Kasamatsu-sempai!- sonrió mientras se acercaba a la mesa donde el más bajo se encontraba sentado- hace tanto tiempo que no nos veíamos, te extrañe mucho
-Kise- el pelinegro se paró del asiento y lo abrazó unos segundos- te extrañe también
Tomaron un café y disfrutaron diversos bocadillos mientras conversaban acerca de la vida de cada uno. Kasamatsu le dio la noticia al rubio que él y Kobori se mudarían juntos prontos y lo entusiasmado que fue cuando el ex vice capitán de Kaijo lo presentó ante su familia como su novio.
Tras salir del agradable lugar, fueron hacia un parque en donde se sentaron cerca de una gran pileta.
-Me alegra que todo este yendo bien contigo Kasamatsu-sempai- Kise le sonrió
-Sí.... ehh... Kise- el pelinegro desvió la mirada y respiro profundamente- quería aprovechar el día de hoy para conversar contigo acerca de... ese tipo
-¿Eh?
El más bajo lo miró fijamente y luego frunció el ceño.
-Sí, verás, hace unos días fui con Kobori a cenar y te vi a lo lejos con él. Parecía que se divertían mucho y me extrañó el ver que se llevasen de una manera tan cercana, quiero creer que están saliendo, dime que es así por favor
El rubio observó con una expresión triste a su amigo de años y suspiró ruidosamente.
-No, no estamos saliendo
-Entonces...
-Somos mejores amigos, desde hace ya varios meses
-Esto era lo que me temía Kise, maldita sea- el mayor miró hacia el cielo, el cual ya estaba oscuro por ser alrededor de las siete de la noche- Tú aún no lo olvidas ¿verdad? ¡Te estás hiriendo al permanecer a su lado de esa forma!
Le alegró saber que su sempai se preocupaba por él. Kasamatsu sabía todo acerca de los sentimientos que Kise tenía por Aomine y también sabía que el moreno jamás podría corresponderle por amar a otra persona. Cuando rechazó su confesión se lo había contado todo y no recibió más que apoyo y comprensión por parte del mas bajito. Sin duda el pelinegro era una muy buena persona.
-Al principio fue más doloroso, escucharlo hablar de la persona que ama me dolía mucho, pero supe sobrellevarlo ¿sabes? le conté también que amaba alguien desde hace muchos años y que al igual como le sucedía a él, esa persona amaba a otro.
-¿Lo ves? No me gusta que sufras, Kise, sabes que te quiero mucho. En aquella época yo siempre estuve ahí para ti, pero dime ¿acaso cambió algo? No, no lo hizo y ahora que no tienes a quién contarle lo que llevas guardado en lo más profundo de ti, debes estar mucho peor
-Ahora ya no es tanto así, ya no habla acerca de esa persona y eso es bueno
-Pero sigues amándolo en silencio, ese es el problema
-Lo sé, pero Kasamatsu-sempai... no puedo alejarme de Aominecchi- Kise comenzó a llorar- por más que trate no puedo, lo amo demasiado
-No llores- el más bajo lo abrazó protectoramente- no me gusta verte así
-Lo sé- escondió su rostro en el pecho del pelinegro- perdón por mostrarte algo tan lamentable
-No digas eso- acarició lentamente los rubios cabellos del modelo- tan solo sigues siendo tan tierno como siempre
...