“En una semana lo veré de nuevo, debo prepárame”
…
Llegó quince minutos tarde al departamento de Kuroko y Kagami, el cual era el lugar dónde generalmente se reunían debido al gran espacio que tenía, y ¿la razón? haberse probado más de 20 conjuntos no pudiendo elegir en cuál de ellos se veía mejor.
No lo hacía por presumir ni nada parecido, solo se preguntaba si al arreglarse lo más hermoso que pudiese podría lograr que el moreno le dirigiera una mirada, tan solo eso lo haría muy feliz.
-Hola Kurokocchi, lamento haberme demorado
-Hola Kise-kun, no te preocupes por eso- Kuroko le indicó que pasara y se dirigió junto con él a la sala del lugar- Aomine-kun aún no llega de igual forma
-Ya veo, ¿estás seguro que vendrá?- rogaba internamente que lo hiciera, necesitaba verlo ¿no podía ni siquiera eso?
-Me prometió que lo haría
Saludó a sus amigos apenas llegar a la sala. Se abalanzó contra Takao y Koganei saludándolos efusivamente provocando los celos en sus respectivas parejas. Era gracioso observar a Midorima con el ceño fruncido y a Mitobe, con una expresión seria, teniendo él siempre una muy calmada.
-Kise-kun, me alegra verte- Momoi se le acerco y lo abrazó cariñosamente
-Momoicchi, a mí también me alegra mucho- correspondió el abrazo y se sentó a su lado para conversar acerca de la vida de la pelirrosada en Rusia junto con su prometido.
Todos charlaban amenamente disfrutando de bocadillos preparados por el pelirrojo y Kuroko, además de muchas variedades de bebidas, cuando de pronto el timbre de la puerta sonó.
El peliceleste fue hacia la entrada del departamento y tras abrir la puerta, sonrió al ver al moreno frente a él. Tenía una de sus manos detrás de su cabeza mientras con la otra hacia un gesto de saludo.
-Me alegra verte, Aomine-kun
-A mí también, Tetsu
El moreno fue en compañía de Kuroko hacia la sala. Al llegar saludó sin mucho ánimo a los presentes y se sentó junto a Momoi.
El corazón de Kise se detuvo un instante al verlo caminar hacia dónde él y la pelirrosada se encontraban. Quería echársele encima y abrazarlo fuertemente. Esconder su rostro en su pecho y aspirar su aroma. Se perdió en sus fantasías unos segundos hasta que la voz fuerte de Daiki lo sacó de sus cavilaciones.
-No te vi en la reunión pasada, Kise ¿tenías trabajo?
-Eh... sí, estaba muy ocupado, Aominecchi- tomó el vaso con refresco que se encontraba a su lado y bebió un poco
-Ya veo, eso de ser modelo debe ser duro... y dime Satsuki ¿qué has estado haciendo durante este mes?
El rubio observó cómo Aomine revolvía los cabellos de su amiga y sonreía con los pucheros que ella hacía. El moreno consideraba a la chica como su hermana, pero a pesar de saberlo no podía evitar sentir celos, cómo le gustaría ser él quien recibiese siquiera un poco de la atención que la persona que amaba le brindaba a Momoi, era un deseo egoísta, sí, pero no podía dejar de anhelarlo.
"Quisiera poder tocarte, tan solo acariciar tu mano un momento... un instante"
Pasaron un par de horas y el taxi que vendría a recoger a Momoi llegó, en esa ocasión tendría que irse temprano puesto que su vuelo hacia Rusia no había podido ser retrasado. Se despidió con besos para cada chico y tras un fuerte abrazo a Aomine y Kuroko subió al vehículo.
Sin ella, entre él y su imposible, la situación se tornaría muy incómoda y Kise lo sabía. Desde secundaria las pocas ocasiones en las que había entablado una conversación con el moreno, estas no habían durado más de cinco minutos puesto que él no tenía ningún tema interesante con el que captar la atención de Aomine. Estaba cien por ciento seguro que Daiki pensaba que era sumamente aburrido, eso le dolía pero era normal si nunca podían charlar de la forma en que este lograba hacerlo con Kuroko, Momoi y hasta incluso con Akashi.
Fue hacia el baño del departamento para darle tiempo al moreno de que se incorporase en algún grupo para conversar. Por lo que había visto, Kagami, Kuroko, Kiyoshi y Hyuga charlaban acerca de lo terrible que era el trabajo para los mayores y la presión de estar casi por finalizar la universidad por parte de los más jóvenes. También, Midorima, Takao, Mitobe y Koganei estaban jugando tutifruti y al que perdía en cada ronda lo obligaban a tomar un sorbo de sake.
Se miró frente al espejo unos segundos y luego de lavar sus manos comenzó a retocar su maquillaje natural. Demoró lo suficiente y tras llegar a la sala fue directo hacia el amplio balcón que tenía el apartamento.
El rubio se apoyó en la baranda, sacó una cajetilla de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta y luego colocó uno en su boca. Buscó su encendedor en su otro bolsillo, pero al no hallarlo comenzó a tocarse por sobre la ropa por si lo había colocado en otra parte.
-Ten
Aquella voz lo tensó durante un segundo y con un esfuerzo sobrehumano recibió sin temblar el pequeño objeto metálico que Daiki le tendía.
-Gracias- aspiró para luego botar el humo mirando el cielo lleno de estrellas que esa noche se podía observar
-No sabía que fumabas- el moreno prendió su cigarro y dio una gran calada a este
-¿Tan raro es?- preguntó divertido Kise
-Pues eres un modelo, pensé que cosas como esas no iban contigo
-No deberían, pero a veces necesito fumar uno para liberarme ¿no sucede lo mismo contigo?
-Pues sí- sonrió- tienes razón
Estuvieron en silencio unos segundos, como suponía Kise, ellos dos eran muy incompatibles, no había tema de conversación que se le ocurriera para poder entablar una charla amena con Daiki.
Decidió que terminaría su cigarro y volvería con los demás, prefería solo observarlo a tenerlo al lado sin decir nada.
-¿No te sientes incómodo allí adentro, Kise?
La fuerte voz de Aomine rompió la mudez del momento.
-¿Eh? ¿Por qué debería, Aominecchi?
-Tú sabes, allí todos están en parejas, tú y yo somos los únicos solos, o al menos, por lo que Momoi me dijo no tienes a nadie aún
-Jajaja- el rubio sonrió ampliamente- te entiendo ahora y pues sí, quizá un poco, pero ¿sabes? es divertido sacarle celos a Kagamicchi, Midorimachi y hasta a Mitobecchi
-Todo lo ves diversión- el moreno sonrió de lado
-Casi todo- otra calada- pero Aominecchi, tú debes ser muy popular, así que no me extrañaría que pronto nos presentases a tu novia
-No tanto como tú, tan solo mírate ¿acaso hoy tuviste una sesión de fotos, Kise?
-¿Por qué lo dices?
-Estás sumamente arreglado- Daiki señaló con la mirada su ropa y rostro- te ves bien así que estoy seguro de que muchas chicas te persiguen ¿qué no?
Volteó su rostro un poco para que Aomine no notase su sonrojo. Había dicho que se veía bien. Podría morir en ese instante y no le importaría.
-Y no solo chicas - habló Kise
Aomine lo miró con una sonrisa pícara
-¿También hay chicos que te persiguen?
-Pues- el rubio terminó su cigarro y apagó la colilla- en el pasado- hizo una pausa- y en la actualidad los sigue habiendo, Aominecchi
-¿Sales con un chico en este momento? Qué guardado te lo tenías jaja- el moreno apagó la colilla de su cigarro y palmeó la espalda del rubio divertido
-No es así- Kise devolvió la sonrisa- antes podía salir con cualquiera aunque no me gustasen tan solo para probar si me podía enamorar, pero ahora ya no lo hago. No es bueno dar falsas esperanzas, Aominecchi
-Supongo que todavía no llega la persona que haga que te enamores, pero créeme que tarde o temprano lo hará
No supo que pasó por su mente en ese instante. Solo tuvo la necesidad de hablar más acerca de ese tema con el moreno. Quería confesar lo que le aquejaba desde hace ya 8 años y quién mejor que el causante de su calvario.
-Ese es el problema, Aominecchi- lo miró fijamente- esa persona ya llegó
-¿En serio? Y entonces por qué no estás con...ehh...
-Él- el rubio hizo una pausa- es un hombre
-Bien ¿entonces?
-Pues... yo- se mordió el labio inferior y luego desvió su mirada hacia el cielo estrellado- llevo amándolo más de ocho años, patético ¿verdad?
El moreno quedó en silencio por unos cuantos segundos. No sabía que decir ¿Kise pasaba por una situación parecida a la suya? Nunca lo hubiese creído.
-No lo creo, eso demuestra que lo amas de forma sincera
Sonrió al escuchar su respuesta y una sensación de tristeza lo invadió al instante.
"Eso demuestra que amas a Kuroko de forma sincera"
-Pues sí
-Es ese chico pelinegro ¿Kasamatsu era su nombre?
Se sorprendió al oír el nombre de su sempai salir de los labios de Aomine
-¿P-Por qué piensas eso?
-Siempre los vi muy unidos en ese tiempo, aunque si me equivoco pues...
-Es cierto que lo quiero mucho, pero no es la persona a la que amo. Hubo un tiempo en el que pensé que si salía con sempai podría olvidarme de aquella persona. Fui muy afortunado cuando él se me confesó y de inmediato me dije "¿es esta una señal?", pero luego de pensarlo detenidamente decidí rechazarlo de forma adecuada. No podía tratar de olvidar a alguien a costa de otra persona, no era justo para él que yo lo usara de esa manera ¿no crees?- Kise observó al moreno- Fue la mejor decisión ya que ahora Kasamatsu-sempai es feliz con Kobori-sempai, la noticia de su relación me alegro mucho
-Ya veo, y dime, la persona a la que amas ¿sabe acerca de tus sentimientos?
-No, nunca pude decírselo
-¿Pero por qué? ¿No crees que si lo haces la respuesta podría ser un sí?
-La respuesta será un rotundo no, Aominecchi, porque esa persona ama a alguien más
Hubieron unos segundos de silencio en el que el moreno comenzó a pensar detenidamente y el rubio tan solo luchaba por que sus cuerdas vocales no lo traicionasen y gritasen un "Te amo" definitivo
-Con que es así- el moreno habló- ¿sabes, Kise? No pensé que nos pareceríamos tanto
-¿Ah sí?
-Yo también estoy enamorado desde hace muchos años de una persona que ya tiene a alguien
Su mente lo traicionó en ese instante. No supo cómo pero cuando se dio cuenta ya lo había dicho, no había marcha atrás, tan solo debía enfrentarlo.
-Pues sí, Kurokocchi está sumamente feliz
La mirada que le dirigió en ese momento Aomine estaba llena de sorpresa y temor. Se puso nervioso de solo verla y tuvo el impulso de salir corriendo de allí.
-Pero cómo mierd...
-Lo sé desde la secundaria, no tienes por qué preocuparte, Aominecchi- colocó un rostro serio para que el moreno confiase en él
-¿Cómo te enteraste?
-Aunque ahora no lo eres, tanto en Teiko como en primer año de preparatoria eras muy obvio. Pero bueno, no fue así cómo me enteré.
-¿Entonces cómo? ¿Acaso alguien más te lo dijo?- Aomine levantó un poco la voz presa del pánico que tenía al creer que alguna otra persona supiera su secreto.
-No Aominecchi, yo... oí de casualidad la plática que tuviste con Momoicchi detrás del gimnasio en Teiko, lo lamento.
-Tsk...- Daiki colocó una mano sobre su frente y luego suspiró- no te disculpes, no dijiste nada hasta ahora a pesar de que eres muy amigo de Tetsu y eso ya es bastante. Estoy enfadado por lo patético que seguro me vi frente a tus ojos durante estos años. Torturándome estando al lado de Kuroko y viendo como me fue robado por el idiota de Kagami.
-Tu pudiste haber cambiado todo eso, si tan solo hubieses tenido el valor
-Qué curioso, Momoi también me dice lo mismo- sonrió
-Es triste ¿no crees?
- ¿Qué?
Observó sus ojos y trató de ocultar lo más que pudo sus sentimientos
-Querer a alguien que quiere a alguien más
El moreno lo miró unos segundos y luego agachó la vista de forma triste. Con duda y temor Kise se atrevió a colocar su mano sobre su hombro. Quería decirle algunas cosas que llevaba guardadas desde hace mucho.
-En ese tiempo pudiste confesarte y estoy seguro que él te hubiese aceptado Aominecchi, pero luego de tus cambios en la secundaria y tu alejamiento hacia él, hiciste que te olvidara, justo ahí apareció Kagamicchi. Él supo enamorar por completo a Kurokocchi, por eso están juntos hasta ahora y tienen planes de casarse. Es duro, pero es la realidad. Esa es la gran diferencia que hay entre los dos ¿sabes? Que tú tuviste una oportunidad, en cambio la vida no me quiso dar ninguna a mí con esa persona. Cuando me di cuenta de mis sentimientos, él ya se encontraba perdidamente enamorado de otro, así que solo me quedó callar y permanecer como un compañero más. Es doloroso pero he sabido sobrellevarlo durante todos estos años, tú también lo has hecho, somos unos completos idiotas- Kise sonrió mostrando los dientes y palmeó la espalda del más alto en señal de entendimiento mutuo
-Tienes razón Kise, lo somos- Aomine le devolvió la sonrisa- deberíamos salir a beber un día de estos ¿no crees?
-Jajaja... sí
...