Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Tigre de Bengala por RyuStark

[Reviews - 200]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Heyaa pastelitos <3

Primero que nada una disculpa inmensa, no quiero excusarme, pero ayer no tuve internet para nada y hoy recién he tenido tiempo de actualizar. De verdad lamento haberlos dejado esperando, les prometo que no volverá a pasar.

Fuera de eso, hoy les traigo algo de hurt/comfort, humor estúpido, pasión, drama leve. No sé, de todo >u< <3 ¡Disfrútenlo!

Por cierto, lamento si hay errores o algo extraño, estoy cansada :'v jajaja.

--------Kagami T.--------

—Dime Kagami-chan, en la escala del uno al diez, ¿Cuan aburrida te pareció la obra? —Me pregunta Daiki con una sonrisa.

Bostezo con algunas lágrimas en los ojos a la vez que me estiro intentando desentumirme. —Aburrida nivel me dormí desde que se apagaron las luces. —Daiki suelta una de sus carcajadas coquetas que me hacen avergonzar.

—Lo sé bebé, gracias al cielo nuestro palco era privado y así cuando roncabas se perdía con la música.

Siento mis mejillas arder ante su comentario, haciéndome darle un codazo y de paso pegarme más a él mientras caminamos tomados de la mano afuera del enorme y estúpidamente elegante teatro al que asistimos a ver una idiota función de ballet. —Es tu culpa por traerme, sabes que ver a esos tipos brincar en mallas me aburre.

—Taiga a ti te aburre cualquier cosa que no se coma o que no sea basquetbol. —Me dice burlón.

—¡No es verdad! —Le digo fingiendo indignación.

—Oh vamos, el mes pasado en esa galería de arte casi te vas contra una estatua al quedarte dormido de pie. Y luego en la opera de hace dos semanas, no sé qué era más alto, si el tono agudo del cantante o tus ronquidos que le hacían competencia. Y en ese evento de caridad, de no ser porque había buffet y barra de postres, estoy seguro que habría sido lo mismo. Eres todo un caso Bakagami.

—¡Tú Ahomine! Uh…tus hijos tienen la culpa ¿Sí? Me dan mucho sueño últimamente, eso y que desde que eres superintendente o lo que sea, te invitan a cada evento estúpido y aburrido para gente estirada. Y yo simplemente sigo sin entender porque siempre tengo que ir.

Aomine una vez más me ve entre curioso y entretenido simplemente sonriendo y luciendo radiante, guapo y elegante con su precioso smoking. Refunfuño por su silencio, porque cuando me mira así me hace sentir como nada más que un niñato torpe.

—Ya te lo dije Taiga, eres prácticamente mi esposo. Y no diré que es tu deber, pero para mí es un placer que todos me vean contigo. Con mi precioso, coqueto y juvenil novio. Soy la envidia de todos.

—Jódete, parezco un balón.

—No es así, ahora deja de hacer berrinche. Que no es reclamo, al contrario te agradezco que siempre me acompañes. —Me dice dándome un beso en la frente que me hace sonreír. Ugh, como amo a este idiota.—Ahora toma, ponte mi abrigo que empieza a hacer frío.

—No lo quiero. —Digo porque claramente él no tendrá nada que lo cubra.

—No es pregunta carajo. —Aclara poniéndomelo a la fuerza y haciéndome gruñirle, pero finalmente darle un beso en cuanto se queda frente a mí acariciándome el rostro.

—Mierda Taiga, ¿Quieres no seducirme con esa cara bonita?—Reclama exasperado.

—¡¿Quién te está seduciendo?!

—¡Tú! Mírate, con esa mueca que me dice “Daiki házmelo aquí frente a todos”.

—Sueñas. —Digo dándole un golpe en el pecho. —Así se me volteen los ojos tú siempre crees que te estoy seduciendo. Eres un viejo pervertido.

—Y eso te encanta. —Me susurra coqueto contra los labios, provocándome un rico escalofrío y que lo empuje antes de que en verdad me brinque encima.

—Ahora que lo pienso, ni siquiera te despediste de esos señores que te invitaron.

—No importa, ya luego les diré que mi esposo se encontraba indispuesto por su embarazo.

—Deja de usarnos de excusa.

—Pero es verdad, ¿No prácticamente me arrastraste para ser los primeros en salir?

—Es que tengo hambre, los gemelos aún no han cenado y yo tampoco. —Menciono frunciendo el ceño y abrazándolo. Curiosamente nuestros abrazos ahora son con mucha distancia debido a mi vientre de por medio.

—¡Ves! Ahí está otra vez esa cara de “¡Daiki cómeme entero!”.

—¡Ahomine! ¡Solo llévame a cenar algo! —Mi futuro marido no hace más que reírse de mi desesperación antes de abrirme la puerta del auto. Ya dentro sonrío complacido porque está calientito debido a la calefacción.

—La obra tomó más de lo que pensé. Ya es bastante tarde y estamos lejos de casa. ¿Puedo hacer una sugerencia?

—¿Tiene que ver con comida?—Daiki sonríe ante mi pregunta, aprovechando que está el alto para quitarse el moño del smoking.

—Estamos al otro extremo de la ciudad, llegar a casa nos tomará un largo viaje. Y ya que es fin de semana y mañana no tengo trabajo. ¿Qué te parece si esta noche nos quedamos en un hotel por aquí cerca?

—¿Esa es tu manera sutil de decirme que quieres sexo en un motel barato? —Inquiero burlón.

—Barato no Taiga, un hotel cinco estrellas…sólo lo mejor para coger y para ti por supuesto.

—Sutil Daiki, sutil. Y por mi podemos quedarnos dónde sea, siempre y cuando haya comida.

—No podría esperar menos de ti tigre de bengala.

—¿Qué se supone que significa eso? —Le gruño viendo que entramos al autoservicio de un Maji Burger.

—Sé que no te gusta la comida de hotel así que…

Asiento muy feliz por la decisión, observándolo abrir la ventana y hacer una orden masiva, la cual el cajero se asegura de confirmarnos como tres veces, para luego pagar y al poco rato recibirlo. Agarro las bolsas y antes de darme cuenta ya nos encontramos comiendo en un estacionamiento desolado, con una maravillosa vista del río Sumida que pasa tranquilo y oscuro reflejando precioso las luces de la ciudad.

Lo gracioso es que debido a que el aroma de comida se encierra, terminados comiendo sobre el capote del auto y ahora sí viendo el río en todo su esplendor. Pareciera trivial, pero me encanta ver a Aomine comer feliz junto a mí. Tanto que me pego más a él hasta rozar nuestros hombros. Mi novio voltea a verme ante el contacto, levantándome una ceja y empujándome leve y juguetón.

—No Taiga, no te daré mis hamburguesas teriyaki, que tú ya tienes las suyas así que deja de provocarme.

Me rio ante su comentario estúpido, simplemente pegándome aún más y dándole un beso en la mejilla.

—Uhm…mi favorito, besos embarrados con kétchup.

—Se cuánto te gustan. Por cierto, ¿Ya te mostré la foto que Kuroko me mandó esta mañana?

—¿Esa que le sacó a Akashi dormido y con dibujitos obscenos rayados con marcador permanente por todo el rostro? ¿La misma por la cual casi te ahogas esta mañana de la risa? —Cuestiona Daiki antes de beber un poco de soda.

—¡Esa misma! Dios, aún no puedo creer que Kuroko haya echo eso. A veces pienso que es muy valiente o que de plano se quiere morir.

—Lógicamente la segunda es la más probable, pero así como es Tetsu, supongo que simplemente quiere ver el mundo, en este caso Akashi, arder.

—Agradece que tú no tienes un chiflado por novio Daiki. Oh espera…sí lo soy. —Ambos nos reímos ante mi comentario, pero igual de rápido Daiki me besa y roza su nariz contra mi mejilla.

—Puedes ser el tipo más loco del mundo Taiga, pero ni así te cambiaría por nadie.

—¿Ah sí?

—Oh sí. Hay como siete billones de habitantes en todo el mundo. Pero nunca jamás en todo el universo, no antes, no después, no en un siglo, ni en quinientos o mil millones de años habrá alguien como tú. Alguien como el coqueto Kagami Taiga que me flechó hasta el alma. Nunca en mi vida amaré a nadie tanto como te amo a ti Kagami. Asegúrate de no olvidarlo jamás.

—¡Ahomine! —Berreo dándole un codazo. —¿Por qué me arruinas la comida? Sabes que soy una pelota de emociones en este momento y tus ridiculeces me hacen querer llorar y ahora mi comida sabrá extra salada. Ugh, te culpo, ¿Me oíste? ¡Te culpo! No solo porque me jodes la comida, sino porque gracias a ti soy el tipo más tremendamente feliz del mundo y te quiero y odio por ello. ¡Ahora hazte responsable por ello!

—¡Lo haré! ¡Te demostraré todo mi amor en la cama ahora mismo! ¿Qué te parece eso huh?

Le doy un puñetazo que finalmente nos hace reír a carcajadas, darnos un rico beso que para su mala suerte termina pronto porque primero tengo que acabar mi comida. Y ahora sí, apenas terminamos regresamos al auto y de ahí vamos a un bonito hotel que se encuentra en una avenida concurrida y que también tiene vista al río.

Aomine es el primero en darse un baño caliente, seguido de mi, siendo sinceros si estamos juntos terminaremos cogiendo. Y aunque ahora parezca una idea magnifica, seguramente mañana ninguno se aguantaría la espalda. Aunque en la cama es otro asunto. Salgo del baño, secándome el cabello, sintiéndome fresco, reconfortado y satisfecho y mirando a Daiki beberse una jodida copa de vino. —¿De dónde sacaste eso?

—Servicio a la habitación joven me tardo dos horas en el baño. Aunque temo que no podré invitarte una copa, si es lo que pretendes.

—Pretendo comprender porque te estás alcoholizando en lugar de ya sabes…venir a mí.

—¿Kagami Taiga, me estás haciendo una propuesta indecorosa? —Me pregunta coqueto mientras deja su copa y se acerca a mí.

Usualmente rodaría los ojos y lo mandaría al carajo, pero en su lugar estoy muy ocupado dejando que me estreche entre sus fuertes brazos. Aomine ama jugar con fuego, disfruta del quemarse lento y de paso de llevarme consigo.

—Eres precioso Taiga, me gustas tanto que no lo soporto. —Me susurra contra los labios con su voz más erótica, a la vez que sus manos grandes y ásperas se meten entre mi bata para palpar mis muslos y subir lento hasta mi trasero.

Daiki me da un fuerte apretón que me hace derretir, jadear y aferrarme aún más a él al notar el enorme bulto, grueso y duro que ya palpita tras sus bóxers que ahora lucen muy ajustados. Sus ojos destellan venenosos contra los míos haciéndome saber lo bien que cogeremos esta noche.

Y en ese caso, ¿Por qué no seguirle el perverso juego? Le sonrío travieso y me giro pegando mi espalda contra su pecho dejando que me estreche entre sus brazos. Al instante Daiki entierra de lleno su nariz en mi cuello mientras lleva su mano por mi pecho, pasando por mi vientre y bajando un poco más hasta meterse entre mis piernas sacándome un pronunciado suspiro de placer.

Pero para su deleite, así como él ama jugar sucio, yo también lo sé hacer. Y se lo demuestro tallando de lleno y sin decoro alguno mi trasero contra esa erección ardiente y seguramente dolorosa, rápidamente escuchándolo gruñir y maldecir por lo bajo.

—Carajo Taiga, mira lo duro que me pones por ti. ¿Quieres volverme loco acaso?

Sonrío complacido ante su voz rota mientras me giro una vez más para encararlo. —Loco, muy loco Daiki. Tan loco que nunca más podrás vivir sin mí. —La mueca sucia y lujuriosa que me da Aomine es de otro mundo.

—Mírate nada más, jodiendo y provocando hombres grandes en busca de que te cojan duro. Vaya chico sucio.

—No tienes ni la menor idea Daiki. —Se lo susurro al oído, recibiendo de inmediato su respuesta. Aomine me estrella contra la primera maldita pared que nos topamos. Gruño por el impacto, pero ni así me detengo en sujetar su rostro entre mis manos para chocar nuestros labios en un beso intenso, húmedo y goloso.

Un beso que me tiene disfrutando su lengua pulposa, suave y cremosa tallándose contra la mía, al igual que la aspereza de su perilla que me pica cosquilleante el rostro y los labios. Aomine me besa hasta hacerme sentir la saliva escurrir espesa y burbujeante entre nuestras bocas y mis piernas temblar ansiosas por tantas sensaciones golpeándome como rayos centellantes.

Nos separamos para jadear intentando tomar un poco de aire mientras Daiki me abre la bata de baño a prisa, haciéndola caer al piso y dejándome desnudo. Y justo igual de rápido me gira como si fuera una simple hoja de papel y pega mi rostro contra la pared.

Aomine disfruta enajenado el someterme, pero esta vez no se lo dejaré tan fácil.

Lo sorprendo soltándome, girándome y empujándolo con tanta fuerza que cae en la cama. —Oh Daiki, no sabes con quién te metes ¿No es así? —Aomine me ve con una ceja levantada, muy intrigado, pero sobre todo caliente. —¿Qué pasa? ¿No soportas el no estar dentro de mí?

—¡Kagami ven aquí ahora mismo! —Me demanda excitado y desesperado.

Lo hago. Voy hacía él, sentándome en su regazo de frente y palpando su pecho amplio y fornido. Daiki jadea entre cortado conforme mis manos bajan hasta su erección brutalmente gruesa, ya bien erguida y goteante. —Estás tan duro Daiki…—Menciono cruel mientras lo masturbo un poco sintiendo las gotitas de líquido tibio y traslucido escurrir abundantes entre mis dedos.

—Maldición Taiga chúpame. —Gruñe impaciente.

—Eso te encantaría carajo, joderme la garganta hasta hartarte. Pero no hoy Daiki. Hoy terminarás únicamente dentro de mí. —Aomine que intentaba contenerse, finalmente explota ante mí último susurro. Me carga y tira con cuidado sobre la cama, para subirse, arrodillarse y meterse entre mis piernas que abre totalmente para él.

—Voy a hacerte gritar mi nombre toda la jodida noche Taiga. Esta vez te lo maldita sea buscaste.

Daiki me sujeta por los muslos con violencia, provocándome un turbio escalofrío que me rodea de pies a cabeza y sentir mi piel erizarse ante la peligrosa promesa. Promesa que me deja claro que cumplirá al levantar un poco mis caderas y escupir sobre mi pequeño agujero que no deja de contraerse mojado y tentador para él en un intento por lubricarme.

—¿Me harás el amor Daiki? —Pregunto descarado. Amo verlo enfurecer.

—¿El amor? Voy a destrozarte Taiga. —Me contesta tan o más cínico.

Y sí que lo hace. Daiki sujeta su erección para llevarla hasta mi agujero y empujar con saña y crueldad, haciéndome gritar y apretar los puños y dientes al sentirlo entrar en mí con brutalidad.

—Uhm…tan caliente y estrecho.

Mis ojos se llenan de lágrimas, debido al placer llegándome voraz, crudo y delicioso al igual que un rico dolor morboso y palpitante por tenerlo tan duro y grueso abriéndome hasta el límite. —Sí…sí, más, quiero más.

—Te encanta tenerme tan profundo, ¿No es así?

Estrujo y golpeo la maldita cama, gimiendo implorante porque necesito que se mueva ahora mismo.

—¿Listo para suplicar bebé? —Pregunta malvado.

—Jódete y cógeme ya. —Digo con veneno mirándolo sonreír perverso al igual que yo. Mi cuerpo sabe que amo dejar que haga conmigo lo que quiera, pero esta vez necesito que sepa que yo también tengo el control. Tanto que no dudo en apretar mi interior, viéndolo jadear y hasta aguantarse la respiración.

—Carajo…—Suelta Aomine seguido de un par de maldiciones más, pero justo así me da lo que tanto quiero.

Daiki me sujeta con firmeza, se coloca uno de mis tobillos en el hombro y comienza a mover sus caderas con fuerza. Penetrándome sumamente profundo, saliendo hasta la mitad y volviendo a embestir haciéndome sentir sus testículos pesados presionándose contra mi piel. —Sí…sí, así…Daiki más…más duro.

Aomine obedece, pero con la única intención de acabarme y hacerme perder la cabeza por el dulce placer que me da al aumentar sus movimientos y recarga su peso en cada estocada. Daiki me folla con rudeza y sin descansado por largos minutos que me saben a glorita infinita, amor condensado y pasión incandescente.

Grito hundiéndome en mi pequeño mar de emociones y sensaciones, disfrutando como nunca el tenerlo cada vez más profundo y sobre todo caliente y friccionándose contra mí. Gotas de sudor plúmbeo y ardiente caen desde el cuerpo de Aomine para impregnarse en mi piel mientras una de sus manos se desliza enternecedora por mi vientre abultado, reafirmándose que lo que llevo dentro es suyo.

Daiki sonríe para sí mismo, subiéndose el ego al saber que todo de mí le pertenece.

—Voy a correrme dentro de ti Taiga.

No puedo contestar por más que balbuceos torpes, asintiendo y notando que también estoy por terminar. Aomine me folla maravilloso, haciéndome sentir que el paraíso mismo se abre ante mí, escalofríos, temblores, espasmos y corrientes violentas de placer puro y severo se funden en mí hasta dejarme sin aliento al correrme estruendoso.

Daiki tampoco dura mucho, tan sólo logrando gruñir por lo apretado que me he puesto antes de correrse abundante y espeso dentro de mí. Y me fascina, porque aún cuando mi orgasmo continua recorriéndome electrizante, nada se compara con el rostro de placer descompuesto de Aomine. Esa ligera sonrisa aun entre jadeos, su cabello húmedo ahora perfilando su rostro atractivo y ese calorcito que se ha dispersado en él.

Un par de segundos después Aomine sale de mí, dejándome notar el desastre líquido que ha creado en mí, pero estoy tan maldita sea agotado que no puedo ni moverme. Con trabajos me giro de lado para encontrar mi mirada con la suya ahora que se ha recostado junto a mí.

—Ya muero porque nazcan para abrazarlos extra fuerte. —Dice Aomine con una sonrisa matadora mientras me acaricia el vientre.

—Yo igual…aunque seguro que extrañaré tenerlos dentro. Lo único es que ya necesito poder correr y atraparte cuando haces alguna tontería y no hasta diez años después como ahora. —Ambos nos reímos mientras yo me estiro y hasta bostezo, desentumiéndome y sintiéndome letalmente adormilado.

—Creí que lo haríamos toda la noche Kagami-chan.

—Intenta follar con gemelos enormes dentro y dime si duras toda la noche. Ahora abrázame y déjame dormir. —Exijo antes de darle la espalda y sentir como de inmediato se pega a mí abrazándome. Los ojos se me cierran pensando en que hoy fue un día absolutamente maravilloso con mi familia.

 

--------Aomine D.-------

Las cosas se han calmado bastante en estas semanas. Taiga está por llegar a su octavo mes sin complicaciones, nuestros hijos crecen sanos y mi trabajo marcha de maravilla. Claro olvidando a todos los eventos que me invitan y a los que Taiga odia ir.

Alex decidió quedarse con nosotros en casa durante este tiempo y se lo agradezco enormemente, porque mientras yo estoy en el trabajo ella le hace compañía a Kagami y evita que se pierda en el transcurso del día y de su preciosa mente, además de ayudarle con todo lo que necesita. Y es que cuando de gemelos se trata muchas veces el parto se adelanta, no siempre, pero no está de más tener precaución.

Tetsu no solo ha terminado la universidad y también se la vive en mi casa con Kagami, sino que finalmente ha aceptado que sale con Akashi. Cosa que soltó de golpe en la fiesta de cumpleaños de los hijos de Himuro, seguido de arrojar a su novio contra la barra de postres. Ahora que lo pienso realmente se ha de querer morir.

Y carajo hasta me llevo mejor con Kise, no somos buenos amigos ni nada, pero por lo menos nos toleramos y de vez en cuando tenemos pequeñas conversaciones. Todo marcha de maravilla. Excepto que aún no me siento tranquilo, en primera porque el padre de Kagami sigue sin aprobar nuestra relación y no quiere saber nada de ambos.

Dios y ni siquiera sabe que su hijo está embarazado, porque según Alex, cada vez que intenta sacar el tema por teléfono, el señor simplemente lo evade. Sé que aunque Kagami no lo demuestre eso lo tiene seriamente consternado.

Y por si fuera poco que mi suegro me detesta, Nash ha desaparecido aumentando mi preocupación. Realmente llegó para meter cizaña e intriga y luego desaparecer después de haber sembrado el mal. Tengo agentes hasta en el espacio, pero simplemente no lo encuentro.

Lo malo es que sospecho que no regresó a América, eso hubiera sido bueno, pero no. Pienso que está oculto planeando algo. Y claramente no bueno. Me hubiera gustado recordar de dónde lo conocía antes para enfrentarlo como se debe, y de no ser por Kise, habría seguido en blanco.

Nash es un criminal relacionado con varias familias yakuzas en Japón, y es especialmente allegado a la familia Haizaki. Lo olvidé…olvidé totalmente que Nash era amigo de Haizaki Shogo cuando jóvenes. Esos hijos de perra eran malditos amigos y yo lo olvidé como si no hubiera sido nada. Será que me centré tanto en Haizaki que con el paso de los años olvidé a sus cercanos.

Aún no estoy totalmente seguro si Nash se acercó a mí y a Taiga en busca de venganza por haber encerrado a Haizaki, pero por el momento me parece lo más coherente y por ello tengo que estar alerta en todo momento. Con esa clase de personas nunca sabes que esperar.

Suspiro agotado, recargándome en la banca donde me encuentro sentado y mirando a Kagami a un par de metros frente a mí, recargándose en un barandal justo en la orilla del enorme río viendo los barcos pasar. Mi novio voltea de vez en vez sonriéndome adorable y robándome el corazón.

La vida de un policía siempre está al límite, sales de casa y nunca sabes si volverás. Antes no me hubiera interesado que me pegaran un jodido tiro, total, no tenía nada que perder. Pero ahora con Kagami y los niños, debo ser tan cauteloso como pueda. Nunca fui un tipo que se asustara con facilidad, después de todo a lo largo de mi carrera he visto cosas que nadie debería haber visto y aun así he seguido adelante sin problemas. Y ahora no será diferente, sólo debo centrarme, atrapar a Nash y todo estará bien.

—¡Daiki date prisa ya va a salir el barco!

—Ya voy, ya voy. —Me levanto de la banca y me sacudo antes de ir con él y abrazarlo por los hombros.

—¿Qué tanto estabas pensando con esa cara de estreñido huh?

—¿Hah?

—Ya sabes, tenías el ceño fruncido. ¿Algo te preocupa?

—Me preocupa que te arrojes por la borda del jodido barco Kagami-chan. Con eso de que te emocionas demasiado, no sé si querrás darte un chapuzón. —Le digo socarrón y gruñendo al sentir como me jala la maldita perilla.

—Eres un idiota. Pero ya en serio, sabes que si algo te preocupa puedes decirme ¿Verdad?

—Lo sé. —Le digo mientras abordamos con el resto de los pasajeros el pequeño crucero de dos pisos, que va por todo el río Sumida y atraviesa parte de la bahía de Tokio. Y es que apenas desperté Kagami me estrelló en la cara un folleto, donde decía que cerca del hotel zarpaban los cruceros que dan tours justo como ahora.

Así que aquí estamos, sentados en la terraza superior de la nave espacial, y es que de barco no tiene nada, es una especie de capsula de cristal llena de ventanales y aluminio.

—¡Se está moviendo! —Grita Kagami emocionado y sacándome una sonrisa.

La nave se mueve suave en favor al viento y en pocos segundos la brisa nos llega salada y fresca. Durante el tour Kagami deambula de un lado a otro por todo el barco, claro haciendo pequeñas pausas para sentarse y nuevamente seguir. Pasamos por un par de edificios, monumentos, templos y demás; miramos la torre de Tokio a lo lejos y por supuesto su súper favorito, el puente arcoíris por el que navegamos debajo.

—¡Hey! ¿Por qué las luces de colores no están prendidas?

—Bakagami, porque es de día y sólo se aprecian de noche. —Taiga me gruñe y me voltea la cara haciéndome reír y darle un beso. —¿Te traigo una soda?

—Quiero un café.

—Nada de café para ti. Que luego te dan tus arranques de energía y ni tú te soportas.

—¡Jódete, no es verdad!

—Sabes que es verdad Kagami-chan, y es que tu café te gusta como tu hombre, oscuro, fuerte y bien cargado.

Kagami se ríe y me da un codazo, aceptando una soda y un par de botanas mientras continuamos con el recorrido. Un par de horas después de bajar y observar algunos lugares, lamentablemente el tour termina y tenemos que regresar a casa.

—¡Duró tan poco! ¡Es una estafa! —Dice Kagami molesto mientras berrea a mi lado ya en el auto rumbo a casa.

—Taiga, hicimos recorridos en agua de dos horas y otra dos más en tierra. No duró poco. Aunque si te gusta tanto podemos hacer el recorrido nocturno el próximo fin de semana, ¿Qué te parece? —Kagami asiente muy emocionado antes de torcer su expresión. —¿Taiga?

—Baño.

—¿Quieres ir al baño? Ya casi llegamos.

—¡Necesito ir ahora!

—Estabas bien, aguanta un poco, en serio estamos casi por llegar.

—¡Dile eso a tus hijos que siguen oprimiendo mi vejiga sin parar! ¡Daiki necesito ir al jodido baño ahora!

Y no entra a discusión me dice al jalarme del cabello y pellizcarme el brazo haciéndome pisar el maldito acelerador. De pura suerte nuestro edificio se ve adelante, así que apenas me detengo Taiga ya está brincando como en maldito duro de matar antes de salir volando al elevador. Espero llegue. Ya fuera del auto me estiro y bajo todas las porquerías que compramos a lo largo del tour para luego ir a la puerta donde veo a Susa, que es el único en turno hoy.

—Que hay Susa, ¿Algo extraño? —Saludo a mi amigo estrechando su mano.

—¿Más extraño que Kagami-san casi perforando el botón del elevador mientras brincaba y apretabas las piernas sin parar?

Me rio ante la imagen mental, rápidamente asintiendo. —Dice que los niños le aprietan la vejiga.

—Ya veo. A mi esposa también le pasaba. Aunque si le urgía pudo pedirle al de la recepción pasar a los baños de aquí abajo.

—Si bueno, no le digo Bakagami por nada. Y entonces…¿Nada raro?

—Si esperabas que Nash llegara preguntando por ti no pasó. Pero quién sí llegó es un señor que dice ser tu suegro. Bueno, solo dijo que era el padre de Kagami y que venía a ver a su hijo.

—¿Qué? —Le digo incrédulo. —¡¿Y ya se fue?! —Pregunto alterado.

—No, de hecho dijo que esperaría arriba con Alexandra-san.

—¡Susa maldición! —Gruño antes de ahora yo perforar el botón del elevador que decide no abrir. Así que en su lugar comienzo a trepar escaleras a largas zancadas temiendo lo peor. Oh por favor, que no le diga nada feo a Kagami, que no lo hiera, que no lo lastime. El maldito corazón se me sale por la boca antes de lograr llegar y entrar a mi hogar como alma que se lleva el diablo.

—¡Taiga! —Entro gritando, mirando que evidentemente mi suegro está en la sala junto a Alex y que Kagami no está a la vista. —¿Dónde está Taiga?

—En el baño. Ni siquiera nos vio de lo rápido que entró. —Dice Alex.

Mi suegro se ha levantado del sillón y viene hacia mí. Su expresión no luce muy amigable y lo noto al verlo fruncir el ceño. —De verdad lo hiciste. —Me dice de frente.

—¿Perdón?

—No te hagas el estúpido, acabo de ver a Taiga y…lo embarazaste. —Menciona lo último por lo bajo.

—Señor yo…—De inmediato el hombre me silencia con su mirada.

—Yo vine a hablar contigo tranquilo, porque es lo que me pediste la vez pasada. Y mira con que me encuentro. ¡Embarazaste a mi hijo por todos los cielos!

—¿Papá?

Taiga que ha salido del baño, nos mira sin poder creerlo. Rápidamente sonríe en cuanto ve a su padre, pero igual de rápido baja la mirada apenado a la vez que coloca sus manos sobre su vientre.

—Uh…hola papá, hace mucho que no nos veíamos. —Su padre no le contesta y en su lugar lo mira fijo, no molesto, sino inexpresivo mientras se frota la sien. — ¿Me vas a decir algo? ¿Estás molesto? Papá lo lamento tanto. Todo lo que te dije antes…y ahora. —Le dice Kagami mientras se acerca a su padre, que terriblemente pone distancia haciendo entristecer a Taiga.

—Me tomó muchos meses entender que ya eres un hombre y que eres libre de tomar tus propias decisiones. Lo entendí hijo. De verdad lo hice. Sé que huiste de mí, porque te sentiste acorralado. Comprendo todo eso, te aislé y te negué muchas cosas. Y vine a decirte que no estoy molesto contigo, pero al verte así…no sé en qué estaba pensando.

Taiga comprendo que has escogido a este hombre, pero no me pidas que lo acepte porque no lo haré. Desde el inicio ninguno tuvo la decencia de decirme que estaban saliendo, luego te viniste a vivir con él porque me dijiste que te protegería. Y míralo, un policía que te tiene en una casa bonita pero rodeado de agentes como si fuera una prisión.

—Señor, no es lo que…—Una vez más el hombre me hace callar.

—No pongas pretextos Aomine. No sé en qué estás metido, pero mira como tienes a mi hijo. Cuidándose la espalda de todos y embarazado. Quizás Taiga se ha curado, pero con una persona como tú a su lado jamás estará tranquilo. Pero a nadie le importa mi opinión ¿Cierto? Yo solo soy el padre que lo cuidó por más de veinte años y el que lo vio crecer, soy el hombre que estuvo a su lado siempre, trabajando noche y día para que no le faltara nada y tuviera lo mejor. Pero eso ya no importa ¿No es así? Ambos harán lo que quieran. —Dice el hombre antes de comenzar a caminar hacia la puerta.

—Papá espera, no te vayas. Papá escúchame. —Lo detiene Kagami mirándolo con los ojos llorosos. —No te vayas papá…te necesito.

—No Taiga, ya eres un hombre independiente y maduro. Y ahora deja de llorar, serás padre y un padre siempre debe ser fuerte por sus hijos. Así que cuídate mucho y no olvides comer bien.

—Papá no hagas esto. —Le suplica Kagami.

—Sabes que mi hermana no te apoyaría. —Le dice Alex.

—Tienes razón. Tu hermana siempre hizo lo que quiso, lo que creyó correcto, lo que le dijo su “corazón” y mira como terminó.—Contesta el señor con una terrible mirada que delata mucho dolor. —Regresaré a Los Ángeles, pero sabes que mi casa siempre estará abierta para ti hijo. —Dice finalmente antes de salir por la puerta.

Todos nos quedamos en silencio, en especial Kagami que permanece mirando hacia la puerta con los ojos cristalizados. No llora, simplemente está como estático. —Taiga… —Lo llamo preocupado. Mi joven novio voltea a verme, parpadeando un par de veces y sonriéndome leve.

—Iré…iré a recostarme un rato ¿Sí? Estoy algo…cansado.

Ni siquiera le respondo viéndolo meterse a nuestra habitación.

—Quita esa cara que sabías que esto pasaría. En su lugar ve a verlo y luego piensa como enfrentarás al idiota de mi cuñado. Daiki aunque no lo creas él no te odia…solo que no sabe cómo lidiar con el hecho de que después de tantos años Taiga ya no es su responsabilidad. —Menciona Alex sonriente mientras me revuelve el cabello.

Le respondo la sonrisa leve y voy a mi habitación la cual cierro, para luego recostarme junto a Taiga que se encuentra abrazando una almohada. —¿Te sientes mal? —Niega un par de veces y finalmente asiente.

—Quiero que papá te quiera, sino tanto como yo por lo menos mucho. Quiero que sepa lo maravilloso e increíble que eres. Carajo quiero que vea cuan feliz me haces. Y quiero que esté el día de nuestra boda y cuando nazcan nuestros hijos. Quiero tanto Daiki y sé que no debo ser ambicioso, pero lo quiero... Lo quiero a él. —Me gruñe Taiga exasperado. —Sé que a cambio de algunas cosas no puedo tenerlo todo, ¿Pero es demasiado pedir tener a mi familia unida?

—No lo es. —Digo mientras le acaricio el rostro. —Sabes, creo que comprendo un poco a tu padre. A cualquiera le asustaría que le quitaran todo por lo que trabajó tantos años. No que tú seas un objeto, pero te fuiste tan rápido y sin avisar de su lado que seguramente algo se quebró en él. Fuimos muy rudos Taiga…muy, muy rudos. Y él tiene razón, ninguno jamás tuvo la decencia de explicarle las cosas cuando aún podíamos.

Y voy a solucionarlo. Pero no solo eso, sino también toda la basura de Nash. Tu padre tiene razón Taiga, prometí cuidarte y hacerte feliz y mírate, viviendo enjaulado cuando tu destino es volar. Lamento mucho eso. —Taiga de inmediato niega mientras me toma de la mano.

—Tú me haces feliz Daiki. Y lo de Nash no es tu culpa, tampoco tengo miedo ni me siento mal porque sé que lo solucionarás, siempre he confiado en que lo harás. Y en cuanto a papá…supongo que todos tenemos un poco de culpa. Pero lo arreglaremos ¿No es así? —Inquiere más animado y con una bonita sonrisa.

—Lo haremos Taiga. Te lo prometo. Dejé que muchas cosas se acumularan, pero ya es tiempo de que me haga cargo de todo este embrollo.

—Nos…haremos cargo. No me olvides. A dónde tú vas yo voy.

Le sonrío, pegándome más a él y abrazándolo sintiendo como me corresponde efusivo. Mi precioso chico con belleza inigualable, mente espontánea y corazón masivo que me hace sentir invencible. Porque aún cuando a veces creo que es demasiado para mí, con solo tenerlo aquí sé que todo estará bien.

Notas finales:

¿Cómo les resumo esto? El AoKaga siendo lindos como el cielo, disfrutando su amor y…no tan rápido. Sería una pena que Nash esté escondido “maquiavelando” en su contra, porque ya lo dijo Aomine, Nash y Haizaki están relacionados, es obvio que quiere herirlo como venganza. ¡Oh dios! ¡¿Cuándo aparecerá Nash?!

Y por otro lado cuando no es Nash, es el suegro. El señor Kagami…no sé, lo quiero/odio. ¿Qué les digo de él?

Está asustado por su bebé (Taiga) Esperen, esperen, está preocupado por su “bebé con bebés”. Dios, que mal sonó eso. Pero es así. Cuando creyó que podía tragarse a Aomine, va y le sale con nietos de golpe. Denle aire al señor, su hijo lo deja sin avisar para irse a vivir con el novio mayorcito del que nunca supo, luego no hay comunicación por ningún lado –culpa de todos- y ahora hasta se agranda la familia. ¡Ay deoos! ¿Qué harán Kagami y Aomine para resolverlo? Bueno…si quieren averiguarlo, nos vemos el próximo Jueves (¡Sin falta!) Lol.

Obvio si tienen preguntas especificas háganmelas saber como siempre. Los amo a morir y una vez más perdón por la tardanza. ¡Nos vemos! <3 <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).