Capitulo 11
Draco, que sorpresa que me visites en mi casa, normalmente soy yo el que va a tu casa, y trajiste a Harry contigo, eso me agrada, así podré introducirlo con mi nuevo amigo- Harry veía la sonrisa satisfecha en el rostro de Cygnus, el muy maldito había logrado lo que quería, bueno eso ya lo sabía, de no haber sido así Malfoy, padre e hijo no habrían regresado la noche anterior. Narcissa se había retirado a sus aposentos automáticamente ellos se habían ido, él sin embargo tuvo que quedarse a esperar a su flamante prometido, pues éste le había dado la orden de no acostarse hasta que volviera-
Theo, te ves mejor de lo que esperaba- Draco estaba gratamente sorprendido, cuando habían sacado a Theodore de Azkaban parecía un indigente, pero al parecer una buena noche de sueño y un baño hacían maravillas para quien tuviera clase. Ni Azkaban había acabado con su amigo- Deja que te presente, ustedes nunca se hablaron, dudo siquiera que Harry te haya visto alguna vez. Bueno al caso, éste es Harry Potter, mi futuro esposito… Harry, Theodore Nott, quizás recuerdes su caso, sentenciado a Azkaban de por vida sin un juicio real- Los dos miraron fijamente a Harry, quien se abstuvo de decir nada, la habitación estaba en un intenso silencio, creado con la única finalidad de hacer sentir más incomodo a Harry, y estaba funcionando-
Un placer conocerte niño-que-vivió. Que educado lo tienes Draco. Al parecer no te va mal con mi amigo, te está tratando muy bien- No había dudado en mirarlo hacia abajo, claro, Harry había pasado a ser la presa que ya había sido cazada y domada. Theodore miró directamente a los ojos verdes frente a él, deleitándose al encontrar que algo empezaba a morir dentro de los coloridos irises que alguna vez poseyeron valentía-
Quien podría quejarse con la joya que me tocó por carcelero- Respondió con molestia. Sí recordaba a Theodore Nott, razón tenían, nunca le había hablado, pero recordaba lo rápido que salían los hechizos de la boca de ese muchacho, lo había visto en la guerra, mano a mano con su padre, matando sin consideración a quien su magia oscura alcanzase-
Es un amor, ha aprendido a usar sarcasmo en estos últimos días, es una de las cosas que ha ido adquiriendo por estar escuchándolo regularmente y que me agrada que use, ya no suena tan corriente- Ambos se rieron, Harry simplemente se mantuvo en silencio, creyendo que si no hablaba o se interponía lo dejarían en paz hasta el momento en el que tuviera que volver a su ‘hogar’ en Malfoy Manor-
Tomemos asiento que se nos va a enfriar la cena, me gustaría que habláramos más a fondo y tranquilos, porque tengo que felicitarlos por el buen trabajo que hicieron, fue perfecto, ni yo mismo lo habría hecho mejor- Para su alegría Cygnus había intervenido la conversación que estaban teniendo las dos serpientes. Caminaron poca distancia hasta el comedor, y para sorpresa de Harry lo sentaron a la mesa, una novedad pues en la mansión lo dejaban en la habitación y las pocas veces que se le permitía comer en el comedor era a los pies de Malfoy, como si de una mascota se tratase-
La verdad es que no fue gran problema, me pareció más cansino borrarles la memoria a los que no necesitábamos que sacarlos de ahí- Se quejó Draco mientras bebía de su copa de vino, Harry comía con parsimonia a sui lado y Theo y Cygnus ponían los ojos en blanco al escuchar al quejumbroso heredero de los Malfoy, claro que relajados y con humor, ya conocían como podía ser el rubio-
Aún así se merecen mi agradecimiento, lo hicieron perfecto. Pronto todo mejorará para los que ganemos en esta ocasión, ¿No lo crees, Harry?- No tuvo más remedio que darle la razón, pues hasta él empezaba a creerlo, es más no lo dudaba, quienes ganaran tendrían la corona y el cetro, y para mala suerte, los demás ni siquiera sabían que algo más que una fuga de criminales estaba pasando, esta nueva guerra se les vendría encima y ellos no estarían preparados- ¿Quién es y qué se le ofrece en mi casa?- Cygnus detuvo su amena charla al ver a una mujer entrar en su comedor, el elfo la seguía gritándole mil y una cosas pero ella lo ignoraba como si no existiera. Se maldijo en silencio, pensando que si esta mujer había entrado sin problema debía ser una Black, pues cuando había arreglado las defensas de la casa había dejado la que había tenido antiguamente, pensando que de los Black sólo quedaba él, Draco y su madre, pero se le había olvidado esta señora-
¡Andrómeda!- Harry gritó al verla, el miedo corriendo rápidamente por todo su cuerpo. Andrómeda podía ser realmente venenosa cuando se lo proponía, había sido una serpiente, llevaba eso en la sangre, además Harry sabía que desde Hogwarts la mujer no soportaba a Snape, aún tenía esa animosidad con el difunto profesor de pociones y era capaz de decir cualquier cosa en contra del hombre y eso traería consecuencias inimaginables con el inestable estado mental que Cygnus poseía cuando de su padre se trataba-
¿Qué demonios está pasando aquí?- Su rostro se quedó inexpresivo al ver a Harry, pero detrás de la máscara se notaba que estaba sorprendida y a la vez horrorizada. Vio a las otras tres personas sentadas a la mesa, el hijo de Narcissa, el prófugo Theodore Nott y a quien buscaba originalmente, Cygnus Black, el supuesto hijo de su primo Sirius- Sabía que todo lo que estaba pasando estaba relacionado con la misteriosa y repentina aparición de éste individuo- Dijo con desprecio, su mirada estaba llena de decepción, miraba a Harry y no podía creerlo. No podía creer que ese muchacho estuviera de parte de estos mortifagos, ¿Qué lo había cambiado? Malfoy, eso no era duda-
Así que usted es Andrómeda, ¿Qué diablos quiere? Y ¿Por qué demonios entra como perro por su casa?- Se podía escuchar el fastidio en su voz, pero más que eso relucía que esa conversación no terminaría bien, la paciencia empezaba a desaparecer de Cygnus con rapidez, el siempre calmo y relajado hombre había desaparecido, esperando sólo la provocación adecuada para que el infierno se desatara en esas paredes-
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Ron, nos avisaron que un grupo de los prófugos están haciendo destrozos en el callejón Diagon, debemos partir en este momento- Neville le dijo cuando pasaba rápidamente frente a su oficina, no dudó en seguirlo y en pocos minutos se habían reunido con sus compañeros, y después de planear una rápida estrategia se marcharon a la acción-
[Llegaron pocos minutos después, dispersándose rápidamente en grupos de dos. Varios negocios estaban destruidos, algunos estaban ardiendo, irremediablemente perdidos entre las llamas. Por un segundo se olvidó de la estrategia, vio como en uno de los pocos negocios que aun no era consumido por el fuego una figura se escondía, intentando evadir la batalla que estaba sucediendo entre los aurores y el resto de los criminales. Lo siguió rápidamente dentro, el lugar estaba en penumbra, el silencio dentro era ensordecedor, apenas pudo percatarse de que había caído en una trampa]
Para ser auror no eres muy inteligente Weasley- Escuchó una voz a su costado, un fuerte acento italiano, no conocía personalmente a Blaise Zabini, pero su voz la reconocería en cualquier lado, la desgraciada serpiente le había dado su ‘pésame’ frente a frente cuando su hermana había muerto, el tono de burla que usó nunca lo olvidaría-
¡Muéstrate cobarde!- Rugió lleno de molestia consigo mismo, lo primero que le habían enseñado era a identificar cuando una situación no concordaba, y él no sabía más que caer sin remedio en las trampas del enemigo- ¡Que valiente de tu parte, esconderte y atacar por la espalda!- Lanzó hechizo tras hechizo en la dirección de la que provenía la voz de su atacante, pero no lograba atinarle, la voz cambiaba de dirección cada vez que hablaba. Tuvo que salir de su escondite cuando un hechizo casi lo golpea de lleno en la cabeza-
Esto no es acerca de valentía o actos suicidad, es una estrategia, creí que eso se los enseñaban en su preciada academia de aurores… Pero eso les pasa a los leones como tú, todo es impulsividad, ¿No?- Corrió en la oscuridad sin saber a donde iba, completamente desubicado, chocó de frente con varias cosas, entre ellas muebles y alguna que otra pare. Se detuvo para intentar encontrar un lugar donde refugiarse y pensar con calma en su próximo movimiento- Creí que los gatitos veían en la oscuridad pero al parecer no aplica con todos, tampoco tienes más de una vida, eso sí que es decepcionante- Le escuchó justo en frente, su respiración se detuvo, antes de que pudiera actuar ya había lanzado un hechizo, la pared de la que estaba recostado estalló a poca distancia de su cabeza, quedó aturdido por la explosión, no podía escuchar nada, no podía moverse, pocos segundos después perdió el conocimiento-
¡RON!- Gritó Neville cuando por fin pudo acercarse en la dirección que Ron había desaparecido, el cristal había estallado en mil pedazos antes de que pudiera acercarse y en segundos un fuego mágico había devorado el lugar, se extendió rápidamente impidiéndoles entrar, sin poder ayudar a su amigo y compañero si es que este aún se encontraba con vida dentro del lugar-
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Despierta bello durmiente, ¿O tengo que darte un beso acaso?- Abrió los ojos al escucha una voz que no se le hacía familiar, estaba en una habitación desconocida con el infeliz que lo había secuestrado. No se sentía mal ni herido, al parecer habían curado las heridas que se había hecho en el duelo. Se alejó lo más posible de Zabini, miró en todas direcciones y no encontró nada con lo que pudiera defenderse, la habitación no estaba decorada, simplemente había una cama dentro de cuatro paredes delicadamente pintadas, pero más allá no había nada- No te alteres, querrás guardar fuerzas para lo que haremos- Se levantó y lo miró con una sonrisa malintencionada en su rostro, se quitó lentamente la camisa sin hacer gran alboroto, su invitado pareció incomodarse con la atmosfera que empezaba a llenar la habitación-
Aléjate de mi desgraciado, puedo estar desarmado pero no soy inútil- Le advirtió, se bajó de la cama, alejándose lo más posible del otro hombre, quien sin molestarse mucho sencillamente se quedó observando lo que hacía, esperando a que hiciera algún movimiento, pero después de varios minutos en los que ninguno hizo nada, se decidió a agilizar las cosas-
¿Eso crees? Acércate y desnúdate para mí…- Cumplió con lo que se le había pedido, se acercó sin titubear y se quitó las prendas que tenía encima, quedó como cuando lo trajeron al mundo, mostrándole su cuerpo desnudo a su captor, obedeciendo su petición aun en contra de su voluntad- Quiero que entiendas que aquí soy la única autoridad, soy Merlín para ti, tengo todo poder sobre ti, harás todo lo que yo te pida y sin vacilar, pero no quiero que esto sea así, te dejaré hacer lo que quieras, así que trata de defenderte lo mejor que puedas porque no voy a ser suave contigo- Entendió que estaba pasando, lo tenía en la palma de su mano, lo había controlado con algún maleficio o poción, entendió el porqué del comportamiento extraño de Harry, su amigo no los había abandonado, estaba bajo el control de Malfoy como ahora él lo estaba de Blaise Zabini-
Si crees que caeré en tu asqueroso juego estás muy equivocado, pero si lo que tengo que hacer para salir de aquí es partirte la cara entonces no voy a dudar- Olvidándose momentáneamente de su desnudez se puso en guardia, se había decidido a escapar y haría lo que fuera, incluso matar con sus propias manos a Zabini-
[Ambos se acercaron con rapidez, Ron tomó ventaja y derribó con facilidad a su contrincante, quien después de suspirar de dolor por el golpe pateó sus piernas y cayó al piso sin poder sostenerse de nada para mantener su equilibrio, se sintió ligeramente desorientado cuando cayó, ¿Qué había pasado con la suave alfombra? Cuando se había bajado de la cama era tan suave como el algodón, ahora parecía haberse convertido en una dura piedra. Se concentró nuevamente cuando vio que el otro se levantaba y escupía algo de sangre, le había roto el labio con el puñetazo pero eso le había hecho más bien poco, pues seguía con la sonrisa ladina aún plasmada en su rostro]
¿Quieres que te muestre algo que Cygnus me enseñó hace poco?- Lo había levantado tirando de su brazo, se movió a su espalda aún sujetando su brazo, el cual estaba en un extraño ángulo, de improvisto y antes de que pudiera zafarse del agarre, su contrincante pateó su espalda. El dolor que se expandió por su cuerpo fue estremecedor, sintió su hombro fuera de lugar, necesitó de toda su fuerza de voluntad para no desmayarse-
Maldito, podrás hacerme lo que quieras pero nunca obtendrán lo que desean…- Le gritó con molestia, intentando liberarse del fiero agarre que el otro tenía en su lastimado brazo, podía sentir cada ligero movimiento que hacia atreves de su brazo, el dolor se hacía cada vez más intenso, intensificándose cada vez que Zabini se apoyaba en su cuerpo-
il mio amore, he logrado lo que me proponía, poco nos falta para acabar con todos ustedes y con el piccolo mondo que se han montado, lo único que siempre he querido es ser un sádico miserable, como muchos me han llamado, entonces dime, ¿No te parece que logré lo que quería?- Le preguntó cínicamente mientras le daba unos suaves jalones a la extremidad que aun sujetaba. Se deleitó con las expresiones que el otro intentaba ocultar para no darle el gusto de verlo casi sucumbiendo al lacerante dolor que tenía-
Por mi te puedes ir directo al infierno, maldito desgraciado, todo esto lo vas a pagar- Esto lo dijo jadeando por el tirón que le había dado. Aligeró un poco la presión al ver que estaba a punto de desmayarse, lo miró fijamente desde arriba, sonriéndole con los ojos llenos de felicidad y burla, disfrutando cada segundo al máximo antes de proceder a darle su último golpe, éste directo a su orgullo-
Puede ser, pero mientras tanto me voy a divertir acabando con la poca pureza que te queda, ¿Qué te parece, chiacchierona impertinenti?- Soltó su brazo el cual cayó a la alfombra de forma poco delicada, pero segundos después fue dejado en segundo plano cuando sujetó su cadera con ambas manos, apretando tan fuerte que era seguro que dejaría marcado los dedos en la piel, gritó en agonía cuando el miembro de su oponente se adentró sin ningún reparo en su cuerpo, intentó alejarse con todas sus fuerzas, patear al otro, lo que fuera, pero en su poción le era prácticamente imposible hacerlo-
[Gritó de forma incansable durante lo que pareció una eternidad, logró separarse un poco y patear al otro, quien despreocupadamente se separó de él, se cerró el pantalón y lo miró. No podía hacer nada, su cuerpo adolorido no le respondía. Se acercó y lo volteó, quedó acostado de espaldas en la alfombra. Puso uno de sus pies sobre su lastimado hombro, le miró directamente a los ojos, solo vio desprecio y asco en ellos, presionó su pie sobre la herida y el dolor le hizo volver a gritar, maldijo su suerte y a todo a su alrededor antes de caer en la inconsciencia]