Capitulo 5
Bienvenido jovencito, ¿En qué puedo ayudarlo?- Dijo la secretaria sin apartar la vista de unos documentos, él sonrió y carraspeó, ella levantó la vista y se quedó sin respiración, mirando a ese muchacho frente a su escritorio, idéntico al difunto Sirius Black en todo aspecto físico, los ojos grises idénticos la miraron rebosantes de satisfacción, había estado recibiendo esa mirada desde que había llegado, todos se le quedaban mirando como si fuera el difunto Sirius Black caminando por los pasillos y a él le convenía, pues era lo que quería en ese momento, llamar la atención de la gente, que lo notaran para que la voz se corriera-
Vengo a hablar con el ministro, tengo una cita a nombre de Cygnus B. Snape- La mujer se le quedó mirando fijamente sin moverse en lo más mínimo, él sin impacientarse esperó a que saliera de su letargo cosa que no tardó en hacer y se levantó, entrando a la oficina que estaba a pocos pasos de donde estaba parado, escuchó como una silla caía al suelo y en par de segundos un hombre ridículamente vestido (según sus gustos) salió de la oficina para invitarlo a pasar-
Hola señor Snape, soy el ministro de magia Kingsley Shacklebolt- La voz le tembló al saludarlo, parecía molesto por el simple hecho de tener que decir ese apellido, y él se molestó enormemente aunque no lo exteriorizó, ya después ese insignificante hombre le pagaría la osadía por haber dicho el apellido de su padre de esa forma tan despectiva- Me sorprende que usted sea familiar del difunto profesor Snape, ya que tiene un parecido extraordinario con Sirius Black- Levantó la vista al techo al escuchar la forma tan feliz con la que ese hombre había dicho el nombre del maldito que había sido su progenitor, simplemente pensar en la forma en la que esta gente tenía sobre un pedestal al maldito de Sirius Black le enfermaba, mientras hablaban de su padre como una enfermedad letal-
Llámeme Cygnus Black. Pues específicamente por eso estoy aquí, ya que soy hijo de Sirius Black y de Severus Snape, le explicaré después como es posible lo antes dicho. Ahora simplemente me gustaría que habláramos sobre mi herencia… La residencia Black me pertenece, pues soy el último Black, al contrario de lo que se creía y eso significa que no puede heredar una persona que no es Black mi domicilio… Sirius Black nunca supo de mi existencia, ya que fui criado en el mundo muggle por mi padre, Severus Snape, quien me alejó de este mundo por las guerras que se desarrollaron en los años de mi nacimiento, infancia y adolescencia, pensando en que saldría airoso de las desgracias que pasaron y que entonces podría traerme a este mundo, pero no pasó y él falleció sin poder ver como terminó la guerra y tampoco como el mundo mágico se vio libre, sacrificándose para lograr que eso pasara, sacrificio que le costó la vida…- Kingsley se quedó mirándole sin saber que decir, el muchacho parecía abatido, aunque al mismo tiempo resignado a la muerte de su padre. Aunque no podía creer que ese muchacho fuera hijo de Sirius Black y de Severus Snape, más importante aun era saber cómo diablos eso había pasado, porque que él recordara ambos eran hombres-
¿Cómo es posible que seas hijo de Black y Snape si ambos eran hombres?- Esa era la pregunta que estaba esperando, pues ya había respondido a eso tantas veces que no tenía ni que pensar en la respuesta, siempre lista en la punta de su lengua, bueno, como cualquier otra, siempre preparado para cualquier cosa-
Mi padre, Severus, tenía un caso que los muggles llaman intersexualidad, pero era un caso extraño, pues no presentaba las características normales de esa variación orgánica, así que en vez de tener micropene o una abertura vaginal, tenía un miembro completamente normal y un útero que no debería existir, según le había sido informado en el mundo muggle ninguno de estos funcionarían jaman, no podría engendrar un bebé en su cuerpo porque el útero era disfuncional y no tenía óvulos ni tampoco impregnar a alguna mujer pues su cuerpo no creaba espermatozoides, era estéril en todo el sentido medico y no había nada que pudiera hacer, entonces se conformó pues tampoco pensaba tener hijos alguna vez… Pero una noche de marzo en 1978, mi padre fue asaltado sexualmente en un callejón por Sirius Black, y tengo pruebas por si se lo pregunta, unos recuerdos que robé de mi padre años atrás y que vi por curiosidad, porque quería saber cómo se veía mi progenitor, pero me encontré con más de lo que quería saber… En fin, ahora que mi padre está muerto y ya le he cumplido con su debido luto, aparte de que la guerra en este mundo, de la que tanto intentó ocultarme, ha terminado, me pareció que era el momento de venir y reclamar la casa Black, que me pertenece por ley, pero alguien me ha dicho que ha sido heredada a alguien más y por eso estoy aquí, pues me parece que ese derecho era exclusivamente mío, además de la parte monetaria que viene de la mano con la casa- Kingsley no supo que decirle al muchacho, aun estaba en shock al escuchar esa acusación tan seria en contra de Sirius Black, a quien no creía capaz de hacer eso, pero no podía quedarse sin hacer nada al respecto del muchacho, pues si este resultaba ser el heredero de los Black, nada podría hacer más que devolver la casa al muchacho, pues como él decía, le pertenecía sin más, además de que el ministerio tendría que reponer las bóvedas en Gringotts que se le habían entregado a Harry Potter, quien seguía desaparecido aunque el público no supiera nada, además de una disculpa pública al joven presente-
Señor Black, usted debe entender que esto es un tema verdaderamente delicado, y que necesitaremos de la presencia de aurores, además de que nos proporcione las pruebas pertinentes como el susodicho recuerdo, además de que se le practiquen exámenes de paternidad para reconocer si usted es hijo de quien afirma- Kingsley llamó a su secretaria, pidiéndole que trajera al jefe de aurores y a algunos de ellos, pues necesitaría de su asistencia inmediatamente, la mujer sin titubear, mirando fijamente al muchacho que buscaba algo entre su chaqueta, salió nuevamente de la oficina-
Aquí tiene el recuerdo… Mi padre lo tenía oculto entre las paredes de la casa en la que crecí y lo encontré cuando tenía doce años mientras este estaba trabajando, las pruebas de paternidad se harán con sus condiciones, pues apenas tengo dos días en el mundo mágico y a los únicos lugares que he ido son a la casa de mi primo y aquí, así que no sé muy bien cómo moverme por estas zonas. Aunque me gustaría pedirle que el cómo fui concebido se maneje de forma discreta, no me gustaría que apareciera en los tabloides un tema tan delicado- En ese preciso momento entraron tres hombres, dos de ellos jóvenes y un hombre adulto, los tres se quedaron mirando al ministro, viendo como este parecía estar algo pálido mientras miraba fijamente a la persona sentada en el sillón frente al escritorio, ambas figuras se levantaron, el desconocido se volteó hacia la puerta y entonces los tres supieron porque la expresión de Shacklebolt-
Señor Black, quiero presentarle al señor Williamson, actual jefe de aurores y a los aurores Neville Longbottom y Ronald Weasley. Señores, este joven es Cygnus Black, hijo de Sirius Black- Los tres aurores no sabían qué hacer, principalmente Ron y Neville, estaban completamente confundidos y extrañados, no podían creer que después de que Harry desapareciera misteriosamente, este supuesto hijo de su padrino apareciera y lo más seguro es que viniera con exigencias, y ellos no eran tan confiados, sabían que había gato encerrado con ese muchacho, pero sin pruebas no podían empezar a arrojar acusaciones-
Un placer, hasta ahora solo sabía como se veía el mundo mágico por historias que me contaba mi padre, pero es todo tan circense como parecía ser en sus historias- Si entendieron el insulto en esa oración no fue visible, aunque los tres recién llegados parecieron confundidos ante la mención de sus conversaciones con su padre, pensando que hablaba de Sirius Black obviamente, pero no explicaría esa historia otra vez ese día, simplemente procedería de acuerdo al plan y dejaría que el ministro lo manejara, esperando que lo hiciera discretamente, por el momento no le convendría que esos detalles se supieran-
Señores, el joven ‘Black’ será escoltado a San Mungo donde se le será administrada una poción para saber su linaje, una vez que se haya confirmado la progenie procederán a regresar automáticamente con el muchacho y serán tomadas las medidas adecuadas respecto al tema, ¿Se entendió?- Los tres asintieron, aunque ninguno miraba al ministro ni él los miraba, todos con la mirada fija en el posible heredero de los Black, los más jóvenes pensando en la posible implicación del desconocido en la desaparición de Harry y los adultos pensando en el escándalo que se les formaría por el fraude que habían hecho al leer el testamento de Sirius Black sin respetar las clausulas que traía-
La verdad es que me sorprende que una mujer tan bella me atienda, hay días en los que se espera que algo lindo nos pase y yo tengo la suerte de que tú me pases por delante- Cygnus coqueteaba abiertamente con la mujer que le estaba practicando la prueba, ella no cedía a sus galanteos pero su rostro completamente sonrojado le decía que no era indiferente a su sonrisa. Los tres aurores que ya conocía, más dos más que no le importaban lo suficiente para recordar sus nombres, le veían con una expresión fastidiada desde que habían llegado… Sabía lo que estaban pensando, pues era obvio que desconfiarían de su sorpresiva aparición después de la desaparición de Harry, ya estaba preparado por si preguntaban algo, pero no parecían ser tan imprudentes como se veían, principalmente el pelirrojo-
Joven, ¿Puede calmarse? Esto no es una cita romántica por si no se ha dado cuenta, además ella podría ser su madre, respétela- Dijo uno de los aurores que no recordaba, la mujer pareció ofendida porque la habían llamada vieja en su cara, miró al hombre de forma asesina y siguió haciendo su trabajo, cosa que no tomaría más de unos minutos según se le había dicho-
No se muerda la lengua que se envenena. Simplemente estoy hablando con la doctora, es un coqueteo inocente, aprendan un poco, así se conquista a las damas- Le respondió, el hombre procedió a ignorarle mientras los demás lo miraban fijamente, los otros dos adultos confirmando cada vez más que ese muchacho era hijo de Sirius, ya que lo habían conocido antes de que fuera a Azkaban y parecía que lo volvían a ver a esa edad-
Podemos proceder cuando así lo disponga- Dijo la mujer al jefe de aurores, quien asintió acercándose a la poción, la cual se tornó de un color negro profundo y después pasó a ser completamente gris, exactamente del color de los ojos del muchacho, letras negras aparecieron flotando sobre la superficie ‘Cygnus Orión Black Snape’ para después desaparecer y volver a surgir pero con un nombre diferente, ‘Severus Tobías Snape Prince’, se leía- Tomo nota para el registro, se procederá a marcar al difunto director y profesor de pociones de Hogwarts, escuela de magia y hechicería, como el gestante del joven Cygnus Orión Black Snape- Las letras se disiparon nuevamente, esta vez mostrando el nombre que cinco de ellos no querían ver subir, ‘Sirius Orión Black’-
*Se marca al difunto Sirius Orión Black como el progenitor. Cygnus Orión Black, nacido el sexto día del primer mes del año 1979, hijo de Sirius Orión Black y Severus Tobías Snape Prince, heredero por derecho de sangre de la Noble y Ancestral Casa de Los Black. Declarado en San Mungo el día 3 del mes de agosto del año 1999, a la edad de veinte años, papeleo concerniente sobre la herencia aún no recibida queda en manos del Ministerio de magia, acta de nacimiento adjunta, firmada por la Medimago Michelle Green.
¿Entonces eso es todo? Creí que tomaría semanas tener un resultado- Dijo Cygnus al ver como se había agilizado todo en un segundo, aunque claramente fingiendo. Él había preparado esa poción un millón de veces, algunas las había vendido desde el anonimato a padres dudosos de su ‘paternidad’ y otras a madres muy amorosas que no estaban seguras de a quien debían darle la noticia, pero fingirse inocente era algo que por el momento le beneficiaba, un muchachito criado en el mundo muggle que no tenía ni idea era mejor coartada-
No querido, esas son cosas que toman tiempo en el mundo muggle pero aquí es una nimiedad, ya te acostumbrarás a vivir entre pociones y objetos que se mueven solos, estoy segura que lo harás antes de acostumbrarte a tu nueva casa, vas a tener que ponerle esfuerzo, según sé estuvo vacía desde la muerte de tus abuelos, y aunque Sirius Black la utilizó cuando se escapó de Azkaban nunca la limpió, así que mejor ve desempolvando esos hechizos básicos de limpieza- Realmente pensaba que Michelle era una mujer adorable, no parecía tener problemas con nadie, aunque eso no lo podía saber a ciencia cierta, todos tenemos nuestras mentiras y problemas muy profundo, lo suficientemente lejos de la superficie para que los demás no los noten, pero aun así su actitud y forma de expresarse le parecían dulces-
Oh, yo no sé hacer hechizos, ni siquiera tengo varita, creo que podré arreglármelas con una escoba y mucha paciencia. Un poco de trabajo manual nunca me ha hecho daño- Y ambos se rieron, aunque el chiste pareció pasar por alto a los aurores, quizás muy muggle para ellos y por eso no lo entendieron, pero eso no evitó que se echaran unas risas-
Muchacho contrólate, esos chistes no los van a entender muchos aquí- Michelle entregó los papeles y el acta de nacimiento al jefe de aurores, quien aun parecía confundido por el chiste, o eso creía al menos, pues la expresión en su rostro lo decía todo. Se levantó de la camilla en la que había estado sentado desde que llegaron, pues le habían ordenado hacerlo, groseramente cabe añadir. Abrazó a Michelle sorpresivamente, agradeciéndole por sus servicios, ella hizo lo mismo y le pidió que se cuidara y que fuera a comprar una varita antes de ir a su casa, porque si no volvería con una infección respiratoria por tanto polvo. Una vez fuera, ninguno de los aurores le dijo una palabra. Sabía que estaban molestos a rabiar, y eso era algo que en verdad le encantaba, no es que quisiera hacer enemigos tan rápido, pero algunas cosas eran inevitables-
Joven Black, volveremos al ministerio en este instante y será escoltado nuevamente a la oficina del ministro Shacklebolt, para que el proceso termine de acreditarse- Escuchó que le dijo ese hombre, el jefecito, aunque no estaba prestando atención. Lucius le había dicho que todo sería un proceso largo, aunque al principio todo se manejara con rapidez, ya que en el mundo mágico todos tenían sus reservas, y no le iban a dejar el camino libre para revolverles los papeles que le habían dado a cada quien. En ese momento su nombre y sangre serían puestos a juicio, más para evitar que saliera a la luz el fraude que habían hecho con la herencia Black-
[Si, estaba al tanto. Aunque Lucius Malfoy jamás podría poner un dedo en asuntos del ministerio, aún tenía oídos dentro de esas paredes y curiosamente se había enterado de la entrega ilegal de la herencia Black a Potter, con la clausula fresca aún, pero era El-niño-que-vivió-y-venció, para él no habían reglas y se había entregado sin esperar que se cumplieran los cinco años reglamentarios. Oh, y mucho que le convenía al ministro que ese pequeño fraude no se supiera, pues perdería su cargo sin dudar, y también el jefe de aurores, pues su firma estaba en esos papeles también…]
Que mal que hacen las cosas sin pensar, esta será una oportunidad que no voy a desaprovechar, algunos beneficios lograré sacar de todo esto. De eso no hay duda- Se dijo para sí mientras se regodeaba por la expresión que veía en el rostro del pelirrojo frente a él, así se empezaba un día provechoso-