Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unicamente EDxAl por Hao Asakura

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya solo falta un capitulo para terminar esta historia, si que me hizo sudar escribir esta parte, gracias por leer y recuerden visitar mi página en face book.

https://www.facebook.com/HaohaoShamanking/

saludos!!

Al día siguiente:

-Al que haces despierto! Son las seis de la mañana.

Edward salía de su habitación ya bañado, uniformado y con un portafolios.

-Lo intenté pero no podía dormir más, ayer me acosté a las cinco de la tarde.

-Creí que querías dormir dos días enteros- se rió Edward.

-Sabes que no soy tan flojo, ayer solo estaba cansado.

-Bueno porque no te das un baño mientras yo preparo el desayuno.

Alphonse levantó una ceja.

-Tú? Cocinando?

-Solo para que sepas me las he arreglado bien sin ti. Tuve que practicar mucho pero soy tan malo.

-Ok, entonces te tomaré la palabra.

….

Cuando Alphonse salió de la ducha con el húmedo atado en una coleta enmarañada y una toalla alrededor de la cintura, el aroma de huevos revueltos, café y hot cakes inundaba el pequeño hall.

-huele bien!

-te dije.

Edward guardo silencio durante un momento, se quedó viendo el contraste que había entre el dulce rostro de Al y su cuello largo y flexible, un fino cuello adolescente pero ligeramente musculado, el torso y los brazos estaban aún mejor definidos, pero sin ser gruesos o exagerados, era bastante esbelto.

-Que ocurre?- preguntó Al curioso.

-Vaya si que has crecido! Mira nada más esos músculos.

Al se sonrojó.

-Nii san pervertido!! No me veas de esa manera.

Edward también se sonrojó.

-No seas mal pensado! Solo digo que te ves bien!

-Me gusta cuidar mi cuerpo- dijo Al mirando sus pies, que por cierto estaban dejando marcas de agua en todos lados- te sacrificaste mucho para regresármelo.

Ed únicamente sonrió.

De hecho Edward no había podido evitar sentirse atraído hacia ese joven delgado y elegante que además olía a shampoo de coco con durazno, el siempre usaba ese shampoo y no lograba explicarse porque en Al olía tan condenadamente bien con él, aspiró profundo de forma inconsciente.

-Ponte ropa para que desayunes.

…..

Al regresó ataviado con lo que había encontrado en sus cajones, una playera blanca que le venía ya algo ajustada y unos pantalones beige del entrenamiento del ejercito, también sus botas, ya que los zapatos que había dejado ahí, incluyendo las pantunflas le venían apretados.

-Siéntate.

-Sip.

El hermano menor miró su plato con desconfianza, bueno, los huevos no estaban quemados, los hot cakes tenían un color respetable y el café olía muy bien, tomó su tenedor y comió un poco.

-¿Qué tal?

-Bueno…- sonrió Al- que bueno que ya volví… así no tendrás que preocuparte más por cocinar.

-Que cruel.

-No es una buena noticia eso?- una gota de sudor le bajo por la frente mientras trataba de mantener su cara sin un gesto que no fuera una sonrisa mientras en su interior pensaba “aahhh salado!! Salado!! Saladoooo!!”

Edward se comió lo que había preparado como si nada.

-Bueno ya me voy a trabajar, Conservas tu llave verdad?

-Si, nii san.

-Tienes planes para hoy?

-Creo que voy a ir a comprar algo de ropa, luego iré por ahí con Havoc y Hawkeye, ellos están de permiso hoy, probablemente vayamos a ver a Winry.

-Le va a dar mucho gusto verte, a la abuela también.

-Te puedo preguntar algo Nii san?

-Dilo.

-¿Por qué Roy y no Winry? Ella estaba enamorada de ti desde hace…

-Oh! Pero mira que tarde es!! Lo mejor será que corra para no llegar tarde!- dijo Edward mirando su muñeca después de hacer un par de reverencias salió como el viento dejando la puerta moviéndose hacia adentro y hacia afuera.

-Nii san tu no usas reloj- dijo Al a nadie con un gesto entre molesto y resignado.

……..

A las cinco de la tarde Al estaba de regreso en casa, había realizado sus compras (camisas, pantalones, jerseys, calcetines, ropa interior, zapatos) y venía cargado de bolsas, mismas que depositó en el suelo a la entrada con un gran suspiro.

Sus planes habían cambiado bruscamente, hubo una reunión de emergencia en el cuartel y el consejo de Roy Mustang, incluyendo  a Ed habían tenido que estar en cuartel, es decir, apenas había logrado almorzar con sus amigos cuando estos habían tenido que salir pitando a la reunión avisados por un telegrama.

Como no tenía auto, el plan es que fueran todos juntos en el auto de Havoc porque francamente no le alcanzaba para el pasaje de tren a Rezembool, el ejercito todavía no liberaba su pago.

-Estaré siempre en deuda con ustedes – murmuró imitando la voz de Roy Mustang- pero no puede agilizar el trámite de nuestros cheques… que tacaño.

Sabía que eso no era verdad y que eran forzosamente tres días reglamentarios para que todos los soldados que Salían de Amestris fueran pagados y que Roy no tenía culpa de ese trámite, también sabía que ese cheque iba a ser tan grande como para poderse mudar a un sitio mas amplio con Ed, era solamente que estos días le parecía apropiado encontrar todos los  defectos posibles en Mustang.

-Cretino- volvió a murmurar mientras se sacaba la playera, tenía pensado medirse toda la ropa, pero al ponerse una camisa de franela a cuadros azul celeste y blanco la sintió tan fresca y cómoda que ya no se la quiso quitar, luego se metió al único cuanto sin ventanas para medirse los pantalones. El cuarto de Ed.

-Por todos los cielos Nii-san!- dijo mirando la habitación desordenada: la cama sin hacer, ropa colgando en el escritorio y la silla, libros amontonados en el suelo, el armario abierto con trapos en el fondo, ni una sola prenda colgada.

Ese desorden le hizo sentir cierto pesar, suspiro una vez más y sentándose en la cama se sacó las botas y luego los pantalones, estaba por medirse un nuevo par cuando un olor lo distrajo, se tendió en la cama en medio de las mantas para distinguirlo mejor.

-Coco con durazno.

Inhalo profundamente la almohada de su hermano, le gustaba ese olor, iba con él, la cama estaba cálida y suave, sin darse cuenta se encontró pensando en su hermano, estos años lo habían transformado en un Ed más alto y varonil, su espalda lucía más ancha y sus brazos, no los había visto aún pero seguro que hacían juego… el trasero, se le notaba debajo de la casaca militar.

¿Por qué estaba pensando eso de su hermano?

Siempre le había gustado el cabello rubio y los ojos dorados de su hermano, no precisamente que él hubiera querido tenerlos, de hecho le agradaba ser el más parecido a su madre, sentía que gracias a eso Ed tendía a mirarlo de forma especial y definitivamente le era útil para hacerse obedecer, únicamente le gustaba mirar ese color, le hacía sentirse en casa.

-Edward.

Distraídamente estaba deslizando su mano por encima de su ropa interior, de pronto escuchó un chasquido: la puerta.

-Ahhh mmm espera…

-No puedo hacerlo… no me pidas eso.

-Al puede estar por aquí.

-Tú mismo dijiste que saldría todo el día no?-

-Mira, las bolsas de sus compras!

Hubo silencio.

-Al? – Llamo Edward.

Este no contestó, de pronto se sintió muy culpable y tonto por estar en el cuarto de su hermano en ropa interior… encima tocándose.

-Ves? Te dije que no estaba… ahora…

-Ahh Roy!! No puedes esperar hasta llegar a mi habitación?

Alphonse miro a todos lados alarmado, los pasos estaban cada vez más cerca, de pronto lo vio ahí: El guardaropa.

-Que buena idea dejar a Hawkeye dirigiendo la reunión no?

Sin pensarlo dos veces entró al mueble cerrando las puertas de doble hoja en todo el silencio posible, no había sido buena idea, cabía apenas, sentado con las rodillas hacia el pecho y los pies incómodos contra las tiras de madera a cada lado de las puertas.

-Eres un cínico, mira que inventar una salida urgente…

-Mi mano derecha tenía que salir conmigo… uh…

Los veía por una pequeña rendija entre las puertas.

Roy Mustang jalaba a tirones la casaca militar de su hermano, al tiempo que le robaba el aliento con besos intensos.

-Detente!

-Carajo que pasa?

-Aquí hay ropa nueva de Al.

-Pero lo llamaste  y no está, probablemente se midió algo y luego salió.

-Que tal si vuelve?

-Mayor razón para apresurarnos.

-No quiero que Al se entere de esto.

Las manos de Mustang vagaban por todo el cuerpo de Edward sin asomos de preocupación o remordimientos.

-Venga, tu mismo dijiste que no le importaba.

-Bueno una cosa es saberlo y otra escuchar ruidos directamente…

-Hagamoslo rápido y luego me salgo, así cuando le vea entrar fingiré que acabo de llegar y podemos cenar todos juntos, como buenos amigos.

“Tu nunca volverás a ser mi amigo, cabrón” pensó al frunciendo el entre cejo, no le gustaba la forma en que Roy tocaba a su hermano, lo odiaba.

Roy sacó saco el abrigo militar y la camisa de Ed, todo esto mientras lo besaba desenfrenadamente, luego le acarició el pecho, perfectamente musculado, tal como lo había imaginado Al. No. Mucho más bello de lo que podía haber imaginado.

-Hermoso niño de acero…

Le besaba el cuello mientras le tiraba del pantalón, cuando este llegó al suelo lo dejo ahí, ya que no podía sacárselo por las botas militares,  simplemente lo hizo retroceder hasta que Ed cayó de espaldas en la cama, Roy se quitó la parte superior del uniforme.

“Que desagradable” pensó Al, el cuerpo de Roy Mustang era alto, fuerte y musculoso, pero de una forma que a él le parecía “exagerada, a dos rayitas de ser Armstrong” su cuerpo no era como el de Ed, que lucía bastante fuerte, pero no dejaba de ser fino y armonioso, Mustang le parecía brutal.

Más aún le parecía brutal el enorme bulto que se le había hecho en los pantalones a ese “aprovechado” “No toques a mi hermano” siguió pensando, pero tuvo que tragar saliva y aguantar la respiración, porque Roy se arrodillaba al pie de la cama y separaba un poco los muslos de Edward, eran unos perfectos muslos de varón y entre ellos…

“Dios, que enorme es”

Tuvo que cubrirse la boca para no hacer ruido cuando se dio cuenta de que Mustang se  lo estaba chupando a su hermano, Edward con un suspiro arqueó la cintura, su cara lucía adorablemente sonrojada, Roy también estaba acalorado, así que tomó distraídamente el pie de metal de Edward y lo acomodó de forma que diera con la piel de sus hombros y su cuello.

-ahh fresco- murmuró.

“Que cínico, como se atreve a usar el auto mail de mi hermano para quitarse el calor” pero Edward le estaba acariciando el rostro también con ambas manos, con la de metal le sujetaba la frente para que Roy se enfriara.

Los gemidos de Ed, mezclados con un ocacional “tonto” “oh que estás haciendo” “eso duele” “oh así” eran como música para Al, quien se olvidó de Roy para únicamente concentrarse en la figura de su hermano y en sus expresiones de placer.

Antes de darse cuenta estaba de nuevo tocándose.

Totalmente en silenció sacó su propio miembro por el orificio de su ropa interior y comenzó a frotarlo lentamente.

-Uhg…- hizo todo lo posible por no emitir ningún gemido, era tan excitante la vista de    su Niisan que apenas podía resistirse, tan solo el escucharlo iba a provocar que se viniera.

-El escuchare tan solo, casi hace que me venga- dijo Roy

“Estupido” pensó Al. Mustang continuó lamiendo y pronto empezó a alternar las lamidas con frotarlo con su mano, eso era demasiado, Ed empezó a sacudir su cadera al ritmo de esas caricias, el cual ya era bastante frenético.

-Ahhhh ahhhhh!- Escuchó Al correrse a su hermano y eso provocó que le también se corriera, sus pies se presionaron con fuerza contra las esquinas del armario. Afortunadamente el grito de Ed había callado todo ruido, quedando solo la respiración agitada de los tres.

Al jadeando se limpió el sudor de la frente sin dejar de mirar soñolientamente la escena.

Luego Roy lo dejo y se dedicó a acariciar y morder un rato los pezones de Edward con sus piernas entreveradas con las de él, frotándole su cadera, los dedos de los pies de Ed, tanto el de carne y hueso como el de metal estaban contraídos de placer.

-Déjame intentarlo- jadeo Roy tirando de sus propios pantalones, era un animal.

-Te he dicho que no estoy listo para eso.

-No sabremos si no intentamos.

-Ni siquiera estoy seguro de que me guste - dijo Ed un tanto reticente.

-Vamos cachorro, entonces para que me has traído aquí.

-No quedamos en eso- jadeo Ed cuando Roy lo sujetó de la cintura y le dio la vuelta

“No” pensó Alphonse “No, no, no… mi nii san no…”

Roy paro un poco el trasero de Ed y lo empezó a lamer, eso pareció relajarlo hasta que perdió la fuerza en brazos y piernas quedando acostado boca abajo, Roy lo volvió a levantar y se colocó con su cuerpo cubriendo el de Ed.

-No… estoy… seguro- repitió Ed entre jadeos.

-Sólo un poco- dijo Roy acomodándose.

-Mejor eso hagámoslo en otra ocasión.

Al no sabía qué hacer, quería interrumpirlos pero sabía que Ed lo iba a odiar para siempre, que pervertido espía a su hermano mientras tiene sexo ¿y además se masturba? Seguro que le dejaría de hablar para siempre. Estaba incomodo, esa posición de cachorro sumiso no le iba para nada a su hermano, Roy se estaba aprovechando, el que Ed lo invitara a su casa y saliera con él no significaba que tuviera que permitirle todo lo demás.

-Roy duele…

-Solo… un poco…- dijo Mustang entrando más en él.

-No! Basta! Te he dicho que pares!

La piernas de Ed estaban tensas, su cadera estaba poniendo fuerza en rechazar la cadera de Mustang, quien se forzó un poco más.

Edward gritó de dolor, Al empezó a llorar, sujetó la puerta del armario, odiado o no, no iba a permitir que eso ocurriera.

-Maldición Acero!- gritó Mustang. Antes de que el hermano menor pudiera hacer algo Ed había reaccionado empujando a su novio fuera de él y lo había pateado con el auto mail.

“Bien” pensó Al.

-Te dije que no estaba listo! Es más! No creo que alguna vez vaya a estarlo!

-Está bien- jadeo Roy sujetándose el vientre, no le había sacado el aire pero si lo había lastimado- está bien, lo siento.

-Vete.

-Me pasé, lo acepto- dijo Roy mientras se subía los pantalones- No pude contenerme, Me disculpas?

-Te dije que te detuvieras y no lo hiciste… - Ed sonaba furioso, se estaba poniendo la ropa interior rápidamente-Malidición- luego le dio un golpe a la pared con la mano de acero, parecía que en cualquier momento iba a seguir golpeando a Roy.

-Me estoy disculpando- dijo este levantando las manos en un gesto conciliador.

-Mira… ¿Por qué no te vas? Lo hablaremos mañana, no quiero que venga Al y se encuentre con este desastre.

-Está bien, pero promete que mañana hablaremos.

-Si, si lo prometo.

-Bien, entonces… hasta mañana- dijo Roy mientras se cerraba la casaca y salía de la habitación.

Edward suspiró, esperó hasta escuchar la puerta del departamento cerrarse antes de volver a sentarse en la cama. Estaba llorando.

Alphonse lloraba también.

Notas finales:

Por favor tengan en cuenta que nadie, jamás, les puede obligar a hacer algo que no quieran, aunque lo hayan invitado a casa, aunque estén en la mismisima cama.

Ojalá les este gustando como avanza la historia.

-Hao-


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).