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¿Puedo ser tu novio? por Rhape

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Yuri abrió los párpados con lentitud. Todo a su alrededor le resultaba borroso sin sus cristales, y se asustó al no saber en dónde se encontraba, pero pronto localizó sus anteojos en una mesita al lado de la cama y pudo respirar tranquilo.

 

Estaba en la enfermería de la escuela.

 

Buscó su celular entre sus bolsillos y miró la hora, además de que se dio cuenta que tenía varios mensajes de texto que no tuvo ganas de leer. Eran aproximadamente las diez de la mañana, al parecer había dormido casi dos horas. Guardó el celular, se quitó los lentes para dejarlos de nuevo en la mesita y cerró los ojos con la intención de volverse a dormir.

 

Sin embargo, los abrió de golpe un segundo después, dándose cuenta que no recordaba como había llegado hasta allí. Se rascó la cabeza mientras intentaba hacer memoria de lo sucedido, y lo primero que asaltó sus recuerdos fueron los ojos azules de Viktor.

 

Él y Viktor...se habían besado.

 

Cuando el beso terminó, el de ojos ámbar continuó paralizado, sin saber qué hacer, solamente su rostro había logrado reaccionar pintando sus mejillas de rojo. Ese había sido su primer beso.

 

Jamás imaginó que su primer beso sería con un hombre, mucho menos con el chico popular de la universidad. Curiosamente, no se sintió mal, en realidad, fue agradable el contacto que hubo entre sus labios.

 

"¿Vi-Viktor?" Yuri fue el primero en hablar, y se atrevió a hacerlo sólo porque el peliplateado había agachado la cabeza y comenzando a sollozar.

 

"Yuri...l-lo siento. N-no debí hacer eso. Sé que ayer me rechazaste... pero..." Levantó la mirada, con lágrimas bañando su rostro. "De verdad me gustas."

 

Al escuchar eso, Yuri sintió, además de asombro por su insistencia, pena. Lo había hecho llorar.

 

"Ah...Viktor, tú... ¿lo decías en serio? ¿De...de verdad te gusto?"

 

"¡Por supuesto! ¡¿Por qué razón me declararía a alguien que no me gusta?!" Exclamó, alzando cada vez más la voz, y el moreno entró en pánico, no pudiendo entender cómo Viktor, a sus 21 años podía llorar de esa manera. Yuri tenía 18.

 

"¡E-espera, no llores!" Rápidamente buscó en sus bolsillos por si tenía papel o un pañuelo a mano, pero al no encontrar nada, lo único que se le ocurrió fue utilizar las mangas de su propio uniforme, mismas que deslizó por el rostro de Viktor, teniendo cuidado de no enredarse con su cabello, hasta que logró tranquilizarlo. Por la manera en que lloraba, simplemente no podía ser un acto fingido. "No, perdóname tú a mí. Creí que había sido una broma o algo así. Lamento haber herido tus sentimientos."

 

"Ya veo... Supongo que es mi culpa que pensaras eso." Viktor asió la mano que Yuri usó para secar sus lágrimas y posó su propia mejilla en ella, dejando al moreno anonadado, quien no esperaba que al peliplateado le gustase tanto el contacto físico. "Pequé de inocente al pensar que podría hacer que te enamoraras de mí con sólo declararme. Estoy tan acostumbrado a que la gente haga lo que yo les pida... Por eso me gustas, Yuri, tú no te dejas influenciar por los demás." Sonrió más alegre. "Así que, te prometo que haré todo lo posible para que te enamores de mí como yo lo estoy de ti. Sólo te pido que me des una oportunidad."

 

Yuri quiso decir algo, replicar aquello, pero no supo qué decir. Viktor también le gustaba, no tanto como para llamarlo amor, pero..., escucharlo decir aquello, mirándolo directamente a los ojos... sin siquiera titubear, le hizo latir el corazón con fuerza.

 

Lo único que no lograba entender aún era cómo es que Viktor se había fijado en él para empezar. Yuri no tenía nada de especial, era un chico común, con calificaciones promedio, mientras que el peliplateado destacaba en todo lo que se propusiera. Existía un contraste enorme entre ellos.

 

"Yuri, te lo preguntaré de nuevo... ¿Puedo ser tu novio?" Dijo, con menos seguridad que el día anterior, pero con la misma esperanza. El moreno quitó la mano de la mejilla de Viktor y tardó unos segundos en contestar.

 

"Yo...en verdad agradezco mucho tus palabras pero..." Yuri quiso volver a no ceder. Viktor merecía a alguien mejor que él, pero no tuvo el corazón de rechazarlo por una segunda ocasión, no cuando esos ojos amenazaban con volver a llorar. Suspiró derrotado "... Esta bien, acepto. Pero... ¡Te daré un mes de prueba!" Condicionó con una mirada desafiante, quizás así el peliplateado se lo replantearía.

 

"...¿Eh?" Viktor ladeó la cabeza, confundido. Entonces sonrió animado. "¡De acuerdo! ¡Es un trato! ¡Oficialmente ahora eres mi novio!"

 

"Pe-pero..." Oh. No había funcionado.

 

"Ya te lo dije antes, Yuri. Haré todo lo posible para que te enamores de mí. Es una promesa."

 

Yuri soltó un resoplido de resignación. La prueba no era para que Viktor lo enamorase; era para ver si Viktor aún seguía enamorado de él después de todo el mes. Y cuando quiso explicárselo, el peliplateado lo interrumpió con un beso.

 

Oh, se había besado dos veces... Seguramente se habría desmayado después de eso, porque realmente no recordaba lo siguiente. La presión no lo había dejado dormir en la noche. Pero ahora, ya que la adrenalina había bajado tras aclarar las cosas con Viktor, su cerebro por fin pudo descansar. Supuso que el fue el mismo peliplateado que lo trajo a la enfermería.

 

Yuri se puso los lentes de nuevo y buscó sus zapatos en el piso, quería volver a casa. Pero antes de que pudiera quitarse la sábana de encima, escuchó a alguien entrar a la enfermería.

 

"¡Oh! Yuri, ya estás despierto." Phichit corrió hasta él y tomó una silla cercana para sentarse a su lado. En su cara mostraba alivio. "¿Qué tal te sientes? Nos tenías a todos muy preocupado. Mira, te traje tu mochila."

 

"Sí. Me siento mucho mejor. Gracias por preocuparte." Yuri correspondió la sonrisa con otra. Phichit sin duda era su mejor amigo, se conocían desde la preparatoria y siempre tuvieron la suerte de tener las mismas clases, incluso compartían el mismo pasatiempo de patinar, y ahora en la universidad, sin haberlo acordado, terminaron en la misma carrera. "Ah... Solamente no recuerdo qué fue lo que sucedió o cómo llegué aquí."

 

"Viktor dijo que te llevó al baño y que allí te desmayaste." Claro. El peliplateado era un chico popular, tuvo que mentir para no dar explicaciones sobre su ahora relación. "Debiste ver la cara de toda la escuela cuando te trajo cargando como princesa." Phichit comenzó a reír tras recordarlo, mientras que los ojos de Yuri se abrieron de más con sorpresa.

 

"Phichit. Di-dime que eso no...es cierto..."

 

"¡Claro que lo es! Hasta tomé fotos." El de piel morena sacó su celular y le mostró a Yuri varias imágenes tomadas en secuencia de él y Viktor, éste cargándolo inconsciente tal cual princesa en apuros. El de ojos ámbar se tapó el rostro con la sábana y se quiso desmayar otra vez, por pura vergüenza. "Oh, Viktor también me dijo algo muy interesante."

 

"¿Qué cosa?" Preguntó sin darle mucha importancia, todavía pensando en las fotos.

 

"Que ahora tú y él son novios. ¡Felicidades!" Exclamó con una gran sonrisa y dándole palmadas en el hombro. Yuri se sorprendió una vez más, en verdad no esperaba a que Viktor se lo dijera a alguien, quizás sí era cierto que estaba muy enamorado de él. "Es raro, ¿sabes? Sabía que te gustaba Viktor, pero jamás me imaginé que él fuera el tipo de persona que quisieran estar en una relación seria. Bueno, debe ser cierto lo que dicen, que las apariencias engañan."

 

"¡Phi-Phichit! Yo jamás he dicho que m-me guste Viktor."

 

"Sí, es cierto. Pero no hizo falta que me lo dijeras para saberlo, tan solo ver como lo miras me doy cuenta." Rió. "Y por como Viktor habla de ti, puedo darme cuenta que también le gustas mucho."

 

"Sí, eso dice..." Yuri se llevó las rodillas al pecho y abrazó sus piernas, dando un suspiro. "Pero ni siquiera sé lo que le gusta de mí."

 

"Oh, sí. Le pregunté eso cuando me dijo que eran novios. Ya sabes, para asegurarme de que no intenta nada raro contigo." Al parecer Phichit también había desconfiado de las intenciones del peliplateado. "Me dijo le gusta como patinas."

 

"Espera, ¿Viktor me ha visto patinar?"

 

"¿Oh? Creí que lo sabías." Yuri sacudió la cabeza de manera negativa. "Qué raro. Él a veces va a la pista de patinaje y nos mira entrenar, pero ahora me doy cuenta que iba a verte a ti." Le guiñó un ojo.

 

¿Pero cómo era eso posible? Si eso fuera verdad Yuri se habría dado cuenta...o tal vez no. Cuando patina, suele ignorar lo que hay a su alrededor y dejar su mente en blanco, o solamente concentrarse en la rutina que estuviese ensayando. Ni Yuri ni Phichit entrenaban para ser profesionales, pero a su instructora le gustaba ponerles performance para mostrarlos en público durante festivales culturales.

 

Ahora todo tenía menos sentido. Yuri no era tan buen patinador. No era malo, pero tampoco destacable.

 

"Phichit, ¿tú... estás bien con esto? Viktor y yo somos hombres..."

 

"¡Yuri, me ofendes!" Fingió rostro dolido. "Lo dices como si no me conocieras. Por supuesto que estoy bien con su relación. Tienen todo mi apoyo." Sonrió y le acarició el cabello como si fuera un perrito. "Si alguien los molesta por eso, me lo dices e inmediatamente yo mismo lo pondré en su lugar, ¿de acuerdo?." Hizo el ademán de golpear un puño contra su palma. "¡Ah! Ya debo volver a clases, en unos minutos acaba el descanso. Ve a casa y duerme, mañana te paso los apuntes." Dijo mientras caminaba a la puerta. "Por cierto, le dí tu número y correo a Viktor. Quizás ya tengas mensajes de él."

 

Yuri enseguida volvió a mirar su celular, recordaba que tenía mensajes nuevo los cuales ignoró. Efectivamente, eran del peliplateado. El primer mensaje le explicaba lo que había sucedido cuando desmayó, incluyendo que lo cargó como princesa.

 

"Te ves muy lindo cuando duermes." Agregó con el icono de un corazón al final, y los siguientes mensajes eran para pedirle disculpas por no quedarse a su lado, que tenía un trabajo en equipo que presentar como examen y que sus compañeras no lo dejaban de acosar para terminarlo. Parecía ser sólo obvio para Yuri que las chicas sólo querían apoderarse de Viktor.

 

"Gracias por traerme a la enfermería." Contestó. "Ya estoy mejor. Ahora me iré a mi casa."

 

El moreno no esperaba una respuesta, pues ya habían comenzando las clases, pero no pasó ni un minuto cuando Viktor replicó.

 

"No tienes nada que agradecer, para eso están los novios." Ahora usó los iconos de abrazos y besos, y Yuri se ruborizó.

 

Entonces sintió miedo. No dudaba en que el peliplateado trataría de cumplir aquella promesa, intentar enamorarlo, ¿pero qué si al terminar el mes se cansaba de él? La única manera de evitar terminar con el corazón roto era no enamorarse de Viktor.


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