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Espiral por Yeta

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Un pato.

El dueño de aquellos pequeños ojos que lo veían fijamente era un pato. Peter estaba cien por ciento seguro que en su habitación no debía de haber un animal, mucho menos un pato. Así que solo había una explicación para la presencia de ese plumífero blanco: estaba alucinando.

Llevaba despierno no más de cinco minutos, un tanto desorientado y recordando vagamente su estadía en el hospital, lo que lo llevó ahí y cómo al salir terminó en la casa de sus padres cuando al sentarse en su cama se topó con ese animal a sus pies mirándolo fijamente. El coctel de drogas que los médicos le dieron antes de darle el alta debió de ser demasiado para él como para tener este tipo de alucinaciones tan real.

Tan real que cuando acercó su mano sintió el dolor cuando el maldito pato lo picoteó para luego graznar fuertemente asustándolo. Sintió el impulso de gritar antes de alejarse.

─¡Stephanie deja a Peter!─ Steve apareció en su cuarto justo cuando estaba por darle un manotazo al animal que parecía querer atacarlo, cosa que hubiera hecho si su padre no la sacaba de su cama para dejarla en el suelo ─¡Steph mala, no debes atacar a la gente! ¡Largo!

Y fue entonces cuando Peter se dio cuenta de dos cosas. Primero, no estaba alucinando, de verdad había un pato en su cuarto. Y segundo, el animal tenía una prótesis en unas de sus patas. 

Vio en silencio como su padre expulsaba al pato regañándolo como si se tratara de un perro mientras éste salía del cuarto con un caminar raro.

─¿Estás bien?─ la atención de Steve ahora estaba sobre él, viéndolo preocupado. Tal vez si había gritado antes. Asintió en silencio incomodo, ya no estaba desorientado como lo estuvo en los últimos días y era totalmente consciente de las cosas que sus padre, su hija, Mary Jane y amigos debían de pensar de él ─Lamento eso, Steph se mete en los cuartos si ve las puertas abiertas. Ya le dije a Tony que no la quiero dentro de la casa pero él no quiere sacarla hasta terminar por completo su parque. ¿Tienes hambre? Debes tenerlo, ayer dormiste toda la tarde y quise despertarte para cenar pero no quisiste. Vístete y baja a desayunar.

Asintió en silencio evitando fruncir el ceño por notar como Steve lo había mirado indeciso. Como si no supiera cómo tratarlo. Suspiró mirando a su alrededor hasta lograr desperezarse del todo y levantarse de la cama. Miró dentro del ropero sin sorprenderse por encontrarlo con su ropa toda perfectamente acomodada. Tomó lo necesario y se encaminó hacia el baño al que quedaba al final del pasillo, recordando las palabras de su padre y dándose cuenta que no lo había dejado con la puerta cerrada.

¿Qué acaso no contaría con privacidad por un tiempo?

Ya en el lavado se dispuso a lavarse los dientes evitando verse fijamente en el espejo antes de tomar un baño, uno no muy largo porque su estomago comenzó a rugir de hambre. No quería bajar aun y encontrarse con sus padres, pero maldita sea si no estaba realmente hambriento ahora mismo.

***

Una torre de Hot Cakes con miel, jugo de naranja, un café con leche y unas cuantas tostadas con mermelada fueron suficiente para saciar su estomago. Tan concentrado estaba en su comida que logró pasar cada bocado sin sentirse incomodo por la presencia de uno de sus padres a su lado. Mientras terminaba lo que quedaba de su jugo se preguntó dónde estaría Tony.

─Tony tenía que supervisar una cirugía hoy, no pudo retrasar más su trabajo─ le respondió Steve llamando su atención. ¿Había preguntado en voz alta? ─Los nuevos modelos de los robots tuvieron problemas para ser aprobados por la junta médica, según como les vayan hoy serán aprobados o no.

─¿Tiene problemas con los robots?─ se interesó recordando que en algún momento de su niñez había querido hacer el mismo trabajo que Tony o de Steve, aunque ninguno de los dos tenían nada que ver con lo otro y al final optó por seguir con la fotografía como hobby y ayuda monetaria mientras sacaba su titulo en administración de empresas. Ni Mary Jane ni él habían planeado tener hijos tan pronto y se habían casado en las Vegas sin decirle a nadie. Amaban a su hija pero fue inesperado y tuvieron que dejar muchas cosas de lado, ir por lo seguro para no depender  de sus padres.

─Más bien con los nuevos cirujanos del hospital, no hay muchos que confíen en las cirugías ayudadas de aquellas maquinas y los que si son jóvenes y demasiados confiados para el gusto de Tony─ Sonrió Steve hablando y viéndolo por primera vez desde que todo ocurrió tranquilo ─Aunque tal vez el problema solo sea él y no los demás cirujanos.

─¿Porque es muy quisquilloso con todo?─ sonrió sintiendo que no lo hacía desde hace mucho cuando recibió un “exacto” como respuesta ─¿Y tu trabajo?

─Bien, tomaré unas semanas─ se encogió de hombros sonriendo de esa manera que Peter reconocía el claro mensaje de que estaba mintiéndole. Levantó una ceja y con la mirada le aclaró que no le creyó ─Me suspendieron, nada grave. Lo que me recuerda que tengo que hacer una llamada. Deja todo como está, yo lo levanto luego.

Y así huyó dejándolo en la mesa negando con la cabeza, preguntándose qué sucedió como para que separaran a Steve de su cargo en la escuela. Suspiró mientras llevaba los trastos a la cocina para lavarlos, no quería dar más problemas de los que estaba dando y lavar no era un problema. Admitió que no fue tan malo tratar con uno de sus padres después de todo lo que pasó en el último tiempo pero sabía que esa tregua que le estaban dando no duraría mucho.

Pensó en su hija, recordando que Tony le había dicho que junto con Mary Jane a visitarlo pero que él se encontraba durmiendo en ese momento. De pronto todo lo que desayunó se revolvió en su estomago, ¿cómo demonios vería May? ¿Qué le diría si ella le preguntaba qué pasó?

Si no recordaba mal May vendría cuando sus clases terminaran, tal vez debería de llamarla para aclararle las cosas. Estaba seguro que Mary Jane la contuvo durante sus días internados y que sus padres también habrán hecho lo suyo con su nieta para que estuviera bien, pero aun así él debía de hablar con ella.

Cuando terminó con el lavado fue en busca de Steve, para preguntarle si tenía el número nuevo de su ex esposa ya que lo había cambiado cuando firmaron el divorcio porque no quería hablar con él por un tiempo, tomar distancia. Estaba por buscarlo en su cuarto pero escuchó un ruido en el patio trasero y fue directo a ese sitio.

Salió con pasos seguros a pesar de estar ansioso por cómo sería la conversación con su hija, pero paró como si se hubiera chocado con una pared invisible cuando se encontró con un hombre arrodillado en el suelo aparentemente hablando con ese plumífero con el que se encontró al despertar.

─¿Y tu quién eres?─ Estaba de espaldas a él y lo vio tensarse cuando escuchó su voz.

Peter frunció el ceño y se cruzó de brazos. Steve no el mencionó nada de otra persona en casa, aunque tampoco no le había dicho del pato, pero ahora, había una diferencia sobre no contarle sobre un animal y una persona. Evitó mostrarse intimidado cuando el desconocido, luego de darle unas palmaditas en la cabeza al animal, se puso de pie mostrándole así que era más alto que él, con una espalda ancha y que aunque su chaqueta era holgada podía notarse que tenía unos buenos músculos.

─¿Peter?─ se giró sin poder evitar dar un respingo por la voz de Steve saliendo de la casa para acercarse a ellos.

─Papá hay un tipo en el patio, ¿lo conoces?─ preguntó levantando la mano para que no se acercara, no quería arriesgarse. Si se trataba de un ladrón éste podía reaccionar mal y no deseaba que su papá saliera herido.

Volvió su vista al frente antes de recibir una respuesta preparado para cualquier cosa, pero solo vio como el hombre ya se encontraba saltando la cerca que dividía su patio con el de su vecina.

─¿Qué demonios…? ¡Hey tu, vuelve aquí imbécil!

─¡Peter!─ Steve lo sujetó cuando vio que tuvo el impulso de correr hacia donde el hombre se había ido ─Es Wade.

¿Quién carajos era Wade?

Peter lo miró confundido e hizo rápidamente un poco de memoria pero nada, no recordaba a ningún Wade. Hasta donde sabía la última ver que visitó a sus padres la señora Stacy era la única persona que vivía en la casa a la que pertenecía el patio donde el tal Wade se metió.

─Oh… seguro que no lo recuerdas pero él es el hijo mayor de Helen, se fue con su padre cuando eras pequeño así que sí supongo que no debes de recordarlo, ¿pero si recuerdas a Gwen? Eran muy unidos. Creo que ella y tu tenían quince cuando también se fue. Pero volvió con Wade cuando Helena murió hace unos meses.

─Si, la recuerdo─ murmuró mirando hacia el patio vecino. No sabía que Helena había muerto, ni mucho menos que Gwen había vuelto ─¿Tienes el número de Mary Jane? Quiero hablar con May.

─May llamó anoche, dijo que llamaría de nuevo por la tarde─ asintió en silencio pensando en que tendría tiempo para pensar en qué le diría a su hija cuando hablara con ella.

Siguió con la vista clavada en la cerca frunciendo el ceño. Ok, entendía que era su vecino pero eso no significaba que podía entrar a la propiedad de sus padres cuando quisiera, ¿verdad?

Pasaron las horas y estuvo a punto de decirle a Steve que lo que pasó fue un accidente, un error de cálculo o cualquier cosa para que dejara de verlo o hablarle de a ratos como si no supiera cómo hablarle. Y solo era el comienzo, lo sabía, los momentos incómodos seguro aumentarían cuando Tony volviera del trabajo.

La llamada de May fue… no supo como catalogar a esa llamada con su hija. Todo fue en torno a preguntas sobre él.

¿Cómo estás? ¿Dormiste bien? ¿Comiste? Deberías comer más. ¿Cuándo tienes que ir de nuevo al médico? ¿Seguro que estas bien?”

Sentía las primeras puntadas de lo que sería un gran dolor de cabeza cuando el timbre comenzó a sonar. Como si quien lo tocara hubiera quedado con el dedo pegado en el maldito timbre. Estaba por bajar para ver de quién se trataba cuando quedó parado en la sima de las escaleras viendo cuando su padre abrió la puerta, suspirando pesadamente antes de hacerlo.

─Gwen ya te dije que escucho al primer timbrazo, no es necesario que toques tantas veces seguidas.

─¡Pero tiene un tono tan bonito!─ Peter reconoció la voz de Gwen al instante, aunque sonaba más cantarina de lo que recordaba. No podía verla en donde se encontraba y quiso bajar para hacerlo pero se contuvo ─Wade me contó que Pet-pet volvió a casa, ¡así que hicimos esto!¡Con mucho amor!

─Oh… es muy bonito de su parte. Gracias─ Bajó unos escalones para ver que estaba pasando pero no vio nada.

─Si, no le voy a mentir. Los tacos y las chimichangas son compradas, pero los muffins si lo hicimos nosotros pero nos confundimos y le echamos sal en vez de azúcar así que para arreglarlo le echamos más azúcar y miel encima. Wade los probó y dijo que eran agridulces, ¡así que lo hicimos con mucho amor agridulce!

Peter hizo una mueca, no probaría esas cosas.

Escuchó la risa de Steve y negó con la cabeza encaminándose nuevamente a su cuarto. Gwen había sido su mejor amiga, su primera amistad si no se equivocaba, pero de igual forma la gente cambia y luego de que se escapara de la caza de su madre no supo qué fue de su vida. Tal vez no era bueno relacionarse de nuevo con ella, no al menso ahora que su vida estaba desbordada.

─¡Peter, baja un momento por favor!─ rodó los ojos, estaba por recostarse en su cama pero el llamado de su padre le hizo saber que seguro Tony había vuelto del trabajo y era hora de que hablaran del gran elefante en la casa.

Se tomó su tiempo para bajar, pensando en las palabras correctas que diría para que ellos no lo trataran como a un maldito loco. Suspiró cuando llego al final de las escaleras, incomodo y encaminándose hacia la sala dónde solo se encontraba Steve, cosa que le llamó la atención. Realmente pensó que Tony ya había llegado a casa.

─Tony pensó que llegaría temprano a casa, pero ya esta atardeciendo─ le señaló el sillón frente a él, con una pequeña mesita separándolo y en la cual había un papel junto con un frasco de pastillas en ella ─Peter no sé que es lo que pasó antes de que hicieras eso y no vamos a presionarte para que nos cuentes pero lo que hiciste fue grave, muy grave y los médicos querían dejarte internado por más tiempo luego de que salieras de peligro, en el área psiquiátrica.

Ok, asintió con la cabeza dándole a entender que si lo estaba siguiendo cuando Steve hizo una pausa. Sabía a dónde quería llegar y no le estaba gustando pero aun así lo escucharía.

─Tony convenció a los médicos de que la internación se llevara en nuestra casa, ellos aceptaron a cambio de que lleváramos las reglas al pie de la letra. No puedes estar solo, la puerta de tu cuarto siempre tiene que estar abierta hasta que el psicólogo diga que puedes tener más privacidad. Tienes que ver al psicólogo dos veces por semana y a partir de mañana empezaras a tomar estas pastillas, el psiquiatra las recetó para cuando despertaras, luego ella estará trabajando con tu psicólogo para medir mejor las dosis y todo lo demás. Que no estés en el hospital no significa que no estés internado, Peter. Solo pensamos que sería mejor, más cómodo que estuvieras aquí.

─No voy a tomar medicación, ni siquiera sé qué es─ por supuesto que se negaría ─Además no pueden internarme sin mi consentimiento, no soy un niño. Pasé la mayoría de edad hacer tiempo, ¿no crees?

Steve lo miró fijamente y se sentó lo más recto posible, era más bajo que Peter. Hace tiempo que había superado en altura a su padre, lo cual no era una gran dificultad, pero aun así era su padre y verlo mirarlo seriamente, sin ánimos de discutir lo hicieron sentir un niño nuevamente.

─Los tomaras, eso no está en discusión Peter─ sentenció frunciendo el ceño levemente y abriendo la boca para decir algo más, pero volvió a cerrarla dudando de lo que iba a decirle hasta que se decidió a hablar de nuevo ─. Y en cuanto a lo de la internación, eso tampoco está en tus manos. Tuvieron… tuvieron que hacerte dos lavados de estomago y sufriste un paro cardiaco antes de lograr estabilizarte. No compliques más las cosas para ti, cariño. Haz lo que te digan los médicos, cumple con todo y podrás empezar a retomar tu vida más pronto.

Su piel se erizó al escuchar que tuvo un paro. Ahora no le sorprendía que lo mirara en todo el día como si temiera que le sucediera algo. Ni que May le preguntara tantas veces cómo estaba.

Bajó la mirada pasándose una mano por su cabello nervioso, no había creído hasta este momento que lo que pasó fue verdaderamente grave. Quedaron en silencio hasta que escucharon la puerta principal ser abierta, los pasos acercarse, hasta que la voz de Tony se hizo presente.

─¿Está todo bien?─ levantó la vista para encontrarse con la cara preocupada de Tony, notando también que se veía cansado.

─Si, pensé que llegarías más temprano─ Steve lo saludo con un beso en los labios y con la mirada le dijo todo a Tony.

Peter en secreto envidiaba a las parejas que lograban decirse todo lo que pensaban y sentían con tan solo una mirada.

─Lo siento, fue un desastre. El cerebro del paciente quedó hecho un licuado de sesos y la junta se negó a seguir financiando el proyecto─ respondió haciendo que Peter hiciera una mueca, la imagen de aquello era la razón por la cual no eligió seguir los pasos de Tony ─Y qué tal todo Peter, Steve ya te dijo como serían las cosas.

─Sí, está bien─ asintió sin querer decir nada más del asusto.

─Bien, todo está bien. Todos estamos bien, ¡bien!─ Exclamó Tony forzando una sonrisa, viendo el pequeño frasco con pastillas y a Peter de reojo antes de murmurar todo “está bien” de nuevo y decir que iría a ver a Steph.

Eso fue incomodo.

Sin decir nada tomó el papel junto con el frasco y salió hacia el patio delantero. Pudo escuchar la voz de Tony quejándose porque su Steph estaba sola en el patio y a Steve respondiéndole que dejara a la ganso fuera. Así que se enteró que la mascota de sus padres no era un pato, sino que un ganso. Una hembra y que era un tanto extraño el nombre que le pusieron.

El día había transcurrido de forma rápida, el atardecer ya se estaba dando y suspiró viendo a algunos niños pasear con sus bicicletas frente a su casa. Estaba por ingresar de nuevo cuando escuchó la puerta de la casa vecina cerrarse de un portazo. Era el mismo hombre que invadió el patio de su casa antes (cosa que luego le cuestionaría a sus padres) saliendo con un gran bolso de… Kitty.

¿Por qué un hombre adulto lleva ese tipo de mochilas?

Peter no pudo evitar hacer una mueca, el tipo ya pintaba a rarito. No podía ver su rostro por la capucha de su campera e inútilmente ladeó el rostro, intentando recordar a Wade pero nada. Aunque sí reconoció a la mujer rubia, con el cabello corto hasta los hombros que salió de la cochera con una motocicleta.

Gwen, definitivamente se trataba de ella y la nostalgia por el recuerdo de su mejor amiga lo invadió al instante. Ella no miró hacia donde se encontraba él, parecía apurada que ni espero a que la puerta de la cochera se cerrara o que su hermano terminara de acomodarse detrás de ella cuando arrancó hacia la calle haciendo que Peter abriera los ojos sorprendido. Había niños andando en las veredas, al menos debió de fijarse antes de salir de ese modo.

─Peter─ Tony lo llamó desde adentro haciendo que dejara de mirar hacia donde sus vecinos habían desaparecido. Cuando entró lo vio con la gansa en brazos haciendo que frunciera el ceño, ¿era posible que ese animal pudiera verlo con molestia? ─Steve me dijo que Steph te atacó esa mañana, lo siento, es territorial y no te conoce.

─Papá, ¿Qué Stephanie no es la variable femenina de Steve? ¿No le molestó que le pusieras su nombre a un pato?

─Por supuesto que le molestó, pero ya no le importa y no es un pato es una gansa─ le sonrió al animal antes de bajarlo ─Escucha, tengo que ir por el alimento de Steph. ¿Quieres tomar un poco de aire? No es muy lejos.

Asintió sin pensarlo antes, esperaba no cruzarse con ningún vecino curioso de su regreso.

─Pero qué no estás mal por lo de tu paciente…─ recordó o que dijo sobre cómo quedó el cerebro de quien le realizaron la cirugía. Si estuviera en su lugar no sabría como lo tomaría, seguramente su padre estaba acostumbrado a perder a pacientes pero aun así.

─Oh… ya estaba muerto, el hombre tuvo un tumor inoperable y escuchó que en mi hospital se hacían pruebas para tratar tumores de ese tipo. El ya estaba en las últimas cuando se ofreció a entregar su cuerpo… es decepcionante haber defraudado pero los cirujanos que estaban operando a los nuevos robot fueron muy rápidos y brutos, sin precisión y fue un desastre─ Tony cerró los ojos masajeándose la nuca antes de mirarlo a la cara y sonreírle de lado ─Lo arreglaré, no te preocupes. Voy a ponerme algo más cómodo, enseguida bajo.

Esperó a Tony cerca de la entrada cuando el subió para cambiarse la ropa, todavía seguía con un traje con el que tuvo la reunió con la junta médica. Escuchó una queja de Steve sobre el animal dentro de la casa y no pudo evitar pensar en que si no fuera por ellos estaría ahora mismo en el área psiquiátrica de aquel hospital.

Suspiró mirando a los niños pasearse en sus bicicletas, todo parecía tan tranquilo. No creía que pudiera pasar nada más que desestabilizara de nuevo su vida o la de su familia, no podía permitirse arruinarlo de nuevo. Pero de nuevo, ¿Qué podría pasarle aquí?

Notas finales:

Hola! Primer capítulo para Peter, el siguiente será Wade.

Les aclaro estas cositas: Steve y Tony adoptaron legalmente a Peter cuando él tenía cinco años.

Peter: 28 años;

Wade: 33 años;

May: 8 años;

Gwen: 27 años;

Mary Jane: 29 años;

Tony: 44 años;

Steve: 43 años.

Gracias por leer!! Besos!


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