Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Criminal por Eruka Frog

[Reviews - 38]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por leer y por comentar, son un sol todos =) Ya les contesté.

 

 

Capítulo 6.

Sasuke llamó por teléfono a su hermano la tercera vez que Naruto insistió en llevarlo al médico. Pronto, se estaban acercando al estacionamiento correspondiente a los maestros, en donde un automóvil elegantemente sencillo esperaba por ellos. Itachi no se detuvo a inspeccionar a su hermano menor,  en su mirada estaba la oscura máscara de la seriedad, pero era evidente que estaba preocupado. Después de lograr acomodar a Sasuke en la parte trasera del coche, Itachi partió sin haberle dedicado ni una mirada al acompañante de su hermano. Naruto pensó que si por el mayor hubiese sido, él ni siquiera iría en el auto con ellos.

 

Llegaron a la casa de una amiga de Itachi, Konan, que al ver el aspecto maltrecho de Sasuke se limitó a parpadear ligeramente más rápido, como si el hecho de que le llevaran a personas totalmente jodidas fuera algo normal para un miércoles por la noche. Y quizás lo era, porque la mujer, de un apagado cabello azul, los condujo a una habitación que pretendía ser una sala de examinación. Con una seña, echó a las dos personas que podían sostenerse fácilmente en pie solas.

 

De ello hacía una hora, por lo menos, y Naruto había llamado a casa con una lacónica explicación de que se estaba quedando con un amigo. Itachi miraba en su teléfono de vez en cuando, recibía un par de llamadas y lo repasaba a él  con la mirada. Siempre había creído que los dos hermanos eran como gotas de agua, ambos morenos, de blanca piel y con esos ojos como carbones, pero ahora que tenía al mayor tan cerca y en una actitud menos formal, Naruto pudo analizar sobre lo mucho que no se parecían.

 

Para empezar, Itachi tenía unas ojeras marcadísimas bajo los ojos, su piel era algo más cetrina que lechosa, su nariz algo menos delicada y sus ojos parecían mucho más viejos que su dueño, como si aquella fuera la quinta vez que vivía esa vida. Cuando pensaba en que estaba siendo demasiado supersticioso, Konan salió a informarles que Sasuke sólo tenía lesiones superficiales, y que las hemorragias ya estaban controladas. En ese momento, el muchacho dormía a causa de los analgésicos.

 

-Pensé que por lo menos tendría una o dos costillas rotas –dijo Naruto, bastante impresionado.

 

-Yo también –respondió Itachi para su sorpresa. Pero para sorpresas, cuando el mayor le dedicó una sonrisa. No una de gélida cortesía, sino una sonrisa con los labios, muy suave –Tengo que decir que aunque me esperaba que algo así ocurriera, creí que sería mucho menos grave.

 

-¿Sabías que algo así podría ocurrir? –preguntó, luego de maravillarse por la actitud más relajada del otro.

 

-Desde luego, Sasuke lleva demasiado tiempo torturando a sus compañeros de forma casi invicta, es normal que se encontrara por fin con alguien que pudiera hacerle frente –Itachi se aflojó la corbata, evidentemente relajado ahora que sabía que su hermano estaba bien.

-¿Tú sabías que Sasuke… bueno, que él hace lo               que hace?-terminó por farfullar. Itachi se encogió de hombros mientras le sonreía con un asomo de culpa.

 

-Bueno, es que fui yo quien se lo sugirió –ante su mirada perpleja, el mayor suspiró con fuerza antes de explicar –Sasuke es un maniático del control, no me gusta la idea de avergonzarlo frente a ti, pero así es. Si él lo permitiera, seguramente le diagnosticarían algún tipo de trastorno obsesivo, o quizás sólo ansiedad, pero permitir algo como terapia es inconcebible. Cuando era muy  pequeño, Sasuke se pasaba horas repitiendo alguna acción, no sé cómo describirlo porque nunca se lo había contado a nadie, pero por poner un ejemplo sencillo, mi hermano podía pasarse una o dos horas acomodando sus libros para que quedaran por tonalidades, o intentando que los palillos estuvieran perfectamente alineados con su plato. Cosas así, creo que ni él mismo se daba cuenta de lo que hacía, simplemente se abstraía en aquellas actividades. Mi padre no le prestaba demasiada atención y al principio yo mismo las consideré pequeñas manifestaciones de su carácter, pero un día descubrí que aquellas manías estaban dirigiéndose a algún lugar mucho peor; a Sasuke no sólo le molestaba que los objetos a su alrededor no estuviera en orden, sino que necesitaba también que las personas lo estuvieran. Miraba a nuestra servidumbre con algo parecido al miedo, cuando dejaban una habitación él reacomodaba las cosas frenéticamente, y si alguien llevaba la ropa mal puesta, o ensuciaba algo, se volvía loco, pero creo que era demasiado consciente de lo que está permitido y lo que no, así que en vez de gritarles a los demás, se mortificaba a sí mismo.

 

-¿Sasuke hacia todo eso? –se sorprendió. Jamás había pensado en Sasuke como alguien demasiado consciente de los demás, mucho menos mortificado por su conducta.

 

-Si… yo no tenía entonces la suficiente influencia sobre los asuntos familiares, como mucho podía retirarlo un poco de la vista de padre, así que en un arrebato de lucidez, le dije algo que seguramente se determinaría como malo, pero que logró que él dejara de preocuparse tanto por su entorno.

 

-¿Le dijiste que pegara a los demás? –interrogó, pensando en su propio padre (su referente de buena persona) y creyendo imposible que alguien pudiese decirle algo así a un niño.

 

-No exactamente, pero esa era la esencia. Le dije que los demás debían pagar, no él… supongo que lo que sugerí, fue que él era más importante que los demás, así que no había razón para que él se hiciera daño, tendiendo a tantas personas a quien dañar. Y lo dije en serio, Naruto-kun, para mí no hay nadie tan importante como mi hermano pequeño, y ya entonces lo sabía. Me da igual que Sasuke se meta con sus compañeros para apaciguar su necesidad de control, siempre que él no salga herido,  no me molestaría que se convirtiera en un abusivo, en un criminal o lo que sea. Simplemente, Naruto-kun, mi hermano menor es demasiado importante para mí, como para que algo como la misericordia tenga espacio.

 

No respondió.

 

Aunque Itachi le había soltado aquella explicación mientras él pensaba en qué clase de monstruo le dice a un niño que está bien que se meta con sus contemporáneos, sus últimas palabras habían calado hondo. Hasta aquel día, Naruto no se había preocupado por Sasuke. Había sentido una ligera incomodidad con sus amigos que eran víctima del moreno, pero siempre lograba acallar esos sentimientos siendo él mismo un defensor. Pero aquel día había sentido pánico por Sasuke, ver como Gaara se abalanzaba sobre él, lo golpeaba sin misericordia y aguantaba la pelea hasta las últimas consecuencias,  lo había puesto histérico. Quizás él mismo e Itachi no eran tan diferentes, pues ambos anteponían a Sasuke sobre cualquier otra persona.

 

-Naruto, te conté esto porque Sasuke jamás lo hará, y supongo que estoy en una edad tan buena como cualquier otra para empezar a sentirme preocupado por lo que creé. Sasuke no es un monstruo, no me importa que los demás lo crean, pero es evidente que a él si le importa lo que concretamente tú pienses… y aunque todavía creo que no hay nadie en el mundo que se merezca tener a mi pequeño hermano a su lado, he decidido que te voy a dar una oportunidad –finalizó Itachi. A Naruto no se le hubiera ocurrido nada qué decir así se le diera un guion o una semana para pensar en una respuesta ingeniosa, pero por suerte fue salvado cuando Konan, que regresaba de su consultorio, los miró fijamente.

 

-En unas horas estará lo bastante bien para que te lo lleves –dijo –Deidara no ha llegado, pero supongo que ni él ni tú tendrán problemas con que te quedes en su habitación mientras tanto. Naruto-kun puede quedarse en la habitación de invitados, pero estoy bastante segura de que Minato-sama estará preocupado…

 

Escuchar el nombre de su padre en los labios de una desconocida lo alertó. Miró fijamente a Konan, con su excéntrico cabello azul, sus perforaciones y el gran tatuaje de rosas que sobresalía por debajo de su sobrio vestido. No le parecía en absoluto el tipo de personas con las que su padre tendría tratos a menos de que se tratara de una joven con problemas, pero ella parecía rozar los treinta.

 

-No te preocupes, Minato-san está al tanto de que mi hermano y su hijo son amigos, no tendrá inconveniente si se queda aquí.

 

Como no parecía que su opinión contara en aquella discusión, logró hacerse hueco hasta llegar a la estancia donde Sasuke reposaba. El lugar tenía el frío y estéril ambiente de un hospital, y no mejoraba el hecho de que Sasuke estuviese tumbado en una camilla, con vendas y gasas por todos lados. Arrastró un banquillo para ponerse a su lado, poco interesado en si aquello era cursi o cualquier cosa. Tomó la maltrecha mano de Sasuke, y aguantando un sollozo besó la palma.

 

-Naruto –susurró Sasuke en sueños. El rubio lo miró, arrepentido hasta el alma de haberse distanciado de él sin explicaciones, cuando Sasuke no sólo se había detenido en medio de una pelea por él, sino  que además lo había defendido.

 

Dos horas de contemplación después, Sasuke comenzó a despertar ante sus ojos. Después de algunos parpadeos y un sonoro bostezo, el moreno por fin se percató de su presencia. Con tardía vergüenza, Naruto deshizo el agarre con sus manos.

 

-Siento como si me hubiera pasado un tren por encima –comentó con la voz cansada.

 

-Te pasó un demonio rojo por encima –dijo simplemente.

 

-Quien diría que una cosita como Gaara podría hacer esto –se abarcó  a sí mismo y sus heridas.

 

-Parecía bastante improbable, sí –Cuando terminaron de compartir lo obvio y lo evidente, un pesado silencio cayó sobre ambos. Naruto no sabía si era un buen momento para cumplir con lo pactado con Sai, y se sintió como un idiota porque quizás a Sasuke le daba lo mismo lo que pensara.

 

-Me gustas, Naruto –dijo de pronto el Uchiha, dejándolo atónito –te lo he dicho mil veces, así que no creí que tuvieras alguna duda al respecto, pero de algún modo parece que Sai te conoce mejor que yo…

 

-Me lo has dicho solo cuando… bueno, cuando follamos –dijo, sintiéndose algo molesto porque aquello estaba siendo algo menos empalagoso de lo que esperaba. Después se sintió todavía más idiota por pensar aquello.

 

-No creí que tuviera que decirlo en otro momento –replicó inmediatamente- pensé que estabas cómodo con lo que teníamos, no me…

 

-¿Y qué coño teníamos? –Estalló de la única manera en que podía poner de manifiesto sus emociones –tú tienes sexo fácil con un fetichista, fuera de eso, no es como si tú y yo tuviéramos otra relación.

 

-No tengo sexo fácil, Naruto –dijo de forma cortante -¿de verdad crees que yo iría por ahí, acostándome con cualquiera sólo porque está disponible? –interrogó.

 

-Cualquiera diría eso –repuso- lo tendrías con Gaara, si él no hubiese resultado ser un psicópata -agregó por lo bajo, muy resentido.

 

-No digas cosas asquerosas –lo riñó el de ojos oscuros, componiendo en su cara una mueca de asco –yo jamás me acostaría con un mocoso de metro y medio y aspecto de muñeca, no soy el enfermo de Sai…

 

-Claro, dices eso porque te ha dado tremenda paliza, pero estoy seguro de que cuando lo viste por primera vez pensaste en lo mucho, mucho más que tenían en común él y tú, comparado conmigo, que no sé ni cuál es tu color favorito.

-Es el azul–respondió Sasuke. Después lo miró con lo que Naruto tardó en identificar como perplejidad -¿creíste que Gaara me gustaba? –interrogó pasmado.

 

-Siempre lo estabas observando, como si intentaras descubrir sus más grandes secretos y…

 

Una carcajada lo sacó de sus murmullos molestos. Sasuke se sostenía el abdomen mientras intentaba dejar de reírse, bastante adolorido por el movimiento de su propio cuerpo –todos dicen que de verdad eres idiota, pero te has superado a ti mismo.

 

Molesto, se alejó dos pasos de él, no sabía en qué momento se había puesto en pie, pero sentía tanta rabia que se estaba conteniendo de terminar la golpiza.

 

-Si soy tan idiota, por favor ilumíname –siseó enojado.

 

-Mezclas tornillos con manzanas, idiota… claro que sí observaba a Gaara, y claro que sí quería saber sus más íntimos secretos, ¿no entiendes lo extraño que resulta que de un día para otro un niñato del que no sabemos nada, que además conoce a Sai, llegue a nuestra escuela? Es totalmente irreal, desconfié de él desde el principio. Y si a reclamos vamos, yo podría decirte que Sai se la pasa pegado a ti y no es como que tú le rehúyas especialmente.

 

No estaba seguro de cómo, pero aquello se había convertido en la versión más infantil de una pelea por celos. Para cortar el mal rollo de la situación, Naruto soltó un pesado suspiro y Sasuke chasqueó la lengua.

 

-¿No te gusta Gaara? –interrogó para estar seguro -¿yo te gusto?

 

-Te lo he dicho mil veces, francamente no pensé que estuvieras tan falto de cariño como para que necesitaras oírlo mil veces más…supongo que es culpa de tus padres, que te despiertan con tres letreros de te amo y una canción cursi al respecto, te han hecho pensar que todos somos así de ridículos -pese a todo, Sasuke no se estaba burlando (mucho) de él. Sin querer, compuso un puchero bastante gracioso.

 

-Tú dirías que entonces tú y yo somos…-no se atrevió a terminar la oración, y Sasuke lo miró largamente, como intentando comprender a qué se refería. Después de unos segundos, volvió a reírse.

 

-Joder, Naruto… tus padres realmente te echaron a perder, ¿acaso eres una niña de cinco años que necesita alguna clase de confesión por mi parte? Sí, grandísimo bruto, tú y yo estamos juntos. Y es algo a largo plazo, me da bastante igual si no estás de acuerdo.

No importa que Sasuke hubiese dicho todo aquello con sorna, o que hubiera soltado varios insultos por en medio, ni siquiera que durante toda aquella conversación lo había hecho sentir como un verdadero imbécil, porque Naruto se descubrió sintiéndose enternecido por sus palabras. Él podía ver la necesidad en donde sólo había palabras hirientes. Quizás Sasuke tenía razón, lo habían echado a perder con tantos mimos, y por eso se sentía tan confortado al lado de una persona como el moreno, que lo hacía sentirse desafiado  cada segundo a su lado.

 

-Te quiero, Sasuke –dijo antes de besarlo. El otro no respondió, pero por primera vez Naruto supo que no era necesario, porque no se le pueden pedir peras al olmo, y él tenía que aprender a lidiar con su necesidad  de escuchar lo obvio.

 

Cuando Sasuke profundizó el beso y dejó escapar una última risita de burla, se sintió como si no necesitara nada más que ese momento.

 

 

 

 

Tres días después, a Naruto le pareció que la escuela entera bien podría ser el público y Sai el actor de un monólogo. No estaba seguro de cómo había pasado, pero gracias a él, había una versión oficial de lo ocurrido con Gaara y Sasuke, ambos con sendos moretones y heridas. Según esa demasiado rebuscada versión, al pequeño y vulnerable Gaara lo habían atacado los mismos maleantes (si, todos decían la palabra maleante) que habían atacado a otros alumnos cuando éste salía de la escuela, luego de pasarse un buen rato en la biblioteca estudiando, pero para su fortuna, el heroico Sasuke había llegado en su defensa, un poco tarde porque al pobre y pequeñajo pelirrojo ya lo habían herido considerablemente, pero él solo, había logrado deshacerse de aquellas dos escorias, aunque lamentablemente lo habían herido en el proceso.

 

La mayoría de los estudiantes se había tragado el cuento sin más, después de todo Sasuke era un estudiante modelo y una persona de moral intachable, si él no negaba la historia, era porque había pasado así. Y los otros alumnos, los que sabía secretamente que no había maleantes ajenos a la escuela, sino el bastardo de Sasuke que pasaba por una crisis psicótica, tuvieron sus sospechas, pero cuando Gaara, frente a toda la clase, le había dedicado una profunda reverencia y manifestado su agradecimiento, toda duda fue borrada.

 

Naruto no entendía (y después de un punto no quería entender) a qué iba todo aquel drama orquestado por Sai, cuando a él le habría parecido mucho más sencillo que o bien dijeran que se habían peleado o que faltasen algunos días más mientras se restañaban sus respectivas heridas. Creía entender que Sasuke no querría ver una mancha en su impoluto historial, así que terminó pensando que pasaba algo parecido con Gaara, que prefería mostrarse como una afectada víctima que como un fantástico luchador callejero.

 

-Estás tonto del todo –se burló Sai cuando se lo mencionó, casi una semana después –a Gaara no podría importarle menos lo que otros piensen de él.

 

-No me creo que a la bestia furiosa que vi ese día, no le importe que todos crean que es una niñita que necesitó de la ayuda de Sasuke para librarse de sus atacantes –replicó con firmeza. Sai se acercó mucho, para susurrarle con esa voz de navajas y espadas que tenía.

 

-A esa bestia furiosa, Naruto, sólo le importa lo que piense yo.

 

Y para Naruto ese fue el fin de todo. Sai metido en sus asuntos ultra secretos y conspiracionistas, Gaara logrando que el poder de la compasión le permitieran realizar los exámenes de primero y segundo (con ello apartándose de la vista de Sasuke, por si acaso), y Sasuke…

 

Bueno, no iba a decir que ahora el moreno se hubiese corregido y dejado de lado sus lecciones de modales, o que él escarmentara y dejara de encontrar excitante mirar esas lecciones, pero la diferencia es que ahora sabía que aparte de un fetiche gastado, había algo mucho más firme que lo ataba a Sasuke.

 

Y ese era todo el final feliz que necesitaba.

 

 

Notas finales:

Y ya.

 

Miren, les voy a ser bien franca, he cambiado este capítulo lo menos seis veces, y siempre me quedaba super incómoda. Esta es la última edición y pues me siento meh... no es un gran final pero es lo que hay y francamente nunca he escrito un final que me guste, así que pues bueno. Muchas, muchas gracias a todos los que leyeron y me dieron ánimos a través de comentarios, salir del hiatus es una cosa muy fea.

Y ya para acabar les aviso que me he hecho cuenta en Ao3 y en ff.net bajo el pseudónimo de Eruka P.S., en wattpad me da miedo, ya en las próximas semanas cuando esté más libre subiré cosas ahí, mientras tanto me puden mandar mucho amor a erukapostscriptum@gmail.com, me encantan los reviews pero pues no sé, me hice ese correo y me gustaría usarlo para otra cosa que no sea recibir alertas. Pero por ahora les adelanto que tengo otra historia en puerta y... es un MPreg, sólo he tenido un intento de MPreg en otra historia y pues no salió tan bien, pero esta idea me está persiguiendo y ya tengo un capítulo, es SaiGaa/SasuNaru y espero subirla el otro martes o al rededor de ese día. Si me pueden dar palabras con V para nombrar un embarazo (o describir algo relacionado a un embarazo) pues muchas gracias porque ya se me acabaron las palabras con esa letra.

 

Kissus ^x^

 

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).