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RinHaru week 2017 por Yaoi lovers

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Notas del capitulo:

De verdad el tiempo se me ha pasado volando, apenas puedo creer que haya pasado ya la mitad de la semana... Y bueno, aquí les traigo mi pequeño aporte para este día, espero sea de su agrado y nos leemos mañana

Si le preguntaran como había llegado a esto probablemente no sabría la respuesta, recordaba sólo unas cuantas cosas: la llegada del pelirrojo varias semanas antes, una nueva carrera por realizar con motivo de la clasificación regional y que, por primera vez desde que se conocieron, había quedado en segundo lugar frente a él.


Y no podía dejar de lado lo que hizo que quedara en ese estado: el hiriente "No volveré a nada contigo nunca más". Porque ¿Para qué mentir? Aunque no lo hubiera expresado con palabras el silencio y el como su vista se nubló por unos instantes sin entender lo que sucedía eran prueba suficiente del peso que esas palabras tenían.


Era un sentimiento extraño, estaba consciente de lo que el chico pensaba pues se lo expresó justo antes de comenzar la carrera y sabía también los motivos por los que se habían distanciado; aún así, no era capaz de asimilar lo que acababa de decirle, se sentía tan lejano en ese momento que la única opción que encontró para estar más tranquilo fue refugiarse en el agua.


No podía permanecer sumido en ese estado y lo entendió justo después del relevo con sus amigos pues fue luego de ese suceso que la motivación, que sintió perder tras la carrera con Rin, regresara a él con más fuerzas haciendo que tanto en la competencia de ese día y las prácticas para la siguiente se esforzara más que nunca.


Lo que no sabía es que esa carrera había removido sentimientos en el otro chico que creía olvidados. Se sentía intranquilo luego de presenciar la escena, algo no estaba bien y lo mantuvo con la mente en otro sitio desde ese momento; quería recuperar esa pasión y emoción que le daba nadar, volver a sentir que todo estaría bien mientras mantuviera la vista fija en su objetivo.


Y es que, aunque lo hubiera ocultado e intentara fingir que su única razón era superar al azabache, había sentido cierta nostalgia e incluso un poco de celos al ver el nuevo equipo que tenía. Por esa razón recurrió al capitán del equipo para pedirle que participaran en los relevos, sentía que compitiendo con ellos podría superar la frustración que había sentido en ese momento y que sólo después de ello podría seguir adelante.


Por su parte, Haru había logrado conseguir un poco más de motivación al saber que por fin podrían volver a nadar juntos, pese a las palabras que lo habían tenido en shock, y la victoria tras la primera competencia con el resto del equipo de Iwatobi hizo que redoblara esfuerzos y se sintiera mucho más animado.


Sin embargo, Rin estaba demasiado concentrado en los sentimientos y recuerdos pasados como para dedicarse ya fuera en las prácticas individuales o para los relevos, y simplemente no lograba el desempeño que debería. Incluso desahogó parte de esos sentimientos con el chico de lentes, creyendo así que de alguna manera el peso se aligeraría.


Pese a eso estaba demasiado ahogado en su situación emocional y no pasó desapercibido por el capitán pues, justo antes de la carrera, le informó que no participaría cosa que lo llevó primero a la molestia, planteando varios argumentos que le hicieran ser considerado nuevamente, aunque una simple frase del mayor sobre el rendimiento que estaba teniendo en conjunto convirtió la molestia en frustración.


Salió del lugar sin detenerse, quería despejar su mente y poner en orden sus sentimientos, eran tantas cosas las que estaban ocurriendo que simplemente no sabía cómo afrontarlas y lo único que deseaba en ese momento era poder estar tranquilo sin pensar en nada más.


Por otra parte, el equipo de Iwatobi recién se enteraba del acontecimiento y, si bien a todos les tomó por sorpresa, la noticia afectó de manera particular al de ojos azules quien simplemente no sabía qué hacer. Tanto había tenido que esforzarse para poder conseguir que las palabras del pelirrojo lo motivaran para conseguir llegar hasta donde estaba y en el momento preciso obtiene esos resultados.


¿No podré volver a nadar con Rin otra vez?  Eso era lo único en lo que podía pensar, era demasiada la frustración que le causaba sentir que no podrían volver a encontrarse y tendría que seguir así. Esos pensamientos daban vueltas en su cabeza y probablemente no habría llegado a una solución de no ser por el de cabello azul, quien lo ayudó a darse cuenta de lo importante que son el uno para el otro consiguiendo que junto con sus demás amigos salieran en la busca del otro.


Después de un rato buscando se dividieron y cada uno por su cuenta buscaba al de ojos rojos sin mucho éxito. La hora de la competencia estaba por llegar y por más que lo intentaban no habían conseguido algún resultado. Todo parecía estar en su contra hasta que el azabache recordó el árbol de cerezo que encontraron al llegar y algo le decía que era el mejor lugar para encontrarlo.


Corrió tan rápido como su fuerza le permitía esperando que su presentimiento fuera acertado, no podía dejar que la carrera terminara sin que estuviera ahí, nadando a su lado. Al llegar lo encontró mirando fijamente el árbol con una expresión que no lograba descifrar.


Se acercó lentamente llamando su atención, estaba tan aliviado de poder encontrarlo a tiempo que ni siquiera notó la expresión tan molesta con que el pelirrojo le regresó la mirada. La frustración era evidente en su rostro pues sus ojos se habían entrecerrado, su ceño se frunció y sus dientes se mostraron con la mandíbula apretada.


-¿Qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte?-no era consciente de sus palabras, sus sentimientos estaban demasiado heridos como para entablar una conversación de manera pacífica y no medía el peso de sus palabras. Seguía reclamando cosas pese a que el otro intentaba hacerlo entender lo que ocurría y simplemente no encontraba una solución a su molestia.


Al final el corazón pudo más y se abalanzó sobre su amigo, no esperaba remediar algo con la pelea ni mucho menos, simplemente se dejó llevar sin considerar ni un poco lo que el otro pudiera estar sintiendo. Estaba molesto y dispuesto a seguir hasta tranquilizarse pero hubo algo que llamó su atención y lo hizo detenerse en ese instante.


Escrito cerca del árbol, sobre la tierra seca se encontraba aquella frase que él mismo utilizara tantos años atrás antes de partir en busca de su sueño For the team, y contra eso no pudo hacer más. Observaba detenidamente el mensaje sin decir una sola palabra haciendo que los ojos azules siguieran la misma trayectoria para encontrarse con el mensaje que el mismo había escrito.


-¿Por qué no puedo ser libre? También quiero nadar en relevos con ustedes-fueron las últimas palabras que escaparon de sus labios mientras las lágrimas comenzaban a correr por su rostro hasta caer en el contrario.


No era capaz de decir nada, esas palabras significaban tanto para él que cualquier expresión sería incapaz de transmitir todo aquello que estaba sintiendo mientras que el otro al ver sus lágrimas sólo pensaba en tranquilizarlo, hacerlo sentir mejor y ayudarlo a volver al camino. Sentía que debía hacer algo y demostrarle que estaba ahí para él.


-Aún no es tarde... Vamos Rin...-y mientras el resto del equipo llegó empezando a motivarlo también ambos se pusieron de pie quedando uno frente al otro. El azabache lo llamó para atraer su atención nuevamente y mientras le extendía la mano hacía una promesa que estaba dispuesto a cumplir cuantas veces fuera necesario-Rin, esta vez seré yo quien te muestre un paisaje que nunca has visto.


Y por un momento no hubo nadie más, sólo ellos dos y aquel árbol que parecía haber florecido repentinamente cuyas ramas se mecían con el viento mientras los pétalos de sus flores caían alrededor del par, llevándolos a ese mundo que había sido creado sólo para ellos.


Llegaron de vuelta frente a la piscina y tras una corta conversación con el arbitro consiguieron que el equipo quedara nuevamente como la primera vez en que todos participaron en relevos durante su infancia. Tenían las emociones a flor de piel entre el reencuentro y la nueva oportunidad de participar juntos en una competencia.


Por fin el momento clave estaba llegando, Rin había tocado la pared de la piscina y llamó a su amigo para alentarlo en la última vuelta que les faltaba. Le emoción había vuelto a surgir y levantó su mirada para toparse con el chico que recién entraba y fue ahí cuando lo entendió todo pues su corazón latió tan rápido y fuerte como lo había hecho la primera vez.


La última vuelta llegó a su fin dándole a los cuatro amigos una nueva victoria que con la alegría que le invadía por el resultado y por el sentimiento que había resurgido en su interior lo llevó a lanzarse con los brazos abiertos hacia su amigo seguido por los demás. Ninguno lo dijo pero por más simple que hubiera parecido ese contacto logró recuperar la conexión que creyeron perdida.


Pese a quedar en primer lugar fueron descalificados por incluir un participante de otra escuela, sin embargo, ese no fue impedimento para que siguieran con el festejo incluso dentro de los vestuarios mientras se daban una rápida ducha para limpiar los químicos del agua. Una vez terminaron, el rubio y el castaño salieron del lugar pues sentían que era necesario darles un poco de tiempo a solas.


-Creo que debo varias disculpas-esas fueron sus palabras mientras se sentaba frente al azabache-No sólo a su entrenador, a Rei y a mi equipo...-hizo una pequeña pausa mientras rascaba lentamente su nuca-Haru...


-Rin...-ambos hablaron al mismo tiempo, desviando la mirada en señal de vergüenza cuando volvieron a quedarse callados al darse cuenta de que aún tenían demasiado por decir.


-Lamento lo que pasó antes, en verdad fui demasiado lejos con este asunto de la competencia y dije muchas cosas que realmente no sentía pero estaba molesto y por un momento perdí de vista mi verdadero objetivo-el contrario estuvo a punto de interrumpirlo pero se lo impidió, no quería tener que arrepentirse por no decirlo en ese momento-Disculpame, por favor. No querer volver a nadar contigo fue sólo una mentira-se sentía incapaz de siquiera mirarlo y sin poderlo evitar unas cuantas lágrimas brotaron de sus ojos.


-No necesito una disculpa-se sentó a su lado y casi por inercia limpió sus lágrimas suavemente, como si temiera que su toque pudiera herirlo-Quiero seguir nadando contigo y fue suficiente para mí que aceptaras hacerlo en ese momento.


Se miraron durante unos instantes y el más alto tomó la mano que aún seguía sobre su rostro, la acarició por unos segundos antes de apretarla con un poco de fuerza mientras permanecían en completo silencio. No necesitaban decir más pues con el pequeño contacto ambos entendieron la situación.


-¿Nos vamos? Creo que nuestros equipos deben estar buscándonos-soltó su mano lentamente demasiado avergonzado para verlo. El otro sólo asintió y una vez que tomaron sus cosas para salir abandonaron el lugar pero antes de que volvieran a separarse el de ojos rojos se detuvo-Oye Haru...-dudó unos instantes, no estaba seguro de lo que debía decir-Gracias por lo de antes y también por lo de hoy.


-Rin-estaba conmovido por sus palabras, demasiado como para decir algo así que se acercó lentamente, tomó sus manos y lo miró a los ojos-Gracias a ti, aunque no lo creas muchas de las cosas que he hecho no las habría conseguido de no ser por ti.


El rubor tiñó las mejillas del contrario y se limitó a responder con un pequeño bufido mientras hablaba de lo vergonzoso que fue lo que había hecho y lo extraño que había sido aquello mientras su amigo lo seguía de cerca con una casi imperceptible sonrisa ante la inocencia que mostró con su reacción.


Y no es que de verdad se sintiera incómodo por lo que acababa de decir, sino más bien que era él quien sentía le debía gran parte de lo que era al azabache y se sentía un poco tonto al no poder ser quien lo dijera antes.


-¿Te parece ir a nadar uno de estos días?-dijo finalmente antes de que cada uno tomara el rumbo para reunirse con sus respectivas escuelas aún sin ser capaz de mirarlo entre la vergüenza y lo apenado que se sentía.


-Sólo dime la hora y ahí te veré-de nuevo había vuelto a su tono de voz neutral aunque en el fondo estaba más entusiasmado de lo que parecía.


-Puedes invitar a los demás también, será bueno nadar todos juntos...


Y es que ninguno se había dado cuenta, pero sus lazos a partir de ese día se unieron más que nunca y de manera inconsciente sabían que no habría manera de separarse pues por más que todo apuntara a ello volverían a encontrarse una y mil veces más pues tenían una conexión muy profunda y sus destinos estaban unidos pese a cualquier obstáculo que pudieran enfrentar.


Se despidieron con un simple movimiento de mano mirándose durante un corto instante. Los sentimientos seguían demasiado expuestos y definitivamente sabían que lo que acababa de ocurrir no era sólo su reconciliación pues, por extraño que pareciera, el contacto y las palabras que se dedicaron momentos atrás iban mucho más allá.


 


No podían darle un nombre pues sentían que cualquier palabra con la que intentaran describirlo limitaba demasiado lo que experimentaron. Simplemente quisieron verlo como ese nexo especial que ninguno podía dejar pasar y que no tenían con nadie más.


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