En un mundo envuelto de preguntas
Todavía no he encontrado las respuestas
Sin embargo avanzo hacia adelante ¿Por qué?...
Los cipreses se extienden hacia el cielo
El camino señalado como “sencillo”
Vamos a creer en el milagro llamado “ahora”
Sueños que parecen realidad
Si fueran algo que pudiese cambiar con mis manos
Cumpliré mi único y sencillo deseo
En medio de la dificultad
Yo sólo quiero mostrarte que puedo protegerte hasta el final
Ya que eres alguien irremplazable…
Juro por los latidos de mi corazón que seguiré corriendo hasta desfallecer
Siento que realmente estoy sobreviviendo, en un amor eterno
Quiero cumplir nuestra promesa
(Kokia - Tatta Hitotsu no Omoi)
-¿De qué hablas?, si es idéntico a ti- Ichijou tomo la foto entre sus manos, era cierto, la foto se veía reciente como si hubiera sido tomada hace apenas unos días y recordó que cuando Kaname tenía esa edad ni siquiera existían las cámaras fotográficas, hace muchos, muchos años pero... ¿Cómo si eran idénticos?, al menos al Kaname de quince años.
-Su cabello es más claro- aclaro Kaname serio. –Shizuka Hio… ¿por qué ella…?- negó con la cabeza. –Ichijou ¿tú nunca me mentirías verdad?
Ichijou negó con un rostro serio, de pronto la atmosfera se había vuelto incomoda y pesada, miro hacia la ventana, “Todo lo hice por tu bien”. –Jamás Kaname.
-¿Zero está muerto?
-¡Por supuesto que sí!- grito alterado. –¡¿No confías en mí?!, ¡Soy tu mejor amigo jamás te mentiría!- “porque ocultar cosas y mentir no son lo mismo”
-¿Y lo viste?, ¿lo viste morir con tus propios ojos?
-Kaname ya no le des vuelta a este asunto, Zero está muerto, Ichiru está muerto, Maria está muerta, ¡Aido y Rima están muertos!- frunció el entrecejo gritando lo último -déjalos descansar en paz al menos a Aido y Ruka que dieron su vida por salvarte de esos traidores.
Kaname miro de nuevo la foto en el escritorio. –“Que tratas de decirme Shizuka”- pensó, escucho unos pasos suaves y débiles acercarse tomo el sobre de nuevo y guardo la foto junto con la tarjeta en el cajón de su escritorio.
La puerta de la oficina se abrió dejando ver la silueta delgada de una joven de cabello largo castaño. –Kaname- susurro. -¿Por qué no has ido a verme?-pregunto quedito
-Yuuki deberías estar descansando- Kaname dejo su escritorio y camino hasta ella para abrazarla. –no es bueno para tu salud- aseguro dándole un beso en la frente.
-pero quería verte- dijo dejando escapar unas lágrimas. –Kana… Kana… Kaname… nuestro hijo está muerto- dijo en un sollozo dejándose caer al piso aferrada aun a Kaname, sin soltar su cuerpo y apresarlo con más fuerza.
-Lo sé, descuida- acaricio los suaves cabellos dejando que ella llorara en su pecho, Ichijou miro todo a una distancia prudente, sin hacer ruido para no romper aquella atmosfera se acercó poco a poco al balcón pretendiendo salir por este y dejar sola a la pareja.
Suspiro cuando se encontraba pisando suelo firme, sabía que Kaname quería su tiempo a solas con Yuuki para llorar la pérdida de su hijo. -¿Cuántos embarazos fallidos habían tenido ya?, cinco con siete con este, Tomado en cuenta el tiempo de casados que llevaba la pareja eran muy pocos.
Entro de nuevo a la mansión para subir hasta su habitación pero se detuvo a medio pasillo cuando escucho una canción.
Dime
Con tu dulce sonrisa
Una canción que parecía estuviera sonando desde su habitación, avanzo despacio tratando de no hacer mucho ruido creyendo habría alguien ahí adentro.
Dímelo
Como si me lo estuvieras susurrando al oído
No seas una presa
Se fluida como una serpiente
Se detuvo, pensando ¿dónde había escuchado esa canción? y luego recordó a su antigua compañera Rima, esa canción era una de las favoritas de su compañera.
Quiero escaparme
Aléjate, aléjate, aléjate de mí
Quien quiera que sea, sálvame a mí, a mí
Continúa incluso cuando me escapo
Atrapado en una mentira
Encuentra al “yo” puro
No puedo liberarme de esta mentira
Devuélveme mi sonrisa
Se detuvo frente a la puerta, sin quererlo su mano tembló al tomar el picaporte de la puerta, un ligero escalofrío recorrió su cuerpo.
Atrapado en una mentira
Sácame de este infierno
No puedo liberarme de este dolor
Sálvame estoy siendo castigado
La música se detuvo de repente y abrió la puerta quedándose perplejo.
-mentiroso- dijo aquella figura de cabellera rubia que lo miraba desde la ventana
-Hana… busa… ¡Hanabusa!- grito cuando vio aquella figura saltar de la ventana, corrió y miro por los alrededores pero esta ya había desaparecido.