Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Deux mondes por iriekun

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

hola!!!! soy yo de nuevo!!!!

agradesco a las patatas maravillosas que me enviaron sus reviews!!!!

gracias!!!!!

como siempre los personajes de este capitulo pertenesen a AKIRA-SENSEI y al maravilloso KENTARO-SENSEI.

sin mas que decir aqui les va este loco fic.

Vegeta despertaba después de tremendo golpe que se llevó con la explosión, al abrir los ojos vio un cielo hermoso, escuchó el trinar de los pájaros, sintió la brisa mover sus cabellos...


-¿dónde diablos estoy?-



Poco a poco se incorporó en el césped, y un poco impactado miro a todos lados, ¡su casa ya no estaba! Bulma, el laboratorio y lo demás de la ciudad ¡ya no estaba! Rápidamente se puso de pie y miro a todos lados, intentó buscar el ki de cualquiera de sus conocidos... pero cuál fue su sorpresa al no poder sentir el ki de nadie, -¡Esto debe de ser una broma!-


Vegeta veía a todos lados sin entender nada, ¿acaso no es esta la tierra?, ¿qué pasó con todos?, trató de calmarse, analizar las cosas y no perder la cabeza en un momento como éste.-Ya sé, sobrevolare por todo el lugar... quizá no esté muy lejos de alguna ciudad-


Es entonces que Vegeta quiso alzar vuelo, pero otra sorpresa no muy agraciada le llego al príncipe... no podía volar, lo intentó por tanto tiempo, que perdió la paciencia y quiso lanzar bolas de ki... pero tampoco podía lanzarlas.


-¡¡¡Maldición!!!... ¿Qué diablos está pasando aquí?-Golpeó un árbol bastante grueso, este se partió y Vegeta observó esto y ya un poco aliviado pensó "Al menos aun conservo algo de mi fuerza".


Mirando al horizonte se resignó y empezó a caminar, al menos con algún poblado tenía que dar.


En todo lo que iba caminando se llevó unas cuantas horas hasta que dio con algo que parecía ser un pueblo, Vegeta veía que todos vestían de forma extraña y el pueblo parecía un poco sucio.


"espero que al menos tengan capsulas"


Por la facha del lugar ya sentía que no encontraría nada de lo que buscaba al entrar vio una especie de almacén en el que la gente salía con algunas provisiones, entro y preguntó al que atendía.-¿tiene capsulas?- el hombre se había intimidado por la voz de Vegeta y su apariencia musculosa, aunque se desconcertó más por sus ropas, parecía estar un poco desnudo según él.


-¿El qué?- dijo el señor al no entender que es lo que el forastero le pedía.


-dije, que si tiene capsulas...- preguntó ya un poco cansado, la mirada del señor le molestaba un poco y también las miradas extrañas que le daban algunas personas que pasaban por el lugar. -¡¡¡Capsulas!!! ¿Acaso no sabe que son capsulas?!-


-No...- 


-Agh... bueno...- pasa su mano por su cabello con el afán de tranquilizarse y no matar al sujeto.- ¿Tiene un algún teléfono?- preguntó tratando de sonar un poco más amable.


La cara del señor reflejaba una completa estupefacción... no sabía que responder, tenía cierto miedo por la cara del sujeto que estaba frente a él, su ceño fruncido no le daba buena espina, era muy intimidante.


-¿Eh?-


Ese simple ¿he? Le dio a entender que ése sujeto no poseía ni la más mínima idea de lo que era un teléfono.


-Argh!!!... al menos podría decirme ¿dónde estoy?- dijo ya un poco cansado y levantando una ceja.


-¡¡¡ha!!!...¡Si!...-El señor le dijo un nombre que ni siquiera entendió, por lo que ya harto de todo dio por hecho que en ése estúpido pueblo no encontraría nada.


Vegeta salió del pequeño pueblo, no costó tanto pero salió bajo la constante mirada de todas las personas de ese lugar, al estar ya a kilómetros del lugar se sintió un poco más aliviado al no sentir las constantes miradas de esos idiotas.


pero aun sentía que alguien lo miraba, quiso ignorarlo, pero no podía, volteaba de repente para así sorprender a su acosador y miraba a todas partes, pero nada.La noche se aproximaba, había caminado tanto que se encontró caminando ya cerca por las montañas, pero al ir caminando algo llamó su atención fue una carreta, en ella iban un señor, se notaba que era mayor por su cabello blanco, y una pequeña niña.


La niña se asomó y vio a Vegeta, ella dijo a su padre que le preguntara a dónde iba, para ver si se le ofrecía subir a la carreta.


El viejo paso por un lado de Vegeta y le preguntó a dónde iba, Vegeta no dijo nada. "ah... bueno... si no quieres decirlo no lo hagas... pero por la noche aquí es peligroso... ¿porque no vienes con nosotros?"


Vegeta lo analizo por un momento, no conocía el lugar para nada, y no iba a ningún lugar en específico y seguro ésas personas le aclararían algunas dudas.


Es entonces que subió al carruaje y se fue con ellos, la niña muy curiosa pregunto por su nombre, la chica lanzaba pregunta tras pregunta sin dar lugar a responder, Vegeta de por sí no respondía nada, el viejo le dijo a la niña que no lo aturdiera con todas sus preguntas, y es entonces que ésta guardó silencio, algo que Vegeta agradeció.


Ya había oscurecido por completo y el viaje era muy silencioso, demasiado silencioso, tanto como Vegeta y el viejo sospechaba de tanto silencio, y no era por nada pues de repente salieron unos hombres que los atacaron, apuntaron con sus espadas.


La niña dormía y uno de los hombres halo a la niña y la sacó de la carreta, el viejo saltó del carruaje con espada en mano queriendo defender a su nieta, la niña gritaba, "el viejo es valiente" pensó Vegeta poniéndose en pie.


Tres hombres atacaron al viejo, el hirió a uno pero otros dos lo agarraron y lo golpearon en la cara, la niña gritaba por ayuda, ante esto Vegeta había perdido la paciencia, atacar a alguien entre tantos era muy bajo, de un salto bajó de la carreta.


-¡Hey!... sabandijas que creen que hacen- dijo con su pose de siempre y su ceño fruncido.


Los hombres voltearon y vieron al extraño que los llamó, se le quedaron viendo raro, sus ropas eran extrañas y su cabello en forma de flama no se quedaba atrás, pero al mirar mejor la figura de este su mirada cambió por completo a una un poco libidinosa, su cuerpo no era como el de ningún hombre o doncel que hubieran visto antes, tenía un cuerpo musculoso, un pecho grande, sus pectorales eran grandes... como decirlo... un poco ¿redondos?, muy bien formados, una pequeña cintura que dejaba ver un poco anchas sus caderas, piernas musculosas y torneadas, y aún con su ceño fruncido su rostro era hermoso.


Rieron entre ellos por lo bajo y algunos se acercaron a él.-pero que tenemos aquí...- dice y tratando de tomar la barbilla de Vegeta, pero este aparta esa mano de un rápido movimiento,- Vaya, pero que genio... jajaja ... pequeño y berrinchudo- más que enojado, parecía muy complacido, gustoso al ver esa reacción, -menuda fierezilla-



-¿pequeño?- dijo Vegeta casi en un susurro un poco molesto, de todo lo que habían dicho esto fue lo único que le llamó la atención, los demás se le iban acercando, rodeándolo, la niña fue con el viejo y trató de ayudarlo a que se levantara.


El viejo y la niña observaron lo que pasaba entre los tipos y Vegeta.-llegas como una bendición hermosura, en estos tiempos de guerra las mujeres son escasas al igual que los donceles... así que...- se relamia los labios.


-no te creas con tanta suerte insecto- dijo Vegeta sonriendo de lado.


Uno de los hombres se propasó con Vegeta tocando uno de sus muy bien formados glúteos, en reacción Vegeta dio un rápido giro y le pegó con la palma de su mano a la quijada del hombre, mandándolo lejos, este quedó fulminado y los demás apenas si habían logrado ver que había pasado. Otro intentó agarrar por la espalda a Vegeta, pero este dio un cabezazo al que tenía atrás y los que estaban a su izquierda y derecha los fulminó de un golpe en el abdomen para el de la izquierda y una patada al de la derecha.


Los demás al ver que no lograrían someterlo a fuerza de puños, sacaron sus espadas en un intento de intimidarlo, Vegeta al verlas, como un recuerdo fugaz, recordó a Mirai Trunks y a su espada.


Uno intentó cortarlo, pero Vegeta lo tiró usando la fuerza de éste en su contra, uno aprovechó la distracción e hirió su brazo, solo algo muy superficial, Vegeta había reaccionado rápido, golpeó al tipo y en el aire tomó la espada y la clavó en su pecho, los demás miraron estupefactos la escena sin poder creerlo, había pasado todo tan rápido.


En todo esto el viejo y la niña no perdían detalle y quedaban boquiabiertos con lo que sucedía. Otros se abalanzaron contra él, pensando que al atacándolo en grupo este no podría reaccionar, pero cuál fue su sorpresa que al intentar atacar, Vegeta los atacó agachándose rápidamente, con la espada atravesando a los primeros dos, el resto de la banda se quedaron mirando estupefactos tal escena ( haber... ya fulminó a cuatro y ya mató a 3... la banda era como de unos  25?) ahora Vegeta no esperó a que los otros atacaran, salió al encuentro con los demás, y al parecer a los primeros tres les golpeó muy fuerte con la espada pues la espada de él y de estos tres se quebraron, por lo que Vegeta los fulmino a golpes y patadas.


Al acercarse los demás, golpeó a uno y atravesó la armadura, tomó su espada y mató a otro, de nuevo quebró la espada, como que ninguna soportaba lo suficiente su fuerza, es así como los demás fueron atacando y muriendo hasta que no quedo ninguno.


Al final quedó un Vegeta lleno de sangre con una espada rota en la mano, la niña salió corriendo hacia Vegeta gritando muy contenta porque este había eliminado a esos bandidos, el viejo se incorporó de a poco, se acercó a Vegeta y a la niña que estaba saltando a su alrededor.


-Gracias chico, que te parece si seguimos nuestro camino.- dijo el viejo poniendo una mano en el hombro de Vegeta.


Subieron al carruaje, horas después llegaron a una casa sobre una montaña, la casa de un herrero, el anciano bajó y la niña corrió a la casa, cenaron y al final el anciano, un poco curioso preguntó.-Disculpa... pero me pareces un poco joven para viajar solo-


-...- Vegeta se limitaba a mirarlo.


-estamos en épocas de guerra, y es muy peligroso que andes solo...- en la voz del viejo se escuchaba un poco de preocupación, -¿Acaso vienes de muy lejos? ¿No eres de por aquí?-Vegeta no supo porqué pero, decidió responder las preguntas del más viejo.


-No... yo... vengo de un lugar muy lejos de aquí... ahora solo estoy tratando de regresar, pero parece que tardaré un poco.-


-¿Cómo te llamas?-


-Vegeta...-


-¿Vegeta?... vaya que debes venir de muy lejos... ah, por cierto, mi nombre es Godo-


-Godo...-


-sí y ella es mi hija Erika-


-...- Vegeta miró a la niña.


-¡¡¡hola!!! ... sabes, me gusta tu cabello, tiene la forma de una flama, es muy lindo!!!- dijo la niña de forma muy alegre.


-... ¿gracias?- Vegeta ni supo de donde le salió ese "gracias" tan dudoso.


-quédate por esta noche... y descansa.- dijo el viejo de forma amena.


-¡¡¡sí!!! ¡Quédate!- la niña parecía muy emocionada. A Vegeta no le pareció nada mal pasar la noche en este lugar, además no tenía ni idea de a dónde dirigirse, por lo que accedió a quedarse, Erika no podía más con su felicidad, tomó de la mano a Vegeta y de inmediato se lo llevó a dónde dormiría está noche, estaba emocionada, era como si hubiese encontrado un nuevo compañero de juegos.


En eso Goto se quedó pensando,  Vegeta era un guerrero poderoso, y no podía agradecerle con solo darle de comer esta vez y dejarlo dormir, sentía que no era suficiente, y recordando lo que el más joven dijo, pensó que estaría muy desprotegido para su larguísimo viaje, por lo que dijo a hacer una espada a la altura para tal guerrero, tomando en cuenta todo lo que vio mientras luchaba con ésos bandidos, fuerza, velocidad y precisión del portador.


Godo trabajó toda la noche en esa espada, quería hacer el mejor de los trabajos, ése joven les había salvado la vida, quizás una simple espada no sería suficiente, por lo que quería hacer la mejor que pudiera con los materiales más resistentes. Al amanecer Vegeta salía de la casa y la niña salió corriendo al encuentro con éste, quería despedirse y darle las gracias, ella le ofreció una especie de mochila de forma cilíndrica, en ella habían algunas provisiones y una que otra manta. La niña lo abrazó, esto tomó desprevenido al príncipe, pero por alguna razón no rechazó a la niña, aunque no correspondió del todo aquel abrazo, no porque le desagradara, sí no porque no sabía como, esto había sido muy sorpresivo.


Godo salió unos minutos después con algo grande en las manos, se acercó a Vegeta y le mostró la espada. -lleva esto, tu viaje es muy largo al parecer, está hecha con los mejores materiales, es una excelente espada.-  y Godo se la extendió.


Vegeta no reaccionaba, por unos segundos solo miraba la espada, hasta que una voz le dijo: "tómala... la necesitaras..." ante esto Vegeta tomó la espada, era muy grande, casi de su tamaño, se veía pesada, pero al tomarla se dio cuenta de que en verdad no pesaba tanto como aparentaba. Además de larga era gruesa pero con mucho filo.


De paso tenía una funda bastante práctica y resistente. -Gracias...- fue lo único que atinó a decir, se colocó el arma en la espalda.


-Buena suerte- dijo Godo, Vegeta solo hizo un ademán con la mano en forma de despedida. Y empezó su viaje, llevaba ya buen tiempo caminando, pero sentía que alguien lo seguía viendo, era ya muy incómodo, de por si no había podído dormir por esa intensa mirada, así que de la nada soltó el bolsón, suspiró y volteó.-¡Maldita sea!... sal de una vez, no seas cobarde y ¡¡¡muéstrate!!!- dijo gritando.


De la nada salió una pequeña criatura alada, era como una persona muy pero muy pequeña. Se escondía tras de un árbol.  - Wow... entonces ¿puedes verme?-



-¿Qué diablos eres?- dijo Vegeta un poco impactado, era la primera vez que veía algo así.


-Ah... lo siento... mi nombre es Aeris y soy un elfo-


-Un... ¿Qué?...- Dijo Vegeta confundido.


-Un elfo... y... tú no eres de aquí verdad- dijo el elfo.


-¿Cómo lo sabes?- dijo Vegeta.


-tu aura-


-¿Aura?-


-¡si!... esa aura que te rodea es lo que me atrajo, ¿eres... del mundo espiritual?-


-no lo creo...-


-Entonces... ¿Cómo es que llegaste aquí?-


Vegeta pensó que no perdía nada explicando lo que le pasó, tal vez esa criatura extraña podría ser de ayuda. Luego de la explicación Aeris entendió porqué el aura o energía de Vegeta lo atraía, después cayó en cuenta de que este se encontraba en un grave peligro. Sí la energía de Vegeta lo atrajo a él, seguro atraería a otros seres del mundo espiritual, seres más peligrosos seguramente.


Entonces  Aeris vio la espada que estaba en la espalda de Vegeta. - ¿Sabes usar eso...?- Vegeta supo que se refería a la espada, la desenvainó y se le quedó viendo a la inmensa espada.


-debo decir que soy más de pelear con los puños que con armas-


-entonces no sabes...-


-y a todo esto... ¿acaso es importante el que la use?- dijo perdiendo la paciencia.


-¡obviamente es importante que la uses!  ¡Y más importante que sepas cómo usarla!-


-¡¿y a mí qué?!... ¡solo quiero volver a mi dimensión!-Es entonces que Aeris le explica lo importante que es en ése mundo saber utilizar la espada, el poder defenderse, y a todo esto se le ocurrió la brillante idea de acompañarlo, planteándosela a Vegeta, éste respondió con un rotundo "no".


-¡Vamos!... deja que te acompañe... ¡¡¡yo puedo ser de gran utilidad!!!- dijo sonriendo muy animado.


-¿útil?... ¿en qué forma?- preguntó enarcando una ceja.


-pues...- se puso en pose de concentración poniendo su mano en la barbilla y la otra sosteniendo su codo, - ¡soy curativo!- dijo el elfo.


-¿curativo?- pregunto incrédulo.



-¡¡¡si!!! Los elfos podemos curar heridas con nuestros polvos mágicos- luego de eso vio la herida en el brazo de Vegeta y repentinamente le quitó la venda del brazo y dijo a echarle de sus polvos, Vegeta estaba a punto de darle un manotazo pero sintió un gran alivio en esa herida, y de repente ni la seña de estar herido le quedó, Impresionado se revisó el brazo, y en efecto, el chiquitín no mentía, le había curado, eso era algo que en verdad que sería útil en este lugar que no lo deja usar sus poderes, - y también...- prosiguió el elfo, - también puedo enseñarte cómo usar la espada, llevo mucho tiempo observando a los humanos y sé cómo utilizar ésa arma, ¡y puedo enseñarte!-Vegeta reflexionó su situación, es cierto, tener un botiquín viviente como ese pequeño ser, en verdad que sería algo muy favorable, y si usar espada en los combates era tan importante ahí, pues, no tenia de otra que hacer lo mismo mientras buscaba una manera de volver a su dimensión, pues como por ahí dicen "a dónde fueres, has lo que vieres" Por lo que aceptó.


Aeris estaba que flipaba de la emoción, ahora tenía un compañero de viajes, al llegar la noche, Vegeta comprobó que lo que decía Aeris no era ninguna broma, su energía o aura atraía a otras criaturas muy extrañas, Aeris le dijo que eran seres del plano astral, que su presencia ahí hacia como una ruptura en el velo que separa el plano espiritual del terrenal, y que por eso Vegeta era el único que podía ver a esos seres.


No pudo dormir mucho, las criaturas no lo dejaron, Aeris le recomendó que se uniera a un grupo de humanos, una Banda por así decirlo, que el olor de los humanos camuflaría el suyo y las energías de estos ocultarían las suyas, pero según lo que ha aprendido Aeris en todo este tiempo de guerras viendo a los humanos, concluyó que para unirte a uno de estos grupos, tienes que ser diestro en la lucha de espadas y mano a mano, ser alguien prodigioso en esas artes.


Vegeta ya era todo un prodigio en el arte de la lucha mano a mano, éso lo demostró ya, pero su destreza con la espada era otra cosa. El solo agitaba o golpeaba con la espada, y la técnica no era solo eso, por lo que pasaron algunos días en los que Aeris le enseñó a Vegeta todo lo que había aprendido, también le enseñó cómo funcionan algunas cosas en éste mundo humano, como por ejemplo el dinero, en estas épocas de guerras el dinero se ganaba ofreciéndote como guerrero a algún Lord que solicitara combatientes, Ó pertenecer a una banda y así disfrutar de varios beneficios además de la paga.


Vegeta después de varios días de entrenamiento y clases con Aeris, decidió que ya era hora de poner a prueba lo aprendido, por suerte para el príncipe, ellos se encontraba cerca de una región en la cual se libraba una batalla. El lord que defendía el lugar, contrataba con desespero a tanto mercenario, soldado o campesino se le ofreciera, estaba que sentía que perdía la batalla.


Es entonces que llegó la hora de luchar al fin y poner a prueba lo que aprendió en el entrenamiento, Aeris lo miraba de una distancia algo... bueno, podía saber de luchas con espadas pero era un poco cobarde, por lo que no quiso quedarse solo y se escondía en el cabello de Vegeta y de paso le recordaba las técnicas a usar, por lo que era una gran ayuda en lugar de estorbo.


Vegeta sentía que ninguno a los que se enfrentaba era oponente para poner a prueba lo aprendido, "¿acaso no hay alguien que valga la pena?" pensaba, hasta que llegó al centro de la batalla, con un guerrero que nadie podía vencer, era muy grande, ya nadie se acercaba para enfrentarlo, el lord los mandaba, pero nadie iba, ofrecía más dinero, pero nadie se atrevía, Vegeta llegó, sin escuchar a nadie, muchos le advertian, y sin más se empezó a enfrentar al grandote, "ya era hora" pensó, todos pensaban que aplastarían a ese joven de cabellos en flama, pero cuál fue su sorpresa al ver como éste estaba haciendo que el grandote poco a poco retrocediera, la espada fue lo que más los impresionó al principio pero más fue su sorpresa al ver como la usaba.


Al final ganó, la batalla fue ganada, cobró su paga y se dispuso a irse, el Lord quería que se quedara pero Vegeta rechazó la oferta de forma fría y se fue, su intención era estar en un grupo que estuviera en movimiento, así de paso podría averiguar cómo regresar, no planeaba quedarse a vivir ahí.


Ya muy lejos de ahí Aeris alababa con gran alegria el avance de Vegeta, se jactaba de ser un gran maestro, Vegeta sonreía de lado, no lo admitía pero el pasar tanto tiempo con el insecto volador ése, había hecho que confiara algo en él.



Tenía un tiempo sin dormir, entre los monstruos o espíritus que lo perseguían y algunas bandas de ladrones buenos para nada, no lo dejaban dormir lo suficiente, aunque era una forma de practicar, pero se volvía una verdadera lata, tenía que encontrar un grupo de humanos al cual unirse para descansar y buscar la manera de como volver a su dimensión.


No se había dado cuenta pero de repente una especie de banda de ladrones, bueno no era una banda de ladrones, eran como cuatro nada más, pero venían al galope dispuestos a asaltarlo, "no es de noche y ya me están atacando, maldición" como si fuera costumbre sacó la espada y se puso en guardia, los ladrones se quedaron helados al ver semejante espadón, pero no se detenían.


El que los guiaba, un hombre de tez morena, complexión delgada y algo cobarde mandaba a los otros a atacarlo, pedían el dinero o lo que sea que cargara de en ese tipo morral en forma de cilindro que llevaba Vegeta con notoria burla señaló.



-¿Hablas de esto?- señalaba su bolso. - Bueno si lo quieres... ven por el- dijo con burla ajustando la correa del bolsón para que este no le hiciera estorbo al pelear.


Los ladrones lo atacaron, al acercarse los primeros dos cayeron claramente heridos, "son basura" pensó el príncipe, e iba ya a por el otro, el tercero echó a correr al otro lado de una colina, dejando solo a quien los dirigía al principio.


Casi estaba por matarlo, pero aparecieron otros hombres acompañados de otro un poco más delgado que a caballo se le acercó con claras intenciones de derrotarlo, llevaba una espada delgada, pero vaya que sabía usarla, por unos momentos hizo retroceder a Vegeta, pero éste como buen guerrero se dejó acorralar un poco más con tal de ver más de cerca su técnica, y en efecto leyó el patrón de ataque, es entonces que de un brutal e inesperado momento los papeles cambiaron, el hombre a caballo cayó con todo y espada, este le aventó su mosquete a Vegeta, pero el esquivó el proyectil como si no fuera nada, pero eso solo fue una distracción, el verdadero ataque era el de una ballesta que tomó de su corcel.


Tres disparos que Vegeta no pudo anticipar a tiempo, dos los esquivó, pero uno logró rosarle el brazo, con gran furia Vegeta atacó a su contrincante hasta que lo tiró al piso, a punto estaba de darle de forma certera con su espada en el pecho, pero algo lo hizo reaccionar, un escalofrió en la espalda, como un llamado de su instinto diciéndole que un peligro se acercaba.


Con gran agilidad felina esquivó de forma milagrosa un ataque que según él había salido de la nada. Con claro enfado miró a su agresor y se sorprendió un poco al ver a su imponente contrincante, un hombre muy alto, "¿es casi tan alto como Kakaroto?... no... creo que es más alto..." pensó Vegeta, era de cabellos negros, muy alto, pero lo que más le llamó la atención fue su espada, una espada casi tan grande como él.


-Esto se pone interesante- dice Vegeta con una sonrisa de medio lado.

Notas finales:

gracias por leer y no olviden sus preciosos reviews para saber su opinion sobre este fic.

por cierto, si quieren ver mis dibujos, pues estan disponible en mis cuentas de pixiv, tumblr y twitter con el nombre de Irie-kun306

http://Irie-kun306.tumblr.com

pixiv.net/users/28659730

http://poipiku.com/299943/

twitter: @Iriekun3

y si quieren leer esta misma historia pero con ilustraciones, pueden ir a mi wattpad:

https://www.wattpad.com/user/kuro-kun306

https://getinkspired.com/story/117695/deux-mondes…

si el link de wattpad no sirve, pues solo buscardme como kuro-kun306


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).