Los alumnos se pusieron de dos en las colchonetas, cada cual con su pareja asignada, en filas de tres.
La primera pareja de la esquina derecha era la de Light y Elle, detrás de ellos se encontraba Naruto y Sasuke y por ultimo estaba Yuki y Shuichi. En la segunda fila a la cabeza estaba Hermione y Pansy, detrás Gaara y Sai y al fondo Draco y Harry. Estos últimos estaban tratando de hacer los ejercicios, pero el rubio se lo estaba haciendo bastante difícil a Harry.
- Basta Malfoy – dijo el moreno tratando de sujetar sus piernas – debemos hacer el ejercicio.
- Mira Potter – dijo de forma grosera – no voy a permitir que me toques, tus manos son mugrosas.
- Señor Malfoy – dijo Kakashi – será mejor que haga el ejercicio, porque soy capaz de ponerle un cero y un alumno de su alcurnia no se vería bien con un cero en su primera clase de deporte.
- Si señor – dijo Malfoy de mala gana.
Harry sujeto sus piernas mientras el rubio intentaba hacer un abdominal, cosa bastante difícil para él. Al rubio le costaba bastante levantarse, no solo porque era malo para el ejercicio, si no que el moreno tenia la vista fija en frente y cada vez que se levantaba sus caras estaban a centímetros, para los demás podría parecer que Draco de verdad sufría con esto, pero no era así. Desde hace algún tiempo el rubio sentía cosas extrañas cada vez que miraba al de anteojos y eso le molestaba, más que nada porque no podía descifrar aun que era lo que estaba sintiendo, es por eso que era mejor molestarlo. Claro dentro de todos sus desafortunados encuentros nunca estuvo tan cerca del chico como ahora, por lo que era primera vez que podía ver sus ojos verdes de cerca y sus carnoso labios rojos, aun que el moreno no se diera ni por enterado de como con cada abdominal lo miraba el rubio.
- Malfoy – dijo el chico de lentes – creo que ya terminaste los 30 y hay que cambiar de lugares.
- Claro – dijo medio aturdido el rubio y se levanto para que el moreno se recostara en la colchoneta.
Delante de ellos se encontraban Gaara y Sai, los cuales no se conocían para nada, así que para ellos fue fácil la situación.
- ¿Cómo te llamas? – le dijo chico pálido al pelirrojo.
- Gaara.
- Ya sabes mi nombre – Gaara se recostó en la colchoneta y doblo las piernas.
- Claro, lo dejaste bien claro hace un rato – Sai le afirmo las piernas y Gaara comenzó con los abdominales.
- Al parecer es sencillo esto para ti.
- Ni tanto – dijo el pelirrojo – solo acostumbro a realizar un poco de ejercicio, solo para mantenerme.
- Se nota – dijo el pelinegro, mirando su cuerpo – tienes buen físico.
- Bueno tú no quedas detrás.
- ¿quieres follar?
- Que directo – dijo Gaara acercándose más de lo normal a su cara en ese abdominal.
- Claro – dijo sin un gesto en sus rostro – si quiero algo lo digo y tú me pareces interesante.
- Bien – dijo Gaara – hay una sala que no ocupan.
- ¿después de esta clase?
- Estaré esperándolo – dijo el pelirrojo de modo sensual al oído del otro en ese último abdominal.
- Yo igual.
La pareja de las únicas chicas que estaba delante de ellos lo tenían una cámara con la cual sacaban fotos de los demás mientras hacían los ejercicios, no pudieron evitar ver a los chicos detrás de ellas e imaginar una serie de cosas pervertidas.
A un lado de ellas estaba la pareja más dispareja del mundo, el chico de ojeras y el chico perfecto, el castaño estaba en la colchoneta mientras el pelinegro sujetaba sus piernas. Los dos primeros abdominales de Light tuvieron problema hasta que el pelinegro hablo.
- Se lo que te traes con Naruto.
- ¿Qué? – dijo pálido el castaño.
- Eso – Light se detuvo y se sentó en la colchoneta – creo que deberías ser más cuidadoso con tus encuentros con él y además seguir con los abdominales o el profesor vendrá.
- Mira – dijo más tranquilo – no sé de lo que hablas y es mejor que no andes divulgando cosas de mi por ahí.
- Eso no lo haría, ¿crees que soy vieja chismosa?
- No te conozco.
- Bueno eso lo podemos arreglar.
- No me interesas.
- Yagami – dijo mas serio el Elle, mientras el otro procedía con los abdominales – no te lo estoy pidiendo.
- No sé a qué te refieres.
- Te estoy diciendo que quiero conocerte de esa forma que te conoce Naruto – el chico castaño se detuvo de nuevo – si no lo haces hablo.
- Me estas amenazando para acostarte conmigo.
- Yo no dije en ningún momento que te acostabas con Naruto – dijo con una sonrisa de lado.
- Eres un maldito.
- Error – dijo y se acerco a su oído – soy una mente brillante.
- Imbécil – lo empujo – no caeré en tu trampa.
- Bien – se iba a parar.
- Está bien – dijo tomándolo para que no se parara – te aviso cuando.
- Eso está mejor – dijo sujetando de nuevo sus piernas y el castaño lo miro con odio terminando sus abdominales.
Detrás de estos genios, se encontraba el recién mencionado Naruto y un chico amargado el cual estaba recostado en la colchoneta.
- Oye – dijo Naruto – creo que ya terminaste los 30 abdominales.
- Puedo hacer el doble de eso en la mitad de los que esos tontos lo hacen.
- Vaya eres un chico deportista.
- Soy modelo y debo mantener mi cuerpo.
- Deberías mantener tu cara también – dijo el rubio riendo.
- Mira dobe no es…
- ¿Cómo me llamaste?
- Dobe
- Maldito teme.
- No me digas así.
- Entonces no me llames dobe – miro hacia otro lado – sigue con tus putos abdominales.
- Claro –Sasuke siguió rápido con los abdominales mirando a Naruto.
Se fijo en cada detalle de la cara de Naruto, en sus largas pestañas y sus ojos azules, esas marquitas que tenía en las mejillas, sus aros en la oreja, su pelo, su boca y ya no quiso mirar más.
- Dobe – el otro lo miro mal – ¿te gustaría ser modelo?
- ¿Qué?
- Eso – se detuvo y sentó bien en la colchoneta – creo que serias un buen modelo.
- Estuviste mirándome teme.
- Estoy hablando enserio.
- No hagas bromas.
- No bromeo dobe – tomo el rostro del rubio y lo vio a los ojos – actualmente tengo una propuesta para una campaña pero debo hacerlo con otro modelo.
- Podrías soltarme.
- No y escucha – dijo serie Sasuke – no he encontrado ningún modelo que se complemente conmigo, pero tú.
- Yo no soy modelo.
- Vamos tu cara será buena ante las cámaras – se levanto para cambiar de lugares – además solo piensa que son selfies.
- Lo pensare.
- Bien – sujeto sus piernas – debes primero fortalecer tu cuerpo, así que debes hacer 60 abdominales.
- ¿Qué?
- Eso, tu cuerpo debe estar en forma para la cámara – el rubio bufo – comienza.
Detrás de ellos estaba la pareja más rara, un chico pequeño y un joven gigante. El cual trataba de hacer abdominales sin levantas al chico sentado en sus pies, que con todas sus fuerzas trataba de sujetar sus piernas.
- Shu – dijo el rubio.
- Si – hablo tiernamente el chico.
- Creo que no deberías forzarte a sujetar mis piernas.
- Claro que no, el profesor dijo que debía hacerlo.
- Pero – se levanto quedando dejando sus frentes unidas – te estás poniendo rojo.
- Eso no es por el esfuerzo.
- Ah ¿no? – dijo el más alto, sujetando su cara.
- No, es porque estas muy cerca.
- ¿Y eso te pone nervioso?
- Bueno – dijo algo cohibido el chico – es que…
- Shu – dijo en tono sensual – eres un chico muy lindo – se acerco al oído del pequeño – y muy sexy.
- Basta – dijo el chico empujándolo – es mejor que termines los ejercicios.
- Claro – dijo recostándose con una sonrisa en el rostro.
El profesor toco el silbato.
- Bien jóvenes el señor Uzumaki y Uchiha, ya cambiaron de lugar por lo que imagino que todos terminaron, así que cambien de lugares ahora.