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Ave Versus Cristus por Xora

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Notas del capitulo:

Porque Matt lo vale, dos capítulos sólo para él.

Aquí vamos.

Los rayos del atardecer lentamente comenzaron a caer en las arenas del tiempo, sobornando con su engañosa claridad la noche que traicionera ocultaría en el anonimato las verdaderas intenciones de Matt caminando por los corredores ahora plagados de niños que jugueteaban sin detenerse a verle, huerfanos como él, pequeñas mentes a las que aprendió acostumbrarse a lo largo de nueve cortos años. Aunque no los conociera a todos y no tuviera jamas la oportunidad de hacerlo, estimaba a cada uno desinteresadamente porque, a diferencia de la gran mayoría, él sí había conocido a sus padres, convivió con ellos, sufrió a su lado. Por eso no logró comprender el deseo de algunos por poseer una familia pues él, que había tenido una, deseó con todas sus fuerzas desintegrar la realidad de su pasado -el menor recuerdo respecto a ello- y observó el cigarrillo en sus labios como el reflejo de esas añejas memorias de un padre alcoholico y una madre prostituta, arraigados vicios que cargaba como estigma de esa deplorable vida, una forma tergiversa de brindarse a sí mismo fuerzas para continuar sin ataduras, seguir sobre corriente sin somenterse al sistema. Y era esa la razón por la que estaba de vuelta en la Sala Común, sabiendose solitario rodeado de muchedumbre, porque aún había un asunto pendiente que resolver en contra de todo su plan de partida pues marcharse sin antes haber intercambiado unas palabras finales con el principal sucesor de L debía ser una heregia para cualquiera que lo conociera directamente. 
 
Como lo esperó no fue complicado divisarlo entre toda aquella acelerada actividad de semejantes, la presencia de Near siempre había poseído un contraste significativo para resaltar entre los demás por su abundante palidez y Matt no consiguió ahogar una sonrisa surcando sus labios con alevosia. Tanto tiempo incomunicado con él lo hizo sentirse inseguro de dirigirle la palabra pero, al final, Near fue uno de los pocos huerfanos -además de Mello- con quien sintió cierta conexión sentimental, fraternal. Se aproximó dando una profunda calada a su cigarrillo, ignorando las miradas reprobatorias de dos niñas que pasaron junto a él, nadie había aceptado sus desvergonzadas acciones de fumar a la vista de cuanto fuera después de todo; su conducta para muchos era desagradable.
 
—Hey, Near— saludó al albino luego de colocarse a su altura en el suelo mientras expulsaba el sabor agrio a nicotina en forma de humo a la atmósfera. —Lindos robots— señaló tomandose la libertad de sujetar uno de los juguetes en sus manos, realizando una vaga inspección en los colores rojos y marrones. —¿Los compraste con tu mesada?
 
—Buenas tardes, Matt.
 
—... Buenas— correspondió dandose cuenta que se había dirigido a Near con demasiada confianza, no es como si fuesen desconocidos en general pero definitivamente acompañarse era poco frecuente. Near, habiendose percatado de la inusual actitud contaminando el aura de Matt, se retorció un mechón de su blanco cabello para apartar la mirada y detenerla en un punto muerto del pulcro suelo bajo sus siluetas. 
 
—Está prohibido fumar dentro— comentó, esquivando por inercia su primera observación personal. —Estimo que debes ser consciente de las consecuencias por violar las reglas.
 
—Estaré bien, de todos modos no sería la primera vez que ocurre.— Matt chupó una vez más el cigarrilo en su boca, sosteniendolo entre sus dedos antes de apartarlo y volver a expulsar el humo, provocando que Near arrugara ligeramente la nariz, indicandole con este gesto al pelirrojo su disgusto por la nicotina. Matt se rió. —¿Tan malo es?
 
—No es un aroma al que esté acostumbrado.
 
—Apuesto por eso.
 
—¿Puedo hacer algo por ti?— inquirió Near con evidente curiosidad. Matt borró su sonrisa un momento antes de volverse a ocupar de su cigarrillo forjando una nueva sonrisa tras meditar su siguiente movimiento verbal ya que para él aquella pregunta teñida de mecanica amabilidad había sido un claro "¿Qué quieres?" en el lenguaje matizado del albino, no le molestaba en todo caso pues en la excentricidad de su vocabulario había humanidad aunque en apariencia luciera impasible. Esa cualidad le gustaba de Near, sin embargo.
 
—Vamos a ver— inició fingiendo reflexionar. —Supongo que estaba aburrido y quería entablar una conversación y tú me pareciste disponible, por eso vine a pasar el rato contigo.
 
Aquella fue una terrible excusa para los ojos atentos de Near, aún así se limitó en tomar una de sus figuras desarmadas cuyas piezas yacían regadas entorno a su perimetro, mismas que empezó a unir cual rompecabezas de memoria. Matt lo observó con genuina curiosidad, hipnotizado por la manera cuidadosa como Near armaba sus robots, sus dedos blancos deslizandose casi estrategicamente sobre las piezas de plastico maziso y el juguete como si el menor movimiento brusco fuera a romperle. Sin duda alguna las delicadas acciones de Near invitaban a los ojos de Matt quedarse fijos en su figura, alabando sus asistencias igual que si se tratase de una representación divina, Near tenía muchas cosas que alguien como Matt no comprendía y le intrigaba demasiado sin importar cuan ordinario fuera el resultado de estudiarlo a profundidad. Near era humano pero Matt creía ver en él algo abstracto más que artificial en su modo de emplearse al mundo. El niño británico mientras tanto comenzaba a sentirse exasperado por el silencio que Matt extendía entre los dos pese comunicarle sobre sus intenciones de iniciar una platica con él, nunca le incomodó la compañía de nadie siendo tan poco frecuente el acompañamiento exclusivo a su persona pero con Matt era diferente. Near no desconocía las manías del pelirrojo por mantenerse alejado de la convivencia en ciertos niveles e interpretaba sus tacaños acercamientos a otros huerfanos como un escape a su hermética personalidad. Sin embargo, siendo conocido por ser hablador cuando se permitía a sí mismo acercarse a alguien, era mala señal que no dijera nada después de haber brindado pie a la conviviencia. ¿Acaso esperaba que él iniciara la conversación? Near retorció un mechón de su cabello atormentado con la idea.
 
—No sé de qué hablarte— confesó atrayendo la mirada de Matt a la altura de su rostro con sorpresa evidente, su expresión insitó a Near desvíar la mirada. 
 
—¿Eh? ¿Qué?—. Matt tardó unos minutos más de lo deseado en entender a lo que Near se refería y, cuando lo hizo, se echó a reír con ganas antes de inclinarse hacia él. —No te presiones, Near. Cuando dije que quería entablar una conversación no me refería a que forzadamente debía ser al momento, también dije que quería pasar el rato contigo, ¿cierto? Sabes que eso no significa especificamente a hablar sin parar.
 
—Ya veo— asintió Near un poco avergonzado, confirmandose el sólido hecho que sus perspectivas chocaban, era muy fácil para Near malinterpretar las risas de Matt y creer que podría estarse burlando de él aunque se tratara de un aspecto poco probable; cuando Matt reía no necesariamente era motivado por un factor negativo.
 
—Pero, si te incomoda estar en silencio ahora mismo, puedo buscar un tema rápido.
 
—Está bien— dio Near como única respuesta, manteniendose protegido por una burbuja de negligencia, sintiendo necesario implantarlo. Matt volvió a reir.
 
—Es por esto que me gustas, Near— admitió el joven pelirrojo recostandose sobre la superficie del suelo mientras miraba con decepción cómo lentamente los rayos del atardecer descendían sobre el orfanato, colmando los cristales con vislumbrantes efectos divergentes. —Creo que voy a extrañarte cuando mi tiempo aquí termine.— Los dedos de Near detuvieron su repetitiva labor en los níveos cabellos. Matt lanzó un bufido divertido en acorde. —Al principio la idea ni siquiera cruzó mi cabeza pero te estimo, lo he comprobado hoy. Siempre te odié, no por razones personales, sólo creí odiarte por tu desagradable indiferencia a tu propio intelecto, no me importaba que fueras igual, peor o superior a mi pero terminé tomandote cierto rencor con el paso de los días y ahora noto que eres especial para mi más que como una competencia involuntaria. El mundo está lleno de ironias, ¿no?
 
—Me parece que el uso de ese término está sobrevalorado, las ironias ocurren porque las personas tienden a contradecirse a sí mismos constantemente y los hechos son estimulados en base a ellos. En primera instancia pareciera que no lo esperan pero el subconsciente actua a raíz de esa inconsciencia del mismo modo en que ocurren los accidentes, reacciones a imprudencias tanto físicas como mentales que el cerebro bloquea al no estar centrados en un pensamiento especifico.
 
—Una forma complicada de decirlo pero entiendo tu punto— correspondió Matt entre risas, en ese momento todo lo que Near decía era bastante agradable aún si su acento fuera neutral. —En resumen, me encariñé contigo mientras me negaba aceptar este hecho— dijo depositando su nuca sobre sus palmas entrelazadas. —Aunque es verdad que tienes una forma peculiar de ser y eso provoca que seas difícil de ignorar.
 
—Supongo que se debe a las circunstancias, estamos en el Wammy's House, si se hubiese tratado de cualquier otro orfanato yo pasaría desapercibido mientras nadie sintiera interés en mis notas semestrales.
 
—Tiene sentido.
 
—Matt, ¿por qué decidiste tener una conversación conmigo tan repentinamente? ¿No consideraste que sería un comportamiento sospechoso?
 
—¿Sospechoso?— repitió con burla. —Me he estado esforzando por ser alguien libre de ataduras, si es respecto a mis acciones todas conservan el matiz de impredecible. Cada vez me acompaño de niños diferentes cuando me siento aburrido.
 
—Es una señal común. 
 
—Lo es pero ahora estoy comenzando a hastiarme.— Matt finalmente despegó la espalda del suelo para después levantarse de un par de sencillos movimientos. —Iré a ver qué hay de divertido afuera.
 
—No tengo el derecho de juzgarte pero eres tan vago como dicen.
 
Las hoscas palabras de Near provocaron en Matt una limpia carcajada, cargada de toda aquella energia que poco mostraba al exterior, más especificamente a causa del dialecto corriente poco explotado por Near.
 
—No voy a negarte eso.— Acorde a la emoción del momento, Matt se tomó el atrevimiento de alborotar los pálidos cabellos, logrando que el receptor se convirtiera en victima de una inesperada sorpresa. —Felicidades, Near. Te has graduado como alguien que tiene un excelente sentido del humor.
 
Near sintió a sus mejillas arder un poco en respuesta a la muestra de afecto de Matt mientras descubría un inesperado sentimiento de irritabilidad por la sacudida recibida, y el pelirrojo comenzó a caminar, deshaciendose de la colilla que adornaba sus labios una vez se percató de que su cigarrillo se había desintegrado por completo pero, antes de que pudiera cumplir su cometido, la voz apenas controlada de Near lo obligó parar en seco.
 
—¿Te irás?—. El joven sintió a todos sus músculos paralizarse, victimas de la impresión. No esperaba que Near se percatara, sabía cuan intuitivo llegaba a ser pero no creyó que lo fuera incluso en esa clase de situaciones. Near sujetó entre sus dedos su robot preferido de la colección que le acompañaba en ese momento, sintiendo cómo una presión áspera atacaba sus garganta haciendo a su voz temblar de forma leve. —¿Mello lo sabe?
 
—No, no podría decircelo.— Matt decidió que no tenía caso ocultarlo y el pecho se le oprimió de pena al comprender que todo estaba a punto de llegar a su fin. —Mello puede parecer rudo y hacerse el fuerte enfrente de las demás personas pero es sumamente sentimental, si se lo dijera de frente estoy seguro de que hubiese llorado.
 
—Me parece muy agoista que quieras ocultar algo que todos terminaran descubriendo tarde o temprano, Mello también, el que evitaras darselo a saber ahora no impedirá que llore cuando se dé cuenta.
 
—Tienes razón, sin duda alguna lo hará pero al menos quería impedir que lo hiciera frente a mi, no podría irme sabiendo que él se estuvo haciendo el fuerte. Si se da cuenta y lo hace cuando yo no estoy más aquí, él no tendrá que contenerse para darme el gusto de irme sin sus lagrimas en mi memoria. Aunque se escuche desconsiderado o egoísta, creeme que a quien más le beneficia es a él.— Near no dijo más, parmaneciendo encorbado en su sitio sin hacer el mínimo movimiento a favor o en contra del suceso, distraído en las palabras que Matt le brindaba. —No te pediré que me guardes el secreto ya que lo sabes. Gracias por la charla, la disfruté mucho.
 
Con lo recién dicho Matt anunciaba su despedida definitiva, Near lo comprendió cuando levantó la mirada y lo vió agitar una mano en alto mientras avanzaba de forma habitual hacia la salida, sabía bien que no era su estilo arrepentirse de sus decisiones así que -aunque el impulso de correr tras él lo abordó- Near no hizo siquiera el intento de moverse hasta que perdió de vista su silueta tras los muros. Bajó la vista, enfocandola en sus juguetes descuidadamente apilados frente suyo, debatiendose sobre lo que debía hacer mientras con una mano palpaba sus propios cabellos blancos, justo en la zona donde el tacto de Matt había dejado una sensación fantasmal de bienestar.
 
 
Con paso duro Mello se deslizaba por los pasillos del orfanato camino a la Sala Común, presuroso por encontrar al dueño del viejo cartucho del 64* que hubo encontrado no hace más de unos minutos durante su recorrido a la oficina del director. Había preguntado a los niños más próximos sobre su paradero pero, sin importar a cuántos preguntara, nadie parecía saber dónde se metió el susodicho amante de videojuegos. La situación a Mello no le había alarmado en absoluto pues era normal que su amigo se perdiera y nadie supiera el lugar de su paradero así que se dispuso hacer lo que cualquiera haría en su posición y era ese el principal motivo por el que corría entre las multitudes, impaciente por ver la cara de agradecimiento que seguro el aludido le daría cuando viera su cartucho de vuelta. Sonrió con arrogancia al imaginarse las palabras que le diría, Matt era bastante exagerado cuando de sus preciados videojuegos se trataba y a Mello le complacía la idea de ser alabado como un buen amigo, puesto que sólo en esa clase de eventos era halagado por su compañero. Saltó en sus últimos metros para entrar a la Sala Común y observar a su alrededor sin encontrar a quien buscaba pero su atención fue robada al instante por Near, cosa que le molestó, obligandole a bufar encolerizado por prestarle interés justo cuando buscaba a alguien más ameno pero su breve distracción le ayudó visualizar a Linda quien hablaba animadamente con otra niña a sólo unos cuantos metros del albino. Ella podría saber algo sobre Matt aunque la probabilidad se jugaba a la suerte. Se acercó sin cuidado a las chicas siendo advertido al instante por Near quien lucía insistente a la presencia del rubio.
 
—Oigan— formuló falto de tacto, Linda lo miró al igual que la otra chica, vigilantes a lo que quisiera decirles el agresivo y belicoso Mello. —¿Ha visto alguna a Matt?
 
—No, no lo he visto desde la comida— contestó Linda sin temor a equivocarse.
 
—Creímos que estaría contigo— le comunicó la otra niña a favor de su amiga.
 
—Pues no estamos juntos— evidenció Mello posando una mano en la cintura en gesto imperioso, casi sintiendose mal por restregarles en la cara lo erradas que estaban.
 
—¿Ha ocurrido algo malo?—preguntó Linda curiosa. Mello hizo mala cara pero igual respondió a la pregunta de la castaña, alzando el cartucho a la vista de las dos chicas.
 
—No, lo buscaba para entregarle esto, eso es todo.
 
—Quizás esté en su habitación— sugirió Linda, ignorante de la tensión que se presentaron en los dedos de Near cuando intentó ajustar una de las piezas de su rompecabezas. —Hace poco estaba en el patio pero lo ví volver adentro, seguro que decidió encerrarse.
 
—Ya veo, entonces iré.
 
—Matt no está en su habitación.
 
Para sorpresa de los tres involucrados en la conversación, esta fue la primera vez que Near se entrometía sin ser invitado, y miraron en dirección a él sólo para descubrirlo cabizbajo sin finalizar su rompecabezas. Mello se giró por completo para enfrentarlo sin prestarle atención a la manera sigilosa como las chicas empezaron a alejarse, indispuestas a ver una nueva pelea que podría estallar entre los dos aspirantes a sucesores de L, sobre todo cuando la mueca relajada en el rostro de Mello había mutado a una expresión de indignación total en una diminuta fracción de segundo.
 
—¿Qué quieres decir?
 
—Especificamente eso: Matt no ocupa su recamara.
 
—¿Y cómo se supone que lo sabes?
 
—Matt estuvo aquí conmigo hace unos momentos y me dio a conocer su siguiente paradero, ubicación que no es su habitación.
 
—¿Ah, si? ¿Desde cuándo a Matt se le da por acompañarse contigo? ¿Qué te hace pensar que voy a creerte semejante mentira, Near?
 
—Es tu responsabilidad elegir creerme o no. No son mis intenciones hacerte perder el tiempo o distraerte de tus objetivos actuales mas consideré adecuado brindarte mi conocimiento sobre las intenciones de Matt porque no me sentí capaz de ocultarlo. Mello, sabes cuál es la edad de Matt, ¿es correcto?
 
—¿A qué te refieres... ?—; Mello se sintió fuera de lugar un instante pero no tardó en concretar un significado a las palabras de su rival. Sus ojos se abrieron acorde a la sensación de pánico sobornando sus sentidos en conjunto con la mirada profunda que le ofreció Near. 
 
—Él se irá hoy— declaró, alterando aún más las emociones revueltas de Mello. —Aún hay una pequeña probabilidad de que logres alcanzarlo.
 
Mello retrocedió sin apartar su mirada escandalizada de la silueta de Near, el albino no se movió incluso después de que Mello se devolvió sobre las puntas de sus pies para comenzar a correr en dirección opuesta, apresurado por localizar a Matt con mayor vigor del establecido anteriormente. Mientras Mello corría, Near se quedaba inamovible como un objeto más en la Sala Común, lamentando a su manera silenciosa la perdida de un compañero cercano, una perdida que le obligaba no hacer siquiera el intento de terminar el rompecabezas iniciado. Aquel día el juego de mesa no estaría concluido.
 
 
Sin embargo, sin importar cuanto corriera, cuántos lugares visitara o por cuáles pasajes entrara en su intento por ver de nuevo a Matt, este ya se encontraría demasiado fuera de su alcance, Mello no sería capaz de llegar a tiempo. Matt ya se apartaba de Wammy's House detenido en una parada de autobus que le llevaría muy lejos del lugar donde creció, de aquel que resguardaría tantos recuerdos irrecuperables e insulsos. Chupó el cilindro entre sus dedos para darse cuenta que no quedaba más que la colilla, las últimas cenizas que la adornaban lentamente caían, para siempre en el olvido; la tiró a un costado suyo y abrió la cajetilla que conservaba todavía en su bolsillo, visualizandola vacía  y esto expulsó cual humo al medio ambiente un sentimiento de resignación que se impactó contra su pecho obligandolo sentir aceptación por el suceso.
 
—¿Fueron las últimas, eh?— obvió pues no se había dado cuenta hasta ese momento la cantidad de cigarrillos que había consumido antes de escapar del orfanato junto a todas sus maletas. Miró al autobus acercarse y se dispuso continuar su camino, devolviendo la cajetilla allí donde la hoja doblada con un formulario escrito permanecía.

Notas finales:

Se podría decir que este capítulo es un pretexto para hacer que Matt y Near interactuaran... tenía tantas ganas de escribirlo. Aunque también era necesario para nuevos datos relacionados a Matt.

Hasta la próxima.


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