Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Ave Versus Cristus por Xora

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Como tenía algo de tiempo extra decidí dejarme caer por aquí una vez más. El capítulo está destinado a la irremediable tensión así que preparen sus corazoncitos

Aquí vamos.

Tras una exhaustiva administración de la policia japonesa para el plan de acción al día siguiente, el detective se despidió de Watari deseandole un viaje seguro de vuelta al cuarto de hotel que compartían, así que observó a la imagen cerrarse para dejar en su campo de visión el iluminado fondo de pantalla conformada por la ilustración natural de una tundra con montañas alrededor; se quedó mirandolo un instante en completo silencio, repasando lo ocurrido por medio de la TV, ensimismado con el resultado de sus pruebas. No esperó que la puerta de su habitación se abriera y la silueta conocida de Beyond lo incomodara cuando cerró la puerta nuevamente a sus espaldas, sosteniendo lo que supuso se trataba de su reciente adquisición de mermelada. L devolvió la mirada a la pantalla del computador pretendiendo ignorar a su visita cuya medida no funcionó en el instante que B se posicionó justo a su lado con los dedos enterrados en su cabidad, lamiendo hasta el último rastro dulce en su piel. Pensó en decir algo para aligerar la tensión en su propia anatomía cuando B le arrebató las palabras de la boca sin consideración.
 
—Vi la respuesta de Kira. Impresionante, ¿no crees? Kira en verdad existe.
 
L dejó pasmada la vista en la silueta de B, la cual terminaba camuflandose con la oscuridad de la habitación, después de todo la camisa negra de manga larga que vestía apenas lograba distinguirse con la ayuda del aparato frente a los dos. No replicó, por supuesto que B sabía en qué estaba involucrado, no sería su más aguerrido antiguo sucesor de otra manera aunque tampoco le resultaba placentero que se lo diera a saber tan despreocupadamente.
 
—Es verdad— respondió, no podía decir nada más. Miró a su acompañante de reojo para luego dejar caer su atención en el suelo, buscando comprender este irreal enfrentamiento habiendo iniciado tal tema siquiera invadir su espacio. ¿Acaso esperaba que lo invitara unirse? L no planeaba hacerlo, la actitud inestable de BB no ofrendaba serenidad en ningún aspecto por lo que sería altamente estúpido dar la menor esperanza.
 
—Kira me gusta.— Los ojos de Beyond destellaron anhelantes por ver una reacción por parte de L, cosa que no ocurrió, sólo una mirada vigilante. B prosiguió. —No me considero un fan suyo pero tiene un carisma muy interesante, sería una pena que lo arrestaras rápido. Al menos me gustaría pedirle un autógrafo antes de que lo ejecuten.
 
—Esto es inesperado— comentó el detective jugando con sus labios. —Recuerdo que no hace más de veinte horas dijiste que la existencia de Kira te era indiferente, en cambio ahora me revelas que te inspira interés.
 
—Nunca he conocido a alguien que asesine a distancia, si es que esta cadena de sucesos realmente no fueron obra de coincidencias, me gustaría entrevistarme con él e integrarme a su utopía de ser posible.
 
—Ya entiendo, en pocas palabras quieres saber sus metodos de homicidio.
 
—¿Te molesta?
 
—No, yo también estoy interesado en ello pero ahora estoy más ocupado en encontrar pistas que me lleven al humano tras el alias de Kira.
 
—Razonable.
 
—Primero debo continuar recolectando información— externó para después sumergirse lentamente en sus pensamientos, cada vez más profundo y agudizó sus razonamientos sin ser consciente de la inspección que el asesino de Los Ángeles realizaba sobre él, dejando incluso la faena de lamer y tragar su mermelada favorita para perderse en el gesto concentrado de L. 
 
Teniendolo ahí ante él B casi no concebía el hecho de que ese sujeto delgado y andrajoso se tratase del mejor detective del mundo, a quien todos reconocían por su arrogante eficacía en los retorcidos casos de asesinos en serie en los que se involucraba; había seguido todos y cada uno de sus pasos y no desmentía el que L fuera un desgraciado más que un héroe. Siempre lo admiró por ello pero B no estaba del todo seguro lo que él significaba realmente, no conocía las sensaciones que tenerlo a su lado despertaba en su ser entero. Observó sus negros cabellos y los comparó con los suyos, descendió a sus negros y profundos ojos con el anhelo impreso de arrancarlos de sus cuencas para poder lamerlos, saborear y contemplar más de cerca los sistemas que los constituían. Detuvo su mirada en las mejillas fantaseando con el tinte rosado que se había instalado en estas hace poco y miró sus labios recordando el sabor que logró percibir en el último roce, el rastro de fresa que obtuvo de presionar sus boca con tanta violencia pese a su naturaleza fugaz. Inclinó el cuerpo hacia el contrario encubriendo sus intenciones, olfateando con igual disimulo el aroma dulce que entró por sus fosas nasales. Lo sabía, desde el momento que entró a esa recamara había advertido el único olor que a B lo enloquecía; de nuevo L había ingerido mermelda de fresa. B envió al demonio su raciocinio cuando sus flacas manos capturaron el rostro de L quien se quedó inmóvil al darse cuenta de lo que sucedía. La boca de BB retomó la posesión de la ajena ligeramente abierta por el asombro, los labios ansiosos se acoplaron a los de L sosegados por la nula respuesta y aspiraron con celo la calidez que transmitían, Beyond se descubrió extrañandolos aún cuando nunca se habían encajado como ocurría en ese instante, ajustados como si hubiesen sido fabricados para pertenecer a ese lugar. Lawliet siguió sin responder pero a B no le importó, hipnotizado por los escalofríos que recorrieron sus vertebras una y otra vez, sintiendo más de lo adecuado con ese único beso. Entonces devolvió a la distancia su derecho, dejando a sus alientos mezclarse una fracción de segundo antes de que se levantara anunciando su partida mientras L se quedaba confundido una vez más a merced de sus perennes dudas al respecto. B cerró de un golpe la puerta y dejó a Lawliet en la soledad. Había sucedido dos veces y tres más contanto la reciente, Lawliet no comprendía por qué Beyond lo hacía, lo que trataba hacer a raiz de esos besos inesperados. L sabía lo que un beso implicaba pero el factor que los motivaba era un asunto distinto. Colocó una de sus temblorosas palmas sobre su pecho percatándose de cuan acelerado se encontraba su ritmo cardiaco, tan perturbado como sus pensamientos.
 
—Beyond— musitó entre el silencio, cayendo en cuenta de los sentimientos que se instalaban en su organismo siquiera pronunciar ese nombre. Por supuesto que había notado reacciones inusitadas desde la primera vez que B le besó mas su cerebro no adquiría lucidez dentro de la situación, simplemente no podía. La imagen y acciones de B no accedían abandonar su cabeza. Se dejó caer al suelo tratado de controlar sus cáusticas emociones, encontrando alivio en la frialdad del azulejo. No comprendía nada.
 
 
Lo había hecho de nuevo, una vez más hizo contacto con L, se burló de sus barreras e interfirió con su espacio personal como si se tratara de algo simple, por lo tanto emblematico. En su mente no dejaba de repetirse estas palabras mientras avanzaba por el pasillo con una sonrisa malsana contaminando sus labios siempre desabridos. Con creciente excitación abrió la puerta de su recamara y se encerró dentro de un portazo, respirando con irregularidad, agitado como si hubiese estado corriendo tras una presa moribunda a quien se le hubiesen atribuído dotes sobrenaturales de escape. Recorrió lo que quedaba de amplitud entre él y la cama, tirandose sobre la colcha sin preocuparse en nada más. Respirando contra la almohada terminó mordiendose el dedo índice con tanta fuerza que logró hacerlo sangrar sin cumplir su objetivo de calmar la ansiedad con la que estaba siendo fracturado su autocontrol, la caricia fantasmal de aquellos labios trastornando el balance de su cordura y la necesidad de su cuerpo por expresar todas esas sensaciones.
 
Niichan... — pronunció con deseo, congoja y lujuria. Sus manos viajando a través de su torax y vientre hasta llegar a su entrepierna. —L...— gimió con desesperación, ira y lascivia deslizando sus dedos dentro de sus pantalones; —... Elle Lawliet.
 
El desastroso movimiento aumentó su velocidad, las ideas dando vueltas hasta volverse difusas, cubiertas por una espesa niebla de placer que explotó en el momento que el esperma de Beyond Birthday alcanzó su limite. Visualizaba a L caminando por las calles de esa forma astrosa en compañía de Watari, lo veía ante su computador presionando teclas con esa expresión indiferente y mecanica, fantaseaba a L sonriendo de manera descuidada. El erotismo era para personas débiles influenciables, a B le bastaba con imaginar a Lawliet surcando los momentos cotidianos de su vida para excitarse, imagenes sexuales y situaciones comprometedoras se las dejaría a alguien de escaso intelecto pues él no las necesitaba para jactarse de la satisfacción que le provocaba habitar el mismo espacio que su ideal, era lo que pensaba mientras admirada la pegajosa sustancia decorando sus manos. Si consiguiera hacer de L una divinidad individual nada podría ser más perfecto. No lo dejaría, no ahora que había dado respuesta a lo que él significaba para B y quitaría del camino a quien osara arrebatarle el paraiso prometido que simbolizaba la sencilla existencia de L. La última persona capaz de salvarlo -sin saber- estaba ahí para desquiciarlo por completo.
 
—Kyejeje... Ya no me importa el parentesco. L, le perteneces a B.— Ya lo había decidido y esta vez, sonriendo con degenerada sinceridad, se entregaba a la felicidad momentanea, no evitandose disfrutar del placer después de la eyaculación, sintiendo el tacto de las sabanas como una caricia que conforta y susurra que todo mejorará con el tiempo.
 
 
Las investigaciones parecen ir avanzando durante los días siguientes. L ha conseguido comprobar bastantes cosas que estuvo revisando y había puesto bajo intensos analisis antes de convencer a las fuerzas policiales japonesas de otorgar su cooperación al caso. Sin embargo, también han existido derrotas para él, es lo que B puede observar en el semblante concentrado que gesta con mayor frecuencia, existen bajas en la investigación que L calla y mantiene en secreto de sus fuentes pues -pese a que L jamas tuvo verdadera confianza en los oficiales nipones- la traición era algo que se vio obligado a recurrir cuando dedujo que Kira debía estar obteniendo información clasificada. Watari ha pasado menos tiempo en sus guaridas que otras ocasiones y, por lo regular, se presenta para transportarlos a una nueva habitación de hotel o -en su defecto- inmigrar a una distinta edificación dentro de la misma región del país. B pudo haber estado agradecido con la privasidad y el mayor tiempo que pasaba a solas con el detective pero pocos segundos después los maldice ya que L se encierra en su habitación y no sale una vez ha terminado sus cada vez más escasos descanzos cerebrales. Ante ello, B hace visitas cortas a su sombría recamara con el fin de perturbar los razonamientos de L ,simplemente para no perder costumbre, mas enseguida guarda silencio y se queda en un rincón con un frasco de mermelada, apartado del otro para dejarle libre de realizar sus profundas cavilaciones. Aunque L no le ha permitido integrarse a la ardua tarea de seguirle el rastro a Kira, B infiere sus conclusiones en base a lo que roba del computador de L o logra sacarle de manera verbal, cosa que no es mucho pero con el que puede implementar un sentido sin tanto esfuerzo. Hasta ahora sabe que Kira necesita de un rostro y un nombre para asesinar, es capaz de manipular a su antojo las acciones de sus victimas -algo inimaginable para quien conservara su sentido común- y que, para colmo, puede especificar una hora exacta de muerte. 
 
Estos descubrimientos a B lo inquietan más de lo que le entusiasman, aunque no sabe hasta dónde L había avanzado con la identidad secreta del asesino global, a B le incomoda que posea más poder de lo que nunca tuvo él y le fastidia pensar que aquella larva se estuviera jactando de toda la atención que recibía del mundo, incluído L. No soportaba imaginarse lo complacido que debía encontrarse el sujeto tras Kira al creerse el purificador supremo del mundo; mataba criminales, limpiaba la peste, y comprendía lo que estaba tratando hacer, él mismo pudo ser asesinado por Kira, si tan sólo L no hubiese borrado todo rastro de sus delitos seguramente se habría convertido en una victima más de estos misteriosos ataques al corazón y temblaba de rabia al imaginarse muerto como pieza de un juego que pudo no conocer, y empezaba a detestar a Kira por eso, porque nadie tenía permitido matar a la contraparte de L ni a L. Si L moría debía ser por su causa, no por la de nadie más, del mismo modo debía funcionar a la inversa, sólo L tenía derecho de aniquilar la existencia de B.
 
—B-kun... —; el llamado monotono sin un tinte de emoción devolvió a Beyond bruscamente a la realidad, sólo para darse cuenta que Lawliet miraba en su dirección desde su posición frente al brillante computador, ojos saltones que delataban cierta curiosidad. B se removió entre las sombras, dandose cuenta que su viscosa sangre volvía a manchar sus labios pues había estado mordiendo con desmedida fuerza sus dedos medios. —No creí que continuaras ahí, ¿no es aburrido? Han pasado seis horas con cuarenta minutos.— Birthday no sintió el impulso de responder, hipnotizado con la atención que su medio hermano le dedicaba, su corazón latiendo sin control. —¿Guardas un frasco de mermelada contigo?
 
—¿Por qué... ?— quiso saber B, articulando palabras por inercia pero detuvo su pregunta al comprender el interés de L sobre su mermelada. —¿Gustas un poco? 
 
—Si no te es un inconveniente, me gustaría que lo compartas conmigo.— L se levantó del suelo, caminando con esa usual manera encorbada hasta el bulto negro que formaba B dentro de la distorcionada oscuridad.
 
—Adelante— concedió extendiendole el bote medio lleno de la jalea.
 
—Siento que debas dividir tu preciada mermelada por mi.— L sujetó el frasco cuidadosamente con las puntas de sus dedos, una acción que intrigó a B quien siempre lo había agarrado con la palma entera. —Pero mi cerebro está hambriento y dudo que haya más dulces aguardando en la cocina.
 
—Descuida, no me molesta.— Sin perder de vista al detective, Beyond contempló cómo este acomodaba el peso de la botella de vidrio en su palma y usaba una cuchara para saborear el contenido dulce del producto. —Se disfruta más si usas los dedos— sugirió.
 
—Gracias pero prefiero no ensuciarme más de lo debido, me incomoda sentir las manos y los dedos pegajosos a diferencia de ti.
 
—Ya veo, tienes hábitos alimenticios comunes, jamas lo hubiera imaginado.
 
L no respondió, limitandose a ingerir cuanto dulce pudiera dentro de su boca pero asegurandose de conservar lo preciso para B ya que esa golosina espesa le pertenecía y no le convenía abusar de la amabilidad que repentinamente le había mostrado al dejarle comer de su mermelada de fresa pues, desde el primer día, Beyond había exigido que tanto L como Watari evitasen tocar ese producto en concreto. Realmente era deliciosa, por eso el detective sentía empatía al gusto particular que B demostraba por tal pero, últimamente, terminó por tomarle una inclinación y definición distinta a la que tuvo siempre respecto al manjar en cuestión; cada vez que hurtaba un poco de aquellos frascos encontraba un gusto desemejante entre el paladar habitual. Y cuando pensaba en B durante los atracos sus papilas gustativas se sensibilitaban y el sabor se volvía extraordinario, por lo tanto irresistible. Sin embargo, L no se había dado cuenta de aquello que reflejaban sus acciones, ni siquiera cuando se descubría mirando inconscientemente hacia B mientras enfocaba sus pensamientos en Kira  y acababa observando de forma obsesiva a quien se quedaba a su lado sin decir nada o interrumpirlo. La curiosidad que le embargaba y el calor que lo derretía sólo recordar la sensación de los labios de B succionando los suyos en besos aparentemente instintivos, desprovistos para ambas partes. L se dispuso devolverle el envase a B ahí en el suelo cuando de pronto este mismo estiró las piernas y se levantó de un par de movimientos, lo cual sobresaltó ligeramente a Elle pero en su estupefacción reaccionó.
 
—Te lo entrego de nuevo.
 
—... Si.— Lawliet vio a la mano de B alargarse al bote de vidrio pero no se lo arrebató de las manos, en cambio, le sujetó la muñeca y con su mano libre lo atrajo de la nuca para luego aproximar el rostro y besarlo, ajustando sus bocas entre sí como si el otro fuese a oponer resistencia. Aunque Lawliet entendió enseguida lo que ocurría se mantuvo inmóvil, cerró los ojos antes de entreabrirlos un poco y respondió al contacto, fue automatismo o quizás simplemente estuvo esperando que volviera a ocurrir, no le dio nombre a el arrebato de reacciones internas ni el que su mente se apagara, quedandose completamente en blanco; se dedicó a sentir, a respirar y someterse al suceso que duró un instante más al de otras ocasiones. B se apartó y esta vez no salió huyendo ni intentó cubrir el acontesimiento con una nueva charla, miró a L quien también lo miró de vuelta, al fin confundido.
 
—¿Sucede algo?— la interrogante del detective toma al asesino desprevenido, están todavía muy cerca uno del otro así que le es fácil percibir el aliento ajeno sobre sus labios.
 
—Estimaba que tuvieras mejores preguntas qué formular.
 
Elle hizo una mueca, rayando la irritabilidad junto con el agobio, buscando entre sus neuronas una respuesta que le ayudara a salir de aquel desmesurado dilema donde yacía.
 
—Las tengo pero... a nivel personal no tengo idea por dónde empezar.
 
—Intentalo— sugirió B, alejandose, retomando distancia entre ellos. L lo meditó un momento, mirando el suelo con algo similar a la inquietud, lo cierto era que jamas en su vida se había sentido tan inquieto por lo que comenzó a frotar el dorso de su pie izquierdo contra el tendón derecho antes de volver a sostenerse con ambos pies, tímido e inseguro.
 
—B-kun, ¿te gusto?
 
Aquella pregunta golpeó violentamente el pecho de Birthday, obligando a su corazón trabajar más aceleradamente que nunca pues jamas pudo haber anticipado que Lawliet le haría esa pregunta, estaba preparado para muchas otras mas no para esa interrogación en concreto. Había olvidado lo directo que era L, carente de inseguridad al hablar.
 
—... Si— acertó a responder, evitandose los rodeos mientras veía al detective bajar la cabeza como si quisiera que el suelo lo ocultara de él. —¿Te molestó?— realmente quería saber si los besos le habían desagradado, en su mente sólo podía pensar que tales eran la causa de que L se mostrase renuente en aceptarlo.
 
—No es como si me molestara, es inesperado que tuvieras esta clase de interés en mi.
 
—No me refiero a eso.
 
—Sé más especifico, B-kun, de otro modo...
 
—Te quiero. Correspondeme— replicó Beyond, interrumpiendo a L en su discurso pero él no insistió más en el instante que su imitador levantó la mirada, una acción tan simple que enfrió su interior por completo. ¿En verdad sabía lo que implicaba su confesión? El parentesco sanguineo no debía relacionarse de esta manera, según L estaba enterado. Tenía pensado exponer este importante dato en la irracional petición cuando B lo sujetó de la playera y lo hizo retroceder bruscamente hasta que encontró su final sobre la superficie de la cama, golpeando su espalda contra esta dentro de una violenta sacudida. Entonces no consiguió reaccionar mientras su cuerpo era aturdido por la caída y luego se percataba de la posición que B había adoptado sobre él, apresandolo entre sus brazos y piernas para impedir que pensara huir aunque L no lo tuvo en consideración desde un principio. 
 
—Esto era innecesario, B-kun— afirmó tratando de ignorar el nerviosismo que le generaba la forma como se penetraban los ardientes irises contrarios en él. —No iré a ningún lado.
 
—¿Eres consciente de lo que estoy solicitando? Si no lo has comprendido, tengo la intención de explicartelo ahora mismo.
 
—Eres tú quien no parece comprender la gravedad de la situación, B-kun— declaró Lawliet endureciendo el gélido tono de su voz, pero instintivamente estaba alterado. —Espero que recuerdes los documentos que te mostré el día que nos conocimos, es improbable que nuestra relación evolucione teniendo en cuenta que eres un asesino también. Además, los besos que me diste me tomaron por sorpresa, de haberlos pronosticado jamas hubiese permitido que se efectuaran.
 
—Pero al final respondiste— objetó B tirando de sus comisuras la tensión malsana de una sonrisa dibujandose lentamente en sus labios, sintiendo al cuerpo de L tensarse bajo su anatomía, causandole escalofríos por la manera que lo vio tragar saliva. —Eso es un hecho que ni siquiera tú, el gran detective L, puede rebatir. Aceptalo, he ganado.
 
—Eso no lo decides tú, B-kun. No hay evidencia precisa de que mis acciones justifiquen el que yo posea algún interés romántico en ti, pudo ser una prueba trivial sin un real objetivo.
 
—Sé muy bien que jamas pondrías en marcha planes de acción que no comprendes, ni desarrollarías maniobras evasivas insulsas sin tener una meta final. Niichan no lo haría, no el L que yo conozco.— Beyond se inclinó hacia Lawliet, incitandolo removerse inconscientemente ante la nueva invasión pero sin apartar la mirada de aquellas profundas pupilas. —He estado siguiendo cada uno de los movimientos que realizas en el mundo, he apilado en mi memoria hasta el más mínimo caso donde te has involucrado y la manera como lo has resuelto. Te he observado cuidadosamente desde que tu mera existencia se convirtió en mi razón para vivir. Conozco cada uno de tus gestos, los mecanismos que los manipulan, los sentimientos que expulsan. Lo sé todo sobre ti, sé lo necesario para estar seguro que el movimiento de tus labios en mi boca no fue algo involuntario o irracional, significa algo y es algo que incluso tú desconoces. No, quizás es algo que intentas desechar.
 
—B-kun...—; Elle intentó indagar un poco más en la situación cuando los labios de su imitador tocaron su boca para apartarse sin siquiera transcurrir un segundo pero esa fugaz sensación bastó para que sus manos presionaran con fuerza las sabanas entre sus dedos antes de notar que Beyond volvía a su posición inicial. —Me besaste de nuevo.
 
—Lo hice— corroboró serio, imperturbable.
 
—¿Por qué?
 
—Estoy tratando de hacerte interpretar tus reacciones corporales.— Beyond posó una de sus manos en el pecho de L descubriendose fascinado con el apresurado ritmo cardiaco que su sentido del tacto percibía, tomó el brazo de L con su mano libre haciendo lo mismo esta vez en su propio pecho. —¿Puedes sentirlo?—. La voz susurrante de B se siente tan lejana para el detective al saberse perdido dentro de aquel palpitar gestandose bajo la palma de su mano, el corazón de B latía rápido, demasiado rápido, incluso llegó a pensar que este desfallecería pero el semblante de su acompañante seguía siendo igual aunque quizás un poco más ansioso. Se estremeció. —En estos momentos ya debes estar comprendiendolo.
 
—Esto no prueba nada...— dijo desviando la vista por primera vez, el nerviosismo que sentía no hacía más que aumentar, sus mejillas se sonrojaron y su vientre cosquilleó repentinamente. Decidió alzar la mirada pero lo que vio en el rostro inexpresivo de B lo dejó mudo. No era deseo, los ojos de su medio hermano no irradiaban posesividad ni alguna clase de lujuria, sólo admiración, la más pura y mortal admiración hacia su comportamiento, hacia las reacciones sensitivas que estaban delatandose en él físicamente.
 
—Haberte conocido...—; B dejó incompleta la oración para pensar mejor la dirección de sus observaciones. —Estar contigo es extraño. Luces tan pálido, tan muerto como un cadáver pero estás convida y la conducta de tu sistema motor es la misma de un humano. Sin embargo, no eres un individuo corriente. La imagen que poseía de ti, mientras te estudiaba por medio de videos cortos y fotografías, siempre fue la de un fenómeno. No parecías un hombre cuando te desplazabas pero tampoco lucías extraordinario. Extraño, sólo eres extraño, y me hace sentir extraño ser quien más te comprende.
 
—¿Asumes que me comprendes sólo porque fuiste impulsado a imitarme?
 
—Te comprendo— atestiguó Beyond enfocando la mirada a un costado de su reflejo, recorriendo la tela con sus esqueleticos dedos y exhibiendo la cicatriz casi difusa que sobresalía fuera del cuello de la percudida playera blanca. —Sé reconocer cuando alguien ha escapado de inumerables eventos traumaticos en toda su vida, temo que en ello también somos similares. No estoy seguro de si tal no te afecte en absoluto como ocurre conmigo, por otro lado...
 
Birthday se inclinó sobre Lawliet, acercando su boca a la visible cicatriz, derramando su tibio aliento sobre esta, aspirandola con su acompasada respiración antes de acariciarla con la punta de su lengua cuya húmedad inyectó una fuerte impresión en L, sobresaltandolo. BB no estaba seguro por qué había sentido el impulso de hacer aquello pero no se resistió a continuar aún después de que otras manos se posaron sobre sus hombros con la intención de apartarlo pero sin usar la fuerza necesaria, dejandose hacer. Elle expulsó con tensión evidente el aire que retuvo dentro de sus pulmones, liberando un quejido estrangulado ante la sensación de ser tocado por la lengua de otro hombre y se atrevió a relajarse entre la prisión de extremidades que significaba B en ese momento quien -recibiendo un permiso silencioso- desnudó más del otro cuerpo donde lubricó sin pudor con su saliva. La escasa iluminación apenas le permitía distiguir las marcas oscuras entre la piel lívida del detective y no escatimó a valerse asimismo de su tacto para ubicar las huellas de un pasado que nadie debía conocer, situaciones añejas que ningún otro había intentado escarvar, de revelar en el silencio y el anónimato; Beyond Birthday quería averiguar el origen de cada herida cicatrizada decorando aquel ser, develar sus causas y los efectos que pudieron tener en L. Mientras tanto Lawliet sólo podía mirar el techo sobre ellos, su audición atendiendo los desniveles que advertía en la voz de Beyond, preguntandose cuánto tiempo había pasado desde que lo dejó lamerlo sin otra razón mas que la rareza de la situación. La intromisión de aquella lengua era incomoda, de esa manera podía describrir lo que le hacía sentir. Entonces B dejó de lamerlo y ascendió a la primera posición, pensativo.
 
—¿Deberiamos volver a la sala?— quiso saber L al pensar en lo insustancial que era quedarse suspendidos sobre el colchón, las camas habían sido construídas para dormir y ninguno de los dos lo estaba haciendo. Además, ser lamido por B despertaba esos inexplorados mecanismos sexuales incorporados a su cuerpo de nacimiento y le aterraba la simple idea de explotarlos sin una preparación previa al proceso. Desconocía si B buscaba copular con él luego de que le hubiera confesado su sentir, en realidad ni siquiera estaba seguro de lo que él mismo buscaba hacer o no hacer después de conscientizarse sobre cómo B lo veía. —Watari debe estar a punto de llegar y hay algo que necesito discutir con él.
 
B guardó silencio unos instantes sin deshacer la posición que ambos adoptaban. Sin duda lo mejor era volver a la normalidad pero le inquietaba la idea de que fuese a ser apartado de su medio hermano si ese importante asunto que L necesitaba hablar con el anciano tenía relación con el incidente de recién. No quería eso, lo tenía presente en su cuerpo y mente. Ser alejado de L -luego de que al fin pudo conocerlo y estar a su lado- lo encolerizaba.
 
—B-kun— le llamó al no recibir reacción a su solicitud.
 
—¿Tanto quieres alejarme de ti? ¿No soy suficiente?
 
—Ignoro lo que cruza por tu mente, B-kun. Sin embargo, existen prioridades.
 
—Aún...—; BB sintió a su voz quebrarse, ser truncada por una extraña irritabilidad anudandose en su garganta. —Aún no me has dado una respuesta. ¿Qué respondes?
 
—Es necesario alejarte de mi, obstruyes mis movimientos.
 
—No me refiero a eso... ¿Estas dispuesto a quedarte conmigo?
 
—... No entiendo la dirección de tu pregunta, B-kun. No es saludable para ninguno de los dos quedarnos encerrados en una sola habitación.
 
—Tampoco es eso.— Los ojos opacos de Beyond entre la negrura de la habitación reflejaron la luz proveniente del computador, dando vida a una expresión apenada en el impasible rostro. Lawliet hizo una mueca, al fin comprendiendo a lo que su compañero se refería. 
 
—¿No te basta lo que somos ahora?
 
—No.— Fue preciso, terminante, pues no tenía caso restringirse.— Si permito que todo vuelva a la normalidad, no podré besarte de nuevo.— L se removió con obvio nerviosismo, desacostumbrado a tanto apego. —Al menos... no hables de esto con Watari.
 
Sin poderlo impedir, conectó ambas miradas frente al temeroso -casi inaudible- acento que B había proyectado por medio de su boca, adjunta a la visión infructuosa de una mirada imitando la complexión de una suplica. Pero fue el sonido de una puerta al abrirse lo que hizo que L rompiera con el embrujo que le suscitaron los ojos adversos. Watari había llegado y cruzaba la entrada, sus pasos podían escucharse recorrer el pasillo.
 
—... De acuerdo— asintió, era lo único que le quedaba por hacer pero su respuesta fue suficiente para convencer a B de apartarse y darle su espacio para ponerse de pie y caminar de manera desganada directo al interruptor para encender la luz. Habiendo cumplido tan sencilla tarea, abrió la puerta para salir y recibir a Watari, deteniendose en el proceso al recordar algo que había olvidado, y lo reveló sin girarse. —Nunca pensé en apartarte de mi presente después de esto, B-kun. Me gustas.
 
Los pasos del detective retomaron su sendero y B se quedó paralizado sobre la cama sin conseguir regularizar su respiración, la cual se había congelado por un lapso indefinido de tiempo antes de percatarse de las lagrimas que habían empañado su visión. Confundido se secó aquellas lagrimas derramadas y cubrió ambos parpados con la palma de su mano. Reconocía el sentimiento calando en su pecho, estaba inmensamente feliz.
Notas finales:

*Xora grita como loca* 

Espero que esto haya logrado algo trascendental en su amor por la pairing. Unanse a mi, desquiciemos el universo con esta nueva doctrina (?) No me presten atención. 

Sayonara~


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).