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Back in Black por Liesel Meninger

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Capítulo XV: Back in Black


Caminó por el pasillo, siguiendo al hombre que le guiaba, hasta llegar a una puerta de color oscuro. El hombre tocó y, después de girar el pomo, le indicó con un gesto que ingresara, cerrando la puerta a su espalda. Pero, cuando sus ojos estudiaron gran parte de la habitación, una extraña sensación lo embargó.


La habitación era grande y, a los ojos de cualquier otra persona, no tendría absolutamente ningún detalle que le provocara aversión, pero a él le causaba horror. Estaba decorada de forma muy similar a la suya; la cama, las sabanas, la pintura, el armario, el sofá, la pequeña mesa e incluso algunos pequeños detalles que le generaron escalofríos. Era como si hubiese ingresado a su propia habitación.


—¿Te gusta? —giró lentamente hacia la voz, encontrando a su emisor de pie al lado de la ventana, sosteniendo un puro en la mano derecha—. Fue especialmente diseñada para ti —dio una pequeña calada al puro y, después de dejar escapar lentamente el humo de sus labios, sonrió—, quería que te sintieras cómodo


Dio un paso hacia atrás, de forma inconsciente, al ver su sonrisa, al ser invadido por una sensación de alerta que le exigía salir de la habitación.


—No te preocupes, podrás marcharte cuando finalicemos nuestra conversación —mencionó, como si hubiese podido leer sus pensamientos. O sus simples reacciones—. ¿Recuerdas lo que te mencioné la primera vez que hablamos en Oscorp? —Harry no respondió, pero sabía exactamente a qué se refería—. Te hice una pregunta, Harry —su nombre en sus labios lo asqueó por la forma que había usado para mencionarlo. Responde exigió mostrándole un leve atisbo de impaciencia.


—Por supuesto, pero no comprendo por qué la sacas a colación —dijo de forma calmada, ignorando la angustia que, a cada segundo, se apoderaba aún mas de su cuerpo.


—Eres muy inteligente, pero sigues siendo un simple niño... Inocente, iluso —le dio otra calada al puro y, después de degustar lentamente su sabor, lo dejó olvidado en un cenicero que se encontraba en el marco de la ventana, mientras dejaba que el humo escapara por sus labios—. Eres, por naturaleza, igual que tu padre, pero débil emocionalmente ¿Sabes? Me mencionaste la debilidad de Peter y me percaté de que aún no conocía la tuya... Era tan simple... —sonrió, como si hubiese recordado algo muy gracioso—. Confieso que me sentí un poco decepcionado; tenías mucho potencial... Supongo que así debió sentirse tu padre


—¿A partir de este momento inicia la amenaza o las acciones? —dijo, siendo directo, como si realmente no le importara. Y era cierto, después de todo, pensaba que era mejor de esa forma. Lo único que lamentaba era no haberse despedido de Peter.


—Matar es aburrido... —caminó hasta el sofá, sentándose—... Tu padre decía que siempre había que quebrar la voluntad, el alma, como algunos le llaman... Pero eso ya lo sabías ¿cierto?


—"Peter..."


—Exactamente —dijo, como si hubiese logrado leer su pensamiento—. De esa forma será más interesante —sonrió complacido—. Quítate la ropa


—No —era consciente de que no estaba en condiciones de negarse a ninguno de sus pedidos, pero jamás haría algo con intención directa de dañar a Peter—. Con ese fin no


Gustav pareció divertirse con su respuesta, ya que sonrió nuevamente.


—Harry... —tomó una carpeta y la lanzó a sus pies, esparciendo algunas fotos—. Lo harás... por mí


Observó al piso. Las imágenes eran capturas de videos que mostraban a Peter y a él manteniendo relaciones sexuales todas las veces que lo habían hecho en su casa.


—Si gustas puedo reproducirlas —desbloqueó su celular y una de las escenas, en la cual estaba ahorcadas sobre Peter, mientras este bajaba lentamente sus manos desde su rostro, pasando por su pecho, hasta llegar a su cadera, se empezó a reproducir holográficamente, dejando escuchar sus gemidos—. Eres adorable en esas situaciones... Tus gemidos son como melodía para los oídos


Miró hacia el piso, evitando observar la escena, pero no pudiendo evitar escuchar los sonidos que Peter y él producían. Observó sus manos, las cuales temblaban ligeramente por la mezcla de odio y temor que ese hombre le provocaba.


—Fue una excelente idea colocar cámaras en tu habitación... Cada uno de tus gestos... Ese lunar en tu glúteo izquierdo o el del inicio de tu pelvis, a Peter no es al único que le encantan —suspiró dramáticamente y, posteriormente, rió—. Pero me da curiosidad ¿Qué pensaría tu padre de esto? ¿Qué pensarían todos al ver esta magnífica escena? Me pregunto...


—¡Basta! —le miró y el video se detuvo—. ¿Por qué haces esto? —inquirió, ingenuamente, sin poder evitar el temblor en su voz, al pensar en algo que no había tenido en cuenta; Gustav Fiers sabía quién era Spider-man.


—Me gusta rememorar tus gestos... Pensé que te agradaría saber lo que produces en mí —dijo, con marcada burla, sacando algo del bolsillo de su chaqueta—. Este pequeñito está diseñado para rastrear a Spider-man. Octavius lo llama pure Venom ¿Qué crees que le cause? Solo sé que representa, en su mayoría, los aspectos negativos de Peter... Queríamos saber que tanto puede destruirlo desde adentro —el líquido negro empezó a moverse bruscamente, como si quisiera romper el tubo en el que se encontraba—. Oh, parece que le agradas, lastimosamente, aún tengo planes para ti; tienes suerte... Si logras convencerme, estoy dispuesto a aplazar el encuentro de Peter con nuestro amigo; todo depende de ti, si quieres que primero destruyamos su cuerpo o alma ¿Dijiste algo, Harry? —inquirió, al escuchar un pequeño susurro, sin importarle ocultar que estaba disfrutando la situación—. Bien, eso pensé. Quiero que me veas al rostro cuando lo hagas; deseo que me mires igual como lo haces con él


Harry le miró nuevamente, luchando por mantener su dignidad intacta, pero aquella cortina nublosa que cubría parcialmente sus ojos, le permitía ver aquella expresión detestable y las lágrimas empezaron a bajar lentamente. Aquel hombre estaba disfrutando verlo humillado y, si quería ganar tiempo, solo le quedaba obedecer.


—Eres un buen chico; eres aún más excitante cuando eres obediente —se sirvió whisky en un vaso—. Deseo recrear mis escenas favoritas; estoy seguro de que también te encantará.


Con dedos temblorosos, empezó a deshacerse de todas las prendas que cubrían su cuerpo, pensando en la razón por la cual estaba haciéndolo, tratando de ignorar la mirada y expresión de Gustav Fiers por aquella degradación.


—Oh, lo olvidaba, llama a tu acompáñate y dile que no es necesaria su presencia; por su bien, espero que seas convincente


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—¿Qué sucedió? —lo tomó por los hombros inmediatamente ingresó al auto—. ¿Te hizo algo? —lo movió ligeramente, pero Harry seguía ignorándolo—. Harry...


—Vámonos —se liberó del agarre y, antes de que Johnny pudiera replicar, le miró—, por favor


Le miró por algunos segundos y, después de suspirar en resignación, puso el auto en marcha, mirándolo de soslayo de vez en cuando, observando cómo se cubría la boca en algunas ocasiones, mientras cerraba los ojos.


Cuando estaban cerca de la mansión, detuvo el auto, pero no se giró a observarle. Solo miraban hacia el frente, apretando el volante, esperando que finalmente se decidiera a hablar. Pero Harry se cubría la boca mientras se tocaba el abdomen.


—Harry...


La puerta abriéndose interrumpió su oración y, cuando se giró, observó a Harry con la mitad del cuerpo fuera del vehículo, vomitando.


—Cariño...


Harry levantó una mano, indicándole que se callara. Cuando finalmente tuvo fuerzas de erguirse, dejó caer su cuerpo sobre la silla, mostrándole su deplorable aspecto a su amigo. Y, antes de que este pudiera hacer algún comentario al respecto, finalmente habló, a pesar del dolor quemante en su garganta.


—Al parecer está dejando de funcionar... Justo en este momento —pensó en voz alta, ignorando las nauseas que aún tenía.


—¿De qué...?


—Sabe la verdad —mencionó, ignorando la pregunta del contrario. Su enfermedad en ese momento no era relevante—. Peter va a odiarme, pero eso realmente no importa —giró su rostro, mirándolo—. No me querrá a su lado cuando sepa la verdad y no podré hacer nada para evitar que se aleje


—¿Vas a decirme que sucedió?


—Ese hombre... —se cubrió nuevamente la boca y, después de respirar profundo, decidió que en ese momento no debía revelarle toda la verdad—... quiere jugar con nosotros


Una caricia en la mejilla interrumpió el hilo de sus recuerdos. Abrió los ojos, encontrándose con la mirada apacible de Peter y, nuevamente, la misma sensación que le embargaba una hora atrás, le invadió, por lo cual mordió su labio inferior tratando de no sollozar y se apartó sutilmente, huyendo de su contacto.


—¿Dónde estabas? preguntó sin ser consciente de la actitud de su acompañante.


Intentó responder a la pregunta, pero se vio incapaz de hacerlo. Cada intento que realizaba se veía truncado por unos profundos deseos de querer llorar.


—¿Harry?


Se irguió, sentándose, y retiró la toalla que reposaba sobre la cabeza de Harry. Observó su ropa, notando que la había cambiado.


—¿Qué...?


—Tengo frío —respondió, sin atreverse a seguir mirándolo.


Peter se sorprendió un poco por el comentario, ya que la temperatura era normal y las vestimentas que llevaba cubrían totalmente su cuerpo. Le colocó una mano en la mejilla, sintiéndolo temblar ante su contacto.


—¿Te sientes mal?


Harry tomó su muñeca, observándolo y sus ojos, sin que pudiera evitarlo, se humedecieron.


—Simplemente... tengo frío


Aumentó levemente la fuerza de su agarré. Y Peter lo comprendió. Lo rodeó con sus brazos, atrayéndolo a su cuerpo hasta que ambos cayeron en el sofá, abrazándolo mientras Harry se aferraba a él a pesar de temblar por su tacto.


—Lo siento —sabía que Peter aún no lo comprendería, pero sintió que debía decirlo en ese momento, ya que, probablemente, sería la única oportunidad que tendría de disculparse sin sentir su odio.


No dijo nada. Sabía que algo estaba mal y deseaba saber la razón, pero en ese momento era consciente de que para Harry eso era suficiente.


Estuvieron en esa posición por algunos minutos hasta que la voz de Harry, llamándole, rompió el silencio en que se encontraban sumergidos.


—¿Si?


—Necesito que mañana vayas conmigo a Oscorp


—¿Sucede algo? intentó mirarlo al rostro, pero Harry se aferró más a su cuerpo, tensándose, por lo cual empezó a realizar caricias a lo largo de su espalda tratando de calmarle.


—Mañana lo sabrás... No llegues tarde, por favor


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—¿Vas a decirme que fue lo que sucedió exactamente anoche? —preguntó mientras observaba hacía el vació—. ¿Y por qué razón tuvimos que venir hasta la estatua de la libertad para hablar?


Harry miró hacia el frente, observando el paisaje que se mostraba frente a ellos.


—Lo que sucedió anoche... Olvídalo


—Harry...


—Estoy muriendo —giró a observar a Johnny, quien parecía sorprendido—. Es una enfermedad hereditaria; la maldición de los Osborn, como la llamó mi padre. No tiene cura


—Reed podría... —había ignorado la última frase de Harry, pensando en las maneras en que podría ayudarle, aunque fuera indirectamente—. Si hablo con él...


Se alzó, desabrochándose el pantalón, mostrándole la marca que empezaba a expandirse lentamente desde su cadera, provocando que su amigo quedara sin habla.


—Esta mañana... —se cubrió nuevamente, no soportando la expresión de Johnny al ver su marca. Odiaba que le tuvieran lastima—. Desde hace tres días me he sentido más débil, pero antes no había aparecido tan rápido; el medicamento está dejando de funcionar nuevamente y esta vez... no hay más opciones


—Reed es muy inteligente...


—Fui a Ravencroft y me tomaron muestras de sangre —mencionó, interrumpiéndole—. Los resultados preliminares mostraron que la enfermedad está atacando aceleradamente mis células, por lo cual las dosis no serán suficientes en algunos meses


Mientras hablaba, observaba cada pequeño gesto que realizaba Johnny. Cuando finalizo, lo vio girarse lentamente y cubrirse, disimuladamente, la boca, tratando de fingir una calma que no poseía.


—¿Lo sabe?


No hubo necesidad de que lo especificara, él también sabía cuál era el mayor temor de Harry.


—No —dijo calmadamente—. Y no debe saber que esta vez no hay más opciones... a excepción de su sangre —Johnny intentó replicar ante su resolución, pero no estaba dispuesto a cambiar su decisión—. No está en discusión. Peter siempre consideró que su sangre me mataría por no ser compatibles... No quiero que se sienta culpable por mi muerte


Se quedaron en silencio, sin saber que más decir ante esa situación. Johnny se giró, encarándolo a pesar de no sentirse preparado, reprochándole silenciosamente con su mirada hasta que las palabras por fin tomaron forma y salieron de su garganta.


—Comprendo que quieras mantenerlo al margen de esto, pero...—respiró profundo, como si no encontrara las palabras exactas para proseguir. Tenía muchas cosas que decirle, otras que reprocharle, pero solo había una incógnita que le calaba profundamente—... ¿por qué no me lo dijiste? —dijo finalmente, no importándole ocultar que estaba dolido y decepcionado. Y, aunque Harry parecía imperturbable, sabía que también estaba asustado.


—Porque no quería que me mirarás de esa forma en que lo estás haciendo —su tono era calmado, indiferente, pero lo que reflejaba su mirada lo delataba—. No quería tu lastima


—No es... —la flama en su cabeza apareció, levemente azul—. ¿No lo comprendes? —Harry si lo hacía, pero también le costaba hablar sobre ese tema—. De eso no se trata, yo... no quiero perderte. Tú y Susan son lo único que me queda. No quiero perder a ninguno de ustedes... ¡No quiero volver a perder a nadie más!


Se quebró, sin poder soportarlo, mostrándose como algunos años atrás lo había hecho por la muerte de su padre, aferrándose a la mano que fue posada sobre su hombro.


—Soy un idiota... Debería ser al revés —mencionó, después de algunos minutos, tratando se sonreír—. Pero ambos sabemos que eso no pasará —la llama de su cabeza se extinguió cuando le observó nuevamente al rostro—. Antes de que me digas que quieres que haga, deseo que me cuentes lo que sucedió anoche... La verdad


Harry miró hacia el frente, meditando si debía tratar ese tema con su amigo o no. Conocía a Johnny y, a veces, podía llegar a ser muy imprudente.


—¿Harry?


El aludido suspiró, sentándose, sin dejar de observar al frente, recordando la humillación y bajeza que había vivido la noche anterior.


Cerró los ojos, no muy seguro de lo que haría, y asintió.


—Pero debes prometer que no actuarás impulsivamente —dijo, usando un tono de voz bajo, observando ahora sus manos—, y me escucharás hasta el final


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Miró el reloj en la pantalla de su celular, asegurándose de que no llegaría tarde a su encuentro con Harry después de haberse desviado a detener a unos ladrones. A pesar de que ya habían hablado sobre el tema de ser Spider-man y como interferiría siempre en su relación, no quería decepcionarlo nuevamente.


Revisó el dinero que llevaba en el bolsillo, confirmando que no le alcanzaría para tomar un taxi y así llegar justo a tiempo a su encuentro, ya que solo podría usar sus telarañas algunas cuadras más por la falta de estructuras elevadas en la zona y, aunque posteriormente tomara el metro, llegaría retrasado.


Cuando finalmente no pudo seguir como Spider-man, bajó en un callejón, quitándose la máscara y, después de guardarla, corrió en dirección a la estación más cercana, tratando de ahorrar tiempo. Pero, cuando le faltaba una cuadra para llegar, unos gritos de mujer captaron su atención, por lo cual, olvidándose de la urgencia que llevaba, se desvió hacia el lugar de donde provenían los gritos.


Observó a su alrededor, encontrándose solo con dos contenedores, ya que era un callejón sin salida, pero un nuevo grito le indicó que debía dirigirse detrás del contenedor de basura más grande, el que queda al final. Cuando le faltaban algunos pasos para llegar, una mujer se colocó de pie, sin dejar de observar hacia el piso.


—Disculpa ¿estas...? —no pudo concluir su frase cuando dirigió la mirada en la dirección en la cual la mujer parecía observar.


Había dos cuerpos de hombres. Uno de, quien parecía ser, un guardia de seguridad y el otro de un civil sin cabeza.


Estuvo tentado a preguntarle a la mujer que había sucedido, pero su sentido arácnido le indico que el peligro aún se encontraba en ese lugar. Sin embargo, cuando giró en la dirección en que su sentido le indicó, solo alcanzó a observar unos ojos blancos antes de que todo a su alrededor se tornara completamente oscuro.


Oscuridad y una voz que le recordaba que ahora eran uno.


Necesidad y esa voz que le pedía buscarlo.


Deseo... Y todo se volvió completamente oscuridad de nuevo.


Abrió los ojos, rodando a un lado de la cama al casi caer al piso. Se encontraba agitado, sudoroso y cansado. Y, para su sorpresa, se encontraba en su habitación, a pesar de que recordaba estar despidiéndose de Mary Jane para ir a Oscorp. Trató de recordar por qué no lo había hecho, pero parecía tener una laguna mental después de haberse despedido de ella.


"Dormir poco debe estar afectándome" —después de tratar de encontrarle una razón lógica a lo que había sucedido, decidió adjudicárselo al poco descanso que había tenido en los días anteriores.


Examinó la habitación, en busca de su morral, encontrándolo cerca de la entrada, dirigiéndose hasta este. Buscó su celular y, al ver la pantalla, se sorprendió de haber dormido durante dos horas, a demás de las llamadas de Harry que no había escuchado.


—Debe odiarme


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—Señor, hubo problemas en Ravencroft Octavius estuvo haciendo pruebas y... Venom escapó. Estuvo más violento que en otras ocasiones, pero aún no saben que lo provocó


La pluma quedó inmóvil sobre el papel, quebrándose casi inmediatamente.


—¿Probó su punto? —inquirió sin dejar de observar la tinta que se expandía lentamente por sus y, finalmente, por el papel.


—Dos guardias murieron minutos después de que Venom se adhiriera a ellos, al parecer no logra realizar simbiosis completa


Suspiró, dejando los restos de la pluma a un lado.


—Si sus teorías resultan ciertas, debería ir en busca de Spider-man, lo cual aceleraría mis planes —mostró una expresión de decepción, mientras se limpiaba los restos de tinta en sus dedos con un pañuelo que había sacado de su bolsillo—. Es una lástima, quería saber que pretendía Harry con su visita a Oscorp hoy


—Señor, pero sucedió un imprevisto que no estaba en los planes —Gustav le observó, sin detener la tarea que realizaba—. Connor escapó en la confusión, pero ya estamos rastreándolo


—¿Ya te encargaste del inepto que lo permitió? —el hombre asintió como respuesta—. Estoy seguro de que buscará a Peter Parker. Encuéntralo antes de que eso suceda, puede frustrar mis planes con Venom


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