14 años después.
En la plaza del pueblo la gente se juntaba para apreciar el espectáculo que los soldados de los Montesco ofrecían al público. Sin embargo la atracción principal era un pobre niño de 18 años en el suelo, amarrado de manos y golpeado por dos soldados. Cuando la gente era demasiada los soldados se detuvieron, levantaron a joven del suelo y sujetándolo del cabello lo hicieron ver a la multitud.
-¡Madre!-Se atrevió a gritar el chico asustado a una mujer entre los espectadores, para solo recibir un grito de su madre y una bofetada por parte de uno de los soldados.
-¡Devuélvanme a mi hijo!-Grito con desespero una mujer de cabellos dorados.
-No soy quien ustedes piensan, se equivocan- gritaba y lloraba el pobre niño.
-¡Cállense! Tenemos una declaración anónima que nos dice que este joven es uno de los sobrevivientes de la familia Onodera así que tenemos que acabar con él-Después de su declaración aquel hombre saco su espada y la poso en el cuello del chico- Aunque si aceptas estar como mi sirviente personal puedo salvarte, tú eliges- Susurro aquel soldado. El chico solo tembló y se encogió en su lugar negando fuertemente con la cabeza- Bien tu eres el que pierde- Al levantar su espada para acabar con la vida del chico un corte en su rostro apareció. Sorprendido el hombre bajo la espada tocándose su mejilla.
-¿Qué demoni...?- Al ver a su alrededor la voz en lo alto de uno de los postes resuena. Era la voz de una joven de cabello castaño largo, sujetado con una coleta, traía un antifaz de color carmín pero estos no impedían apreciar unos grandes y bellos ojos verdes, vestida con un pantalón y camisa blanca, una mascada roja, botas y guantes negros, un cinturón que sostenía una espada, un saco y sombrero dé color carmín con negro.
-Deja en paz a ese chico, maldito bastardo- Saltando del porte la chica se sujetó de uno de los cables que sostenían las carpas de los puestos para deslizarse y de una patada tirar al hombre que sujetaba la espada y después golpear al que sostenía al chico. Al dejarlos inconscientes saco su espada y libero de sus ataduras al chico- Aprovecha el barullo y escapa no te perseguirán mientras su objetivo sea yo.
-Gracias, rosa carmín- dijo el joven levantándose del suelo y correr hacia su madre para perderse entre la multitud.
El guardia que recibió la patada volvió a levantarse para atacar por la espalda a la chica con su espada, sin embargo, ella lo vio venir logrando bloquear el ataque. Comenzaron una lucha donde la enmascarada llevaba la ventaja pero de un momento a otro ya estaba acorralada por siete hombres más, todos la atacaron al mismo tiempo.
La chica sabía que pelear en esa condición sería un suicidio por lo que en un movimiento rápido ataco a dos de los guardias quitándoles las espadas para salir huyendo, pero los guardias la seguían de cerca y cuando estaban a punto de atraparla una nube de humo apareció permitiéndole escapar.
Sin detenerse la chica seguía corriendo sin mirar atrás, en frente de ella aparecieron más guardias haciendo que se desviara y entrara en el mercado del pueblo.
-¿Nagisa?- Pregunto un chico al verla correr hacia él.
-¿Misaki?... Apresúrate, ven conmigo- Agarrándolo del brazo y sin esperar respuesta comenzó a jalarlo y comenzar a correr.
-¡Espera! ¿Pero por qué tengo que correr yo?-Dijo Misaki mientras corrían fuera del mercado.
-Tú corre y no preguntes, el sermón puedes dármelo después-
Ambos salieron del mercado y comenzaron a subir por unas escaleras para lograr pasar por un puente pero por desgracia del otro lado los esperaban 3 guardias, haciendo que regresaran sobre sus pasos.
-Ve por las escaleras de la derecha-Dijo Nagisa mientras se ponían en posición de defensa con una mano en la espada.-Entendido- Fue la afirmación del castaño oscuro para salir por las escaleras.
Nagisa al ver a irse a Misaki se lanzó contra los 3 hombre, solamente les arrebato las armas para correr detrás de su compañero.
Vio como Misaki se detenía, al llegar a su lado se dio cuenta porqué, pues frente a ellos ya no había camino, al parecer el puente hacia el barrio Oeste había sido destruido por remodelación.
Nagisa se acercó a la orilla- No hay escombros abajo del puente, podemos escapar por ahí, los guardias no nos seguirán, hay una manera de bajar hacia los canales, unas escaleras están detrás de…-Pero al dar dos pasos el suelo donde pisaba colapso haciéndola caer.
-¡Nagisa!- Misaki intento atraparla pero fue demasiado tarde y al mismo tiempo detrás de él los guardias estaban llegando.
-¡¡Misaki!!- Intento advertid Ritsu pero solo aquel grito fue lo que pudo pronunciar mientras caía.
Cuando pensó que sería su fin frente a ella un joven montado en un pegaso blanco apareció. Sujeto su mano a tiempo y fue bajando lentamente hasta llegar al suelo donde la soltó con delicadeza. Al despertar de su aturdimiento intento correr para salvar a Misaki cuando otro pegaso de color café descendía con un chico de cabello plateado y ojos violetas, y detrás de él se encontraba Misaki.
-Misaki- Dijo aliviada la chica mientas de golpe se soltaba del agarre del chico y corría a hacia su amigo. El castaño oscuro desmonto del pegaso y abofeteo a Nagisa.
-Cuando lleguemos a casa hablaremos- Dándose la vuelta comenzó a caminar pero a los dos paso se detuvo, regreso sobre si y abrazo a su amiga- Solo no me asustes así de nuevo, idiota- Nagisa lo abrazo y al separarse comenzaron a caminar.
-Espera un momento- le dijo el joven de cabellos negros y ojos miel.
-¿Qué es lo que quieres?-Pegunto de mala manera la Nagisa.
-¿Por qué actúas así? Acabo de salvarte, se más educada
-¡Ja!, esa arrogancia debe de provenir de un noble o me equivoco- Dijo de manera arrogante.
-¿Que dices?-El enojo se notaba en la voz del chico.
-Bueno de todos modos no soy mal educada y en realidad si estoy agradecida contigo así que, muchas gracias- Le dijo al joven azabache. Miro al chico de cabellos plateados y sorprendentemente una dulce sonrisa surco sus labios- Muchas gracias por salvar a mi amigo. No sé cómo pagarle. Le debo una- Haciendo una reverencia se alejó del lugar junto a Misaki.
-Vaya, es la primera vez que veo que una chica te rechaza. Debes de admitir también que sus ojos demuestran fiereza al igual que los de su amigo-Dijo el chico de cabellos plateado.- Y he de admitir que su amigo no está nada mal-
-¿Pero qué dices Akihiko? Entiendo que este sea un país libre pero, recuerda que es un plebeyo y tu hijo del alcalde de este país-Argumento el chico de ojos miel.
-Mira quien lo dice el que no deja de ver la mano que sostuvo la de esa joven-Se burló.
-Cierra la boca y regresemos-Termino por decir.
-Sí, lo que diga señorito Saga-
-Cierra la boca, sabes que ese apellido está prohibido para mí-
-Solo jugaba, no es necesario que seas tan amargado- Sin decir nada más ambos volvieron a surcar los cielos.
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Nagisa y Misaki caminaban por un callejón hasta llegar a unas escaleras y subir por ellas. En las sombras Nagisa se quitó el sombrero junto con el antifaz y dándole vuelta a su capa esta era de color negro y sirvió para cubrir sus ropas. Al salir del callejos entraron a un teatro donde los actores parecían estar ensayando.
-Hola William, ¿cómo estás?- Dijo alegre Nagisa al dueño del teatro y director de la obra.
-¡¡Hola!! Mis niños, mira nada más Nagisa-Chan cuanto has crecido y cada vez te pones más linda y Misaki-Kun cada día te vuelves un chico más atractivo- dijo William mientras abrazaba a Nagisa. Misaki por su parte solo se sonrojo por el cumplido y avergonzado entro detrás del escenario.
-Gracias William. ¿No has visto a Shinobu?- Pregunto Nagisa mientras se separaba del rubio y miraba a los alrededores.
-Sí. Estaba por aquí hace unos momentos-Dijo mientras miraba a su alrededor.
-¿Me buscaban?- Apareció un niño de no más de 16 años.
Alegre, Nagisa, corre para abrazar a menor -Shinobu, muchas, muchas, muchas gracias. De no haber sido por ti en estos momentos estaría en la cárcel de seguro-
-¿De qué hablas Nagisa?- dijo molesto Misaki que había regresado
Asustada Nagisa volteo a ver nerviosa a su amigo de la infancia. Pensaba que se encontraba dentro del escondite y no la escucharía.-Bueno es que cuando estaban a punto de atraparme Shinobu lanzo una bomba de humo y me salvo- dijo apenada mientras ponía frente a ella al menor.
-¡Demonios! Mocosos de no sé quién. No sé qué hare con ustedes. Un día de estos en verdad…Tienen prohibido volver a hacer eso. Nagisa esta vez en verdad casi te atrapan y para colmo no me involucraste solamente a mí sino que también a Shinobu. Les prohíbo volver a hacer algo así.
-No prometemos nada- dijeron los dos al mismo tiempo- Con permiso William nos retiramos- Rápidamente los dos chicos comenzaron a correr antes de que los persiguiera Misaki el cual estaba más que molesto.
Este solo se resignó a suspirar-Bueno con su permiso me retiro, William. Pero aun así no se salvan-
-Claro, niños que descansen- dijo divertido William.
Todos caminaron un poco más al fondo del teatro y en una de las paredes tiraron de una escondida soga y abrieron una puerta.
-Bueno iré a preparar la cena, tu Nagisa vete a cambiar. Shinobu ve ordenando la mesa y después hablaremos de lo que hicieron hoy-Ordeno El castaño mayor.
-Si lo que digas, mamá- Dijo burlona Nagisa y Shinobu fue a preparar la mesa.
Al pasar Shinobu y Nagisa por el salón principal, discretamente, intentaban no ser vistos.
-Oda, Takatsuki ¿Qué rayos estaban haciendo?-
O al menos lo intentaron,
-Nada- dijeron al mismo tiempo para salir corriendo. Aunque Shinobu tenía que arreglar el comedor.
Hatori que los había descubierto suspiro cansado. Pero por ahora permitiría que Nagisa hiciera lo que quisiera, mientras no estuviera en peligro. Ya la habían oprimido demasiado y pronto las cosas empeorarían.
-Pensé que te había dicho que te cambiaras- Dijo Misaki entrando a la habitación de Nagisa.
-Estaba por hacerlo pero me perdí en mi reflejo y pensaba en algunas cosas-Dijo Nagisa sentada frente su espejo.
-¿Acaso tiene que ver con tu cumpleaños?- Intuyo el Oji- verde. La chica solo sonrió y él tomo eso como un sí.
Misaki se sentó a un lado de ella-No puedo creer que ya casi cumplas 18 años-
-Y yo no puedo creer que en unos meses tú cumplas 21-Contrataco Cas
-Si lo dices así me haces parecer un viejo- Ambos se comenzaron a reír.
Misaki se levantó de la silla para pararse detrás de Nagisa y colocar sus manos en la cabellera de ella y quitarle más fácilmente la peluca castaña y dejarla caer.
-Enserio no tomas en cuenta los sentimientos de tus mayores, ¿verdad? Eres un mal amigo, Ritsu-
En el espejo se podía ver a un joven de cabello Castaño claro y con unos hermosos ojos verdes.
-Vamos, soy el mejor amigo que podías desear- Se burló el Ritsu.
-Yo diría más bien mejor amiga- Contraataco Misaki causando que Ritsu le diera un leve golpe en el estómago.
-Idiota- Dijo molesto Ritsu pero poco después ambos comenzaron a reír.
Continuara...