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Forbidden heart por hannastony

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—Empecemos con lo más interesante,  que la verdad muero de ganas de ver su expresión al enterarse —dijo Obadiah una vez que Sharon aceptó su trato, dispuesta a cooperar en todo lo que él le pidiese—. ¿Recuerda el apellido Héroes? En especial el nombre de Tony. Apuesto a que sí.

—Claro que recuerdo a aquella familia —respondió Sharon guardándose la mueca de desagrado que le provocaba pensar en aquella mujer Natasha y a Tony, que siempre le parecía mantenía a Steve lejos de ella— ¿Qué tienen que ver ellos con todo esto?

—Pues, con todo respeto Lady Sharon, lamento decirle que en todo este tiempo los “Héroes” le vieron la cara. Tony Héroes, en realidad es Anthony Edward Stark, y él es precisamente el capitán de la tripulación de los Vengadores —confesó Obadiah con una sonrisa burlona, viendo con diversión cómo los gestos de la rubia iban pasando de unos impactados a unos llenos de rabia.

—Ése maldito enano —maldijo entre dientes mientras apretaba fuertemente la tela de su vestido tratando de sacar su cólera—. Lo sabía, sabía que Steve no debía de juntarse con él. Y aquella pelirroja también, siempre me pareció de lo más vulgar. 

—Natasha es parte de la tripulación, Thor también y tengo otros cuantos nombres junto con descripciones físicas que le podrían ser de mucha utilidad —continuó el hombre extrañándose un poco por aquel odio que la rubia mostraba hacia los piratas, ya que parecía ser un odio que venía desde mucho antes del atraco—. Y como supondrá, sólo la utilizaron a usted, a Steve y a su amiguito guardián para poder conseguir la información que necesitaban —continuó, señalando con los ojos rápidamente a Bucky que se encontraba detrás de ellos al momento de referirse  al “amiguito guardián”.

Sharon no podía con el odio, enojo e irritación que se estaban acumulando dentro de ella. Si antes de enterarse ya odiaba a Tony por todos los momentos que le quitaba con Steve, ahora solo tenía una razón muchísimo mayor que justificaba todos sus sentimientos. Pero de ello salía algo bueno, con el nuevo descubrimiento,  ahora tendría excusas suficientes para actuar en contra de aquel hombre.

— ¿Tú estuviste presente cuando atracaron? ¿Qué sucedió? ¿Viste cuando raptaron a Steve? —preguntó desesperadamente la rubia una vez que calmó solo un poco todo su furor.

—Sólo sé que su prometido trató en vano de detenerlos y ellos no se tentaron el corazón para deshacerse del obstáculo que él representaba. Recuerde que estamos hablando de criminales fríos y profesionales. Lo más seguro es que ahora lo estén utilizando como esclavo —relató,  omitiendo enormemente el hecho, de que fue él mismo quien lo dejó completamente herido, con una bala en el tórax—. No diré nada más, esperaré hasta estar frente a los oficiales, con los contratos ya firmados que aseguren mi impunidad. Mañana cuando me presente,  espero ya todo esté arreglado.

Finalizó Obadiah levantándose abruptamente y retirándose de ahí dejando a Sharon sentada, mirando a la nada y sumida en sus propios pensamientos.

Cuando pasó al lado de Bucky le echó una rápida mirada, y al ver que éste lo quería detener para saber a dónde se dirigía, simplemente dijo “ya me arreglé con ella”, refiriéndose a Sharon, para después salir a pasos grandes de aquel lujoso aposento.

— ¿Todo en orden, Lady Sharon? —preguntó Bucky al haberse acercado a la dama.

—Sí, todo en orden —respondió saliendo de su trance—, tenemos que prepararnos, mañana será un día muy largo y ajetreado.  

><><><><>< 

Steve se fue despertando tranquilamente, sintiendo una singular paz al momento de abrir los ojos, sensaciones que rápidamente lo abandonaron dando paso una vez más a su alocado corazón, latiendo con intensidad al darse cuenta que, como ya era costumbre, tenía a Tony durmiendo encima de él.

El rubio recordó cómo la noche anterior Tony había llegado algo tarde a la tienda y se había acostado encima de él, como si nada, para dar paso al sueño, por lo que con la oscuridad no había podido divisarlo muy bien. Fue por ello que ahora con la iluminación del amanecer el ojiazul se tomó la calma para observar muy detalladamente al castaño.

Ya lo había visto más de una vez cuando éste se encontraba dormido, pero ahora había algo nuevo dentro de él. Sentía una admiración y apreciación aun mayor que las veces anteriores. Un anhelo tan grande por aquel angelical rostro adornado con largas y gruesas pestañas que le hacía sentir la necesidad de querer plasmar su pacifico rostro en papel y carboncillo.

Sus pensamientos y deseos fueron interrumpidos al momento de sentir cómo el castaño comenzaba a removerse muy lentamente, soltando un leve quejido y abriendo los ojos con lentitud, para después comenzar a parpadear.

Tony despertó, notando que su cabeza se encontraba apoyada en el pecho del caballero, junto con el aroma y calidez de este y sólo para cerciorase, con los ojos un tanto entrecerrados volteo a ver aquel seráfico rostro, que lo miraba con sus típicos ojos azules llenos de pureza.

—Agh soy verdaderamente patético —se quejó el capitán en voz baja para sí mismo.

— ¿A qué te refieres Tony? —preguntó Steve curioso por aquella oración siendo la primera del día.

—No es nada —respondió el castaño excusándose y rodando solo un poco para bajarse del musculoso cuerpo y caer de espalda en la colchoneta, quedando acostado a lado de Steve.

La cuestión era que el pirata se sentía realmente así, como alguien patético que había dejado ir lo que prometía ser una grandiosa noche de sexo por estar al lado de alguien que probablemente jamás le haría caso, por sus ideales, costumbres, personalidad y demás.

Steve no agregó nada más y se limitó a voltearse de costado para mirar mejor al castaño. Tony al notar la mirada posada en él, también volteó su rostro para ver al caballero.

— ¿Eres alguna clase de ángel o algo así? ¿Por qué incluso recién despierto te ves tan bien? No es justo —reclamó el pirata dejando escapar un muy leve suspiro de frustración.

Steve rio, pero no tanto por las palabras recién mencionadas, sino porque recordaba cómo la primera vez que se cruzó con Tony éste estaba borracho y le había dicho algo parecido, claro que de forma muchísimo más desvergonzada y sin pudor alguno.

—Te causa mucha gracia ¿eh?

—No es nada —respondió el rubio imitando la respuesta de hace unos momentos del castaño, claro, sin quitar la sonrisa de su rostro. Tony lo miró con una ceja enarcada y una ligera sonrisa, pero decidió cambiar de tema.

— ¿Listo para seguir conociendo a los gitanos?

Steve al escuchar la palabra gitanos rápidamente borró su sonrisa, mostrándose serio y un tanto decepcionado con la situación. Tony claramente se dio cuenta del cambio de humor por lo que rápidamente intervino sintiéndose preocupado. Después de todo, a él lo único que le importaba era que Steve estuviera bien y a gusto. 

— ¿Qué sucede? ¿No te gusta Galápagos?

—No es eso… —dijo Steve tratando de buscar un buen pretexto.

Ni loco iba a decirle a Tony que la razón por la cual él no estaba disfrutando el viaje era precisamente porque éste se la pasaba la mayoría de su tiempo con aquel gitano llamado Kavi. ¿Con qué derecho él le podía reclamar algo como eso?, Además, sencillamente no podía asimilar y decirle de frente que se encontraba realmente celoso, que quería la atención del pirata sobre él, que quería estar con él, pasar tiempo con él, pero que sobre todas las cosas, quería que aquel gitano dejara de insinuársele tan descaradamente.

—Es un bonito pueblo, pero debemos de aprovechar el tiempo para conocer más lugares ¿no crees? —respondió el rubio sin saber que más decir.

Tony no se creyó del todo aquel claro intento de pretexto, pero si Steve no quería contarle no lo forzaría a ello.

—Pensaba que podíamos quedarnos aquí unos cuantos días, pero podríamos aprovechar hoy al máximo y partir ésta misma noche. Por mí no hay ningún problema.

—No quisiera arruinar los planes de la tripulación —dijo rápidamente Steve sintiéndose apurado y apenado. Más que nada porque consideraba que sus razones eran tontas y estaban totalmente fuera de lugar.

— ¡No! no te preocupes Steve, tienes razón. Lo mejor será aprovechar cada día. Ni toda una vida nos alcanzaría para conocer todo lo que el mundo tiene por ofrecernos —sentenció Tony, dirigiéndole una sonrisa tranquilizadora al rubio.

Aunque no conocía la verdadera razón el castaño estaba seguro de algo, y eso era que Steve no se sentía demasiado cómodo y preferiría estar navegando a estar en aquel pueblo gitano. Por lo que claramente Tony estaba dispuesto a complacerlo.

Steve le regresó la sonrisa y asintió gustoso.

Sin tocar más el tema, ambos se prepararon para empezar el día y una vez listos salieron a reunirse con sus amigos para poder desayunar.

Éstos se encontraban a unos cuantos metros juntos con una larga mesa de madera en la cual ya estaban acomodando algunos de los alimentos preparados junto con otros gitanos que también planeaban unirse a la comida. Los asientos eran un poco más improvisados, usando barriles, cajas y lo que encontraban.

El caballero pudo divisar entre aquellos gitanos, como no, al gitano Kavi, que llevaba consigo una bandeja de frutas para ponerla al centro de la mesa, quién también los divisó al momento, pero centro su vista en Tony hasta llamar su atención y dirigirle una grande y relajada sonrisa.

Tony se la devolvió, un poco cohibido, pensando que Kavi ya no le volvería a dirigir la palabra por lo ocurrido la noche anterior. Aunque por él, mejor.

— ¿Cómo durmió el capitán más ardiente de los 7 mares? —preguntó Kavi una vez que ambos ya estaban más cerca.

Steve bufó y rodó los ojos sutilmente al escuchar aquella pregunta.

—Supongo que mejor que el noble —continuó el gitano percibiendo notoriamente los gestos del rubio, contrario a Tony, que se encontraba dándole la espalda al rubio de modo que volteó a verlo un poco confundido por lo que Kavi acababa de decir.

Steve poniéndose nuevamente de mal humor los ignoró a ambos y se dirigió hacia Bruce para ayudar a terminar de acomodar la mesa.

— ¿Qué acaba de suceder? —preguntó Tony a Kavi mientras hacia una seña que apuntaba hacia Steve que ya se encontraba lejos de ellos. Hasta hace nada parecía ser que el rubio había despertado de muy buen humor, y luego de la nada su carácter había cambiado drásticamente.

El gitano sonrió encogiéndose de hombros.

—Ven, mejor ayúdame a terminar de acomodar la fruta —dijo viendo cómo Tony se resignaba y le ayudaba.

Por otro lado cuando Steve llegó junto con el doctor, traía el ceño fruncido sin poder dejar de contener la irritación que le causaba todo eso.

—Wow Steve, ¿Quién te hizo enojar tan temprano? —le cuestionó Bruce mientras se encargaba de servir pequeñas porciones de arroz en los platos.

—No, no pasa nada Bruce, mejor déjame ayudarte —respondió, pero sintiendo que debía de sacar aquello que lo estaba consumiendo por dentro fue que se animó a hablar. — ¿No te parece que Kavi está siendo demasiado intenso con Tony?, quiero decir, no deja de mirarlo, además de que le hace cumplidos y coqueteos de lo más sugerentes. 

—Bueno pero no debe de extrañarte, Tony siempre ha tenido cierta seducción que lo hace alguien muy atractivo para mujeres y hombres.

—Sí, me lo imagino, pero es molesto…

Bruce sonrió con comprensión al ver claramente qué era lo que estaba sucediendo.

—No te preocupes, Tony ahorita está demasiado obsesionado con una persona, dudo mucho que le haga caso a Kavi.

El rubio al escuchar aquello en vez de tranquilizarse se preocupó aún más. ¿Acaso Tony estaba interesado en alguien? Ahora que lo pensaba, él nunca había tocado ese tema con el castaño. Pero pensando con detenimiento las palabras del doctor, hacía que un fuerte e inexplicable dolor le invadiera el pecho, como una opresión que lo hacía sentir mal. No sabía cómo describir aquello, pero la sensación no le era nada agradable.

¿Qué tal si Tony estaba realmente enamorado de una persona en específico?, ¿Cómo sería? Para robar el corazón del capitán seguramente debía de ser alguien fascinante, deslumbrante, atrayente… pero, ¿por qué el simple hecho de imaginarlo le revolvía las tripas?

Aquella gitana tenía razón, de verdad sentía que se estaba formando un revuelo en su corazón, con sentimientos demasiado penetrantes que no tenían ni una explicación.

—Steve, ¿te encuentras bien? —preguntó Bruce con preocupación al pensar que lo había arruinado.

—Sí, sí —respondió ido, luego para despejarse un poco ayudó a Bruce a terminar de servir todos los platos.

Al momento de sentarse Kavi rápidamente tomó lugar al lado de Tony y Steve a pesar de que intentó ponerse del otro lado no lo logro, por lo que se resignó a comer alejado del capitán, viendo cómo éste se sumía en una conversación con el gitano. En un momento Tony detuvo todas las charlas y se paró para dar el anuncio de que partiría en la noche hacia nuevos rumbos, por lo que con obediencia todos asintieron sin poner queja alguna al respecto, cosa que no era raro, ya que a todos los piratas por más bonito que fuera el lugar visitado, preferían navegar.

—Me gustaría que me acompañases a un lugar acabando de desayunar, te va a encantar —le propuso Kavi a Tony una vez que se sentó nuevamente, éste solo asintió como respuesta.

Una vez que acabaron de alimentarse, ambos se pararon, pidieron permiso y desaparecieron de la vista de todos los demás.

—Parece que el capitán ya hizo un muy buen amigo —comentó Peter con inocencia viendo cómo ambos se alejaban.

—Y Kavi también, jamás lo habíamos visto tan interesado en alguien — complementó uno de los gitanos que era amigo de Kavi.

Steve intentó no romper la cuchara de madera que se encontraba apretando exageradamente fuerte debido a su enojo.

—Bueno chicos, mejor hay que apurarnos que sólo nos queda un día en este hermoso lugar y también debemos tener todo preparado para zarpar —dijo Bruce cambiando el tema de la conversación, sintiendo la tensión bastante palpable que emanaba el pobre de Steve.

Loki solo se quedó sonriendo con diversión por todo aquello. Ver a Steve frustrado consigo mismo era de lo más gracioso para el pelinegro.

><><><><>< 

Tony y Kavi anduvieron por un camino algo empinado, rodeado de palmeras, árboles y demás por un largo rato. Tony ya comenzaba a cansarse dado que la subida estaba un tanto pesada y a pesar de que él contaba con buena condición física, era inevitable el que sintiera cómo los músculos le empezaban a doler, exigiéndole un descanso.

— ¿Ya casi….¿Ya casi llegamos? — preguntó entre jadeos el de cabello castaño mirando la espalda del gitano.

—De hecho ya llegamos —respondió Kavi sonriente para después tenderle la mano y ayudarlo a subir lo último del camino.

Llegaron a la punta de un risco, en el cual se podía observar una vista preciosa de las aguas azules del mar.

— ¡Wow! — exclamó el pirata antes de cerrar los ojos y disfrutar de la exquisita y fresca brisa que le llegaba a la cara. Sonrió con satisfacción abriéndolos nuevamente y apreciando la belleza de mar que se mostraba infinito.

—Sabía que te gustaría —dijo Kavi sonriendo de igual manera y llamando la atención de Tony.

—Es increíble…

— ¿Sabes Tony? lo que pasó ayer en la noche no lo tomé mucho en cuenta, ya que minutos después de que te habías retirado decidí que aprovecharía la estancia de tu visita y el tiempo que estuvieras aquí para poder conquistarte y hacerte mío— relató Kavi con tranquilidad mirando hacia aquella grandiosa vista,  sintiendo los ojos castaños posados en él —, pero no imaginé que se retirarían tan pronto, tenía previsto que se quedaran unos cuantos días más… al parecer no pude llevar a cabo mi plan.

Y con esto dicho el gitano sonrió ladinamente volteando a ver directamente a aquellos ojos con largas pestañas que tenía el castaño.

—Eres alguien increíble Tony, nunca nadie había llamado tanto mi atención en tan poco tiempo. Y sé que ya no puedo hacer nada para que seas mío, por lo cual me veo en la obligación de decirte algo —y dicho esto el gitano tomó todo el aire y voluntad que pudo para continuar—. Lucha por eso que quieres con aquel caballero.

Tony se extrañó bastante por lo último y no pudo evitar enarcar ambas cejas.

—Vamos Tony, ambos sabemos que no quieres a aquel niño bonito sólo cómo amigo…

—Lo sé, pero también sabemos que él nunca aceptaría ningún tipo de relación conmigo, soy un hombre, él tiene demasiadas reglas y prejuicios, tú mismo lo dijiste Kavi.

El gitano soltó aire con frustración antes de continuar.

—Eso lo dije porque quería tener una oportunidad contigo, pero ya que veo que nada entre nosotros puede ser posible pienso que puedo alentarte para que consigas aquello que en verdad quieres y mereces. Me di cuenta como te miraba el noble, y puedo decir que probablemente sí tengas una oportunidad con él.

Tony se quedó pensativo con esas palabras. Debía de admitir que por momentos le daban muchas ganas de lanzarse con Steve, pero el miedo de perder aquella amistad que habían conseguido formar era más grande.

—Vamos “hombre de hierro”, arriésgate. Créeme cuando te digo que dudo demasiado que aquel noble se pueda resistir a tus encantos — coqueteó un poco sonriendo y ganándose una risa por parte del pirata—. Sólo te quiero pedir una cosa.

— ¿Qué?

—Jamás olvides esta hermosa vista, ni al gitano que quedó prendado de ti y te dio el coraje para que tomaras el riesgo.

—Nunca lo olvidaré —respondió el castaño sonriéndole con seguridad, tomando una decisión interna que cambiaría el curso que llevaba su vida hasta el momento.

Para cuando regresaron junto con todos los demás, el sol ya se estaba ocultando, dando paso a la noche.

Los vengadores estaban listos con sus cosas y tiendas ya guardadas en su barco por lo que sólo se encontraban pasando el rato en espera de que su capitán apareciese para dar las últimas órdenes.

Steve se hallaba un tanto ansioso ya que Tony había desaparecido con el gitano por demasiadas horas y no quería sentirlo, pero los celos y frustración eran inevitables. Curiosamente aquello que le había dicho Bruce de que no se preocupara sólo hacía ponerlo más de nervios. No quería pensarlo, ni siquiera imaginarlo, pero la idea de que Tony estuviera con Kavi tampoco le agradaba, ni un poco si quiera.

Finalmente lo vio llegar, dirigiéndose hacia ellos con su típica sonrisa.

—Todo está listo mi capitán, esperamos sus órdenes para zarpar —informó Peter con gesto serio una vez que Tony ya se encontraba lo suficientemente cerca de ellos.

—Pues no perdamos más tiempo, aprovechemos el buen tiempo —declaró Tony a toda su tripulación que se encontraba reunida.

Todos comenzaron a despedirse y dar las gracias a los gitanos que con una sonrisa los invitaban a volver cuando quisieran.

Thor y Loki tardaron un poco más en ello ya que tenían a amigos y conocidos del pasado, pero con la promesa de regresar y unos cuantos abrazos de por medio pudieron partir.

El pequeño Peter recibió una “pulsera de la suerte” de una joven y hermosa gitana que había estado conviviendo con él la noche anterior y el joven pirata no pudo evitar sonrojarse aceptando el obsequio con timidez.

Los demás llevaban una que otra cosa de recuerdo, Natasha por ejemplo, había decidió comprarse una de aquellas características faldas de monedas, de acuerdo a sus gustos le parecían muy lindas.

Finalmente los bucaneros fueron subiendo a bordo. Tony había decidido ser el último en abordar para poder despedirse de Kavi que se encontraba a unos pasos del navío, sólo que no contaba con que Steve lo esperaría y se quedaría a lado de él para ello.

—Fue todo un gusto conocerte Kavi, gracias por el hospedaje. Galápagos es sin lugar a dudas hermoso —dijo Tony sonriéndole mientras le tendía su mano para estrecharla.

—Gracias por todo, Kavi —complementó Steve más por educación y modales que por otra cosa, tratando de poner su mejor cara ante el gitano.

—El placer fue todo mío, espero y algún día nos podamos volver a encontrar capitán Anthony —y dicho esto tomó la mano del moreno pero en vez de darle un simple apretón la llevo hasta sus labios para besarle los nudillos.

El ceño de Steve se contrajo, vio aquellas acciones en cámara lenta y simplemente no pudo soportar más, ni un segundo más, por lo que dejándose llevar por sus instintos y posesividad, antes de que el atrevido hombre pudiera besar el dorso le dio un rápido manotazo haciendo que las manos de Kavi por reflejo soltaran a Tony debido al inesperado golpe.

— ¡Auch! Oye, tranquilo caballero, sólo me estaba despidiendo —dijo Kavi con gracia mientras se sobaba sus manos.

Steve finalmente cayó en cuenta de lo que había hecho, por lo que ni siquiera supo cómo reaccionar ante aquello. ¿Qué le estaba pasando? ¿Acaso se había vuelto irracional?, ahora más que nunca sentía cómo Tony verdaderamente le estaba perturbando todos sus sentidos.

—Me iré adelantando —respondió apenado si saber que más decir dando rápidamente la vuelta y subir al barco.

Tony veía todo aquello con extrañeza, enarcando una ceja con desconcierto.

—Ve con él —dijo por último Kavi sin quitar su sonrisa seguido de un guiño al de cabellos castaños.

Tony asintió, le dio las gracias una última vez y se dio la vuelta para que por fin pudieran partir.

El gitano miró la espalada del capitán desaparecer de su vista y soltó un largo suspiro que dejaba salir su decepción ante los acontecimientos. De verdad le hubiera gustado poder conocer más de aquel hombre y acostarse con él, pero no podía tener demasiadas expectativas con alguien del mar, ya que los piratas eran conocidos por no quedarse demasiado tiempo en un lugar, sin contar que aquel pirata en específico ya parecía estar perdidamente flechado por el noble caballero.

—Bueno, el destino está escrito. 

><><><><>< 

Steve miró la espalda de Tony, notando cómo éste se encontraba con sus antebrazos recargados en el timón mientras lo dirigía.

Ya tenían un poco de tiempo de haber abandonado Galápagos y la mayoría de los vengadores se encontraban descansando en aquel turno. La noche y obscuridad ya estaban completamente presentes y Steve después de haber esperado a Tony en su camarote percibiendo que no llegaba, decidió salir a buscarlo. Al salir y verlo ahí de pie recordó que Tony tenía el turno de la noche, porque en su tripulación todos tomaban turnos, eran justos con el trabajo y no había preferencias.

El caballero se seguía sintiendo nervioso, abochornado y demás, pero también debía de admitir que no le era tan grato estar sin Tony, por lo que se acercó al pirata hasta quedar a lado de él.

—Pensé que ya estarías dormido —habló el castaño sin voltearlo a ver. Captando perfectamente su presencia.

—No, me pareció interesante salir en una noche tan particularmente tranquila…

—A pesar de ello el sotavento está a nuestro favor.

—Aún no entiendo demasiado acerca de embarcaciones —dijo Steve recordando cómo en los últimos días comenzaba a familiarizarse con el funcionamiento del navío.

—¡Ah!, eso puede arreglarse fácilmente. Ven —dijo Tony con una sonrisa mientras lo miraba y le tendía una mano para que se acercase.

— ¿Qué?

—Tú te encargaras de dirigir el timón. Ven, yo te enseñare —dijo moviendo sus dedos, sin dejar de tenderle la mano.

—No creo que sea buena idea, Tony… —comenzó el rubio poniéndose nuevamente muy nervioso.

—Por supuesto que es una buena idea Steve, tendrás al mejor maestro de todos. Vamos —y sin esperar respuesta o acercamiento fue el mismo Tony, quién se acercó lo suficiente para tomarlo de la mano y jalarlo hacia con él.

El caballero se dejó llevar hasta quedar frente al timón y tomarlo con ambas manos. Ciertamente nunca lo había hecho y el estar ahí le hacía sentir una sensación de emoción.

Tony se posó atrás de él y puso solo una de sus manos por encima de la del caballero, guiándolo en el proceso, sintiendo electricidad por todo su cuerpo con el contacto.

—Tómalo con firmeza, pero gíralo ligeramente. Cuando quieras ir hacia un lado levemente le das vuelta, cuando quieras ir hacia el otro, es igual. No tiene mucha ciencia —dijo Tony mientras giraba muy suave el timón para dar a entender sus instrucciones.

Steve se dejaba llevar y sentía sus emociones a flor de piel al sentir el cuerpo contrario tan cercano y el tacto de la mano de Tony sobre la suya. Posaba sus ojos azules al frente sin mirar al castaño debido al nerviosismo.

—No le puedes dar muy fuerte porque si no el barco giraría sin control, además —y diciendo ésto Tony le tomó sutilmente la barbilla para que levantara la vista—, tienes que poner mucha atención a las velas porque nosotros dependemos del viento.

El rubio asintió y miró con detenimiento la vista del barco.

—El mar sí que se encuentra tranquilo esta noche

Y fue en ese momento el castaño recordó… “Lucha por eso que quieres con aquel caballero”

—Eres tú el que ha traído ésta tranquilidad

—Jajaja ¿De qué hablas Tony? —rio Steve con un poco de gracia por la ocurrencia del capitán.

—Es verdad. Desde que estas con nosotros siento que todo ha mejorado. La paz en la tripulación es mayor, ya no hay tantas peleas como antes… y yo específicamente me siento verdaderamente bien contigo aquí.

Dicho esto Tony volteó a ver fijamente el rostro contrario, llamando su atención y haciendo que Steve finalmente también se girara hacia él con aquellos preciosos iris color azul.

Ambos se quedaron mirándose hipnotizados por la mirada contraria. Tony intencionalmente se pasó la lengua por los labios, haciendo que la mirada zafiro bajara a ellos, quedándose admirándolos.

Steve bajó el brazo que Tony tenia tomado y así quitó la pequeña barrera que se interponía para que los dos cuerpos se juntaran aún más, teniendo a Tony ahora casi de frente.

El pirata se fue acercando un poco más, con lentitud y dilación.

— ¿Y tú Steve? ¿Qué es lo que sientes? —preguntó el castaño casi en un susurro acercándose cada vez más y más, aproximándose hasta sentir la respiración de Steve, pero no lo suficiente como para unir sus labios. Tony estaba verdaderamente ansioso y con el corazón latiéndole increíblemente rápido, pero quería que fuera el mismo Steve el que diera el próximo paso.

Y así fue.

Steve ya no logró razonar más, ya no logró pensar más, con aquella cercanía su mente se había bloqueado y sólo daba paso a lo que su corazón y cuerpo le exigían. Fue así como el rubio terminó con la muy pequeña distancia que aún los separaba y lo besó.

Tony rápidamente captó la acción y comenzó a mover sus expertos labios con desesperación. Había tenido tantas ganas de aquello que ahora simplemente no se podía controlar. El sentir esos grandes y carnosos labios sobre los suyos encendía algo en él.

El rubio comenzó a seguirle el ritmo, besándolo con la misma desesperación y dando paso a la pasión en el momento que sintió como Tony metía su lengua, buscando la suya con deseo, por lo que Steve también utilizó su lengua para jugar con la contraria sin dejar de mover los labios.

La mente de Steve se encontraba complemente nublada, sentía un deseo y calor verdaderamente indescriptibles, era como si una fuerza animal se apoderara de él, fue por ello que sujetó fuerte y bruscamente a Tony por las caderas para pegarlo por completo a su cuerpo.

Tony gimió con sorpresa ante la acción, pero no por ello dejó de besar al otro, al contrario, se restregó aún más al cuerpo musculoso y lo tomó de la nuca para sentir la presión de sus labios y lengua.

Duraron unos cuantos segundos más así, besándose con impaciencia, hasta que ambos tuvieron que separarse debido a la gran intensidad que el beso había formado.  Además que aquel beso había acabado con su aliento y respiración.

Los dos se miraron mientras jadeaban, con sus pechos subiendo y bajando notoriamente.

Steve por fin después de unos segundos, pudo caer en cuenta de lo que acababa de hacer; finalmente su cerebro volvía a funcionar, por eso mismo, abrió los ojos con sorpresa y pánico.

—C..creo que será mejor q...que me retire. Que pase bonita noche capitán Anthony —se excusó nerviosa y velozmente para darse la vuelta y salir huyendo de ahí.

Tony miró su ancha espalda retirarse y al poco tiempo pudo soltar un exhalo de entera satisfacción.

—Dios, fue mucho mejor de lo que me imagine —se dijo a sí mismo para luego recargase en el timón. Aquel beso había hecho que hasta sus piernas le fallaran de lo apasionante que había sido.

Notas finales:

Mis queridos lectores, que pasen una feliz navidad. Los amo. <3


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