Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forbidden heart por hannastony

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—¿Qué están tramando? —preguntó Tony sin rodeos una vez que Peter lo llevó con Natasha, quien se encontraba acompañada de Clint.

—¡Queremos hacer una sorpresa! —exclamó Peter con emoción sin aguantarse ni un poco más.

—¿Una sorpresa?

—Sí, como un festín aquí en el navío, con decoraciones, flores, música y esas cosas —dijo ahora Clint complementando la idea.

Tony se limitó a mirar cuestionadoramente a su tripulación, ya que aquello era de lo más raro. Que él recordara, nunca antes habían hecho una fiesta en el barco.

—Veras, ya pasó un tiempo y poco a poco Steve se ha ido ganando la amistad y confianza de cada uno de nosotros, se ha portado muy bien e incluso nos ayuda; sinceramente Tony, no te equivocaste con respecto a él, sin embargo por las circunstancias su llegada a nuestra tripulación no fue la más grata al principio, por lo que queremos hacerle una sorpresa para que se sienta bienvenido y en parte también agradecerle su aceptación —explicó Natasha serena sumándose a la conversación—. Fue una idea que se nos ocurrió a todos, pero por supuesto, necesitamos tu aprobación para llevarla a cabo.

Al capitán le pareció la idea más grandiosa que su tripulación pudo pensar. Se sentía feliz, satisfecho, porque aquello significaba que su familia ya aceptaba por completo a Steve y se preocupaban porque éste se sintiera cómodo. Esa era una de las principales preocupaciones de Tony, y ahora, contaba con todo el apoyo de sus piratas para lograrlo: que Steve se sintiera uno más de ellos, hacerlo sentir como en casa.

— ¡Por supuesto que lo apruebo! De hecho quiero ser el que más contribuya en esto —dijo sinceramente mientras les sonreía.

— ¡Yei! Les dije que iba a aceptar —dijo Peter dando saltitos dirigiéndose tanto a Clint como a Natasha.

—Perfecto, queremos anclar en el próximo puerto para que alguno baje con Steve y lo distraiga mientras nosotros arreglamos aquí. También alguien más podría ir a comprar una que otra cosa. —habló Natasha recibiendo por respuesta el asentimiento de todos los demás.

—Pues no se diga más, hagamos de esta una verdadera sorpresa para Steve —finalizó Tony sabiendo que tendría que organizarse con los faltantes de la tripulación.

><><><><>< 

Fue impresionante los pocos minutos que tomó Bucky para recomponerse, estabilizarse y encerrar todo el amor por Natasha en una caja fuerte dentro de su corazón. Debía de hacerlo, por su honor, por la capital, por su hermano del alma.

El noble entró nuevamente a la sala en la cual se estaba llevando la testificación, perdiéndose solo de unos pocos datos de información.

Su jefe no le volvió a llamar la atención y la declaración se llevó a cabo de forma tranquila, sin más interrupciones.

Obadiah dio las descripciones completas de todos los piratas, las estrategias con las cuales solían trabajar,  los puntos fuertes y también las debilidades de cada uno, y finalmente, los lugares que solían frecuentar.

—Con esto damos por terminada la reunión, en nombre de todo el cuerpo de oficiales le presento mi más sincera gratificación señor Obadiah, su cooperación ha sido de lo más útil —dijo por último el jefe de los guardias para luego levantarse haciendo con esto, que todos los presentes comenzaran a retirarse.

Obadiah fue el más rápido en salir de ahí, sin cruzar palabra alguna con nadie más de la sala.

—Oficial Barnes —escuchó Bucky como el jefe lo llamaba mientras se acercaba a él con su mirada seria—. No le cuestionaré qué fue exactamente lo que provocó su anterior comportamiento durante la testificación, uno que es tan poco común en usted, solo espero que eso no interfiera con la misión principal.

—Descuide coronel, no volverá a suceder —respondió Bucky obedientemente imitando los gestos serios de su superior.

—Le informo que zarparemos cuanto antes para iniciar la persecución de los criminales. Quiero que reúna a los mejores oficiales capacitados para esta misión, claro que en este equipo usted está incluido —ordenó viendo una afirmación inmediata de Lord Barnes.

Antes de que pudiera volver a hablar notó a Lady Sharon aproximándose junto a su padre hasta llegar con ellos.

—Coronel, le agradezco su trabajo —dijo la rubia sin siquiera dirigirle una mirada a Bucky, hablándole directamente al jefe—. Quiero infórmale que yo también participaré en la búsqueda y zarparé junto con su equipo de oficiales, por lo que requiero que utilicen su mejor barco con un espacio adecuado para mí.

Tanto Bucky como el Coronel se sorprendieron bastante por la noticia, dándolo a notar de inmediato por sus gestos. No estaba permitido llevar nobles a encomiendas tan peligrosas como lo era arrestar a los mismísimos Vengadores. No iban a ir de crucero, ni de vacaciones como normalmente los ricos acostumbraban, por eso mismo fue que Bucky se unió al cuerpo de generales, para participar en ello.

—Con todo respeto Lady Sharon, usted sabe que esta misión es demasiado peligrosa, no podemos permitirnos ponerla en riesgo de tal manera, estoy seguro que Lord Carter opina lo mismo —trató de convencerla siendo interrumpido por el padre de la chica.

—Estoy de acuerdo con usted Coronel, sin embargo, ya he tenido esta platica con mi hija y no puedo hacer que desista de sus deseos y yo no me puedo negar a las peticiones de mi niña, por lo que voy a requerir que asigne a dos de sus mejores hombres para que la cuiden a todas horas, y claro, ella es consciente que en el momento en el que atrapen a esos asqueroso ladrones debe de estar retirada. ¿Si sabe quién está financiando en mayor parte esta labor, verdad?, Entonces no debe de quedarle espacio alguno para objeciones —declaró Lord Carter firme, con su característico porte mientras ponía la palma de su mano en el hombro de su hija.

—Sí mi Lord —aceptó aun algo inconforme, para luego ver como los Carter asentían y se retiraban de ahí—, oficial Barnes, encárguese también de escoger los guardias asignados para Lady Sharon. Usted no, a usted lo necesitaré en acción.

><><><><>< 

Después de un día, los Vengadores anclaron a unos metros del puerto más cercano, el cual se trataba de la isla Vaadhoo.

—Steve, bajarás junto con Peter para que lo acompañes por unas cosas. Loki y Thor también descenderán a tierra firme pero ellos se irán a parte —informó Tony ese mismo día en la mañana, dirigiéndoles un rápido guiño cómplice a la parejita.

La noche anterior el capitán había organizado toda la movida y tanto Thor como Loki se habían ofrecido a ir a comprar algunas cosas extras para la fiesta.

— ¿No vendrás? —preguntó Steve tratando de no lucir demasiado obvio respecto a su necesidad de querer pasar tiempo a lado del castaño de coleta, ya que después de su casi beso interrumpido por Peter no habían tenido la oportunidad de seguir conversando y pasar el rato juntos.

—No Steve, ya conozco a la perfección la isla Vaadhoo, no hay nada que me interese allá abajo—respondió Tony fingiendo fastidio e indiferencia.

El rubio caballero se sintió un poco dolido por aquellas palabras, ya que para él significaba que a Tony no le importaba pasar el tiempo juntos, que Tony no le estaba dando el valor que Steve le estaba dando a aquello que se estaba formando entre ellos, y que Tony no pensaba tanto en él como el rubio lo hacía.

—Bueno, no pierdan más el tiempo ahí parados, andando —apuró el capitán señalando los botes que ya estaban listos para que ellos bajaran.

—Vamos Steve, será divertido —dijo un sonriente Peter mientras lo tomaba del brazo llevándolo hacia los botes.

—Sí Peter —respondió el rubio forzando una sonrisa para el menor, dejándose guiar para finalmente dejar el navío.

Tony se mantuvo recargado en uno de los bordes del barco hasta que vio como los dos botes que habían salido desaparecían de su vista.

— ¡Ya se fueron! ¡Comencemos los preparativos! —gritó Tony con entusiasmo a los piratas que quedaban en el barco.

—Pareces el más emocionado, Tony —puntualizó Natasha con gracia mientras compartía unas miradas cómplices con Clint y Bruce.

—Eso es porque nuestro capitán se está enamorando —dijo Clint con una sonrisa traviesa al mismo tiempo que le daba codazos a Tony.

— ¿Enamorando? ¿Yo?

—Peter ya nos contó que se traen ustedes dos — ésta vez habló Bruce con los mismos gestos divertidos—, aunque la verdad es que se le salió la información, no es como que hubiera querido revelarlo a propósito.

“Eaaaa”  expresaron Natasha y Clint al unísono, les estaba divirtiendo demasiado el tomarle el pelo a su capitán notando como éste se hacia el desentendido.

—Vamos, es algo casual, no es la gran cosa —el castaño respondió evadiendo el tema, sintiéndose avergonzado pero tratando de no demostrarlo.

—Si eso es verdad te reto a no mostrar aquella mirada y sonrisa embobada que siempre se te forma cuando Steve está presente —dijo la pelirroja con astucia, levantando una ceja de manera retadora.

— ¡Bueno ya basta! No les dije que se quedaran aquí nada más para holgazanear. ¡A trabajar! Que no sabemos que tanto Peter lo entretenga —y dicho esto Tony cortó por completo la conversación dirigiendo a sus compañeros para que juntos se pusieran a arreglar comenzando por sacar la larga mesa de madera que tenían, unas cuantas sillas y picar fruta.

><><><><>< 

—No entiendo cómo todos obedecen a Tony sin siquiera rechistar. Siempre creyéndose el dueño de todo y no teniendo en cuenta el cómo se pueden llegar a sentir las demás personas —se quejó Steve con el pequeño Peter sin poder evitarlo.

A Peter el rubio ya le había tomado demasiada confianza, era con la persona que más disfrutaba pasar el tiempo; a pesar de su corta edad tenía una madurez impresionante, era inteligente, alegre y carismático, era como una pequeña versión de Tony, quitándole lo ególatra y creído que podía llegar a ser éste en ocasiones, sin contar la inocencia y energía que siempre le transmitía, por lo que fácilmente ambos crearon una buena amistad.

Fue por ello mismo que Steve sintió que podía expresar solo un poco de sus sentimientos con el más joven. El caballero se encontraba molesto y triste, sabía que era una estupidez enojarse por algo tan trivial, pero todo eso era muy nuevo para él sin contar que aún no tenía al 100% claro qué era lo que tenía con el capitán, por lo que sus inseguridades lograban atacarlo por donde fuese.

— ¡Oh vamos! Steve, usted sabe que eso no es cierto —respondió Peter restándole importancia, demasiado nervioso y emocionado con la sorpresa como para poner atención a otra cosa.

Steve suspiró con resignación. Era cierto, no podía creer que un niño de 15 años tuviera mejor pensamiento crítico que él, de verdad que Tony le hacía perder todos los estribos.

— ¿Por qué bajamos, Peter? —preguntó el rubio tratando de cambiar el tema, sintiéndose avergonzado con sigo mismo.

— ¿Eh? ¡Ah sí! ¿Por qué bajamos? —repitió torpemente el menor, tratando de calmarse  para fingir correctamente—, es solo que el capitán quería que comprara una de las mejores botellas de vino, dijo que se le había dado el antojo de beber algo de calidad, la isla es conocida por eso.

Nada de aquello era verdad, pero Peter fue lo suficientemente convincente para que Steve se tragara aquella historia y se propusiera a ayudarle a buscar un buen vino.

—Por cierto Steve, cuando regresemos al barco tendré que vendarte los ojos —añadió como si nada el adolecente mientras seguía caminando.

— ¿Vendarme los ojos? ¿Por qué? —cuestiono Steve bastante confundido.

—Es porque estamos preparando nuestra próxima misión, son planes altamente clasificados y secretos…ammm…y bueno, con usted a pesar de todo tenemos que tomarnos nuestras precauciones, el capitán no quiere que en cualquier momento se escape y nos llegue a traicionar.

Steve al escuchar lo que Peter dijo se sintió demasiado ofendido y adolorido, nunca creyó que a pesar de todo lo que había pasado, de todo lo que les había ayudado, de las disculpas que les ofreció a todos, aun siguieran desconfiando de él de tal forma, en especial Tony, que hasta hace nada le había dicho que se sentía muy bien de tenerlo ahí con ellos.

“Mentiroso, embustero” pensó Steve para sus adentros sin volver a tocar el tema con el chico.

><><><><>< 

—Trajimos listones de colores, ramos de flores, y ¡una langosta! Era la más grande que tenían —expresó Thor con entusiasmo mientras se tallaba las manos mientras se imaginaba el sabor del delicioso crustáceo.

— ¡Esa langosta es gigante! Debió de costarles una fortuna —exclamó impresionado Tony sin poder creer el tamaño del animal.

—De hecho no, Thor se prostituyó por ella —comentó Loki enojado cruzándose de brazos rodando los ojos.

—Loki, ya hablamos de que sólo coquetearle un poco a la vendedora para que nos la dejara más barata no es prostitución —explicó Thor mandándole una mirada de perdón hacia su pareja.

—Hum —bufó el pelinegro volteando el rostro con indignación.

—Bendito sea tu poder de seducción Thor —dijo Clint mientras se acercaba también para admirar a aquella langosta, sintiendo cómo su boca comenzaba a salivar.

—Ya tenemos lista la mesa con toda la fruta picada, ahora solo hace falta preparar la langosta y decorar. Natasha y Bruce dejen a esa langosta para chuparse los dedos, los demás, ayúdenme a arreglar todo con los listones y las flores —mando el capitán notando como todos asentían sonriendo.

Fue así como cada uno comenzó a trabajar, colgando  los listones entre las velas y los mástiles, decorando los bordes del barco con los ramos de flores y sacando cajas de madera para completar los asientos alrededor de la larga mesa.

—Me sorprende que el capitán este tan eufórico por la sorpresa hacia Steve —dijo Loki con malicia ganándose la atención de todos sin dejar sus tareas de lado.

—Oh, no otra vez —susurro para sí mismo el capitán sabiendo lo que vendría a continuación, un ataque hacia él. 

—Eso es porque se está enamorado Loki, es obvio que quiere hacer lo mejor para Steve —comentó Thor con inocencia ganándose las carcajadas de los demás por lo dicho con tanta seriedad.

— ¡Que no estoy enamorado! ¿Podrían ya dejar de inventarse historias? —expresó Tony con fastidio, terminando de amarran uno de los listones azules.

Todos estaban encontrando demasiado entretenido el ver a su gran capitán con un peculiar sonrojo, sin embargo, Tony no podía evitar que también se le formara una gran sonrisa de alegría, o tal vez, felicidad.

—Ciertamente hasta el rostro le ha cambiado desde que Steve está aquí —dijo Bruce siguiendo el juego con una sonrisa.

—Brucie traicionero, yo que te consideraba mi hermano de ciencia —dijo Tony con exageración haciendo que los presentes no pudieran dejar de reír.

—Vamos Tony, no te pongas nervioso, estoy segura que Steve también se siente igual —dijo ahora Natasha con “comprensividad”

— ¿Quién diría que el capitán más temido de los siete mares se convertiría en un adolecente experimentando su primer amor? —complementó Clint haciendo que todos volvieran a reír por sus ocurrencias.

— ¡Basta Clint! Te voy a poner a lavar los baños tres días seguidos. Soy su capitán y me tienen que respetar —amenazó el capitán tratando de lucir amenazante, fallando en el intento por la misma sonrisa que se formaba en su rostro.

—El capitán esta enamoradooo, el capitán esta enamordooo —empezó a cantar Clint seguido de los demás en coro.

—Nada más que llegue Steve y esto no esté listo, los voy a hacer a todos caminar por el tablón —advirtió Tony haciendo que se pusieran nuevamente a terminar sus labores, claramente sin dejar de reír.

Terminaron y después de unos minutos observaron cómo el bote con Peter y Steve se acercaba.  Los ayudaron a subir, notando que Steve traía puesto una pañoleta en los ojos privándolo de la vista.

— ¿Dónde está Tony? me gustaría hablar con el —dijo el caballero una vez que sintió se encontraba arriba del barco, aquello de traer los ojos tapados se le hacía algo ridículamente absurdo.

—Aquí estoy —respondió Tony sonriendo quitándole la pañoleta lentamente, haciendo que Steve por fin viera la increíble sorpresa preparada.

El rubio tardó pocos segundos en adaptar su vista a la luz y poder mirar todo con real escepticismo. El barco se mostraba bastante colorido y alegre, con varios listones de colores decorando los alrededores, flores hermosas y sencillas que hacen lucir el ambiente de forma bella y al centro de todo, la gran mesa de madera que solían utilizar, ahora con una enorme langosta en medio y alrededor varias copas de vidrio barato.

A lado de la larga mesa había otra más pequeña con fruta picada y acomodada de forma elegante y estética. Mangos, fresas, melones y demás.

— ¿Qué es todo esto? —preguntó Steve finalmente con una muy ligera sonrisa mientras apreciaba todo con lujo de detalle.

—A los vengadores se les ocurrió la idea de hacerte una fiesta en honor a todo lo que has hecho por nosotros, dándote una más que merecida bienvenida a nuestro navío —Tony posó su palma en el hombro del caballero—. Ya eres parte de esta familia, Steve.

El mencionado se giró hacia el portador de aquellas palabras, esos peculiares ojos que con toda sinceridad, le encantaban, lo miraron con alegría. Steve se sentía verdaderamente feliz y conmovido, nunca llegó a imaginar que los piratas se tomarían el tiempo para hacer algo tan especial para él.

Todo habían sido solo pretextos y mentiras para que pudieran hacer algo como eso. Fue en ése momento cuando se sintió un completo tonto por siquiera dudar de aquellas personas que cada día le demostraban lo grandiosas que podían llegar a ser, en especial Tony, jamás se cansaría de repetirlo, el castaño jamás lo dejaba de sorprender.

—Muchas gracias, a todos ustedes, de verdad, no saben lo que esto significa para mí —agradeció desde el fondo de su corazón mientras miraba a cada uno de los tripulantes.

— ¡Brindemos! —exclamó Peter con emoción al mismo tiempo que les mostraba  la botella de un muy buen vino.

— ¡Sí! Brindemos —apoyó Tony bajando su mano que se encontraba en el hombro de Steve para ponerla en la espalda baja de éste y dirigirlo hacia la mesa en la que se encontraban las copas.

El capitán le ayudó a Peter a servir el vino y pasarle una copa a cada uno de sus amigos.

— ¿Y yo? —preguntó el chico al notar como era el único al que le faltaba una copa de vino.

—Tu brindaras con un coco, aun eres menor y no puedes beber —dijo Tony ganándose las risas de los presentes, notando como Peter fruncía el ceño pero sin oponerse.

— ¡Brindemos por el amor! —dijo Clint con astucia y muchísima gracia, mirando cómo los demás trataban de reprimir una carcajada por la enorme indirecta que le mandaba hacia el capitán.

—No, mejor brindemos por… ¡por Steve! Que ya es parte de esta rara pero querida familia —dijo Tony tratando de desviar el tema, temiendo que sus piratas lo dejaran en ridículo frente a Steve.

— ¡Por Steve! —levantaron la copa la mayoría, a punto de chocar las copas, pero fueron interrumpidos por el mismo rubio antes de hacer el brindis.

—No. Por el amor —dijo Steve con tranquilidad, dedicándole una rápida mirada al castaño, percatándose que éste también lo miraba con algo de sorpresa.

Los piratas no pudieron evitar mostrar gestos de alegría, pero con toques de ternura y dulzura. Loki hasta quiso saltar de la emoción, pues ya se veía ganando la apuesta que había hecho con sus compañeros.

— ¡Por el amor! —ahora sí 7 copas y un coco se alzaron para luego chocarlos entre si y comenzar con el festín.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).