Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forbidden heart por hannastony

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Steve sintió en un instante cómo Sharon lo abrazaba, pegando su cuerpo femenino en él, para después tomarlo del rostro y besarlo.

Tuvo que procesar todo en su mente mientras ocurría, ya que todo había sido tan rápido, inesperado y repentino, que a su cerebro le costó un par de segundos el caer en cuenta de la situación.  Tratando de ser lo más delicado posible hizo fuerza de su mano que se encontraba en la cintura de la dama la dama para alejarla, empujándola con caballerosidad, alejando así aquellos labios rosados de la señorita que habían estado ocupados moviéndose en los suyos en un beso casi desesperado.

Sharon lo miró con extrañeza, pareciéndole raro que su prometido no hubiese correspondido el beso y al contrario, la hubiera alejado.  Pero Steve no tenía tiempo para explicaciones, una vez que su cerebro volvió a conectar, recordó que se encontraban en batalla, y con rapidez e impaciencia se volteó hacia Tony, preocupado por el moreno, verificando que éste aún se encontrara bien, de pie; sin embargo, lo que vio al momento de girar su cuerpo le dejó totalmente helado.

Parecía ser que Tony se encontraba inconsciente, tirado en el piso, esposado y con los pies amarrados mientras uno de los oficiales lo amordazaba.

— ¡Tony! —gritó Steve comenzando a sentir un miedo y desesperación indescriptibles en su corazón— ¡No! ¡Deténganse! ¡Suéltenlo!

Comenzó a gritar con voz quebrada debido a las sensaciones que le creaba ver a Tony en esa situación.  Claramente, ninguno de los oficiales le hizo caso. Steve estuvo a punto de tomar su escudo y salir directo hacia aquel punto con tal de que no lo separaran de su moreno, pero justo cuando iba a caminar hacia allá, Sharon adivinando sus intenciones, lo tomó del brazo con ambas manos.

—Sharon por favor es…esto es una equivocación, no pueden arrestarlo, Tony no… —comenzó a explicar Steve entre balbuceos volteando su rostro a cada rato hacia el cuerpo inconsciente de Tony que ya comenzaba a ser arrastrado por dos oficiales para bajarlo del navío.

—Steve, tenemos suficientes pruebas para demostrar que ese hombre es el responsable del atraco a la capital, tú ya deberías de saberlo. Tenemos órdenes estrictas de arrestarlo, tanto él como sus secuaces quebrantaron la ley, ahora deben pagar las consecuencias —explicó Sharon tratando de lucir serena a la vez que ponía cada vez más y más fuerza en su agarre para que Steve no saliese corriendo detrás de aquel pirata.

Steve volvió su vista hacia Tony viendo como su cuerpo desaparecía por la tabla que daba a tierra firme siendo arrastrado por los oficiales.

—Lo siento Sharon pero no puedo permitirlo —sentenció Steve con voz demandante, sin dejar de sentir ni un solo momento el miedo, pero recomponiéndose, analizando la situación, sabiendo que debía de estar más que firme si quería recuperar a Tony.

Con un solo movimiento y siendo lo menos brusco posible, se zafó del agarre de la rubia, y comenzó a caminar hacia la salida queriendo bajar por la tabla y seguir a los oficiales para ver hacia a donde llevarían a su amor, pero un metro antes de que llegara, fue interceptado por varios uniformados, que se pusieron alineados uno a lado de otro, creando una barrera para que no pudiese bajar.

El rubio volteó hacia Sharon, con el gesto contrariado  en busca de alguna explicación

— ¿Acaso yo también me encuentro arrestado? —preguntó Steve levantando una ceja con rudeza y sarcasmo nada propio de él, pero toda aquella situación lo tenía mal, muy mal.

—Lo siento Steve, tu seguridad en mi prioridad, nuestra prioridad. Una de las principales razones por las cuales venimos hasta acá, fue para rescatarte. Tu bienestar es lo más importante en la capital. Tus papás están muy preocupados por ti, no podemos exponerte de tal manera ante aquellos ladrones —explicó Sharon acercándose poco a poco al rubio, posando una de sus manos en su brazo, delicadamente— Steve, no hay nada que podamos hacer. No tengo la más mínima idea del porqué de tus pensamientos o tus acciones en este momento, pero podremos aclararlas en el camino hacia la capital y ahí también podrás hablar con las autoridades; deberías tomarte un tiempo para estar tranquilo y hablar con el coronel, al igual que con tu amigo Bucky, porque él también está aquí, por ti Steve…

Las palabras de Sharon dichas con mucha astucia calaron dentro de Steve. Bucky estaba ahí por él, finalmente después de tanto tiempo podría volver a encontrarse con su hermano del alma y eso ciertamente le traía un poco de paz en todo aquel mar de desesperación.  Respiró hondo unas cuantas veces y se calmó. Steve era consciente del problema en el que estaban metidos, aquel fue su más grande miedo desde que decidió acoplarse al estilo de vida de los piratas que se habían convertido también en su familia.

Se lo repitió a Tony más de una vez, que al ser unos ladrones, a pesar de tener buenas intenciones podrían meterse en muchos problemas; éste en el que estaban metidos, ciertamente era el más grande de todos. Pero debía calmarse y pensar con la cabeza fría, todas sus emociones y sentimientos no le podrían ayudar en un momento como ese. Debía encontrar la forma de solucionar las cosas, no sabía qué podría pasar, cuál era el destino que los oficiales habían planeado para los vengadores; pero de algo podía estar completamente seguro y aquello era que recuperaría a Tony costase lo que costase.

><><><><>< 

Para los Vengadores todo el camino fue un verdadero tormento, no podían ver, no podían hablar, no podían moverse, y esto solo ocasionaba que inevitablemente tropezaran de vez en cuando, siendo jalados, gritados e incluso golpeados por los oficiales que los transportaban. Fueron llevados hasta una espaciosa celda que se encontraba al interior del barco, donde normalmente los barcos contenían bodegas bajo la cubierta. La celda contaba con fuertes barrotes de metal, en las paredes se encontraban pegadas gruesas esposas que por lo regular se utilizaban en las mazmorras, pero que esta vez estaban adaptadas para aquella celda del navío.

Los oficiales al llegar los esposaron en la pared, uno por uno, haciendo que sus manos quedaran inmóviles y levantadas, sujetadas por el mismo metal negro, grueso y largo.  Después de ello pasaban a esposarles los pies con esposas muy parecidas a las que sujetaban sus muñecas, conectadas por unas gruesas cadenas de metal, haciendo que las piernas de cada uno quedaran sujetas y además con muy poca movilidad.

Bucky llegó justo cuanto estaban  terminando de esposar al último de los piratas, el cual era Clint; se acercó y pasó sus manos por cada uno de los candados que cerraban las esposas, haciendo fuerza solamente para corroborar que todos se encontraran bien sujetos, sin escapatoria alguna.

—Bien. Pueden quitarles la venda de los ojos y la mordaza, de igual forma no tienen escapatoria alguna — dicho esto Bucky les dio la espalda y salió a paso rápido de ahí. Sinceramente, no le apetecía para nada ver los ojos de Natasha ni escuchar su voz ni lo que pudiera decir. Él sabía que la pelirroja era muy peligrosa y no se debía dejar engañar, no de nuevo.

Los oficiales siguieron las órdenes mientras que uno que otro pirata exhalaba por el ligero alivio que sentían al ya no tener las mordazas y las vendas.  Cuando le quitaron las vendas a Thor lo primero que hizo fue buscar con angustia a Loki, viendo que el pelinegro se encontraba relativamente bien, por lo que soltó un ligero suspiro, recibiendo la mirada de su hermano de igual forma aliviada, pero a la vez, preocupada.

Cuando los oficiales terminaron salieron de ahí, uno de ellos cerró la celda y des dio la espalda, quedándose ahí parado, haciendo guardia. Ninguno de los piratas quería decir nada, no sabían ni que decir, se encontraban en la peor situación posible, sin escapatoria alguna, sin poder siquiera tener la oportunidad de intentarlo. Y a pesar de que querían mantenerse fuertes, la verdad era que sentían miedo por la incertidumbre de su incierto destino.

—D…Doctor Bruce, ¿Qué será de nosotros? —preguntó Peter muy nervioso animándose a hablar finalmente después de unos minutos.

—No lo sé Peter… —respondió Bruce con ojos tristes, sintiéndose culpable y derrotado al igual que cada uno de sus compañeros.

Natasha, se encontraba con la mirada baja, absorta en sus propios pensamientos. Sentía un revoltijo de sentimientos dentro de su ser. Para aquel punto, había aceptado que amaba a Bucky, lo amaba y mucho; pero ahora gracias a él se encontraba en aquella situación, con su familia en peligro.

—Fue mi culpa… —susurró Natasha haciendo que todos la voltearan a ver, prestándole atención—, si no me hubiera distraído con Bucky hubiese podido reaccionar a tiempo para ir a ayudar a Peter y-

— ¡En ese caso fue mi culpa! —exclamó el más joven interrumpiendo a la pelirroja—, si hubiese sido más hábil no me hubieran atrapado y hubiéramos podido con ello.

—No es culpa de nadie —habló Bruce centrando la atención de los demás en él—, si así fueran las cosas, también sería mi culpa por decirle a Clint que no disparara, o la de Clint, por no disparar. No es culpa de nadie… hicimos lo que pudimos y ya. No hay más que decir.

Todos una vez más se quedaron callados, estando de acuerdo con ello.  De nada servía atormentarse por los errores pasados. Lo único que les serviría ahora era seguir adelante, idear algo para salir de aquella situación.

—Solo espero que Tony logre huir a tiempo —dijo Thor  rompiendo el silencio, recibiendo un ligero asentimiento de los demás.

Lamentablemente su ligera y remota esperanza de que Tony lograse huir quedó en el olvido, al notar con horror que después de una o dos horas llegaban otros dos oficiales, arrastrando a su capitán en el suelo como si fuese un costal de basura, para luego darle instrucciones al oficial que se encontraba de guardia para que abriera la celda para así meterlo junto con los demás.

Este asintió y acató. Repitieron el mismo proceso que con los demás. No hubo necesidad de quitarle una mordaza o venda, ya que ni siquiera se las habían puesto debido a que Tony aún se encontraba inconsciente.

Salieron de ahí y cerraron la puerta nuevamente dejando al oficial guardia a cargo.

— ¡Tony! Hey Tony —comenzó a llamar Clint con desesperación y enojo al igual que todos los demás al ver que el castaño no reaccionaba— malditos desgraciados ¡¿qué le hicieron?! —gritó furioso al oficial fuera de la celda, sin recibir respuesta alguna.

—Tranquilízate Clint, está inconsciente, sigue respirando. En un rato despertará —explicó Bruce quién estaba más calmado, transmitiéndoles tranquilidad no solo a Clint, sino a los demás.

Sin embargo,  al estar en esa situación claramente no podían sentir paz por completo, por lo que la espera a que su capitán despertase fue una completa tortura.  

Después de varios minutos Tony fue recuperando la conciencia, quería abrir los ojos, más le costaba trabajo debido a la pesadez que sentía, los abrió y cerró mientras rodaba los ojos, en un intento por mantenerlos abiertos. Sentía que su cabeza le punzaba con demencia y le daba vueltas.

Tras unos intentos más, pudo enfocar su vista y procesar lugar donde se encontraba, así como la situación en la que se hallaba. Frente a él se encontraba toda su tripulación, encadenada y esposada, dedicándole miradas de preocupación, esperando a que éste pudiera recuperarse. Después, Tony pudo notar que sus manos se encontraban al igual que todos los demás, atrapadas e inmóviles; levantó la vista por unos momentos hacia sus muñecas, haciendo fuerza para tratar de zafarse, fallando inevitablemente.

—Es inútil Tony —expresó Loki con mirada resignada al ver como su capitán comenzaba a forcejar con las esposas, llamando la atención del nombrado.

— ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cómo sabían quienes éramos? ¿Dónde encontrarnos? Nada de esto tiene sentido —comenzó a hablar Tony dirigiéndose a sus compañeros, sabiendo que de nada serviría preguntarle al oficial que se encontraba a pocos metros de ahí.

—No lo sé Tony, pero como dices, es demasiado sospechoso. Sabían exactamente donde estaríamos, saben todas y cada una de nuestras identidades, lo sabían todo. Y solo nosotros sabíamos esa información, y míranos, ahora estamos presos… —expresó Natasha recomponiéndose ligeramente de la turbación de su corazón al tener a Tony ahí con ellos.

—Ahora que lo mencionas Nat, si hay alguien que falta —expresó Loki como quien no quiere la cosa.

— ¡El teniente Steve jamás se atrevería a delatarnos! —gritó Peter frunciendo el ceño al igual que Loki.

—Peter tiene razón, Steve jamás haría algo as- —dijo Tony, pero luego calló repentinamente, sin terminar su oración, al recordar la última imagen que sus ojos miraron antes de caer inconsciente.

—Tony, sé que el hacer una acusación de ese tamaño a Steve es algo muy fuerte, pero debemos de considerar todas las posibilidades —habló Bruce de manera tranquila—, dime Tony, cuando Steve enviaba sus cartas, ¿las revisaban? ¿Eran conscientes de lo que escribía y mandaba?

Preguntó Bruce haciendo que todos callaran y se pusieran a pensar.

—No… —contestó Tony en tono bajo, casi susurrando—. Peter, ¿cuándo lo acompañaste pudiste ver algo?

Preguntó con voz nuevamente renovada, sin querer creer aquello, negándose rotundamente a lo insinuado por Bruce.

—Lo siento capitán. Estaba tan absorto en conocer acerca de la palomas mensajeras que la mayoría del tiempo me la pase hablando con el dueño —explicó Peter recordando aquel día. Ahora el más joven no podía dejar de sentirse como un estúpido, por no habérsele ocurrido siquiera revisar las cartas, pero confiaba tanto en Steve, que ni siquiera se le había pasado por la cabeza, hacer algo como eso.

—Ahí está. Fácilmente pudo haber enviado una carta revelando nuestras identidades, nuestros nombres y nuestra próxima ubicación. Steve sabía a donde nos dirigiríamos cuando envió su última carta. Él mismo preguntó —dijo Natasha comenzando a enojarse con la idea. ¿Así que así se sentía cuando te traicionaba alguien querido? De verdad apestaba.

—Además, fue culpa del mismo Steve que nos desviáramos y llegáramos hasta hoy a Long Island, ya que él fue el que propuso que fuéramos a ver a las ballenas de paso —expresó ahora Clint con el ceño fruncido, conectando las piezas del rompecabezas.

Tony se quedó absorto y en silencio, sin saber que pensar o que decir al respecto.

—Tony… cuando peleaste contra los oficiales ¿Cómo actuó Steve? —preguntó Thor con precaución, haciendo que todos miraran a su capitán, en busca de una respuesta.

—Al principio parecía que a él también lo habían tomado por sorpresa y me ayudó, estaba pelando contra los oficiales… pero… —calló Tony, sin querer siquiera decirlo en voz alta, sintiendo un nudo en su garganta. No podía ser posible, aquello no podía estar pasando. Debía ser una pesadilla.

— ¿Pero qué? —preguntó de nuevo Thor impaciente después del silencio del castaño. Tony tragó saliva para poder continuar.

—Pero luego Sharon llegó y paró de pelar, se abrazaron y por último se besaron —terminó por decir cerrando los ojos con dolor, sin poder borrar la imagen de su cabeza—, después caí inconsciente, pero estoy seguro de lo que vi.

Todos nuevamente guardaron silencio, procesando y tratando de aceptar aquella verdad que se les presentaba tan cruelmente.

—Creo que no hay nada más qué decir al respecto. Todo encaja. Steve solo es un traidor que usó el tiempo con nosotros para ganarse nuestra confianza y que le dejáramos enviar esas cartas sin cuestionarnos su contenido —expresó Loki con veneno, sin recibir respuesta alguna de ninguno de los presentes, ya que no podían siquiera refutar aquel argumento.

Tony bajó la mirada, las palabras dichas por el pelinegro le calaron hasta el fondo de su persona, pero sin poder procesarlas, sabiendo que si las aceptaba aquello marchitaría el latir de su corazón y le rompería el alma, haciéndolo caer en una abismo de dolor, en el que poco a poco comenzaba a hundirse.

><><><><>< 

Steve miró de lejos que Sharon le decía algo a quien parecía ser el coronel, notando que asentía ligeramente y le daba órdenes a uno de los oficiales de por ahí, haciendo que con lo dicho éste saliera disparado hacia tierra firme y comenzara a correr hacia alguna dirección en específico. El rubio decidió acercarse hacia ellos para cuestionarles lo que harían ahora o a qué hora partirían, ya que aún se encontraban en el barco que fue su hogar por tanto tiempo.

¨El coronel mandó a arreglar unas cosas, en unos cuantos minutos podremos dirigirnos hacia nuestros propios navíos y así regresar a la capital, será más cómodo el viaje¨ explicó Sharon con una sonrisa, haciendo que Steve se quedara serio, pero aceptando lo dicho por ella. Lo que Steve no sabía era que Sharon le había pedido al coronel que mandara a uno de sus oficiales para que mandara el mensaje a los que se encontraban en el barco con los presos de que desanclaran y partieran inmediatamente, para que se adelantaran en el viaje de regreso.

Sharon no quería que al momento de llegar a los barcos a Steve le tomara la loquera nuevamente de querer ver y estar con aquel asqueroso pirata moreno. La actitud anterior del rubio le había parecido demasiado extraña así como la forma en la que se había abalanzado para poder alcanzar al castaño… la rubia había tenido suerte de poder detenerlo, y ahora, si podía lograr que Steve no viajara con aquellos criminales, sería mucho mejor. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).