Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Forbidden heart por hannastony

[Reviews - 151]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

—Sharon, cariño ¿Por qué no aprovechas para enseñarle al joven Rogers los jardines de aquí? Estoy seguro que le encantaran. Mientras nosotros nos quedaremos conversando con los Rogers, tenemos mucho de qué hablar —habló Harrison Carter dirigiéndose a su hija con una ligera sonrisa de por medio.

—Está bien padre —respondió la joven dama para después voltear sus ojos un tanto coquetos hacia el joven que en todo este tiempo no había parado de observarla—. ¿Sería tan amable de acompañarme, caballero?

Steve estuvo mirándola solo un poco más, quedándose completamente concentrado en el meneo excesivo de sus pestañas provocando que la mirada de la rubia se intensificara. Finalmente después de unos segundos fue que espabiló y respondió sintiéndose un poco apenado al haberse tardado al contestar.

—Sí, por supuesto —dijo Steve mientras le dedicaba una amable sonrisa y le proporcionaba su brazo a la dama para que ella se sujetara de ahí.

Sharon con bastante gusto fue que tomó aquel fornido brazo entre sus delicadas manos y le correspondió la sonrisa muy ligeramente con dulzura.

Mientras aquella joven pareja se alejaba lentamente dirigiéndose hacia los jardines fue que los padres de ambos se dirigieron a la sala para que entre ellos pudieran conversar más tranquilamente acerca de todo este tiempo que habían pasado sin verse y sobre todo, en como aquel matrimonio entre sus únicos hijos beneficiaría a cada integrante de la familia, tratando temas como el que la boda fuera lo más pronto posible y que ya debían de comenzar con los preparativos para ello.

A la vez de que la conversación entre los mayores ocurría, Sharon se dedicó a dirigir a Steve hacia uno de los jardines más bonitos que los Carter tenían en su posesión. Era un jardín verdaderamente precioso, con un montón de diferentes especies en el mundo de la flora, desde diferentes tipos de árboles que adornaban los mejores puntos en los cuales había escaños para poder sentarse y disfrutar de la frescura que estos proporcionaban, hasta flores del todo silvestres con los que sus colores encajaban a la perfección con el ambiente. En medio de todo aquel paisaje verde también se encontraba lo que parecía ser un majestuoso estanque el cual hacia que la vista del agua quieta trajera una paz sin igual. Todo era muy bello.

Ambos jóvenes se encontraban caminando por el camino que el jardín tenia.

Steve por su parte se sentía muy nervioso en aquella situación. Era cierto que la paz que incluía el ambiente era bastante, pero no podía dejarse abrazar por la tranquilidad al no saber si quiera como iniciar una conversación con la que sería su futura esposa.

Por fortuna del joven caballero fue que la dama dio inicio a una conversación, todo esto sin despegarse del cuerpo muy bien formado que Steve tenia.

—Esas hermosas plantas acuáticas que se encuentran flotando en el estanque suelen llamarlas flor de loto. Se supone que son extranjeras, pero pude convencer a mi padre para que las pudiéramos conseguir y con ellas decorar el estanque —habló Sharon mientras se acercaba al estanque para echarles un mejor vistazo, dirigiendo a Steve con ello al no haberlo soltado—. Leí en un libro que el regalar este tipo de flor era una buena forma de querer expresar la pureza de nuestros sentimientos hacia alguien. Suena muy lindo ¿no crees? Supongo que la principal razón por la que le insistí tanto a mi padre por estas singulares plantas fue por que esperaban en algún momento de mi vida podérselas regalar a esa persona especial —y con esto último dicho fue que Sharon finalmente despegó su vista de las aguas tranquilas para posarla en los ojos azulados del contrario, que no habían dejado de prestar atención a todo lo que ella había estado diciendo.

—Creo que si suena muy lindo —respondió Steve tratando de formar una buena sonrisa fallando en el intento.

Aunque no quisiera las palabras de la mujer le hicieron sentir un tanto mal, ya que ella probablemente estaba en la misma situación que él, ella probablemente tampoco quería todo aquel matrimonio arreglado, pero por culpa de sus padres ahora tenía que casarse con un completo desconocido, cortándole así, la oportunidad de poder encontrar a lo que ella consideraría su persona especial.

—Lamento el que todo esto esté ocurriendo, seguramente esperabas el poder pasar el resto de tu vida con el hombre del cual te enamoraras y no con el cual tus padres prácticamente te obligaran. De verdad lo siento —se disculpó Steve con una mirada un poco afligida sintiendo pena por aquella hermosa dama la cual seguramente podría escoger entre miles y miles de hombres, pero ahora por tener que estar atada a él, no podría.

—¿Sabes, Steve? Yo creo que todo en esta vida sucede por algo, y creo que el destino juntó precisamente nuestros caminos por algo, no lo sé…. Nadie sabe lo que pueda surgir de todo esto ¿no crees? —cuestionó ampliando una gran sonrisa mientras sus ojos brillaban ligeramente en contraste a todo lo de su alrededor.

Steve se sorprendió por aquella repentina respuesta complementada con aquella positiva expresión, por lo que no pudo evitar mirarla con los ojos un tanto admirados. Ella sabía que no había vuelta atrás, ella ya había aceptado su destino y sobre todo estaba dispuesta a poner todo de su parte para mejorar y que las cosas pudieran funcionar. Aquel pensamiento hizo que el joven rubio sintiera su pecho agrandarse y sus pensamientos aclararse. Si ella estaba dispuesta a poner todo de su parte ¿Por qué él se seguía lamentando por la situación? Él tenía también que cumplir con lo que era su deber y con aquello fue que pasó por su mente el que no sería del todo imposible caer profundamente enamorado de aquella rubia que en tan solo un corto tiempo de conversación ya lo había dejado sin palabras y había hecho que cambiara drásticamente su forma de pensar.

Steve miró como la expresión de la rubia cambiaba a una completamente apenada, con los ligeros tonos rosados que subían por sus mejillas a la vez de que se tapaba su boca con una de sus finas manos que estaban cubiertas por grises guantes de encaje.

—Una disculpa caballero, lo comencé a tutear y a llamar por su nombre sin su consentimiento —dijo Sharon mientras desviaba la mirada del todo avergonzada.

Esto sacó finalmente una sincera y pequeña sonrisa de Steve. La chica no solo era bella, inteligente y agradable, también era educada.

—Puede llamarme Steve, no hay ningún problema —respondió el de ojos azules mientras miraba gustoso a su compañía. Había sido un tonto al haber dado todo por perdido sin siquiera haber conocido en persona a su prometida, esa, era la principal idea que pasaba por la mente de Steve.

Sharon tiñó sus mejillas con un sonrojo aún más notorio a la vez de que ensanchaba una sonrisa.

—En ese caso, tú también puedes comenzar a tutearme, no veo el por qué no, después de todo vamos a ser marido y mujer ¿cierto? —respondió mientras veía como el caballero asentía a la vez de que relajaba sus músculos y formaba un ambiente de más comodidad y confianza. Ella al ver esto sintió como su corazón se aceleraba, pensando que afortunadamente había logrado obtener una positiva respuesta de aquel hombre tan más guapo.

Después de aquello siguieron caminando tranquilamente por los jardines que poco a poco se volvían más relentes al acercarse la noche. Con trabajos y la pareja se había dado cuenta de ello, habían estado tan sumidos en sus pláticas que cuando menos se dieron cuenta ya la luna se estaba asomando en el cada vez más obscurecido cielo. Steve le propuso a Sharon regresar a donde sus padres estaban al ver que ya estaba obscureciendo, por lo que se encontraban caminando lentamente de regreso por los caminos que estaban formados.

Sharon de repente habló con un toque de ilusión mientras mantenía su mirada fija en el recto camino que ambos estaban siguiendo.

—Estoy tan emocionada por el baile de máscaras que será dentro de dos días, no puedo esperar a presentarte a todos mis relativos de aquí —comentó Sharon mientras se dejaba colgar un poquito en el brazo que tenía agarrado de Steve.

—¿El baile de máscaras? —preguntó el rubio del todo confuso mientras fruncía el ceño al no entender de lo que la dama le estaba hablando.

—¡Sí! El evento que se llevara a cabo aquí mismo, en mi hogar, para dar el anuncio de nuestro compromiso y formalizar nuestra unión ante todas las familias de alta clase que viven aquí en la capital —respondió como si nada mostrando una sonrisa entusiasmada que lentamente se fue convirtiendo en una mueca igual de confundida que la de Steve—. ¿Tus padres no te dijeron nada al respecto? Yo misma sellé su invitación….

Y fue ahí que Steve se dio cuenta que esa era la opción más factible a aquello. Lo más seguro sería que sus padres no le habían comentado nada para poder darle una sorpresiva noticia al respecto. Bueno, por lo menos ahora ya estaba enterado de aquel dichoso baile de máscaras y no le tomaría de total sorpresa. Una pequeña sonrisa se asomó por los labios del caballero al pensar en ello, invitaría a Bucky, eso era seguro, sabía como al hombre le encantaba divertirse y no podía evitar sonreír al recordar el cómo se emocionaba por este tipo de celebraciones, a pesar de que (como ya lo había notado) Bucky prefiriera los eventos de más ambiente, como lo era la taberna a la cual habían ido a parar.

Steve se sintió satisfecho con aquella noticia que acababa de recibir. Quizá después de todo eso era lo único que él necesitaba para relajarse un poco de todo a su alrededor, por lo que recibió bastante bien lo que acababa de escuchar.

—Supongo que se lo tenían guardado, yo no me sorprendería al respecto —Respondió a Sharon con ánimos completamente renovados a la vez de que le preguntaba más cosas acerca del baile de máscaras para tener más conocimiento sobre los detalles. Sharon respondía encantada a sus preguntas y en cuestión de segundos fue que ambos ya se encontraban de vuelta, entrando hasta llegar a la enorme sala en la que los padres de ambos habían seguido conversando, pareciendo que los Rogers solo estaban esperando a su hijo para poder retirarse de ahí.

Tanto los Rogers como los Carter mostraron expresiones totalmente satisfechas al ver llegar a la parejita junta y de tan buen humor. Pareciera ser que el plan de su matrimonio no tendría contratiempo alguno y que incluso los futuros esposos estaban poniendo de su parte por ello.

Con una despedida agradecida, formal y cortés fue que los Rogers partieron de ahí para dirigirse a su carruaje que ya estaba listo para poder partir de nuevo a su hacienda.

Steve con bastante delicadeza fue que tomó la mano de su futura prometida para darle un muy ligero beso en el dorso en la mano, para después levantar la mirada y encontrarse con una expresión del todo feliz y complacida. Despidiéndose de esta forma, con promesas y acuerdos de que se volverían a reunir muy pronto fue que finalmente los Rogers salieron de ahí.

Steve en el camino de regreso fue que aprovechó para reprochar muy sutilmente a sus padres el que no le hubieran comentado nada respecto al baile de máscaras por lo que recibió como respuesta lo que él ya había sospechado desde antes. Que querían hacerlo una sorpresa.

La conversación  giró en torno a aquel tema hasta que arribaron finamente y cada integrante de la familia se dirigió a su respectiva habitación para poder descansar y dar por exitoso, el primer encuentro de aquel futuro matrimonio.

 

 ><><><><><

 

—¿Un baile de máscaras? —preguntó el capitán Anthony del todo interesado mientras se mantenía escuchando al enorme de Thor.

En todo lo que había pasado del día, Tony se había dedicado a escuchar con pleno detalle lo que cada uno de los integrantes de la tripulación tenía que informarle. Al parecer la información que le había dado Natasha era la más superficial, lo que realmente importaba para la misión era que se concentraran en aquella familia que decía ser la más poderosa de la capital. Los Carter. Thor y Loki con sus hazañas, engaños y seducciones habían logrado obtener la mayoría de la información que el capitán les había ordenado conseguir a tal punto de que ya sabían los nombres de cada una de las familias nobles que vivían en aquel lugar, sus relaciones, su poder y sus propósitos.

A Tony le encantaba la rapidez con la que su equipo solía trabajar, no desperdiciaban ni un solo segundo para conseguir lo que realmente querían y esto hacia que el capitán se ahorrara de muchas molestias. Cada uno de los integrantes era capaz de lograr cosas que alguien común y corriente no podría lograr tan fácilmente. Joder le encantaba su equipo, de eso estaba plenamente seguro, no podía quejarse ni un poco a la hora que se trataba de que cada quien hiciera su trabajo correspondiente.

Al capitán no solo le interesaba quienes fueran los más poderosos del lugar, también le interesaba otro tipo de cosas las cuales definieran a la familia en si, por lo cual decidió con más seguridad concentrar su atención en aquella familia de apellido Carter.

—Así es, el baile de máscaras que la familia Carter está organizando se llevara a cabo dentro de dos días con el propósito de anunciar su unión con la familia Rogers —respondió Thor con una muy ligera sonrisa teniendo en cuenta aquella información—. Tony, si me permites sugerir, creo que esta es la oportunidad perfecta para poder comenzar a establecer relaciones con los nobles de por aquí y sobre todo, con la familia Carter.

Tony se quedó un tanto pensativo mientras consideraba la excelente proposición, de hecho ni siquiera tenía que pensarlo, Thor tenía toda la razón, era la oportunidad que desde que llegaron estaban esperando. Estaba decidido.

—Muy bien, Asistiremos a ese baile—habló el capitán mientras mostraba una completa sonrisa llena de placer—. Loki, quiero que me consigas tres invitaciones exclusivas.

—¿Solo tres? —preguntó un tanto inseguro mientras hacía un gesto con la mirada indicando que los que conformaban “los vengadores” eran más que solo 3 personas.

—Por supuesto que solo tres, no pensaras que iremos todos como invitados ¿o sí? Las cosas se nos pueden salir de las manos —respondió Tony con ego a la vez de que se ponía en una postura más recta.

 —¿Y quiénes serán los dos afortunados que acompañaran al capitán? —preguntó ahora mientras levantaba una ceja con un tono arrogante. Loki sabía que por obviedad uno de esos pases sería para el mismo Anthony, pero al parecer había dos personas más que conformarían su compañía.

—¿Qué no es obvio? Una invitación será claramente para Natasha, ella podría ser nuestra conexión a todo ese mundo y la otra será para Thor. Necesito de sus masculinos encantos para que haga que las doncellas caigan a sus pies. Joder que yo también soy bastante atractivo pero no voy a poder seducir a todas —respondió con sorna mientras se encogía de hombros.

Loki ante su respuesta gruñó con bastante fastidio. Odiaba cuando el capitán mandaba a Thor a coquetear a quien sabe cuanta rastrera o puta. Sabía que su hermano solo lo hacía como trabajo, que realmente no conseguía ninguna satisfacción en ello, pero aun así le molestaba.

Thor al ver la reacción de su pelinegro fue que rápidamente se posó a su lado y comenzó a abrazarlo en contra de su voluntad a la vez de que le susurraba cosas dulces al oído para poder calmarlo. Nadie escuchaba lo que Thor le decía a su hermano, pero todos le restaron importancia al ver que el cuerpo del pelinegro se destensaba considerablemente.

Tony iba a seguir hablando para poder dar más órdenes y comenzar a explicar cuál sería el plan cuando la voz de Obadiah le cortó todo lo que estaba a punto de decir.

—Sinceramente Tony, creo que estas cometiendo un error al escoger a Natasha como tu acompañante —dijo sin cortarse ni limitarse por no mostrar una mueca de irritación—. Aquel joven Barnes con el que se encontró la podría reconocer fácilmente y al haberla visto en una taberna, con ropas no dignas de una dama y con una actitud plenamente liberal, puede que no se crea ni por chiste que ella sea una dama de alta sociedad —dijo con un toque de maldad mientras veía con desprecio a Natasha—. Pienso que lo mejor será que yo te acompañe para cumplir esta misión.

Tony estaba a punto de decir algo al respecto, pero fue la misma Natasha la que contratacó con sus puntos.

—Obadiah, déjame decirte que estas muy equivocado al respecto. Tú ni siquiera estabas ahí como para decir que yo estaba actuando de forma liberal y quiero recordarte que gracias a mí fue que pudimos conseguir valiosa información y partir de ahí para tener más conocimiento al respecto de estas familias nobles —dijo tratando con todas sus fuerzas de controlarse y no propinarle un buen golpe a aquel viejo del cual no confiaba ni un poco—. Te pido de favor que si no estás al tanto de la situación mejor no opines Obadiah y al contrario de lo que tú piensas, creo que mi presencia ahí en el baile podría funcionar para poder volver a establecer una conexión con aquel joven y partir de ahí para que nos presente a sus demás conocidos.

Natasha al haber acabado de hablar fue que por fin pudo sonreír con un poco de diversión al haber logrado que el rostro del calvo pasar a uno enfurecido.

Tony los había escuchado a ambos con la mayor objetividad posible, vamos que él no tenía preferencias al momento de una misión y siempre consideraba todas las opciones hasta encontrar la mejor. Obadiah tenía razón al decir que probablemente aquel hombre que Natasha había conocido en la taberna la reconocería, pero Tony conocía a Natasha bastante bien y sabía de lo que aquella mujer era capaz, por algo la había elegido a ella por sobre los demás. No había duda alguna de lo que Natasha había dicho para defenderse, ella podría ser la pieza clave para que de ahí pudieran partir a relacionarse con todos los demás, por lo que no se lo pensó demasiado al decretar lo final.

—Natasha y Thor son los que me acompañaran al baile. —ordenó Tony viendo como la mueca divertida de Natasha se intensificaba y el ceño fruncido de Obadiah se agrandaba. Luego compensaría al viejo por aquello—. ¿Saben qué? Se me acaba de ocurrir algo. Peter, ¿te gustaría ir a tu primera misión?

Fue la pregunta que lanzó el capitán viendo muy entretenido y  con una ligera sonrisa como los ojos chocolates del adolecente se comenzaban  agrandar y a brillar con gran intensidad.

—¿Y-yo? —tartamudeó Peter del todo inquieto sin poder parpadear por la impresión.

—¡Claro! ¿Acaso hay otro Peter por aquí? —respondió con más gracia al ver las ilusiones del pequeño.

—Se-sería todo u-un honor el servirle a us-usted mi capitán —y dicho esto casi gritando debido al nerviosismo fue que se paró completamente recto y posó su mano en su frente en un saludo del todo formal que normalmente solían usar los marineros hacia su capitán.

Tony no pudo evitar reír ante aquel gesto y ante la emoción que el muchachito trasmitía por una nueva aventura.

—¡No se diga más! Serás nuestro lacayo —y dirigiéndose a Peter fue que le guiñó un ojo en gesto cómplice viendo como sus ojitos brillaban más por ello—. Y Clint, tu serás nuestro cochero. Entre los dos quiero que estén al pendientes para que me puedan informar de toda la estructura del recinto, la puertas que están cerradas, las que están abiertas, los puntos con mayor seguridad y los puntos ciegos, sé que podrán hacerlo en una noche. Clint, eres demasiado bueno para escabullirte, quiero que le enseñes al muchacho.

Clint asintió inmediatamente sin reproche alguno. Tony tenía razón al confiarle aquella tarea, eso sería pan comido para él. Tendría que cargar con el más joven, pero el muchacho le caía bastante bien, sin contar que él sabía que podía enseñarle algunas cosas útiles en aquella noche.

En lo que restó de la noche la tripulación se la pasó discutiendo acerca del mismo tema mientras se ponían de acuerdo con los detalles.

El día siguiente fue que la mayoría dedicó todo su tiempo para cumplir con las tareas que el capitán había asignado. El capitán siempre repartía las misiones por igual, siendo un poco caprichoso a veces y haciendo que las personas más habilidosas trabajaran el doble que otras. Aquella no era la ocasión. Aquel día fue aprovechado por Loki, Bruce y Obadiah, que fueron los asignados para encargarse de todo lo que ellos iban a necesitar en el baile.

Loki fue el encargado de conseguir las invitaciones, cosa que no fue muy difícil para el pelinegro al saberse mover entre la gente y con engaños  conseguir lo que quería. Bruce y Obadiah en cambio tuvieron un trabajo más pesado. Tenían que conseguir las prendas adecuadas para cada uno de los que asistirían a aquella reunión. Bruce ya había conseguido el juntar algunas prendas para hombre y mujer, que se vieran de alguna familia de la nobleza, junto con las provisiones que el capitán le había ordenado desde que desembarcaron la capital, no obstante, necesitaban algo muchísimo más ostentoso para los tres invitados especiales que se relacionarían con los demás nobles de aquel baile. Después de algunos trueques, mentiras, chantajes e intercambios fue que ambos pudieron conseguir las prendas que querían.

Ya se estaba haciendo noche para cuando vieron que lo único que les faltaba era una carroza con caballos incluidos. Eso fue lo más “difícil” de conseguir ya que no podían comprar o adquirir aquello de la noche a la mañana. Tony y Natasha brindaron su ayuda y entre los cuatro fue que decidieron aprovecharse de un sirviente que se encontraba demasiado seducido por Natasha para que los demás pudieran hurtarle la carroza de una familia algo rica, el cual el pobre sirviente debía de cuidar. No lo vio siquiera venir. Cuando el pobre hombre espabiló por completo los piratas ya se habían llevado la carroza sin dejar ni un solo rastro.

Tony claramente se había sentido un poco mal por aquel hombre que debía de cuidar el trasporte que le habían hurtado, no por la familia rica, sino por aquel pobre que seguramente debía de pagar lo que había perdido, por lo que le ordenó a todos que una vez que ellos terminaran su misión, devolverían la carroza a donde correspondía, nuevamente, sin dejar rastro alguno.

Fue así como los piratas consiguieron todo lo que necesitaban para el gran baile.

Cuando menos sintieron ya era el día siguiente y cada uno de los integrantes de la tripulación sabía que ese iba a ser el gran día donde harían su primer y verdadero movimiento en aquella capital.

Faltaba solo muy poco para que aquel evento que era lo principal que pasaba por las lenguas de las familias ricas comenzara.

Todos los hombres de la tripulación ya se encontraban arreglados y vestidos con sus respectivos ropajes. Peter y Clint vestidos de forma muy elegante  pero a la vez sencilla, dado a que ellos solamente iban a tomar los papeles de servidores. Tony y Thor eran en cambio una historia completamente diferente.

Thor vistiendo con un traje negro con gris que a simple vista se veía que costaba toda una fortuna, complementándolo con una fina capa roja que insistentemente el rubio quiso usar ya que le había agradado demasiado.

 Tony en cambio vestía con un traje dorado con café, complementándolo con una refinada levita color rojo con dorado y un sombrero del mismo color. Para esto Tony tuvo que deshacerse de todos sus anillos, aretes y joyería, quedándose con su zafiro escondido entre sus finos ropajes. Tenía que lucir lo más refinado posible y el quitarse sus adornos le ahorraría problemas. También se dedicó a rejuntar su sedoso cabello castaño en una peinada coleta baja y adornarla con un listón del mismo rojo que su atuendo.

Ambos hombres se veían de ensueño, con sus muy apuestos rostros asomándose por las atractivas ropas que acentuaban aun más su encanto.

Ya estaban listos, sin embargo, había solo una persona la cual todos ya habían estado esperando por lo que parecía una eternidad y aquella no se dignaba a salir de su cuarto.

—Natasha…. Te juro que si no sales en este instante nos largamos sin ti —dijo un exasperado Tony mientras se pasaba la mano por su rostro en un gesto de hastío. Llevaban mucho esperando a la única mujer de ahí y el capitán no era el único que estaba perdiendo la paciencia al ver que se les podía hacer tarde y las cosas se empezarían a complicar.

—Estúpido vestido de mierda —se escuchó gritando la voz de la mujer al otro lado de la puerta para finalmente abrirse y dejar ver a los ojos de todos a una doncella casi irreconocible.

Todos al ver la imagen completamente renovada de su amiga fue que quedaron completamente boquiabiertos y sin palabras. Natasha desde antes de arreglarse como toda una dama era perdidamente hermosa, ahora al haber recogido su rojizo cabello en un chongo, dejando que mechones rebeldes se desacomodaran de su lugar para caer a lado de su rostro, al haberse puesto el refinado vestido color  tinto con hermosos detalles negros dejando al descubierto sus hombros al ser las mangas de éste un tanto caídas y al haber pintado sus hermosos labios con color tinto intenso fue que con sus sola presencia pudo representar la imagen viva de la seducción y de la pasión. A su conjunto le había añadido con unos preciosos guantes largos color negro y un collar que le quedaba pegado al cuello, complementado sencillamente por un adorno que representaba una bella rosa tinta. 

Bruce y Obadiah habían hecho un excelente trabajo al escoger aquel atuendo para la audaz mujer, ya que aquellos colores le favorecían en creces acentuando aun más sus profundos ojos verdosos y su brillante cabello rojizo.

—¿Qué tanto me ven? ¿Qué no querían irse ya? —preguntó  Natasha del todo incomoda viendo como todos los ojos la seguían viendo del todo sorprendidos por su cambio, sin decir palabra alguna al respecto.

Natasha si usaba corsés y también faldas, pero aquellas prendas no eran nada comparado con lo que traía puesto en estos momentos. Estaba de más el decir que aquel vestido que traía puesto era de lo más incómodo para ella, joder que hasta debía admitir que necesitó la ayuda de Loki para poderse amarrar el estúpido corsé que traía. Demasiadas prendas puestas, demasiada presión en su abdomen debido al corsé, demasiados adornos ostentosos y excesivos que no eran para nada de su agrado. Ella se preguntaba cómo es que le hacían las damas de la alta sociedad para andar vestidas así la mayoría de tiempo, definitivamente ella jamás lo soportaría, todo era demasiado engorroso, pero ella tenía que aguantarse, por la misión, por el equipo, por Los Vengadores.

Finalmente el capitán carraspeó cortando el silencio que se había instalado en aquel lugar por apreciar a tan bella dama.

—Natasha, te ves espectacular —dijo Tony con seguridad mientras le dedicaba una sincera sonrisa a su amiga.

Al momento de decir aquello fue que todos los demás hombres comenzaron a asentir, totalmente de acuerdo con lo que había dicho su capitán a la vez de que uno que otro hacia un comentario halagador para la pelirroja.

—Bueno, basta de admirar a nuestra guapísima amiga, es hora de irnos —sentenció Tony sintiendo que si se quedaba esperando a que todos le dijeran a Natasha lo que opinaban de su apariencia, nunca partirían.

Todos asintieron estando de acuerdo al respecto. Loki se despidió de Thor llevándolo a un rincón para decirle unas cuantas cosas a la vez de que le dejaban un muy lento beso en la mejilla que dejaba mucho que pensar, pero prácticamente todos ya estaban acostumbrados a aquellos gestos entre los hermanos.

Ya que Thor regresó a lado de Tony fue que se dispusieron a irse. Justo cuando abrieron la puerta para ya partir fue que Bruce gritó llamando la atención de todos.

—¡Esperen! Se les olvidan sus máscaras —dijo tendiéndoles los antifaces a cada uno de los tres invitados.

Los habían escogido precisamente para que cada uno encajara a la perfección con el atuendo que llevaban, por lo que el de Natasha constaba de uno color negro con bellos adornos y una rosa de tela que sostenía plumas del mismo color. El de Tony era más sencillo, color rojo con ornamentos dorados alrededor y el de Thor parecía estar hecho de metal, adornado con alas del mismo material a sus costados cubriendo parte de sus mejillas.

Tomando los antifaces con agradecimiento fue que por fin pudieron salir de aquel lugar, para montarse en la carroza y ver como Clint y Peter tomaban sus respectivas posiciones en aquella fina carroza ajena para finalmente comenzar a dirigirse hacia donde todas las carrozas de las familias nobles se estaban dirigiendo, el aposento de los Carter.

 

><><><><>< 

 

Steve terminaba de acomodarse su cabello rubio, peinado con pulcritud hacia un lado acentuando aun más su imagen de caballero galante. Finalmente pudo observar su aspecto del todo terminado. Vistiendo una chaqueta de aquella época color rojo intenso donde encima llevaba puesta una casaca azul obscuro. Se podían observar levemente las prendas blancas que llevaba hasta abajo junto con su pañuelo en el cuello del mismo claro color. Él había estado un tanto indeciso, pero al final había decidido también usar su distinguida capa del mismo azul que su casaca.

Satisfecho con su apariencia fue que  tomó su antifaz de terciopelo con pigmentos azules obscuros que combinaban a la perfección con sus prendas y se encaminó hacia la sala principal de su hacienda a esperar que sus padres estuvieran listos para poder partir al baile que los Carter habían organizado.

Todo el día anterior se la había pasado en la hacienda de Bucky, platicando y pasando el rato con su mejor amigo aprovechando que lo había visitado para invitarlo personalmente a aquel gran evento que los Carter prepararon.

Steve no había contado con que Bucky claramente ya contara con una invitación, pero pensando un poco más al respecto fue más que obvio que su amigo desde antes ya había sido invitado al tener el apellido Barnes en su nombre. Un apellido de noble. Steve incluso hasta sospechó que Bucky se había enterado antes que él de aquel baile al haber recibido la noticia tan repentinamente.

Bucky al ya saber que Steve finalmente se había encontrado con su prometida no pudo evitar bombardearlo con mil y un preguntas acerca de cómo era la joven dama. El castaño claramente ya sabía de los Carter e incluso conocía de vista a Lord y Lady Carter, pero nunca había tenido la oportunidad de observar la apariencia de la hija única de la familia, por lo que estaba muerto de curiosidad por saber con el tipo de mujer que su mejor amigo estaría atado de por vida.

Steve simplemente rio al ver como su amigo parecía hasta más ansioso y emocionado que él mismo. Escuchó todas y cada una de las preguntas que Bucky le mandó, sin embargo, no contestó ninguno de aquellos cuestionamientos. El rubio había decidido que lo mejor sería que Bucky se hiciera sus propias ideas de Sharon ya que la conociera en persona. Estaba un poco entusiasmado por poderle presentar a aquella doncella con largos cabellos rubios a su mejor amigo y a partir de ello escuchar lo que Bucky opinaba de ella. Vaya que la opinión de Bucky le importaba a Steve, le importaba y mucho.

Bucky con completa resignación fue que aceptó que el caballero no le contara nada acerca de la dama hasta que finalmente la conociera.

Entre esas y otras cuantas conversaciones fue que ambos disfrutaron el día en compañía del otro.

Ahora ya era el día de aquel baile de máscaras del cual todos los nobles se la habían pasado hablando y estaba por demás decir que Steve se sentía bastante nervioso por la situación. Pero no eran nervios de los malos, eran unos nervios deseosos por saber que era lo que la larga noche le deparaba.

Vio como su madre bajaba las escaleras del todo arreglada y maquillada para después ver a su padre que también se encontraba vestido con prendas dignas de un evento de ese calibre, ambos con sus máscaras en la mano.

Steve les sonrió a ambos con entusiasmo mientras les hacia un ademán para que juntos ya se dirigieran a la salida. No podían dejar pasar más tiempo, ya que los Rogers al ser los invitados de honor no podían hacer la grosería de llegar siquiera un poco tarde.

El rubio vio como su madre y su padre se subían a la carroza que la los estaba esperando frente a su gran puerta y al asegurarse que ambos ya estaban dentro fue que se dirigió hacia su precioso Snow, viendo como los sirvientes se habían tomado la molestia de también adornar al caballo con preciosos ornamentos que combinaban a la perfección con el traje del caballero.  

Agradeciéndoles amablemente a sus sirvientes por aquello y por haberle acercado su corcel, fue que se subió a su silla de montar y aguardó a que la carroza donde se encontraran sus padres comenzara a avanzar para seguirlos con pasos tranquilos, montado en Snow.

Steve se encontraba con una muy ligera sonrisa mientras se dirigía hacia el baile, sin ser consiente ni un poco que ahí mismo sería donde tendría nuevamente un encuentro de lo más inesperado.

Notas finales:

Wow, en el capítulo pasado publiqué que no recibía muchos reviews y como por arte los reviews y comentarios aumentaron considerablemente, de verdad muchísimas gracias, créanme que ese es el principal apoyo para un escritor y me hace feliz ver que hay personas que aprecian este fic. Me gustaría demasiado seguir viendo esta cantidad de reviews. Gracias.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).