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Cuando Solo Falta Uno por DanyNeko

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Faltaba un poco más de media hora para las tres de la tarde, cuando el quinteto empezó a prepararse realmente para salir. 

 —Kura ¿Dónde dejaste mi mochila? —preguntó Ryou, organizando algunas cosas en la cocina junto con Yugi.

 El yami albino simplemente chasqueó los dedos antes de que la maleta escolar de Ryou apareciera colgando en su mano.

 El menor rodó los ojos mientras se acercaba a tomarla —/Presumido/ 

Obtuvo una sonrisa ladina en respuesta — /¿Un presumido te enseñaría a hacerlo por tu cuenta?/ —Ryou podía distinguir fácilmente el fingido tono ofendido. 

— /Ser un encantador instructor de magia no te quita lo presumido, my lover/ —le dio un beso en la comisura de los labios y empezó a vaciar el contenido de su mochila sobre la barra, para proceder a guardar porta-comidas, bolsas y termos.

 Yugi hizo lo mismo, y mientras que Yami enviaba el contenido previo de su mochila al escritorio de su habitación, Bakura subió el de Ryou a su habitación.

 — ¿Qué tanto llevan ahí? —curioseó Malik, sosteniendo la mochila de Yugi mientras el tricolor trataba de encajar las cosas. 

—Algo para comer, chocolate y té calientes —respondió el oji-amatista.

 Ryou metió en uno de los bolsillos una botella de agua —si bien no me emociona precisamente 'hacer un picnic' en ese lugar, lo más probable es que nos vayamos a quedar hasta tarde, así que… —se encogió de hombros.

 — ¿Los demás estuvieron de acuerdo con eso? —Malik jugueteó con sus dedos, una vez Yugi cerró su mochila, le apenaba causar inconvenientes a los demás.

 Ryou se burló —a nadie más que a Tea pareció importarle —Malik miró a Yugi ante ese comentario, Ryou también lo hizo, luciendo una pequeña sonrisa divertida —con el debido respeto y todo Yugi, sé que fue tu primera amiga y eso

 El hikari tricolor se encogió de hombros, sin darle realmente importancia a la disimulada mención de Ryou a su infantil crush con la castaña. Sacó su celular cuando un zumbido le hizo notar que le habían enviado un mensaje; lo leyó y se rió entre dientes mientras Yami se inclinaba sobre su hombro para leerlo también.

 — ¿Qué es tan divertido? —preguntó Bakura. 

Yugi enseñó el mensaje —Duke dice que Tea ya está en su casa. 

Todos fueron capaces de leer el mensaje fugaz que Duke colocó y borró un momento después "dense prisa antes de que esta chica me vuelva loco" 

 — ¿Cómo dice la gente? ¿Habla del diablo y le invocas? —se burló Bakura. 

Ryou negó con la cabeza —media hora antes —suspiró —bueno, será mejor que salgamos entonces, de todos modos, quería parar primero en el mini-market que está a dos cuadras, haremos tiempo.

 Malik lo miró curioso — ¿Qué vas a comprar?

 Ryou levantó un brazo, con la mano hecha puño — ¡Dulces, por supuesto! —exclamó con una gran sonrisa. Bakura suspiró con evidente resignación —nos aguarda una hora de camino y ni qué decir de la exploración de una casona antigua. Necesito azúcar para aguantar las próximas horas.

 Yugi se rió, expresando completamente su acuerdo con la declaración de su amigo peliblanco — ¡Sí, dulces! —no se contuvo en chillar de forma infantil, ganándose una risita de Malik quien, a ser sincero, también estaba de acuerdo. No había podido probar mucha variedad de alimentos o bocadillos desde que había llegado, pero definitivamente le gustaban los dulces.

 Tanto Yami como Bakura suspiraron mientras se encaminaban tras las tres luces.

 

~∆~ 

 —...En realidad no es complicado, te acostumbrarás rápido.

 —A lo que me quiero acostumbrar pronto es a este clima —Malik se sobó el brazo, por encima de su abrigo color crema.

 Yugi le dio una sonrisa condescendiente —lo harás… eventualmente —añadió, antes de golpear a la puerta de Duke.

 —Y eso que aún no llega la primera nevada —añadió el hikari albino. 

El oji-vino negó con la cabeza, cuando él y Malik temblaron ante la perspectiva de la fría nieve cayendo del cielo —no creo que eso ayude, Ryou.

 Tanto el nombrado como Yugi se rieron entre dientes justo antes de que la puerta se abriera, mostrando a un Duke que les daba una mirada con alivio semi-oculto. La razón quedó clara cuando la aspirante a bailarina se asomó tras él y masculló un "por fin" 

 — ¿Qué? ¿Ya estamos todos? —preguntó Ryou, al dueño de la casa, con bastante incredulidad.

 —Aún falta Joey —explicó el pelinegro. 

Bakura se burló —Sería una sorpresa que no.

 Duke se rió suavemente — ¿Qué tanto traen allí? —apuntó a las múltiples bolsas que traía el pequeño grupo.

 Yugi se encogió de hombros —botanas, dulces… 

Los ojos verdes del pelinegro brillaron — ¿Compraron panecillos de casualidad?  

Ryou agitó una bolsa, con logo de panadería, hacia el pelinegro, mostrando una sonrisa —rellenos y aún están calientes, buen provecho.

 Duke tomó la bolsa sin esperar otra palabra —ustedes tienen el cielo asegurado —bromeó, antes de sacar un panecillo y llevárselo a la boca.

 Los tres hikaris rieron un poco mientras que Yami y Bakura se acercaban a mirar con cierta curiosidad todas las cosas que Tea y Tristán habían llevado para la tarea de campo. 

— ¿Y la camioneta? —preguntó Yugi.

 Duke tragó lo último de su panecillo antes de contestar —la estacionamos al frente. La mamá de Tristán me invitó a almorzar con ellos, la trajimos después de eso —explicó.

 —Eso fue muy dulce de su parte —comentó Malik. 

—Sí, es un encanto de señora, no sé de dónde salió Tristán —se burló el pelinegro con una sonrisa ladina.

 —Oh, vamos. Como si no supiéramos que te gusta —resopló Ryou, llevándose las manos a las caderas.

 Duke pegó un bote en su lugar y Malik miró entre uno y otro ¿gustar? ¿Tristán a Duke? — ¿Q-qué? ¿Por qué piensas que ese mono de circo podría gustarme?  

La sonrisa de Ryou se volvió más evidente — ¿aparte del hecho de que te pusiste a la defensiva, como un gato erizado, apenas lo mencioné? ¿Y que hace bastante no lo llamabas 'mono'? —empezó a enumerar — ¿quizás tus no-tan-sutiles celos cuando él y Joey hacen comentarios sobre las chicas de la escuela? 

 —No son celos, yo… no… —sintiéndose algo acorralado, Duke miró a Malik, y luego a Yugi —no aparento que me gusta ¿cierto, Yug?

 El tricolor le ofreció una sonrisa de disculpa —yo… am… voy a llamar a Joey a ver si ya viene en camino —se excusó, sacándose el celular del bolsillo para luego alejarse un par de pasos.

 Duke abrió los ojos, como un ciervo ante los faros, cuando Yugi lo esquivó así —no es posible… —murmuró, sin querer devolverle la mirada a Ryou, quien de veía bastante satisfecho.

 — ¿Qué sucede, aibou? —Yami se acercó hasta que su hombro rozó el de su luz, cuando lo vio mover el pie derecho de forma inquieta.

 —Estaba llamando a Joey, pero suena ocupado —explicó, volviendo a llamar al rubio —no, nada.

 En eso sonó la puerta, y Tea se apresuró a abrir, mascullando algo que sonó a "más vale que sea Joey".

 —Dioses —susurró Malik —ella necesita relajarse un poco. 

Ryou asintió en acuerdo —lo que necesita es una pareja que le quite el estrés —corrigió Bakura, haciendo evidente el sentido de su comentario. Su luz se rió del comentario desvergonzado, en cambio Malik se ruborizó, ligeramente apenado.

 Y, en efecto, Joey entró en ese momento al salón de la casa de Duke, con unos manos-libres blancos, cuyo cable se perdía en el bolsillo de su chamarra verde. Saludó con una mano a todos mientras seguía hablando con quién estuviera al otro lado de la llamada. Por la forma amable y divertida en que hablaba, la mayoría pensó que se trataba de su hermana menor.

 Una vez estuvieron todos allí, Duke subió a su habitación para despertar a Tristán -a quien le había dejado tomar una siesta en su cama- y cargaron todas las cosas que iban a llevar en la camioneta prestada.

 Duke iba conduciendo, Tristán y Tea iban de copilotos. En la primera línea de asientos estaban Yami, Yugi y Joey, mientras que en la de atrás iban Bakura, Ryou y Malik.

 Cuando finalmente se pusieron en marcha, Tea bufó al mirar la hora y darse cuenta que eran las 3:15 pm.

 ~∆~ 

Para cuando llegaron al sitio en específico, ya eran las 4:30 de la tarde, y los rayos del sol eran cada vez, más tenues y dispersos entre las nubes.

 Apenas entraron al pueblo estuvieron preguntando a gente por la casona, pero prácticamente nadie parecía saber nada al respecto, y el pueblo no era muy grande, así que, o les estaban mintiendo o realmente había algo raro con ese sitio.

 Llegaron de todas maneras, guiados por lo que habían visto alrededor en los mapas y en el vídeo de los universitarios. 

Duke aparcó la camioneta cerca de la caseta y todos se reunieron en el pequeño parque viejo que estaba a unos metros.

 —Podríamos meter este viejo parque en el vídeo. Si proponemos que este lugar se convierta en un instituto, podría ser el patio de recreo de primaria —opinó Joey.

 — ¿Un instituto? Joey, no quiero desilusionarte, pero las propuestas tienen que ser lo más realistas y prácticas posibles —contradijo Tea y, para variar, la mayoría pareció estar de acuerdo con ella.

 El rubio paseó sus ojos por sus amigos — ¿Cuál es el problema de un instituto? ¿El gobierno no quiere a todos los menores encerrados en escuelas? —bufó, rodando los ojos.

 —Tienes que tener en cuenta el lugar, Joey —le respondió Yugi con amabilidad. 

Ryou asintió —es un pueblo pequeño, no hay tantos niños y adolescentes como para necesitar un instituto tan grande —miró a lo lejos el torreón de la casona, reprimiendo un escalofrío mientras sacaba una botella de agua.

 —Tenemos que definir cuál será nuestra propuesta antes de empezar a grabar —apresuró la castaña, mientras tomaba algunas fotos del parque —Tristán, aléjate de ese tobogán, la madera está podrida y las bisagras oxidadas, se podría venir abajo en cualquier momento. 

— ¿Qué opinan de una zona de juegos? —propuso Yugi —como los nuevos parques que están construyendo en la ciudad.

 —Creo que es una gran idea, Yugi —lo apoyó Duke —esos parques están muy bien, tiene zonas verdes y de picnic, juegos para niños, canchas y máquinas de gimnasio. Sería un buen aporte a la comunidad.

 Yami movió la cabeza en acuerdo, apoyando a su protegido al comentar —y no hemos visto muchos lugares para que los niños jueguen en el pueblo —Malik también estuvo de acuerdo, mientras sacaba y mordía una piruleta, de entre los tantos dulces que habían traído. 

— ¿Eso implicaría que demolieran por completo la residencia para hacer el parque en su lugar? —Ryou frunció un poco los labios. Sentía una mezcla de pena y respeto por esa edificación, a saber cuántos años tenía encima.

 Pero Yugi le sonrió —no necesariamente. Si se quita la caseta, hay suficiente espacio aquí para el parque. La casona podría ser remodelada para hacer un complejo de locales, como un mini-centro comercial —opinó.

 —Esa es una idea —aceptó Tea. 

Duke se llevó una mano bajo el mentón —eso estimularía también el comercio del lugar. Gran idea Yug.

 Joey se acercó para revolver cariñosamente el cabello tricolor de su amiguito —bueno, creo que estamos listos para empezar entonces.

 Tristán levantó una cámara Go Pro en manos —Manos a la obra, pues… —hubo silencio unos instantes —oigan ¿y quién va a explicar las cosas a la cámara?

 Bakura levantó los brazos de inmediato, negándose. Yami hizo lo mismo, desviando la mirada. Yugi tomó de su mochila algunas de las copias que había sacado en el museo para re-leer algo.

 Joey cabeceó al hikari albino —Ryou, estoy seguro de que has visto montones de documentales y películas sobre lugares abandonados y paranormales.

 El aludido se señaló, palideciendo ligeramente — ¿Qué? ¿Yo? —casi chilló con voz aguda. 

—Joey, no estamos aquí para jugar a los caza-fantasmas —reprendió Tea, cruzando los brazos. 

—Pe-pero Duke tiene más carisma ¡Y es mucho mejor orador que yo! —se escaqueó Ryou. 

El pelinegro suspiró cuando varios pares de ojos cayeron en él —bien, bien. De acuerdo, yo lo haré. Pero todos nosotros debemos salir en el vídeo en algún momento, de esa manera los profesores sabrán que todos participamos en el trabajo.

 Todos asintieron en acuerdo. 

—Busquemos un buen lugar para comenzar —Ryou usó sus manos para encuadrar un marco, como si fuera una cámara, y se alejó unos pasos —Tristán, ven por acá. Y Duke, párate cerca de los columpios —los acomodó —puedes ir caminando un poco hacia atrás mientras empiezas a explicar, Tristán te seguirá despacio y filmará todo el parque hasta que entre en pantalla la caseta —señaló más arriba, detrás del pelinegro.

 —Puedes ir con calma. Si retrocedes en línea recta no tropezarás con nada —asistió Yugi, mientras todos se alejaba de los juegos del parque. 

Tristán afirmó con la cabeza —Bien, ponte el micrófono y empecemos. 

Tea volteó a ver entre Tristán y Duke, mientras el pelinegro se agachaba a sacar algo de su mochila— ¿Micrófono?  

—Duke los consiguió, son como los que usan los presentadores en televisión —le contestó Tristán, dándole la cámara a Ryou un momento para poder ayudar a Duke a colocarse el pequeño micrófono. 

—Pensé que, dada la alta posibilidad de que haya mucho viento, lo mejor sería usar estos micros en lugar de confiar solo en el audio de la cámara —explicó Duke, antes de callarse de golpe cuando se dio cuenta de lo cerca que estaba Tristán de él, mientras le ayudaba a hilar el micrófono por su camisa. Tensó los labios mientras sentía un poco de calor en sus mejillas —to-todos tomen uno —desvió la mirada y les tendió los aparatitos negros al resto, justo cuando Tristán fue a recuperar la cámara con Ryou.

 Yugi y Ryou tuvieron que colocárselos a su respectiva pareja y ayudar a Malik también, luego de ponerse el suyo.

 — ¿Y esto grabará todo lo que digamos en la computadora del chico-dado? —preguntó Bakura, mirando el micrófono semi-oculto en el cuello de su chamarra. 

—Solo cuando estén encendidos —con paciencia, Ryou le enseñó cómo se encendían y apagaban — ¿Ves? fácil.

 El peliblanco mayor asintió, antes de sentarse sobre el capó de la camioneta y sacar de la maleta de Ryou medio emparedado de carne para comerlo. Su luz rodó los ojos, pero se sentó a su lado.

 Tristán dio una señal, y todos guardaron silencio mientras tanto Duke empezaba a explicar dónde se encontraban, cómo habían encontrado ese lugar y por qué lo habían elegido.

 —No sabemos con exactitud hace cuánto fue abandonado este lugar, pero, mientras más preguntábamos a los habitantes del pueblo, más respuestas diversas obtuvimos —narró Duke, con voz clara, y mirando siempre hacia la cámara mientras retrocedía con cuidado —es evidente que muy pocas personas saben de este sitio, lo cual es una sorpresa dado que no está en una zona precisamente escondida —Tristán se quedó quieto cuando la caseta vieja entró en cámara y Duke se reclinó casualmente contra un balancín que tenía a la derecha —en realidad, por su posición, pensamos que es un buen lugar para construir un parque, que presentará a niños, jóvenes y adultos, un lugar de sana recreación y esparcimiento; así mismo, la edificación que les mostraremos más adelante serviría como un complejo de locales que estimularía la economía del pueblo.

 Tea tocó el hombro de Tristán y este dejó de grabar —creo que tenemos una buena introducción.

 —Lo hiciste muy buen, Duke —Joey le palmeó el hombro —Claro y conciso. 

—Sí, la cámara te adora —añadió Ryou, risueño. 

Tea se colgó la cámara Canon, que estaba usando para fotografiar, al cuello —bien, con eso listo, deberíamos subir a la casa antes de que nos quedemos sin luz de sol —apresuró la chica, viendo que faltaban poco minutos para las cinco de la tarde y el cielo ya había empezado a tomar una muy ligera coloración cálida, aunque aún le faltaba un cierto trayecto al sol hasta perderse en el horizonte.

 Subieron todos por la colina hacia la caseta, había un sendero pavimentado, y con pequeños grupos de escalones cada tanto.

Cuando llegaron a la caseta semi destruida, Tea, Yugi y Ryou tomaron algunas fotos desde diferentes ángulos.

 —Luce como si la hubieran empezado a demoler, pero se hubieran arrepentido a la mitad —comentó Joey, pasando por una pared derrumbada y viendo como había todo tipo de cosas en el suelo. Piezas de calefactores viejos, hierros oxidados, muebles de madera podrida o rotos, harapos sucios, etc...

 —Miren aquí —llamó Duke de pronto, junto a una cómoda vieja y polvorienta —hay muchos periódicos. 

— ¿Qué tiene de raro? —Yami preguntó curioso, acercándose junto a Joey y Tristán. Yugi se mantuvo más atrás, junto a Ryou, quien no se acercaba mucho para que el polvo no lo hiciera estornudar.

 Duke sacó más periódicos —Son de diferentes años, pero todos del mismo mes —contestó al tricolor —todos de octubre, hacia final de mes.

 Joey y Tristán tomaron algunos más —29 de octubre de 1992. 30 de octubre del 2000 —leyó el rubio.

 —25 de octubre de 1997, 28 de octubre de 1994 y 31 de octubre de 1996 —añadió Tristán, leyendo también.

 —Alguien aquí estaba obsesionado con algo que ocurría a finales de octubre —mencionó Joey —miren acá —movió con cuidado a Duke y metió la mano en una repisa baja del mueble donde estaban los periódicos —son botes de píldoras ¿qué diablos era este sitio? —hubo silencio un momento y luego Joey pegó un bote, sobresaltando a los que estaban más cerca y llamando la atención de todos — ¡Tristán, no me jales la ropa así de repente! ¿Qué quieres?

 El castaño lo miró como si hubiera dicho una tontería —yo ni te he tocado, tengo los periódicos en mano —reclamó, levantando ambas manos para que viera la evidencia.

 Joey volvió sus ojos almendrados hacia el pelinegro — ¿Duke? 

—A mí ni veas, tú me has apartado de ahí —contestó. 

Cuando Joey se dio cuenta de que nadie más estaba lo suficientemente cerca, palideció un poco. 

—Joey ¿qué pasa? —Yugi se acercó, preocupado por la evidente turbación en el aura constantemente relajada del rubio.

  El mencionado lo miró, un poco incómodo —eh… he notado como me tiraban de la manga y pensé que era Tristán.

 —Que no he sido yo —insistió el castaño. 

Tea bufó —Joey, no empieces a jugar a asustarnos —reclamó, cruzándose de brazos. 

—No estoy bromeando, T —resopló el rubio —me tiraron de la manga, lo juro.

 Ryou finalmente se acercó, con Bakura y Malik —no está jugando, se le nota el sobresalto, está pálido —Ryou miró detrás de Joey, viendo la ventana sellada y con barrotes curvos que sobresalían del marco, con formas en espiral —se te pudo enganchar en la ventana ¿no crees? —trató de calmarlo.

 Joey miró tras de sí también, pero no parecía muy conforme con la explicación y levantó su brazo antes de argumentar —lo hubiera notado en la mano, esta tela es estrecha —y para asegurarlo metió un dedo por la manga, que llegaba después de la muñeca y tiró ligeramente, mostrando la resistencia de la prenda —además, sentí el tirón casi por el codo. 

Mientras Joey decía eso, Yami siguió con la mirada a Bakura, quien caminó hasta la puerta que estaba un poco a la izquierda de donde estaban Joey, Tristán y Duke.
Ryou, sin darse cuenta de eso, caminó al lado contrario, para salir de la caseta y mirar con qué pegaba esa pared. 

—Detrás ya está la residencia —comentó el pequeño albino, regresando con el rubio para colar la mano entre los barrotes, alcanzar el cristal sucio de la ventana y empujarlo —y está asegurada… Kura ¿qué haces? —de repente miró a su pareja, con curiosidad.

 El aludido le dio una sonrisa ladina, mientras ponía una mano en el pomo de la puerta y trató de forzarla un par de veces —está bien cerrado, y parece que hay un muro de algo detrás de esto —informó.

 —No necesitamos entrar —se quejó Tea. 

—Chicos… —inseguro, Joey se dirigió a Ryou — ¿no pueden saber si hay, no sé, alguien dentro?  

Dudoso, Ryou miró hacia su pareja, interrogándolo al respecto con la mirada —desde luego —Bakura se alejó de la puerta para rodear a su luz y colocar ambas manos en sus hombros —toma la sortija y enfócate conmigo, Yadonushi, te voy a enseñar un nuevo truquito —le guiñó un ojo, antes de cerrarlos en concentración.

 — ¿Un poco de explicación? —Tea se acercó, sólo un poco curiosa, a los tricolores. 

Yugi miró a Yami —todos los artículos del milenio están, de cierto modo, relacionados entre sí. Sin embargo, la sortija del milenio tiene cierta habilidad de rastreo —mencionó el tricolor.

 —Usando su propia energía, Bakura o Ryou, pueden darle un tipo de "filtro" a ese rastreo —añadió Malik —de esa manera pueden saber si hay alguna persona en los alrededores, dónde está e incluso si es una amenaza.

 —Wow —musitó la castaña —es decir, son como un radar. 

Duke se rió —Tristán lo dijo antes, dos graduados y medio de Hogwarts y dos estudiantes. 

— ¿Qué? —tanto Malik como Yami ladearon la cabeza, en completa confusión. Yugi solo se rió, divertido, imaginándose a él y Ryou con uniformes de Hufflepuff y varitas en mano.

 Yami recogió ese pensamiento y dirigió su mirada confundida a su compañero —se los explicaremos después, lo prometo —contestó el oji-amatista, risueño —se refieren a una serie de libros y películas muy famosas, que tratan el tema de la magia —resumió, muy básicamente. 

—Oh~ —expresaron ambos egipcios a coro. 

Ryou volvió a atraer la atención de todos —no hay moros en la costa —confirmó con una sonrisa. 

—No hay nadie más que nosotros en los alrededores —apoyó su guardián, cubriendo los hombros del menor con un solo brazo —si hay algo por aquí, no será humano —añadió, adrede y malicioso, ganándose un codazo de su luz. 

Tea se frotó los brazos, con sus manos enguantadas en lana rosa — ¿podemos, por favor, grabar la casona antes de que termine de bajar el sol?

 Esta vez, la mayoría estuvo de acuerdo con ella.

 . 

Lo dicho. Empezaron a tomar fotos de la casona, rodeándola por completo, comprobando cada puerta que había y todas estaban completamente selladas.

 Eran cuatro pisos, más el torreón, en cada piso habían pequeños balcones, también sellados.

Las paredes lucían desteñidas de pintura, habían rocas sueltas y escombros alrededor, además de unos cuantos árboles que, se notaba, habían crecido arbitrariamente.

 En los aportes para el vídeo Yugi mencionó sobre remodelar la casa en un conjunto de locales, y Yami lo acompañó en su intervención, añadiendo pequeños comentarios. Fue evidente para el oji-amatista que su yami había sido el​ tipo de faraón que había estado involucrando, o al menos supervisando la construcción de alguna pirámide, dado sus aportes precisos.

Ryou y Bakura guiaron la grabación alrededor de las vistas aledañas al sitio, mencionaron el agradable y sano ambiente que se formaba al estar semi-rodeado de naturaleza y aun así estar cerca del pueblo, lo suficiente para que no se convirtiera en una zona de riesgo.

Tea hizo énfasis en los beneficios de construir los locales junto al parque, ya que podría centrarse en alimentos y bocadillos para los usuarios del mismo, un sitio para los baños públicos, fuentes de agua e incluso una caseta para algún vigilante/guardia, que se necesitaría a lo largo de la remodelación.

Yugi luego se convirtió en camarógrafo temporal mientras Duke y Tristán cerraban el vídeo. 

Al final, Malik les tomó una foto a todo el grupo en el frente de la casona.

 —Creo que eso es todo —Tea se había sentado en una de las escalinatas a revisar las fotos que tenía, mientras comía un poco de un bento que había llevado consigo.

 — ¿Tenía o no tenía razón cuando te dije que las fotos nos quedarían preciosas a estas horas? —le preguntó Ryou, con tono suave y sin ningún indicio de reproche, acunando en brazos a Bakura, quien estaba empezando a sentir frío ahora que el sol desaparecía. 

La castaña resopló suavemente, desacomodando un poco su flequillo antes de hablar —está bien, tengo que admitir que la iluminación del atardecer hizo lo suyo por las fotos —sonrió y terminó de comer antes de voltear hacia la casona —por cierto… ¿qué hacen esos tres allá?

 Los ojos azules de la chica se fijaron en Joey, Tristán y Duke, quiénes estaban comiendo también, pero sentados en uno de los tantos balcones del primer piso.

 Yami tomó un poco de té caliente que le había dado Yugi, mientras este servía más para Malik y Bakura —Joey y Tristán están empeñados en hallar la manera de entrar.

 La diferencia entre el primer piso y la planta baja no parecía ser mucha, posiblemente​ la planta baja no superaba los dos metros hasta el techo ya que Joey se había trepado muy fácilmente a uno de los balcones, intentando hallar una abertura en la casa sellada, y Tristán con Duke lo habían seguido, todos motivados por la curiosidad.

 La aspirante a bailarina bufó —bien, será mejor que se olviden de jugar a los investigadores. Cuando terminemos de comer nos vamos.

 Malik se hundió visiblemente ante el comentario desdeñoso de la chica, y apretó su cetro del milenio con ambas manos, vacilante.

Ryou frunció el ceño ante esto, igual que Yugi y Bakura. El albino menor retiró momentáneamente un brazo de alrededor de su pareja para apretar cariñosamente el hombro de Malik con su mano, también inclinó su cabeza contra la del peli-cenizo para frotar cariñosamente sus mejillas, cosa que brindó un poco de calor al rostro de Malik.

 —No te preocupes por nada —le susurró, amable, Ryou. 

Malik asintió, aún apenado de causar problemas. 

—No creo que tengas mucha suerte con eso, Tea —se rió casualmente el hikari de ojos verdes, volviendo a rodear a Bakura con ambos brazos, cálida y afectuosamente —te recuerdo que Duke es el que conduce y él, como la mayoría de nosotros, está realmente curioso acerca de si es posible que este lugar no esté completamente sellado. 

Tea frunció el ceño, mirando de vuelta a los tres chicos que comían en el balcón —no tenemos necesidad alguna de entrar, además ¿que no es ilegal? ¿Allanamiento de propiedad privada o algo así?

 Ryou se encogió de hombros —no lo es si está abandonado de hace tanto.

 —Y puede que tú no quieras entrar… pero el resto de nosotros sí —concluyó Bakura por su luz, con la cabeza contra el cuello de su pareja, sintiendo lo tibio que estaba y el ritmo de su pulso latir.

 Tea entrecerró sus ojos en ellos, con alta sospecha y forzándose a ignorar la íntima cercanía y posición que ambos mantenían, porque ¡En serio! Entendía que Bakura no tuviera la más mínima vergüenza ni recato ¿pero Ryou?

 — ¿Qué es lo que planean? —masculló ella en voz baja.

 Si alguno de ellos la escuchó, fingieron no hacerlo. Bakura simplemente bostezó contra la piel blanca, suave y tibia de Ryou, sintiéndose adormilado por la forma en que su pequeño lo estaba envolviendo en su brillante y luminosa aura sin apenas darse cuenta. 

Bakura casi quería gemir, tumbarlo y llevarlos a su habitación mental para poder acurrucarse alrededor de él como una serpiente.

Más sutilmente, Ryou zumbó de placer al sentir como las sombras de Bakura se alzaban para envolverlo celosa y posesivamente, como si el ex-espíritu no quisiera permitir que nadie más disfrutara de la exquisita sensación de la luz que emanaba su adorado Ryou. 

 Yami era otro que disfrutaba, más disimuladamente, de la luz de su compañero. 

Tan cerca como estaban de la casona, Yugi estaba alerta y en ligera tensión, trataba de ocultar su nerviosismo, pero Yami podía notarlo con bastante facilidad. En respuesta, su aura estaba en tensión y su magia hirviendo a fuego bajo, listo por si pasaba algo, y por eso mismo, Yami se veía en la necesidad de cubrir su luz con sus propias sombras constantemente, para que no atrajera la atención de cualquier entidad que, posiblemente, estuviera dentro de aquella antigua construcción sellada.

 — /Yami ¿qué pasa? ¿No tienes hambre?/ 

 El oji-vino se sorprendió ligeramente ante el repentino llamado de su luz — /No es eso, aibou. Solo me distraje un poco/  —se inclinó para presionar su rostro contra el hombro del menor.

 — /¿Hay algo que te moleste?/ —cuestionó atento, y su novio pudo sentir la preocupación tras esa pregunta.

 — /No particularmente, habibi/ —Yami sonrió cuando sintió y vio como Yugi se ruborizaba ante su apodo, también pudo sentirlo relajarse.

 Yami continuó comiendo, mientras Malik y Yugi intercambiaban unas pocas palabras, luego separó un trozo de la croqueta de papa con carne de su comida y se la acercó a Yugi, sonriendo cuando su pareja se sonrojó, pero de igual modo aceptó el bocado.

 Cuando Joey, Tristán y Duke bajaron de regreso para desechar la basura y guardar lo correspondiente, Tea se les acercó, ignorando las advertencias previas de la pareja albina —si ya terminaron todos, creo que es hora de irnos ¿cierto? —les sonrió dulcemente a los chicos —no creo que quieras conducir tan noche ¿no, Duke?

 Los tres intercambiaron miradas —en realidad no me molesta, Tea —el pelinegro se encogió de hombros, con una sonrisa —y, a decir verdad, tenemos ganas de ver si logramos entrar de algún modo ¿cierto, amigos? —Duke miró a los yamis y hikaris, consiguiendo asentimientos y confirmaciones de los cinco.

 — ¿Qué gracia le encuentran a entrar en una casona vieja y abandonada, que ha de estar llena de polvo, telarañas y quién sabe si hasta animales? —se quejó la chica, cruzándose de brazos y tratando de sonar genuinamente asqueada y preocupada. Todo con tal de irse pronto de ese lugar.

 Tristán se rió, sacó una linterna del bolso de Duke, que tenía cerca, y apuntó con esta al rostro de la oji-azul —no nos digas que tienes miedo —bromeó el castaño — ¿dónde está tu sentido de aventura?

 Mientras Duke y Joey se reían, Tea le arrebató la linterna a Tristán de un manotazo, y le apuntó directo a un ojo, cegándolo momentáneamente— ¡Déjate de tonterías!

 Ryou se rió, levantándose luego de guardar en su mochila un termo en que había llevado chocolate caliente —bueno, si queremos encontrar un sitio por el que entrar digo que nos pongamos manos a la obra —le tendió una mano a Malik, para que se pusiera en pie, mientras miraba al horizonte, los últimos resquicios del sol caer tras las montañas.

 —Los balcones de la pared principal, y del lado izquierdo están sellados —informó Joey —hay alguno que otro con cristales rotos, pero nada demasiado grande.

 —Es evidente que más gente ha venido e intentado entrar —comentó Yugi. 

— ¿Y cómo pretender lograrlo entonces? —presionó Tea.

 —Hay más pisos y balcones —Duke respondió, con un encogimiento de hombros, mientras rodeaban la casa por el lado derecho, que daba hacia el borde de la colina.

 —Si hay que entrar a patadas, se hace —bromeó Tristán.

 Bakura se inclinó un momento y recogió un pedazo de ladrillo de entre los escombros del suelo —vamos a romper unos cuantos cristales —sonrió de forma ladina, meneando el bloque.

 Ryou rodó los ojos —a menos que sea estrictamente necesario, no romperemos nada, Kura —sentenció. Su pareja solo le respondió con su maliciosa sonrisa ladina —y, en realidad, estoy apostando más por ese torreón. 

Yugi asintió —Bakura dijo algo muy cierto anoche —mencionó, atrayendo la atención —si hubo gente que cerró este sitio por dentro, tuvieron que salir por algún lado —se giró un poco y apuntó a uno de los árboles aledaños —y me parece que las ramas de ese árbol llegan lo suficientemente​ cerca al torreón. 

 Duke pareció medir con sus ojos las distancias con el árbol, tras ese último comentario —vale la pena el intento.

 —Es una locura —renegó Tea — ¿qué proponen? ¿Trepar todos al árbol a ver si de milagro ese torreón no está sellado también? Porque desde aquí no se distingue si tiene ventanas o no.

 —No es necesario treparlo —interrumpió Yami, antes de dirigir una mirada de reojo a Bakura —creo que algo podemos hacer.

 Bakura se rió entre dientes —al fin, algo divertido —se llevó las manos tras la nuca —ya estabas siendo muy remilgado, su alteza —lo molestó.

 Tristán se acercó a los tres hikaris— ¿Queremos saber qué van a hacer? —preguntó entre divertido y desconfiado.

 Malik se rió suavemente, teniendo una idea de lo que esos dos planeaban. 

—Ustedes solo asegúrense de tener lo que necesiten encima, que vamos a subir —respondió Bakura.

 — ¿Linternas? ¿Cámaras? ¿Celulares? Todo listo —comprobó Joey, bromeando ligeramente —solo me faltó firmar el testamento antes de salir de casa. 

Yami se acercó a Yugi y entrelazó su mano izquierda con la derecha del menor, mientras Bakura rodeaba los hombros de Ryou —presten atención, pequeñas luces, si se aplican, pronto aprenderán a hacer esto —bromeó el albino, antes de levantar una mano, hecha puño, hacia un costado. Luego de unos segundos, abrió la palma, y un gran remolino de energía oscura se juntó, como un portal al reino de las sombras; de en medio del portal apareció Diabound Kernel, uno de los monstruos insignia de Bakura.

 A la mayoría, incluso Ryou, se les cayó la mandíbula — ¡Diabound! —chilló el albino menor, saliendo del agarre de su pareja para acercarse a la criatura que una vez representó su Ka — ¡Increíble, Kura! —sin dejar de mirar a la criatura, avanzó con cierta cautela, sin saber si mirar a la serpiente en su cola o a la cabeza superior.

 Realmente no estaba asustado de la criatura de su amado, no sentía hostilidad alguna, pero el día en que pudiera caminar hacia una serpiente sin miedo estaba aún muy lejos.

 Soltó un chillido, que asustó a sus compañeros de clase, cuando la cola serpiente se enrolló en torno a su cintura y lo levantó, como un padre que le hace avioncito a su bebé. Luego de exclamar por la sorpresa, se rió —Kura…

 El albino mayor caminó hacia ellos, con una sonrisa —háblale, yadonushi. Te obedecerá —aseguró.

 Ryou ladeó la cabeza, confundido ante esta afirmación —por favor, bájame —y, tal como aseguró Bakura, el monstruo obedeció, dejándolo de nuevo sobre sus pies. La cabeza de serpiente siseó hacia él, antes de lamerle la mejilla con su lengua bífida, provocando que Ryou arrullara de ternura. 

 — ¿Por qué es tan dócil conmigo? Es tu criatura —curioseó Ryou. 

Bakura lo tomó del mentón, acariciando sus labios con el pulgar —y eres mi luz, mi alma gemela y my mate —explicó — ¿puedes sentirlo? Él desea protegerte, como yo lo hago, Ryou —ronroneó su nombre con voz ronca y seductora, que le provocó un estremecimiento al menor.

 Por mientras, Yami imitó las acciones previas de Bakura, con la diferencia de que él convocó dos portales, desde los cuales aparecieron Maldición de Dragón y Dragón Alado, guardián de la fortaleza. 

 —Wow —al igual que Ryou, Yugi se soltó de Yami para acercarse a sus monstruos. El dragón alado le permitió abrazarse a su hocico y darle unos mimos bajo su mandíbula con cariño —es genial —tomándolo por sorpresa, la cola azul del dragón lo envolvió y lo subió a su cabeza, teniendo cuidado con las espinas en su lomo. Yugi rió, extasiado.

 —Alucinante —exclamó Joey, saliendo de su asombro —oye viejo ¿no puedes enseñarme a hacer eso con mi Ojos Rojos?

 Yami sonrió, aunque no contestó esa pregunta —suban todos, vamos para arriba.

 Intercambiando miradas emocionadas, Duke, Tristán y Joey subieron al lomo del dragón esqueleto, quien inclinó la cabeza en dirección a Yami.

 Tea se quedó estática y de brazos cruzados.

 Joey rodó los ojos —Tea ¿Qué prefieres? ¿Venir con nosotros o quedarte sola aquí en pleno anochecer?

 —Ushhh, realmente preferiría quedarme en el auto, pero a saber cuánto se tardarían —se quejó para sí, antes de acercarse. Gritó cuando el dragón la envolvió con su cola esquelética. 

El dragón azul dejó Yugi bajara de su cabeza solo para tomarlos a él y Yami entre sus patas, antes de elevar el vuelo.
El oji-vino se acomodó fácilmente, pero Yugi se lanzó contra él para ocultar el rostro en su cuello, cosa que Yami disfrutó con un suave estremecimiento, mientras abrazaba a su luz.

 —Malik, ven con nosotros —Ryou llamó al peli-cenizo, cuando él y Bakura ya estaban envueltos en la cola serpiente de Diabound. 

 El egipcio se acercó, un poco dudoso — ¿seguro que puedo? —preguntó, señalándose el pecho con el índice izquierdo.

 —Sin problema —Bakura le dio un asentimiento a su criatura y este tomó a Malik con un brazo, luego sus cuatro pequeñas alas se tensaron, antes de levantarse del césped descuidado.

 Maldición de Dragón también se encontró en el aire con sus pasajeros ante la silenciosa orden de su invocador. Los tres monstruos volaron con cuidado hasta la punta del torreón, permitiéndoles a los nueve adolescentes observar los arcos que servían de ventanas al torreón y que, para su suerte, no estaban selladas como el resto de la casa. 

Cuidadosamente, las criaturas dejaron a sus pasajeros en el pequeño balcón del torreón, antes de que Yami mandara a sus dos dragones de regreso a su mundo. Diabound por el contrario, tomó forma de una pequeña serpiente, de no más de 30 centímetros, que reptó sobre los hombros de Bakura y se acomodó allí.

 Nada más poner un pie en el sitio, Yugi, Ryou y Malik sintieron violentos escalofríos recorrerles el cuerpo, como si una descarga eléctrica los hubiera alcanzado. La piel se les puso de gallina y la tensión era casi palpable.

Ryou y Yugi se miraron, recordando y reconociendo la sensación, como de aquella noche hace más de dos meses en Halloween. 

Estaban en el lugar indicado.



Notas finales:


No puedo explicarlo. Simplemente AMO como sigue fluyendo esta historia. 
Desde hace mucho que juego con la magia y ciertas cosas sobrenaturales, cuando se trata de los yamis y hikaris en mis fics, pero nunca lo he llevado tanto al extremo como con esta historia, y realmente estoy satisfecha con el curso que está siguiendo. Realmente espero que ustedes también.

Saludos a todos
Flu-flu, volé, me fui. Nos leemos la próxima.
Ja ne~nya.

 


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