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Dos pervertidos y un juego por Fullbuster

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Notas del capitulo:

Son tres one-shot, todos siguen la continuación del anterior. El primero es un "Sasuke-Naruto", el segundo un "Naruto-Sasuke" y el tercero un "Naruto-Sasuke-Naruto".

La consulta estaba llena como de costumbre, todos esperando su turno para que el doctor les diera su diagnóstico. La recepcionista sabía de sobra que la mayoría de los allí presentes sólo iba para ver al doctor y pasar un rato junto a él. Pocas veces tenían la suerte de contar con un chico joven y atractivo en Konoha. Los rumores habían corrido como la pólvora y la mitad de la gente tan sólo estaba allí para comprobar que eran ciertos o con dolencias imaginarias para verle o tratar de invitarle a alguna cita, que, por supuesto, Sasuke siempre rechazaba de forma educada.


- ¡Joder! Esto ya es inaguantable – se quejaba un joven rubio en la sala.


- Aguanta un poco – decía Kiba, su compañero de habitación en la facultad – pronto entrarás a verle y todo se arreglará.


Las lágrimas estaban a punto de rebosar por los ojos de Naruto. Él… que odiaba los médicos, que los evitaba siempre que podía, ahora se encontraba allí, esperando como todos los demás, deseando que le tocase de una maldita vez.


La puerta de la consulta se abrió entonces y una chica de cabello rosado salió de allí. Estaba ruborizada, como casi todos los de la sala, pero Naruto sólo quería entrar de una maldita vez. La recepcionista empezó a hacer las recetas necesarias y a buscar una fecha nueva para que la joven acudiese a la revisión.


- Vamos… - susurraba Naruto – date prisa, no aguanto – se repetía a sí mismo, cerrando los ojos y tratando de aguantar aquella sensación.


- Que pase un buen día – comentó la recepcionista despidiéndose finalmente de la chica de cabello rosado.


- Siguiente, por favor… Ino Yamanaka.


- Oh, ¡Santo amor de Dios! – gritó Naruto al ver que aún no le tocaba, llamando la atención de todos los allí presentes.


Era lo que le faltaba, todos parecían estar allí simplemente para tratar de ligar pero él, que tenía un problema… de él pasaba completamente. La recepcionista le observó un segundo y finalmente, al haber escuchado aquello, el propio doctor salió de la consulta para ver cómo ese chico se retorcía en la silla.


- Retrase un segundo la cita de la joven, voy a examinar al muchacho – dijo Sasuke acercándose a él y ayudándole a levantarse de la silla para ingresarle a la consulta – espere aquí, por favor – le insistió a Kiba.


- Sí, doctor.


Sasuke cerró la puerta tras de sí y ayudó al rubio a llegar hasta la camilla, aunque al sentarse, Naruto hizo un gesto que Sasuke no entendió muy bien si era de dolor o de qué exactamente.


- Recuéstese y explíqueme su dolencia.


- Verá… - dijo Naruto un poco avergonzado y sonrojado – no es una dolencia como tal, es que…


- No tenga vergüenza, puede explicarme lo que sea que le ocurra, aquí dentro hay confidencialidad entre paciente y doctor.


- Ya… pero usted lo sabrá – dijo Naruto - ¿No hay otro médico? – comentó observando lo atractivo que era precisamente ese hombre - ¿Alguno más mayor quizá?


- Pues no – sonrió Sasuke – vamos, no tenga vergüenza y hable conmigo. ¿Dónde le duele?


- Es que… es en el trasero – dijo Naruto sin más haciendo que el doctor apuntase sin hacer el menor aspaviento.


- De acuerdo, explíqueme cómo es el dolor.


- Dolor, dolor… - empezó Naruto.


- Sí, dolor. ¿Es un dolor punzante? ¿Constante? – preguntó Sasuke buscando en su escritorio unos guantes.


- Es que no es dolor… - dijo Naruto – pero sí es constante.


- De acuerdo, bájese los pantalones y recuéstese en la camilla de nuevo, voy a examinarle.


Toda la sangre subió al instante a las mejillas de Naruto, dándose cuenta de que ése sería el momento más humillante de toda su vida, bajarse los pantalones ante aquel médico que estaba como él diría… “para mojar pan”. No le extrañaba nada que todo el mundo hiciera cola en su consulta y la verdad… es que él le había visto un par de veces por el parking, pese a que era la primera vez que asistía a su consulta.


- Vamos, ¿a qué espera? – sonrió Sasuke.


Con un poco de vergüenza, Naruto empezó a desabrochar su pantalón y lo bajó hasta conseguir quitárselo, dejando la ropa interior solamente cubriendo su miembro. Fue a tumbarse en la camilla cuando escuchó de nuevo la voz de Sasuke mirando el informe.


- ¿Tiene alergia a algún medicamento?


- No que yo sepa – dijo Naruto.


- ¿Es la primera vez que viene a mi consulta?


- Sí, doctor – se relajó un poco Naruto.


- Necesitaré hacerle unas preguntas. Necesitaré su dirección y un número de teléfono para contactar con usted. ¿Vive con alguien?


- Con mi compañero de piso – respondió Naruto – estudio en la universidad.


- ¿Enfermedades hereditarias de sus padres?


- No lo sé, lo siento, no tengo padres. Soy huérfano.


- Lo lamento. De acuerdo, tendré que sacarle una analítica de sangre para descartar posibles afecciones.


- Vale.


Sasuke estiró un poco el guante para colocarlo mejor y se giró entonces hacia Naruto para ver que aún llevaba la ropa interior puesta. Con una dulce sonrisa, Sasuke le comentó que se quitase o levantase la camiseta para poder auscultarle. Naruto prefirió subirla, quejándose levemente al sentir aquel frío aparato tocar su pecho.


Escuchaba su corazón mientras Sasuke le indicaba que cogiera aire, lo mantuviera y lo soltase lentamente. Su ritmo cardíaco parecía estar bien pero todo su cuerpo temblaba. La mano de Sasuke fue a su frente, pero no parecía tener fiebre.


- De acuerdo, cuénteme un poco más lo que le ocurre. ¿Ha tenido sensación de náuseas?


- No – dijo Naruto.


- ¿Diarrea? – preguntó de nuevo.


- No… es más bien como una especie de vibración – se sonrojó Naruto – siento… ¡Dios! Se va a reír de mí – sonrió Naruto sin poder creérselo – es vibración.


- ¿Vibración? Vaya, eso nunca lo había escuchado.


- Yo estaba en mi cuarto… y… bueno… ya sabe las cosas que los chicos hacemos cuando estamos solos y sin parejas – Sasuke alzó una ceja esperando la respuesta y Naruto prefirió soltarlo rápido – me estaba masturbando – dijo sin más causando una leve sonrisa en Sasuke.


- Ya… eso no es malo, los hombres necesitamos descargar el semen que acumulamos en la próstata, es doloroso cuando no se hace. Algo normal, no tiene que sentir vergüenza de ello, todos lo hacemos.


- Sí, pero… bueno recordé que me habían hablado de algunos métodos para intensificar el placer y…


- ¿Y?


- Metí algún juguete en…


- Vale… ya sé por dónde va.


- Y ahora no puedo sacarlo, es como si lo hubiera absorbido. Me siento ridículo al contarle esto. Por favor… sáquelo, noto la vibración recorriendo todo mi cuerpo, ya no aguanto más.


- De acuerdo, lo arreglaremos – sonrió Sasuke – pero voy a necesitar que se quite la ropa interior entonces y se tumbe boca abajo.


Naruto le hizo caso pese a la vergüenza y, al tumbarse, empezó a ponerse más nervioso al ver cómo el doctor se aproximaba a él y ponía las manos sobre sus nalgas tratando de apartarlas con suavidad para localizar aquel aparato.


- Voy a poner un poco de lubricante pese a que ya está bastante dilatado – sonrió Sasuke.


- Y que lo diga. Por favor, sáquelo, ya no aguanto más esa vibración.


- ¿Llevaba mucho tiempo sin descargar? – preguntó Sasuke al ver el nerviosismo del chico.


- Bastante – comentó – rompí con mi novio hace unos meses y… bueno… he estado solo desde entonces. Me he masturbado algo pero…


- No se preocupe.


- Está muy tenso – dijo Sasuke acariciando la parte interior del muslo de las piernas de Naruto – relájese todo lo que pueda – le susurró viendo cómo ese chico aún seguía tenso.


- No puedo… si me relajo… es posible que…


- Si tienes que eyacular, hazlo, no te preocupes – empezó Sasuke a tutearle.


- No quiero hacerlo – dijo Naruto sonrojado.


- No te preocupes por nada, sólo relájate y déjame que busque ese aparato dentro de ti. Vamos, lo haces muy bien.


Sasuke continuó acariciando aquellas piernas del joven, tratando de que se relajase pero dándose cuenta al mismo tiempo, de que él mismo se estaba excitando ante esa imagen y las caricias. Tenía una piel tan suave, tan perfecta, era un chico con un rostro travieso, pero a la vez, esos leves sonrojos por la situación tan vergonzosa le llamaban la atención.


- Así que… te gusta probar juguetes – sonrió Sasuke.


- No por dios – sonrió Naruto avergonzado – es la primera vez que pruebo uno y mire…


Las caricias continuaban por sus piernas, relajando a Naruto. No podía negar ese rubio que le estaba encantando todas aquellas caricias, le excitaban aún más y llevaba un tiempo en soledad. Sin embargo, cuando la mano del doctor se coló bajo su cuerpo y acarició suavemente su miembro, Naruto reaccionó.


- ¿Qué hace? – preguntó sobresaltado.


- Intentar que te relajes – comentó el doctor.


- ¿Tocando mi miembro? – preguntó Naruto algo sorprendido.


- ¿Te gustaban las caricias? – susurró Sasuke en su oído, consiguiendo que el cuerpo de Naruto temblase y se estremeciera.


- S-Sí – afirmó extrañado por aquella respuesta.


- Entonces relájate.


- Pero… esto va contra su ética profesional – dijo al darse cuenta de que algo abultaba entre los pantalones del doctor.


- Lo sé, y no sé qué me pasa, es la primera vez que sufro esto con alguien pese a las veces que han intentado seducirme. Es mejor que pare ahora – dijo Sasuke intentando alejarse de Naruto.


Ni siquiera entendía por qué le ocurría eso precisamente con ese chico. Muchas veces habían tratado de seducirle o invitarle a citas, había visto a cientos de personas desnudas y sin embargo… se estaba pasando sólo con ese chico.


- Lo lamento mucho – dijo Sasuke pero Naruto cogió su muñeca.


- Siga – dijo Naruto excitado con aquella vibración y las caricias que Sasuke le había dado – por favor, no me deje así. Siga.


- Yo… Si en algún momento quieres parar, dímelo, lo entenderé.


- ¿Te excito? – preguntó Naruto con un sonrojo.


- Sí – le susurró Sasuke frente a sus labios.


- Siga entonces – le susurró Naruto sentándose en la camilla, uniendo sus labios a los de Sasuke y llevando la mano de éste hasta su miembro.


- Un chico travieso – sonrió Sasuke besándole con pasión, acariciando ambas piernas del chico mientras subía los pantalones de Naruto a su alcance y buscaba el mando de aquel aparato que se había introducido – muy travieso – sonrió dando más velocidad a ese aparato.


- Oh, joder – susurró Naruto.


- No sé si quieres que te lo saque o que te lo deje – sonrió el doctor - ¿Tú que dices?


- Que te bajes los pantalones – le sonrió Naruto.


Ni siquiera le dio tiempo a Sasuke a reaccionar cuando ese rubio se había escabullido entre su cuerpo y la camilla para arrodillarse en el suelo. Prácticamente él mismo le bajó los pantalones y empezó a lamer su miembro con gran maestría, algo que hizo sonreír a Sasuke.


- Así que… dejaste a tu novio – sonrió Sasuke.


- No era capaz de seguir mi ritmo – sonrió Naruto – pero veo… que alguien está muy bien proporcionado por aquí abajo.


- La probarás entera, chico – le dijo Sasuke, cogiendo la cabeza de Naruto e introduciendo su miembro con algo más de brusquedad en su cavidad.


La mano de Naruto se colocó bajo los huevos de ese moreno, cogiéndolos con cierta presión y masajeándolos entre sus dedos, dejando así que algunos gemidos salieran de ese doctor tan deseado por todos.


- Están cargados – dijo Naruto.


- Casi tanto como los tuyos – comentó Sasuke – deja que el doctor te arregle ese problema.


Sasuke movió su mano al cabello de Naruto y le obligó a levantarse para empujarle con cierta rudeza hacia la camilla, consiguiendo que el pecho de Naruto cayese sobre ella y le dejase así su trasero preparado.


- Abre bien las piernas – le susurró Sasuke apoyando su pecho contra la espalda del rubio mientras sus manos se deslizaban por sus muslos, algo húmedos por el lubricante que antes había embadurnado en él – dame tu pierna derecha – le susurró una vez más, cogiendo la pierna de Naruto para elevar un poco más su trasero y tener mayor profundidad.


Entró en él sin dilación, sintiendo la vibración de ese aparato que estaba en su interior, consiguiendo que Naruto jadease más mientras Sasuke daba mayor vibración desde el mando de control remoto. Los dos gimieron al sentirlo, más Naruto al notar cómo Sasuke se movía dentro de él, con su pierna sujeta en alto e introduciéndose hasta el fondo, empujando ese aparato dentro de él.


- No lo hagas tan rápido – le dijo Naruto – voy a correrme.


- No me hagas ponerte un anillo – le sonrió Sasuke.


- Vas a tener que ponerlo porque me voy – gimió Naruto – no lo aguanto.


Sasuke bajó su velocidad y abrió la taquilla de encima de sus cabezas sacando un anillo y colocándolo en el miembro de Naruto para aguantar más el placer, cogiendo también sus huevos con él.


- Quieres hacerme sufrir, ¿eh? – preguntó Naruto.


- Claro que sí, no quiero que el placer acabe tan pronto, chico – le besó Sasuke en el cuello.


- Empiece a moverse, doctor – le sugirió Naruto, consiguiendo que Sasuke volviera a coger velocidad.


Una tortura, eso era para Naruto. Sentía el placer todo el tiempo a punto, estaba ahí… al límite pero no podía correrse, el anillo se apretaba en su miembro, apretando sus huevos también consigo y le impedía que el líquido saliera con fluidez. Dolía, pero era placentero, un dolor aguantable pero una tortura.


- Desahógate – le dijo Sasuke soltando entonces el anillo, logrando que todo ese líquido contenido saliera de golpe mientras Sasuke se dejaba ir también en el interior de ese rubio.


Ambos se dejaron caer al suelo y tras mirarse unos segundos… los dos echaron a reír sin poder evitarlo.


- ¿Así que tu novio te dejó? – le preguntó Sasuke.


- Cállate, idiota, era lo primero que se me ocurrió. ¿Preferías que te dijera que tenía novio?


- Le habría dado un toque morboso eso de tomar lo prohibido – sonrió Sasuke.


- La próxima vez puede que lo diga.


¡Tres años! Ése era el tiempo que ambos llevaban juntos. ¡Tres perfectos años de juegos y de inventarse situaciones excitantes! Era sólo eso para ellos, un juego que les motivaba, un juego que les excitaba a seguir. Sasuke… un doctor respetado y Naruto… un estudiante de fotografía y filmografías.


- ¿Lo has grabado? – preguntó Sasuke al ver cómo Naruto se levantaba y buscaba algo encima de la estantería de su consulta.


- Claro que sí.


- No entiendo por qué tienes que grabar siempre todos nuestros juegos.


- Porque cuando tú estás de guardia las veinticuatro horas del día en el hospital… alguien debe contentarse solito.


- Anda… Túmbate ahí un segundo y te quitaré eso del trasero – le dijo su novio antes de darle un pasional beso.


- Sí, por favor… no veas lo mal que lo he pasado. He tenido que llamar a Kiba para que me trajese.


- ¿Y qué le has dicho?


- Que había tomado leche caducada, pero no sé si se lo ha tragado.


- Sabe que eres un desastre – dijo Sasuke mientras metía sus dedos en el interior de Naruto para sacar aquel aparato.


- Sí, pero también sabe que vivo contigo y tú nunca dejas cosas caducadas en la nevera – sonrió.


- Le diré que tenías una indigestión.


- Y yo me llevaré la cinta a casa para poder tocarme a gusto – sonrió Naruto antes de depositar otro beso en él – pórtate bien en mi ausencia y no te dejes seducir por ninguna.


- ¿Cómo lo haría cuando te tengo a ti y tus excitantes juegos?


- La próxima… te toca a ti, ya tengo mi próximo juego listo y la cámara grabando.


- Claro que sí – le sonrió Sasuke – espero que sea algo excitante.


- Lo será, gritarás de placer como haces siempre que mi “Gran Naruto” entra en ti – le dijo refiriéndose a su miembro.


Sasuke aprovechó a recoger el desastre que su novio había montado en un momento aunque con una gran sonrisa en su rostro. Naruto siempre era así, una cabeza hueca, pero un excitante novio, travieso y seductor. Le amaba, con él todos los juegos eran simplemente… perfectos.


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