# Capítulo 3 Dudas y amistad. #
-¿Qué tan difícil es de clasificar al amor? Bien, para mi lo es, y mucho. Cuando llegue por primera vez a esa casa, todo me daba miedo. Aún recuerdo los malos ratos que me hicieron pasar mis hermanas. Jamás vi en ellas a una amiga, con la cuál divertirse; tampoco a una confidente, para contarle mis penas o alegrías y mucho menos alguien que me hiciera sentir cómoda. Entonces solo quedan los lazos sanguíneos, eso y nada más, sin amor ni calidez. Sin embargo con Dunya puedo divertirme como lo hago con mis hermanos; le hago saber lo que siento y me es tan natural. ¿Será que veo en ella a una hermana? ¿A una mejor amiga? ¿O tal vez... mi alma gemela? Aún no lo sé y me es difícil hacer una comparación con alguien más, porque no tengo ni con quien hacerla. Solo se que ella es importante para mi. ¿El tiempo realmente me dará la respuesta?
-¡Kou-chan! Te llegó algunas cartas. Ten.
-Vaya, ¿ahora te tocó a ti repartirlas?
-Si.
-Muchas gracias.
-Todo un placer. Y ahora me voy, quedé de ayudar a unas compañeras con algunas dudas que tenían.
-Ya veo... si necesitan algo pueden contar conmigo.
-Muchas gracias.
-N-no... emh... ve con calma.
-De acuerdo. Bien me voy, no te quiero interrumpir más, seguro mueres de ganas por leer las cartas.
Dunya sale del cuarto mientras Kougyoku le mira marcharse.
-Entonces tiene más amigas-. Suspira-. Bueno, es normal ¿no? ¿Por qué será que me siento tan triste? ¡Oh vamos! No es momento para deprimirse, mis hermanos se han tomado la molestia de escribirme. ¡Es hora de leer!
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-Estoy preocupada, desde que llegué aquí no he recibido noticia alguna de mi familia. ¿Habrá empeorado la situación? Por favor, por favor... que todos estén bien.
En el país de origen de Dunya habían estado en guerra desde hace años y su familia al ser de las más acaudaladas, tuvo la oportunidad de huir del lugar. Lamentablemente cada uno tuvo que tomar un rumbo distinto, no sin antes hacer la promesa de volverse a ver.
-Debo tranquilizarme, seguro tendré noticias de ellos.
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-Kouen-onisama se preocupa mucho- sonríe-. Me dice que duerma bien y que me alimente adecuadamente, no se preocupe hermano, cumplo con ello. Veamos... es la hora de leer la carta de Koumei-onisama. Dice...- Kougyoku lee atentamente y encuentra en ella algo que la sorprende-. ¿La familia de Musta'sim y la familia Ren son socios? No sabía... y menos el que tuvieran problemas ¿por qué no me lo dijo? Bueno, el que son socios supongo que no lo sabía al igual que yo, pero que su familia esté en problemas... ¿será que no me tiene suficiente confianza? Quizá solo yo veía una amistad, tal vez ella solo me habla así para hacerme sentir bien. Que patética soy, me siento tan tonta creyendo que por fin tenía a alguien a quien abrirle el corazón y de igual manera ella lo pudiera hacer conmigo...
Kougyoku comenzó a llorar encontrando consuelo en las cartas de sus hermanos. Y ya solo faltaba una por leer, la de su querido hermano Kouha, así que la abrió y sin darse cuenta dejaron de salir lágrimas de sus ojos. Su hermano de alguna u otra forma siempre terminaba ayudandola y en esta ocasión había escrito justo lo que ella necesitaba. Sin pensarlo dos veces salió corriendo en busca de su amiga intentando recordar los lugares que ella suele frecuentar. Pero la campana de las clases sonó y le fue imposible seguir su búsqueda.
-Que remedio, tendré que ir a clases, después de todo les hice la promesa a mis hermanos de que estudiaría arduamente.
...
Al ingresar al salón vió a Dunya sonreírle desde su asiento y ella devolvió el gesto.
Las clases transcurrieron con normalidad hasta la última hora, donde por fin Kougyoku pudo hablar con su compañera de cuarto.
-Dunya.
-¡Kou-chan! ¿Salimos un rato en la noche para ver las estrellas?
-Me parece bien-. Pensaba que sería buen momento para hablar tranquilamente de la situación-. Iré a ducharme primero.
-De acuerdo, yo también iré. Después está muy lleno.
-Cierto- sonríe- y no hay mucha privacidad. Aunque si se te olvida algo es muy útil.
-Supongo... la verdad es que nunca me ha pasado.
-Ya te pasará y te acordarás de mí.
-¡Ah, no! Si me pasa seguro fue porque me salaste y no por descuido.
-Igual y si- sonríe.
-Bien, que pase. De fin te lo puedo pedir a ti. Después de todo, siempre vamos juntas.
-Así no tiene chiste.
-De igual manera, si se te olvida a ti, siempre puedes contar conmigo- sonríe dulcemente.
-Dunya...
-Anda, vamos o se nos hará tarde.
-¡Si!
>>>
-¡Es hermoso! ¿No te parece Kou-chan?
-Si...-observa fijamente a Dunya quien hacia referencia del cielo-. Muy hermoso.
-¿Sabes?-. Toma asiento en la banca a un lado de ella-. Cuando vengo aquí contigo... me siento muy tranquila, como si todo estuviera bien, como... si no hubiese nada de que preocuparse. Por eso-sonríe-muchas gracias.
-No Dunya, la agradecida soy yo. Desde que te conocí, he tenido buenos momentos, de esos que incluso después de muchos años recuerdas con cariño. Comer contigo es agradable y me haces sentir muy cómoda. Yo... cuando era niña vivía con mi madre, muchas veces no teníamos ni que comer. Por eso, a veces me gustaba dar una caminata por la calle para disfrutar de los agradables aromas del pan, de la carne frita o la fruta. Pasábamos mucha hambre y cuando conocí a mi padre ya no tuve que pasar por eso, pero... mis hermanas siempre me hicieron sentir menos y constantemente me humillaban.
-Kou-chan, lo lamento tanto. Ya veo porque me decías que me alimentara bien. Yo... no sabía...
-Descuida- interrumpe-. No lo decía por ti. Tú tienes tus razones, se... que tienes problemas. Sólo quería hablar contigo para decirte que tu familia esta bien-. Se levanta del asiento-. Y ya que me enteré por accidente de algo tuyo que era muy personal, quise dejar las cosas parejas entre nosotras y contarte algo que sólo mi familia sabe.
-No tenías que hacerlo- se para frente a ella y la abraza-. Gracias Kou-chan, muchas gracias. Te prometo que de ahora en adelante comeré mejor.
-Me parece bien.
>>-Dunya es más bajita que yo y tenerla así se siente tan bien. Disfruto su aroma, el poder tocar su pequeña espalda y...-sonríe- ahora puedo darme cuenta de que siento algo más que una amistad por ella
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