Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Momentos en familia por Ayumi Kuran

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola holita! Aquí os traigo un nuevo capítulo que de alguna forma he intentado hacerlo algo romantico aunque creo que fracase en el intento ^.^U

Te amo… una palabra tan fuerte y llena de sentimientos, una que significa tanto y que no debe ser dicha a la ligera. Eso era algo que algunos tenían claro, otros no tanto lo que ocasionaba que lo promulgaran a los cuatro vientos y había casos en los que habían sido dañado tanto cuando dijeron esas palabras que nunca han vuelto a decirla


Ninguno de los dos sabría cuál era su caso, la cuestión es que ni Ahkmenrah ni Larry le habían dicho jamás esas palabras, lo único que se habían dicho era: “Eres mío, Larry. Nunca te dejaré ir así que es mejor que no lo olvides” y un “Estaré por ahora a tu lado, aunque sé que al final esto acabará”.


No, no eran palabras muy alentadoras, mucho menos románticas pero… ¿qué le vamos a hacer? Ninguno de los dos se ha atrevido a dar el siguiente paso para decirlo y a esas alturas iba siendo hora de que se diera dicho paso. ¿Por qué? Ya habían sufrido dos fuertes crisis en su relación.



  1. Esta fue cuando Ahk le hizo demasiado caso a Cleopatra, perdiendo en el camino a Larry que por poco y lo manda a la mierda, dando por más que acabado todo. Tuvo la suerte de que le perdonara y le diera una segunda oportunidad.


 



  1. La última de sus crisis fue cuando Kahmunrah, el hermano de Ahkmenrah, había declarado que le gustaba Larry y que estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por convertirlo en su reina.


Cuando Ahkmenrah se enteró de esto estaba que ni el sol le calentaba, a su omega mismo le costó calmarlo pero Dexter no parecía satisfecho y haciendo de las suyas le contó todo lo que pasó, desde como declaró que sería suyo a como le robó un apasionado beso sin que este se diera cuenta. En ese momento maldijo que su amante fuera capaz de entender al capuchino, aún más que este solo le hiciera la vida imposible.


En ese momento empezó su mayor odisea, calmar al faraón para que no fuera a buscar a, según sus propias palabras, “desgraciado, al que le iba a cortar los huevos” que era su hermano, no obstante eso no fue lo más difícil sino convencerle a base de caricias y besos que no pensaba irse de su lado. Y a pesar de que ya se había calmado la fracturación estaba presente, su relación no iba  a volver a ser la misma.


El miedo de perder al contrario era demasiado grande, haciéndolos estar inquietos, vigilando las acciones del contrario durante toda la noche, no sintiéndose a gusto con la presencia contrario. Solo había una manera de que esto parará, solo aclarando su situación de una vez por todas podrían salvarla porque ambos eran conscientes de que esta estaba muriendo de forma lenta, sin nada que pudieran hacer.


- Ahk.- Su voz sonó suave, sumisa mientras llamaba a su pareja.


El nombrado dejo de hablar con Cleopatra para tensarse al ver a su omega, se le veía decaído y demasiado sumiso para su gusto porque ese no era su Larry…su Larry era animado, siempre saltándote con algo que no esperas, haciéndote reír y rebelándose contra todos, mostrando que a pesar de ser un omega no iba a permitir que nadie mandará sobre él. Que se mostrará de una forma tan frágil era preocupante, mucho.


- ¿Qué pasa?- no dudo en correr hasta él cuando una de sus manos fue apresada, haciéndole ver a la omega que lo había detenido.


- No vayas, por favor.- Susurro viendo sus ojos, llevándose su brazo hasta sus pechos.- Quédate conmigo y no te arrepentirás.


No pudo negarse cuando los labios contrarios se posaron sobre los suyos, sintiendo como su brazo era apretado entre sus senos. Larry veía esa escena, sus ojos viéndose oscurecidos por la tristeza aunque esta rápidamente fue sustituida por una sonrisa, dándose la vuelta para irse sin decir nada, después de todo no había nada qué decir.


- ¿Estás bien?


Levantó su mirada, extrañado ante esa voz que le hablaba para sorprenderse al ver a Atila quien le veía con preocupación.


- Atila… ¿puedes hablar mi idioma?- No podía evitar la sorpresa en su tono, haciéndolo reír.


- Llevó aquí demasiados años, es normal.- Susurro, llevando su mano hasta el pelo contrario, acariciándolo.- ¿Qué te pasa?


Al recordar la escena vivida hacía escasos segundos una traviesa lágrima cayó por su mejilla, siendo seguida por cientos más que no podía detener por mucho que lo intentará, ya no podía.


Ante esto Atila se alarmo, no sabiendo cómo actuar hasta que recordó a una madre actuar de una forma en específico ante esta situación.


- Tranquilo, todo estará bien.


Sus brazos se habían enredado en las caderas contrarias, atrayéndolo a un suave abrazo que al instante fue devuelto, acariciando su espalda junto a suaves besos en su pelo, calmándolo hasta que el llanto paro, manteniéndose de esa forma durante unos segundos, dejando que se calmará tanto como fuera necesario.


- Creo…que mi relación con Ahk no va a funcionar.- Su tono parecía tranquilo pero algo no estaba bien.


- ¿Por qué lo dices?- Susurro, manteniendo las suaves caricias.


- A penas podemos estar juntos…el tiempo va en nuestra contra. Y él…puede tener a quienes quiera, estoy convencido de que Cleopatra es una mejor pareja que yo.


- ¿Y no has pensado que quizás sea a ti a quien quiere?- Propuso, acariciando su espalda.- Solo a ti.


- No lo creo.- se separó de él, limpiando los rastros de lágrimas.- ¿Qué puedo tener yo para atraerlo?- Sonrió triste


- ¿Qué, que tienes?- La incredulidad estaba presente en su tono antes de coger su mano.- Ven conmigo.


No espero que dijera nada cuando lo arrastró por medio museo, señalando con su mano el punto principal de reunión donde todos estaban pasando un buen rato; algunos estaban con su pareja, otros estaban jugando al fútbol e incluso había quienes compartían vivencias.


- Eres quien ha logrado unirlos a todos, quien ha demostrado que es distinto al resto.- Se dio la vuelta, poniendo uno de sus dedos en sus labios, impidiéndole hablar.- Has demostrado carácter, fortaleza, que puedes afrontar cualquier tipo de adversidad con una sonrisa y determinación, sin importar nada.- Su dedo se fue del lugar donde descansaba, delineando su rostro.- Eres quien ha logrado conquistar el corazón de muchos Alfas, de más de los que crees. Es cierto que hay quienes te rechazaron, cometiendo el peor error de su vida pero ha habido muchos otros que han querido mantenerte a su lado, y el faraón... él los ha echado a todos, a peleado con cuanto Alfa se te ha acercado porque te quiere solo para él, no desea que nadie más posé sus ojos sobre ti.- Le sonrió alejándose poco a poco de él.- Creo que eso demuestra cuanto te quiere.


- Pero Cleopatra…


- Ella es solo una omega necesitada de afecto y calor corporal.- Le cortó viéndolo con seriedad.- Las posibilidades de que el faraón te dejará por ella son inferiores a cero. Así que no te preocupes y habla con él, solucionadlo todo de una vez antes de que os arrepintáis de ello.


- Atila…


- ¡Larry!


Ahk había aparecido agitado por la puerta, viéndolo angustiado antes de acercarse a él, estrechándolo entre sus brazos.


- ¡Escucha, yo…! ¡Yo no quería…!


- Ahk…- Sus manos se apoyaron en su pecho, alejándolo un poco de él a pesar de que el otro se negaba, apretándolo aún más a su pecho.


- Os dejaré solos.- Atila se alejo sin mirarlos, parando unos segundos para hablar con firmeza, su vista fija en el frente.- Es la hora, Larry.


Sin decir más se alejó, dejando al nombrado de piedra en su sitio pues sabía a lo que se refería y muy a su pesar llevaba razón, era el momento de aclararlo todo. Lo que pasará a continuación dependía su relación


- Lo siento.- Murmuro apesadumbrado, abrazándolo para ser correspondido.


- Tenemos que hablar.- Cerrando sus ojos, aspiro el aroma del faraón, sintiendo como el otro se tensaba.


- Llevas razón.


- Ahk, ¿qué sientes por mí?- tras decir esto se separo de él, viendo como la duda, el miedo se instalaba en su rostro.- Yo…necesito saberlo.


- Yo…- Sus labios mordieron su labio inferior, tembloroso. Atrajo a su amante a su cuerpo, en un intento por calmarse.- Yo…te…amo…- Susurro a su oído.


Larry se estremeció, atrayendo a su amante en un apasionado pero sobretodo amoroso beso, acariciando sus labios con los contrarios. Al separarse, el omega tenía un adorable sonrojo con una hermosa sonrisa surcando su rostro.


- Yo también te amo.


Un beso sello todo lo dicho, ambos con un increíble peso quitado de encima, ya nada importaba, porque nada iba a separarlos nunca, ni si quiera la zorra de Cleopatra.

Notas finales:

¡Wua! No puedo creer que ya haya publicado este cap, aquí ahora todo se complica para mí (porque empiezan a ser más romanticos...creo). Bueno, espero que los siguientes no me salgan muy raros XD


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).