Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Momentos en familia por Ayumi Kuran

[Reviews - 34]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Lo primero es lo primero y una vez más me disculpo por no haber actualizado ayer pero como prometí, ¡aquí esta la continuación! Y además en esta ocasión con una extensión que gana por goleada a los demás capítulos hasta el momento.


¡Espero que lo disfrutéis! Por cierto, aquí un poco de publicidad:


Ayer escribí un nuevo short de esta pareja que se llama: Solo una noche que aconsejo que lo lean a todos los que les gusta esta pareja.


Ahora sí, os dejo leer la conti con calma.

Ya habían pasado varios meses de que regresará a trabajar nuevamente al museo, meses desde que él y Ahk habían expuesto de una forma clara y directa sus sentimientos, meses que hicieron falta para que se recuperará la confianza perdida por el faraón cuando este perdió la calma, recurriendo sobre él mismo su violencia. Y Larry no podía estar más feliz.


Había sido duro al principio volver a la rutina, pero no podía estar más satisfecho al evr que Cleopatra mantenía las distancias con su pareja, ahora ambos tenían una rutina que compartían. Ambos ponían orden en el museo, entregándose a su vez a los momentos de pasión propios de una pareja en su plenitud, una que se amaba y deseaba con intensidad, queriendo completar tanto como fuera posible esos fuertes lazos que los unía, casi parecía que para ellos no existía nada más que no fuera el estar pegado el uno al otro, teniendo un contacto físico aunque fuera el de tocar sus manos, les era imposible resistirse a los deseos del contrario.


Recordando lo maravilloso que había sido su vida desde que ambos se declararon no pudo más que suspirar, una sonrisa adornando los labios del omega. Jamás se había sentido tan pleno, bueno, solo cuando Nick venía en camino.


- Papá, ¿ya te vas?


- Casi.- Le sonrió a su hijo, guardando la ropa de repuesto pues quién sabe lo que podía pasar durante sus guardias.- ¿Vienes también?


- Sí, me gustaría hacerle algunas preguntas a Ahk sobre Egipto.


- Oh, ¿y eso?- Lo vio con curiosidad, cerrando su bolsa.- Normalmente no te interesa ese tipo de cosas.


- Es para un trabajo de clase.- Para reafirmar lo dicho le mostró su cuaderno y la guía de trabajo que le dio su profesor.- Aunque me gustaría poder hacer otro tipo de cosas, en fin.


- ¿Otras cosas? ¿Cómo cuales?


- Como montar en Rexi, jugar con los Unos o hablar con la cabeza gigante de pascua…incluso saber alguno de los juegos que se hacían en Egipto. Pero no sobre…-Miró brevemente la hoja, frunciendo su ceño.- La situación política o agrícola.


Una pequeña risa salió de sus labios, conteniéndola muy a duras penas. Él sabía muy bien a lo que se refería su hijo, había pasado por lo mismo cuando era un simple estudiante de instituto.


- Todo esfuerzo tiene su recompensa.


- Lo sé, espero que sea una muy buena después de este tipo de esfuerzo.


- Seguro que sí.- Le trató de animar, viendo como aún hacía un pequeño berrinche.- Anda, ve a prepararte que nos vamos en unos minutos.


- ¡Sí!


Vio como su hijo se iba corriendo a cumplir con lo dicho, por su parte Larry comprobaba que no se dejaba nada atrás, solo cuando comprobó que no lo hacía fue cuando se calmó. De repente sintió un fuerte dolor de cabeza que le hizo sisear, masajeando sus sienes. Llevaba así todo el día y ya la parecía agobiante, lo peor es que no tenía ni la más remota idea de por qué le daba.


- Ya estoy listo.- Le aviso Nick, viendo a su padre.


- Ah, sí, ya voy.


Tras decir esto, Larry se colgó la mochila al hombro, avanzando a la cocina para abrir uno de los muebles que había en ella, cogiendo una pequeña caja de pastillas y guardarlas en el bolsillo de su pantalón. En cuanto acabó con esta pequeña acción siguió a su hijo hasta la puerta, cerrándola con llave para que ambos pudieran tomar lo antes posible el tren para llegar al museo.


Mientras Larry despedía a los últimos empleados del lugar vio a Nick correr directamente al ala egipcia, esperando a que Ahk despierte para poder terminar lo antes posible con su trabajo y poder jugar con él.


<< Me parece que esta noche no voy a tener ni un momento a solas con él>>


Resignado ante la idea, termino de vestirse con una sonrisa. Le hacía feliz que ambos se llevaran tan bien, además, iba siendo hora de que su pequeño Nicky de contarle que ahora Ahk era su otro padre…claro que la idea le ponía demasiado nervioso, lo que ocasionaba que tratará de aplazarlo tanto como fuera posible.


Un rugido le hizo salir de sus pensamientos, originando que hiciera una mueca adolorida. Sacando una de las pastillas que guardo antes de llegar se la tomó, esperando que su dolor de cabeza no empeorará.


- Parece que ya estáis todos despiertos.


Varios gritos fueron la respuesta que obtuvo. Sin esperar más hizo su guardia como correspondía, hablando con varios de los presentes, divirtiéndose con ellos antes de que sus fuerzas menguaran considerablemente, obligándolo a sentarse para tratar de recuperarse un poco.


- Lawrence, ¿estás bien?


- Sí, solo estoy algo cansado.- Le sonrió a Teddy, quitando algo del sudor que tenía en su frente.


- Desde luego no tienes buena cara.


- Llevó unos días que no he podido descansar bien, es solo eso.


- En ese caso deberías de ir a dormir aunque sea un rato.


- No puedo, mi trabajo es cuidaros.


- Nosotros estamos bien y no queremos que enfermes.


- En serio, no es necesario.- Se levantó de forma lenta, estirándose.- podré descansar al amanecer, así que tranquilo.- Le dio unas palmaditas en la espalda, reafirmando lo dicho.


Lo que seguramente nadie espero fue que a la noche siguiente Larry no se presentará a trabajar, algo que dejo mucho más que inquieto a Ahkmenrah. La noche anteriormente se habían visto, notando que su pareja no se veía muy bien, pero al estar con su hijastro, por decirlo de algún modo, no se había podido acercar a él, averiguar lo que le ocurría. Y ahora esto le estaba carcomiendo por dentro de la pura preocupación.


- ¿Chicos? ¿Hola?- Esa voz tan conocida hizo que giraran para ver al chico de catorce años, que los veía a todos con alivio.- Menos mal que estáis bien.


- ¡Nick!- Antes de darse cuenta ya estaba rodeado por todos, pero sobretodo por Ahk que con una expresión más que preocupada sujetaba sus hombros de forma temblorosa.- ¿Y Larry? ¿Por qué no ha venido?


- Oh…eh…- Esa acción le había tomado por sorpresa, agitando un poco su cabeza se repuso lo antes que puso para tratar de calmarlos.- Mi padre no podrá venir en unos días, parece que ha cogido un resfriado.


- Estos días parecía sano.


- Bueno, al parecer estaba conteniéndolo por no preocupar a nadie pero lleva enfermo un par de semanas…se cree que incluso alrededor de un mes.- Frunció su ceño al recordar lo dicho por su madre.- Pero con unos días de descanso debería de estar bien. Seguramente a principios de la próxima semana ya esté aquí.


Eso les dejo sumidos en el silencio, viendo al faraón que estaba recto, con sus puños apretados viendo hacía ningún lugar, pensando en las palabras dichas por Nick. ¿Por qué Larry no le había dicho anda? Debió confiar en él, podría haberle ayudado.


- he venido a avisaros para que no os preocupéis, aunque no puedo estar mucho rato, van a mandar a un sustituto hasta que mi padre pueda venir otras vez.- Dando unos pasos se acercó a la puerta, despidiéndose de ellos.- Recordad que no os pueden ver moveros o podemos estar metidos en problemas.


- Lo sabemos Nick, dile a tu padre que se recuperé.


- Nick.- La voz del faraón resonó en el lugar, llamando la atención del nombrado.- ¿Se sabe por qué ha caído enfermo?


- Mi madre cree que es por estrés y no descansar bien.- Recordó lo que ella le dijo, repitiendo sus palabras.- Pero si no está bien para mañana o al menos representa alguna mejora lo vamos a llevar al médico.


 


Larry Daley era un omega (según su pareja) valiente, honrado, desinteresado, que siempre velaba por el bien de los demás. Lo que parecía que no sabía era que era un testarudo, que tenía sus propios miedos que no había forma de que se le quitarán. Y ahora, dos semanas después de que no fuera a trabajar a causa de su enfermedad, su ex – esposa junto a su hijo habían formado un plan a traición, engañándolo y aprovechándose de su debilidad para obligarle a ir al lugar que más odiaba: el hospital.


Al vislumbrar el hospital, no muy lejos de donde se encontraban en el coche y ver que se dirigían hacía allí hizo lo imposible por huir del vehículo, todo en vano que solo ocasiono que sintiera ganas de echarse a llorar. ¡Ya lo había pasado bastante mal en ese sitio como para volver a poner un pie ahí!


- Érica, déjame bajar ahora mismo.- Su voz sonó seria, con algo de inquietud.


- Ni hablar. Ya llevas de esa forma demasiado tiempo, es hora de que te vea un doctor.


- ¡Pero si no tengo nada! Solo es algo de cansancio y estrés, tú misma lo dijiste.


- Si fuera así ya te hubieras repuesto pero, ¿a qué no sabes qué? Estás peor que antes.


- Eso no es cierto. Es solo…que necesito un poco más de tiempo.


- Vas a ir te guste o no, así que deja de quejarte.


Tragó saliva de forma pesada al oír ese tono de voz, ese que odiaba con todo su ser pues sabía que no había manera de hacerle cambiar de opinión. Giró su mirada, desesperado, para ver a la actual pareja de su ex. Jamás creyó que le pediría nada pero esto…esto le superaba.


- Don, ayúdame.


- Lo siento, tío. Pero la decisión ha sido tomada, solo queda la resignación.


Ese era un más que sabio consejo, uno que ha sido dado a un hombre que trabaja en un museo donde cada noche toma vida, el mismo que se enfrento en el museo más grande del mundo a personajes malvados que trataron de destruirlo. La palabra resignación no estaba en su vocabulario.


Nada más aparcar el coche, Larry salió corriendo a todo lo que le daban sus piernas, oyendo como detrás de él iban los otros tres. Sabía que era infantil lo que hacía pero su miedo iba más allá de su propio racionamiento. Desafortunadamente no fue capaz de correr mucho cuando sintió un horrible dolor en su abdomen, uno que era igual a sentir un cuchillo rajando su carne desde dentro.


- ¡AH!


Sus manos viajaron al lugar que tanto dolor le causaba, cerrando sus ojos mientras lo apretaba en un vano intento porque se detuviera. El aire dejo de llegarle a los pulmones, ni si quiera era capaz de oír las voces a su alrededor, solo podía percibir ese abrazador dolor que le consumía hasta el alma, perdiendo el sentido sin ser capaz de poder evitarlo, solo pensando en su amante…a quien más deseaba a su lado en esos momentos.


 


Cuando despertó solo pudo percibir un techo blanco inmaculado, el desagradable olor a desinfectante por todo el lugar que solo lo marearon, casi haciendo que vaciará su estomago. Giró su mirada, tratando de ubicar a alguien conocido pero solo podía ver una máquina enganchada a su cuerpo, midiendo sus latidos.


- ¿Qué…paso?


- Te desmayaste.


Con algo de dificultad su mirada se posó en Don, quien le daba una sonrisa que trataba de despejarle las dudas, relajarlo, no obstante no estaba teniendo mucho efecto al recordar lo que ocurrió, ese dolor que cada día se le presentaba con más fuerza.


- ¿Y…los demás?


- Están esperando al doctor fuera, no te preocupes, en nada nos dirán lo que tienes.


- No.- Gimió tapando sus ojos con uno de sus brazos.- Odio los hospitales.


- Me he dado cuenta de ello aunque la verdad, no entiendo por qué.


Larry, muy amablemente, estaba dispuesto a enumerarle la infinita cantidad de motivos por los que odiar a un hospital y los médicos, cuando el mismo tormento había sido “invocado”, apareciendo por la puerta con su hijo y su ex – esposa siguiéndolo. Al levantar la mirada le dio una sonrisa amable, una que no fue devuelta a ese Alfa que tan mal rollo le daba.


- Buenas tardes señor Daley, ¿cómo se encuentra?


- Perfectamente, tanto que no sé qué hago aquí.


En respuesta a su forma tan malhumorada de hablar recibió un golpe en la cabeza, cortesía de la única Alfa femenina del lugar.


- ¡¿Cómo puedes decir qué estás bien cuando te desmayaste gritando?!


- Eso fue un…lapsus.- Trató de excusarse, alejándose de ese mortal puño que parecía dispuesto a darle otras vez.


- Señorita, hágame el favor de no golpear a mi paciente.- La forma ruda con la que hablo el otro hizo que esta se alejará, enfadado por la inconsciencia de aquel que consideraba un amigo.- Necesito hacerle unas preguntas, contésteme con la mayor sinceridad y exactitud posible, por favor.


- Vale.- Suspiro resignado, viendo la amenaza implícita en los ojos contrarios.


- ¿Le han dado más veces estos ataques?


- A veces.


- ¿Son con mucha frecuencia?


- No, antes eran una vez cada x tiempo pero ahora…me suelen dar cada dos o tres días.


- Entiendo.- Apunto algo en su libreta, asintiendo.- ¿Ha tenido sexo recientemente?


-…


Nadie dijo nada, esa era una pregunta demasiado íntima, sobre todo para cierto chico de tan solo catorce años que siendo sinceros no quería saber de la vida sexual de sus padres, eso era demasiado trauma. Los otros dos adultos por su parte, no entendían a que venía esa pregunta…el nombrado solo se había quedado en blanco.


- ¿Señor?


- Es una pregunta demasiado íntima, ¿no cree?


- Pero completamente necesaria. Por favor, responda.


- Sí….- Murmuro muy bajito pero a causa del silencio fue perfectamente oído.


- ¿Con mucha frecuencia?


- ¡Se está pasando!- Grito con los colores subidos por completo al rostro.


- Larry haz el favor de comportante que ya no eres un crío.- Le reprendió Érica.- Hazme el favor de contestar.


- Sí.- Murmuro a regañadientes, completamente colorado.


- ¿Con cuanta?


-…


- Larry…- La advertencia estaba implícita.


-….Todos los días.


En ese momento se tapo el rostro, deseando que la tierra se lo tragase mientras el doctor terminaba de hacer sus apuntes, levantándose para recoger los análisis que le habían llegado hacía unos instantes.


- Necesito hacerle una prueba, si me hace el favor de tumbarse.


Sin ninguna ilusión, menos prestándole atención, hizo lo que le pidió con los ojos cerrados, se negaba a ver la cara de alguno de los allí presentes. Sintió algo helado esparcirse por su torso, haciéndole saltar levemente antes de sentir una presión en él, obligándole a abrir repentinamente los ojos.


- ¡¿Qué está haciendo?!


Este no le contesto, estaba como buscando algo hasta que se detuvo en un punto fijo, ampliando la imagen. Fue en ese momento que Larry le prestó atención, abriendo los ojos sorprendido ante lo que veía. No podía ser…


- ¿Qué es eso?- Nick se acercó curioso, viendo la imagen.


- Eso…- Señalo una imagen borrosa con una forma extraña.- Es un feto de aproximadamente cinco semanas.- Se giró a ver al callado omega, quien mantenía su vista fija en la pantalla.- Felicidades, está usted embarazado.


Larry no podía creer lo que veía, su respiración estaba cortada viendo la imagen ante él. ¿Embarazado? ¿Estaba esperando un hijo de Ahk? ¡Oh, dios! ¡Estaba esperando un hijo de Ahkmenrah! ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Cómo se lo iba a decir? ¿Iba a aceptarlo o lo rechazaría? ¿Cómo iba a criarlo solo? ¿Y cuándo le preguntará sobre su otro padre?


Demasiadas preguntas y ni una sola respuesta, su mente giraba sin control, sentía cómo su pulso aumentaba drásticamente, un ataque de ansiedad.


- Tranquilícese.- El médico, al ver esto trato de calmarlo, siendo acompañado por las personas que habían traído al omega.


- Larry, tranquilo. Es una noticia maravillosa, ¿no crees?- Don trataba de hacerle ver lo bueno, aunque no parecía que funcionará mucho.


- Debes calmarte, hazlo por tu bebé.


<< Bebé…mi bebé>>


Sus temblorosas manos se posaron sobre su húmedo vientre, sintiendo la casi imperceptible hondura que había en él, el lugar donde estaba creciendo una criatura indefensa, que dependía completamente de él.


- ¿Los dolores son típicos del embarazo?- Nick era curioso en este tema, nunca antes había tenido la idea de ser un hermano mayor y ahora la idea no estaba muy lejos de la realidad.


- Este tipo, no.


Con cuidado limpio el vientre contrario, sin olvidar sacar una foto del feto pues normalmente los embarazados lo pedían, aunque en este caso la madre estaba en shock, pero siempre era bueno prevenir.


- ¿Le pasa algo a mi bebé?- Sus manos se cerraron entorno al lugar, preocupado.


- ¿A estado tomando medicamentos?


- Sí, yo…no me he sentido bien. Me dolía mucho la cabeza.


- No puede tomar ningún tipo de medicina a menos de que se la recomendemos, puede ser perjudicial para el bebé.- Le vio por unos instantes antes de pasar a escribir algo.- Su cuerpo ha estado rechazando al feto, a veces se dan casos así en el que el cuerpo trata de abortar de manera natural. Le aconsejo que se mantenga en reposo y venga cada día por al menos tres semanas, hay que mantenerlo vigilado muy de cerca para evitar que ese aborto se llegué a dar. Si no hay problemas en ese tiempo, podrá tener un embarazo normal.


Tras terminar de hablar le tendió un papel con las citas correspondientes y las medicinas que podría tomar, al menos durante un tiempo.


- Procuré no tener estrés y descansar de forma adecuada. Si necesita pedir la baja en su empleo durante tiempo indefinido venga a verme. Claro, todo esto suponiendo que vaya a tenerlo.


- Lo tendré.


- En ese caso nos veremos mañana.


Larry cogió el sobre donde estaba la foto de la criatura que empezaba a crecer, acariciándola con sus dedos, antes de ver todas las recomendaciones que estaban escritas sobre cómo llevar su embarazo. El viaje en el coche había sido en silencio, al menos los primeros minutos.


- Larry, ¿quién es el padre?- Érica no estaba dispuesta a dejar que nadie le dañara, después de todo aún lo apreciaba.


- Alguien que conocí y con quien mantengo una relación.


- ¿Tiene pensado marcarte? O mejor dicho, ¿se hará cargo del bebé?


- Yo…tengo que decírselo.


- Larry….


- Cariño, basta.- Don la paró, acariciando su mano.- No lo atosigues. Él sabe lo que hace y en todo caso…siempre tendrá nuestro apoyó.


Larry lo sabía, lo sentía, pero eso no significaba que las cosas a partir de ese momento fueran a ser sencillas, iban a ser duras y mucho. La primera prueba estaba esa noche, pues por mucho que insistieran en que no fuera, iría a trabajar…para verlo y decirle la noticia. Solo esperaba que no le diera un ataque de pánico antes de poder decirle que iban a ser padres.


 


Cuando la noche cayó y Rexi dio el rugido de vuelta  a la vida, Larry aún no había reunido el valor suficiente para salir, temblaba llenó de pánico. Lo único que podía hacer era apretar los papeles contra su pecho, rezando interiormente para que a Ahk le gustará la noticia porque sino…no iba a saber cómo volver a enfrentarlo, cómo iba a poder cuidar del bebé solo. Aunque en realidad, acabaría haciéndolo solo…pues por mucho que Ahk volviera a la vida solo eran unas horas en las noches, eso iba a volverse muy complicado con un bebé en camino.


<< Vamos, Larry. Deja de pensar en esas cosas, es hora de demostrarle al mundo porque somos valientes….o eso es lo que dice Ahk>>


Con una cantidad considerable de autoestima y pánico enfundada en su cuerpo, salió al pasillo para ver a los extrañados miembros del museo de que no hubiera llegado todavía el guardia de turno, parecía que no lo habían notado.


- ¡Ey! ¿Ya me habéis olvidado?- Sonrió, tratando de animarse mientras buscaba con su mirada a Ahk.


- ¡Lawrence!


- ¡Larry!


No fue necesario mucho tiempo para tenerlos a todos a su alrededor, haciéndole mil y una preguntas sobre su estado de salud. Él se dedicaba a decirles que estaba bien, aunque no le creían del todo, primero olía extraño y segundo estaba demasiado pálido mientras buscaba a su pareja. Lo mejor iba a ser darle aunque sea una noche de tregua.


- Seguramente estará en su alá, puedes ir a buscarlo mientras nosotros nos hacemos cargo del museo.


- ¿Eh?- Salió de su ensimismamiento, sonrojándose al ver que Sacagawea lo había leído – la perfección.- No es necesario, yo lo haré.


- ¡De eso nada gigantón!- Jed, desde la cabeza de Dexter quien a su vez estaba sobre Atila, lo veía con desaprobación.- Acabas de volver de un retiro de dos semanas, nosotros nos haremos cargo por hoy. Tú descansa y ve a ver a tu amante, no hay quien lo soporte de lo preocupado que esta.


El resto se pusieron a favor de la pequeña miniatura. Prácticamente sacándolo del lugar para que lo buscará. Lo cierto es que Larry habría preferido un poco más de tiempo antes de enfrentarse a él, aún no se sentía listo. Claro, que la decisión de decirle la verdad ese mismo día había sido suya así que no se podía quejar ahora. Pasando de forma nerviosa su lengua por sus labios, vio a los chacales que le permitieron el paso, sus ojos fijos en él, interiormente rezaba para que no hubiera problemas


- ¿Ahk?- Su voz sonó suave, llamando a su pareja, sin recibir respuesta alguna.


Al adentrarse un poco más en la tumba sintió como lo abrazaban con desesperación por atrás, fue en ese instante que sintió el aroma de su pareja llenarlo por completo, suspirando complacido por ello.


- Larry…- Su voz sonaba desesperada, dándole la vuelta para quedar ambos de frente, acariciando su rostro antes de besarlo con ansiedad, como si tuviera miedo de que todo fuera una ilusión.


- Perdóname.- Murmuro cuando se separaron, odiaba verlo de esa forma.- NO quiso preocuparte, yo…


- ¿Estás bien?- Le cortó, acariciando su cuerpo en busca de algún tipo de herida.- ¿Qué te pasa?¿ ¿Por qué hueles diferente’ ¿Qué tienes?


- Yo…- Su voz tembló un poco, sintiendo un nudo en la garganta. No puso cómo fue capaz de deshacerlo, apretando su mano con la contraria.- Tenemos que hablar.


La forma seria con la que lo dijo le hizo saber al faraón egipcio que era un asunto importante, que su pareja tenía miedo y que necesitaba de él más que nunca. Fue entonces que su angustia creció como no lo había hecho en esas dos semanas donde casi se vuelve loco, regresando con más intensidad. ¿Qué tenía la luz de su vida? ¿Era algo grave? ¿Se iba a…morir? ¡No! Él jamás permitiría que la muerte los alejara, aunque para lograrlo tuviera que encerrarlo, siempre cerca de él.


Ambos estando en una completa situación de pánico, pensando lo peor en los peores escenarios posibles, se sentaron uno frente al otro, acariciando sus manos antes de comenzar a hablar.


- Hoy…he ido al médico.- Al decir esto tomó aire, sintiendo el apretón lleno de ánimos de su pareja.


- ¿Qué te ha dicho? ¿Es…algo que tenga cura?


- Necesito…que me dejes hablar.- Susurro, viendo sus ojos antes de volver a apartarlos.- Que no me interrumpas, esto…es difícil para mí.


- Está bien.- Su voz tembló pero debía ser fuerte, por los dos aunque interiormente estuviera volviendo a morir.


- Cuando llegué me empezó a hacer varias preguntas, tomando muestras de sangre y haciéndome varias pruebas… ¿sabías que la medicina hoy en día está muy desarrollada?- Lamió sus labios en una risa nerviosa, empezaba a sentir como sus manos sudaban, sin ser capaz de verle a los ojos.- No tardamos demasiado en saber lo que tenía…no es algo malo.- Se apresuro a decir al ver la tensión en el cuerpo contrario.


- Entonces, ¿qué es?- Su mano subió hasta la mejilla contraria, acariciándola con su pulgar.


- No es malo dependiendo cómo se vea.- Continuo sin prestarle atención.- Yo…Yo estoy…


- ¿Estás…? ¡¿Estás qué?!- La tensión le estaba volviendo loco.


- Embarazado.


Fue un simple susurro, uno captado por el faraón que no pudo hacer otra cosa más que abrir sus ojos de par en par. ¿Había escuchado mal? ¿Su Larry estaba esperando una cría? ¿Una de los dos?


- Es por ello que mi olor es diferente, porque también está presente el que empieza a ser suyo.- Continuo sin saber el conflicto interno que tenía su pareja.- Al parecer mi cuerpo ha estado rechazando la criatura por ello no era a penas capaz de estar consciente y la causa de los dolores, mi cuerpo estaba tratando de hacer un aborto natural. Pero he tomado los medicamentos que me han dado y si sigo las recomendaciones todo debería de ir bien.


-…


El silencio de su pareja lo estaba matando muy lentamente.


- Claro que entiendo que esto no era algo que ibas buscando ni…ni que desearás.- Se apartó de él, tratando de calmarse y no entrar en un ataque de pánico por su bebé.- Yo puedo hacerme cargo de esto solo….pero…yo….


- ¿Estás esperando un hijo mío?- Esos pozos negros lo taladraban, haciendo que mil sensaciones se posarán sobre su pecho.


- Sí…


Antes de darse cuenta estaba entre los brazos contrarios, recibiendo un beso dulce y delicado. Sin poder evitarlo correspondió el contacto, acariciando su pelo.


- Jamás creí que llegaría este día.- Murmuro el egipcio con una radiante sonrisa.- No tienes ni idea de lo feliz que estoy.


- Ahk…- El alivio era inmenso, parecía que al final la noticia les hacía felices a los dos.


- Pero… ¿seguro que estás embarazado?- La duda empezaba a ser presente en su voz, temeroso.


- Sí.- Le sonrió acariciando su mejilla, cogiendo el sobre que dejo a su lado antes para mostrarle la imagen.- Esta es la ecografía que me hicieron, aquí…- señalo una pequeña forma.- Este es nuestro bebé, está creciendo dentro de mí.


Ahkmenrah vio fascinado la imagen, sus manos viajando al vientre de su pareja para retirar la ropa que lo cubría, viendo la pequeña curvatura en esta. Sus manos temblaron un poco al acariciarlo, su sonrisa no podía ser más grande.


- Realmente tendremos un hijo…


Un último beso fue testigo de su gozo, había mucho de qué hablar, mucho que planear, mucho que preparar…pero lo primordial era disfrutar del momento, de saber que estaban por formar una familia con la persona a la que más amaban en ese mundo.

Notas finales:

Bueno, ¿qué tal? Creo que ha quedado bien, un poco de drama nunca esta mal, los miedos e inseguridades...además de que eso me sale solo XD.

¡Ay, mi parejita! Cuantos problemas es llegan con esa nueva personita XD.

Espero que nos veamos el próximo martes (esta vez no me retrasaré), ¡hasta pronto!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).