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Momentos en familia por Ayumi Kuran

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Notas del capitulo:

¡Hola, holita! Tal y como prometí hoy tenemos un nuevo capítulo, un momento más en la vida de este par que tanto a enamorado. Espero que os guste nwn

Celos, una palabra llena de significado, ¿qué significado? Es aquella que abarca varios sentimientos nada positivos para una relación, que cortan las alas de una de las dos partes de la pareja y además demuestra la inseguridad que esta profesa. Entonces, ¿por qué hablamos de celos?


Larry odiaba admitirlo pero era alguien celoso, había sufrido bastante a lo largo de su vida, recibiendo golpes constantes en los que le arrebataban a personas importantes para él o hacían trizas su corazón para ser consciente de que le podía volver a pasar en cualquier momento, sobre todo cuando había alguien que coqueteaba sin descanso con tu Alfa.


Hacía apenas una semana que había llegado un nuevo muñeco de cera al museo, era justamente uno que representaba a una de las emperatrices más importantes del Antiguo Egipto: Cleopatra. Era una omega refinada y coqueta en todo el sentido de la palabra, se supone que en la historia siempre se la emparejo con Julio César pero esta parecía tener una obsesión irrefrenable con Alfas como su pareja: fuertes, determinados y caballerosos. Pero la cosa la incitaba aún más si estos resultaban ser también egipcios, todo esto llevo que cuando se enteró de que él fue gobernante de Egipto…se lanzará como un lobo hacía él.


Su coqueteo no paraba, cada noche lo hacía en cada ocasión que podía, no importaba si Ahk estaba con otra persona, al momento interrumpía para obtener su atención. ¿Cuántas veces había visto su tiempo interrumpido por esto? ¡Demasiado! Más específicamente cada noche desde que llegó. Eso hacía mermar la seguridad que tenía, que era poca sea dicho de paso, ya incluso la había visto recurrir a otros métodos de seducción propios de una zorra. Había restregado sus pechos en su brazo, lo había devorado con la mirada e incluso se le había insinuado muy directamente. ¿Y Ahk? ¡Él no había hecho nada! Solo le sonreía, hablando con ella como si nada, incluso había pasado de él solo para que ambos se quedaran juntos.


Eso le había dolido a Larry, quien había pensado que al ser reclamado como su pareja le daría crédito, lo protegería y estaría siempre a su lado, como le había hecho entrever desde que pasaron su primera noche juntos en una situación muy íntima. Pero parecía que se había equivocado, eso le hacía sentir como un estúpido.


Sus puños se cerraron con fuerza en sus pantalones al ver como esos dos estaban juntos una vez más, la otra estaba casi gimiendo mientras se restregaba con el Alfa, este aceptaba eso sin decir nada, solo sonriendo mientras pasaba de él. Eso solo le hizo ver su error, uno que él mismo se había visto negando a repetir.


Aparto su mirada de ambos, decidido a olvidar lo que esos dos estuvieran haciendo mientras revisaba que todo estuviera bien por el museo, algo que parecía estar con calma, se alegraba de que por fortuna hubieran pasado a llevarse bien. Sus pasos le llevaron a la sala de miniaturas, una de las que más problemas le dieron en el pesado. Si cerraba sus ojos un momento podía recordarlo y…


- ¡Ah!


¿Eso había sido un gemido?


Sus ojos se abrieron, caminando por el lugar hasta que se quedo unos segundos en shock antes irse del lugar corriendo con las mejillas rosadas. Se sentía avergonzado al haber visto a Octavio reclamar a Jed como su omega. Definitivamente, esas eran cosas que no quería ver, al menos no la práctica.


Deslizándose de forma magistral por el museo (aún con todos sueltos haciendo lo que les apetecía), una habilidad que había tomado en todos esos años que llevaba trabajando ahí, llegó al piso de arriba, pudiendo tener una fuente panorámica perfecta de todos. Sobre todo de cierta pareja indeseada para él.


 


Durante los próximos días había decidido que si Ahk no le respetaba como su pareja que era y estaba dispuesto a dejarlo (o hacerlo parte de un harem, algo que jamás permitiría), decidió que él tampoco tenía por qué serle fiel. Fue de esa manera que durante el día se veía frecuentando ciertos bares, coqueteando y llamando la atención de los alfas de forma disimulada, pasando tiempo con ellos y pegándose su aroma en su cuerpo, aunque este fuera escaso. Aunque su relación se forjo con rapidez con uno en específico que era el que le pegaba todo su olor, casi parecía que le pretendía. Algo que Larry comprobó un par de días después. Él había aprendido que las parejas solo te hacán daño, que no debía tener una…pero aún así se quedaba junto al otro hasta que ese decidiera que quería marcarlo, en ese momento se marcharía de su lado.


Cuando en la noche entró en su puesto de trabajo (dos horas después de las que debía) no pudo evitar maldecirse por lo bajo al haberse retrasado tanto, aunque eso pronto se borró de su sistema al sentir los labios de su pretendiente contra los propios, estrechándolo en sus brazos. Sus manos se posaron en su pecho, con un breve rubor en sus mejillas.


- Espera.- No sabía de dónde saco fuerzas para hablar.


- ¿Por qué?- Mientras decía esto besaba el cuello contrario, haciéndolo suspirar aunque él solo podía imaginarse a otra persona tocándolo.


- Tengo que hacer la ronda.- Murmuro bajito.


- Puede esperar.- Gruño para subir hasta sus labios, dándole un tierno beso.- Déjame amarte esta noche.


- Tengo que hacerlo…no tardaré.- Para acabar con su respuesta le dio un pequeño pico en sus labios, saliendo de sus brazos para cumplir con su trabajo.


Larry estaba convencido de que Teddy había puesto orden esas horas en las que había estado desaparecido y no se equivoco pues todos estaban como siempre…más o menos. Tenían un comportamiento extraño, como si hubiera algo que les molestará, eso hizo que su ceño se frunciera. Preocupado bajo hasta ellos, acercándose hasta Colón para hablar con él pero nada más dar un paso en su dirección este prácticamente había huido, como los demás. Todo esto hizo que él acabará en medio de la sala, solo mientras que los demás se apretaban entre sí contra la pared. Esto le molesto, mucho.


- ¡¿Se puede saber qué está pasando?!- Sus manos se posaron en sus caderas, enfadado.


- No es nada Lorence…no tienes de que preocuparte.- Teddy trataba de quitarle importancia al asunto pero él no le creía.


- Sabes que no te creo, ¿verdad?- Su ceja se alzó.


- Dice la verdad.- Sacagawea salió en su auxilio, abrazándose a él.- Solo es un juego.


- ¿Qué juego?- La vio de forma suspicaz.


- Tenemos que huir del primero que entré en la sala, el que sea atrapado debe hacer de cazador.- Ambos lo dijeron a la vez, haciendo que se calmará y descruzara los brazos.


- Ya veo, entonces os dejo seguir jugando.


Les regalo una tierna sonrisa antes de darse la vuelta, caminando directamente hacía su sala, no le interesaba ver a Ahkmenrah o a Cleopatra, había optado por fingir que esos dos no existían.


- Te extrañe


Sintió unos brazos rodearle, haciendo su cuerpo chocar contra la puerta. Sus ojos azules recorrieron el rostro de ese atractivo hombre que parecía loco por él, atrayéndolo a un beso mientras enredaba sus piernas en las caderas contrarias, notando como lo alzaba para caminar directamente al sofá, dejándolo acostado ahí. Sus labios llegaron a su oreja, diciéndole promesas de amor para después pasar a bajar, besando cada rincón de su piel de forma tan tierna que le hacía estremecer hasta el alma, convenciéndose de que él sería el Alfa que había destinado para él, el que había esperado toda la vida. Poco a poco había empezado a bajar por su cuerpo, lamiendo su cuello mientras retiraba su camisa, dejándola caer al suelo.


- Larry…- El nombrado estaba agitado, viendo como el otro hombre se apoyaba en sus brazos para verle a los ojos, con ilusión, adoración y amor.- ¿Me dejas…marcarte?


Por un instante recordó cómo fue que Ahk lo había marcado pero pronto esos pensamientos desaparecieron de su mente, acercando al otro en un sueve beso, mordiendo su labio inferior.


- Hazlo.


Estaba decidido, iba a olvidar al borrico que se había robado su corazón, solo cerrando sus ojos para notar como el otro se concentraba en su cuello, lamiéndolo y preparándolo, rozando sus colmillos en todo su esplendor contra su cuello pero no lo sintió…no sintió como le mordía ni si quiera el calor de su cuerpo contra el suyo. Al abrir sus ojos sintió la sangre irse de su rostro, temblando al ver la ira tan grande que poseía en esos momentos Ahk, casi podía jurar que había llegado a la locura.


- ¡¿Qué mierda crees que haces?!- Usando toda su fuerza lanzo el cuerpo del otro Alfa contra la pared, quebrándola e incluso atravesándola, haciendo que le cayeran en esos momentos los escombros encima.


- ¡Jake!- En ese momento quiso levantarse para socorrerlo, pero un fuerte empujón le hizo caer en su sitio.


¡Plaf!


Los ojos de Larry estaban desenfocados, sintiendo la sangre bajar por su labio ante la guantada que le acababa de pegar su “pareja”, lastimando su corazón más que de forma física.


- ¡Eres una maldita zorra!


La ira brillaba en él, volviendo a pegar a su pareja. ¿Cuánto tiempo le estuvo golpeando? No lo sabía, solo podía ver la sangre fluir por él, escuchando los insultos que le dolían hasta lo más profundo de su alma.


- ¡No sé por qué te tomé como mi pareja!- Renegó el faraón, levantándose y alejándose del otro.- ¡Nunca debí hacerlo!


- ¡No eres mi pareja!- Grito ya desesperado, levantando su mirada brillante de rabia.


- ¡No me levantes la voz!- Vio como levantaba la mano y él no se movió ni aparto la mirada, recibiéndola sin quejarse o mostrar dolor.- ¡Claro que eres mi pareja, te marqué!


En ese momento Larry se puso en pie, riendo mientras lo veía, desconcertándolo pero pronto la rabia brilló aún más.


- ¿De qué te ríes?- Siseo


- De lo iluso que eres.- No le dejo hablar cuando le mostró su cuello, donde le marcó…no había nada, esa marca jamás debía de desaparecer.- Estas muerto, ¿recuerdas? En la noche estas vivo pero con los primeros rayos del sol vuelves a la tumba y la marca desaparece. Yo no soy tuyo, ni lo seré nunca.


No le dirigió ni una sola mirada, le rehuyó para salir corriendo del Museo, cerrando de un portazo sin importarle nada.


La bronca que se llevó cuando contó lo que hizo fue monumental pero no le importó, solo veía de forma ida por la ventana dando por renunciado en su trabajo, no pensaba volver allí. Y para evitar tener que ir aunque fuera por el día, le pidió a su hijo que fuera a recoger sus cosas, algo que Nick hizo sin preguntar nada al ver lo afectado que estaba su padre.


 


Nick llevaba un par de cosas con las cosas de su padre, acercándose hasta la figura de Teddy, frunciendo su ceño al verlo.


- ¿Qué habéis hecho, Ted?- Pregunto en un susurro, sabiendo que el otro lo escuchaba.- Sea lo que sea…esta ya es la despedida oficial.


Con una sonrisa triste recorrió todo el museo, despidiéndose de todas las figuras que en este había, la que más le costó fue justamente la de Egipto, viendo con curiosidad la figura de Cleopatra antes de dirigirse a Ahkmenrah en pequeños susurros.


- Hola faraón, vengo a despedirme.- Susurro sin que nadie lo notará, sabiendo que su interlocutor tenía un gran oído.- Esta es la última vez que vendré o que lo hará mi padre…supongo que este trabajo no era el suyo. Solo quería darte las gracias por todo.


Una sonrisa se posó en sus labios, dándose la vuelta para salir oficialmente del lugar, llevándose las cosas a su casa ya que su padre le dijo que no estaría visible en un tiempo. Suponía que no lo quería ver llorar, por ello no se quejo solo…mantuvo las distancias pedidas.


 


Ahkmenrah llevaba dos semanas sin ver a Larry, se notaba depresivo y más solo de lo que jamás estuvo en esos cincuenta años. No supo cómo es que su relación había acabado de esa forma, parecía que todo iba bien pero…ya no.


- Larry.


Su suspiro fue al viento, sintiendo las lágrimas descender por sus pómulos, ya no aguantaba, necesitaba verlo. Sin pensar en nada más se escapó del museo, recorriendo las calles hasta llegar al lugar donde el olor del otro era más fuerte, entrando por la ventana para verlo acostado, su rostro estaba deshinchado, abrazado a una almohada mientras dormía en calma.


- Larry…


Su mano se posó en la mejilla ajena, levantándolo…en ese momento trato de huir de él y eso le dolió, como nada jamás lo hizo, logrando que derramará silenciosas lágrimas una vez más.


- Perdóname.- Susurro viéndolo, poniéndose de rodillas.- Lo siento yo…no me controlé. Te juro que jamás volveré a hacerlo…por favor…vuelve conmigo.


- ¡Estás loco!- Le grito desesperado, alejándose.- Primero me reclamas, me golpeas y ahora… ¿quieres que lo olvide todo? ¡Eres un demente!


- Sé que no debí pero…- se puso en pie, viéndolo antes de apretar sus puños.- La ira me domino al ver a ese tipo tocarte. ¡No podía permitirlo!


- ¡¿Y a ti qué más te da si ya estabas con otro omega?!- Le grito, sintiendo como sus sentimientos se desbordaban.


- ¿Otro…omega?- La extrañeza se dibujo en su rostro, confuso.- Yo no me he tocado a ningún otro omega.


- No me mientas.- Siseo.


- No lo hago.- Lo veía sin entender, perdido.- ¿A qué omega he tocado?


- Cleopatra.- Gruño apretando sus puños, retrocediendo.- Mejor vete con ella y déjame en paz.


Al entender de qué iba la cosa, sonrió. Corriendo esos pocos pasos que le separaban para abrazar a Larry de las caderas, no dejando que se alejará de él.


- Lo hiciste por celos.- Susurro con la felicidad pintada en su ser, viendo al otro apartar la mirada, tratando de quitárselo de encima.- No debiste de ir con otro…yo no siento nada por ella, solo le seguía el juego.


- ¡No debiste hacerlo!- Le reclamo.


- Larry, dejaré de verla si te hace sentir mejor.- Acarició con una de sus manos su mejilla.- sé que te he hecho daño pero no volverá a pasar nunca, tú estás hecho para mí, jamás te volveré a poner la mano encima. Te doy mi palabra.- Su frente se apoyó en la suya.- Por favor…dame otra oportunidad.


¡NO!


Eso era lo que debía de gritar pero su ser le gritaba otra cosa, haciendo que se confundiera sin ser capaz de decidirse hasta que optó por hacerle caso a su omega interior por última vez.


- Está bien…pero es la última.


Un beso selló esa promesa, olvidando todo lo demás hasta que ambos tuvieran que regresar al museo antes de la caída del sol, uno para no convertirse en polvo, el otro para recuperar su trabajo.

Notas finales:

Bueno, ¿qué tal? ¿os gusto? ¡Espero que sí! nwn.

Bueno, como ya dije antes cada semana habrá un nuevo capítulo, así que...nos vemos el próximo martes!


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