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Mirai Nikki (Percico) por Caterin Eliet

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Percy POV

Dos semanas.

 Ya habían pasado dos semanas desde el incidente en la secundaria. Los bomberos llegaron a tiempo para apagar el incendio y sacar a todos de ahí, entre ellos Nico y yo. 
En el transcurso de la semana las cosas han estado tranquilas, los heridos salieron del hospital, empezaron a reconstruir la escuela, investigar para encontrar al culpable -suerte, se desintegró- y mi madre me anotó a otra secundaria, a la cuál va la mayoría de mis antiguos compañeros. No he tenido señales de otros usuarios, pero Nico dice que no me confíe demasiado.

 Y ahora que menciono a Nico: va a mí misma clase en la nueva secundaria, es callado como siempre pero ahora se la pasa a mi lado todo el tiempo. No me malinterpreten, no me cae mal e incluso le debo la vida, pero desde siempre he tenido la impresión de haberlo visto antes, y además...cada vez que lo veo no puedo evitar recordar el beso. Tengo entendido que es italiano, quizás sea algún tipo de tradición en plan "¡El beso de la muerte en caso de que no logré ayudarte!". Suena muy estúpido. No lo sé, no me he atrevido a preguntarle.

 Aunque tampoco podía negar que sintió bien... ¡¿En qué estaba pensando?!

—Hey, Jackson ¿estás ahí?—mi nuevo amigo estaba chasqueando sus dedos frente a mi cara.

Leo Valdez: Estatura promedio, tez media, cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Es un chico bastante animado e hiperactivo, siempre intenta hacer reír a todos para que la clase no sea un agobio. Sin duda alguien genial.

—Perdona, estaba pensando.

Él se rio por lo bajo—dos por tres estás con la cabeza en las nubes, ¿en qué tanto piensas?

—En nada importante realmente—soy parte de un juego de supervivencia por lo que tengo que pelear a muerte contra 10 personas—, todo está bien—aseguré. Seré mentiroso.

—Jackson, Valdez...—advirtió el profesor, cuya presencia se me hacía inexistente hace unos segundos.

—Perdón—murmuré y me incliné sobre mi carpeta pretendiendo escribir.

 Mi vista se centró inmediatamente en Nico, se encontraba tomando apuntes levantando de vez en cuando la cabeza para mirar la pizarra. Siempre que estaba concentrado fruncía el ceño y jugaba con su pelo. Se veía realmente adorable cuando lo hacía.

....Estudiar afectaba mi cerebro. Sí, debía ser eso.

--

 A la hora del recreo, Nico no tardó ni un minuto en alcanzarme. Creo que se estaba tomando muy enserio lo de protegerme.

"Yo puedo protegerte, Percy", ¿por qué querría protegerme? Él también era parte del juego, sería más fácil matarme, ¡no es que lo quisiera! pero sería lo más lógico.

—Percy, ¿te encuentras bien? Te ves un poco distraído—comentó.

—Solo...preocupado.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué? —recalqué su pregunta— ¿necesitas qué te recuerde en que estamos metidos? No entiendo cómo estás tan tranquilo. Has estado concentrado toda la clase como si nada pasará.

—Sí, pero...—paró y me miró—, ¿estuviste mirándome toda la clase?

—Este, yo... —sentía como la cara me ardía—. No, no...hem, de todas formas—recuperé la compostura—, quizás debería ver el diario para estar seguro—metí mi mano en el bolsillo para tomar mi celular.

 Nico abrió los ojos de par en par y con un movimiento rápido frenó mi brazo, quedando muy cerca de mí. Su cara estaba a pocos centímetros de la mía, sin embargo, se veía molesto.

— ¿Qué crees que haces?—inquirió—revisar tu diario en cualquier momento es peligroso—susurró.

— ¿Lo siento?

—Protegerte me costará la vida—murmuró por lo bajo.

—Sí, sobre eso...—paré cuando sentí que alguien tocaba mi hombro.

Al voltearme me encontré con una chica. Alta y delgada con el cabello pelirrojo rizado, cara pecosa, y unos preciosos ojos verdes. También tenía unas manchas de pintura en la cara.

—Hola. Ustedes son los nuevos, ¿verdad?

—Hem...sí.

—Soy Rachel. Rachel Elizabeth Dare—tendió su mano hacia nosotros—. Es un gusto conocerlos.

 Le sonreí estrechando su mano—igualmente. Soy Percy—miré a Nico, para que saludará, pero él tenía la vista en el suelo—y, él es Nico, no habla mucho.

—Descuida—sonrió—. Soy la jefa del club de arte— ¿existe un club de arte?—y la encargada de mostrarle la institución a los alumnos nuevos—también deben obligarla a hablar formal.

— ¿Eso no se hace el primer día?—la voz de Nico sonaba más grave que de costumbre.

—Así es, pero ayer no pude venir. Pueden negarse de todas formas.

—Yo no. Gracias—murmuró Nico.

—A mí me gustaría—dije. Él levantó su mirada hacía mí— ¡nos vemos luego! —me despedí antes de que pudiera protestar. No quería ser malo con él, solo necesitaba pensar.

--

Rachel me mostró el instituto enteró en tan solo 10 minutos. Debe estar acostumbrada a esto. Sinceramente, no le presté atención a la escuela, estaba más enfocado en ella. Era muy agradable y divertida, incluso cuando pasamos por el club de arte me mostró algunos de sus cuadros. Tenía un talento innato.

 La campana sonó justo cuando terminó el recorrido.

—Bueno, tienes que ir a clases. Espero verte luego, Percy—se despidió.

—Eso espero. Gracias por el recorrido—agradecí y entré en mi curso.

Leo estaba hablando con Jason animadamente, y Nico...no estaba. Me acerqué a mis amigos.

—Oigan, ¿han visto a Nico?—inquirí.

Leo se encogió de hombros, en cambio Jason habló—. No estoy seguro, vino y recogió sus cosas. Iba a preguntarle qué pasaba, pero... se veía furioso.

— ¿Qué le habrá pasado? —pregunté más para mí que para el resto.

—Todos a sus asientos—ordenó el profesor y no me quedó de otra que obedecer.

 No puedo decir gran cosa de la clase, ochenta minutos de aburrimiento sobre temas que no comprendo. Además, si soy sincero, estuve todo el tiempo pensando en Nico. Él se veía bien, ¿por qué de repente se había ido? No se habría enfadado conmigo, ¿verdad?

No pensaba quedarme con la duda. Sin embargo, ¿por qué me importaba si estaba molesto conmigo? No, no me importaba, él era parte del juego, podría haber pasado algo importarte. Por eso necesitaba verlo.

-

Al salir de la escuela me dirigí hacía su casa, sabía dónde quedaba porque lo acompañé un día, por lo que no me fue difícil ubicarme.

Iba a tocar el timbre cuando la puerta se abrió enfrente de mí.

—Hola, Percy. Te estaba esperando—me mostró una gran sonrisa.

—Pero, ¿cómo sabías...? Ah sí, el diar.-—Nico tapó mi boca y me hizo entrar en la casa— ¡¿Qué haces?!

—No uses el diario, ni siquiera lo menciones—me regañó.

—Oh, pero tú si puedes usarlo, ¿no?—me crucé de brazos.

—Estoy dentro de casa, es seguro—bajó la mirada—. Solo intento protegerte—parecía triste de repente.

—Hey, está bien, ¿sí? Perdona. Aún estoy un poco alterado con todo este asunto.

—No hay problema—volvió a sonreír y de alguna extraña manera me sentí mejor— ¿a qué viniste?

—Pues...te fuiste de la escuela sin ningún aviso, quería saber porque—le expliqué.

—Oh, eso...tenía algo importante que hacer. Mi padre llamó para que me dieran permiso por lo que no hay problema, si eso es lo que querías saber—vaciló.

—Jason dijo que te veías enojado, ¿pasó algo malo?—Insistí.

—No, todo está en orden—pasó la vista por la sala— ¿te quieres quedar un rato?

—Claro—acepté.

El padre de Nico estaba trabajando y mi madre no tenía problema. así que, ¿por qué no?

 Nos pasamos la tarde comiendo dulces y jugando videojuegos, en los cuáles era realmente malo por cierto. Lo único que me inquietaba un poco es que Nico dos por tres miraba la puerta de su habitación, como si algo pudiera salir de ahí dentro.

— ¡Otro punto para mí!—festejó después de patear mi trasero por décima vez.

— ¡Oh, por favor!—me puse de pie— ¿cómo lo haces?

Se rio. Tenía una linda risa—.Práctica, no es tan difícil

—Es injusto—dejé el control.

—No, no lo es—dijo dándome unas palmaditas en el hombro.

Un teléfono comenzó a sonar al fondo de la casa, la cocina creo—, ya vuelvo—dejó el control arriba del televisor y se fue.

 En lo que él volvía me recosté en el sofá mirando a la nada. No lograba sacarme de la cabeza el cuarto de Nico, por algo lo miraba a cada rato, como si hubiera algo ahí adentro que no debería ver. Quizás, una mirada rápida para aclarar mis dudas, no le haría daño a nadie.

 Me puse de pie, vigilando que Nico no me viera, y caminé despacio hasta la puerta. Un escalofrió recorrió mi cuerpo antes de girar la perilla.

 No podía creer lo que veía. Uno pensaría "Estás exagerando. Debe ser solo un cuarto de un adolescente común y corriente". Claro, si común y corriente implica tener fotos mías pegadas en la pared; yo en clases, caminando, en los vestidores del colegio, durmiendo, ¿cómo consiguió eso? Pero eso no era lo peor de todo. Rachel Elizabeth Dare, la chica con la que había estado hoy, estaba tirada en el suelo con cortes en los brazos y una jeringa al lado.

Escuché los pasos de Nico detrás de mí.

—Te lo puedo explicar, Percy...—podía sentir su respiración en mi hombro.

 Me volteé y di unos pasos hacia atrás— ¿explicarme...? ¿vas a darme una razón lógica por la que tienes fotos mías en tu pared?—iba a decir algo pero lo interrumpí—. No, más importante, ¡¿por qué tienes a una chica muerta en tu cuarto?!

—No está muerta, solo inconsciente—me corrigió apartándose un mechón de la cara.

— ¡Ese no es el punto!—grité.

—No le hice tanto daño—colocó su mano en mi hombro y sonrió—. Solo le hice entender a mi manera.

Lo aparté de un empujón y salí corriendo de la casa.

— ¡Percy, espera!—rogó.

Está loco ¡está completamente loco! No pensaba voltear para saber si me seguía, lo único que quiero era alejarme de él.

 Corrí lo más rápido que me permitían mis piernas y pulmones hasta llegar a casa. Apenas puse un pie en ella, cerré la puerta con llave y me apoyé en la puerta dejándome caer. ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué atacaría a Rachel de esa forma? Quizás debí haber esperado a que me explicara antes de salir corriendo. No, eso hubiera sido una estupidez.

 Un golpeteo en la ventana me sacó de mis pensamientos y al mirar, el alma se me salió del cuerpo. Nico estaba parado enfrente de ella, cansado pero sonriendo mientras saludaba con su celular en la mano. Me llegó un mensaje en ese momento.

"Nico: Buenas noches. Nos vemos mañana, Percy d84; "

 

 

Percy POV

Dos semanas.

 Ya habían pasado dos semanas desde el incidente en la secundaria. Los bomberos llegaron a tiempo para apagar el incendio y sacar a todos de ahí, entre ellos Nico y yo. 
En el transcurso de la semana las cosas han estado tranquilas, los heridos salieron del hospital, empezaron a reconstruir la escuela, investigar para encontrar al culpable -suerte, se desintegró- y mi madre me anotó a otra secundaria, a la cuál va la mayoría de mis antiguos compañeros. No he tenido señales de otros usuarios, pero Nico dice que no me confíe demasiado.

 Y ahora que menciono a Nico: va a mí misma clase en la nueva secundaria, es callado como siempre pero ahora se la pasa a mi lado todo el tiempo. No me malinterpreten, no me cae mal e incluso le debo la vida, pero desde siempre he tenido la impresión de haberlo visto antes, y además...cada vez que lo veo no puedo evitar recordar el beso. Tengo entendido que es italiano, quizás sea algún tipo de tradición en plan "¡El beso de la muerte en caso de que no logré ayudarte!". Suena muy estúpido. No lo sé, no me he atrevido a preguntarle.

 Aunque tampoco podía negar que sintió bien... ¡¿En qué estaba pensando?!

—Hey, Jackson ¿estás ahí?—mi nuevo amigo estaba chasqueando sus dedos frente a mi cara.

Leo Valdez: Estatura promedio, tez media, cabello castaño oscuro y ojos del mismo color. Es un chico bastante animado e hiperactivo, siempre intenta hacer reír a todos para que la clase no sea un agobio. Sin duda alguien genial.

—Perdona, estaba pensando.

Él se rio por lo bajo—dos por tres estás con la cabeza en las nubes, ¿en qué tanto piensas?

—En nada importante realmente—soy parte de un juego de supervivencia por lo que tengo que pelear a muerte contra 10 personas—, todo está bien—aseguré. Seré mentiroso.

—Jackson, Valdez...—advirtió el profesor, cuya presencia se me hacía inexistente hace unos segundos.

—Perdón—murmuré y me incliné sobre mi carpeta pretendiendo escribir.

 Mi vista se centró inmediatamente en Nico, se encontraba tomando apuntes levantando de vez en cuando la cabeza para mirar la pizarra. Siempre que estaba concentrado fruncía el ceño y jugaba con su pelo. Se veía realmente adorable cuando lo hacía.

....Estudiar afectaba mi cerebro. Sí, debía ser eso.

--

 A la hora del recreo, Nico no tardó ni un minuto en alcanzarme. Creo que se estaba tomando muy enserio lo de protegerme.

"Yo puedo protegerte, Percy", ¿por qué querría protegerme? Él también era parte del juego, sería más fácil matarme, ¡no es que lo quisiera! pero sería lo más lógico.

—Percy, ¿te encuentras bien? Te ves un poco distraído—comentó.

—Solo...preocupado.

— ¿Por qué?

— ¿Por qué? —recalqué su pregunta— ¿necesitas qué te recuerde en que estamos metidos? No entiendo cómo estás tan tranquilo. Has estado concentrado toda la clase como si nada pasará.

—Sí, pero...—paró y me miró—, ¿estuviste mirándome toda la clase?

—Este, yo... —sentía como la cara me ardía—. No, no...hem, de todas formas—recuperé la compostura—, quizás debería ver el diario para estar seguro—metí mi mano en el bolsillo para tomar mi celular.

 Nico abrió los ojos de par en par y con un movimiento rápido frenó mi brazo, quedando muy cerca de mí. Su cara estaba a pocos centímetros de la mía, sin embargo, se veía molesto.

— ¿Qué crees que haces?—inquirió—revisar tu diario en cualquier momento es peligroso—susurró.

— ¿Lo siento?

—Protegerte me costará la vida—murmuró por lo bajo.

—Sí, sobre eso...—paré cuando sentí que alguien tocaba mi hombro.

Al voltearme me encontré con una chica. Alta y delgada con el cabello pelirrojo rizado, cara pecosa, y unos preciosos ojos verdes. También tenía unas manchas de pintura en la cara.

—Hola. Ustedes son los nuevos, ¿verdad?

—Hem...sí.

—Soy Rachel. Rachel Elizabeth Dare—tendió su mano hacia nosotros—. Es un gusto conocerlos.

 Le sonreí estrechando su mano—igualmente. Soy Percy—miré a Nico, para que saludará, pero él tenía la vista en el suelo—y, él es Nico, no habla mucho.

—Descuida—sonrió—. Soy la jefa del club de arte— ¿existe un club de arte?—y la encargada de mostrarle la institución a los alumnos nuevos—también deben obligarla a hablar formal.

— ¿Eso no se hace el primer día?—la voz de Nico sonaba más grave que de costumbre.

—Así es, pero ayer no pude venir. Pueden negarse de todas formas.

—Yo no. Gracias—murmuró Nico.

—A mí me gustaría—dije. Él levantó su mirada hacía mí— ¡nos vemos luego! —me despedí antes de que pudiera protestar. No quería ser malo con él, solo necesitaba pensar.

--

Rachel me mostró el instituto enteró en tan solo 10 minutos. Debe estar acostumbrada a esto. Sinceramente, no le presté atención a la escuela, estaba más enfocado en ella. Era muy agradable y divertida, incluso cuando pasamos por el club de arte me mostró algunos de sus cuadros. Tenía un talento innato.

 La campana sonó justo cuando terminó el recorrido.

—Bueno, tienes que ir a clases. Espero verte luego, Percy—se despidió.

—Eso espero. Gracias por el recorrido—agradecí y entré en mi curso.

Leo estaba hablando con Jason animadamente, y Nico...no estaba. Me acerqué a mis amigos.

—Oigan, ¿han visto a Nico?—inquirí.

Leo se encogió de hombros, en cambio Jason habló—. No estoy seguro, vino y recogió sus cosas. Iba a preguntarle qué pasaba, pero... se veía furioso.

— ¿Qué le habrá pasado? —pregunté más para mí que para el resto.

—Todos a sus asientos—ordenó el profesor y no me quedó de otra que obedecer.

 No puedo decir gran cosa de la clase, ochenta minutos de aburrimiento sobre temas que no comprendo. Además, si soy sincero, estuve todo el tiempo pensando en Nico. Él se veía bien, ¿por qué de repente se había ido? No se habría enfadado conmigo, ¿verdad?

No pensaba quedarme con la duda. Sin embargo, ¿por qué me importaba si estaba molesto conmigo? No, no me importaba, él era parte del juego, podría haber pasado algo importarte. Por eso necesitaba verlo.

-

Al salir de la escuela me dirigí hacía su casa, sabía dónde quedaba porque lo acompañé un día, por lo que no me fue difícil ubicarme.

Iba a tocar el timbre cuando la puerta se abrió enfrente de mí.

—Hola, Percy. Te estaba esperando—me mostró una gran sonrisa.

—Pero, ¿cómo sabías...? Ah sí, el diar.-—Nico tapó mi boca y me hizo entrar en la casa— ¡¿Qué haces?!

—No uses el diario, ni siquiera lo menciones—me regañó.

—Oh, pero tú si puedes usarlo, ¿no?—me crucé de brazos.

—Estoy dentro de casa, es seguro—bajó la mirada—. Solo intento protegerte—parecía triste de repente.

—Hey, está bien, ¿sí? Perdona. Aún estoy un poco alterado con todo este asunto.

—No hay problema—volvió a sonreír y de alguna extraña manera me sentí mejor— ¿a qué viniste?

—Pues...te fuiste de la escuela sin ningún aviso, quería saber porque—le expliqué.

—Oh, eso...tenía algo importante que hacer. Mi padre llamó para que me dieran permiso por lo que no hay problema, si eso es lo que querías saber—vaciló.

—Jason dijo que te veías enojado, ¿pasó algo malo?—Insistí.

—No, todo está en orden—pasó la vista por la sala— ¿te quieres quedar un rato?

—Claro—acepté.

El padre de Nico estaba trabajando y mi madre no tenía problema. así que, ¿por qué no?

 Nos pasamos la tarde comiendo dulces y jugando videojuegos, en los cuáles era realmente malo por cierto. Lo único que me inquietaba un poco es que Nico dos por tres miraba la puerta de su habitación, como si algo pudiera salir de ahí dentro.

— ¡Otro punto para mí!—festejó después de patear mi trasero por décima vez.

— ¡Oh, por favor!—me puse de pie— ¿cómo lo haces?

Se rio. Tenía una linda risa—.Práctica, no es tan difícil

—Es injusto—dejé el control.

—No, no lo es—dijo dándome unas palmaditas en el hombro.

Un teléfono comenzó a sonar al fondo de la casa, la cocina creo—, ya vuelvo—dejó el control arriba del televisor y se fue.

 En lo que él volvía me recosté en el sofá mirando a la nada. No lograba sacarme de la cabeza el cuarto de Nico, por algo lo miraba a cada rato, como si hubiera algo ahí adentro que no debería ver. Quizás, una mirada rápida para aclarar mis dudas, no le haría daño a nadie.

 Me puse de pie, vigilando que Nico no me viera, y caminé despacio hasta la puerta. Un escalofrió recorrió mi cuerpo antes de girar la perilla.

 No podía creer lo que veía. Uno pensaría "Estás exagerando. Debe ser solo un cuarto de un adolescente común y corriente". Claro, si común y corriente implica tener fotos mías pegadas en la pared; yo en clases, caminando, en los vestidores del colegio, durmiendo, ¿cómo consiguió eso? Pero eso no era lo peor de todo. Rachel Elizabeth Dare, la chica con la que había estado hoy, estaba tirada en el suelo con cortes en los brazos y una jeringa al lado.

Escuché los pasos de Nico detrás de mí.

—Te lo puedo explicar, Percy...—podía sentir su respiración en mi hombro.

 Me volteé y di unos pasos hacia atrás— ¿explicarme...? ¿vas a darme una razón lógica por la que tienes fotos mías en tu pared?—iba a decir algo pero lo interrumpí—. No, más importante, ¡¿por qué tienes a una chica muerta en tu cuarto?!

—No está muerta, solo inconsciente—me corrigió apartándose un mechón de la cara.

— ¡Ese no es el punto!—grité.

—No le hice tanto daño—colocó su mano en mi hombro y sonrió—. Solo le hice entender a mi manera.

Lo aparté de un empujón y salí corriendo de la casa.

— ¡Percy, espera!—rogó.

Está loco ¡está completamente loco! No pensaba voltear para saber si me seguía, lo único que quiero era alejarme de él.

 Corrí lo más rápido que me permitían mis piernas y pulmones hasta llegar a casa. Apenas puse un pie en ella, cerré la puerta con llave y me apoyé en la puerta dejándome caer. ¿Qué había sido todo eso? ¿Por qué atacaría a Rachel de esa forma? Quizás debí haber esperado a que me explicara antes de salir corriendo. No, eso hubiera sido una estupidez.

 Un golpeteo en la ventana me sacó de mis pensamientos y al mirar, el alma se me salió del cuerpo. Nico estaba parado enfrente de ella, cansado pero sonriendo mientras saludaba con su celular en la mano. Me llegó un mensaje en ese momento.

"Nico: Buenas noches. Nos vemos mañana, Percy d84; "

 


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