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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN: Shots & Squats ft.Tham Sway–Vigiland.
(Es buena la canción, siempre la bailo con una amiga cuando vamos en el carro.)

¡Hola, roqueros!

*¿Dónde kintamas te metiste, Miraku?*

¡De verdad que lo siento! *le salen lágrimas de cocodrilo* Me perdí por tres largas semanas, lo sé, pero tengo razones para haberlo hecho. Pero les tengo una recompensa allá abajo. Así que la información está en “El Mundo de Miraku”. Por lo que...,

Sin más, a leer:

Hinata se levantó sereno. Estiró sus extremidades y miró al buró donde tenía su moderno reloj/despertador digital. Fue un regalo que su padre le hizo hace dos años, éste le había insistido en aceptarlo y no le quedó de otra; tampoco le rechazaría un detalle a su progenitor por más distanciados que se encuentren. Era un modelo hecho únicamente para él, no había en existencia el reloj ése que tiene. Vio la hora y encontró con que se quedó dormido: eran las siete de la mañana, y debía bañarse, eso le daba pereza.

Sonrió y respiró hondo, era mejor empezar de buena manera el día. Las rutinas son algo tan desesperante. Lo más seguro es que olvidó poner la alarma; o tal vez sí lo hizo y estaba tan dormido que, en vez de apagarla, la pospuso para hasta dentro de varios minutos después. Tomó el moderno dispositivo y, efectivamente, sí que la pospuso. En algún momento le llega a ocurrir a cualquiera: eran de esos días donde sabías que dormiste muy bien y quieres prolongar ese lapso de descanso hasta donde más se pueda. Pero era hora de activarse y seguir con lo que lo mantiene con tanto lujo: el trabajo. Siempre activo. Siempre perfecto.

Había que verle el lado positivo, Hinata debía verle el lado positivo a pesar de todo: ya se acercaba su cumpleaños. Eso le alegraba demasiado; evocaba la actitud de un niño de seis años excitado por la llegada de su siguiente primavera y tener una magnífica fiesta con muchos regalos. Era por esa razón tan especial que adoraba la fecha de su nacimiento y por eso se procuraba de celebrarla como se debe. Además de que invitaría a Vinx, y todo CaNniBaL incluido, a la celebración. Más le cabía al baterista que le regale un buen presente.

Hinata suspiró de una manera bastante peculiar, muy peculiar, quizá: tenía ese aire enamoradizo. El DJ no se dio, por supuesto, cuenta de que dejó ir tan adorable y prometedor sentimiento en un suspiro. Él sólo podía mantener la imagen de Vinx en su cabeza, ¡era tan difícil sacárselo de sus pensamientos! Lo atrapaban por completo. Hinata ha estado así desde que regresaron del viaje a las islas del país sur. No puede dejar de recordar cada anécdota que guardó junto con el extraño baterista. De hecho, las fotos que se tomó con Vinx las piensa imprimir y poner en un lugar muy querido por el DJ: su álbum de fotografías especial. Una carpeta donde guarda las fotos de quienes más aprecio le tiene –sea Spencer, Patricia, Macarena y la difunta abuela Mathilde– y de los recuerdos más importantes para su vida. ¡Y estaba considerando incluir las fotos que tiene con Vinx! Eso ya era descabellado. Mucho, a decir verdad...

Entró al baño y se aseó debidamente. Mientras tarareaba una canción con emoción, se puso su debido tratamiento del rostro, delineó un poco sus cejas y se vistió como apeteció. Secó su cabello con secadora y lo peinó: el azul oscuro comenzaba también a gustarle mucho, mucho. Tenía una certeza de que a Vinx también debió gustarle de tal manera que ahora pensaba dejar esa tonalidad por bastante tiempo. Se vio al espejo y comenzó a maquillarse superficialmente. Bien sabía que estaba esforzándose para impresionar a Vinx y llamar su atención; pero Hinata es ciego y sordo por gusto porque quería creer que no había razón aparente para que ande haciendo tanto retoque, de por sí, a su imagen personal. Quería gustarle a Vinx y punto, pero no podemos avisarle de aquello porque Hinata jura y apuesta lo que sea a que eso no es verdad.

Ya contento con su resultado final, salió del pent-house número sesenta y nueve. Escuchó que el departamento vecino también se abría: era Alexis. El hombre es atractivo y sensual pero raramente Hinata nunca se sintió atraído por el mismo. De hecho, le daba un poco de repelús esa actitud tan retorcida que tiene. Parece ser muy amigable, pero el DJ recuerda que una vez vio cómo Alexis jalaba del cabello a una chica para meterla en su departamento y varios golpes se escucharon contra la pared vecina. Eso había sido hace unos cuantos meses: cuando iban comenzando este extraño proyecto de la banda sonora original. Nunca ha tenido oportunidad de hablarle más allá de los saludos corteses –y sobre el proyecto pero es casi nula la comunicación–  y, la verdad, temía de hacerlo. Alexis es extraño.

Sin tener ganas de hablarle, apresuró el paso y se puso sus audífonos de casco color rojo, que combinaban de maravilla con sus ojos, y se dirigió al elevador, bajó unos cuantos escalones, pidió el ascensor y presionó el botón de la planta baja para irse ya. Curiosamente, Alexis no se vino con él. Escuchó que abrió la puerta pero no volteó a ver si salió o no. Desconocía ese detalle. Le subió el volumen a su teléfono y trató de tranquilizarse.

Salió. Volvió a respirar y trató de poner la mejor cara. Ya estaba por acabarse este primer año y su cumpleaños ya estaba a la vuelta de la esquina. Todo debía ir como tal, con buena vibra y muchas ganas.

Cuando arribó a las enormes oficinas de Ony Music Re:cords,  fue directamente a la cafetería a pedir su café con mucha azúcar y algo de comer. Se le olvidó alimentarse antes de salir y el desayuno es la comida más importante del día. Ya teniendo confianza a la fornida señora a cargo del lugar, en cuanto ésta lo vio, le sonrió y fue a preparar su bebida. El DJ sonrió tiernamente por la atención especial que recibió y se dedicó a mirar los alrededores. Le gustaba mucho la estética del lugar y la gente era bastante amigable. Pero en cuanto miró hacia donde es la entrada principal del emporio, su día de verdad se convirtió en mierda. Era Alexandra.

La mujer venía caminando con tal seguridad y sensualidad que era obvia la razón por la cual ella es modelo. Nadie puede dejar de verla. Sus piernas largas y delineadas, usando un short (como casi siempre) corto y muy ajustado, además de que pudo apreciar que se hizo una perforación en el ombligo debido a la ombliguera de flores que traía puesta, su cabello largo se movía en armonía con su andar y ese perfecto rostro la volvían ese estandarte de belleza con que fue nombrada. Y también es la novia de Vinx.

Su vector tenía dirección y sentido hacia donde Hinata estaba esperando por su café y tenía ese gesto adorable de puchero molesto y enfurruñado.

—¿Qué te trae por aquí, mariposita? —Saludó con sorna la mujer en cuanto llegó junto al DJ.

El DJ blanqueó los ojos, ¿de verdad le había hecho esa absurda pregunta?, ¿no podía ser un poco más original?, ¿ni tantito?

—Por si no te acuerdas o no lo sabías, jirafa, trabajo aquí, igual que tu novio —respondió con obviedad el chico mientras recibía su bebida y pagaba por ella. La cafetería es consensada por ello debía de pagar por sus servicios—. La pregunta, en todo caso, sería para ti: ¿qué haces aquí?, ¿no tienes una nueva gira fotográfica o algo parecido?

—¡Qué chistoso eres! No, no tengo gira alguna y vine porque Vinx, mi novio, necesita de nuevo de mí. Quiere que grabe la última canción del proyecto, ¿no te lo había dicho? ¡Para qué! Si sólo eres una molestia para él.

—¿Te ha dicho eso sobre mí?

—Emmm..., no, no lo ha dicho últimamente. Pero sé que piensa eso de ti, eres el peor prototipo de marica afeminado que le gusta abrir el culo a cualquier polla que se le ofrezca.

—Y tú el prototipo de prostituta fácil y gratuita. Por lo que dudo que seas elitista, te ha de gustar, como tú dices, cualquier polla mientras te ofrezcan sexo. No diferimos en mucho, Alexandra.

—Pitufina.

—Mastodonte.

La señora de la cafetería carraspeó fuertemente y vio de mala manera a los dos peleoneros. Ya estaba harta de verlos reñirse de aquella manera. La mujer era muy cruel con el chico para su gusto. De por sí, tiene que aguantarse las raras peleas que el DJ tiene con el baterista pero éstas que tiene con la novia de este último mencionado eran muy, muy, diferentes: estas riñas que sí tenían la intención de hacerse daño. Era muy contrario, porque con Vinx ha observado que lo hacen muy en aire de broma y llamar la atención del contrario. Pero con esta mujer modelo eran con ganas de ver que quien ganaba era porque es superior y con ventaja. ¿Por qué o para qué? Eso no lo sabía, pero le molestaban las malas palabras y esos dos tenían la boca muy venenosa para su gusto religioso.

Hinata se sonrojó y se largó de allí sin ganas de encarar la vergüenza de haber peleado –otra vez– frente a la señora de la cafetería y porque no quedó conforme con lo que le dijo a Alexandra. Tenía más insultos pero no pudo ni entrar en calor por culpa de que escogieron el lugar incorrecto para molestarse. Además estaba ese detalle especial, de verdad que no lo sabía: no sabía que sería Alexandra la voz principal de la última canción que irían a grabar como parte del repertorio de la primera película. Tendría que hablar con Vinx... si es que no se les cruzaba una calentura de por medio como suele ocurrir.

El DJ llegó a su estudio y comenzó a trabajar en automático. Tenía muchas cosas en la cabeza y todas ellas tenían que ver con Alexandra: esa mujer esconde algo muy peligroso y debía saber ya de qué se trataba. Eran muy extrañas las coincidencias que rodean a la modelo. Desde la forma en que ella se volvió famosa hasta la razón por la cual sale tan seguido de viaje y llega de manera tan de sorpresa. Comprendía que si uno es modelo hay que viajar para las sesiones, es como salir de gira por conciertos o viajar para grabar en colaboración. Pero Alexandra salía cada cierto tiempo específico: sí, tenía una serie inquebrantable. Se iba entre finales y principios de un mes para desparecer por un tiempo “indefinido”; pero la verdad es que se iba entre dos y tres semanas. Cuando la novia del baterista de CaNniBaL vuelve se queda entre otras dos o tres semanas junto a Vinx y se vuelve a largar. Eran cifras aproximadas pero que encajaban en la ecuación perfectamente. Eran dos incógnitas: la ‘x’ que engloba la relación de Alexandra con Vinx, y la ‘y’ que esconde la verdadera razón por la cual Alexandra se iba de “gira fotográfica”. Hinata quería encontrar esas variables para así rescatar a Vinx de esa araña con rostro celestial. ¡Cómo la odiaba! No haría un plan de venganza en su contra, no hasta encontrar y destapar su oscuro secretito. ¡Oh, claro que la haría pagar! ¡Y muy caro!

—Vinx debe ser mío, no de esa zorra —susurró para sí mismo el chico mientras veía la línea del tiempo en blanco en el programa. ¡Ni siquiera sabía por qué lo abrió en primera instancia!

~*~

Hinata se dirigía al estudio donde deberían de estar los integrantes de CaNniBaL y Alexandra. Si es que Vinx no fue enviado por la mujer a conseguirle quién sabe qué mierda. Respiró hondo y entró sin tocar. Total, ¿qué cosa mala podría pasar?

Sí que pasó. Encontró a Alexandra sobre Vinx en una situación que sabía que no debían de ver sus santificados ojos. Sólo estaban los novios, los demás integrantes de la banda estaban desaparecidos. Estaban sobre Laura y Alexandra montaba a puro placer a Vinx. Rápidamente cerró la puerta de un fuerte portazo. Sólo escuchó el grito la chica y a Vinx maldecir diciendo “¡Mierda!”. Cuando se dio la vuelta, Hinata sostuvo su pecho, ¿no podían haber puesto seguro, en primer lugar?, ¿y si fue idea de Alexandra? ¡No había tiempo para pensar sobre aquello! El DJ sentía una fuerte opresión en su pecho, se sentía muy mal por haber encontrado de tal manera a su free. Se sentía utilizado y avergonzado, no debía sentirse de esa manera: eso debería ser normal. Pero encontrar que Vinx estaba con otra persona y no con él, le... dolió. Simplemente le dolió. Se sintió tan estúpido por haberse arreglado para Vinx si ese tarado iba a estar babeando por su novia. Había sido tan torpe en pensar y creer que podría hacer que ese fundador de CaNniBaL sólo pensara en él. Por supuesto que no lo haría, ¿para qué lo haría? Alexandra está en primera instancia. Él simplemente es un acostón más de la larguísima lista que debe de tener Vinx. ¿Qué puede tener de especial Hinata? Incluso podría ser opacado por otras mujeres con mejor físico o lo que sea. No debía sentirse tan especial.

Se abrió abruptamente la puerta y salió disparado Vinx, viendo desesperado a todos lados en busca de algo o alguien. Debía rápido encontrar a Hinata, no sabía qué decirle pero debía explicarle la situación. Dejando en segundo plano lo que sería común entre esos dos, pelearse y decirse de verdades a verdades, Vinx quería explicarle y evitarle dolor alguno a Hinata. No le parecía correcto dejarlo sin más. Y lo encontró junto a la puerta.

El DJ también cruzó su mirada con la del baterista. Sus ojos estaban cristalizados pero no dejó salir lágrima alguna. El chico temblaba levemente y se veía tan indefenso que el baterista sintió un fortísimo revoltijo dentro de él. No quería ver a Hinata de tal manera, se veía tan débil y eso lo odia desde que lo vio sinceramente después de la entrevista con Lucy Moon. Y justo cuando pensaba acercarse y tocarle, Hinata se hizo a un lado de forma bruta.

Su ceño se volvió enojado.

—No me toques si la tocaste antes a ella, estúpido urgido sexual —se quejó el DJ con las mejillas rojas de la rabia. Se sentía tan mal ese dolor dentro de su pecho, le temblaba el cuerpo y sentía que el alma se le escapó.

—Hinata, no... —Ni siquiera pudo continuar al ver el gesto molesto del chico de cabellos, por ahora, azules.

¿Por qué estaba tan enojado?, eso le preocupaba demasiado al baterista. Eso era señal para una posible y dolorosa abstinencia con el DJ. ¡Eso sería imperdonable!

—¡Cállate, tarado! Y hablo enserio. Nos vemos después.

No lo dejaría ir así como así. Sabía que fue un tarado, justo como se lo dijo. No cuidó que hubiera seguro en la puerta y también se olvidó del detalle de que Hinata iría al estudio de CaNniBaL para hablar sobre unos asuntos relacionados con los videos de los sencillos. Había olvidado todo por completo y es culpa de su calentura; su calentura le cobró bastante caro: hizo enojar a Hinata. Debía ser incómodo y cruel. Su relación era mucho más retorcida de lo que creen y sabían que esos sentimientos implícitos estaban empezando a desvestirse para salir a flor de piel. No podía dejarlo ir sin explicarle y rogarle por un perdón salido de esa linda boca que tanto gusta de besar.

Lo siguió y en cuanto estaba a una distancia muy corta lo tomó del brazo para no alejarlo más de lo que el DJ intenta de hacerlo. Cuando Hinata lo encaró, sintió su propio cuerpo desfallecer. Vinx lo veía con esos bellos ojos verde pasto y con un brillo de anhelo difícil de comprender. Era una pasión y unos fuertes sentimientos que albergaban que era imposible dejar ir la oportunidad para que le explicara lo obvio que es la situación. Hinata encontró a Vinx y Alexandra teniendo sexo por no haber tocado la puerta.

—Olvídalo, tampoco debía comportarme así —dijo Hinata cuando los humos se rebajaron.

—Eso te pasa por no tocar la puerta —respondió el baterista—. Pero también eso me pasa por no asegurar con seguro. Tampoco debí hacerlo, ¿verdad?

Hinata sonrió, estaba completamente en lo correcto el baterista. No debió cometer tamaña estupidez.

—Como sea, no es como que me deba importar, ya sabes... lo que hay entre tú y yo no es serio...

—¡Exacto! No debe molestarnos ni nada peor..., nada debe de molestarnos... —calló por unos instantes el baterista al oír sus propias palabras y arrepentirse—. ¡Ahhh, lo siento, ¿sí?! Perdón por haberlo hecho, conozco las maneras en que me miras y tus ojos me dicen que estás molesto. Lo reconozco, fue un error mío pero ya no me hagas esos ojos, me persuaden muy fácilmente.

Hinata sonrió, de alguna manera le reconfortó que Vinx le pidiera disculpas. El DJ, más apenado que molesto, tomó del cuello de la camiseta de Vinx y lo jaló a una habitación vacía que estaba convenientemente cerca de donde ellos se encontraban. Una vez fuera de todos los ojos ajenos, Hinata se paró de puntitas y le dio un amigable beso en los labios al baterista. Aunque se separó al instante, tenía sabor a lápiz labial... de Alexandra.

—Hueles y sabes a ella... —susurró lastimado el DJ mientras trataba de quitar las arrugas de la ropa algo mal puesta de Andrew.

—Entonces quítame su aroma y sabor.

Andrew tomó del mentón al DJ y se dispuso a besarle como se le vino en gana. Con pasión y el exquisito tacto de su lengua rozando la carne ajena con dulzura y lujuria bien fusionada. Hinata no se pudo resistir y comenzó a corresponder con tal ansiedad que dejaba bien en claro algo que es completamente innegable: se necesitan. Se necesitan como a nadie y no lo quieren reconocer.

El baterista decidió meter mano debajo de la camiseta de su contrario e ir jugando con más astucia con la lengua para que ambas salivas se fusionaran. Sus sonidos húmedos en indiscretos podían prender a cualquiera.

Pero no podía durar para siempre. Nunca podría ser para siempre. Eso sería pedir demasiado. Además de que tenían problemas mayores: estaban en plena jornada de trabajo y había una araña rondando cerca bajo el nombre de Alexandra. Y esa mujer tenía hambre de hombres rubios y ojos verdes.

—Será mejor que vuelvas con ella, no vayas a ponerte feliz —sonrió coqueto el DJ mientras besaba por última vez a Vinx y se alejaba hacia la puerta.

«Ya me lo pusiste de esa manera» pensó fugazmente Vinx mientras veía de arriba hacia abajo a Hinata: —Espera...

El chico dio media vuelta y le vio. ¿Ahora qué sucedía?, ¿algo malo? Ojalá y no, no quería más problemas que los que ya tiene por culpa de la bruja Alexandra.

—¿Sí, qué pasa, Vinx?

El nombrado desvió la mirada y suspiró fuerte. Quería decirle que ese día se veía especialmente lindo. Notó que usaba un estilo de maquillaje nuevo no tan recargado y muy atractivo para la vista. Sabía que Hinata se arregla con mejor manera últimamente; aprendió a detectar esos detalles gracias a Alexandra. Pero en Hinata le parecía mucho más especial y alucinante. Pero no podía decírselo, no sabía si era lo correcto.

—... Ten cuidado para que..., para que Alexandra no te vea. Yo me encargaré de ella. —Fue lo único que atinó a pronunciar por excusa.

Hinata, decepcionado, asintió y se fue sin agradecer por la advertencia. Esperaba que fuera algo más especial o importante. Por supuesto que tenía que tener cuidado con Alexandra, ese día ha estado especialmente de molesta. Claro, ¡claro que lo sabía! Pero, sinceramente, no le hubiera molestado que Vinx le dijera que todo estaría bien y que no debía de preocuparse, que le protegería. Le hubiera gustado tanto...

~*~

La fiesta de cumpleaños de Hinata sería en un terreno del que el propio DJ es dueño. Era una especie de casa de retiro cerca de la playa, a dos horas de la cuidad mediana donde normalmente se llevan a cabo todos los hechos de esta historia. Grande, de dos pisos pero con sólo una habitación con cama, en realidad. Lo importante de ese lugar era la enorme piscina y su fácil entrada al mar. Llena de ventanales y con un estilo muy moderno; este lugar lo tenía Hinata para cuando quiere retirarse y disfrutar de un buen descanso entre tanto trabajo. Ahora decidió celebrar su cumpleaños número veintitrés ahí.

Ya había crecido. Hinata se vio al espejo y supo que en algún momento va a envejecer y le saldrán arrugas y tendrá que modificar su aspecto para no parecer “chavo ruco”. Pero eso ya llegaría a su debido tiempo; seguía en los felices veinte, después de todo. Habría que disfrutarlo sin inconvenientes.

Patricia y Macarena fueron para ayudarle con la fiesta. Las dos chicas llegaron desde bien temprano para ayudar a Hinata en acomodar todo e instalar el novedoso y muy avanzado equipo de audio que posee el DJ. Era obvio que tendría equipo de punta. Por lo que, mientras Patricia y Macarena acomodaban la barra llena de licores, junto con la ayuda de un personal contratado para atender en la noche, Hinata estaba instalando todo con Spencer, sus tres asistentes y otro personal también recluido para que todo saliera bien para esta noche. Como el cumpleaños de Hinata es durante las últimas instancias del verano, aún hacía bastante calor por lo que la temática playera quedaba de maravilla. 

Pronto quedó todo listo. Hinata miró su casita de playa y sonrió –que de pequeña, la residencia, no tenía nada de nada–. Sintió que unos brazos lo atrapaban por detrás y al voltear la vista se encontró con Patricia sonriéndole. Sabía que teniendo una amiga como ella y Spencer, que andaba checando que todo ya esté en completo orden, nada debería ser problemático.

A menos que hablemos de un baterista que lo trae babeando sin justificación ni explicación.

Para cerca de la media noche la fiesta se prendió por completo. Fueron bastantes invitados a la fiesta por el cumpleaños de Hinata. Varias cantantes que han trabajado con él, muchos hombres candentes que, en otra oportunidad, Hinata ya hubiera coqueteado y follado con más de uno y muchos, muchos, muchos más invitados, incluyendo las colaciones, que nunca están de más.

Había más alcohol que gente, y eso ya era exagerar. Por lo que varios se pusieron a jugar para beber más y más. Se escuchaba música a todo volumen y unos bailaban, otros nadaban en la piscina, otros bebían, otros se drogaban y otros estaban teniendo relaciones en las esquinas oscuras de la casa. Las luces de un piso de led instalado cerca del equipo de audio brillaban con fulgor y varios colores, las palmeras que delimitaban la zona que era propiedad del DJ tenían luces a su alrededor y la alberca también estaba encendida. Hinata se encontraba bebiendo con Patricia para, después, empezar a bailar de tal manera que el alcohol los deje peor de lo que debería. Se reían y disfrutaban del ambiente.

Fue ahí cuando los integrantes de CaNniBaL arribaron. Habían llegado tarde porque su fundador así lo quiso, para verse más rebeldes de lo que ya. Vinx manejó la camioneta que tenían de ya hace tiempo la banda así que debían aguantarse a las comodidades y caprichos del conductor. Fue una grata sorpresa recibir invitación de parte del DJ a su fiesta de cumpleaños. Sea por cordialidad ya que trabajan juntos (porque invitó también a McGiffen y a Suri Spoon a la fiesta) o por lo que sea, pero lo agradecían mucho. Porque ese ambiente era de los favoritos de la banda. Era hora de beber y divertirse enserio.

Cuando CaNniBaL entró a la zona donde más gente se encontraba reunida todos celebraron de ver llegar a tan atractivos hombres. Pronto eso se salió mucho más de control. Cuando Patricia y Macarena vieron a Vinx por supuesto que fueron a saludarlo; desde Charlie hasta Henri se les hizo extraño que esas chicas saludaran con tanta familiaridad al baterista, como si ya lo conocieran de antes. Temiendo lo peor, se abstuvieron de preguntar y decidieron igualmente ir a tomar y lanzar la casa por la ventana.

—Llegaste muy tarde —dijo en voz alta Patricia mientras bailaba y le invitaba un buen trago a Vinx.

—Quería hacer dramática mi entrada, ¿no lo logré? —Respondió el rubio justo después de acabarse de un trago su bebida y servirse otra.

—Dramático te pondrás, ve a Hinata.

Vinx dirigió la mirada a donde Patricia parecía estar indicando con sus oscuros ojos. La morenita no exageró, Hinata estaba para pecar. Traía un traje de baño corto y sumamente ajustado de color naranja y una ombliguera, como suele acostumbrar, de color blanco y mojada por lo que sus rosados pezones se transparentaban con toda libertad. Pero lo más de infarto era que el DJ estaba bailando sobre una tarima tan sensual y bien como sólo él sabe al compás de la música. El ritmo seguía el movimiento de esas caderas y cintura y sacaron el aire de Vinx. Que, de forma automática, se acercó a donde Hinata y esperó a que sus ojos se interceptaran.

Hinata vio a Vinx entre la multitud y sonrió agradecido, sí había venido a su fiesta de cumpleaños después de todo. Bajó de la tarima y caminó cerca del baterista, rozándolo para invitarle a que lo siga. Invitación bastante bien recibida y, pronto, Vinx lo seguía a una distancia prudente. Hasta alejarse de todo el gentío y estar más en la intimidad.

Cuando llegaron al pasillo donde conducía para las escaleras y no había otra alma alguna: Vinx jaló de un brazo a Hinata y lo atrapó en un fiero y apasionado beso. Con ese vestuario y actitud debido a la bebida, el DJ antoja mucho a la vista. Su culo se realzaba de buena manera con ese diminuto traje y se veía endemoniadamente sexy con el sonrojo, evidencia de haber ingerido licor en gran cantidad o velocidad. Y Hinata le correspondió, esa noche Vinx era solo suyo y de nadie más. Nadie más podrá exigirlo, porque Hinata lo deseaba con tantas fuerzas que quería ser egoísta en esta ocasión y quedarse con Vinx toda la noche. Hacerlo cuantas veces puedan y aguanten hasta caer desmayados. Haría todo para recordarle a Vinx que un hombre es todo lo necesario para que esa noche sea perfecta.

Se besaban con fuerza y hambre voraz. Sus lenguas se enredaban con lujuria y absorbían la saliva del contrario de tal manera que no dejaran ir nada del otro. Cada sabor, cada fluido, cada beso y caricia debían aprovecharla como nunca antes. La adrenalina de que alguien podría encontrarlos, la emoción de por fin estar juntos como deseaban, la desesperación por no querer dejarse ir. Se deseaban y atraían demasiado que era imposible aguantar la tentación.

Vinx cargó por los muslos a Hinata, incitándolo a que se cuelgue de él. El DJ pasó sus largas y lindas piernas alrededor de la fuerte cintura del contrario, pasando sus brazos por el cuello de Vinx y siguiendo besando a gusto y placer puro los labios de Vinx. Adoraba ese sabor y la frialdad de la perforación combinada con el calor de sus encuentros era lo mejor. Sin perder oportunidad alguna, Hinata comenzó a besar y morder el cuello de Vinx. Aprovechando que sólo traía una camiseta sin mangas blancas, fue acariciando la piel de esos fornidos brazos y moviendo sus caderas para encender al amigote que tanto gustaba de aquello allá abajo. Y pronto sintió ese enorme bulto debajo de su culo, gimió por impulso. Sentía su piel arder y tanta sensibilidad en todo su cuerpo.

—Arriba hay una habitación —susurró Hinata mientras mordía su labio inferior para evitar gemir al sentir cómo masajeaban su culo con tanta astucia como Vinx acostumbra.

Andrew sonrió ladina y perversamente. Bajó a Hinata para tomarlo por debajo y llevárselo como costal de papas a la planta superior, el DJ rió complacido. Eso era un claro y bien recibido ‘¡Sí!’.

Cuando llegaron a la habitación, Andrew cuidó que tuviera seguro y aprisionó a Hinata contra un buró para volver a besarlo e irle quitando la ombliguera que tan loco lo estaba volviendo. Cuando vio el torso desnudo del DJ, se relamió los labios. Se veía tan apetecible y atrayente, que celebró internamente tenerle de esa manera sólo para él en  esas instancias. Comenzó a besar el cuello de Hinata mientras que con una mano acariciaba un pezón y la otra sostenía la nuca del DJ para no dejarlo ir. Sintió su respuesta, sintió esas delgadas y suaves manos queriendo quitarle esa playera interior.

Le dio el espectáculo completo. Se quitó la prenda y dejó ver el movimiento de sus músculos realizando trabajo contrayéndose, gracias a que la luna y las luces exteriores se colaban de intrusas por la ventana de aquel cuarto. Hinata acarició esos pectorales y lamió aquella piel. El cuerpo de Vinx la encantaba en toda su extensión. Así que, sin querer más tiempo, se volvieron a besar con bestialidad y Hinata fue quitándole la prenda inferior para dejar salir esa enorme palpitante erección. Hoy estaba especialmente grande y fue rápida su estimulación.

Hinata se hincó y comenzó a lamer y chupar como gustaba de esa extensión. Dejó que su saliva se acumulara en su boca para luego abrir los labios y sacar la lengua y que un morboso hilo de saliva cayera sobre la brillante punta de pene de Vinx. Dejando que se moje y masturbando con su mano, Hinata vio con lujuria y volvió a chupar como gustaba. Metió hasta donde cupiera y subía y bajaba con más y más velocidad.

El líquido seminal se juntaba con la saliva de Hinata y los sonidos húmedos eran el eco de la habitación; además de que los jadeos de Vinx eran música para los oídos del DJ. Con más ímpetu y ganas fue chupando y lamiendo como gusta y antoja esa larga extensión, cuidando de evitar los dientes y que se sintiera todo el placer posible. Quería llevar al orgasmo a Vinx y volverlo a encender de esa manera.

La erección de Hinata estaba atrapada dentro de su ajustado traje de baño y le provocaba sacar uno que otro gemido de molestia que se oían como súplicas, encendiendo más y más a Vinx. Podía sentir esa traviesa lengua jugando con toda su extensión, desde la base hasta la punta, donde era atendido de una forma bastante peculiar. Y cuando a veces esa boquita lo dejaba libre, una mano de Hinata se encargaba del vaivén. Con más y más fuerza y velocidad. Hasta que, sin poder evitarlo, se vino en la boca del DJ.

Ver cómo retorcía los ojos en placer y éxtasis, era un completo deleite. Hinata tragó una muy abundante cantidad de semen y uno que otro hilo blancuzco se quedó en la comisura de sus labios de forma muy atrevida. Se veía tan sensual, que el pene de Vinx pronto volvió a levantarse teniendo como espectáculo la figura ágil y sexy de Hinata.

El chico se levantó y empujó al baterista contra la cama para acostarlo. Se aseguró de quitarle por completo las prenda inferior y dejarlo completamente desnudo. Hinata se mordió el labio inferior por el Adonis frente a él. Se subió a jorcadas sobre su tronco y comenzó a mover su culo contra la dura erección del baterista. Tomó la extensión y la puso de tal manera que pasara justo por en medio de sus glúteos y poder sentir esa mojada punta contra su ano, siendo separada únicamente por la delgada tela de ese traje de baño.

—Qui-quiero que ahhh... me..., me la metas hasta... mmm, dentro, Vinx~ —ronroneó sensualmente el chico mientras pedía de nuevo de atención en su boca y se besaban con tal pasión.

—Eso pensaba hacer —respondió el baterista.

Cambiaron de posiciones y ahora Hinata estaba acostado sobre la cama y Vinx estaba encima de él. El baterista bajó el short y desnudó en su plenitud al DJ, levantó la pierna derecha para pasarla por sobre su hombro y tener más área a la vista de la palpitante y sonrosada entrada de Hinata. Estaba a punto de lamer sus dedos para prepararlo pero se detuvo cuando Hinata lo detuvo.

—Ya-ya estoy preparado, no te dejaría ir esta noche. Anda, hazlo, fóllame duro, Vinx —pidió Hinata mientras se sonrojaba más y más y volvía a acostarse con el objetivo de darle espacio al nombrado para que lo penetrara.

Vinx, sorprendido y excitado por imaginarse a Hinata metiéndose los dedos por su cuenta, puso la punta de su pene en el ano de Hinata y lo fue metiendo de poco a poco hasta que, cuando faltaban unos cuantos centímetros, de una fuerte estocada lo penetró con profundidad y dureza.

—¡Ahhhh, cómo extrañé esto, qué rico! —Gimió fuerte Hinata—. Mu-muévete, Vinx, rápido, por favor.

El baterista comenzó a embestirlo de manera salvaje y muy puntual, cuidando de dar en los puntos exactos donde Hinata siente más placer y gime de forma más prolongada. Cuidaba que su pene no se resbalara y saliera y empujaba hasta donde más alcanzaba, jadeando del puro placer que sentía. Aquellas mojadas y apretadas paredes lo volvían loco. Le calentaban todo el cuerpo como mil infiernos y sentía su pene a punto de explotar por tanta excitación.

Para que fuera más placentero, Vinx alzó las dos piernas del DJ, al hacerlo, instintivamente, su trasero se tensaba más y apretaba fuertemente su verga en esa húmeda cavidad. Acomodando entre sus hombros, volvió a embestirlo como gustó, salvaje y muy velozmente.

—Más, Vinx ahhh, ¡más fuerte! Más, más, por favor —Gimió alto el DJ, sintiendo que lo rompían por completo en un fondo lujurioso.

El nombrado jadeó e hizo caso a las peticiones que le hacía el chico debajo suyo. Jamás imaginó que el sexo con otro hombre fuera tan pasional y desenfrenado, le encantaba. Fue embistiendo mucho más duro y justo donde Hinata gemía fuertemente, gritillos de placer tan armoniosos y sensuales que le fascinaron de escuchar. Hinata repetía su nombre artístico con tal sensualidad que lo encendía más y más para follarlo tan fuerte como sea posible.

Además de que ver  les expresiones de lujuria del chico mientras se masturbaba al compás del vaivén era un show que bien se quedaría en su mente por un largo rato. Hinata gemía y dejaba ir sin pudor su saliva por su piel, sus ojos perdidos y retorciéndose por el placer y sus peticiones de recibir más y más duro. Tantos sentimientos y placer fusionados, provocaron que Vinx se viniera y llenara de mucho más semen a Hinata en su interior, había expulsado una muy buen y caliente cantidad. Hinata gimió extasiado por sentirse mojado y tan caliente.

—¡Ahhhh, Vinx!

El baterista, con la respiración errática, vio que Hinata aún tenía su mano en su propio pene y aún debía venirse, juntó su enorme y fuerte mano a la del DJ y lo fue masturbando con velocidad y certeza que Hinata, sin poder recomponerse de haberse llenado de semen, volvió a gemir alto por sentir la caricia en su propio pene. Hasta que se vino y manchó de esperma ambas manos. Las cuales, Vinx lamió con burla.

Esa era a penas la primera ronda.

El pene del baterista aún estaba semi erecto y pedía por más, Hinata sonrió y se volteó para quedar en cuatro y recibir ese enorme pedazo de carne dentro suyo. Al estar chorreando esperma, estaba más que mojado, por lo que la intromisión fue dura y rápida. Gimió alto y pronto fue envestido una vez más.

Sería una noche larga.

~*~

Henri estaba buscando a su amigo. Llevaba rato perdido, y eso era extraño. Normalmente Vinx se queda vigilando a su amigo para que ningún hombre se le acerque. Hoy estaba a salvo, Alexis no asistió a la fiesta y tampoco McGiffen porque el hombre tenía trabajo que hacer. Pero no ver a su amigo sí era extraño.

Probablemente se subió a la parte superior de la casa. El vocalista, con esa probabilidad en mente, subió y vio que era bastante simple esa zona. Eran más salas de estar que habitaciones, de hecho vio un baño al fondo porque estaba abierto y lo apreció fugazmente. Pero del otro lado encontró una puerta cerrado al fondo.

Con más curiosidad que nada, se acercó. Estando cerca, escuchó unos golpes y jadeos y gemidos altos. Probablemente alguien estaba teniendo sexo allí. Henri decidió alejarse de allí, para no molestar y porque eso no le incumbe. Pero antes de irse de allí y bajar las escaleras, un gemido en específico le llamó la atención:

“Más, **** ahhh, ¡más fuerte! Más, más, por favor”.

Era Hinata, era muy fácil de reconocer su voz por ser tan suave y característica. No pudo escuchar bien el nombre de con quien estaba pasando el momento debido a los gritos exteriores de la fiesta que se estaba efectuando abajo, pero debía ser muy bueno ese hombre en la cama como para que esos rogos del DJ fueran tan exigentes y tan satisfechos al mismo tiempo. Quería saber quién era, tenía curiosidad.

Así que mejor quiso acercarse más para esperar si el DJ repetía el nombre de quien le daba placer de esa manera tan erótica. Más escuchó que alguien igualmente subía las escaleras y justo cuando podría descubrir al hombre desconocido, vio a Charlie subir las escaleras. El bajista vio a su ex pareja con gesto de que dejara en paz a quien sea quienes estén esa habitación. Por lo que, muy avergonzado, Henri se bajó a la fiesta con la cara sonrojada por haber sido encontrado espiando lo que no debía. Charlie bajó después con él.

Y dejaron a Vinx y Hinata libres de hacer lo que quisieran. Sin haber sabido que pudieron encontrarlos y no cualquiera, sino que el mejor amigo y razón de felicidad del baterista...

~*~

Hinata bajó cerca de las tres de la mañana a la planta baja. La fiesta seguía en movimiento, pero ya era menos la gente presente. Aún se escuchaba fuerte la música y el ambiente se encontraba bien. El DJ sonrió complacido y cuando se disponía a irse a donde la fiesta seguía, el timbre sonó. ¿Quién tocaría a esta hora y por qué tocaría? Los que estaban invitados a la fiesta entraban por la lateral que estaba abierta a todos.

Algo dudoso, Hinata fue a abrir. Raramente no tenía sueño después de haber tenidos cuatro rondas con Vinx –tomando en cuenta que el hombre tiene mucho aguante– y haber bebido y bailado por buen rato. Se sentía tan bien y le encantó apreciar a Vinx ver por la ventana mientras recuperaban el aliento tras el último encuentro. Ya en unos minutos el baterista bajaría y todo seguiría igual.

Abrió la puerta y se llevó una enorme sorpresa al ver la persona frente a él.

Era su padre.

—¡Hinata, hola! —Saludó su padre con una tenue sonrisa.

—Hola. Ya es muy tarde, ¿qué te trae por aquí?

—Es tu cumpleaños, hijo, y no contestas mis llamadas, no me quedaba de otra que venir a verte.

Hinata desvió la mirada y sudó frío: —Hablemos afuera.

El DJ salió de la residencia y entrecerró la puerta de la casita de verano. Ambos hombres se miraron a los ojos y el DJ dudó. ¿Por qué su padre insiste en querer hablarle? Se largó de la casa sin avisar, siempre fue una excusa para mantener un matrimonio podrido y nunca creyó que realmente importarle al reconocido hombre que es su progenitor.

—Te traje esto —dijo Adam mientras extendía una delgada caja forrada de fino papel de regalo metálico y un vistoso moño color rojo.

—Gracias, sabes que no debes molestarte en darme un obsequio. No soy el mejor hijo, ni siquiera esperabas un hijo, Adam, ¿por qué insistes en darme esto y querer hablarme?

—Eres mi hijo, claro que te quiero, Hinata. Y ahora me necesitas mucho más que antes por la pérdida de tu abuela Mathilde. Sé que debes estar destrozado, pero debes saber que quiero estar ahí para lo que necesites. Es tu cumpleaños y es lo mínimo que puedo hacer por ti: llenarte de obsequios materiales porque tú no me permites más que eso. ¿No es así?

—¿Cómo no? Jamás he sentido un apego por ti o por Azuki, mi abuela fue la única que me sonrió cuando quise una sonrisa, la única que me regañó cuando me porté mal, la única que me consoló cuando lloré. ¿Dónde estuviste durante estos veintitrés años, Adam? Jamás te vi a ti y mucho menos a Azuki. Por supuesto que me siento desplazado y rechazado ¿y quieres compensarlo con regalos? Agradezco tu esfuerzo por darme un recuerdo pero eso no llena el vacío que me ha dejado saber que por mi culpa estás casado, que por mi culpa no eres realmente feliz, que por mi culpa tu vida no es perfecta, de verdad que lo lamento. Yo no pedí nacer, si eso te hace sentir mejor. Todos los años es igual, Adam, me das un regalo y esperas a que vaya corriendo a tus brazos. Tú y Azuki son prácticamente desconocidos para mí.

—No lo digas de esa manera, de verdad quiero entablar una relación contigo, Hinata. No me recuerdes la desgracia de padre que he sido y dame esa segunda oportunidad para demostrarte que de verdad me importas, hijo.

Para eso, ya era muy tarde.

Hinata sintió una opresión en su corazón. ¡Claro que tenía ganas de ir y abrazar al hombre que le dio la vida! Por supuesto que quería sentirse querido por, mínimo, su progenitor. Ya no aguantaba ese rechazo y esa discriminación, siempre se sintió como un extraño en esa gigante mansión. Nunca pudo sentir esa pertenencia y tenía miedo de quienes tienen el título de sus padres. Extrañaba tanto a su abuelita y que Adam le pidiera con esa insistencia para mejorar la nula relación, emocionaba a Hinata. Pero también sabía que no debía confiarse, puede haber un secreto detrás de todo eso, algo que podría echar a perder toda estabilidad. Y eso era la conveniencia.

—Dime qué es lo que de verdad quieres, Adam —sentenció por fin el DJ mientras un nudo le ahogaba las demás palabras.

—A mi hijo de vuelta, quiero eso y que sigas mi legado —confesó un desesperado Adam. No soportaba esa renuencia que tenía su hijo hacia él. Sabía que muchos errores ha cometido ya, pero ya no quería seguir así: quería que Hinata lo quisiera y le llamara ‘Papá’ sin miedo u obligación alguna.

Hinata suspiró. Cada año era lo mismo, Adam siempre iba a donde sea que fuera su fiesta de cumpleaños y después de darle un extravagante obsequio, le pedía que volviera y que le permitiera ser querido por el propio Adam. Quería ser un padre, después de tantos años, ahora sí que quería ser un verdadero padre para el DJ. Eso ya es muy tarde, pero no se perdía nada con, al menos, intentar arreglar las cosas.

El DJ bajó los escalones que lo separaban de su padre y lo abrazó con fuerza. ¡Cuánto anhelaba tener ese contacto con él! Y sentir cómo le correspondía con tal cariño paternal, llenaron los ojos de lágrimas a Hinata. Claro que quería un papá, estuvo esperando por él durante estos veintitrés años; y por fin se le concedía un simple deseo que tuvo desde que fue pequeño y se dio por vencido al ver que su padre y madre jamás se presentaban a sus ceremonias y actos de la escuela: esa cercanía y ese cariño parental. Un simple abrazo.

Vinx vio esa escena desde la ventana que dejaba ver al exterior y sonrió. Ya era hora de que Hinata comenzara a quererse a sí mismo.

CONTINUARÁ
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#Jirafa

#Pitufina

#HinataCeloso

#EsosCalenturientos

(Usen el de su preferencia, por fis; Ya quité el de Vinx porque ya lo usaron, ahora deben usar unos de esos cuatro, preferentemente el de Hinat para que yo no ande jodiendo tanto)

“El Mundo de Miraku” es Patrocinado por el domingo que recibe de su abuelito que bondadosamente le da:

MIRAKU: Ya saben que Charlie, el siempre buen amigo Charlie, nos acompaña en estas transmisiones porque es al que mejor confianza le tengo después de mi almohada de emoji que tengo desde hace unos años. ¡Hola, roqueros!

CHARLIE: Te perdiste por mucho tiempo, sin dar señales de vida, ¿y es así como saludas? Da la excusa y acaba con esto.

MIRAKU: Cállate. Ya lo haré: Como dijo nuestro buen amigo Charlie, me perdí por mucho tiempo pero fue porque entré en exámenes y se me acumularon demasiados. Eran, fácil, dos por día. Luego había que entregar proyecto y para rematar: me enfermé muy gacho y pues como iba a la escuela enferma, me tardé en curarme. Ya acabé. Ya volvieron los capítulos a su ritmo normal. Y como vienen vacaciones. Ando más tranquila.

CHARLIE: Qué específica...

MIRAKU: Qué grosero. Como sea, ¿qué les pareció? Ahora hubo capítulo con los calenturientos de Vinx y Hinata. ¿Vieron a Alexandra? Esa es una mísera probadita de lo que ella será en esta historia. Ella es la mala, pero ya verán por qué y cómo lo será. Porque se pondrá mucho peor. Y les di un limoncito de regalo y ¡al papá de Hinata! Pongan atención a esos detalles, los necesitarán en el futuro. L que escribo no es en balde, todo tiene relevancia, diles por qué, Charlie

CHARLIE: Porque eres una enferma. Me quiero ir de aquí.

MIRAKU: Ay, qué frío eres. Bueno, dos curiosidades:

  • El cuerpo de Alexandra está basado en el cuerpo de una amiga cercana mía y unas modelos que vi por allí. Pero mi amiga no es de la misma actitud que Alexandra.
  • Cuando planeaba la historia, no creía que rebasaría los veinticinco capítulos. Tengo estimado que tendrán una duración de entre 40 y 45 capítulos, dependiendo de cómo los desarrolle.

MIRAKU: Eso es todo (es difícil escoger curiosidades que no den spoilers importantes sobre la historia), espero con ansias sus reviews. Recuerden que la opinión de los lectores, para los escritores, son alimento del alma. Los quiero mucho y Charlie también los quiere pero le cuesta admitirlo, porque sólo tiene espacio en su corazón para Spencer. Por cierto, va a ver una sorpresita especial que espero quieran colaborar en ella para el capítulo 29 ¬w¬.

CHARLIE: ... Suficiente, me largo de aquí.

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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