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Y ante todo, ¿por qué él? por Miraku

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Notas del capitulo:

CANCIÓN:  Because Of You –Kelly Clarkson.
(Esta canción es como muy romántica y, no sé, le queda, sólo les digo que LE QUEDA al capítulo. Ya se viene lo shido)

¡Hola, roqueros!

CHARLIE: ¿Por qué fallaste en tu promesa de puntualidad?

MIRAKU: Porque tuve muchos contratiempos. Hablo en serio, mis roqueros, resulta que tenía mi capacitación social y una fiesta en los días donde puedo ir a buscar internet y actualizar. ¡PERO! Yo bien lo dije, estoy de vacaciones y mencioné que: si me atrasaba en actualizar ¡tendrían actualización doble! ¿Y qué creen? Traigo dos capítulos fresquecitos y llenos de dolor para ustedes.

Sin más, a leer:

Hinata empacaba unas cuantas cosas para el pequeño viaje que se disponía a realizar. Era un viaje totalmente ajeno a lo que tenga que ver con trabajo o su decadente estado de ánimo. Era algo que debía haber hecho hace tiempo pero que hasta ahora encontró el instante y la excusa perfecta para ejecutar su traslado temporal a un lugar muy importante para él debido a su pasado.

Nunca se vio en la desesperada necesidad de escapar un rato de su realidad. No hasta haber conocido a Andrew y haber decidido hundirse en el infierno que es ese hombre... Hasta que se dejó pecar por él. Era una cuestión que lo tenía ansioso. Y mucho. ¿Seguía enojado con él? Por supuesto. De hecho, la situación agravó en muchos aspectos que el DJ ya consideraba como absurdo y muy abrumador.

La aún novia de Vinx le ha estado jodiendo demasiado desde que el baterista supo que ella está en cinta. De hecho, la mujer llegó a las oficinas de Ony Music Re:cords con el único propósito de ir a hablar con Hinata. Y con hablar, podemos inferir a que fue una vívida pelea. Cada uno defendió su punto de vista y se ejecutó como no se esperaron. Hinata quería seguir estando junto a Andrew. El DJ comprendía en una mejor manera que lo correcto para el baterista fundador de CaNniBaL es que cambie de aires y de perspectivas. Más, a pesar de esa verdad, hay una razón sobre demandante: un hijo de sangre. Alexandra segura y presume que está esperando un chiquillo de Andrew.

Más Hinata no le cree ni una sola palabra; y no porque él lo quiere así y le es más conveniente para él, sino porque es imposible que esté tan segura conociendo su podrido historial coital. Tomando en cuenta la clase de mujer que es la modelo, es probable que Hinata tenga una o dos cartas más debajo de la manga. Pero con tal de desenmascarar quién es Alexandra, en realidad, haría lo imposible.

No lo hacía simplemente por conveniencia, también lo hacía por Andrew y por sí mismo.

Miró su pequeña maleta, de color negro y con varios llaveros de varios lugares que ha visitado, y suspiró. Aparte de haber estado teniendo problemas con Alexandra –que raramente no han pasado a mayores como él ha intuido que sería–, la situación con Andrew es pésima. Le duele verlo, se siente maltratado y nervioso cuando el baterista está cerca. No se siente con la capacidad de terminar con lo que comenzó a hablar con el que es su novio secreto. Porque, según él entiende, son pareja desde hace ya unos meses. Pero era complicado, tenía miedo a descubrir más cosas que le rompan más la existencia de lo humanamente permitido. Sentía pavor de que Andrew abra la boca y suelte más veneno sin querer hacerlo y le lastime. No quería eso. Sólo deseaba que todo fuera como antes o que mejor todo fuera diferente. Quería tener una relación estable, ¿es eso mucho pedir? Sí, probablemente.

No quería pagar las consecuencias de sus actos de esta forma y con esta persona. Dolía demasiado, en serio que sí. Llegando a un punto donde el dolor ya es parte del día a día de Hinata. Solamente por sus venas corría el sentimiento de abandono y de inmensa tristeza. ¿Así que esto significaba lo que es haber utilizado a las personas? El DJ estaba completamente arrepentido de haber sido tan cruel y descarado como para haber jugado y utilizado a tantos hombres con tal de él no salir herido. En especial hablando de Spencer.

Y ahora que él fue el utilizado y traicionado, no podía evitar sentir la irremediable furia. Alguien a quien ama con todo su corazón lo ha utilizado y jugó con sus sentimientos frágiles y de papel. Una triste melodía acompaña a su son de una manera tan desolada y gris que el DJ no puede evitar verse afectado en su trabajo. Todo mundo lo notó: el chico de cabellos azules no estaba haciendo bien las cosas; no tenía el ánimo para poder hacerlo. Tanto así, que McGiffen vio más conveniente darle esos días de descanso. Se notaba el importante productor musical preocupado por el DJ, que mejor decidió pausar el proyecto y dejar a Hinata en paz unos instantes. Instantes donde éste pudiera respirar sin apuros y buscar una eficaz solución al problema. El productor creía que era debido a que ya se cumplió un año de la muerte de la abuela del chico.

No era por eso.

Era por problemas del corazón.

—Ojalá te hubiera conocido en otro lado, Andrew... —Susurró un dolido chico viendo a un punto muerto de su lujosa habitación.

Sin poder evitarlo, comenzó a llorar nuevamente. Apretó sus párpados y trató de tragarse cada dolor de su patético sentir. Sus sollozos se ahogaron con su descontrolada respiración y se abrazó a sí mismo. De pronto, hacía mucho frío en su hogar. Lo único que lo consuela –como viene siendo desde hace ya siete años– fue la soledad de sus cuatro paredes. Estaba solo en esto; y, sin embargo, deseaba en demasía que no fuera de esta manera en esta ocasión: quiso que Andrew estuviera en esa ocasión junto a él y sentir cómo esos fuertes brazos lo acurrucaban y esa potente y seductora voz le susurraba cosas que deseaba escuchar por más egocéntrico que fuere. Quería escuchar que es hermoso, que vale la pena, que no es un error, que él es alguien único, que él es el amor de Andrew.

—Tonto, jodido idiota, ¡malnacido urgido sexual!... —susurró entre dientes y rencor—; no me hagas esto, no tú... Te amo..., te amo tanto, estúpido... Duele, duele ser tan tarado como tú, y eso es porque sigo queriéndote...

Golpeó su puño contra su maleta unas repetidas ocasiones donde sacó cada rencor y odio que sucumbe su cuerpo de tal manera que era inevitable no pensar que Hinata estaba muriendo en el mar que está compuesto por sus sentimientos. No podía evitar querer purgar cada sensación que atenuaba su ser. La manera en que sentía que era acorralado era sofocante y dolorosa. Andrew, Andrew, Andrew, Andrew es el culpable de cada color gris y ruptura que componía la melodía rota que es Hinata; así como el culpable de hacerle tan jodidamente feliz y vivo por su simple presencia.

Sin querer seguir con sus pensamientos, decidió agilizar sus movimientos y en menos de veinte minutos ya se encontraba saliendo de su lujoso Pent-house, que es vecino con el manager de CaNniBaL. Sinceramente, no quería pensar ni saber nada de lo que tuviera que ver con su novio. No quería, por ahora, sufrir debido a él, es ridículo y muy absurdo. ¡Es el increíble DJ Hinata, nada puede perturbar sus sentimientos!

—¿Cuánto tiempo te vas? —Preguntó una grave voz cerca de su oído.

No podía ser cierto...

Era Alexis.

Hinata se dio la vuelta de manera inmediata y enfrentó al manager de la banda innombrable. El guapo y alto hombre estaba perforando su cuerpo de una manera brutal con aquellos ojos grises y semblante estoico. Comprendía que es su vecino y se lo pudo encontrar de pura casualidad, pero nunca han intercambiado palabras como residentes continuos. Era la primera vez que Alexis se dirigía a él de esa manera. Y no era por algo común y corriente, sino por la repentina retirada del DJ Hinata.

—N-no lo sé... —Respondió tembloroso el  de cabellos azules—. Un par de semanas, tal vez...

—Trata de no tardarte, no queremos que el trabajo se atrase... —el manager se acercó de una manera provocativa a Hinata—... No quiero que él siga extrañándote..., Andrew te necesita más que cualquiera, Hinata.

Y sin previo aviso, el manager besó los labios del último nombrado. Un roce certero y bien marcado entre ambos. Claro que no duró, Hinata se separó sorprendido por la acción venida de alguien como Alexis, además de que su corazón se disparó debido a las sensaciones que se acumularon en su garganta y su sangre tiñó sus mejillas de un caliente rubor. ¿Por qué le había besado?, ¿con qué propósito? Si Alexis sabe de la relación y cercanía que tiene con el baterista, mínimo hubiera respetado ese hecho. Aquella acción justifica y respalda el tabú que se tiene de las bandas de rock: los integrantes gustan por robarse las parejas entre sí.

—Se nota que lo quieres..., suerte.

Sin nada más que haber susurrado aquella sentencia, como si lo anterior nunca hubiera pasado, Alexis se dio media vuelta y se retiró a su propio departamento. El manager tenía otros asuntos que tratar antes de un DJ con el corazón partido. No era su campo el consolar, ya de por sí tiene muchos problemas con Henri...

Hinata simplemente salió corriendo, con el rubor aun decorando su bello rostro y sus ojos sucumbidos en espanto.

~*~

El taxi lo dejó frente a una casa de dos plantas con aspecto perfecto para el ambiente que la rodea: la playa. El sol estaba a punto de esconderse y Hinata sólo pagó el monto acordado por el transporte y salió para dirigirse a la puerta. Con la maleta colgada en su espalda y su corazón roto en su puño izquierdo, Hinata timbró al llamado de ser atendido. Esperó y unos segundos después, un apuesto hombre abrió la puerta. Ambos sonrieron por encontrarse.

Era un hombre alto y delgado, con contextura firme y fuerte. Su piel bronceada contrastaba de perfecta manera con su cabello rubio corto y alborotado en capas; sus ojos cafés no estaban mal y las miles y miles de perforaciones que rodean su cuerpo lo hacían atractivo en varios sentidos. Sus labios, su ceja derecha, sus orejas, su nariz, manos, clavícula y ombligo eran partes de cuerpo a la vista que estaban decorados por algún tipo de pirsin. Y la sonrisa tan serena y el enorme tatuaje por todo su brazo izquierdo, eran una perdición.

Ese mismo desconocido, por ti, lector amado, sonrió más alegremente y se lanzó a abrazar a Hinata. El DJ dejó caer su maleta por la inercia. Con fuerza fue el acto y lo cargó. ¡Estaba tan emocionado de volver a ver justamente a ese chico! Se vieron a los ojos. Hinata rio por la falta de tacto para ser recibido y se aferró al cuello del rubio; y, al final, se escondió en el hueco de la curvatura del cuello de quien lo cargaba.

—Te extrañé... —susurró Hinata, aguantando las ganas de llorar.

—¡Tú fuiste el que me abandonó! —Contestó fingiendo enojo el rubio—. ¡Yo debería ser el que debería decir que te extrañó y enojarme! Pero es imposible, tu linda carita siempre fue mi debilidad.

Rio escandalosamente y no dejó de cargar a Hinata. Se veían directamente a los ojos. El DJ sabía que este lugar sería su mejor refugio de todo el mundo contra él. Sólo con este hombre es donde podría descansar y pensar en cómo continuar su vida sin afectar a terceros. Tiene mucho por vivir y no tiene por qué desaprovecharlo, él ama a Vinx. Pero, por ahora, era mejor tratar de no pensar en él ni en lo que conlleva a ese baterista.

—¿Bajaste de peso?, ¡ya no pesas nada, lindo! —Exclamó el rubio.

Hinata rodó los ojos y se dejó mimar unos instantes más por el hombre que no pensaba dejar de cargarlo. Y más ahora que, según el rubio perforado, está más ligero. Lo estaría molestando por unos instantes más sobre la plumita que siempre fue y será. No es broma, Hinata nunca tuvo ni tendrá una contextura fornida, siempre fue delgado y ligeramente afeminado. Ese era su encanto para obtener todo lo que desee.

Rio junto al rubio que lo cargaba por todo el jardín frontal de la bonita propiedad. Éste no dejaba de hacerle bromas y decirle apodos a Hinata. Era siempre de esa manera. Y el DJ tampoco estaba realmente molesto, seguía bien aferrado al cuello de quien lo cargaba y le sonreía con sinceridad. Contestaba casualmente cuando de verdad una broma fue pesada pero sin llegar a pelear con el guapo rubio perforado. Esta rutina era especial para ellos dos, no pueden evitarlo, no se han visto en tanto tiempo.

—¿A qué has venido? —Preguntó el rubio cuando dejó al DJ en el suelo, por fin.

—¿Le darías asilo a un lindo chico como yo por unas semanas, Chad? —Preguntó mientras formaba un adorable puchero e imitaba su mejor carita de gatito abandonado para convencer.

—Siempre serás bienvenido, y lo sabes. Entra, Hinata lindo~.

El chico sonrió y entró a la propiedad sin dejar de ser abrazado por el que responde al nombre de Chad.

Definitivamente, era bueno volver a verlo...

~*~

El DJ se instaló como gustó en la habitación extra que tiene Chad y decidió adaptarse al ambiente. Se cambió por un atuendo, igual de divino que los de siempre, mucho más cómodo y agradable: un pantalón deportivo flojo de color gris y una sudadera corta de color vino, dejando ver un nuevo detalle en Hinata: tenía perforado el ombligo. Lo había hecho porque Vinx apostó con él. Habían apostado por ver si el DJ era capaz de perforarse el ombligo, y como sí lo hizo: Andrew tuvo que ser su esclavo en todos los sentidos por dos semanas. Esos son momentos que ocurrieron con anterioridad y que le recuerdan en el presente que Andrew es alguien de quien difícilmente se podrá deshacer.

Ya estando más cómodo, dejó su habitación temporal y bajó a la planta principal para ver en el televisor alguna película o algo que le interese. Se dejó caer en el enorme sillón, subió sus pies y se acomodó como gustó para disfrutar de lo que resta de esa tarde de flojera. Tomó el control y se dispuso a buscar algo para distraerse por completo.

Por fin encontró una película y se dispuso a disfrutarla.

—¿Quieres algo de beber, lindo? —Preguntó Chad, quien entraba por la puerta corrediza trasera con dirección a la cocina.

—Un café negro con mucha azúcar, ya sabes..., por favor... —pidió distraído el DJ con la película.

Chad rodó los ojos sonriendo y se dispuso a preparar la bebida favorita del chico que ahora se encontraba en su sillón de su sala principal. Mientras la cafetera producía su infusión deseada, se dispuso a observarlo bien: esas facciones y características que definen a Hinata no han cambiado en lo absoluto. Seguía siendo tan atractivo a su manera: con sus rosados y carnosos labios, sus ojos destellantes, su piel nívea, su cuerpo tan apetecible y su personalidad tan indomable. Suspiró el rubio y terminó de preparar la bebida de su invitado, él, por su parte, sólo tomaría una cerveza.

Le llevó la taza humeante a Hinata y se la entregó, dirigió su vista a la pantalla y aguantó una inminente carcajada. El DJ estaba viendo una película musical para público infantil y juvenil. Esa no era la fuente de su risa, sino que el chico de cabellos azules estaba cantando en voz baja la canción que estaba en esos instantes transmitiéndose.

—Hazme campo —pidió Chad.

Hinata lo hizo y dejó que el rubio lo apresara entre sus brazos. Era común que hicieran eso, desde jóvenes siempre tuvieron esta cercanía. Se acurrucó en ese fuerte cuerpo y siguió viendo la película. Ya la había visto unas cinco veces con anterioridad, pero, por alguna razón, le gustaba como si fuera la primera vez que la presenciaba.

Se quedaron callados y, con el tiempo, la película terminó, al igual que el café de Hinata y la cerveza de Chad. El largometraje llegó a sus créditos y Chad ya no pudo soportarlo más; moría de curiosidad.

—¿Qué te hizo venir así, de la nada, lindo? —Preguntó por fin mientras admiraba el cuerpo del contrario levantarse, estirarse y despabilar el sueño.

Hinata estiró sus brazos y cerró sus ojos para voltear a ver y sonreír roto: —Necesitaba descansar del trabajo, sólo eso...

—Fingiré que te creo, pero, cuando estés listo, dime la verdad, ¿sí? Sabes que puedes confiar en mí... Por ahora, ¿qué quieres cenar: sushi a domicilio o tacos a domicilio?

El DJ sonrió y se lo pensó por unos segundos.

—Tacos a domicilio, definitivamente... Ah, y tú pagas, por flojo y no querer cocinar.

Chad se rio y se dispuso a hacer la llamada. Mientras tanto, Hinata se dispuso a salir a para meter sus delicados pies en el agua en la piscina de Chad. Vio cómo el atardecer estaba en su ocaso con mayor fulgor y los colores fríos y oscuros ya predominaban. Se acercó y se sentó en la orilla de la alberca, metió la cuarta parte de sus piernas y suspiró. Por algo también vino a refugiarse con Chad: no estaría agobiado con los problemas de su familia, es privado y era un opuesto a Andrew. Lo reconocía a perfecta vista. Chad es alegre por naturaleza y Andrew está siempre alerta y se enoja con frecuencia (aunque para el DJ esa era una faceta muy adorable). El rubio lleno de perforaciones no cocina, y su novio secreto siempre le ha preparado de comer cuando están a solas en cualquier departamento de ambos.

¡No quiere pensar en él, no ahora!

Y ahí estaba: comparando a su amigo con su novio. Sólo para rememorar cada faceta que sus ojos han presenciado de su rubio baterista. No puede evitarlo, él ha sido su razón de sonreír y llorar. La razón por la cual ha cambiado y le ha enseñado en tantos y tan variados sentidos lo compleja que puede ser la vida. Era cruel la situación.

¿Por qué embarazó a Alexandra?

Hinata juega con hombres, pero no es un rompe hogares descarado y desalmado. Él sabe perfectamente lo difícil que es un matrimonio, lo feo que es la infidelidad y lo cruel que es la conveniencia. Sus padres son su claro ejemplo: siempre ha visto en ellos todos los fallos de una relación. Y lo ha proyectado viendo a la modelo y al baterista; están acabados y un embarazo no los uniría. Sólo los juntaría por compromiso, pero la criaturita que nazca sufrirá los agravios que ellos dejarán por su infelicidad. Hinata sabía por carne propia aquello. No es algo bonito. No. Sus padres lo abandonaron porque primero debían lidiar con sus problemas; fue un corazón desolado que nunca esperó más que la sonrisa y apapacho de sus progenitores. Nunca los recibió porque éstos no eran felices entre sí.

Si Alexandra y Andrew no son felices juntos, ¿cómo serán capaces de criar a un niño –o niña– con la certeza de que será lo correcto? Las probabilidades de que eso no sea factible son muy altas. Y deberían darse cuenta de que eso provocarán sin quererlo. Parecía que tomarían las malas decisiones por el estrés.

¿Consideraron al bebé, primariamente?

No.

¿Consideraron su felicidad?

No.

¿Lo consideraron a él, como detonante de la situación?

No, lo enajenaron.

¿Estaba buscando, alguno de los tres, conveniencia?

Sí.

¿Estaban siendo sinceros?

No.

Como se puede dar uno cuenta, nada estaba saliendo bien. Alexandra jugó sucio y estaba, solamente, creando una brecha mayor entre ella y su aún novio. Estaba siendo cruel. Estaba buscando su beneficio sin tomar en cuenta de que sólo rompe y despedaza más y más a un hombre noble que le entregó todo lo que pudo por querer verla feliz. Estaba rompiendo la felicidad de todo su círculo de amigos más íntimos. Estaba desequilibrando una vana armonía por culpa de sus caprichos.

Por más que la odie y la envidie, Hinata sabía que debía, ahora, pensar sobre Alexandra con la cabeza fría y más objetiva del planeta. Hay varias razones por las cuales las cosas pasan, pero hay algo innegable con respecto a las mismas: las cosas pasan por algo. Tienen una justificación y una validez que, aunque no lo queramos creer, está ahí presente para respaldar el dolor o la felicidad que causa.

Hinata quería soñar que él aún tiene una oportunidad. Que sólo era una fea pesadilla donde él era el que salía perdiendo y que el hombre que ama, se aleja de él; que en cualquier momento despertaría porque su cuerpo ya descansó o tiene sed o necesidades fisiológicas... Pero no es así, para nada. Todo es real y todo lo estaría a punto de perder. Perdería al hombre que ama, todos sus recuerdos tendrían que ser guardados. Ya perdió la confianza de su mejor amigo en toda la vida. Spencer está renuente a hablarle de una manera que no sea laboral o necesariamente debida. Ya no quería perder a más gente..., no quería quedarse solito en medio de las multitudes que se irían alejando poco a poco de su visión.

Se quedaría abandonado y, por más que grite y llore, nadie le auxiliaría.

«Por más que lo quiera... —pensó Hinata viendo su triste reflejo en el agua—, no hay manera de volver en el tiempo. No hay manera de evitar que me enamore de Andrew. Si tan sólo no hubiera aceptado trabajar en ese absurdo proyecto..., no me habría puesto en este dilema.»

Nuevamente, ¿qué culpa tiene una criaturita que no ha visto la luz el mañana?

Andrew es un hombre de estrictos pensamientos y Hinata dudaba de que el aborto sea algo que, siquiera, pase por la mente del baterista. Sinceramente, él tampoco quisiera recurrir a obligar la muerte de un ser que no tiene que ver con él. Tampoco es un sinvergüenza y un obsesionado. Quiere a Andrew, sí, pero tampoco buscaría por medio de la sangre quedarse con él; menos con sangre de un bebé.

Sus sollozos incrementaron. Había comenzado a llorar. Largos y cristalinos caminos de elixir salado caían recorriendo sus mejillas con delicadez y misma velocidad. Aquél líquido brillaba con las luces de la piscina y no podía evitarlo. Sentía que quería morirse, de pronto. No quería despertar del imparable sueño que le golpeó los ojos y ahora le invitaban a cerrarlos por siempre. ¡Era tan injusto! ¡No podía encontrar un razonamiento que le ayude a él! ¡Andrew tiene que alejarse de él!

¡Se acabó!

¡Todo lo más bello que ha vivido estaba en el punto culmen de su máximo!, morirá, se marchitará y pudrirá en el irremediable dolor. Así había sido la historia de amor para Hinata. Lo más difícil que jamás imaginó vivir estaba por acabarlo.

Perdió a Andrew.

Su corazón volvió a romperse.

Nadie...-

—Lindo, no llores, por favor... —pidió con voz queda Chad.

El rubio, al oír los sollozos de su lindo Hinata, dudó en si ir o no con él. Tal parecía que lo mejor sería dejarlo desahogarse solo y que le cuente, posteriormente, toda la verdad como se debe. Sin embargo, no lo resistió y decidió aventurarse por saber qué es lo que acongoja y deprimía al DJ. Se sentó junto al chico de cabellos azules, metiendo igualmente sus pies al agua, y lo abrazó. No podía tolerar ver ese rostro llorar.

—Soy un tonto, Chad —susurró con voz cortada Hinata—. No pude evitarlo y ahora ya no quiero dejarlo ir...

—¿Qué cosa?, ¿qué es lo que te sucedió, exactamente?

Hinata se aferró a la playera de Chad y volvió a ahogarse en lágrimas y lamento. No podía evitarlo, todo lo que tuviera que ver con Vinx le volvía débil y sensitivo. Estaba harto. ¡Estaba harto de llorar por un tarado que embarazó a otra! Él no tenía por qué derramar su dolor por un error ajeno que probablemente sea falso. Hinata no debía de sufrir algo que no tiene que ver con él, a final de cuentas. Al DJ debía darle igual y mejor jugar con Andrew como siempre vino haciéndolo. A pesar de todo, eso debió hacer; más la cruel realidad le ponía en frente una situación detonante: está enamorado de Andrew.

Por eso no podía darle igual. Por eso no pudo mandar al demonio al estúpido baterista y no puede continuar con su vida como se merece hacerlo. ¿Por qué? Es mucho más sencillo de lo que se pinta, estimado lector, Hinata pudo haber sido cruel y darle igual y seguir con Vinx, follando y haciendo lo que se le venga en gana. Pudo haberlo hecho pero, su amor por él le rebasaba toda convicción anteriormente tenida. Pudo haber insinuado a que Vinx le sugiriera a Alexandra a abortar. Hinata tuvo muchas oportunidades para arruinar esa pareja de peor manera y él quedarse con el premio mayor. Pero no lo haría. No más.

Vinx no es ningún premio (ni merece serlo).

—Fui humano, Chad..., eso es lo que sucedió...

~*~

Pasaron cerca de cinco días desde la llegada de Hinata a la casa de Chad. El DJ decidió de verdad descansar de todas sus responsabilidades y problemas como se debe y disfrutó de ser consentido por su amigo. Andaba, normalmente, sólo en bóxer ceñidos a su piel y una playera o sudadera corta. Dejando a la vista su deseable cuerpo. Y la carne es débil. Chad se veía muy tentado por Hinata, sentía que en cualquier instante se dejaría ir por su lujuria...

Esa tarde era soleada. Perfecta para salir a la playa y divertirse un buen rato en las olas o tomando el sol. Sin embargo, Hinata decidió gastar tan magnífico ambiente para quedarse en el sillón buscando alguna película o serie que le entretenga. No quería ver su teléfono: lo había apagado para no hablar con nadie. Era mejor de esa manera, sin tener que sufrir por cierto sujeto que le quiere llamar para verse... Sí, definitivamente, así era mejor.

Ya se sentía mejor y sus visiones no son tan borrosas. Debía aferrarse a una convicción: es muy probable que el niño no sea de Andrew. Sí, con eso se piensa quedar y será mejor.

—Lindo, ¿por qué te gusta provocar a la débil carne? —Susurró sensualmente Chad al oído de Hinata.

Ya no podía más, quería volver a tener sexo con ese chico.

—¿A-a qué te re-refieres, Chad? —Preguntó en respuesta con tono alarmado—, siempre he vestido así cuando ando por tu casa... N-no es na-nada del otro mundo...

—¿Y recuerdas lo que hacíamos cuando andabas así por mi casa?

Chad rodeó el sillón y cuando estuvo frente a frente con el DJ, se inclinó a éste para restringirle la escapatoria. Una mano la posó en el exquisito y carnoso muslo del chico, mientras que la otra fue a parar al blanquecino cuello expuesto. Hinata se sonrojó y molestó. Él no había ido por esa razón con Chad. No quería follar.

—¿No quieres revivir esos momentos, lindo? —Acercó Chad su boca a la ajena—, esas veces donde te cogía duro y tú gemías y gritabas mi nombre por más...

—No, Chad, no vine a eso... ¡Déjame, hablo en serio!

Hinata empujó con algo de brusquedad al contrario y lo miró con claro enojo y cierto nerviosismo. Chad se sorprendió, jamás, en todo lo que lleva conociendo a Hinata, le ha negado una buena ronda de sexo. No se molestó, daba en realidad, igual aquella situación; lo que le sacaba de onda era que el DJ sonaba muy decidido a no tener nada con él y parecía que con nadie. ¿Por qué? Esa era la única cuestión que vagaba por la mente del rubio con respecto al comportamiento del DJ.

—Entonces, quiero intuir que por eso has venido a pedir refugio conmigo —suspiró cansado el rubio perforado—. Ya va siendo hora de que me digas qué pasa contigo, Hinata. Llevas cinco días con una actitud muy deprimida y no quieres hacer nada más que ver tele o dormir. ¡No haces nada más que eso y me desespera!

—Lo-lo siento..., no me di cuenta de mi comportamiento... Si..., si te cuento, ¿juras no reírte de mí?

—A menos que sea gracioso, pero no, no me reiré nunca de ti, Hinata.

Esas palabras fueron el suficiente aliento para que el nombrado sonriera con sinceridad después de unos días, desde su llegada. Estaba en confianza, y puede que Chad le dé un consejo. Vago pensamiento, pero le inspiraba a decirle lo que sucede y recibir un hombro dónde apoyarse.

—Conocí a un hombre, Chad —comenzó Hinata con la mirada gacha, sus mejillas ardían—. Y amo a ese hombre, a pesar de todas sus idioteces, lo amo mucho. Pero, nuestra relación es a escondidas y nadie sabe de ella, más que unos cuantos. Sucede que él tiene novia, y ella es hermosa y todo lo que cualquier hombre desea en su cama. Pero es egoísta y cruel con él. Pensaba terminar con ella para estar conmigo y me ilusionó como nadie nunca lo hizo. Me prometió que no me dañaría, que yo soy a quien quiere, que la dejaría a ella... Y parece que no cumplió nada conmigo. Me volví un masoquista porque no quiero dejarlo ir, quiero tener una vida con él. ¿Es eso mucho pedir?

—¿Qué hizo eso hombre para que todo se fuera a la mierda?

—Embarazó a su novia... —Hinata cerró sus ojos y suspiró con ahínco—. Bueno, ella asegura que el niño es de él; pero resulta que entre ellos dos está el trato de poder engañarse libremente con la condición de que sea cosa de una sola noche. Él y yo tenemos también la coartada de que el bebé no sea suyo...

—Pues ya para que tengan una relación de ese tipo es porque no hay compromiso ni mucho menos amor. Ese hombre y esa mujer están juntos porque les conviene... ¿Tú dices que lo amas mucho, no?, ¿de quién estamos hablando? De la farándula con la que te codeas, sólo conozco a uno con una novia y un trato de esa índole, y es Vinx, de CaNniBaL.

Hinata sonrió al escuchar el nombre artístico de su novio en boca de otros. Suena tan bien en cualquiera... Asintió y miró a los ojos del sorprendido rubio perforado. Nunca lo imaginó. 

—¡Pero se supone que él es homofóbico! —Exclamó sorprendido Chad—. Es increíble que estés en relación con él y que estés justamente enamorado de él... ¡su novia es todo lo que cualquiera desearía! ¿Alexandra está embarazada? No ha salido nada en las noticias... Ni siquiera se ha visto a esa chica en ningún medio hace mucho...

—Lo sé y me hace sospechar de que esconde algo más que un simple embarazo... De todo lo que te dije, te quedaste con lo que mencioné sobre la modelo... ¿En serio ella es el tipo de mujer que cualquiera quisiera?

—Por supuesto. ¿Quién no querría tener en la cama semejante mujer con tal cuerpo? De hecho, mi vecino es así de afortunado...

—¿Qué?

¿Por qué la conversación se desvió de esa manera?, ¿ahora qué tenía que ver el vecino de Chad con toda la situación? Algo ya olía mal y a Hinata le interesó lo que acababa de escuchar... El modelo de la chica soñada es del tipo de Alexandra. Un cuerpo así de logrado como el de la modelo es difícil, y más siendo natural como el de la involucrada. Podría ser que esto ayudara, por fin, a que Hinata se disponga a buscar de mejor manera lo que quiere: pruebas para demostrar que Alexandra fue infiel primeramente a Andrew que como ella lo quiere hacer ver.

—Sí, mi vecino tiene una increíble novia. La he visto unas cuantas veces, siempre trae gorra y lentes, así que no se le ve el rostro, y se la pasan encerrados, es candente la chica...

—¡¿Cómo es ella?, ¿cuánto tiempo se queda?! Dime todo lo que sepas, Chad.

—Tranquilo. Sólo sé que tiene la fisionomía del tipo de Alexandra, se parecen; ya ves que las mujeres quieren tener el mismo tipo de cuerpo entre sí para darse envidia... Y viene cada dos o tres semanas y se queda el mismo tiempo con mi vecino. Salen y hacen cosas que cualquier pareja hace... ¡Espera, ya sé por dónde vas! ¿Estás infiriendo que...-

—Sí, ahora... ¿Cuándo crees que venga esa mujer?

—Posiblemente la próxima semana... Hinata, si es cierto lo que crees..., descuida, te ayudaré.

El chico de cabellos azules sintió cómo todo su cuerpo tembló debido a la adrenalina del peligro que conlleva a lo que está por hacer. Era una oportunidad única en su especie, se trataba de algo más allá de su propio beneficio. No es difícil intuir que lo que el DJ planea es averiguar si esa novia del vecino es la misma novia de Andrew. Habría que esperar. Chad soltó la boca pero lo hizo bien. Ahora Hinata tenía una probable oportunidad de oro y ayudar a Andrew. Podría ser que, en realidad, el bebé sea del vecino y, también, que la mujer haya engañado a Vinx mucho antes que éste con el DJ. Si era así, se podría decir que el baterista combatió fuego con fuego a los engaños de Alexandra. La mujer no tendría por qué señalar de infiel y traidor a Andrew si ella misma lo fue antes. Perfecto.

—¿Sabes, de casualidad, cuánto tiempo tiene el vecino con su novia, Chad? —Preguntó Hinata dudoso. Se trataba de la duda principal y que marcaría el inicio o final de su búsqueda.

—Ya bastante tiempo..., cerca de tres años.

O sea que, si ella es Alexandra, ha estado engañando a Vinx por mucho más tiempo que él. La mitad de su tiempo juntos fue en vano si se supone que la modelo tiene seis, siete, años con el baterista.

~*~

El día donde probablemente la novia del vecino había llegado. Hinata estaba impaciente y cada sonido de auto que escuchaba de afuera lo llamaba para ir a ver por la ventana. Estaba desesperado. Ya eran casi las siete de la noche y ha estado con esa actitud todo el santo día. Insistía que era su única oportunidad de recuperar a Vinx, de que algo se pusiera en su favor y ya nada más lo atacara como lo han atacado últimamente.

—Hinata, cálmate, te dije que era posible que venga —habló Chad algo harto del comportamiento infantil del nombrado—, puede y que ella no sea Alexandra. Las mujeres ahora se copian mucho entre sí en cuanto al aspecto y forma de vestir, y ella es modelo, es una fuente de copias.

—Algo me dice que esta vez no es así, Chad...

Otra vez el sonido de auto se oyó como eco de la bonita residencia del rubio perforado. Hinata, debido a que ha sido su actividad de todo el día, se dirigió a ver disimuladamente por la enorme ventana que daba vista al exterior frontal. El ángulo desde donde él se encontraba era perfecto porque no le verían y él sí podría apreciar todo su entorno. Había llegado un auto que era del servicio “Ubber”, de color negro y bien cuidado. De él, salió una chica, mientras que el conductor se disponía a abrir la maletera y sacar el equipaje de la clienta. La mujer iba vestida con pantalones cortos deportivos pegados a su cuerpo, ombliguera que contrastaba con la chamarra que traía y la gorra y lentes de sol en verdad tapaban las claves esenciales para Hinata.

—Maldición, debo ver sus ojos... —susurró Hinata.

—¿Por? —Chad se acercó y vio que la sospechosa por su amigo en verdad había llegado.

—Hay algo que distingue mucho a Alexandra y son sus ojos, lo sé. Ah, y su cabello, largo y con degradado rubio que, en mi opinión, le quedan muy mal.

La mujer fue recibida por un apuesto muchacho alto y fornido y, también, por un bello perro Golden que salió encantado al encuentro de la pareja. La chica sonrió y abrazó encandilada al hombre y se dieron un pronunciado beso. Segundos después, que fueron eternos para Hinata, la sospechosa se agachó, abrazó y mimó al can con suma dulzura y afecto. Parecía encantada con el animal.

—Me parece difícil de creer que ella sea Alexandra...

—¿Por qué? —La afirmación de Hinata llamó la atención de Chad.

—Esa mujer es muy amigable, y Alexandra es una vieja bruja insoportable.

El DJ se retiró de la ventana, siendo seguido por Chad, y suspiró. Chad se cruzó de brazos. Ahora pasaba a la fase dos de su plan, tenía que buscar cercanía con los de a lado para poder escuchar o buscar pista alguna que verifique en un cien por ciento que ella es Alexandra y así dejar de sentir ese hoyo en el estómago. No sabía si eso era bueno, malo, o porque, debido a sus nervios del día, no había comido en todo el día.

~*~

Chad tenía razón. Hinata no estaba haciendo muchas cosas productivas durante el tiempo en el que ha estado quedándose. Sólo veía tele o dormía, y, si acaso, jugaba y bobeaba en la computadora del rubio perforado. Así que, como petición de parte de Chad, decidió salir al jardín trasero, donde está la piscina, y nadar un rato. El clima estaba muy amigable para hacerlo y era reconfortante. Debía estirar y mover su cuerpo. De verdad que, por primera vez en tantos años, se iba a descansar del trabajo como ahora lo había hecho.

Se sentó en la orilla, dejando que sus pies se acostumbren al cambio de temperatura, y respiró hondo. Estaba solo en la casa, Chad salió a hacer quién sabe qué cosa. Tomó impulso y valor y se sumergió al agua. Salió segundos después, para tomar aire y pasar sus azulados cabellos hacia atrás. Sí, definitivamente, necesitaba hacer eso. Así que se dispuso a nadar por lo largo de la alberca y disfrutar de la serenidad.

Eso no duró mucho.

Escuchó cómo se abría la puerta trasera de la casa de al lado. Se alarmó. Así que se mantuvo quieto. Debido a la oscuridad y el punto donde él se encontraba, quien haya salido no lo podría ver busque el ángulo que busque. Algo andaba mal. El vecino, según Chad, es reservado y parece que nunca sale de su casa. El perro es tranquilo y nunca hace alboroto. Sólo podría ser la novia la que salga a esas horas de la noche al jardín trasero, según el razonamiento del DJ.

Un teléfono sonaba con insistencia, la mujer bufó claramente molesta y contestó:

—¡Andrew, por una vez en tu vida, ¿quieres evitar estarme llamando cada puto segundo cuando salgo fuera?! —Exclamó enojada.

Bingo, era la voz de Alexandra. Había salido de “gira fotográfica” nuevamente y su novio le estaba llamando para saber sobre su estado. Vinx siempre insistió en saber, mínimo, el estado de Alexandra cada que sale. Hinata veía siempre la preocupación y necesidad del baterista por querer saber sobre lo que hacía la modelo. Y ahora que ella está en cinta, con más razón. Si no mal recordaba, Alexandra debe de tener menos de ocho semanas de embarazo. El nene dentro de su cuerpo es aún un embrión.

—Estoy bien, Dios santo..., ¡tan sólo tengo seis semanas de embarazo, exagerado! —Alexandra sonaba claramente enojada, parecía harta con las insistencias de Andrew—. Volveré en cuanto acabe e iremos al ginecólogo, no te alteres... Sí, sí, ¡da igual, sólo mándame la misma cantidad de siempre!... No pasará nada, ni se me nota... Como si me importara, realmente... Desde que dejaste a Hinata estás mucho más paranoico, supéralo..., ¿por qué? ¡Porque me vuelves loca con esos temas, basta de insistir!... Sí, sí, sí claro..., nos vemos...

«Ni por teléfono puede fingir que se alegra de estar con él, maldita...» Pensó sorprendido el DJ.

No se había movido en todo lo que duró la conversación. Si tan sólo hubiera grabado o algo por el estilo. Lamentablemente, si se mueve, puede ser encontrado por la mujer, y lo que menos quiere es meterse en ese tipo de problemas. Pero, no cabía duda alguna ya, esa mujer era Alexandra. No es como si hubiera tantas mujeres en el estado de la mujer y que tenga un novio llamado Andrew o que lo mencionara a él dentro de la discusión telefónica.

«Será mejor irme de aquí...» Pensó Hinata buscando con la mirada dónde dejó su toalla.

—Amor, ¿está todo bien? —Habló una voz masculina.

¡Maldita sea, porque dan todas las pruebas ahora que no tenía cómo evidenciarlas! Hinata bufó mentalmente y siguió congelado donde estaba. Chad iba saliendo al jardín e iba a hablar, hasta que Hinata le pidió que se callara con gestos y caras enojadas. El rubio comprendió y vio al jardín trasero de su vecino, estaban los sospechosos en acción. Miró nuevamente a Hinata y vio que le pedía que hiciera algo al respecto, Chad sacó su teléfono y puso la grabadora, mientras fingía buscar algo.

—Sí, cariño..., sólo era...- —Alexandra sonaba insegura y gentil junto a ese hombre.

—¿Era Andrew, verdad? No te alteres, ¿le dijiste lo de siempre, no?

—Sí, pero ahora Andrew anda más insoportable con esto del embarazo y con aquello del problema con Hinata, cosa que me da un poco de risa, la verdad, pensó que funcionaría esa estupidez de relación... ¡Y por todos los cielos!, tengo seis semanas, ya pasé por lo más difícil... Igualmente, ya me depositará lo de siempre, todo está en orden. A veces no sé si es muy tonto o de verdad se cree todo lo que le digo.

Hinata se molestó por lo que oía. Nadie puede decirle tonto a Vinx excepto él.

—Déjalo como que aún se lo cree, linda... Vente, comienza a hacer aire.

Alexandra miró al otro lado y vio que el guapo vecino rubio y lleno de perforaciones estaba haciendo unas cosas en su jardín, se alarmó. Pero cuando el chico la miró, éste simplemente sonrió y le dio el saludo de cortesía de “Buenas noches”. No debía ser, entonces, un problema. Saludó de vuelta con la mano y se retiró del jardín. Todo quedó en silencio.

Segundos después, Chad sacó su teléfono y guardó la grabación. Vio a Hinata y le sonrió, ya tenían una prueba.

El DJ estaba pasmado con todo lo que escuchó. ¡De verdad que esa bruja se las pagaría! Nadie lo tomaba por alguien así de sencillo de deshacerse. Ya vería, tendría a Andrew de su lado y todo se arruinaría. O vaya que así sería. Nadie le trataba de esa manera, Alexandra se lo buscó, bien, pues: que el juego comience.

—¿Sabrá esa mujer que hay cámaras por aquí? —Preguntó irónico Chad.

Hinata se sorprendió por lo que su amigo dijo y sonrió ampliamente. Estaba asegurado de que ganaría tener de su lado a Vinx. Ya nada podría hacer la modelo para evitarlo. ¡Ja! Ahora no lo pensó tan bien. El DJ suspiró agradecido de que por fin el sol parecía brillar en su favor y de que tenía una oportunidad de recuperar lo que aquella modelo le quiso arrebatar. Algo que ella ya perdió hace mucho y que él buscaría mantener de su lado.

~*~

—Sigo sin entender por qué viniste aquí para descansar —suspiró Spencer estando en el marco de la puerta de la casa de Chad.

Había ido a buscar a Hinata.

El tiempo en que se separó de su mejor amigo, el castaño pudo pensarlo mejor y se dio cuenta de que estaba siendo un desalmado con su mejor amigo. Lo quiere y debe de apoyar, además, no es como si estando enojado pueda resolver cualquier conflicto, para nada. Charlie también le hizo entrar en razón, pero de que aprendió la lección, lo hizo. Y ahora estaba listo para recuperar su amistad con Hinata y comenzar desde cero. Aún con el dolor en su corazón, pero ya era tolerable y entendía las razones de las causas y efectos. Todo sería mejor de ahora en adelante. Juraron ser mejores amigos toda la vida, Spencer buscaría cumplir esa promesa.

Y cuando el DJ le llamó, decidió que era momento de actuar como amigo y la auxilió con su petición. Pasar a buscarlo a la casa de Chad. ¿El problema?: Spencer detesta a Chad y sus inexplicables coqueteos que siempre le dedica. Ese rubio siempre ha estado encima del manager de Hinata y éste nunca lo tomó enserio. Muchos jugaron con los sentimientos del de ojos aguamarina, era claro que la forma en que Chad quería conquistar a Spencer sólo lo asustaría más y lo alejaría de él; además de que no es un hombre de fiar cien por ciento. Digamos que Charlie jugó bien sus cartas al acercarse de manera más lenta, aunque igualmente espantó a Spencer con aquello de que sabía muchas cosas sobre él pero decidió ir lento y de poco a poco; hasta haber encantado al castaño y ganarse un lugar de ese frágil corazón.

—Porque aquí nadie sabe que vendría y porque no Chad no es parte de mi familia —respondió irónico y burlesco el DJ—. Me hubiera ido con Macarena y Patricia pero eso implicaría ir a ver a mis padres y eso es algo que no tengo en mente, mucho menos hablar con mi madre. Veo a mi papá aparte, y siempre estoy en contacto con esas chicas; así que pensé que sería buena idea venir con Chad y relajarme... ¿No quieres saludarlo?, ¡él estaría encantado de verte! ¡Chad, Chad, mira quién vino!

—¡Cállate, no quiero verlo! —Respondió asustado y ruborizado el castaño—. No seas así, ¡Hinata!

Muy tarde, Chad bajó debido a todo los gritos y porque traía la maleta de Hinata. Le había hecho el favor de ayudarle con su equipaje. Parece que de verdad el DJ se desapareció por dos semanas únicamente. Y ya estaba rejuvenecido para poder trabajar y hablar con Andrew, y, si se podía, pasar una agradable tarde con él. Nadie podría quitarle el buen humor que tiene, y así quiere mantenerse.

Chad vio a Spencer y sus ojos brillaron de emoción, ¡moría por verlo, también! El rubio siempre tuvo una obsesión por el par de amigos, pero más por Spencer. Cuando lo conoció, era tan sólo un crío como Hinata, pero era mucho más inocente y asustadizo; eso encantó al rubio. Desde entonces, siempre quiso acercarse al castaño, pero éste lo tomaba como una mala broma y lo evadía. Eso nunca desanimó a Chad, al contrario, la atraía específicamente eso del manager del DJ.

—Existen los milagros porque ahora puedo verte, Spencer —dijo feliz el rubio, acercándose peligrosamente al espacio personal del nombrado.

—Es bueno volver a verte, Chad —dijo con un puchero incómodo el chico castaño—. Si nos disculpas, tenemos que irnos y-

—¡Pero si apenas nos volvimos a ver! —Interrumpió Chad mientras abrazaba a Spencer— ¡Hay tanto de lo que quiero hablar, y hacer, contigo!

Hinata se aguantaba la risa y decidió adelantarse hasta el auto de Spencer y dejar sus cosas. Cuando llegó, vio que su amigo no venía solo: Charlie estaba del lado del conductor viendo por la ventana mientras fumaba. Hinata palideció, si Charlie veía todo el dramita que Chad estaba armando por querer estar con Spencer, el rubio podría ir considerándose muerto. ¡Sería tan gracioso! Así que el DJ carraspeó incómodo e hizo que el bajista de CaNniBaL lo mirara, el chico de cabellos azules instó a que Charlie mirara hacia la entrada. Éste obedeció no muy seguro de que sea lo mejor y se sorprendió de lo que vio: un rubio perforado acaparando a Spencer y éste se veía incómodo; de hecho, intentaba alejar al más alto pero todo era en vano.

Instintivamente, Charlie hizo sonar la bocina del auto y logró separar a los dos hombres. Estaba molesto por la actitud de ambos.

—Lo siento, Chad, ya debemos irnos —se separó incómodo Spencer.

—¿Quién es el que te acompaña y te aleja de mí, mi bello ángel? —Preguntó rendido el rubio mientras exageraba poniendo su palma sobre su pecho.

—Mi novio o algo así... Lo siento... Espero que luego podamos encontrarnos sin que sea de esta manera, ya sabes, para hablar, ¿no?... Hasta luego, Chad. Y gracias por cuidar de Hinata.

Chad sonrió y abrazó al castaño en señal de despedida y lo dejó ir. Suspiró enamoradizo, sea como sea, tendría ese eterno crush en Spencer y nadie se lo podría quitar. Ni porque uno ya sea su novio o algo así, nadie le quitaría el gusto que Chad tiene por él. Lo vio subir al auto y cómo éste se alejaba con esos dos amigos que le pusieron la vida de cabeza desde que los conoció. Hinata ya se había despedido de él antes de que Spencer llegara, pero esperaba volver a verlo pronto... y, por supuesto, a Spencer también. Entró a su casa y suspiró.

Lamentablemente, Chad no fue el único en apreciar la ida de Hinata. En la casa vecina, Alexandra, de pura casualidad, vio todo el espectáculo y sus ojos se abrieron como platos. Se hizo para atrás y tapó con fuerza su boca, cayó al suelo y tembló. Hinata estuvo un tiempo ahí, debió darse cuenta sí o sí. ¡Maldita sea!

—¡No puede ser, ese jodido marica lo sabe! —Susurró enojada.

No pudo hacer nada más, un fuerte dolor en el abdomen la hizo levantarse con fuerza, su novio estaba fuera porque debía comprar comida para ellos y el perro. Así que estaba sola en esto.

Sin más, se dirigió al baño.

CONTINUARÁ
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Perdón por las faltas de Ortografía.

Notas finales:

#ChadBB

#YaCacharonALaZorra

#SpencerLigón

#YaSePrendióEstaMierda

(Usen el de su preferencia, por fis... Se les quiere)

 “El Mundo de Miraku” es patrocinado por nadie, ya saben que no hay presupuesto:

MIRAKU: Ya saben que Charlie, el siempre buen amigo Charlie, nos acompaña en estas transmisiones porque es al que mejor confianza le tengo después de mi almohada de emoji que tengo desde hace unos años. ¡Hola, roqueros!

CHARLIE: O sea, ahora sí preparaste tus notas para antes y después del capítulo y tratas de no editar nada. ¿Eres así de floja?

MIRAKU: Y más. Me dijeron que dejara de hacer sufrir a Hinata ¿y qué hice? Hacerle sufrir más; pero ya está mejor, ya mero se va a agarra a golpes contra Alexandra (por no decir una palabra más grosera porque me dan strike de family friendly)

CHARLIE: Ve a lo que tienes que decir y acaba con esto, hay otro capítulo que actualizar.

MIRAKU: Groserote eres conmigo, me dueles </3 ¡Ahora, dos curiosidades!:

  • 1.- Creo que pudieron notar que tengo un ligero problema con los nombres que empiezan con la letra "A". Los hermanos de Andrew tienen inicial "A" y eso lo hice a propósito porque me parecía coquetón ese detalle.
  • 2.- La amistad de Henri y Andrew está basado en todos los ideales que uno comunmente quiere en una amistad, con todos sus altibajos incluidos. Es una visión de que las amistades nunca son perfectas pero sí incondicionales.

MIRAKU: Eso es todo (es difícil escoger curiosidades que no den spoilers importantes sobre la historia), espero con ansias sus reviews. Leo sus reviews todo el tiempo y éstos me inspiran y motivan a no rendirme, créanme que enserio hacen un fuerte efecto en mí sus bellas palabras (ya parezco disco rayado, pero ya n sé cómo poner las palabras finales sin que me oiga cada vez más mamona de lo que ya. Hice Espárragos. Los Preparé con Mucho Esfuerzo). Así que espero sus reviews con amor porque, ya saben, un review es alimento para el alma del escritor. Despídete, Charlie.

CHARLIE: ... Suficiente, cada vez te entiendo mucho menos. Me largo de aquí.          

Los Quere Musho, Miraku, SAYO~


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